En torno a las dinámicas político diplomáticas de la gran Colombia
Enviado por Alejandro L. Perdomo Aguilera
El año 2011 comenzó con agradables noticias para la relación colombo-venezolana. La guerra contra el tráfico ilícito de drogas comúnmente llamado narcotráfico y el contexto electoral que se avecina, ha traído a la arena pública un ambiente de consenso entre ambos gobiernos.
La promesa del presidente colombiano, Juan Manuel Santos a su homólogo venezolano Hugo Chávez, de extraditar al narcotraficante Walid Makled a las autoridades venezolanas, anuncia la posibilidad de un cambio en las relaciones político-diplomáticas, de particular interés dada la grave situación que enfrenta la región con el auge del narcotráfico y sus múltiples consecuencias.
El gobierno de Venezuela fue recíproco a esta acción deportando hacia Bogotá al editor de Anncol, Joaquín Pérez Becerra, como presunto miembro de las FARC. Luego de dicha deportación Santos hizo un comunicado de agradecimiento a Chávez por su apoyo en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. El impacto en la opinión pública de estos cambios puede ser sumamente importante para el futuro venezolano.
En 2012, Venezuela arribará a un momento crucial en la historia del proceso bolivariano, donde se decidirá no sólo la continuidad de Chávez en la presidencia de la República, sino también la de un proyecto político que, por su trascendencia, rebasa el interés nacional, teniendo un impacto hacia el interior de los procesos de cambio en América Latina (Bolivia y Ecuador), así como para el ALBA y otros movimientos de izquierda que mantienen una ideología diametralmente opuesta a la hegemonía estadounidense en la región, donde el modelo cubano tiene un rol crucial, aunque sin claco ni copia, al decir de Mariátegui.
En este complejo escenario, donde países pobres intentan luchar por su soberanía frente al imperialismo, el hecho de que exista el afán de una cooperación en la lucha antidrogas entre dos gobiernos con visiones políticas tan diferentes, resulta beneficioso para el proceso venezolano, en tanto problematiza el discurso mediatizado de lo medios de comunicación, restándole legitimidad y, en ese sentido, pudiera convertirse en una fortaleza para el futuro inmediato venezolano.
El tráfico ilícito de drogas trae disímiles consecuencias sociales para la humanidad, pero en América Latina el tema ha sufrido en los últimos años de una gran politización. La violencia que engloba los cárteles del "narcotráfico", lesiona la seguridad ciudadana, el Estado de derecho e incluso la gobernabilidad de los países. Dada esta difícil situación, el ciudadano común prioriza entre sus muchas carencias, la seguridad, de modo que las campañas electorales hacia la presidencia priorizan el tema en su agenda a conciencia de la sensibilidad que tiene en la sociedad civil latinoamericana. De igual manera, el elemento de la seguridad, sirve para deslegitimar a los gobiernos cuando no se ajustan a la hegemonía de los Estados Unidos.
En un mundo globalizado, donde el capital transnacional responde a los intereses de las potencias centrales y, por ende, a los Estados Unidos, el gobierno venezolano constituye una verdadera molestia. Por ello, independientemente de las transformaciones que ha realizado Venezuela en busca de un mayor control del TID, a lo largo de estos años, la oposición a Chávez ha intentado vincularlo con este flagelo. Con ello, buscan demeritar los logros sociales del proceso, a partir del sobre-dimensión de problemas como este que, si bien hoy afectan a ese país, tienen también sólidos antecedentes históricos al interior de esa sociedad y que se agudizaban desde mucho antes de que naciera el proyecto bolivariano.
La criminalidad, la inseguridad y la violencia ciudadana, son elementos que han pervivido en Venezuela por décadas, durante los 41 años de punto-fijismo e incluso antes. No por gusto muchos venezolanos recuerdan todavía hoy, la década dictatorial de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958) y la sangrienta política de Pedro Estrada a cargo de la Seguridad Nacional (SN).
Debe entenderse entonces, que el tema de la lucha contra el TID en Venezuela, constituye una amenaza para la seguridad y la imagen de este proceso, tanto al interior como al exterior del país. La situación actual en América Latina y la tendencia de la geoestrategia estadounidense hacia nuestra región, aprecia este fenómeno como una oportunidad para el fortalecimiento de la penetración militar. En su concepción imperial, los Estados Unidos concibe la llamada guerra contra las drogas como el pretexto ideal para ubicar sus fuerzas militares en zonas estratégicas, tanto desde el orden geopolítico como geoeconómico y, Venezuela, es atractiva en ambos aspectos. De logar derrocar al gobierno bolivariano, EE.UU. consolidaría en buena medida, el control de las reservas naturales –del tan aclamado oro negro- y ganaría una plaza importante, para su dominación política e ideológica sobre Nuestra América.
Por otra parte, la reconciliación colombo-venezolana constituye una premisa para la dinámica comercial entre ambos países, de enorme importancia por la interdependencia existente en este tópico. Las crisis político-diplomáticas, los gastos militares en defensa y los resultados obtenidos en la lucha contra el TID, fungen como termómetro de un equilibrio bilateral y subregional, requerido para el buen desenvolvimiento del panorama político actual.
Volviendo a la imagen que se pueda emitir de estos cambios por los medios de comunicación, debe hacerse paréntesis en las redes sociales en Internet, por su creciente impacto mundial y su versatilidad como instrumento político e ideológico de dominación. En una era donde las redes desplazan a los medios tradicionales de comunicación, donde la juventud y los intelectuales las han tomado como herramienta de expresión, resultan muy peligrosas, las disyuntivas entre el gobierno venezolano con parte importante del mundo académico venezolano, así como con jóvenes universitarios, fundamentalmente de la paradigmática y polémica Universidad Central de Venezuela (UCV). Asimismo, la impresión que cauce para las izquierdas latinoamericanas el acercamiento al gobierno de Colombia puede perjudicar su imagen. En este sentido, la entrega del editor de Anncol a Colombia ha tenido una recepción bastante negativa en las redes sociales.
De igual forma fue tomado su papel, abogando por la reinserción del gobierno presidido por Porfirio Lobo en Honduras regrese a los foros internacionales de la región, minorizando el pequeño detalle de que en este temática, Chávez actuó como mediador, para el entendimiento entre Zelaya y Lobo, con la aceptación del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Lo que sí pudiera afirmarse, en cambio, es que el acercamiento con Colombia, ha servido como punto de partida del gobierno venezolano, hacia un mejoramiento de las relaciones intra-regionales, priorizando lo que nos une sobre lo que nos diferencia; lo cual se ha expresado también en la integración regional, aceptando como actual Secretaria de UNASUR a la ex -canciller colombiana María Emma Mejía, en una candidatura conjunta con Alí Rodríguez, el cual deberá ocupar su lugar en 2012.
Estos cambios en las dinámicas político-diplomáticas en busca del equilibrio, no deben interpretarse como una renuncia a que la voz de los países en procesos de cambio se deje de escuchar en los foros regionales. La lucha contra-hegemónica en Latinoamérica, ha contado desde el gobierno de Chávez, con un activo papel de Venezuela, convirtiendo a su líder en un hito para la historia latinoamericana.
Estados Unidos, se prepara para el futuro y Colombia, como su aliado estratégico, juega sus cartas con basta habilidad; pero ello no debe interpretarse como un cambio de orientación en los pilares de la política del gobierno venezolano. La reconciliación y la búsqueda de la paz entre países históricamente hermanados es más que sobrio, oportuno para el re-fortalecimiento de nuestra América a partir de la articulación de la diversidad y no de la hegemonía de la misma por un actor foráneo.
La oposición interna, vinculada a los grupos de poder transnacional, luchan por propinar un golpe demoledor a un gobierno que ha devuelto, de forma oficial, el discurso contra-hegemónico más radicalizado de la región en los últimos tiempos, logrando una Alianza (ALBA) que a pesar de sus limitantes era impensable hace una década atrás. Esto, obviamente, tiene un impacto no sólo por la trascendencia que adquiere en Venezuela, sino porque significa la vuelta al escenario latinoamericano, de la lucha entre dos fuerzas políticas de ideologías contrarias.
La activa política exterior del gobierno bolivariano preocupa y molesta a la hegemonía estadounidense, de modo que la alianza contra ese proceso no se debe resumir al análisis a la oposición interna, sino que adquiere una importancia mayor, lo que se comprende muy bien de pensar en lo que significaría para las dinámicas político-diplomáticas interamericanas, que en las elecciones de 2012, Venezuela contara con un gobierno adepto a la política estadounidense.
Existe una peligrosa y delgada línea divisoria entre las organizaciones de protesta social y las del crimen organizado que suele confundirse y combatirse con similares métodos por EE.UU. y sus gobiernos adeptos. Para el caso venezolano, como el propio gobierno es quien impulsa los procesos de cambio resulta inminente el bombardeo mediático hacia todas aquellas esferas que puedan demonizar el liderazgo de Chávez. Uno de los principales elementos con que ha contado la oposición es hacer hincapié en los puntos débiles de los programas sociales del gobierno, a conciencia que la esencia de los mismos resulta imposible de combatir.
Ello arroja otra realidad, y es la imposibilidad de la oposición al chavizmo de plantear su propio programa. La sociedad ha avanzado tanto en el ámbito social, que temas como el acceso gratuito a las salud, la educación y el deporte por la población se han vuelto parte del equilibrio, no sólo del gobierno presidido por Hugo Chávez sino que, me atrevería a afirmar, es hoy en día parte del equilibrio de la política doméstica de ese país.
Previendo cualquier deformación, una breve lectura en retrospectiva de los logros del proceso bolivariano brinda un consecuente re-posicionamiento del gobierno venezolano hacia el 2012.
En relación la lucha contra el tráfico ilícito de drogas: En 2010 se incautaron 63 mil 820 kilogramos de diferentes drogas, fueron detenidas 12 mil 955 personas en 9 mil 890 procedimientos. Se entregaron a las autoridades de países extranjeros 17 jefes de organizaciones de tráfico ilícito de estupefacientes y psicotrópicos.
Respecto al tratamiento a la seguridad fronteriza, se desmantelaron 18 laboratorios en las fronteras con Colombia. Además, se logró -por quinto año consecutivo- que se declarara la inexistencia de cultivos ilícitos en territorio venezolano. En el plano internacional, la política contra el tráfico ilícito de drogas de Chávez mereció el reconocimiento del representante de la secretaría de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, José Manuel Martínez Morales, lo cual fue comunicado de manera oficial durante la instalación de la XIX Reunión de los Jefes de los Organismos Nacionales Encargados de Combatir el Tráfico Ilícito de Drogas en América Latina y el Caribe (Honlea), que se realiza en la ciudad de Porlamar.
En el plano económico Chávez repitió su acostumbrado aumento del salario mínimo de Venezuela a 1.548 bolívares, equivalente a 360 dólares, un 26,5 % más que el actual. El mismo registró un alza de un 15 % inicial que rige a partir del 1 de mayo de 2011, con lo que el salario mínimo se situará hasta septiembre en 1.407 bolívares (327,20 dólares). Ese aumento beneficia a cerca del 3,6% de los 12 millones de personas de la Población Económicamente Activa (PEA) que ganan un salario mínimo, actualmente situado en 1.223,89 bolívares equivalente a 285 dólares.
Por otra parte, el negocio del petróleo sigue aumentado sus ganancias a tal medida que Venezuela podría recaudar –según fuentes oficiales- alrededor de 16.000 millones de dólares este año por el nuevo impuesto a los ingresos petroleros extraordinarios, de mantenerse el precio del barril sobre los 100 dólares, según afirmó el ministro de Energía, Rafael Ramírez. Desde esta perspectiva, el petróleo se ha convertido en una valiosa herramienta del proceso a favor de su política social.
El debate sobre qué ocurrirá en 2012 es la pregunta de los 10 millones; no obstante, existen elementos que permiten un análisis más sobrio de la acumulación de la cultura política por el proceso bolivariano a lo largo de esta última década. La calidad de vida de la nación se ha trasformado para bien. Cada año ha aumentado el salario básico nominal de la población. Los niveles de salud y educación han concurrido a toda una revolución, donde la sociedad civil ha tenido la posibilidad de acceder de forma gratuita a la asistencia médica y a la educación, que han orientado los planes de ese país hacia una revolución social sin precedentes en su historia.
Existen factores estructurales en esa sociedad que han conspirado con la estabilidad del proceso independientemente de las debilidades intrínsecas del mismo. Un elemento importante es el factor regional y la falta de un liderazgo más generalizado, es decir, que el proceso no dependa tanto de su máximo líder. Ello trae como consecuencia un desequilibrio entre la proyección nacional del chavizmo y sus expresiones en los estados y regiones del país.
No deben menospreciarse en el análisis, los antecedentes histórico-culturales de ese país, donde el carisma y liderazgo de su máxima figura han sido factores muy influyentes en los procesos histórico-políticos; lo cual pudiera convertir a su principal fortaleza en una debilidad. Ello permite comprender el la enorme influencia que tiene para el proceso el hecho de que su principal figura, esté siendo atacado constantemente por les medios de comunicación a favor del elite política en oposición, vinculada al capital trasnacional; de ahí que guarde tanta importancia para el proceso, los últimos cambios realizados en la arena político-diplomática.
A la Gran Colombia la unen lazos históricos, culturales y políticos. La existencia además, de una interdependencia comercial, merita la de armonía de sus relaciones para la estabilidad de la política externa e interna de ambos países.
El tema de la seguridad es vital también para ambas naciones, el hecho de compartir fronteras y las condiciones de las mismas, obliga a mantener un estrecho vínculo en la lucha contra el TID y necesita expresarse, cada vez más, en la opinión pública mundial.
Por otra parte, Colombia es el Estado de América Latina con mayor historial en cuanto al crimen organizado relacionado con el tráfico ilícito de estupefacientes y psicotrópicos, por ello, una relación más cordial en este sentido forma parte de la política doméstica de ambos países, sin que las diferencias político-ideológicas de ambos gobiernos sea óbice para ello.
Entretanto, las oportunidades del tráfico ilícito de drogas para el gobierno de los Estados Unidos son muchas. Construyendo el mito de un nuevo enemigo externo, sustituto de la anterior guerra fría, el terrorismo internacional, ligado al crimen organizado y este al tráfico ilícito de drogas; ha devenido en la nueva ancla, mediante la cual pretenden fondear nuevamente en Nuestra América.
Venezuela, convertido desde el siglo XXI, en el nuevo líder de la contra-hegemonía imperial de la región, resulta el enemigo a destruir y, como esta vez, la solución no se resume a una penetración político militar colegiada con el gobierno de turno, como sucediera en Colombia, Perú, México y Costa Rica anteriormente, pues no les queda otra alternativa que buscar a toda costa, deslegitimar el proyecto bolivariano, intentando vincular al presidente Hugo Chávez con los cárteles de la droga.
Los problemas del TID para la seguridad ciudadana, la violencia social y la criminalidad son suficientes para que las élites de poder, vinculadas al capital transnacional y Estados Unidos como el gobierno líder de las mismas, se apresten a brindar su cooperación. Ello no es dudar, por un lado la inseguridad atenta contra las inversiones capitalistas, por otro, permite la penetración político-militar bajo amañado paradigma de la seguridad humana; buscando vulnerar la soberanía y la autodeterminación de los países afectados por este flagelo.
El tan cierto como tergiversado discurso de responsabilidad compartida de Estados Unidos con América Latina y el Caribe respecto a la lucha antidroga, deriva en la triste pero cruda realidad de que el tráfico ilícito de drogas constituye todo un negocio para el complejo militar industrial estadounidense, y las empresas de contratación de servicios de seguridad privada, rebelándose así, el enrevesado panorama en que descansa el dilema de las drogas hoy, y en el cual se sumergen las dinámicas político-diplomáticas en torno a la Gran Colombia.
A modo de Anexos
Respecto a la violencia:
Comportamiento delictivo diciembre 2008-diciembre 2009. En la Parroquia Sucre –una de las más violentas- hubo una reducción del 57% de los delitos más violentos; registrando un descenso de un 44% de homicidios en toda la parroquia a un 26%, mientras que en el Municipio Libertador se registró un 24% de disminución de los homicidios. Hubo una reducción del 62% de los robos. En cuanto al delito de lesiones se ha observado una disminución del 62%, y en la violencia de género una disminución de delitos en 64%.
En relación a la seguridad policial, se ha trabajado en aumentar la cantidad de efectivos a 16 mil 722 para el mes de diciembre de este año 2011, con lo que se pretende expandir la Policía Nacional Bolivariana a nivel nacional con lo cual podrá operar en los municipios con mayor incidencia delictiva. Sin embargo poco se habla de los vínculos entre la oposición interna a Chávez y narcotraficantes colombianos. Tal es el caso del ex gobernador del Estado de Zulia y ex candidato presidencial, Manuel Rosales quien en 206 estuvo a cargo de un complot con narcotraficantes estuvieron Rosales, [el narcotraficante y comandante paramilitar Jorge Iván Laverde, alias] El Iguano y unos empresarios colombianos para asesinar a Chávez.
Desde todo punto de vista ha sido atacado el gobierno de Chávez, por ello una de las pocas voces en el mundo que se atreve a revelar la complicidad de los Estados Unidos en el tráfico fue la del propio presidente Chávez, quien declaró que es Estados Unidos el primer productor de marihuana y transgénico a nivel global.
Para la seguridad ciudadana:
En 2011 la inversión en la Policía Nacional Bolivariana está reportada por valor de mil 643 millones de bolívares. Fueron otorgados a la Universidad Nacional, 360 millones de bolívares, para la formación de los nuevos Funcionarios.
Contrariamente a lo que pudiera parecer por la agresividad e los medios contra el gobierno de Chávez, en cuanto a la libertad de expresión y a la importancia de las redes sociales en la nueva realidad mundial. En el gobierno de Chávez, la conectividad a Internet del pueblo venezolano ha obtenido 242.993 nuevos usuarios en hogares, alcanzando un total acumulado de 1.351.269, con un 22% de incremento respecto al inicio proceso.
Además, se está avanzando se está trabajando en el proyecto Canaima, que permitirá la entrega de computadoras. La conectividad a Internet en el país era de apenas un 3%, y en la actualidad ha rebasado ya el 33%.
Chávez ha mantenido por años su programa televisivo Aló Presidente, se estableció en cooperación con otros países de izquierda la Cadena Telesur y ha entrado también en el mundo de las redes sociales para establecer un mayor diálogo con su pueblo a partir de su Twiter.
Logros del proceso de cambio en Venezuela:
Reducción de la extrema pobreza de 42% en 1998 a 9,5%".
Acceso a la educación: "En 2005, Venezuela logró la meta trazada por la UNESCO de declarar el país territorio libre de analfabetismo; el 96 por ciento de la población adulta sabe leer y escribir".
-Acceso a la salud: "Venezuela invierte 4,2 % de su Producto Bruto Interno en salud y continúa profundizando sus estrategias para garantizar atención médica gratuita".
–Seguridad Social: "El desempleo se ha reducido en un 50% al pasar del 12% a 6,1% a principios de 2009".
-Soberanía alimentaria: "Para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria nacional, el Gobierno Bolivariano creó a Misión Alimentación, con el objetivo de ofrecer a la población venezolana productos de la cesta básica a bajos costos y sin intermediarios".
Deuda Pública: pasó de 73,5% del PIB en el año 1998 a 14,4% en 2008.
-Reservas Internacionales: "A principios de 1999 las Reservas Internacionales contabilizaban US$14.334 millones, en enero de 2009 se ubican en US$41. 862 millones."
-Soberanía tecnológica: "Antes de la llegada del Gobierno bolivariano, la inversión en Ciencia y Tecnología era prácticamente nula. Actualmente se destina el 2,69% del PIB".
-Eliminación de la disparidad de género: "La equidad de género suma otro éxito para la sociedad venezolana. La participación de la mujer en los consejos comunales es del 60 %; cuatro de los 5 Poderes Públicos están dirigidos por mujeres. La presencia femenina en la Asamblea Nacional pasó de 10 % a 16,5%".
Bibliografía
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López Velaz, Elio Fidel. La crisis político venezolana de finales de la década de los 80 y de los 90. Principales causa, manifestaciones y tendencias. Tesis en opción al grado científico de Master en Ciencias Históricas. En: Biblioteca de la Facultad de Filosofía e Historia. Ciudad de La Habana, 1998.
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Marcelo Colussi. El retorno del socialismo: Latinoamérica da el ejemplo. En:
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Marcelo Colussi. Petróleo: de maldición a herramienta para el cambio. En:
http://www.voltairenet.org/article131870.html#article131870
Resistencia hondureña aprueba mediación de Chávez. En:
Autor:
Alejandro L. Perdomo Aguilera
La Habana