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Soy prisionero de mis padres

Enviado por engelsofia01


    1. ¿Qué es el maltrato infantil y cómo se manifiesta?
    2. ¿Por qué los padres maltratan a sus hijos?
    3. Tipos de maltrato infantil.
    4. Causas y Efectos del menor maltratado:
    5. Consecuencias del maltrato infantil
    6. Causas y consecuencias de la Falta de Comunicación?
    7. Responsabilidad de los padres.
    8. ¿Qué dice la LOPNA y la Constitución para proteger a los niños y adolescentes?
    9. A quien acudir para denunciar el maltrato familiar?
    10. Como afecta la falta de comunicación afecta a la sociedad?
    11. Consecuencias del maltrato en la personalidad del individuo

    1) ¿Qué es el maltrato infantil y cómo se manifiesta?

    Algunos sectores de la sociedad han entendido el maltrato infantil como parte del modelo familiar de educacióndisciplina. En tal orden de ideas, existen quienes argumentan que, en términos de un castigo a los hijos "desobedientes", es una práctica cultural en nada cuestionable.

    Pero, en las definiciones generales sobre el concepto, se olvida con frecuencia que, además del maltrato físico, es cada vez mayor la violencia intrafamiliar que causa al niño/a un daño emocional, psicosocial. Se desatienden también las consecuencias en el niño/a del abandono, la negligencia. Hoy en día se incluyen el maltrato y el abuso sexual, además de las agresiones verbales, como parte de un más equilibrado dimensionamiento conceptual del maltrato infantil.

    UNICEF entiende a los menores víctimas del maltrato y el abandono como aquel segmento de la población conformado por niños, niñas y jóvenes hasta los 18 años que "sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales". El maltrato puede ser ejecutado por omisión, supresión o trasgresión de los derechos individuales y colectivos e incluye el abandono completo o parcial.

    ¿Por qué los padres maltratan a sus hijos?

    Cuando se percibe a los padres de familia como aquellos que deben amar, proteger, orientar y apoyar a sus hijos en sus posibilidades de desarrollo y potencialidades diversas, resulta difícil entender por qué el maltrato infantil cobra tan amplio espacio es las estadísticas sociales globales de la región.

    Una de las primeras explicaciones sobre el fenómeno intentaba atribuir el maltrato infantil a graves alteraciones psicológicas en los padres, tales como esquizofrenia o psicosis maniaco-depresiva. Claro está que numerosas investigaciones han establecido que estas situaciones abarcan apenas un 10-15% de los casos en la región.

    Posteriormente, han sido objeto de innumerables estudios los modelos de interacción agresor-víctima en el núcleo familiar, al lado de modelos socioculturales que explican la existencia del maltrato infantil a todo nivel. En términos generales, puede anotarse, sin riesgo alguno de equivocación estadística o científica, que un buen número de padres que maltratan a sus hijos han sido maltratados de una u otra forma en su infancia.

    Pero también es importante estudiar el/los tipo(s) de familia al interior de los cuales se registran casos de maltrato infantil. Influyen, entre otros factores, el número de integrantes en la familia y la relación marital. Veamos: Por un lado, muchos hijos representan, en ocasiones, una carga importante de stress para los padres y, también, una relación marital inestable y tormentosa porta en sí misma manifestaciones de violencia y desencadena, inevitablemente, maltrato infantil. Por ejemplo, un padre que maltrata a su esposa e hijos o sólo a la esposa y ella a sus hijos.

    Como se había señalado, el entorno sociocultural y familiar todavía soporta ideas como que los hijos pertenecen a los padres y que ellos pueden decidir sobre su destino, bien sea por tradición, creencias religiosas, situación económica, etc.

    Es necesario mencionar que la dependencia del niño respecto de los adultos en nuestra sociedad, constituye por si misma un factor de riesgo. Frente a una situación de desequilibrio en el grupo familiar, la primera víctima suele ser el niño. También resulta importante destacar que los niños no constituyen grupos de presión social específicos, lo que permite la existencia de conductas de abuso por parte de los adultos, sin que exista una sanción social efectiva.

    Estas dos características son genéricas para la infancia. Sin embargo, el maltrato se da en niños y niñas específicas. Algunas de las características individuales de los niños que se han convertido en blanco del maltrato son las siguientes:

    • Embarazo no deseado
    • Niños prematuros
    • Niños con impedimentos físicos o psíquicos
    • Niños hiperactivos

    Los distintos modelos señalados dan cuenta parcialmente de los factores de riesgo en relación con el maltrato infantil. Para comprender el problema en forma global, es necesario ubicarse en una perspectiva integradora, en la que se asuma que el maltrato es la expresión de un proceso de distorsiones en la interacción familiar y no el resultado de una conducta aislada de uno de sus miembros. El maltrato es "la expresión de una disfunción en el sistema padres-niño-ambientecultura" (De Paúl, 1988)

    Para analizar el problema del maltrato infantil y planificar estrategias de intervención, es necesario asumir la multiplicidad de factores que están actuando en la situación. Hay que considerarlos no como una suma de componentes, sino como elementos cuya presencia simultánea pueden significar que se potencie el riesgo de que exista maltrato.

    2) Tipos de maltrato infantil.

    El maltrato infantil se subdivide en dos grupos:

    1. Pasivo: Comprende el abandono físico, que ocurre cuando las necesidades físicas básicas del menor no son atendidas por ningún miembro del grupo que convive con él. También comprende el abandono emocional que consiste en la falta de respuesta a las necesidades de contacto físico y caricias y la indiferencia frente a los estados anímicos del menor.
    2. Activo: Comprende el abuso físico que consiste en cualquier acción no accidental por los padres o cuidadores que provoquen daño físico o enfermedad al menor. La intensidad puede variar desde una contusión leve hasta una lesión mortal. También comprende el abuso sexual, que consiste en cualquier tipo de contacto sexual con un menor por parte de un familiar, tutor o cualquier otro adulto. La intensidad del abuso puede ir desde el exhibicionismo hasta la violación. El abuso emocional también entra en esta categoría de abuso activo y se presenta bajo la forma de hostilidad verbal, crónica (insultos, burlas, desprecios, críticas, amenazas de abandono, etc.) y el bloqueo constante de las iniciativas infantiles (puede llegar hasta el encierro o confinamiento) por parte de cualquier miembro adulto del grupo familiar. Otra forma de maltrato infantil es el caso de los niños testigos de violencia, "cuando los niños presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres. Los estudios comparativos muestran que estos niños presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son víctimas de abuso (Corsi, 1994).

    Respecto a lo que se refiere a las agresiones psíquicas o psicológicas, que están dirigidas a dañar la integridad emocional del niño comprenden todo tipo de manifestaciones verbales y gestuales, así como actitudes que los humillan y degradan pero esto no es lo más grave, pues las heridas del cuerpo duelen pero tienden a cicatrizar pero las heridas del alma –que no dejan evidencia física- tardan mucho más en sanar si es que sanan antes de que se le acumule otra herida más, estas generan sentimientos de desvalorización, baja estima e inseguridad personal, los cuales más tarde pueden manifestarse en violencia social.

    Maltrato Físico

    El maltrato físico puede ser definido como cualquier trauma, lesión o condición no accidental, que cause daño físico a un/a menor. El maltrato físico infligido representa a menudo castigo corporal severo e irrazonable o castigo injustificado. Esto puede ocurrir, por lo general, cuando el/la padre/madre está frustrado/a, o con coraje, sacude o le da un fuerte golpe, o empuja violentamente al menor. Otras manifestaciones del abuso físico son: quemaduras, mordiscos, torcerle las extremidades u otras formas de tortura. El daño puede ser producto de un sólo episodio o de varios episodios.

    En la mayoría de los casos el abuso físico no es un mero acto físico contra el/la niño(a). Es un patrón de conducta, es el estilo que tiene el/la adulto/a para lidiar con el/la menor. Mientras más tiempo exista, más serios serán los golpes que reciba el niño(a) y más difícil será eliminar la conducta abusiva.

    Negligencia

    Consiste en faltar a los deberes o dejar de ejercer las facultades de proveer adecuadamente el albergue, la alimentación, la ropa, la educación, la supervisión, atención de salud, no visitar o no mantener comunicación frecuente con el/la menor u otras necesidades básicas requeridas para el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales o emocionales de un/a niño/a.

    Maltrato Emocional

    Todos/as nosotros/as somos culpables de haber regañado despiadadamente a un/a niño/a, de haberlo/a criticado más de la cuenta, pero el maltrato emocional es caracterizado por una conducta consecuente y crónica.

    Generalmente, hay dos tipos de maltrato emocional. La NEGLIGENCIA EMOCIONAL (es un acto de omisión), es la carencia crónica de proveer el apoyo y el afecto necesario para que el/la menor desarrolle una personalidad fuerte y saludable, y el ABUSO EMOCIONAL (acto de comisión). Estas son actitudes crónicas, o actos de un padre/madre que son detrimentales al desarrollo del niño/a.

    EJEMPLOS DE MALTRATO EMOCIONAL

    1. Minimiza al niño/a para que se sienta que no puede hacer nada bien.
    2. Critica duramente al niño/a.
    3. Culpa al niño/a por cosas de las cuales éste/a no tienen control.
    4. Usa al niño/a como "chivo expiatorio" cuando las cosas van mal.
    5. Ridiculiza y avergüenza al niño/a.
    6. No muestra interés por el/la niño/a, por sus actividades o por sus problemas.
    7. Trata al niño/a en forma diferente al resto de la familia.
    8. Comete actos raros de tortura o de tormento, como encerrar al niño/a en un armario ("closet").

    Abuso Sexual

    El abuso sexual de niños/as no es un fenómeno fácil de definir particularmente porque la conducta sexual infantil permisible varía con la tolerancia cultural, familiar y social. Por tal razón, existen diferentes definiciones en diversos lugares. Para nuestro propósito, definimos el abuso sexual como la utilización de un/a niño/a para el placer o la gratificación sexual. Esto incluye desde el acariciarlos/as en las partes íntimas hasta la penetración. Esta conducta del adulto/a tiene el potencial de interferir con el sano desarrollo del niño/a, tanto en el aspecto físico, como en el emocional. A menudo, los/as niños/as víctimas de abuso sexual experimentan sentimientos de culpa y de vergüenza, así como lo que le impone la sociedad.

    El diagnóstico de este niño/a es difícil ya que no presenta señales físicas. Muchas veces el diagnóstico descansa en la historia que haga el/la niño/a. A pesar de que es difícil de evidenciar, es necesario que se intervenga con las familias donde se sospecha que existe el abuso sexual. Aunque no sea admitido por la familia, es imperativo creer en la historia del niño/a. El mero hecho de que el/la niño/a acepte que se ha involucrado en una conducta inapropiada para su edad, es una señal para una investigación futura. Un/a niño/a dispuesto/a a informarle a las autoridades (sea la maestra, el policía o el/a Trabajador/a Social) sobre el alegado caso de encuentro sexual con un/a adulto/a, es una prueba suficiente para que la familia reciba ayuda.

    Explotación

    Ocurre cuando utilizan o permiten que otro/a utilice a un/a menor para obligarle a realizar cualquier acto con el fin de lucrarse o recibir algún otro beneficio. Incluye, entre otras cosas, el utilizar al menor para fotografías, películas pornográficas u obscenas, o para la prostitución.

    Maltrato Institucional

    Cualquier acto u omisión intencional en que alegadamente incurre un/a padre/madre de crianza o un empleado/a o funcionario/a de una institución pública o privada, hogar de cuido, centro de cuido diurno o institución que ofrezca servicios de cuido durante un día de (24) horas o parte de éste que tenga bajo su control o custodia a un/a menor para su tratamiento o detención, que cause daño o ponga en riesgo a un/a menor de sufrir daño a su salud e integridad física, mental, emocional y/o moral, incluyendo pero sin limitarse al abuso sexual, incurren en conducta obscena y/o utilización de un/a menor para ejecutar conducta obscena, conocido o que se sospeche, o que sucede como resultado de la política, prácticas y condiciones imperantes en la institución de que se trate.

    3) Causas y Efectos del menor maltratado:

    El maltrato es una situación que bien puede presentarse en todas las clases sociales, aunque la parece ser un poco mayor en niños que viven bajo condiciones socioeconómicas de pobreza. Hasta el momento existen diferentes explicaciones sobre este tipo de actitudes por parte de los adultos y se ha visto la influencia en alguna manera de las situaciones de gran estrés, que hacen que toda la furia de la persona recaiga en el niño. Pero además, en muchos de los casos, quien comete el abuso tiene antecedentes de haber sufrido el mismo tipo de agresión durante su infancia o es una persona que tiene muy poca capacidad de controlar sus impulsos. Es obvio que por las diferencias de tamaño y fuerza entre adultos y niños, estos últimos sufran grandes lesiones que pueden incluso causarles la muerte. Condiciones como la pobreza, nivel educativo bajo, paternidad o maternidad en personas que como tal no han consolidado un hogar o que son solteras, el abuso de sustancias psicoactivas como las drogas y el alcohol y otra serie de factores, se han relacionado con estas agresiones, aunque siempre hay tener en cuenta que el maltrato infantil, se puede dar en todas las clases sociales

    Los niños criados en hogares donde se los maltrata suelen mostrar desordenes postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que suelen utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar su stress psicológico, siendo la adicción al llegar la adultez, mas frecuente que en la población general.

    Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan al pasar la niñez, mostrando muchos de ellos dificultades para establecer una sana interrelación al llegar a la adultez.

    Algunos niños sienten temor de hablar de lo que les pasa porque piensan que nadie les creerá. Otras veces no se dan cuenta que el maltrato a que son objeto es un comportamiento anormal y así aprenden a repetir este "modelo" inconscientemente. La falta de un modelo familiar positivo y la dificultad en crecer y desarrollarse copiándolo, aumenta las dificultades para establecer relaciones "sanas" al llegar a adulto. Puede que no vean la verdadera raíz de sus problemas emocionales, hasta que al llegar a adultos busquen ayuda para solucionarlos.

    Para muchos niños que sufren de maltrato, la violencia del abusador se transforma en una forma de vida. Crecen pensando y creyendo que la gente que lastima es parte de la vida cotidiana; por lo tanto este comportamiento se torna "aceptable" y el ciclo del abuso continúa cuando ellos se transforman en padres que abusan de sus hijos y estos de los suyos, continuando así el ciclo vicioso por generaciones.

    4) Consecuencias del maltrato infantil

    El maltrato infantil trae serias consecuencias tanto en el individuo como en la como en la sociedad en general, pero desgraciadamente existen muy pocas investigaciones acerca de este tema y no obstante, poco o nada se hace en términos de promoción de la salud mental y de la detección y la prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos emocionales. Únicamente se atienden las necesidades físicas de los menores, así mismo, al agresor tampoco se les da un tratamiento y en este caso sería indispensable llevarlo a cabo a manera de prevención y de tratamiento más sin embargo las autoridades de salud públicas pasan de largo sin reconocerlos como individuos bio-psico-sociales. Por tanto, la reintegración y adaptación de estas personas nuevamente a la sociedad la llevan a cabo solos y, la forma en la que lo hacen no siempre es la más adecuada.

    Por consecuencias entendemos toda serie de alteraciones en el funcionamiento individual, familiar y social de las víctimas de maltrato, siendo los aspectos más conocidos la reproducción del mismo y las alteraciones en el rendimiento académico, en el ajuste psíquico individual y en el tipo de relaciones en las que el sujeto participa (Friederich y Wheeler, 1982; Lamphear, 1986 citado en Pino y Herruzo, 2000).

    Los malos tratos que se llevan a cabo sobre los niños pueden provocar daño o consecuencias negativas a dos niveles: somático y psicológico (Martínez, Roig y De Paúl, 1993; Querol, 1991 cit. en Pino y Herruzo, 2000).

    Consecuencias somáticas.

    1. Abandono físico: retraso pondoestatural, cronificación de problemas por falta de tratamiento físico, vitaminopatías, eritemas de pañal, aplanamiento del occipucio, aparición de ciertas enfermedades prevenibles mediante vacunación y producción de quemaduras y otras lesiones por accidentes familiares debidas a una falta de supervisión.
    2. Maltrato físico: lesiones cutáneas, quemaduras, lesiones bucales (que pueden afectar a la posición de los dientes), lesiones óseas (que pueden afectar el crecimiento y la movilidad articular), lesiones internas (traumatismos craneales y oculares) entre las que destacan aquellas que producen edemas cerebrales puesto que pueden tener secuelas neurológicas.

    En cuanto a las anteriores consecuencias, sin restar importancia, no nos compete abordarlas ampliamente, pues la mayoría de este tipo de casos caen en manos del médico, entonces en este caso, interesa abordar las consecuencias psicológicas. Según Pino y Herruzo (2000), al hablar de consecuencias psicológicas se refieren a la variedad de comportamientos que pueden aparecer, sean alterados o como ellos los llaman "excesos conductuales" y también los retrasos o "déficits" en ciertos repertorios que se esperarían en los niños en función de sus edades respectivas. Estas consecuencias pueden manifestarse a corto, a mediano y largo plazo, es decir, en la infancia, adolescencia y edad adulta. Las consecuencias que estos autores plantean serían las siguientes:

    Consecuencias durante la infancia.

    A corto plazo: Incluye los efectos que estos pueden tener sobre el desarrollo físico del niño en el periodo comprendido entre los cero y los ocho años de edad, esto debido a que, según el autor este es el periodo en donde los cambios más rápidos y drásticos se producen en el periodo de cero a seis/ocho años.

    La principal y secuela que los malos tratos producen en el desarrollo de los niños es precisamente su retraso que se nota alrededor de la edad de un año, y ya es muy claro a los veinticuatro meses.

    Las áreas comportamentales que se encuentran más afectadas en este periodo son las siguientes:

    1. Área cognitiva: presentan un menor desarrollo cognitivo, se muestran más impulsivos, menos creativos, más distraibles y su persistencia en las tareas de enseñanza aprendizaje es menor. Son menos habilidosos resolviendo problemas y cuando llegan a la edad escolar muestran peores resultados en las pruebas de CI y tienen malas ejecuciones académicas. Los niños maltratados funcionan cognitivamente por debajo del nivel esperado para su edad, ya que sus puntuaciones en escalas de desarrollo y tests de inteligencia son menores que en los niños no maltratados, sus habilidades de resolución de problemas son menores y hay déficit de atención que comprometen el rendimiento en las tareas académicas.
    2. Área social: Pino y Herruzo (2000) mencionan que estos niños, a los 18 y 24 meses sufren un apego ansioso y presentan más rabia, frustración y conductas agresivas ante las dificultades que los niños no maltratados. Entre los 3 y 6 años tienen mayores problemas expresando y reconociendo afectos que los controles. También expresan más emociones negativas y no saben animarse unos a otros a vencer las dificultades que se presentan en una tarea. Por último, presentan patrones distorsionados de interacción tanto con sus cuidadores como con sus compañeros. Según Gaensbauer et al. (1979; 1980) citados por Pino y Herruzo (2000) identificaron seis patrones distorsionados de comunicación afectiva entre los niños maltratados y sus cuidadores: eran retraídos o distantes afectivamente, mostraban falta de placer o bienestar, eran inconsistentes en la interacción, presentaban ambigüedad, frivolidad y una comunicación afectiva negativa. Estos niños se acercan menos a los cuidadores, evitan más a los adultos y a los compañeros y son más agresivos con los adultos. También otros autores como Hoffman-Plotkin y Twentyman (1984) citados por pino y Herruzo (2000), descubrieron que los niños maltratados físicamente eran más agresivos que los controles y que los que padecían abandono interaccionaban menos de lo normal estos mismos autores, pero en el año de 1988 indican que los niños maltratados han mostrado falta de empatía. Son niños que entre 1-3 años de edad no mostraban interés por escapar a las situaciones molestas de la guardería y cuando lo hacían eran violentos, reaccionaban con ataques físicos, cólera o miedo (Main y Georges, 1985) citados por Pino y Herruzo (2000), también se ha visto que los niños maltratados son menos recíprocos en las interacciones con sus iguales y Elmer y Martin (1987) citados Pino y Herruzo (2000) mencionan que estas dificultades en habilidades de empatía perduran hasta la edad adulta.
    3. Área del lenguaje: Pino y Herruzo (2000) ha revisado varios estudios al respecto y ha encontrado lo siguiente. Beeghly, Carlon y Cicchetti (1986) descubrieron que los niños que padecen de maltrato físico, a los 30 meses, no se diferencian de los niños control en cuanto a lenguaje comprensivo pero si en el productivo, en lo que se refiere a sensaciones, sentimientos y necesidades y los niños que padecen abandono y maltrato físico presentan un déficit en la expresión de este tipo de verbalizaciones referentes a estados internos. Coster, Gersten, Beeghl y Cicchetti (1989) estudiaron la interacción verbal madre e hijo en niños de 31 meses. Observaron que los niños maltratados físicamente utilizan un lenguaje menos complejo sintácticamente, tienen menos vocabulario expresivo y conocen menos palabras que los normales. Burguess y Conger (1978), observaron que las madres de los niños que padecen abandono y maltrato físico hablan menos con sus hijos que las controles, en los casos de abandono físico las madres dan menos recompensas verbales y aprobación a sus hijos, y se muestran más propensas a criticarlos. En los casos de maltrato físico se ha visto que utilizan menos instrucciones verbales para ayudar a sus hijos a superar las dificultades normales de su ambiente. Inician menos interacciones de juego e ignoran más a sus hijos. Estas dificultades de lenguaje no desaparecen a lo largo del tiempo, sino que perduran hasta la edad escolar. Los niños maltratados, tal como lo señala Blager y Mártin (1976), los niños maltratados presentan dificultades de comunicación y de habilidades de expresión.
    4. Área de autonomía funcional. Pino y Herruzo (2000) señalan que por un lado, puede haber conductas de cuidado personal (aseo, vestido, nutrición, etc.) que en condiciones normales deben ser aprendidas en el seno familiar y, por otro lado, están las habilidades de la vida en comunidad, es decir, la capacidad que el sujeto tiene de funcionar de forma independiente a sus progenitores o cuidadores y señalan que los resultados de Egeland et al. (1981, 1983) muestran que los niños que padecían diferentes formas de maltrato presentaban un apego ansioso, en especial los que sufrían abandono emocional. Estos niños tendían a ser menos obedientes a sus padres y educadores que los controles y presentaban menor repertorio de autocontrol. El grupo de abandono físico resultó especialmente dependiente del educador para aquellas tareas propias de la nutrición que se llevan a cabo en el colegio. Sin embargo en cuanto a los comportamientos de funcionamiento independiente con respecto a los padres en su medio, estos niños llegan a estar al nivel o por encima de los controles (Pino, 1995). Esto podría ser consecuencia directa del número de horas que estos pasan solos, muchas veces en la calle, desde edades muy tempranas.
    5. Área Motora. Pino y Herruzo (2000) ha encontrado diversas investigaciones al respecto y varias de ellas son las siguientes. Esta es el área que se encuentra menos afectada (Pino, 1995). En el estudio de Egeland et al. (1981, 1983) los niños maltratados se mostraron menos hábiles que los controles, en el uso de herramientas a los 24 meses de edad. En Pino y Herruzo (1993) los niños que padecían abandono físico se mostraban más tardíos en adquirir la locomoción y se apreciaban también déficits en motricidad fina.
    6. Problemas de Conducta. Se refiere a los problemas de comportamiento en general (conductas agresivas, hiperactivas y disruptivas). Como ya se ha mencionado, los problemas de conducta agresiva se presentan principalmente en los niños maltratados físicamente. Kazdin, Moser, Colbus y Bell (1985) y Allen y Tarnowski (1989) citados en Pino y Herruzo (2000) hallaron en estos niños más síntomas depresivos (mayor externalidad en la atribución de control, más baja autoestima y desesperanza en cuanto al futuro). Pino y Herruzo (1993) observaron una inusual aparición de comportamientos sexuales precoces (frotis, masturbaciones con una alta frecuencia, en presencia de otros niños) en niños que padecían abandono (Pino y Herruzo, 2000).

    5) Causas y consecuencias de la Falta de Comunicación?

    La falta de comunicación con los hijos en estos días es la consecuencia de la mayor parte de los problemas en los adolescentes, sea en drogadicción, embarazos, delincuencia y todo los demás problemas que las sociedades hoy enfrentan con índices de aumentos diarios.

      Muchas veces los padres creen que porque mandan al colegio a sus hijos estos ya tienen una educación. El colegio enseña materias. Pero el amor, el respeto, los principios, el amor a la familia, el no apoderarse de  lo ajeno, la religión y todo sobre la vida, se aprende en el hogar.

    "Cooperación", "comunicación", "co-educación" entre escuela y familia es lo que se tendría que dar y no se da. Esta falta de comunicación entre familia y escuela y esta "actitud abandonista de muchos padres" en el momento de asumir responsabilidades, hace que los niños y niñas, inevitablemente, según algunos de los participantes, sufran las consecuencias en forma de depresión, comportamientos caprichosos… y, de algún modo, provoca el nacimiento de un nuevo tipo de niños: "los niños llaveros, los pobrecitos van de pequeños con sus llaves, no saben si tienen que ir a casa de sus abuelos o es que va a ir la canguro a, etc".

    La culpa, para unos, la tiene la falta de tiempo; para otros se trata de "una mala educación" como padres y proponen que tendrían que existir "escuelas para padres". Algunos, también, apuntan la posibilidad de usar las nuevas tecnologías como vías para facilitar la relación familia- escuela.

    6) Responsabilidad de los padres.

    CUENTO CONTIGO: JUNTOS POR UNA SOCIEDAD SIN VIOLENCIA

    (Constitución Bolivariana, LOPNA, Ley sobre Violencia contra la Mujer y la Familia)

    La violencia se ha convertido en uno de los mayores problemas que enfrentamos los venezolanos. Los niños, niñas y adolescentes conviven en situaciones de agresividad en su medio familiar, comunitario y escolar, En cada uno de estos contextos se viven diferentes realidades: abuso sexual, maltrato infantil, abuso de autoridad, violencia en los medios de comunicación, etc. Ante todas estas situaciones que atentan contra los derechos de la infancia y adolescencia, la sociedad en conjunto tiene una gran responsabilidad en la búsqueda de soluciones.

    La violencia se entiende como la presión de naturaleza física, psicológica y social, ejercida directa o indirectamente sobre el ser humano, que altera su normal desarrollo tanto individual como colectivo.

    Si tomamos en cuenta a los derechos humanos en su sentido integral tales como el derecho a la vida, salud, educación, alimentación, vestido, vivienda, a la participación, al respeto de la integridad ciudadana, etc, contemplados en las Convenciones Internacionales ratificadas por el Estado venezolano y en la Constitución Nacional, podemos afirmar que todo aquello que atente, impida o restrinja esos derechos puede ser entendido como violencia.

    En este material les proporcionamos el marco jurídico que consagra la protección integral que merecen los niños y adolescentes ante las diversas formas de violencia, partiendo de lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), el articulado contemplado en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (LOPNA) y la Ley sobre Violencia contra la Mujer y la Familia. Es necesario conocer las disposiciones previstas en los mencionados instrumentos legales, ya que nos van a permitir garantizar el cumplimiento y disfrute efectivo de los derechos de los niños(as), adolescentes y de la familia en general.

    DERECHOS DE LOS NIÑOS

    La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) establece expresamente un articulado específico para los niños y adolescentes, logro que se alcanzó luego del trabajo llevado a cabo por la Asamblea Nacional Constituyente Infantil y Juvenil. El mismo expresa en su Artículo 78:

    "Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución, la Ley, la Convención sobre los Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la República. El Estado, las familias y la sociedad asegurarán, con prioridad absoluta, protección integral, para lo cual se tomará con en cuenta su interés superior en las decisiones y acciones que le conciernan. El Estado promoverá su incorporación progresiva a la ciudadanía activa, y creará un sistema rector nacional para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes".

    1.- VIOLENCIA EN LA FAMILIA

    Esta forma de violencia se encuentra expresamente reconocida en el artículo 4 de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia, el mismo señala:

    " Se entiende por violencia la agresión, amenaza u ofensa ejercida sobre la mujer u otro integrante de la familia, por los cónyuges, concubinos, ex cónyuges, ex concubinos o personas que hayan cohabitado, ascendientes, descendientes y parientes colaterales, consanguíneos o afines, que menoscabe su integridad física, psicológica, sexual o patrimonial".

    Las expresiones de violencia se manifiestan sobre niños y adolescentes en agresiones físicas, descalificaciones verbales, poco reforzamiento y estímulo por parte de los padres, escasas expresiones de cariño, conversación y orientación, falta de recreación. Frente a esta realidad,

    ¿Qué dice la LOPNA y la Constitución para proteger a los niños y adolescentes?

    "La familia es responsable, de forma prioritaria, inmediata e indeclinable, de asegurar a los niños y adolescentes el ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías. El padre y la madre tienen responsabilidades y obligaciones comunes e iguales en lo que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de sus hijos". (Art. 5 LOPNA).

    Protección de la Familia y obligación del Estado.

    "El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Las relaciones familiares se basan en igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia". (Art. 75 CRBV)

    7) Que debe Hacer en caso de que exista el maltrato familiar?

    Recomendaciones para las víctimas de violencia intrafamiliar

    1. Recuerde que la violencia familiar, de acuerdo a lo contemplado en la ley, se refiere a: la agresión, amenaza u ofensa ejercida sobre la mujer u otro integrante de la familia, por los cónyuges, concubinos, ex-cónyuges, ex-concubinos o persona que hayan cohabitado, ascendientes, descendientes y parientes colaterales, consanguíneos o afines, que menoscabe la integridad física, psicológica, sexual o patrimonial.
    2. Una recomendación primordial para la victima es que debe denunciar, puesto que existe una serie de casos que la victima no se atreve a denunciar por miedo y temor a futuras represalias; pero el denunciar es la única forma de detener esta conducta que día a día destruye a la familia venezolana y deja graves secuelas psicológicas a los niños u otros integrantes de estas familias. Recuerde: un niño criado en un hogar con violencia será un adulto violento.
    3. En caso de que usted sea victima de violencia intrafamiliar, resguarde las evidencias del caso: armas (blancas o de fuego), objetos, grabaciones, fotos, etc.
    4. Si es victima de violencia sexual, debe acudir inmediatamente a colocar la denuncia, tomando las siguientes precauciones: no ducharse ni lavarse; resguardar y colocar en una bolsa plástica la ropa intima, sabanas y cualquier tipo de evidencia que coadyuve a determinar que efectivamente se cometió este delito.
    5. ¿Por qué deben denunciar las víctimas? Porque todo hecho de violencia físico, psicológico o sexual, hacia la mujer u otro integrante de la familia, es también una violación a sus derechos humanos; y por lo tanto es un delito. Recuerde que una denuncia a tiempo es una alerta temprana.

    La ley también protege a las victimas del acoso sexual, el cual se genera porque alguien, abusando de una situación de superioridad, procura cualquier tipo de acercamiento sexual no deseado, tales como:

    • Insinuaciones sexuales y ofensivas.
    • Proposiciones para tener relaciones sexuales o permitir acercamientos sexuales prometiéndoles recompensas.
    • Relaciones o contactos sexuales bajo la amenaza de perjudicar a la victima en sus actividades y aspiraciones, tanto laborales como educativas.
    • Invitaciones deshonestas y comprometedoras.

    8) A quien acudir para denunciar el maltrato familiar?

    La división contra la violencia a la mujer y la familia

    Fue creada el 27 de Enero de 1.999, tomando en cuenta la puesta en vigencia de La Ley Sobre Violencia a la Mujer y la Familia.

    En un principio estuvo al mando de la Com. Odalis Caldera, jefe de la División para el momento de aperturarse la misma.

    Tiene como finalidad prestar atención y orientación a las personas que son víctimas de violencia intrafamiliar, aquí tienen la posibilidad de recibir asesoría legal, atención psicológica y orientación referente a la problemática.

    Esta División cuenta con profesionales y personal técnico capacitado, que se encargan de evaluar cada caso y tomar las medidas necesarias en función de preservar la integridad de los agredidos.

    La persona que acude a la División es atendida por los funcionarios que se encuentran en oficialía de guardia donde les toman nota de sus datos personales. Luego, es referida al Asesor Jurídico quien es la persona que se encarga de entrevistar a la víctima o la persona afectada sobre el motivo de su presencia en la División, orientándola y explicándole todo el proceso legal, el cual se relaciona con la aplicación de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia, así como cualquier otra información que sea necesaria o requerida por la persona. MISIÓN

    Prevenir, controlar y erradicar la violencia en el seno de la familia, a través de las investigaciones practicadas según lo pautado en las leyes y códigos, y pasar a la fiscalía aquellos casos que deban ser presentados ante los tribunales de control

    FUNCIONES

    • Atender a las personas que requieren formular denuncia sobre este tipo de delito, y asesorarlas legalmente o referirlas a otras instituciones.
    • Aperturar la(s) denuncia(s) correspondiente(s) de la(s) persona(s) agraviadas.
    • Realizar todas las diligencias investigativas correspondientes, a fin de llevar con total objetividad y veracidad los expedientes aperturados en esta división.
    • Elaborar informes psicológicos y sociológicos.
    • Dictar medidas cautelares pertinentes a las personas involucradas en los expedientes, de acuerdo a la naturaleza de los hechos, tal como lo ordena la ley sobre la violencia contra la mujer y la familia, en su articulo nro. 39.

    MARCO LEGAL:

    La división contra la violencia a la mujer y la familia funciona bajo el siguiente marco legal:

    • Ley sobre la violencia contra la mujer y la familia.
    • Ley orgánica para la protección del niño y del adolescente (lopna) artículos 32, 80 y 86.
    • Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, artículos desde el 75 hasta el 80, el 55 y el 60.

    SERVICIOS:

    • Asesoramiento legal.
    • Evaluación psico-social.
    • Atención de las personas afectadas por violencia intrafamiliar
    • Referencia a otras instituciones para ayuda psicológica y en materia de conflictos familiares.

    Dirección: Alcabala a Campo Elías, Edificio Paris, Piso 7, La Candelaria (Al Lado de la Plaza La Candelaria), Caracas – Teléfono: 576.8729

    9) Como afecta la falta de comunicación afecta a la sociedad?

    La comunicación es tan esencial que el mundo sin ella resulta impensable. La probabilidad de que la persona pasiva satisfaga sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra sustancialmente reducida debido a la falta de comunicación o a la comunicación indirecta o incompleta. La persona que actúa así se puede sentir a menudo incomprendida, no tomada en cuenta y manipulada. Además, puede sentirse molesta respecto al resultado de la situación o volverse hostil o irritable hacia las otras personas.

    La falta de comunicación puede afectar a la sociedad de manera grave. Los grandes conflictos sociales se deben a la falta de comunicación.

    10) Consecuencias del maltrato en la personalidad del individuo

    Hay una relación entre el abuso/abandono infantil y la presencia de enfermedades mentales o de algún síndrome o desorden psicológico específico, en la actualidad varios autores admiten que solo entre un 10 y un 15% de los de los padres abusivos ha sido diagnosticado con un síntoma psiquiátrico específico. Estudios que se han hecho, indican que los padres abusivos tienen dificultades para controlar sus impulsos, presentan una baja autoestima, escasa capacidad de empatía, así mismo, se ha encontrado que el abuso infantil se relaciona con la depresión y con la ansiedad de los padres, entre otras características y rasgos de personalidad como el alcoholismo y la drogadicción.

    Actitudes y creencias hacia el maltrato infantil

    Papalia y Olds (1998) señalan que "Los niños se ven afectados tanto por lo que sus padres hacen como por lo que piensan", es decir por las actitudes y creencias de los mismos, según este autor señala que "Podemos definir una actitud como una predisposición para responder a un estímulo en particular de una manera particular. Una actitud representa una mayor probabilidad de que una persona reaccione frente a una experiencia o comunicación dadas de una forma en particular en vez de hacerlo en otra forma"(Manheim, 1983).

    La actitud según Morales (1994), tiene tres componentes y son los que siguen:

    1. Cognitivo: Consta de las percepciones de la persona sobre el objeto de la actitud y de la información que posee sobre él.
    2. Afectivo: Si la evaluación surge más bien de experiencias intensas, de carácter positivo o negativo, con el objeto de la actitud, el proceso es afectivo. Éste está compuesto por los sentimientos que dicho objeto despierta.
    3. Cognitivo-conductual: El tercero incluye las tendencias, disposiciones e intenciones hacia el objeto, así como las acciones dirigidas hacia él. Y finalmente es conductual si la evaluación surge de manera gradual de la implicación conductual de la persona con el objeto.

    A las actitudes a veces se les suele llamar creencias pues según Manheim (1983) menciona que las creencias son observaciones de hechos o realidades, no son lo mismo que la realidad sino que representan la forma en que el individuo mira la realidad, la descripción de sí mismo, de su medio ambiente físico y social, la forma en que percibe su contexto, el medio dentro del cuál vive y acerca del cual se forma juicios y valores.

    Con respecto a lo anterior, cabe señalar que no todas las creencias están sujetas a prueba y para ello se señalará a continuación las dos clases de creencias. Pueden existir al menos dos clases de creencias según menciona Manheim (1983) y son las siguientes:

    La primera es una creencia en algo, la segunda una creencia acerca de algo. La diferencia entre las dos consiste en que la creencia en algo no se puede comprobar ni impugnar por observación, por lo menos no brevemente. Tampoco existe una manera física de medirla, aunque mucha gente cree que este tipo de creencias existe y esto influye en su conducta. Por otro lado, las creencias acerca de algo son constantemente sujetas a pruebas. Cada una de estas creencias pueden ser comprobadas. Cada creencia de este tipo puede ser juzgada a través de hechos observables y se pueden evaluar sus méritos empíricamente por tanto, este tipo de creencias son las que se evaluarán en el presente estudio. Las creencias paternas, que son las que aquí interesan según Papalia y Olds (1998) tienen origen en la cultura pues se encontró que un estudio realizado en California relacionó creencias de los padres sobre crianza, inteligencia y educación, con el desempeño escolar de sus hijos (Okagaki y Steinberg, 1993). La identificación de este estudio de diferencias culturales en las creencias de los padres puede ayudar a los profesores y a los mismos padres a entender un poco más a los niños, a desarrollar una forma de vida diferente a las de ellos y darse cuenta de su propia situación.

    Engel Sofia de Baros Bustamante