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Pensando o mundo dende eiqu (página 2)

Enviado por Roberto Noguerol


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3. Feria de la información

Definir el entorno que se ha creado con la aparición y desarrollo de internet ha sido objetivo de múltiples análisis. Recogiendo el pensamiento de Michael Dertouzas, director del laboratorio de Ciencias de la Computación del MIT, citado por Antonio Fidalgo en su comunicación del I Congreso portugués de la Asociación de Ciencias de la Comunicación,

"me pareció natural e inevitable que el mundo de los computadores y de las redes sería precisamente como la feria (…) con la diferencia de que en lugar de bienes físicos habría bienes de información".

Más aún, añade el profesor Dertourzas algunas reflexiones que, en mi opinión, nos acercan al núcleo de esta propuesta de análisis de la relación entre lo global y lo local. Así, el concepto tendría a su favor,

"el hecho de que destaque las características típicas de las ferias tradicionales y que son la libertad, la diversidad y la confusión".

A continuación, reflexiona sobre la memoria de infancia de las ferias de su Atenas natal. Y que mejor que un concepto tan fácil de identificar con el entorno de lo local como la "feria" para animar nuestro debate.

"El competitivo paisaje digital ha venido a sacudir la cuasi monopólica situación de los diarios y a cambiar la escala territorial en que estos se han estado moviendo desde su nacimiento" (Bustamante, E. 2003)

"lo local y lo global constituyen una doble y simultánea tendencia de comunicación (…) no (…) compartimentadas, sinó interconectadas e interactivas" (M.Ledo 1999)

Repensar los flujos informativos y los nuevos escenarios sociales, condicionados por el espacio global, omnipresente en todos los análisis, despreciando el significado de lo próximo en la construcción de esa globalidad, puede ser un grave error. La evolución de los que se ha dado en llamar sociedad de la información está influida por esa interconexión: global condicionando local y al revés.

La convergencia de lo local con las nuevas oportunidades de lo digital abre a su vez nuevas vías de expresión. El nuevo estímulo revitalizador para la prensa surgida de los entornos más próximos, o reforzada por la facilidad económica, y la agilidad en su difusión a través de la red, hace necesario el debate de las nuevas situaciones. El nuevo mundo global es explicado novedosamente desde otras ópticas.

"se hace posible una información más descentralizada y se permite la participación en el ámbito global". (X. López. 1999)

4. El desafío de la credibilidad

"credibilidad es (…) la confianza que uno deposita en el otro a partir de la cual (…) creemos en lo que nos dice (…) a pesar de las transformaciones tecnológicas que se han operado sobre los soportes que transmiten la información, y que influyen en la forma y en el contenido de los discursos, en esencia 'la palabra' continúa siendo todavía el instrumento principal de la credibilidad". (Balsebre, A. 1999)

Independientemente de la reflexión que pueda hacer un periodista concreto en una redacción en un momento dado, puesto que en cualquier caso, su potencial movilidad se da por descontada: hoy en prensa escrita, mañana en radio, pasado quizás en televisión, o internet, o una institución, incluso la empresa…. la beligerancia con los medios digitales llega fundamentalmente en los medios tradicionales desde los ámbitos de poder. Tales acusaciones merecen ser leídas, al menos en un primer momento, en función de esa condición de 'poder', aún cuando quien las esgrime pueda tener un pasado directamente ligado a la redacción periodística.

La tentación de promover un discurso deslegitimador de la prensa digital es cuando menos paradójica en situaciones en las que los que así se pronuncian desde la industria del periodismo tradicional desarrollan sus propias estrategias de acceso y expansión en la red. El reduccionismo en ocasiones de la acusación de descrédito a la prensa digital puede incluso entenderse como un ataque directo al entorno digital. Flaco favor es en este caso para la consolidación del propio entorno donde el medio tradicional también aspira a tener su parte, el insinuar a las audiencias esa presunta falta de rigor de la prensa en internet.

La amenaza de la falta de rigor no ha de ser necesariamente mayor en la prensa en línea. La inmediatez del seguimiento a la noticia incluso no es argumento sólido cuanto proliferan los medios que, independientemente de la atención a la última hora, cuidan sus contenidos y establecen rutinas temporales de publicación para una parte sustancial de sus informaciones.

"mientras periodistas de todos los medios dicen estar preocupados por los estándares y la credibilidad de las noticias digitales, el público online dice que eso no es un tema. De hecho, el 13% de los lectores online dicen que internet es la fuente más confiable para noticias, de acuerdo con las averiguaciones del Digital Journalism Credibility Project, publicado por la Online News Association". (Chin, S. 2001)

Salvando las distancias en el tiempo y en el espacio, sorprenden los datos anteriores, ya a nivel de 2001, tomados en el país que habitualmente ha marcado tendencias en la evolución de la red, detectadas casi siempre más tarde en otras geografías (el como y por que esto último cambia es interesante materia de otro debate).

"las dudas sobre la credibilidad de los medios en Internet son más un prejuicio de periodistas de medios tradicionales que de los lectores online, ya que los primeros valoraron la fiabilidad de los medios digitales muy por debajo de los usuarios". (Domínguez, E. 2002).

La reflexión anterior, de Eva Domínguez, redactora digital de La Vanguardia, al hilo del estudio antes mencionado y otros paralelos, viene a subrayar esa situación: el propio desarrollo en la red de los medios tradicionales, el acceso de 'reconocidos' periodistas 'del papel' a los espacios de opinión y colaboración de los medios digitales, las crecientes oportunidades laborales para periodistas en todo lo relacionado con la creación de contenidos para la red, el mismo cambio del perfil sociolaboral del periodista, sueldos más bajos, menor estabilidad y en esa línea mayor movilidad entre diferentes medios… El perfil medio de un periodista salido hoy día de una facultad y el escenario que se va a encontrar, lo hacen necesariamente menos susceptible a caer en esos prejuicios respecto de los medios digitales. Su "educación en lo digital" será de hecho mayor y en muchas ocasiones habrá recibido formación específica acerca del nuevo entorno.

5. ¿Hablamos de credibilidad o hablamos de euros?

La actualidad reciente nos da varios ejemplos significativos de en que términos se está moviendo la presión de los 'grandes' de la prensa a la hora de cuestionar la credibilidad de los medios digitales. Una buena pista para el análisis de lo que sucede podría ser el editorial que El Mundo publicaba no hace más de un mes, donde se dejaban caer estas líneas:

"No es mala idea que las administraciones públicas se comprometan a no aportar ni un euro a aquellos portales que no garanticen la legalidad de sus contenidos tal y como ha propuesto Ros". (El Mundo. Editorial: Quién financia la basura en internet?. 28 de septiembre)

El extracto hace referencia a manifestaciones públicas de Francisco Ros, secretario de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, en el sentido de impedir el acceso de los medios digitales a la publicidad institucional. En parecidos términos se había insinuado el consejero delegado del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. El escenario era la firma de un acuerdo entre la secretaría de Estado dirigida por Ros y la Asociación de Editores de Diarios Españoles, presidida por Cebrián. El objetivo declarado de ese acuerdo: que los portales de prensa en internet ayudasen en el "acceso a servicios públicos de interés social y ciudadano, colaborando en el desarrollo y difusión de la sociedad de la información". En juego, por supuesto, dinero, mucho dinero público. Durante ese acto oficial, Cebrián manifestaba que "los diarios tradicionales y los electrónicos deben aprender a convivir" y añadía que "la prensa digital tiene que trabajar para ser tan creíble y rigurosa como la de papel". Al tiempo, Francisco Ros subrayaba en la presentación de la iniciativa que "los portales de prensa son de prestigio, fiables y con reputación". La firma daba inicio a unas jornadas sobre "Prensa y nuevas tecnologías" .

Las paradojas son varias: a que medios se refieren estas manifestaciones? El ánimo a trabajar por el rigor incluye los propios medios digitales del presidente de la Aede? Y, en último caso, que hace diferente a un medio internáutico en esa carrera por el prestigio, porque se insinúa que es susceptible de partir de un punto más lejano a esa requerida credibilidad? Un mismo periodista trabaja con criterios diferentes si lo hace en un medio digital a los que aplicaría en un medio en papel? Más aún, cuando el editorial arriba mencionado habla de garantizar la legalidad de los contenidos, a qué hace referencia? O es que no se había resuelto establecer unos rigurosos criterios para la transparencia legal en la propia LSSICE… Si la condición a efectos legales y exigencias jurídicas es comparable a la de cualquier otro medio… de qué estamos hablando exactamente?

"Yo veo la prensa tradicional, la moderna, escribo en prensa digital y además soy de los que cree que no hay diferencia entre prensa tradicional y prensa en la Red. La prensa es igual en todos sitios. Que se haga en la red, que se haga en la radio, que se haga en el papel es puramente instrumental. La Red es un instrumento y está al servicio de todo el mundo. Yo no podría vivir sin trabajar en la Red y en Internet". (Periodista Digital. Entrevista de Mate Guerra a Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de Prensa de Madrid. 28-9-2004)

"Los maulas del periodismo no están refugiados en Internet. La fiabilidad y el respeto se ganan a pulso en cada ejemplar (…) los responsables de la prensa digital no han tardado un minuto en replicar a los controles exigidos (…) el censor tiene "miedo" a esta imparable y feliz realidad que se le escapa a chorros; una realidad que elude sus privilegios, que escapa a su todopoderosa influencia, que crece sin preguntarle, que sobrevive sin pedirle perdón y que rompe insolente sus ventajas (…) Ni toda la prensa digital "sucumbe al rumor y a los anónimos" ni chantajea emboscada y traidora a políticos y empresarios, ni toda la prensa de papel merece respeto, es de fiar, ni se hace con rigor". (J.M. Peñalosa.. El Semanal Digital. 28 septiembre 2004)

"Comunidad de chantajistas", "ciberbasura", "piratas", "subproductos", "injuriadores"… las palabras dedicadas a la prensa digital parecen claramente un exceso injustificable, y recomendaciones tales como "deben trabajar para ser tan creíbles como la prensa de papel" se muestran muy teñidas de un alto grado de paternalismo y una baja concesión a la autocrítica.

De la propia divergencia entre la consideración que los lectores hacen de la prensa en línea y la que en de una forma elitista ha trascendido en determinados momentos de la reciente historia de lo digital por parte de gurús, dirigentes o periodistas vinculados a medios tradicionales se extrae también una conclusión sobre el significado de esa credibilidad. Citando de nuevo a Balsebre, con el que abríamos esta reflexión, desde el punto de vista de la empresa mediática una "buena y dilatada experiencia profesional (…) y popularidad (…) se identifica de una forma reduccionista con prestigio". Más allá de la amenaza de la autocomplacencia del profesional de la empresa periodística, desde la visión del receptor, "honestidad profesional" se entiende de forma preferente como "imparcialidad o independencia", aunque en último término sea innegable que esa imparcialidad está relacionada con la medida en que "la toma de partido" que sobre los temas se hace "coincide con sus propios intereses".

La respuesta en la red a esos excesos críticos desde todo tipo de medios fue amplia y argumentada, y ejemplos están en citas anteriores. En la convicción de que el rigor no se aplica a tiempo parcial y no diferencia medios o formatos, vale la pena como broche subrayar una línea: "La fiabilidad y el respeto se ganan a pulso en cada ejemplar".

6. Confidencial: rigor y palabras

Cuando desde algún púlpito se ataca a la prensa digital, parece dirigirse el ataque a toda la prensa digital. Cuando otras voces salen para defenderla, parece muchas veces que de igual modo, defienden por principio a toda la prensa digital. Los extremos hablan de un idéntico problema, y lejos de ellos hay una realidad en el punto medio. De igual modo, puede no ser casual que el debate sobre la telebasura coincida en el tiempo en uno de sus momentos de mayor protagonismo, con el debate sobre la calidad de los modelos informativos en televisión. Que ese discurso recurrente sobre telebasura, de forma general, desprestigie por extensión a los informativos en televisión, le hace daño al medio. Una polémica concreta sobre excesos alrededor de un tema determinado por parte de un diario en la red también pudiera ser excusa para poner sombras sobre la e-prensa en general. Conviene según esto no generalizar y debatir sobre casos concretos.

"lo peor no es que los editores de prensa tradicional se sientan amenazados por la prensa digital. Lo peor es que se alían con el gobierno para limitar la libertad en un ámbito que desconocen y del que claramente desconfían (…) ¿Qué forma tomarán esos 'medios de control' que aseguren que la prensa digital sea 'tan fiable, creíble y rigurosa como la prensa de papel'? ¿Serán oficiales, como una comisión de control o un consejo de quejas? ¿Serán los mismos que algunos prominentes abogan por instalar para la prensa tradicional, o serán específicos de la Red? Si son específicos, ¿los formarán gentes del mundo digital, o sus rivales de los medios tradicionales?" (José Cervera. Retiario. El Mundo.es (El Navegante). 27/09/2004)

En internet, a menudo muchas de las críticas han llegado acerca de medios exclusivamente en línea tenían que ver con los "confidenciales". No es casual esa reciente tendencia de la red a acoger boletines autoproclamados ‘confidenciales’. ¿confidenciales de qué o de quién? Si la confidencia tiene por naturaleza un carácter restringido, parecería no ser el mundo virtual, sin fronteras oficialmente declaradas, el mejor lugar para depositarla, guiada por la irresistible voluntad de los secretos de hacerse contar….?

"Cebrián tiene razón en una cosa: la única forma real de controlar los contenidos de la Red es acabar con la posibilidad de la publicación anónima. Si todo lo que se escribe en la Red estuviese identificado se acabarían muchos problemas (como el 'spam' y los virus, por ejemplo). Pero esto supondría renunciar a uno de los principales baluartes de la libertad en la Red, algo muy poco deseable". (Cervera. 27/09/2004)

La evolución, empeño y ejercicio brillante de una profesión, el periodismo, a lo largo de mucho tiempo, ha reforzado para el medio ese viejo impulso de conceder a la palabra escrita una credibilidad mucho mayor a lo simplemente oído. Habremos de estar dispuestos a pagar un precio muy alto si apostamos por atacar la base de todos los principios que han construido esa cómplice confianza del lector con la rigurosidad del medio en el cual confía.

"Es posible que los confidenciales seamos menos rigurosos que los medios tradicionales, lo que pasa es que somos mucho más valientes, decimos lo que ellos no se atreven a decir porque tienen demasiados compromisos". (Eulogio López Escribano, en entrevista con Mate Guerra, de PeriodistaDigital.com. 28/09/2004)

El periodista es valiente si es riguroso, no debiera conformarse con ser menos riguroso en función de criterio alguno. Parecería ser esa la frontera. No hay que recordarle a la mayoría de la profesión periodística que "los rumores no son noticia" ni las características que debe reunir una información para convertirse en publicable. Estoy de acuerdo en que demasiados principios periodísticos, muchas veces no menos importantes, se mancillan a diario en medios comúnmente considerados rigurosos. No debiera darnos miedo ver el título sobreimpreso bajo el nombre del tertuliano de algún programa 'rosa' de media tarde: Fulano Tal – Periodista. También contarle al mundo sobre el presunto color de la faja de Marujita Díaz, un dato de esa trascendencia, necesita de un riguroso contraste de fuentes, por favor, no menos de tres.

La seducción de un medio o una sección que se autoproclame 'confidencial' es innegable. Más allá de esa simple definición u otras similares, están las implicaciones en el tratamiento de la información. Y en este punto, resulta paradójico los extremos que podemos llegar a encontrar en la red. Tenemos por una parte los breves comentarios, a modo casi de insinuación, que aluden a personajes concretos sin citarlos e introduciento datos que en ciertos casos pudiesen restringir el significado del comentario a aquellos que estén en antecedentes o que a su vez dispongan de otras informaciones de provilegio. Por otro lado encontramos informaciones que aparentemente no se diferenciarían en su tratamiento del que pudiesen recibir en cualquier otro apartado, más allá de la 'venta publicitaria' que hacia el lector suponga estar encuadradas en un supuesto apartado confidencial. Se da incluso el extremo en ocasiones de que informaciones que aparecen en un medio referenciadas dentro de la sección de local, política o cualesquiera, en otro lo hacen bajo esa etiqueta de 'confidencial'. Más aún, ejemplos encontramos donde en el mismo medio una información inicialmente 'confidencial' salta luego a otra sección del diario, con un tratamiento diferente.

Se trata de una novedad en el ámbito de la red que no es poco interesante debatir. En todo caso, pareciera que su peligro estaría en el grado en que pueda convertirse en una concesión contra el periodismo, otra concesión, y es que no están los tiempos, los del periodismo, como para esos desperdicios.

7. No va a ser mañana

Hace unos años asistí a un hecho que en aquel momento me resultó significativo. En la apertura del Congreso Internacional Educared, se abría el ciclo de sesiones con la intervención de la ministra de Ciencia y Tecnología, en lugar de la por aquel entonces ministra de Educación. Me pareció interesante el detalle: un congreso sobre educación y nuevas tecnologías donde, formalmente, la administración parecía privilegiar a un factor sobre otro. Se ha hablado mucho en estos años, y se hablaba ya entonces de la sobrevaloración de la tecnología: aulas bien provistas de computadores, con un uso deficiente de esos recursos en el entorno escolar. Tenemos máquinas, falta la formación y las ideas, luego… las máquinas por si solas no vienen a producir grandes cambios.

La nueva pedagogía a través de internet era el título de la conferencia que en aquel foro pronunció el profesor Jesús Beltrán, de la Universidad Complutense. Su primera reflexión tenía que ver con esa idea precisamente: "es la tecnología un instrumento educativo esencial e imprescindible?". Era el primero de lo que el profesor Beltrán denominaría mitos, promesas y realidades en el ámbito educativo, que en su opinión "pasa con facilidad de la nada al infinito, del pesimismo al optimismo más desenfadado".

En aquel entonces, recogí para la revista digital Aula Galega, las ideas expuestas por Beltrán de este modo: frente a la idea que parece querer imponerse de que es imposible educar sin ordenadores en las escuelas, debemos ser conscientes de los males de la "sacralización de la tecnología", de pensar que posee efectos milagrosos.

8. La tecnología por si sola no cambia las cosas

La segunda idea tenía que ver con el hecho de que los ordenadores parecen ser atrayentes por si mismos, cautivan la atención del alumno, pero no significa esto que el alumno vaya a aprender algo simplemente por eso. En tercer lugar, los profesores no se resisten necesariamente al uso de la tecnología en las aulas, simplemente no se les ha preparado para ese cometido.

La misma cautela me vale para hablar en términos de comunicación y nuevos medios para advertir sobre la amenaza de caer en la ingenuidad de pensar que la tecnología revolucionará inmediatamente todo este escenario. Las brechas digitales no tienen que ver sólo con acceso a tecnologías materiales, los indicadores se quedan obsoletos en ese sentido. Un ordenador en la escuela, en el centro social, la biblioteca, en casa, en el trabajo… no cambia radicalmente una situación, el proceso es mucho más sutil y progresivo, aunque no se detenga.

La tecnología no cambiará radicalmente el proceso de enseñanza y aprendizaje. Pensamiento crítico, autocontrol y solución creativa de problemas no están implícitos en su uso. Un planeta en cambio, un planeta tecnológico, necesita descubrir y reflexionar sobre las posibilidades de esas tecnologías, también en el contexto mediático.

"la argumentación que presenta el advenimiento de la SI como un cambio radical reposa fundamentalmente sobre dos tipos de consideraciones: 1) los desarrollos tecnológicos fulgurantes en el tratamiento y la transmisión de la información, 2) la importancia estratégica creciente de la información y del conocimiento en el conjunto de las actividades humanas". (Tremblay, G. 2003)

Debiera matizarse la radicalidad del cambio, pues a menudo las promesas tecnológicas evolucionan de forma distinta a la esperada. En lugar de un 'punto y aparte', nos encontramos con un 'punto seguido', la misma convergencia de medios entendida como una propuesta conjunta y unitaria, como un nuevo modelo de electrodoméstico a partir del cual escucharemos radio, veremos tv, navegaremos, intercambiaremos información, diseñaremos los contenidos a medida… nos llega de forma más deslavazada. De modo inesperado, pero continuo, nuevas experiencias diseñan ese futuro desde el presente mismo. En un momento dado, los oyentes de un programa radiofónico chatean de forma simultánea en un espacio proporcionado por la emisora desde su sitio web y hablan acerca de las informaciones que reciben por el canal radiofónico; entonces, un redactor que ha venido recogiendo en tiempo real las opiniones de esta parte 'conectada' de la audiencia, hace un resumen de lo que le parece más destacado de esas conversaciones paralelas; los invitados del programa o su conductor, introducen nuevas reflexiones desencadenadas por esas aportaciones; al tiempo, se abren foros en la web sobre asuntos de actualidad o sobre temas tratados durante el programa, incluso como avance… los lectores de un periódico dejan en la web sus preguntas para un invitado, que son seleccionadas por la redacción; posteriormente, la intervención se convierte, resumida, en una entrevista que pasa al formato en papel del diario…

Internet con mayúscula, sólo a principio de frase. Escribimos radio con mayúscula?, y televisión?, y teléfono?, por qué no? y por qué sí Internet aparece con mayúscula en múltiples referencias?

La convergencia abre frentes diversos y gana caminos posibles, inducida por los medios, condicionada por las audiencias, promovida por las tecnologías… La última innovación no va a suceder mañana.

9. Otras voces, otras oportunidades

"un movimiento social es un grupo de ideas con una finalidad específica, y que al tratar de ejercer una presión deviene un grupo de presión". (M. Parés. 2002)

Alterglobalización, creación de comunidades, medios alternativos, acceso de lenguas minoritarias… un conjunto de factores ha contribuído a abrir la red a nuevas voces, no sólo por ofrecerles un espacio donde directamente introducir sus ideas de forma más ágil. Al tiempo, la capacidad de intercambio de experiencias y de difusión y convocatoria de actividades se multiplicaba. Y de forma paralela, aumentaba el número de medios capaz de dar respuesta a sus necesidades comunicacionales de una forma más continua de lo que habían gozado nunca.

"Es necesario reivindicar el papel determinante que en su desarrollo [los movimientos sociales] y en la difusión de sus actividades tienen hoy los medios de comunicación social". (M. Parés. 2002)

En el ámbito de la alterglobalización ese papel determinante de las nuevas tecnologías ha tenido un altavoz de privilegio en los nuevos medios digitales, viendo surgir de hecho, propuestas informativas específicamente diseñadas con esa finalidad, el mejor ejemplo, quizás: la red de centros de medios independientes Indymedia.

En un entorno cercano, lo sucedido alrededor de la crisis del Prestige ofrece buenas oportunidades para el análisis de esta idea.

"Por ofrecer información que en otros medios no se ofrecía, por ofrecer todos los datos más rápido, por darle voz a todos y en todo momento, por servir de punto de encuentro para el debate de la situación, por ser canal para la difusión de los cientos de iniciativas desarrolladas, por ser llave del éxito de docenas de convocatorias, por servir de herramienta para la recogida e intercambio de información sobre diferentes aspectos de la catástrofe, por abrir espacios de originalidad y un humor que dibujaran una sonrisa entre las lágrimas del chapapote, por hacer archivo sistemático y ser portavoz de la denuncia de contradicciones, mentiras, ocultamientos o medias verdades… la red, internet, un punto de inflexión social para el futuro". (Vieiros. 2003)

No sé si nos excedíamos en esta interpretación cuando reflexionábamos sobre el papel que la red, docenas de weblogs, webs de asociaciones y colectivos, diarios online y páginas diversas y el propio correo electrónico, había jugado durante las peores semanas en que sufrimos la catástrofe del Prestige. En todo caso, el párrafo cubre de forma bastante completa, aspectos diversos en los que en algún momento de esos días, internet sirvió de canal privilegiado como no parecía haber sucedido antes, al menos en el contexto al que nos referimos.

10. Anexos

Anexo a este apartado un artículo publicado originalmente en la 'difunta' revista En.red.ando. Lo incluyo aquí íntegro puesto que los contenidos de esta revista ya no se encuentran disponibles en la red y considero que puede ser ejemplo útil de una experiencia concreta que explica de forma ampliada este apartado.

La libertad sabe a mar

Hablaba el escritor Suso de Toro al cierre de una manifestación en mayo pasado del doble significado de ‘Nunca Máis’: una negación, porque nos negamos a aceptar irresponsabilidad e incompetencia, y una afirmación, porque dejamos claro que queremos ser respetados por las administraciones y pedimos respuestas. ‘Nunca Máis’, "por la dignidad y la esperanza". No sólo desde Vieiros, modesto pero activo faro en el reducido mar digital gallego, tenemos la convicción de que hubo ‘viento virtual’ en ese grito por la dignidad.

"Un país que despierta al grito de Nunca Máis!". Probablemente esta frase encierre muchas claves de lo que ha pasado este último año, desde que un 13 de noviembre del 2002 un petrolero llamado Prestige naufragaba frente a nuestras costas. Frase que fue sentencia de algún manifiesto y titular de algún reportaje, y que resume la sensación de cambio y reivindicación a varios niveles que en Galicia se ha dejado sentir.

Información y movilización son dos buenos puntos de arranque para un breve análisis de lo sucedido. Y a cada uno de esos niveles estamos seguros que el mar virtual ha jugado un papel importante a la hora de hacer luz sobre lo que pasaba en el océano real: un pueblo que salía a flote entre la niebla oscura del chapapote.

Así, muy significativamente, e un primer momento de la catástrofe, entre ocultamientos o medias verdades sobre lo que estaba sucediendo, en el laberinto de contradicciones entre los pocos hilos desde donde tirar hacia la verdad que encontraba el individuo confundido, estaba el de un presuntamente atractivo/supuestamente complicado juguete tecnológico: internet.

Que ‘en algún lugar se está contando lo que aquí no se cuenta’, lo acaban intuyendo los ciudadanos allí donde la censura se deja sentir. Y Galicia, país de grandes contadores de historias, pero de muchas historias no contadas en medios ‘oficialmente oficiales’, entiende de censuras.

"Fue un gran ejercicio de pedagogía para los ciudadanos sobre el funcionamiento de los medios. Muchas personas descubrieron la inmensa mentira que se encuentra detrás de las consignas que determinados informativos oficiales repiten de la mañana a la noche" . Así respondía para Vieiros Xosé Hermida, corresponsal de El País, a la pregunta de si creía que había variado la relación entre sociedad y medios después de esta catástrofe.

"La gente descubre con sorpresa y curiosidad que va a buscar información sobre algo que no sólo le interesa muy especialmente sinó en lo que incluso quiere implicarse y descubre que en internet encuentra mucha información y bien organizada, en contra de la idea que pueda tener de caos en la red". Luis A. Fernández Hermana explica así con precisión, ese hecho que intuímos: lo sucedido alrededor del Prestige ha cambiado algo en la visión social de internet, en las perspectivas y en el atractivo de este nuevo medio para los ciudadanos.

Y es que las limitaciones del espectro radioeléctrico, como las del quiosco, le escatiman muchas veces espacio a la pluralidad. Y ahí entra la red, un espacio donde hay tierra para que todos labremos nuestra parte de la verdad, independientemente de lo que queramos contar, y donde no será raro que podamos siempre encontrar la ‘otra versión’. No es extraño que los medios con presencia en internet, exclusivamente digitales o tradicionales con versión en internet multiplicaban así sus visitas en un momento de demanda máxima de información. Y no es menos extraño que en diarios como Vieiros, esas cifras de audiencia llegasen a quintuplicarse, demanda informativa que también notaban medios como A Contrafío y Xornal.com, con tradición en la voluntad de dejar espacio para las otras versiones.

"La catástrofe del Prestige fue grave, pero más grave fue la mediática". Son palabras de Xesús Pérez Varela, conselleiro de Comunicación de la Xunta, ex periodista y director de El Alcázar, diario de cuestionable línea ideológica en tiempos que la democracia intentaba consolidarse, y a menudo fruto de las críticas, en voz más bien baja Evidentemente la situación desde el poder la situación se veía de otra manera.

Podría parecer que en este contexto la red fuese un simple reducto de desahogo para minorías. Podríamos tener la tentación de pensar que en paralelo a la alternativa informativa de algunos medios, esa creciente actividad internáutica de indignación y denuncia que se dejaba notar a finales de noviembre en los buzones de correo electrónico, podríamos pensar que no desembocaría en grandes escenas más allá de la pantalla virtual.

Un par de lastres amenazaban la posibilidad: por un lado las estadísticas que vienen definiendo a Galicia como una de las comunidades más desconectadas del mundo internet, sin estrategia de la administración autonómica, bajo porcentaje de computadoras en hogares, el mayor número de obsoletas líneas TRAC,…

Por otro lado, un cierto tópico de resignación, de sociedad presuntamente desestructurada, con oxidados mecanismos de asociacionismo y movilización, y previsiblemente incapaz de promover grandes golpes de timón, y hacer de la dignidad una reivindicación.

No sólo no fue así, sino que asistimos a un proceso inédito. Nunca un colectivo social se había organizado en un período tan corto de tiempo, sumando tal diversidad y amplitud de apoyos y demostrando una capacidad de convocatoria similar. El éxito de participación en los cientos de actividades realizadas durante este año es abrumador. Iniciativas de todo tipo en una marea de creatividad sin precedentes: musicales, teatrales, literarias, festivales, debates, proyecciones, exposiciones, marchas, concentraciones, asambleas,… Una fértil actividad artística, cultural y reivindicativa muchas veces incluso coordinada en tiempo récord para integrar a múltiples localidades a lo largo y ancho de Galicia al mismo tiempo, como fue el caso del concierto expansivo o de algunas de las concentraciones que alzanzaban espejo en Barcelona, Bruselas o Lisboa, donde nacían plataformas locales para amplificar el grito de Nunca Máis a otras geografías.

Y este nuevo medio, internet, estaba siempre allí, sirviendo de catalizador. Probablemente las movilizaciones se hubiesen producido de todas maneras, pero ¿habría sido a este nivel? Es difícil. La diferencia y la llave: la red.

Nacido al abrigo de Vieiros, el canal Contra la Burla Negra toma nombre de la nave de un mítico pirata gallego y nace de las peticiones y la inquietud de artistas e intelectuales gallegos que buscan un foro activo desde donde canalizar la frenética actividad cultural que surgía a la sombra de la crisis. El canal de esta plataforma, el área más creativa de Nunca Máis, ha mantenido a lo largo de todo este tiempo abierto un espacio para los proyectos en marcha y para las nuevas ideas: de ahí surgió la procesión que sembró de cruces la playa coruñesa de Riazor o que inundó de maletas de cartón, ironías en tierra de emigrantes, el puerto coruñés.

La inusitada actividad de la lista de correo inicialmente abierta, que ahogaba los correos electrónicos de cientos de personas, incluso llevó a la necesidad de reconvertirla en foro para continuar el intercambio de ideas y opiniones. De ahí surgió también la chispa del encierro en Laxe, pequeño pueblo de la Costa da Morte, famoso por ser escenario virtual de la teleserie local más exitosa en la televisión gallega. El lugar escogido: la casa de la cultura, que mejor lugar para que marineros, actores, periodistas, poetas, pintores,… diesen rienda suelta a finales del 2002 al debate, la reflexión, poemas, ideas, rabias, desasosiegos y esperanzas. Actividad que por una ventana virtual, los propios ordenadores del centro, se recogía en un diario del encierro: les cedemos la palabra

"(…)Mucha gente está haciendo camino diario de palabras a través de la ventana abierta del foro. Paso a paso los foreros nos anticipamos a la noticia, debatimos como expertos politólogos, nos emocionamos con la vida y la muerte, denunciamos, nos reímos, miramos a través de la niebla, participamos de un movimiento creativo día a día… Aquí estamos, fabricando en cadena Libertad de Expresión (…)".

No queremos arriesgarnos a idealizar la red. Reconocemos en el fondo cierto carácter de parche cibernético frente a las ausencias que marcan las nuevas inercias sociales, tendentes a presentar la indiferencia como respuesta frente las crisis más espectaculares. No pronosticamos milagros con la red como protagonista. Pero… "el mar somos nosotros", sentenció la escritora Rosa Aneiros en el diario del cierre en Laxe, "como sociedades responsables debemos concienciarnos que la muerte de nuestros recursos es nuestra propia muerte. El mar somos todos. Tú también". Y es que la red también somos todos, los que estamos y los que vienen. Y antes de la red las personas, incluso una red de personas que no pensábamos que existiera, una red virtual que surge frente a la burla de lo real,…

Por ofrecer información que en otros medios no se ofrecía, por ofrecer todos los datos más rápido, por darle voz a todos y en todo momento, por servir de punto de encuentro para el debate de la situación, por ser canal para la difusión de los cientos de iniciativas desarrolladas, por ser llave del éxito de docenas de convocatorias, por servir de herramienta para la recogida e intercambio de información sobre diferentes aspectos de la catástrofe, por abrir espacios de originalidad y un humor que dibujarán una sonrisa entre las lágrimas del chapapote, por hacer archivo sistemático y ser portavoz de contradicciones, mentiras, ocultamientos o medias verdades,… la red: internet, un punto de inflexión social, una herramienta, para el futuro.

"Nos mueve la voluntad responsable, la exigencia moral de decidir sobre los asuntos públicos que afectan a nuestra vida", escribió Manuel Rivas para el ‘Manifesto da Dignidade’, "no han entendido la importancia del factor humano en una emergencia, la unión como una necesidad, el valor de la participación y de la solidaridad como puertas a la esperanza", denunciaba, "la libertad tiene el sabor salado del mar".

"Aquí está el mar, es el primer manifestante en esta marea humana del Nunca Máis".

Mai Més, Sekula ez Berriro, Nunca Más, Nunca Máis.

11. Bibliografía

ALBORNOZ, L.A, 2003, "La prensa online: mayor pluralismo con interrogantes", en Enrique BUSTAMANTE: Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación, Barcelona: Gedisa.

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Roberto Noguerol –

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