- Análisis de la literatura estudiada sobre el crecimiento económico
- "La manía por el crecimiento". Disyuntiva entre crecimiento y desarrollo
- Modelos empíricos que sustentan el análisis del factor educación dentro de la teoría del capital humano
- El progreso científico técnico y su importancia dentro de las aportaciones teóricas del crecimiento económico
- Consideraciones parciales
Este trabajo representa el resultado de una investigación teórica y empírica con el fin de conocer cuáles son los determinantes del crecimiento económico sobre los que los gobiernos con sus políticas económicas pueden influir para responder a las necesidades propias de cada país. Se particulariza, de modo especial, en los grados de interconexión entre el capital humano y el crecimiento económico para una región particularmente vedada a estos estudios (Latinoamérica).
No es un secreto que la convergencia hacia un desarrollo autosostenido precisa de variables determinantes como: ahorro e inversión, estabilidad macroeconómica, grado de apertura y progreso técnico, desarrollo financiero y desarrollo humano, entre otros muchos.
El carácter multifactorial y multidimensional del crecimiento, conduce en este esfuerzo investigativo a centrar el estudio en el efecto que sobre el crecimiento tiene el capital humano (básicamente analizado por el impacto de la educación) en los países de América Latina, en los que no se ha profundizado suficiente con estudios en esta dirección.
A partir de la década de los noventa, se revitalizan los estudios sobre capital humano y han surgido nuevas teorías en torno a la necesidad de estudiar este factor, una de ellas es la teoría del crecimiento endógeno, la cual asigna un papel importante al recurso humano como fuente de mayor productividad y crecimiento económico. El conocimiento se constituye en un nuevo factor acumulable hacia el crecimiento sin el cual el capital físico no se ajusta a los requerimientos del entorno económico. Dentro de estas teorías se pueden destacar los trabajos de Romer, Lucas y Barro. Estos modelos consiguen generar equilibrios de largo plazo donde el ingreso per cápita de la economía crece en forma sostenida sin necesidad de suponer un cambio exógeno de la tecnología, utilizando para el propósito de este trabajo el basamento del modelo de crecimiento económico de Barro y Lee del año 2000.
El objetivo central de la investigación que presenta la autora es analizar el papel del capital humano y su impacto en el crecimiento económico en la región de América Latina, utilizando para ello indicadores que han surgido con la aparición de las teorías y modelos que abordan el tema. Este objetivo será alcanzable desglosado en objetivos específicos con la finalidad de abordar la problemática en estudio de una forma más detallada, los cuales se centraron en:
Profundizar en los elementos conceptuales y metodológicos que sirven de base a las teorías de crecimiento económico y desarrollo.
Analizar críticamente y sobre bases históricas, las teorías y modelos para el crecimiento económico y el desarrollo.
Evaluar el contexto actual y las condiciones de crecimiento para el desarrollo, de la región de América Latina.
Construir indicadores tomando como base la educación como factor del capital humano, para medir el crecimiento económico de los países de América Latina.
Proponer mediante un modelo econométrico la inclusión de la variable capital humano, en función de verificar los grados de influencia de ésta en el crecimiento económico contrastados para la región latinoamericana.
En correspondencia con los aspectos señalados anteriormente y como resultado de la revisión crítica del "estado del arte" en la literatura especializada, se plantea la siguiente hipótesis:
"Si se analiza un modelo de crecimiento económico, tomando como base indicadores que midan el capital humano, combinado con variables como: tecnología, mano de obra, conocimiento, niveles educativos, mejoramiento de la salud, entre otros; se verificarían las potencialidades no aprovechadas en el crecimiento y para el desarrollo económico; con el auxilio de correcciones de política económica".
Se trata esta de una investigación explicativa, exploratoria y empírica, tomando en consideración de que se parte de un análisis de las teorías de crecimiento económico y de los modelos de crecimiento aplicados en los países de América Latina y su valoración crítica. Se aplica un diseño experimental a partir de un estudio obtenido por una base de datos, construida para tal fin.
La selección de la muestra responde a las posibilidades prácticas de contar con modelos concretos susceptibles de ser investigados. En el caso que ocupa a la autora se indaga en el contexto de los países de la región latinoamericana. Los instrumentos se conforman por el conjunto de variables e indicadores operacionales que permiten medir el crecimiento económico.
Con el objetivo de profundizar en las teorías de crecimiento económico en América Latina, basado en las existentes sobre capital humano y su impacto en el desarrollo de la región, el trabajo se estructura en tres capítulos. El primero, se encarga de exponer un análisis sistematizado sobre bases históricas de las diferentes teorías y modelos acerca del crecimiento y el desarrollo económico, analizando los nuevos enfoques sobre los determinantes principales de dicho crecimiento. El segundo, evalúa las condiciones iniciales de los actuales países desarrollados para ver la limitada aplicación del desarrollo para los países del Tercer Mundo, debido en gran medida a las condiciones de partida diferentes; además, se analiza dentro de este contexto, la situación actual de América Latina. El tercer capítulo, utiliza la modelación econométrica para contrastar la relación del capital humano con el crecimiento económico de América Latina, tomando como base una muestra representativa de dicha región incluyendo a Cuba, para lo cual se utilizaron datos obtenidos en los anuarios estadísticos de CEPAL, Penn World Table (PWT), World Development Indicators (WDI), utilizando entre otras las variables: escolarización, niveles de salud, tasa de fertilidad y la esperanza de vida.
No es pretensión de esta investigación dar por acabado la indagación teórico y práctica del tema de estudio, tomando en cuenta que hay aristas del desarrollo que sobrepasan la capacidad de su dimensionalidad cuantitativa y forman parte del universo subjetivo y perceptible asociado a la existencia humana y de toda la sociedad moderna; sobre estos aspectos quedan variables y contribuciones que se siguen construyendo en el debate público e internacional desde todas las disciplinas de la economía, la política y la sociología.
Análisis de la literatura estudiada sobre el crecimiento económico
Fuente: Elaboración propia.
Introducción:
Abordar las teorías del crecimiento y desarrollo, es uno de los elementos esenciales para comprender los grandes cambios que se dan en la actualidad, para ver la evolución propia del pensamiento económico universal donde se dan rasgos comunes de teóricos que vivieron en contextos históricos diferentes. En los albores del siglo XXI, hay una problemática y es que, a pesar del desarrollo científico técnico, el mundo que nos rodea, está cada día más hipotecado de miseria, las diferencias entre países son extremas, la pobreza arrecia a más de un tercio de la población mundial; y en este ir y devenir, la especie humana juega un rol decisivo. El capital humano es uno de los factores más importantes que garantiza la vida en el planeta. No se trata sólo de analizar las teorías del crecimiento y desarrollo para ser más ricos o pobres, la idea está en analizar estas teorías para revertir el fruto de las mismas en el hombre, para conocer la esencia misma de cuáles son las verdaderas causas que provocan las cada vez más marcadas diferencias entre ricos y pobres con el fin último de prolongar la especie humana con la mayor calidad posible. Los economistas a través del tiempo y con mucho énfasis en la actualidad han desarrollado modelos empíricos que tienen como centro de objeto el aporte del hombre, como factor esencial para el crecimiento económico. Se hace énfasis en ocuparse del PIB, para solucionar los problemas de la pobreza, la cuestión es ocuparse primero de la pobreza para resolver luego el problema del PIB bajo una concepción dialéctica. Por tanto se debe concebir al desarrollo no sólo como un proceso resultante de valores, números, indicadores; sino como todo un proceso de grandes transformaciones en la esfera social donde el hombre ocupa el espacio central para la reducción de la desigualdad y la erradicación de la pobreza absoluta. En este trabajo además se hace un recuento crítico de los modelos propuestos por los principales teóricos en orden cronológico para apreciar la evolución del pensamiento económico en aras de poder llegar a los fundamentos de los planteamientos de las teorías del capital humano como objetivo importante de la presente investigación.
1.2 Base conceptual del análisis del crecimiento y del desarrollo.
Durante la producción los hombres establecen ciertas relaciones que les permiten adaptarse a sus condiciones de trabajo, estas relaciones (de producción), no son más que una parte del proceso de reproducción social, donde la producción se concibe como un proceso repetido en los diversos eslabones de la economía social, con determinados vínculos y donde se renuevan las condiciones materiales y subjetivas del proceso de reproducción, así como las relaciones de producción. De lo anterior se deriva que el proceso de reproducción tiene lugar en las relaciones de producción y que dicha reproducción es una condición indispensable del propio desarrollo de la sociedad humana, de otro modo, no podría siquiera comprenderse las distintas etapas históricas por las que ha decursado el género humano.
Con el crecimiento de la población el hombre comienza a producir con cierta regularidad un excedente económico por lo que fue necesario destinar una parte de lo producido a la reposición de los medios materiales gastados y otra, a la ampliación de los factores de la producción y los bienes de consumo que en conjunto garantizaran el aseguramiento y la satisfacción de las crecientes necesidades de la comunidad. A este proceso que es regularidad histórica se le conoce con el nombre de: acumulación, en el cual las condiciones humanas y sociales de la economía se reproducen incesantemente. Desde un punto de vista contemporáneo, el problema de la acumulación y la reproducción social está asociado a la estrategia de desarrollo económico y social de países y grupo de países. Aquí se aprecia la concepción de estrategias y políticas de desarrollo.
De lo anterior puede derivarse una idea esencial:
De los procesos de reproducción social y de acumulación, se efectúa el movimiento económico que está determinado por la ley económica fundamental de cada sistema de economía, lo cual se corresponde con los diferentes sistemas económicos sociales. "Allí donde la producción presenta la forma capitalista, la presenta también la reproducción"[1].
Lo que diferencia las distintas formaciones económicas sociales, es el modo de producción y apropiación del excedente económico. "La inversión de plusvalía como capital o la reversión a capital de plusvalía se llama acumulación como nace el capital de la plusvalía". [2]
Entonces podemos decir que existe una estrecha relación entre la ley económica fundamental de cada sistema económico social y la acumulación, pues ésta, al revertir parte del excedente producido en factores de la producción da lugar a la expansión económica y no se realiza sino sobre la base de las mismas fuentes; objetivos y medios definidos por la ley económica fundamental. Por otro lado, la expansión cuantitativa que da lugar a la acumulación y las variaciones cualitativas que motiva son la forma en que se proyecta la acción de la ley económica fundamental, pero además es el modo en que la contradicción fundamental encuentra la vía de su solución.
En síntesis la acumulación sobre la base de la ley de la plusvalía reproduce a escala ampliada la clasificación de los individuos, la enajenación de los productores de la riqueza creada por ellos. La deshumanización más completa es el gran telón de fondo tras la aparente libertad en que actúan los hombres en la sociedad capitalista.[3]
Luego al ser la acumulación un proceso repetido, donde se renuevan las condiciones materiales, humanas y sociales, puede afirmarse que la misma conllevará a un despliegue de vínculos causa-efecto u económico-sociales, repetidos, y ajenos a la voluntad y conciencia de los hombres, por esta razón la acumulación es una ley económica que como regularidad histórica guarda una estrecha relación con la ley de la población y modo de vida y el desarrollo. Esta relación refleja ante todo el empleo de la fuerza de trabajo. La acumulación no sólo es un movimiento cuantitativo de los factores que se expande de modo creciente sino que está ligada estrechamente a las condiciones de existencia de los grupos sociales, lo cual puede resumirse en: modo de vida, de lo que puede derivarse también una estrecha relación que está vinculada a los conceptos contemporáneos de crecimiento y desarrollo económico: la acumulación no es necesariamente un proceso que conduce al desarrollo económico, en la mayoría de los casos sólo proporciona crecimiento económico.
De esta forma la acumulación tiene un efecto extraordinario que puede ser visto desde dos planos: su capacidad para impulsar las fuerzas productivas y la producción, y la valoración social de los resultados de dicha expansión cuantitativa de las fuerzas productivas.[4]
Esto último ha sido resumido por Carlos Marx en su concepto de modo de vida:
"El modo como los hombres producen sus medios de vida depende, de la naturaleza misma de los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir. Este modo de producción no debe considerarse solamente en cuanto a la reproducción de la existencia física de los individuos. Es ya, más bien, un determinado modo de la actividad de estos individuos, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos." [5]
La acumulación está determinada en gran medida por el volumen de la renta nacional y su ritmo de crecimiento, los mismos factores que inciden en el crecimiento de dicha renta, determinan el fondo de acumulación, por otro lado la capacidad de producción de un país está determinada por la renta nacional producida.
La renta nacional producida es exactamente la nueva riqueza creada de la que puede disponer la economía nacional tanto para la acumulación a los fines del desarrollo como para la satisfacción del consumo creciente de la población. "Luego el ritmo en que crezca la renta nacional es un indicador de la potencialidad real de un país y su capacidad para realizar la reproducción ampliada, esto es, para desplegar más o menos vigorosamente el desarrollo económico y social".[6]
Es imprescindible para cada período de desarrollo económico y social la definición de una estrategia económica mediante la cual es viable obtener los objetivos que tiene la sociedad. Un papel especial para el logro de una estrategia de desarrollo, lo ocupa sin lugar a dudas, la distribución de la renta nacional en acumulación y consumo; lo cual está vinculado a los programas de inversiones en el largo plazo, su estructura volumen y ritmos de crecimiento, por otro lado en la distribución de la renta nacional se deben establecer los ritmos de crecimiento en favor del bienestar general de la población. La distribución de la renta no es sólo una cuestión económica sino que tiene un gran alcance político, se hace evidente entonces que para cada etapa de desarrollo sea viable encontrar tasas de acumulación óptima, que es aquella parte de la renta que se destina a la acumulación productiva, y que satisfaga en gran medida las necesidades de la expansión económica, garantice el pleno empleo de la fuerza de trabajo y de los fondos productivos materiales, garantice además un incremento sostenido de la eficiencia económica y de la productividad del trabajo y más que eso la sostenibilidad de la vida en el planeta. Por tanto el logro de esa tasa óptima implica el aseguramiento del desarrollo y una correcta aplicación del progreso científico técnico y en último lugar, pero no menos importante, el crecimiento sostenido del consumo popular y la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas de los miembros que conforman la sociedad.
Así y como se ha analizado el crecimiento sólo se entiende como la medición cuantitativa a través de cifras, índices (dígase PIB, PIB pc, RN, RN pc u otras) de los movimientos en ascenso de las economías. Desarrollo es más que esto hay que entenderlo como un movimiento ascendente de las economías pero no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también desde sus aristas cualitativas donde el mejoramiento de los modos y niveles de vida de los hombres (y este es el centro fundamental en este concepto) es esencial. A esto hay que agregar en la era contemporánea la garantía que debe existir de la propia sostenibilidad de la especie humana.
1.3 Bases históricas de las causas del crecimiento y del desarrollo económico.
Las primeras preocupaciones de los economistas clásicos se dirigieron precisamente hacia el problema del crecimiento económico. El modelo elaborado por Adam Smith y desarrollado por Malthus tenía un substrato agrarista. Mientras existían tierras libres, la humanidad pudo crecer sin límite. El exceso de población cuando se producía tenía una vía de escape en la emigración y en la roturación de nuevas tierras. Por lo que los individuos podían así obtener con su trabajo lo necesario para su subsistencia y la de su familia. Pero cuando todas las tierras fértiles fueron ocupadas, el proceso de crecimiento empezó a mostrar sus limitaciones. Con el incremento de la población, los terrenos agrícolas requerían un mayor esfuerzo y proporcionaban una menor cantidad de producto. Las tierras en mejores condiciones tenían que alimentar a una población creciente y el trabajo que se les aplicaba tenía muy menguados resultados. Dicho de otra manera, cuando la tierra se convirtió en un factor limitante, la ley de los rendimientos decrecientes empezó a actuar y la productividad del trabajo a disminuir, lo que condujo a un punto de equilibrio en el que los individuos sólo pueden obtener lo necesario para su subsistencia. Si se intenta superar este punto, si se siguen multiplicando los seres humanos, entonces el exceso de población resultante será eliminado por el hambre, las enfermedades y las guerras, según esta teoría este estado estacionario es la situación a la que tienden todas las sociedades, el punto final ineludible de todo proceso de crecimiento económico.
Luego David Ricardo introduce algunas modificaciones al modelo anterior debido al evidente crecimiento industrial que se produjo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, lo cual requería una explicación diferente. El modelo elaborado por Ricardo durante el primer cuarto del siglo XIX, incluyó por tanto el capital como el factor principal del crecimiento económico. No obstante presentaba mucha similitud con el de sus predecesores, y conducía a situaciones igualmente pesimistas. El número de trabajadores es el que actúa en este modelo como el factor limitante. La acumulación de capital hace que aumente la cantidad de capital existente por trabajador; la escasez creciente de trabajadores hace que aumente el salario real que perciben y disminuya la productividad del capital. La tasa de beneficios disminuye de forma continua hasta que se hace nula y se detiene la acumulación, llegando nuevamente a un estado estacionario.
En los años 30 del siglo XIX Marx y Engels parten del capital como factor determinante, cuyas relaciones se expresan por medio de la ley económica fundamental del sistema capitalista, la que se sustenta en un proceso constante de producción y reproducción de ese capital. Analizan como la ley de acumulación capitalista trae como una de sus consecuencias principales, a escala nacional, la polarización de la riqueza y por tanto la polarización social en términos de clases sociales: de un lado el proletariado pobre y del otro la burguesía rica. Lo cual se ha manifestado a través de los años en un proceso de división internacional del trabajo que ha generado países ricos por un lado y países pobres por el otro; o lo que es lo mismo desarrollo y subdesarrollo, agudizándose el problema de la lucha de clases.
Marx y Engels fueron los primeros teóricos en preocuparse por el medio ambiente y relacionarlo con el desarrollo. Este aporte puede examinarse desde dos aspectos básicos: uno referente a una nueva concepción metodológica estrechamente vinculada a la ecología, en cuanto concibe a la naturaleza en continuo movimiento, interconexiones y transformación, y otro, de tipo más conceptual, que explicita la relación misma hombre – naturaleza como interacción dialéctica. En relación con el primer punto Engels escribe:
"La gran idea cardinal del mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados, sino como un conjunto de procesos, en el que a las cosas que parecen estables, al igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas, los conceptos pasan por una serie ininterrumpida de cambios, por un proceso de génesis y capacidad, a través de los cuales, pese a todo su aparente carácter fortuitos y a todos los retrocesos momentáneos, se acaba imponiendo siempre una trayectoria progresiva." [7]
El desarrollo es entendido por Marx y Engels como un proceso de cambio de formaciones sociales a través del desarrollo de las fuerzas productivas. Marx también emplea el término de «fuerzas productivas materiales » subrayando de esta manera que las fuerzas productivas son la expresión de la actitud del hombre con respecto a la naturaleza, es decir que la relación entre el hombre y el mundo que le rodea es igualmente de carácter activo, y va modificando la relaciones del hombre con la naturaleza, lo que a su vez también modifica las relaciones de la propia sociedad con la naturaleza. Marx y Engels conciben el desarrollo no sólo en términos de un cambio social, sino en función de la relación sociedad- naturaleza en el que el desarrollo del substrato económico de una sociedad es visto como un «proceso histórico natural». La naturaleza sólo tiene sentido cuando está relacionada con una acción práctica eminentemente humana. Con la consiguiente evolución histórica de las fuerzas productivas y las relaciones de producción aparecen las Teorías del crecimiento proporcionado y desproporcionado en los años ´40 y ´50 y la de los polos del desarrollo.
Entre las primeras teorías del crecimiento relacionadas , se destacan los trabajos sobre acumulación del capital o crecimiento proporcionado o diversificado de P. Rosenstein-Rodan y R. Nurkse, y las teorías de crecimiento desproporcionado, esto es concentrado en determinadas ramas de Albert Hirschman y Simon Kuznets, además de la teoría de François Perroux sobre los polos del desarrollo de las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo XX, que sirvieron de base a otras teorías en las décadas posteriores. P. Rosenstein – Rodan y R. Nurkse caracterizaban al mundo subdesarrollado o áreas atrasadas mediante un conjunto de rasgos en términos de: bajas ganancias, bajo poder de compra, bajo nivel de formación de capital, poco incentivo para la inversión, mercado limitado, ausencia de capital y baja productividad, desempleo y subempleo de la fuerza de trabajo en la agricultura y una capacidad de ahorro insuficiente.
La industrialización era la clave de la solución del atraso. La teoría del crecimiento proporcionado propone bajo la activa intervención del Estado, una diversificación de los sectores de la economía para alcanzar el crecimiento cuya aceleración se daría sobre la base de una distribución equitativa del capital de inversión entre los distintos sectores, lo que significa renunciar a todo tipo de especialización internacional y a las ventajas del intercambio, pues no se puede ser eficiente en todo. Más aún cuando el sector productor de bienes de capital es casi nulo en los países subdesarrollados. Los partidarios del crecimiento desproporcionado (Hirschman y Perroux, entre otros) pensaban que los impedimentos para el crecimiento radicaban fundamentalmente en la incapacidad de dirección y manejo de las empresas, por ejemplo Hirschman afirmaba: si un país estuviera listo para aplicar la doctrina del crecimiento proporcionado, no estaría en primer lugar subdesarrollado.[8]
Esta idea es esencial pues estos partidarios proponen el crecimiento sobre la base de la especialización en unos cuantos sectores que poseyeran más posibilidades para el desarrollo. Las preocupaciones sobre la distribución de los ingresos no figuraban en los planteamientos sobre el desarrollo de esta corriente. Kuznets pensaba que con este crecimiento continuo, con el decursar del tiempo conllevaría inevitablemente a mejoras para todos. [9]Ambos enfoques poseían limitaciones en su defensa de posiciones extremas. Tanto la súper- especialización como la no especialización, son situaciones límites, lo que trae aparejado problemas de eficiencia, pero además supone una abundante disposición de recursos. La súper especialización como base de las teorías de las ventajas comparativas de Ricardo, condujo a la mono-producción y mono-exportación frente a la poli-importación en los países subdesarrollados, lo que equivale a la profundización del subdesarrollo.
Los polos del desarrollo planteados por Perroux (en el caso europeo) y por P. Andrade (estudioso del caso americano) supone la introducción de la planeación centralizada (central planning). Se trata de la identificación y potenciación de posibles centros de desarrollo. Estos centros o polos que se situarán en enclaves geográficos específicos, a pesar de funcionar de forma autónoma, estarán integrados a proyectos de desarrollo del país, de modo que podrán ser controlados "racionalmente".
La teoría de la modernización de los años ´60, establece que las sociedades modernas son más productivas, los niños están mejor educados y los necesitados reciben más beneficios. Se argumenta que aunque la diferenciación estructural ha aumentado la capacidad funcional de las instalaciones modernas, pero a la vez también ha creado un problema de integración y de coordinación de las actividades de diferentes nuevas instituciones. Martinussen incluye en la teoría del crecimiento y la modernización los trabajos de W.A. Lewis y W. W. Rostow a causa de que ambos consideraban el proceso de desarrollo económico como un proceso de modernización de las economías tradicionales. Sin embargo Lewis pertenece a la corriente neoclásica estructuralista y Rostow aporta un nuevo materialismo histórico acerca de la evolución de la sociedad humana. Estos autores se interesaban por el aumento del ingreso per cápita como un indicador principal del crecimiento, lo cual no es extraño pues resulta sin lugar a dudas un punto común de todas las corrientes de pensamiento económico.[10]
Para Lewis el principal obstáculo del crecimiento estaba en el ahorro del sector moderno, que según su filosofía debía absolver paulatinamente al sector tradicional, Lewis parte de unos supuestos realmente difíciles de aceptar:
Existe fuerza de trabajo ilimitada en la sociedad tradicional.
Los salarios en el sector moderno se mantienen invariables.
El beneficio del sector moderno se destina a la inversión sin cambios en el coeficiente capital/trabajo.[11]
Al igual que Kuznets, consideraba que los capitalistas ricos constituían los actores del crecimiento y esta capa iría aumentando con una mayor productividad del trabajo que aumentaría las ganancias de los capitalistas; mientras que los salarios baratos en alimentos, será tarea del sector tradicional, por tanto deberá existir un adecuado equilibrio en la transición entre ambas economías durante el desarrollo.
El modelo de Lewis conduce a un crecimiento extensivo, porque no cambia la dotación de capital por trabajador. Esta visión extensivista será retomada más tarde por economistas escandinavos que propusieron que los países industriales produjeran tecnologías de altos insumos laborales para los países atrasados, panacea que conduciría inevitablemente al atraso de estos últimos.
W.W. Rostow, define que la sociedad ha transitado por cinco etapas en su evolución histórica económica:
1. Sociedad tradicional.
2. Precondiciones para el despegue.
3. Hacia un crecimiento auto sostenido.
4. Camino hacia la madurez.
5. Etapa de alto consumo o sociedad post industrial.
Rostow, admite con indulgencia que los países subdesarrollados, se encuentran en una de las primeras etapas por las que ya transitaron los desarrollados, el principal indicador diferenciador de sus etapas es el producto bruto per cápita. Al igual que Harrod -Domar, la clave para el despegue será el aumento de la tasa de ahorro, que propicie el crecimiento de las inversiones. Además identifica tres cambios que se deben dar en los países antes del despegue:
Incremento de las inversiones.
Surgimiento de sectores pautadores del crecimiento.
Formación de estructuras políticas y sociales que manejen el potencial del nuevo sector.
El modelo de Harrod – Domar, también se incluye dentro de esta corriente, porque el ahorro es la variable decisiva para incrementar el ritmo de crecimiento económico. De acuerdo con estas teorías si los problemas del tercer mundo están vinculados al insuficiente ahorro, entonces requieren de apoyo financiero externo, la problemática se trasladaría al ámbito de la inversión de capital de terceros países y la vía para conseguirlo; lo cual conduce a una lógica elemental: apertura al capital externo por parte de las economías subdesarrolladas, amén de los peligros que esto pueda extrañar. Nótese que la integración no figura entre las preocupaciones de estos autores. Por tanto la modernización está basada en el supuesto de que constituye un proceso irreversible, ordenado y progresivo, con un fuerte carácter etnocéntrico, pues sus recetas son tomadas de países europeos y norteamericanos.
H. Chenery y M. Surquín en los años 70, se ocupan de describir los procesos de cambio, que en resumidas cuentas deberían imitar los subdesarrollados que aspirasen al desarrollo. Los cambios estructurales que perciben estos autores son generalmente de carácter demográfico y económico, entre los que se encuentran:
Aumento de la inversión de capital físico y humano (expansión de las oportunidades educativas).
Desplazamiento de mano de obra rural al medio urbano (sector industrial y de los servicios).
Disminución del crecimiento de la población.
Redistribución equitativa de la renta.
Reducción de las tasas de mortalidad y natalidad.
Estas son según los teóricos de la modernización las pautas a seguir por los países subdesarrollados para entrar a la era de la modernización. En relación a la teoría de las etapas, los teóricos del cambio estructural acentúan la importancia que tienen los factores externos al proceso económico en sí, la influencia del gobierno de cada país, así como algunos factores nacionales e internacionales incontrolables.
Sin embargo los acercamientos de estos modelos en relación al desarrollo, son esencialmente cuantitativos, lo cual es concebido como crecimiento económico. En estas primeras teorías hay un predominio de las investigaciones cuantitativas (método metafísico), el desarrollo atendiendo a parámetros, tasas y valores numéricos que esconden las particularidades de estas economías. De manera general en las teorías del crecimiento y la modernización, los elementos tradicionales, son percibidos como obstáculos a eliminar en función: de la industrialización y el crecimiento económico, que son en síntesis para estas teorías las fuentes del desarrollo. Las distintas versiones del desarrollo, constituyen realmente teorías del crecimiento, concebido este último como un proceso autosuficiente para impulsar el desarrollo social. Dicho de otra manera, el enfoque cultural y social está ausente y mucho menos constituye una premisa para impulsar el crecimiento.
Un conjunto de teorías asociadas a modelos que tratan de explicar las dificultades que encuentran algunos países para el despegue y el desarrollo económico, surgieron en los años 1960 impulsadas por el argentino Raúl Prebish y la CEPAL, inicialmente se dirigieron al entorno latinoamericano, aunque posteriormente fueron generalizadas por economistas neo-marxistas, entre los que se destacó Samir Amin, asociándolo al concepto de desarrollo desigual y combinado; a estas se les ha dado en llamar teorías de la dependencia.
La dependencia económica es una situación en la que la producción y riqueza de algunos países está condicionada por el desarrollo y condiciones coyunturales de otros países a los cuales quedan sometidas. El modelo centro – periferia describe la relación entre la economía central, autosuficiente y próspera, y las economías periféricas, aisladas entre sí, débiles y poco competitivas. Frente a la idea clásica de que el comercio internacional beneficia a todos los participantes, estos modelos propugnan que sólo las economías centrales, son las que se benefician.
Como consecuencia de estas ideas los países latinoamericanos aplicaron una estrategia de desarrollo basada en le proteccionismo comercial y la sustitución de las importaciones. La estrategia funcionó satisfactoriamente durante la década de los sesenta en la que se produjo un crecimiento generalizado del precio de las materias primas en los mercados internacionales que influyó muy negativamente en las economías centrales. Pero finalmente, la contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos de interés desembocó en la década de los ochenta en la crisis de la deuda externa lo que exigió profundas modificaciones en la estrategia de desarrollo.
El punto principal del modelo Prebisch es que para crear condiciones de desarrollo dentro de un país, es necesario:
Controlar la tasa de cambio monetario, poniendo mayor énfasis en políticas de cambio fiscales que en políticas monetarias, así como promover un papel gubernamental más eficiente en términos de desarrollo nacional, creando una plataforma de inversiones, dando prioridad al capital nacional y permitiendo la entrada de capitales externos siguiendo prioridades ya establecidas en planes de desarrollo nacionales para promover una demanda interna más efectiva en términos de mercados internos como base para consolidar el esfuerzo de industrialización en Latinoamérica en particular y en naciones en desarrollo en general, de esta manera incrementar los sueldos y salarios de los trabajadores y desarrollar un sistema de seguro social más eficiente por parte del gobierno, especialmente para sectores pobres a fin de generar condiciones para que estos sectores puedan llegar a ser más competitivos y estrategias nacionales que sean coherentes con el modelo de sustitución de importaciones, protegiendo la producción nacional al imponer cuotas y tarifas a los mercados internos.
Hasta principios de la década de los sesenta, los economistas del desarrollo insistían en la contribución resultante de la acumulación de equipos de capital en el propio proceso de desarrollo, sin embargo los niveles de vida de la mayor parte de la población permanecían sin alteración, lo cual mostró que había algo erróneo y limitado en la definición de desarrollo hasta entonces; de ahí que las nuevas preocupaciones girarán en torno a un desarrollo sostenible.
En el año 1987 una comisión mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo publicó un documento titulado: ¨Nuestro Futuro Común¨ que se conoce como el Informe Bruntland en el cual se proclamaba la necesidad de trabajar en la dirección de un desarrollo sostenible, como su mismo nombre sugiere es un intento de afrontar de manera integrada un doble desafío de nuestra humanidad: por un lado, la situación de pobreza en que vive una gran mayoría de la población de nuestro planeta; por otro, los retos planteados por los problemas medioambientales. Comienzan a aparecer entonces las teorías del desarrollo sostenible, las que dan continuidad en su esencia a los planteamientos de la teoría marxista en este sentido.
Si imaginamos a la población mundial actual produciendo y consumiendo en las cantidades y el modo en que se hace en el mundo desarrollado, se puede afirmar, que en el plazo de pocos años, el sistema económico quedará colapsado por falta de recursos naturales. Los niveles de contaminación se dispararían de manera espectacular, entonces dejaríamos un mundo hipotecado a las generaciones futuras. En cualquier caso, se plantea la necesidad de hallar nuevos modelos de producción y consumo que sí sean viables para todos ahora y en el futuro. Esta sería en principio, la propuesta del informe Bruntland, que define el desarrollo sostenible como el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades. Las instituciones internacionales han aceptado esta propuesta, al menos en su discurso oficial, convocando reiteradamente a un progreso en términos de desarrollo sostenible, cuyos objetivos son los siguientes:
1. Satisfacer las necesidades humanas básicas.
2. Lograr un crecimiento económico sustentable.
3. Mejorar la calidad del crecimiento económico.
4. Mejorar distribución de la renta, los beneficios sociales, y la protección del ambiente o su incremento.
5. Atender los aspectos demográficos: en especial reducir las altas tasas de crecimiento poblacional hacia uno mesurado.
6. Seleccionar opciones tecnológicamente adecuadas.
7. Aprovechar, conservar y restaurar los recursos naturales.
8. Perpetuar la oferta ambiental de los ecosistemas.
Independientemente del planteamiento de estos objetivos, aún existen en algunos países altos índices de contaminación, las guerras no cesan y el hambre y la desnutrición son males que arrecian cada día, así no basta con una proclama, es necesario hacer un llamado por la vida en el planeta, de otro modo la especie humana estará viviendo sus últimos años.
De la Teoría de la globalización el más fiel exponente es Friedman, monetarista de la década del setenta. Se conoce a la globalización como el mito de hoy; basada en la no intervención estatal, que ha acarreado grandes peligros para el mundo actual, creando un contexto nada agradable para el ser humano en el cual las diferencias entre el norte y el sur se incrementan cada día, al igual que la deuda externa. Con el derrumbe del campo socialista, se potenció la globalización capitalista, las economías chinas se integraron al mercado mundial y otros países periféricos se industrializaron, tal es le caso de los tigres del norte. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han caído en una crisis que ha conllevado al deterioro de las relaciones de internacionalización. La creciente ola de transnacionales han deteriorado el medio ambiente en aquellas regiones escogidas para ¨explotar¨, Las diferencias tecnológicas se incrementan y en la mayoría de los casos la tecnología favorece a aquellas naciones desarrolladas, el 98 % de I+D es llevado a cabo en naciones desarrolladas, los países del tercer mundo no pueden permitirse este lujo, ¨Los avances tecnológicos habrían desatado fuerzas que escapan al control de los estados nacionales y actores sociales. Viviríamos en una aldea global unificada sólo por la informática y los medios de transporte.¨[12]
En este contexto mundial, se abren paso nuevas teorías que enfatizan en el ser humano como ente social, y que están más asociadas al concepto de desarrollo, entre ellas se desarrollan las teorías del capital humano a las que prestamos especial atención en la presente investigación como factor fundamental a analizar. Estas tienen diferentes aristas para su análisis y modelización, pero el desarrollo humano sostenible, el cual es cada vez más integral y completo resulta un aporte decisivo a la teoría del desarrollo frente a la del crecimiento económico y a las anteriores concepciones sobre el desarrollo. [13]
"La manía por el crecimiento". Disyuntiva entre crecimiento y desarrollo
En la esencia del planteamiento de todas las teorías anteriores, la solución ha sido la misma: propugnar por un mayor crecimiento económico y buscar a través de ideas y modelos una explicación a lo que está sucediendo con el crecimiento de algunos países que incrementan sus economías con algo más que los factores tradicionales de análisis (capital, trabajo y desarrollo tecnológico) según las teorías burguesas clásicas.
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