La educación no es pedagogía, y ésta no es tecnología, al menos no en el sentido artefactual, tal como pretenden los epígonos de la EAD.
La EAD no es una modalidad pedagógica.
El aprendizaje autónomo sustentado en la interfaz artefactual, es una falasia.
La EAD no contribuye a la democratización de la sociedad, sino a la reproducción de la institucionalidad del orden mundial capitalista.
La EAD no es ninguna teoría.
El nuevo imperialismo cultural
En una nueva y más completa versión de "imperialismo cultural"[5], la educación ya no sólo impone el consumo de películas, programas de televisión, de radio y literatura producidas en los países dominantes para ejercer sus hegemonías sobre los países empobrecidos. Ahora se trata de vehiculizar el consumo de información a través de nuevos y sofisticados artefactos; en redes y circuitos "globales" orientados a suplantar la capacidad de pensar, producir y procesar información válida, por la velocidad y cantidad que se puede almacenar, copiar, reproducir, difundir.
Desmitificar el sentido y significado del "imperialismo cultural" donde los desposeídos sólo aportan el consumo y la pseudo pedagogía del "aprendizaje autónomo" suplanta el rol del docente por el artefacto, es una responsabilidad ineludible de quienes se sientan comprometidos con la educación como proceso coadyuvante para la liberación y con la pedagogía como proceso orientado a la construcción de aprendizajes socialmente significativos.
¿Aprendizaje autónomo?
A. Erigir a la EAD como el nuevo paradigma pedagógico, proponiendo "el aprendizaje autónomo" y sustituyendo al docente por el artefacto, implica asumir la "interfaz" entre artefacto y sujeto como posibilidad productora de aprendizajes. Significa otorgar a la tecnología no sólo la capacidad de producir poder, crecimiento económico y superioridad militar, sino todo género de pensamiento y acción. Esto significa, volver al "mito de la máquina"[6] y pretender anular la sensibilidad y comprensión inherentes al hombre.
El sustento epistemológico de la pedagogía se encuentra en las ciencias que aportan a las teorías del aprendizaje conductista y cognitivista: Biología y Psicología experimental, en el primer caso; Biología, Fenomenología, Antropología, Sociología, Economía, Política, en el segundo. En la teoría y corrientes pedagógicas conductistas, los aprendizajes están en función de la economía y la política, antes que en función del hombre y la sociedad. Por eso, el conductismo es consustancial a la ciencia y el conocimiento mecanicista.
Dentro de cada teoría pedagógica, conductista o cognitivista, pueden advertirse corrientes, escuelas, enfoques, representantes. Pese a las diferencias, en ningún caso, la interacción docente-dicente fue puesta en cuestión. Con la llegada de la EAD sus instrumentalizadores proponen la relación artefacto-dicente como la alternativa sustitutoria.
B. El "aprendizaje autónomo" sólo podría ocurrir aceptando la pre-existencia, primero, de referentes cognitivos, actitudinales y procedimentales que permitan asociar la información proveniente de fuentes escritas o de entornos informáticos y virtuales para poder ingresar al cerebro; y, segundo, de capacidades previas para establecer asociaciones, inferencias, contradicciones, desestimar información poco fiable, contrastar datos incompatibles, distinguir lo esencial de lo complementario (Escaño y Gil, 2006). Si no existen contenidos previos, referentes cognitivos y empíricos y capacidades desarrolladas previas, o en proceso, la sola información no produce aprendizajes. El aprendiz podrá leer, copiar, memorizar, repetir, pero no encontrará sentidos ni significados.
Lo de "aprendizaje autónomo" asociado a la no dependencia del docente, contradice el sustento básico de cómo se produce el aprendizaje de contenidos nuevos. Ciertamente, el aprendizaje compromete un proceso mental individual, pero éste no puede ocurrir sin la confrontación entre los saberes previos (inmediatos, directos, concretos, intuitivos o analógicos) que vienen de la experiencia social directa del estudiante, con la teoría o los referentes cognitivos sistematizados, que apareja el docente. Más aún, si el docente no facilita ese encuentro entre saberes y conocimientos, no existe posibilidad alguna de construir o producir aprendizajes. Mucho menos, significativos y útiles. De aquí precisamente la responsabilidad de un docente que planifica el proceso de la enseñanza y del aprendizaje con pleno conocimiento de la realidad concreta en que se desenvuelve su trabajo y con la participación de sus estudiantes. Las TIC, adecuadamente utilizadas, constituyen un valioso aporte facilitador para efectivizar la experiencia contrastativa entre lo que se enseña y lo que se debe aprender. Pretender su autonomía, las convierte en un poderoso instrumento de "bancarización" de la educación.
¿Modalidad Pedagógica?
Asumir que la EAD constituye una "modalidad pedagógica" carece de sustento conceptual. La noción de "modalidad" alude, en sentido amplio, a "la manera como algo se manifiesta". En este sentido, el "algo" pedagógico orientado a producir aprendizajes socialmente significativos puede manifestarse con o sin la presencia del docente, pero en modo alguno prescindiendo de éste. Cuando el "algo" pedagógico ocurre en el aula, se habla de una modalidad presencial; cuando el "algo" pedagógico ocurre en la biblioteca, en la casa, y el estudiante actúa solo se habla de una modalidad no presencial (que no es lo mismo que prescindiendo de).
Tanto en la modalidad presencial y en la no presencial docente y estudiantes pueden utilizar las TIC para vehiculizar los soportes necesarios en la enseñanza y en el aprendizaje. Estos procesos se manifiestan como resultado de la interacción entre el que enseña y el que aprende. Interacción que puede ser menos o más horizontal, pero no hay forma de sustraerse a su condicionalidad para la producción de aprendizajes.
Los medios, equipos y artefactos son recursos. Responden a la naturaleza de las actividades o experiencias de enseñanza o de aprendizaje previstas. No se pueden autonomizar ni mucho menos determinar la naturaleza del proceso pedagógico que implica como insumos básicos lo que "sabe" el estudiante y lo que "conoce" el docente. Cuando lo que "sabe" el estudiante tiene como base un incipiente capital cultural incorporado, y lo que "conoce" el docente se sustenta en un igualmente deficitario capital cultural incorporado al que se sumó un pésimo capital cultural objetivado y un deformado capital cultural institucionalizado, lo que se puede advertir es un fracaso pedagógico total.
Esto es lo que hay en América latina y el Caribe y en el Perú en particular. ¿Puede esto ser superado por la interfaz artefacto-estudiante? ¿Es el artefacto la superación de las deficiencias de capital cultural en estudiantes y docentes? Si alguien puede probar esto, entonces habría que aceptar que no sólo estamos frente a una modalidad pedagógica alternativa, sino ante el fin de la crisis de la educación. Las evidencias advierten, sin embargo, que tras 25 o más años de imperio de la EAD y otro tanto de las TIC aplicadas a la educación, la crisis es más aguda.
Una modalidad pedagógica se reserva al proceso dialéctico de encuentro-desencuentro entre realidad y acción social (el estudiante) y teoría y acción pedagógica (el docente). Este proceso está orientado a producir reflexión científica sobre la realidad y la acción social para su conocimiento científico. De esta manera el sujeto construye aprendizajes socialmente significativos y está en condiciones de aportar a la transformación de su realidad y al cambio social.
El estudiante o dicente, es portador de una realidad y de una acción social sobre la misma que comparte con sus semejantes. El docente, es portador de la teoría sistematizada y jerarquizada, previamente aprendida, y de una acción pedagógica que comparte o debería compartir, de manera ineludibe, con el dicente. Esta interacción básica y fundamental para la producción de aprendizajes es negada por la EAD y sustituida por la "interfaz" entre sujeto y artefacto, sujeto y medios, sujeto y materiales. Ni el artefacto, ni los medios, ni los materiales, son portadores de teoría ni de acción pedagógica alguna. Portan datos[7]Dependiendo cómo estos son elaborados y presentados o, mejor aún, manipulados, su potencial alienante y mistificador será tanto o más eficaz.
Algo más. Aceptado el hecho de que la educación es un proceso de ideologización (que algunos identifican como "socialización") la EAD, lo más que podría ser, es una modalidad de ideologización en tiempo real.
La oferta impuesta de EAD
La expansión de la EAD se debe a la imposición de las instituciones financieras (BM, BID, USAID) y está directamente vinculada con los intereses del financiamiento externo de la educación para la reproducción del orden mundial capitalista. Tiene más de condicionamiento histórico que de libertad, de dominación que de autonomía, de alienación que de liberación, de imperialismo que de soberanía nacional.
No responde a políticas nacionales que se sostengan sobre diagnósticos pertinentes de la realidad y del capital cultural de las inmensas mayorías pobres de nuestros países, ni con el imperativo de encontrar satisfactores válidos para el desarrollo endógeno local y regional, y afianzar la descentralizadora de las decisiones.
Surge de los "Acuerdos" que las instituciones financieras internacionales imponen en las "Conferencias Mundiales" a los gobernantes obsecuentes que deben su elección al capital financiero internacional, al de sus "socios inversionistas" nacionales y extranjeros, y al del narcotráfico y la corrupción.
Los "Acuerdos" se operativizan en las "Cumbres" de esos mismos gobernantes y/o en las reuniones de sus ministros de educación convocadas por el Banco Mundial (BM) y los organismos de asistencia y cooperación como la OCDE, la OMC, UNESCO, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
Su ejecución está en manos de las burocracias ineptas de los ministerios de educación, hábiles para imponer lo que no entienden.
Esto se ve favorecido por la propia situación de miseria e ignorancia de nuestros pueblos haciendo posible cincelar en las mentes de sus pobladores el mito de la educación como posibilidad de movilidad social o de mejores condiciones de vida. Así, la oferta impuesta desde afuera encuentra adentro una "demanda efectiva" para enajenar.
La EAD se presenta por los gobiernos de turno como la posibilidad no sólo de ampliar la cobertura y concretar el ansiado "objetivo del milenio"[8], sino de producir una "educación de calidad". Como si la calidad fuera un problema de cantidad de inscritos o de extensión del terror para el desarraigo social. Esto evidencia que el propósito pedagógico importa poco frente al beneficio político-ideológico que alcanza la institucionalidad del orden mundial capitalista y el clientelismo de los gobernantes mediocres y obsecuentes.
Una auténtica oferta educativa tiene que enraizarse en la problemática cualitativa de las necesidades sociales, de las capacidades existentes o por generar, y de los recursos o potencialidades de cada realidad histórica. Para ser posible, tiene que sustentarse en un principio básico de soberanía que rechace la injerencia externa que decide por encima de nuestros propios marcos legales e invadiendo territorios y poblaciones.
Una auténtica oferta educativa, en el caso peruano, implica destinar parte de nuestras reservas internacionales para su cometido, usar parte de los ingresos del canon minero, donde exista, pero también articular políticas que permitan que los sectores más dinámicos de nuestra economía desplacen recursos financieros para la educación. Este es un desafío pendiente en la agenda de nuestros países, con la sola excepción de Cuba Venezuela, Ecuador y Bolivia integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
rr/03-2014
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Autor:
Rubèn Ramos
Marzo, 2014
[1] Algunos entendidos atribuyen el inicio de la socialización a los contactos físicos permanentes con la madre (u otro familiar o cuidador/a) desde el nacimiento. Esto incluiría dormir con los padres hasta los dos años, lactancia materna a demanda, acompañamiento al gateo, atención al llanto sin emitir juicios ni invalidarlas, potenciar sus expectativas cooperativas, alentar un fuerte instinto de autoconservación. Esto no supone que el infante sea el centro de atención permanentemente, pero sí que sienta que es tenido en cuenta y que sus necesidades son atendidas. Todo esto potenciaría su autoestima e independencia. Las observaciones que acompañaron a estudios propios en área rurales, encuentran a la madre, ajena a todo cuanto aquí se describe.
[2] El medio ambiente, las características de la familia y el hogar y, en particular, el estatus socio-económico de los padres influyen sobre el desarrollo del lenguaje, dice Brunner (2010), citando a S. Pinke, The Language Instinct. How the Mind Creates Language, New York: Harper Perennial, 1995
[3] Marx habría dicho que “la producción capitalista produce no sólo mercancías y plusvalor sino, al mismo tiempo, produce y reproduce las relaciones capitalistas de producción…A todo proceso social de producción lo acompaña un proceso de reproducción” (Marx, El Capital, I, Progress Publishers, Moscú, 1969, pp. 531-32, citado por Giroux, 1985).
[4] Los “Aparatos ideológicos” del Estado son todas las instituciones y sistemas que utiliza el Estado (religioso, familiar, jurídico, político, sindical, educativo, informativo, cultural) para operar hegemónica y masivamente sobre las clases sociales mediante la ideología. Más allá de su diferencia formal con el “Aparato represivo de Estado” (la ideología y la represión), los dos hacen uso de la violencia simbólica y física.
[5] El concepto de “imperialismo cultural”, debe su origen a la sociología crítica de la Escuela de Frankfurt. Surgida en el seno del “Instituto de investigación social de la universidad de Franfurt”, reunió pensadores neo-marxistas como Adorno, Horkheimer, Benjamín y Marcuse que postularon la “teoría crítica”, rescatando la idea de la cultura como esencial para el entendimiento de los procesos de dominación ideológica, política y económica.
[6] Los dos grandes hitos históricos de la filosofía de la tecnología son Ernst Kapp y Lewis Mumford. Kapp, sostenía que la tecnología no era otra cosa que una prolongación de nuestros órganos. Alentó la tradición de la tecnología orientada hacia el poder, hacia la riqueza económica y la superioridad militar como el ideal que debe imitar todo género de pensamiento y acción. La realidad, desde esta perspectiva, debe ser explicada en los términos de la tecnología, toda acción debe ser guiada por sus objetivos. La tecnología debe ser aceptada como algo dado e incuestionable y sus modelos deben extenderse a todos los ámbitos de la acción y la comprensión humana. Mumford, por su parte, consideraba peligrosa para la humanidad el mito sobre el que se sustentan las modernas formas autoritarias de tecnología y el propio Estado tecnocrático. Se resistía a subsumir la humanidad a la tecnología. Por naturaleza, para Mumford, el ser humano es "homo sapiens", y sólo secundariamente "homo faber". (Cerezo y Luján 1998).
[7] Sólo en posesión de elementos de juicio previos y de capacidades más o menos desarrolladas, un individuo es capaz de convertir los datos en información. El propósito de los medios de información y comunicación es atiborrar la mente de datos inconexos. Esto predispone a los sujetos, a ser meramente reactivos.
[8] En el 2000, tras ser evaluados los logros alcanzados por el “Proyecto Educación para Todos” impuesto en 1990 en el “Acuerdo de Jomtien”, y evidenciarse su fracaso, se redefinieron los principios y las políticas educativas en función de las nuevas condiciones del mercantilismo global y de la extensión de la informática a los países “en vías de desarrollo”. Los objetivos de Jomtien se redujeron a seis, buscando hacerlos compatibles con los Objetivos del Milenio (OM) propuestos por Koffi Annan ex-secretario general de la ONU y director del Club de Bilderberg: el think tank desde donde las élites del poder mundial deciden el destino del mundo. Intervino igualmente, en la configuración de los “Objetivos del milenio”, ese otro think tank vinculado con la sedición y el terror en el mundo que es Freedom House.
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