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EL MODELO NEOLIBERAL FRENTE AL PENSAMIENTO FRANCISCANO (página 2)

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3. Postulados franciscanos frente al neoliberalismo en Colombia

Al extraer la información pertinente, a nivel teórica y metodológica sobre Franciscanismo y Neoliberalismo (que a simple vista no tienen ningún tipo de relación), bien sea por bibliografía, entrevistas, congresos, etc., se llega a una forma de pensar clara y se sintetiza conceptualmente dentro del proceso de consecución de datos en la investigación, dando como resultado final este trabajo, en el cual, se vinculan los diferentes postulados a tratar por cada una de las formas de pensar (Franciscanismo y Neoliberalismo), sus igualdades y discrepancias en determinadas variables económicas que determinan la equidad social, la distribución del ingreso, los niveles de pobreza, entre otras, para llegar a un ultimo fin, que es, el emitir nuestro propio concepto critico valorado desde el lado económico, hacia los grupos religiosos existentes, en especial el Franciscanismo. En busca de calmar muchas dudas que asaltaban a los investigadores acerca del tema franciscano, se decidió hacer una previa investigación temática, en donde nos referíamos a diferentes objetivos encaminados a su vez, a unas metas establecidas. El pensamiento franciscano busca al hombre como eje central de vida, utilizando metodologías especificas dispuestas a evaluación y comprobación por diversas variables, es decir, se pondera la búsqueda de la ubicación del hombre bajo la perspectiva franciscana y neoliberal. La humanidad cada vez varia más su forma de vivir, compartir y preservar la vida consigo mismo y con el mundo místico, causando la existencia de hermenéuticas como la franciscana, para calmar un quehacer en proyectos actuales de la vida, dentro de los parámetros del misterio divino del reino de Dios. Las posturas acerca del hombre, a través de los años, dentro de la visión franciscana, han permanecido latentes a la luz de sugestivos cuestionamientos, inherentes a la insatisfacción e inseguridad de las personas, carentes de humanismo y una representativa vida en paz. Es por ello que esta temática empieza con una opulencia desigual e indiferente al paso del tiempo, quizá con un pensamiento autentico basado en un comportamiento previo, enmarcado por la emanación de la violencia, evidenciada esta, principalmente en procesos de guerra, en la exclusión categórica, en la misma inclusión representada por la fraternidad, la armonía por la naturaleza, el rechazo a actos violentos, en evitar la superioridad en su género, para así, pretender cambios radicales con los cuales se convive hoy día. Para Francisco un verdadero hombre en la humanidad debe por voluntad propia, seguir las ideologías de Cristo, llevando a cuesta sacrificios materiales, como la negativa radical al dinero o la consecución de cualquier bien material, pues el vivir en compromiso con el evangelio y su pregonar proporcionan todo lo necesario para el bienestar de un hombre completo y racional. Mas aún, se concibe en buena perspectiva, el manejo de una vida comunitaria compartida, dado que el preservar una unidad enfatizada en un bienestar general, hace que esta se vea con respeto, admiración y perspectivas de seguimiento para obtener el fin de la tranquilidad tanto espiritual como material del hombre. La sencillez y humildad son pasos coherentes al racionalismo humano desde el punto de vista franciscano, así como, el acompañamiento de la sensibilidad construye un marco en el cual el tratamiento a la racionalidad ejecuta una relación mas integral con la naturaleza, originando a su vez, un despertar en argumentos teóricos incensurables pero demostrables como la ternura y la gratitud divina, que a su vez imperan con un determinismo absoluto sobre el amor desprendido de una búsqueda por la vida al servicio de todos. En este ensayo como ya se mencionó se hace un corto análisis personal de la visión franciscana desde el punto de vista del modelo neoliberal, para que sirva a la comunidad franciscana como un elemento analítico mucho más extenso y complejo acerca del neoliberalismo en el país y de cómo el franciscanismo percibe la implantación y las consecuencias de este. Para esto hemos tenido en cuenta elementos conceptuales del neoliberalismo y del franciscanismo, partiendo del mercado para el primero y del humanismo para el segundo. En Colombia a lo largo de las dos ultimas décadas se ha venido observando como el nivel de vida de la población ha decrecido, resultado de las políticas implementadas por los gobiernos, que no solo han tenido efectos positivos, como la disminución de la inflación, la disminución de los precios de los bienes y el aumento en la calidad de estos, por efectos de la competencia, sino también negativos como el crecimiento de los índices de pobreza, las fuertes rebajas salariales, el incremento de la violencia, el crecimiento del desempleo y el aumento desmesurado de la corrupción como excusa del enriquecimiento salvaje, entre otros. A pesar del esfuerzo de los gobiernos por cambiar esta situación lo único que se ha logrado es ahondar los problemas económicos, sociales y políticos que aquejan nuestro país. La implementación de estas políticas ha sido el producto de una nueva cultura económica mundial que ha venido tomando auge y que se esta posicionando cada vez con mas fuerza dentro del pensamiento de aquellas economías desarrolladas que actúan de una manera influyente y consejera a economías de países como el nuestro, es decir, donde opera en gran medida el gobierno y los grandes grupos económicos. La base de esta cultura ha sido el mercado, en donde se concibe a este desde una sola perspectiva, en la que se acepta que el mercado puede tomar las principales decisiones políticas y sociales de una economía y en la que pareciera que no existe ningún punto desfavorable para éste, pero que si se ve desde un marco mas global, puede ser nocivo para una nación si no se tienen en cuenta todas las variables necesarias, es decir, si no se conciben las condiciones y los recursos de la economía en cuestión. Viendo de esta manera el neoliberalismo, se concluye que ha influenciado el comportamiento social, económico y político de nuestro país, mediante una predicación de completa libertad, en donde los mas débiles quedan a merced de los más fuertes, pues estos tienen la plena libertad para ejecutar sus planes de acuerdo a su mayor conveniencia. El neoliberalismo vive en función del mercado y bajo los beneficios que este le da a unos pocos, pues los que reciben los efectos negativos a pesar de ser muchos, no participan dentro de este, están aislados y por lo tanto, el mercado no los tiene en cuenta, ni siquiera se detiene a pensar en los efectos negativos que pueda tener en ellos ni en como se remedian los perjuicios en que se han recaído. El modelo económico en mención plantea como uno de sus objetivos principales, el crecimiento económico, el cual en la medida en que sufra algún cambio positivo o negativo vinculará a una parte de la población, para empezar a dejar a un lado la desigualdad que se genera en la economía, gracias a la competencia dentro del mercado, pues se argumenta que la gente es desigual por naturaleza, lo cual no resulta del todo nocivo, ya que los aportes de los más fuertes beneficiarán tarde que temprano a todos los miembros de la economía. Cuando nos detenemos a pensar en las implicaciones que tiene esto para la sociedad, nos damos cuenta que el neoliberalismo promociona la competencia arguyendo que esta es la que distribuye los recursos, sean físicos, naturales, humanos o financieros con la mayor eficiencia posible y que por lo tanto esta resulta ser benéfica para la sociedad. Sin embargo, esta competencia promovida por el sistema, es una de tipo individualista en la que se deja a un lado los intereses comunes, lo cual resulta perjudicial para la sociedad al aumentar la brecha entre ricos y pobres, pues la administración neoliberal plantea una total libertad de competencia individual dentro del mercado, consolidándose también como un mercado absolutista de tipo individual. Esta percepción de mercado ha ido tomando fuerza entre los beneficiados y por lo tanto, se ha convertido en una formación que poco a poco se ha institucionalizado a nivel mundial; no obstante, hay que tener en cuenta que el neoliberalismo no es una fuerza de la sociedad, es mas bien, una construcción artificial que ha dejado a un lado al hombre como ser humano y ser social, para convertirlo en un instrumento de producción y de acumulación. Aunque parezca despectivo y tajante en este ensayo se afirma, que este sistema económico es una construcción artificial, puesto que sus bases se fundamentan en todo lo contrario a lo que se ha promovido a través de la historia, por todas las culturas, incluyendo lo planteado por los postulados franciscanos, la vida en comunidad y la ayuda entre seres para hacer mejor las actividades que satisfacen las necesidades del hombre. El individualismo tácitamente no ha conseguido rendimientos como los manifestados por un trabajo social en grupo; la competencia es buena siempre y cuando, existan unos buenos parámetros para que ésta, se muestre de una forma ecuánime brindando beneficios a la sociedad, pues los resultados del establecimiento de la libre competencia en nuestro país ha traído efectos negativos para los que ya no hacen parte del mercado, por ineficientes, como es el caso de los pequeños empresarios colombianos que no contaban con la preparación suficiente para entrar a competir con un mercado desarrollado y al cual no le importa las condiciones de sus participantes, pues solo juzga por los resultados de acumulación en el monopolio. En definitiva, en este estudio se argumenta que dadas las condiciones del sistema neoliberal un fin sensato seria coordinar un único saber para lo cual la razón nos serviría como receptor comunicativo; al presentarse la razón de una manera subjetiva se carecería de la unidad del saber dando paso al surgimiento del ya conocido individualismo. Al hablar de modos de vida y pensamientos conjuntamente saldrán a relucir temáticamente muchas similitudes y muchas discrepancias, las cuales nos llevarán a determinar en beneficio propio la aplicabilidad de sus postulados y así mismo configurar una única visión sujeta a cuestionamientos por parte de sus defensores y beneficiarios, pero encaminadas a dar respuestas a inquietudes establecidas por los diferentes estamentos sociales que las convergen. De esta manera identificamos dentro de las propuestas trabajadas exactas analogías y antagonismos que nos ayudan a dilucidar nuestro punto de partida sin privación para emitir nuestros juicios objetivos, deterministicos, en lo que respecta al tema. Dentro de la competencia como uno de los valores centrales del neoliberalismo, se busca reducir el sector público cuya función principal es velar por el bienestar de todos los miembros de la sociedad, entendiéndose que el bienestar del cual se habla, se refiere a todas las condiciones que un individuo necesita para tener un nivel de vida favorable con el cual pueda desarrollarse como ser humano. En este aspecto la aplicación de las políticas neoliberales difieren con el pensamiento franciscano, dado que esta comunidad sustenta el comportamiento del ser, dentro de unas garantías de vivencia mínimas prestadas por el Estado, las cuales le sirvan para tipificar una vida económica racional representada en votos de pobreza. Para ejemplarizar este aspecto, basta con apreciar como en nuestro país aunque el gobierno no cumple en buena medida con la prestación de sus funciones básicas, se ejecutan políticas liberales para modernizarlo sin considerar al hombre como ente lógico capaz de vivir en paz, coadyuvando con toda la naturaleza y sirviéndole a los demás para mas adelante sacar frutos de ello. El sistema económico del cual se han implantado algunas políticas en nuestro país, actúa de forma excluyente e injusta, sin importar que estos ítems engendren diferentes tipos de violencia (verbal, física y fisiológica) en la comunidad. Dentro de la praxis franciscana se pretende modificar esta violación al pensamiento y forma de actuar del hombre, a través de la formación de seres intelectuales que aprendan a pensar, conocer, ser, hacer, vivir juntos y compartir en pos de una sola meta como lo es la vida en fraternidad, valor idealizado, proclamado y vivenciado por el Franciscanismo. Esta fraternidad impide que nosotros como agentes activos, estemos maliciando y sospechando de los demás (acción realizada por el Neoliberalismo en busca de la satisfacción personal), razón por la cual, no se acusa una exclusión acorde a la falta de dialogo y escucha evidenciada en la actualidad. Personas tenedoras de cierto poder en busca de fraternidad pretenden tener cimientos superiores que se postulen sobre seres de la misma categoría para así conducirse hacia fraternidades falsas que dan beneficios particulares injustos. La valoración del individuo es un punto opuesto para los modos de pensar contextualizados y argumentados en este ensayo, ya que el neoliberalismo pondera al hombre de acuerdo al comportamiento que tiene dentro del mercado y de los resultados positivos o negativos que obtenga; mientras el franciscanismo en función de su pensamiento hace la valoración desde un sentido humanista, a través del cual se busca una armonía comunitaria e individual, basada en el servicio del hombre para el hombre, dejando a un lado el materialismo manejado e impulsado por el mercado, manteniendo una lucha contra el adormecimiento sufrido por el intento de implantación de un modelo económico que no le ha brindado a todos los individuos de la sociedad, las oportunidades imparciales, inclusive, se ha caracterizado por la construcción de la vida humana en función del mercado. Además, de una manera muy concreta, la valoración ejercida hacia el individuo es restringida por una preparación para la competencia y no para la convivencia. En sentido crítico, el Neoliberalismo es el resultado de las medidas implementadas por países desarrollados a través de instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, para aumentar su poder por medio de los países menos desarrollados, utilizando a su favor las condiciones manejadas por ellos dentro del mercado que resultan propicias para ampliar sus beneficios por medio de los recursos de estos países. Por lo tanto, estas políticas no han sido creadas pensando en las circunstancias y necesidades de las pequeñas economías sino que son el producto de la influencia que ha tenido el neoliberalismo en todos los ámbitos de la sociedad, es decir, no han sido diseñadas específicamente para ella, por lo tanto no se adaptan a las condiciones culturales, económicas, sociales y políticas de cada país, sino que buscan adaptar a la sociedad en estos ámbitos a la aplicación de estas lo que genera una perdida de valores. En contraste, el humanismo se vincula con la antropología y la cultura, lo que quiere decir que tiene en cuenta el desarrollo del hombre perseverante en la búsqueda de su bondad humana fraternal con los que lo rodean y en razón a la convivencia y subsistencia mitigada desde la fe cristiana como ámbito general. Otra de las característica estructurales del neoliberalismo consiste en remunerar al capitalismo en detrimento del trabajo trasladando la riqueza desde el fondo de la sociedad hacia la cumbre. Este detrimento se visualiza en el incremento de los índices de desempleo en nuestro país, producto de las políticas de flexibilización laboral (ley 50 y 100/93, que se toman flexibles desde el punto de vista de los empresarios) y del momento coyuntural por el cual esta atravesando la economía colombiana. Esta flexibilización ha dado sus mayores beneficios en los empresarios, pues la maleabilidad otorgada por las reformas, en lugar de incrementar el empleo, lo ha disminuido, perjudicando a los trabajadores al rebajarles los ingresos y en muchos casos sometiéndolos a la culminación de su contrato laboral sin justa razón. El trabajo es uno de los valores que favorecen el desarrollo humano del individuo que defiende y proclama el franciscanismo, luego, las políticas que no beneficien el aumento del empleo, someten al ser humanista al seguir en la búsqueda de alternativas perseverantes que le proporcionen la misma calidad de vida predispuesta y sujeta a su actuar. Paralelo a las ponderadas pero clarificadoras diferencias de un modo de pensar a otro, emergen metodológicamente simulaciones que nos hacen determinar con mayor exactitud un marco de referencia del cual se sustenten apreciaciones evaluativas, para así conjurar nuestra valoración personal sin la incidencia de externalidades. Encontramos que en el mundo de la globalización las economías buscan ser cada vez más productivas, aprovechando circunstancias como las economías de escala, las integraciones regionales, paridad cambiaria, entre otras, asumiendo la eficiencia y eficacia del abastecerse en buena magnitud de conocimiento generalizado en vez del consumismo reflejado en bienes que no satisfacen necesidades primarias. Hoy día hay que adaptarse a las nuevas alternativas situacionales presentadas y compaginarlas de manera, que se saque el mejor provecho de cada una, para llegar a los objetivo propuestos. Es ahí donde la interacción en este caso, del Neoliberalismo y Franciscanismo se coordinan desde el punto de vista del conocimiento como punto de partida para la intervención del hombre en su genero y en el mercado. El hombre en su constante búsqueda por la verdad entra en contacto con un sin numero de situaciones que lo hacen desconfiar tanto de su forma de pensar como de su forma de actuar, es decir, no subyace en un marco de referencia único sino que se somete a la prueba de diferentes posturas con el único propósito de tratar de encontrar un solo marco de referencia que lo centre en el modo de pensar y actuar. Es por ello que ninguna de las posiciones referenciadas en este argumento someten al individuo a determinar cual es la que tiene la verdad poseída sino que ambas están en una constante búsqueda del desarrollo del hombre. Tanto en Colombia como en cualquier parte del mundo prevalece una autoridad personal por encima de las demás cosas, es decir, "El YO" se enmarca dentro de una cultura del egoísmo que rige como muestra al inconformismo naturalizado del hombre por conseguir, ir o ahondar cada vez mas para satisfacerse sin importarle quien o que se lo impidan. Ambos modos de pensar pretenden distribuir eficientemente los recursos, el Neoliberalismo plantea que esta distribución se de a través del mercado, el cual por ser un modelo económico tiene en cuenta los problemas del hombre en lo que se refiere a la satisfacción de sus necesidades y busca, primero, que a través del desarrollo de unos pocos se impulse al resto de la sociedad, obteniendo una libertad permisible al estar en cualquiera de los dos polos. Mientras tanto, el Franciscanismo, espera que esa distribución se haga de acuerdo a los supuestos de Jesucristo y por las vivencias pregonadas por Francisco de Asís. A pesar de ello, existe la misma libertad ejecutable desde cualquier punto de vista, no hay sujeto que establezca el grado de distribución que le corresponde a cada cual sino que es mas bien una libertad en procura del bien común. Los ecologistas han provocado incertidumbre dentro de la población mundial, en lo que se refiere al deterioro que esta sufriendo el medio ambiente, resultado de los malos manejos de los recursos naturales y de los procesos productivos. Nuestro país no ha sido la excepción en este ámbito, aunque los gobiernos transcritos han tomado conciencia implantando políticas dirigidas al cuidado y control de los recursos no renovables a través de estudios referentes a la compensación exigida por un daño ambiental y la disponibilidad a pagar de los individuos por un mismo recurso o por evitar un daño, se generan modelos concientizantes de la importancia del mantenimiento de los recursos para justificar un principio de vivencia en armonía socializable con los demás seres. Uno de ellos es el Neoliberalismo, para el cual tenemos la plena certeza en afirmar, que su implementación es poca en nuestro país, pues algunas posturas estudiadas y analizadas en el transcurso de la investigación, nos encaminan a direccionar el curso de la economía a través de los años en otro sentido, es decir, afirmamos que en Colombia, se han ejecutado postulados de una teoría que no esta ajena a las circunstancias vivenciales del país, ni mucho menos absolutiza a la sociedad y al mercado como lo hace el neoliberalismo. Así mismo, en esta investigación se determina que el franciscanismo no está del todo desligado de la teoría neoliberal, en un principio ambos formulan una praxis de libertad ejemplarizada por el individuo y el mercado, pero cada uno dentro de sus postulados éticos y económicos respectivamente; en este mismo sentido, en el humanismo se ponderan todas las vivencias franciscanas con el mundo que nos rodea, es decir, se tiene una visión holistica del entorno que no solo valora los bienes materiales sino que también valora el hombre como ser humano, ya sea como parte del mercado o de una sociedad, pero sin caer en el afán de ganancia que se pregona en el neoliberalismo. Valoración que se hace de una manera deontológica , o sea, armónica con lo planteado y vivenciado por Francisco y cada uno de sus seguidores, pero contraria a la efectuada por el neoliberalismo, por ser un modelo netamente económico que no tiene en cuenta lo vivenciado por los miembros de la sociedad y solo cuantifica según los resultados obtenidos en materia económica. Desde el punto de vista franciscano la fraternidad justifica propagar el trabajo en comunidad, la relación del ser con la naturaleza y con las desconocidas idiosincrasias, para así llegar a una satisfacción máxima consigo mismo y los demás, dirigiendo ontologicamente la esencia de su ser hacia el reconocimiento existencial y respetado de las sociedades, como en nuestro caso la colombiana; mientras que en el Neoliberalismo la unión entre hermanos o grupos no es notoria, ya que como visión agudizante se tiene en cuenta un individualismo actuante solvente de conocimiento para poder llegar a ser un ente concreto, existencialista, determinista que solo busque el bien común por encima del individual. Dentro del marco del individualismo se incluye la pobreza derivada de la aplicación de políticas neoliberales que en lugar de aumentar el nivel de vida de la sociedad a través del mejoramiento de las variables económicas, lo ha empeorado, consecuencia del afán capitalista del mercado de acumular bienes para la satisfacción de las necesidades de unos pocos y de ver, medir y pronosticar el comportamiento económico, social, político y cultural por medio de unos indicadores, que no trasmiten el efecto real de las políticas y de las situaciones, es decir, la pobreza del neoliberalismo radica en la promulgación del bienestar social a través de números y en la cantidad de bienes de consumo que se encuentren dentro del mercado, dejando fuera de contexto al hombre como ser humano y ser social alienándolo hasta convertirlo en un número Más. Contrastando esto, encontramos la posición franciscana que en lo que respecta a la pobreza, es de vital importancia saber diferenciar entre los bienes materiales y los espirituales, ya que son estos últimos los que en realidad brindan la felicidad y dejan que el hombre se desenvuelva en una dimensión más humana y social para alcanzar los objetivos de vida propuestos, pues parte de las verdaderas necesidades, dejando a un lado las creadas por la sociedad y sobreponiendo al hombre en las políticas sociales. Por lo tanto, una praxis que se considera en este ensayo es coherente con algunos de los postulados Franciscanos y que a su vez se encuentra acorde con las tendencias mundiales, es el Neoestructularismo el cual después de haber analizado el comportamiento de la economía colombiana y las políticas utilizadas durante los últimos veinte años, se plantea como una opción económica que va acorde con la parte social y económica de un país como el nuestro, pero que se deja abierta para otras investigaciones relacionadas con el tema en cuestión. El Neoestructuralismo se muestra como una alternativa para el desarrollo y crecimiento económico, social, político y humano de una determinada región o país, en este caso Colombia, con la implementación de políticas corto placistas, que tienen en cuenta los intereses de los empresarios de acuerdo a las capacidades productivas de estos, con la intención de llevar a cabo una transformación con equidad encaminada a una reorientación de la industrialización que los lleve a ser eficientes con el propósito de contrarrestar la competencia mundial. El encontrar la eficiencia no solo es objetivo de los empresarios, pues el Estado aunque no interviene, sigue existiendo con las funciones básicas, clásicas y auxiliares (Las funciones clásicas incluyen provisión de bienes públicos, mantenimiento de equilibrios macroeconómicos y equidad, pero también la eliminación o compensación de distorsiones indeseables. Las funciones básicas pueden incluir infraestructura de transporte y comunicaciones, educación, vivienda, salud y seguridad social. Las auxiliares o de apoyo a la competitividad estructural de la economía, que incluyen la promoción o simulación de mercados ausentes; el fortalecimiento y perfeccionamiento de los mercados incompletos.(González Posso 1996), que no solo garantizan el buen funcionamiento de la economía sino también la equidad social, esencial para el desarrollo, es decir, considera el bienestar social como un factor productivo, no como una consecuencia del crecimiento económico. El Neoestructuralismo como nueva teoría a implementar simula una ausencia de mano invisible, consecuente con la nueva estructura que se maneja en un cuadro internacional desconocido para economías emergentes como la nuestra que practican una libertad de elección, suministrándose altos costos dada la necesidad de orientarse hacia la industrialización de determinados mercados acorde con el crecimiento y desarrollo del mundo. La clave de todo esta en saber integrar estrategias latentes como la gran participación humana consistente en unos principios de universalidad, solidaridad, y un amplio conocimiento por el ser y el Estado actuante del pregonar y la solvencia. El nuevo milenio nos remite a desarrollos nacionalistas para ampliar y reabastecer los mercados del nuevo reparto mundial, incorporando el manejo de tecnologías de punta, la planeación política de inversión, el cuidado de ecosistemas para justificar la prosperidad de las relaciones entre el hombre y la naturaleza, y sustituir la pobreza que aparentemente nos invade como eje esencial de nuestra vida pero que en la practica puede erradicarse gracias al trabajo en comunidad donde se vinculen la gran capacidad de conocimiento que pueda tener el hombre colombiano, la mística y racionalidad a la hora de implementar teorías como la que estamos proponiendo.

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Autor:

Juan Portocarrero C.

Economista Universidad Jorge Tadeo Lozano Profesor Tiempo Completo Universidad De San Buenaventura Colombiano de nacimiento edad 47 años Candidato a Magister en Desarrollo Humano de la Universidad de San Buenaventura.

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