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Militarización y resistencia (página 2)


Partes: 1, 2

La guerra hoy es contra lo que no se somete, contra los pueblos, contra la autodeterminación y contra la dignidad de la diferencia, del ser libertario. Es contra todo lo no institucionalizado5, contra la posibilidad de otros mundos, de otros pensamientos, de otras formas de relacionamiento, de poder organizar la vida al margen o a contracorriente del capitalismo.

De esta manera, la asimetría como definición de la guerra moderna apunta claramente a una guerra contra los pueblos insubordinados, real o potencialmente. A una guerra de las instituciones contra los que no aceptan las reglas, los que las transgreden o simplemente no las entienden: los "no convencionales".

Un enemigo definido en estos términos es omnipresente y, hasta cierto punto, impredecible. Incomprensible para quienes durante más de quinientos años han negado su existencia, su especificidad, su vitalidad, su cultura, y en esa negación se han impedido entender los procesos de resistencia y las otras visiones del mundo. El otro -que es contradictoriamente el enemigo y el sustento de las relaciones capitalistas- es infinito en virtud de su inmanencia al proceso capitalista. Es inagotable en la medida en que es el propio proceso de dominación capitalista quien lo genera. Y es esta contradictoriedad inmanente la que lleva a los poderosos a intentar construir una coraza que los proteja, al tiempo que desarme o desactive cualquier iniciativa del otro, en vistas de que su destrucción no puede ser absoluta; lo que se requiere destruir es su potencialidad subversiva. Esto es lo que explica tanto el carácter "preventivo" de las guerras modernas como la necesidad de pensar en construir condiciones de seguridad integrales, abarcando todo el espectro de posibilidades de acción del otro, del enemigo. Ni más ni menos que "dominación de espectro completo" (JCS, 2000), a través de un sistema tecnológico-militar6 capaz de cubrir desde los subterráneos del planeta hasta el espacio, es la condición de seguridad diseñada y definida por el Comando Conjunto de Estados Unidos, que es la entidad privilegiada de diseño de políticas estratégicas mundiales en nuestro tiempo7. Y dentro de esta pretendida dominación de espectro completo, la desventaja de la guerra asimétrica debe ser compensada mediante una persecución de dimensiones similares que "no deje resquicio al enemigo" (JCS, 2000) ni tiempo para retomar aliento, es decir, una persecución total atacando simultáneamente en todos los niveles y todos los frentes. La tecnología sirve como soporte de la superioridad militar en su sentido más amplio, abarcando las tareas de operación y de inteligencia en campos como el militar pero también el mediático.

Territorialidad estratégica

Si esta estrategia de dominación abarca en profundidad desde el subsuelo hasta el espacio8, en la geografía planetaria se extiende desde los polos hasta el ecuador, organizando tierras y mares de acuerdo con los objetivos de seguridad "nacional" definidos por Estados Unidos.

El diseño de la estrategia territorial responde al criterio de "la prosecución de una misión central evolucionando de acuerdo con circunstancias cambiantes" (DARPA, 2003) y avanza hacia un posicionamiento que garantice, primero que nada, el control territorial completo y, luego, el de las zonas "críticas".

Lo primero, entonces, es el diseño de una lógica de conjunto, atendiendo al trazado de posiciones cuyo radio de acción combinado permita cubrir la totalidad del planeta. Para eso las fuerzas armadas de Estados Unidos se han subdividido en cinco comandos: el Comando Norte (USNORTHCOM) responsable de América del Norte, incluyendo Cuba y Puerto Rico; el Comando Sur (USSOUTHCOM) que se ocupa de América Central, casi todo el Caribe y América del Sur hasta el casco polar; el Comando Europeo (USEUCOM) que cubre Europa, Rusia, Groenlandia, el Polo Norte y la parte occidental de África; el Comando Central (USCENTCOM) que comprende el Medio Oriente, la parte oriental de África y las repúblicas escindidas de la Unión Soviética; y el Comando Pacífico (USPACOM) que se ocupa del Asia Pacífico y el Polo Sur. No hay lugar del mundo que haya quedado descuidado. Donde termina un comando empieza el siguiente9, de manera que en conjunto los cinco comandos abarcan la totalidad del planeta. En cada una de las áreas de estos comandos hay un trazado específico de posiciones, con algunos puntos principales -por su ubicación geográfica o por las cualidades particulares del territorio- y puntos de apoyo. Generalmente los criterios de trazado son tres: la posición geográfica, la disponibilidad de recursos naturales valiosos y/o la existencia de movimientos de resistencia.

Adicionalmente a estas consideraciones, se ha hecho un diseño de grandes áreas en el que una franja enorme que camina alrededor del ecuador es identificada como "brecha crítica" por sus condiciones de indisciplina o "ingobernabilidad" (Barnett, 2003) (ver Mapa 1). Esta brecha crítica marca el territorio (tierra y mar) que se encuentra en situación de emergencia y que requiere, por ello, de atención urgente y decidida.

Como es sabido, Estados Unidos se autoproclama el diseñador y garante de las reglas del juego y, como parte de su misión civilizadora, se propone constituirse en una especie de Leviatán externo (Barnett, 2003) en los casos de naciones con estados débiles10, incapaces por sí mismos de mantener el orden y disciplina de sus sociedades, y de cumplir cabalmente con las disposiciones de la OMC, el Banco Mundial y el FMI. Lo que es considerado ingobernabilidad tiene variantes que comprenden los casos de rebeldía o insumisión y se relacionan frecuentemente con resistencia al saqueo de recursos, al desplazamiento de poblaciones o al atropello cultural. La franja geográfica que el Pentágono -según Barnett- considera crítica contiene la mayor parte de los recursos petroleros y gasíferos, el uranio, los metales estratégicos, la biodiversidad y el agua dulce del mundo. Es, a la vez, la región de mayor inestabilidad y donde se registra el mayor número de conflictos, la mayoría de ellos ligados de algún modo al territorio. Es por ello también la región donde más se incrementa la presencia militar directa de Estados Unidos, coordinando y supervisando también la de los ejércitos locales.

Dentro de las disposiciones estratégicas de Estados Unidos, contrariamente a lo que muchos afirman, América es la prioridad. La fuerza o superioridad de Estados Unidos estriba en su capacidad para construir una situación de invulnerabilidad y autosuficiencia relativas, y el control del continente es, en esta tarea, fundamental. Por un lado, porque se trata de un continente insular que puede limitar los posibles ataques a los ámbitos marítimo y aéreo. Por otro, la evaluación del conjunto de recursos con que cuenta esta gran masa terrestre permite calcular condiciones de autosuficiencia mucho mayores a las de otros posibles bloques: América es la segunda zona petrolera del mundo (después de Medio Oriente), tiene abundantes reservas de gas y carbón, la mayor diversidad y amplitud de reservas bióticas, casi todos los metales esenciales (de algunos casi la totalidad), las mayores reservas de agua dulce en tierra firme (sin contar las de los polos) y una diversidad sociocultural que se suma a la abundante fuerza de trabajo disponible (ver Mapa 2). Así, América es el primer bastión que debe ser asegurado para crear una situación insular que restrinja los flancos de ataque y otorgue condiciones de resistencia autosustentada superiores a las de las posibles potencias competidoras.

Reiteradamente documentos y declaraciones del Comando Conjunto o del gobierno de Estados Unidos se refieren a América como su territorio, al que tienen derecho casi de manera natural, y, en esa óptica, han ido colocando una serie de bases militares para defenderlo de las amenazas externas e internas, es decir, para convertirlo en monopolio estadounidense defendiéndolo de sus propios pueblos. Ocupando militarmente las áreas más ricas; condicionando las relaciones económicas mediante la deuda externa, las políticas económicas y las inversiones directas; imponiendo normatividades supranacionales (TLCAN y todos los otros acuerdos similares); creando políticas y prácticas continentales para las fuerzas armadas (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca-TIAR); militarizando las relaciones sociales a través de los cuerpos policíacos o de las operaciones de inteligencia, Estados Unidos ha ido controlando los destinos de América.

Con un epicentro militar en Colombia, desde donde el control va extendiéndose hacia toda la región amazónica; con bases que circundan el Caribe protegiendo los yacimientos petroleros y el estrecho que comunica los dos océanos más grandes del mundo; con posiciones en los extremos Norte y Sur, actualmente Estados Unidos dispone de un amplísimo control sobre el territorio americano (ver Mapa 3), disputado, eso sí, por los pueblos que reclaman su derecho de autodeterminación.

Haití es el acontecimiento más reciente en la escalada militar que avanza sobre el continente y muestra ejemplarmente la modalidad de multiplicación de las fuerzas que se está poniendo en marcha. De sus 250 mil efectivos, Estados Unidos ha anunciado la localización de 180 mil en Irak. Esto le deja un margen muy estrecho de movilización hacia las otras regiones; sin embargo, su actividad sigue aumentando en todas ellas mediante el uso supervisado de los ejércitos locales y de mercenarios en cantidades crecientes. Los ejércitos latinoamericanos se han convertido en la primera línea de batalla para cumplir la misión histórica que Estados Unidos se atribuye a sí mismo aceptando participar como fuerzas "de paz" en Haití con instrucciones de tolerancia cero como las siguientes: "Está autorizado el uso de la fuerza, hasta e incluyendo fuerza letal, para autodefensa o defensa de otro personal de ONU contra un acto hostil o intención hostil"; "Está autorizado el uso de la fuerza, hasta e incluyendo fuerza letal, contra cualquier persona o grupo que limite o intente limitar la libertad de movimiento de los miembros de organizaciones humanitarias asociadas a ONU y otro personal internacional" (MINUSTAH, 2004, cursivas del autor).

Haití, en este momento, representa una posición importante para cerrar el acceso al petróleo del Golfo de México y para establecer posiciones intermedias entre Cuba y Venezuela. Si todos los territorios son importantes, hay algunos que por su riqueza o ubicación específicas pueden ser considerados estratégicos. Dadas las condiciones geopolíticas, ese carácter está sujeto a permanentes redefiniciones o contradicciones situacionales, pero hoy el Caribe, junto con el Canal de Panamá, constituye la ruta de conexión petrolera de América Latina y en esa medida tiene una importancia mayor. Como se observa en el Mapa 2, la coincidencia entre la localización de los recursos estratégicos del mundo y la de las guerras más recientes es total. Considerando el enorme poder acumulado, la relativa escasez de algunos de estos recursos, y las relaciones de competencia, cabe suponer que esta tendencia se incrementará en el futuro cercano. Afganistán, Irak y Palestina, en Asia Central, y América Latina en el continente americano, son los territorios donde se está jugando en este momento la hegemonía sobre el planeta11.

La militarización de la vida y la dominación de espectro completo constituyen, además de una barbarie, la negación del futuro de la humanidad. Al paso que se difunde el espíritu de guerra, el mundo ha sido colocado en situación de máxima emergencia. La heroica resistencia de los pueblos iraquí y palestino, así como la de los movimientos latinoamericanos con toda su variedad (rebelión zapatista, insurrecciones populares en Bolivia, movimiento de los campesinos sin tierra, piqueteros argentinos y muchos otros), marcan el límite a la expropiación capitalista, a la destrucción guerrerista, y representan la esperanza de que otro mundo es posible y se está construyendo ya.

Bibliografía

Barnett, Thomas 2003 "The Pentagon’s new map" en Esquire, marzo. En . Cohen, William 1998 Annual report to the President and the Congress. National security strategy for a new century (Estados Unidos: US Department of Defense). Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) 2003 Strategic plan, febrero. En . Joint Chiefs of Staff (JCS) 2000 Joint Vision 2020 (Washington DC: US Government Printing Office), junio. MINUSTAH 2004 Reglas de empeñamiento específicas. Subcomandante Insurgente Marcos 1997 "7 piezas sueltas del rompecabezas mundial" en Chiapas (México: IIEc-UNAM/ERA) Nº 5. Tambs, Lewis Arthur 2001 Santa Fe IV. El futuro de las Américas: Temas para el nuevo milenio. Documento elaborado por el Grupo de Santa Fe del Partido Republicano de los Estados Unidos.

  Notas

1 Aunque, como lo recuerda el presidente Chávez, ese es justamente el momento que marca el inicio de la rebelión del pueblo venezolano con el llamado Caracazo.

2 "… Estados Unidos se encuentra en un periodo de oportunidad estratégico. La amenaza de guerra global ha retrocedido y los valores fundamentales de la nación de democracia representativa y economía de mercado son adoptados en muchos lugares del mundo" (Cohen, 1998).

3 Se llamó desiertos a los territorios poblados por comunidades originarias durante la invasión europea en América porque se consideraba que esas poblaciones, como no eran de seres humanos, eran más bien inexistentes. Como si fueran parte de la fauna regional. Estos desiertos o vacíos eran el territorio a conquistar cuando estaban libres (de occidentales), pero hoy están todos ocupados por la expansión de Occidente.

4 Los intereses vitales que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos deben defender son: "Proteger la soberanía, el territorio y la población de Estados Unidos"; "prevenir la emergencia de hegemones o coaliciones regionales hostiles"; "asegurar el acceso incondicional a los mercados decisivos, a los suministros de energía y a los recursos estratégicos"; "disuadir y, si es necesario, derrotar cualquier agresión en contra de Estados Unidos o sus aliados"; y "garantizar la libertad de los mares, vías de tráfico aéreo y espacial y la seguridad de las líneas vitales de comunicación" (Cohen, 1998).

5 En el documento Santa Fe IV se señala: "En este momento de la historia, Estados Unidos se encuentra en los primeros estadios de un desafío mayor a nuestro sistema político, concretado en la penetración de nuestro hemisferio. No están usando necesariamente medios militares tradicionales. Por el contrario, están comprometidos en esfuerzos no convencionales, que son difíciles de enfrentar para nuestro país, sobre todo cuando se entra en la zona de los derechos humanos, que ha sido el bastión de los intentos de la izquierda para abortar todos los esfuerzos tendientes a proteger la libertad del individuo en esta parte del mundo" (Tambs, 2001).

6 La agencia de innovación tecnológica del Departamento de Defensa señala: "la misión de DARPA es mantener la superioridad tecnológica del ejército estadounidense e impedir que sorpresas tecnológicas lesionen nuestra seguridad nacional mediante el financiamiento de investigación de alto nivel en las fuerzas revolucionarias que establezca un puente entre descubrimientos fundamentales y su uso militar" (DARPA, 2003. Cursivas en el original).

7 "El Departamento de Defensa está en medio de una transformación hacia lo que a menudo se denomina ’Network Centric Warfare’. En esencia, ’Network Centric Warfare’ transforma la superioridad de información en fuerza de combate" (DARPA, 2003).

8 El monopolio del espacio atmosférico, entre otras cosas, permite el control total de la circulación de información. "La comunidad de la seguridad nacional en general, y el ejército de EE.UU. en particular, usan el espacio para prevención de riesgos, inteligencia, comunicaciones y navegación. Estos activos en órbita son una de las grandes ventajas que el ejército de EE.UU. posee sobre sus potenciales adversarios" (DARPA, 2003).

9 El mapa puede ser consultado en .

10 En muchas ocasiones la debilidad de estos estados fue promovida por la dinámica internacional, por el neoliberalismo que los redujo a su mínima expresión en el terreno político y social, y por su involucramiento en actividades ilegítimas (corrupción, narcotráfico u otras similares) propiciadas mayoritariamente por las empresas transnacionales.

11 África es sin duda uno de los terrenos actuales de disputa; no obstante, sus enormes riquezas y potencialidades no son actualmente las que definen el rumbo del acontecer mundial.

 

 

 

 

Autor:

Ana Esther Ceceña

Economista.

Investigadora en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Miembro del Grupo de Trabajo Economía Internacional (CLACSO)

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