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La universalización de la educación superior y la extensión universitaria en el contexto cubano de hoy


  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Principales tendencias en la evolución y el desarrollo de la extensión universitaria
  4. Bibliografía

Resumen

En la actualidad existe consenso en que más allá de propiciar procesos de aprendizaje de conocimientos, la escuela debe contribuir al desarrollo de un sujeto integral, identificado con su cultura y con el necesario nivel de reflexión y conciencia de que su acción, por individual que parezca, se inscribe en un universo cultural que la trasciende como antídoto a la crisis de valores que se ha ido generando por la economía de mercado. El presente artículo aborda la concepción de una universidad que contribuya a la formación de un individuo en todo su SER, desde la concepción totalizadora de la extensión universitaria en función de la vida intra y extra universitaria.

Palabras Claves: Universalización, extensión universitaria, formación cultural, promoción cultural.

Objetivos:

-Caracterizar la nueva Universidad cubana de hoy.

– Definir los antecedentes históricos de la extensión universitaria en Cuba y en el mundo.

-Caracterizar la extensión universitaria como proceso totalizador.

-Demostrar la importancia de la extensión universitaria como proceso que contribuye a la mejora de la vida intra y extra universitaria.

Desarrollo

"La obra de educación del pueblo cubano (…) tiene que ser obra de regeneración y purificación (…), no puede circunscribirse a la esfera intelectual. Hay que educar de todos medios y en todas partes (…)". Enrique José Varona (1961).

Desde finales del siglo XX se viene desarrollando una revolución sin precedentes en la Enseñanza Superior lo que revoluciona el desarrollo económico y social (UNESCO, 1999).El nuevo siglo introduce un cambio definitivo en la concepción de la tradicional universidad, de modo que en la enseñanza se potencia la sociedad del conocimiento y la sociedad global.

Los avances conceptuales que en el campo pedagógico se han venido produciendo sustentan la Educación Superior moderna en cuatro vertientes fundamentales (MES, 2003):

  • Formación profesional (aspecto docente-laboral)

  • Investigación científica

  • Educación post – grado

  • Extensión universitaria.

El sustento en estas cuatro vertientes establece una universidad más madura y elevada, capaz de articular con las demandas que la sociedad exige. Estos aspectos se encuentran relacionados entre sí y su unidad determina una nueva cualidad que se refleja en la formación de una cultura general integral a partir de los procesos fundamentales de formación, investigación y extensión íntimamente relacionados entre sí. En estas condiciones se eleva a planos superiores la participación, la colaboración y protagonismo de los alumnos, fomentando para ello una cultura de aprendizaje, dirigida a que todos aprendan a conocer, ser, hacer, vivir juntos y con los demás, a emprender y desaprender lo que ya no es válido.

El proceso formativo de los estudiantes supone la preparación en la universidad cubana de un profesional que actúe acorde con los valores más genuinos de la patria, desarrolle habilidades que garanticen un desempeño competente, de excelencia académica, con una alta productividad científico-tecnológica, además de un horizonte cultural válido para satisfacer las necesidades del país y a la vez, insertarse en el escenario internacional.

En correspondencia con el enfoque sistémico que caracteriza el modelo de la universidad cubana, sus tres funciones básicas: investigación científica, docencia y servicio a la comunidad o extensión, integradas coherentemente, tienden a dar respuesta a las demandas sociales, especialmente la relacionada con profesionales integralmente formados en las distintas áreas del conocimiento y a la transformación creadora de su espacio. (González Morales, 2006:97-98)

Esta visión se materializa en la nueva concepción curricular de la Educación Superior que tiene un llamado urgente para el cambio, en este sentido, concebir transformaciones que respondan a las demandas que emergen a nivel internacional y al mismo tiempo adecuarse a las realidades de nuestra región latinoamericana.

Entre la misión y las funciones de la universidad referidas por la UNESCO en su informe de 1998 está la de difundir los valores universalmente aceptados, tales como justicia, paz, solidaridad, libertad, igualdad; así como incrementar las investigaciones en ciencias sociales humanas y en ciencias de la educación superior.

Todo esto ha generado un cambio en la misión de la universidad, cuestión que aún no se comprende plenamente por algunos funcionarios y profesores universitarios. En síntesis la misión de la universidad moderna incluye (Villegas, 2001):

  • La generación y transmisión de conocimientos científicos, técnicos y humanísticos.

  • La formación y preservación de la identidad nacional por medio de la cultura.

  • La constitución de un espacio donde se promueva la transformación de la realidad.

  • El desarrollo de los valores universales de la cultura.

Al mismo tiempo, las funciones contemporáneas de la universidad crecen y se diversifican al:

  • Proveer una educación general postsecundaria a los grupos más aptos de egresados de la educación media.

  • Desarrollar la investigación, usualmente con énfasis en la investigación básica.

  • Colaborar con las necesidades de formación de recursos humanos de la sociedad.

  • Desarrollar la educación postgraduada y especializada.

  • Fortalecer la competitividad de la economía a través de las funciones de investigación, educación y entrenamiento.

  • Actuar como mecanismo de selección para aquellos que buscan empleos de alto nivel en el servicio público, en la industria, en el comercio y en una gran variedad de profesiones.

  • Proporcionar un canal de movilidad social a los hijos e hijas de las familias de la clase trabajadora.

  • Ofrecer una variedad de servicios a su región y comunidad más cercana.

  • Contribuir a la eliminación del racismo y la discriminación de las minorías.

  • Preparar mujeres y hombres para su desempeño en papeles de liderazgo en la sociedad y para ocupar posiciones de influencia en la vida pública, en las profesiones y en el empleo industrial y comercial.

Coincidiendo con Ruiz Iglesias (2000), todos estos retos responden de una forma u otra a cuatro perspectivas fundamentales: conceptual, técnica, humanista y práctica. La Universidad cubana como institución social abre sus puertas desde esta visión y para estar a la altura de los retos planteados se traza un objetivo supremo como paradigma educativo que la guiará: Universidad para todos, durante toda la vida, elementos que convertirá al país en poco tiempo en el más culto del mundo.

El hilo conductor fundamental de este conjunto de transformaciones y que connota de un modo esencial, es la etapa actual de la Universalización de la Educación Superior: "proceso dirigido a la ampliación de posibilidades y oportunidades de acceso a la Universidad, con lo cual se contribuye a la formación de una Cultura General Integral de la población y a un incremento paulatino de mayores niveles de equidad y de justicia social en nuestra sociedad" (MES, 2004).

"Esta nueva etapa se caracteriza por un franco proceso de cambio que transforma las viejas concepciones. En estas transformaciones se incluyen no solo las instalaciones universitarias tradicionales, sino también la incorporación de nuevas sedes, aulas universitarias y micro universidades pedagógicas en todos los municipios del país, lo que ha permitido un acelerado incremento de nuevas fuentes de ingreso y tipos de cursos para estudios universitarios y con ello, la multiplicación de los conocimientos de todo nuestro pueblo. Este desafío representa la más importante oportunidad, en toda la historia de la Revolución, para el desarrollo de la universidad en nuestro país. La universalización de la educación superior, promovida, estimulada y desarrollada por nuestro Comandante en Jefe desde los primeros años del triunfo de la Revolución, debe entenderse como un sistemático proceso de transformaciones dirigido a la ampliación de posibilidades y oportunidades de acceso a la universidad y de multiplicación y extensión de los conocimientos, con lo cual se contribuye a la formación de una cultura general integral de la población y a un incremento paulatino de mayores niveles de equidad y de justicia social en nuestra sociedad. "(Informe a la Asamblea Nac. Poder Popular, 2004)

El nuevo modelo de la universalización concebido, responde a determinadas características: (ANEXO I)

  • Flexible en tanto admite su adaptación a una realidad concreta, en correspondencia con el estado actual del problema y la interrelación sistémica de los elementos que conforman su estructura.

  • Participativo dado por la propia concepción de dirección en que se desenvuelve.

  • Democrático por las oportunidades que ofrece el estilo de dirección y los propósitos de aprendizaje cooperado.

  • Transformador por los propósitos de aprendizaje y autoperfeccionamiento de la práctica de la dirección.

  • Crítico en tanto análisis, valoración continua y cooperada del nivel actual en relación con el estado deseado en la búsqueda del autoperfeccionamiento.

  • Enriquecedor porque permite mejorar el proceso comunicativo y aprender en esa práctica en la unidad práctica-aprendizaje.

En consonancia con lo expuesto por Pérez González(1996) el desafío demanda que la vida en el aula se desarrolle "de modo que puedan vivenciarse prácticas sociales e intercambios, experimentación compartida, así como otros tipos de relaciones con el conocimiento y la cultura que estimulen la búsqueda, el contraste, la crítica, la iniciativa y la creación" en el colectivo , pues aprender significa siempre coincidiendo con lo expresado por Novak y Gowin (1988), interactuar y comunicarse con otros, apoyarse en ellos para construir y perfeccionar los propios conocimientos y para transitar progresivamente hacia formas de actuación autorreguladas, pero que siguen siendo en esencia, colaborativas.

Los estudiantes de las Sedes Universitarias necesitan tal como sugiere Castellanos, (1999), estar inmersos en un proceso de aprendizaje que englobe la personalidad como un todo, donde se construyan los conocimientos, destrezas, capacidades, se desarrolle la inteligencia, sirva de fuente de enriquecimiento afectivo, contribuyendo a formar sentimientos, valores, convicciones, ideales y donde emerja la propia persona y sus orientaciones ante la vida.

Esto se traduce en una universidad socialista cubana, sin una cultura elitista, más justa, más humana, al alcance de todos, más revolucionaria; en busca de una elevada cultura integral de los ciudadanos y que colabore con el desarrollo social en general y con el desarrollo local, para compartir y potenciar con otros el saber general, a partir de alianzas estratégicas para estar en la Vanguardia (Enríquez, 2003)

De lo anterior se deduce que la universidad tiene que formar un profesional con capacidad para enfrentar el reto de la época contemporánea, con conocimientos científicos y técnicos idóneos, portador de valores humanos para un óptimo desempeño como miembro de la sociedad, con una proyección laboral que combine las competencias laborales con las personales y que garantice así el acceso a una cultura general integral de la población y el desarrollo socio-económico y cultural de los territorios(Álvarez,1999).

El reto principal de la Universalización de la Educación Superior hoy es articular los procesos universitarios en un todo único para cumplir la misión social de la universidad en la batalla de ideas, donde lo curricular se articule con lo investigativo y con la extensión para alcanzar niveles superiores de efectividad y eficiencia sobre bases científicas posibles.

Bajo este nuevo concepto la extensión universitaria tiene un espacio legítimo en las sedes universitarias municipales. Como se conoce, el soporte fundamental en que descansa la extensión universitaria es la Promoción Cultural, en su concepción más genérica, lo que facilitaría por un lado la difusión de una cultura general de la población y por otro potenciaría y promovería los valores más trascendentales de los municipios y las localidades, fortaleciendo la identidad cultural del territorio y recepcionando toda la riqueza histórica, económica, social, política y cultural de cada territorio. Al mismo tiempo esta labor de extensión precisa de forma más auténtica las necesidades e intereses culturales en los municipios y localidades, a partir del conocimiento que tienen los propios hacedores de la cultura de ese entorno.

La idea que comparte la autora de esta investigación es que el desarrollo debe estimarse esencialmente a partir de la capacidad de actuar en y desde la cultura. De ahí que el poder de desarrollo de la escuela está dado por el hecho de que el alumno pueda actuar, con conciencia, desde la cultura y en la cultura. Así, un alumno muestra desarrollo deseable, cuando es capaz de trazarse finalidades transformativas en diversos contextos culturales, que van desde los escolares a los extraescolares; puede ejecutar acciones efectivas de transformación y regular su actividad, susceptible, esta última, de implicarlo no sólo a él como sujeto, sino también al grupo.

La cultura permea todo la actividad eminentemente humana, y de una manera peculiar la acción educacional. Si consideramos la escuela como una de las instituciones culturales básicas de la sociedad, entonces resulta ineludible el análisis de sus funciones, finalidades y tareas, desde el prisma que ofrece la cultura; es decir, desde una perspectiva eminentemente cultural. Formar, es atender a las esferas de la instrucción y la educación a la vez y si de esto se trata, proponer una Estrategia Metodológica que logre asumir esta concepción de proceso formativo es un buen punto de partida que puede conducir a nobles propósitos dentro de los objetivos en que está inmersa la Educación Superior hoy.

En este sentido se está definiendo como una realidad contextual la aparición de nuevas estrategias metodológicas que cohesionen el trabajo educativo en función de lograr una formación cultura en el estudiante universitario. Esta realidad se extrapola a todas las carreras, pero exige una demanda especial en la de Estudios socioculturales por incidir directamente en el perfil profesional de los estudiantes que la cursan y el desarrollo de esta estrategia sólo es posible si se tienen en cuenta las instituciones culturales que forman parte de la comunidad.

Si se tiene en cuenta que la universidad es una institución cultural que tiene como componente del cuerpo social una marcada responsabilidad con la sociedad, que se concreta en actuar por el mejoramiento económico, político- social y cultural como sistema de vida del pueblo, no puede conformarse con el desarrollo de sus procesos de docencia e investigación, sino que también requiere del desarrollo de otros procesos sustantivos como la extensión universitaria , para dar cumplimiento a su encomienda social , promoviendo la elevación del nivel cultural, a partir de la participación del hombre como agente de su propio desarrollo.

Principales tendencias en la evolución y el desarrollo de la extensión universitaria

En el Programa Nacional de extensión Universitaria del MES (1989) se refieren como principales tendencias en la evolución y desarrollo de la extensión Universitaria las siguientes:

Tendencias internacionales:

El carácter eclesiástico y monástico y la tradición cristiana y grecorromana, distinguieron a la universidad cerrada y desprendida de la sociedad, que por casi ocho siglos subsistió en Europa y por consiguiente en los Estados Unidos y en las colonias europeas en América Latina y el caribe, donde las metrópolis crearon instituciones de enseñanza superior.

En la reforma de Córdova, Argentina en 1918 se habla por primera vez de extensión universitaria como función social inherente e inseparable de la universidad, fortaleciendo la proyección hacia el pueblo de la cultura universitaria y preocupándose por los problemas nacionales, rompiendo así con el aislamiento universitario.

Esto propició que este periodo marcara la ruptura con los esquemas anteriores y que se reconociera a la extensión con un enfoque más abarcador en la función social de la universidad, lo que se concretó más en la legislación que en la actividad práctica, pero indiscutiblemente en esta etapa la extensión universitaria se había integrado a la universidad para formar parte de ella.

La Unión de Universidades de América Latina (UDUAL), desde inicios de la década del 50 hasta mediados de la década del 70, promueve una serie de eventos que influyeron de manera decisiva en la precisión del concepto y el contenido de la extensión. El hecho más significativo de este periodo se centra, por tanto, en los avances logrados en la conceptualización de la extensión, aunque también se amplió el desarrollo de actividades de corte artístico y literario y se inició una cierta respuesta estructural a la actividad extensionista en las instituciones de educación superior.

Sin embargo la función social se continúa concibiendo en un solo sentido, de la universidad hacia la sociedad y aunque estos conceptos fueron aceptados, no lograron una rápida aplicación en las universidades del área, ya que la actividad siguió siendo asistemàtica e incoherente a partir de iniciativas personales o grupales, sin llegar a un programa generalizado de la institución universitaria en su conjunto.

En los últimos años en la legislación de todos los países de la región y de generalmente todas las universidades, la extensión universitaria se establece como una de las funciones principales, con una acepción más o menos amplia de cultura y se confirma el clásico tríptico misional: docencia, investigación y extensión.

Como consecuencia de la desatención a los problemas sociales causada por el neoliberalismo, las penetraciones de las concepciones de "extensión de los servicios" y de "universidad empresa" han ido calando la universidad latinoamericana como fruto de la penetración cultural proveniente del norte, por lo que esta se ve precisada a sobrevivir y buscar nuevas vías de auto-sustentación en un medio que le resulta muy hostil, que atenta en su contradicción globalización-regionalización contra los valores patrios las raíces históricas y la identidad cultural y nacional.

En la mayoría de los casos las tendencias que se manifiestan son las siguientes: un desvirtuamiento conceptual, carencia de sistematización y esporádicos programas y proyectos que no pasan de ser utopías que generalmente no se concretan por la situación real de estos países, lo que nos confirma que la extensión universitaria no es considerada como un proceso importante por las instituciones de educación superior en otras regiones del mundo.

La evolución de la actividad extensionista de las universidades en Europa Occidental y los Estados Unidos a lo largo del presente siglo, aunque ha ampliado su contacto con las realidades sociales, económicas y culturales de la comunidad donde están insertas se ha inclinado esencialmente al desarrollo industrial de las principales potencias mundiales, así como a la concepción de la prestación de sus servicios en correspondencia con los cambios de su entorno, pero se han visto en cierta medida desinteresados por proyectar sus misiones educativas donde prime la vocación social.

En Alemania, Estados Unidos, Japón y otros países desarrollados existe un nuevo paradigma de la misión empresarial que cambia la universidad hacia un carácter más empresarial, donde se le presta más atención a la transferencia y la competencia tecnológica , lo que limita la función de la universidades de estos países en la concepción del vínculo Universidad- Industria. Se ve a la universidad como "poder del saber" "y en muchos casos como "Poder de servicios ".

Tendencias nacionales:

La historia de la extensión universitaria en Cuba ha atravesado por diferentes etapas en correspondencia con el devenir político, económico, cultural y social del país, y en particular con el desarrollo evolutivo de la Educación Superior cubana.

Con la fundación en 1728 de la otrora Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de la Habana, se iniciaron en Cuba los estudios superiores, caracterizados durante la etapa de la colonia, por la enraizada tradición cristiana y greco-romana de la que surgieron las universidades europeas y en particular la española, y por la contradicción criollo-peninsular, manifiesta en la lucha de los primeros por despojar a la universidad de su ropaje religioso y convertirla en una institución laica y de los segundos por mantener el rígido control que la Corona española ejercía sobre la institución. En ello influían los cambios en los países donde se había impuesto la Revolución Industrial, que fuera derrotada en España desde sus primeros intentos de realización.

Las ideas de la Reforma Universitaria iniciada en Córdoba, Argentina, fueron abrazadas por la vanguardia estudiantil y profesional de la Universidad de La Habana y por otras fuerzas progresistas de la sociedad cubana de la época, quienes se plantearon la misión de reformar esta institución de estudios superiores, con el objetivo de fortalecer su función social. En esta avanzada política sobresalió Julio Antonio Mella, fundador de la Federación Estudiantil Universitaria y del Partido Comunista, y creador también de la Universidad Popular "José Martí" que rompía el monopolio clasista del acceso a la cultura.

La Universidad Popular constituyó la expresión más genuina de la extensión universitaria, aunque Mella estaba consciente de que solo llegaba a una parte de la sociedad necesitada de cultura, porque fue capaz de entender y advertir a tiempo que era imposible reformar la Universidad sin una verdadera revolución social.

La actividad extensionista en la Universidad de La Habana alcanza auge en la década del cuarenta, en lo que la Federación Estudiantil Universitaria desempeñó un papel protagónico, pero no se logró que estuviera exenta de un enfoque "culturalista" y "espectaculista", no obstante dejó un efecto positivo en el reconocimiento social de la Universidad, aunque no suficiente como para que se la considerara más allá de una importante institución cultural. A este esfuerzo se sumaron la Universidad de Oriente y la Universidad Central de Las Villas, al fundarse en 1947 y 1952 respectivamente, lo que permitió que la influencia, aunque limitada, de la universidad llegara a otras partes del país. Las actividades de extensión universitaria prácticamente desaparecen a finales de la década del 50 por la compleja situación política del país.

Al triunfo de la Revolución el 1º de enero de 1959, se ratificó a estas tres universidades como las únicas oficiales en el país y la proclamación el 10 de enero de 1962 por el Consejo Superior de Universidades de la Reforma Universitaria, constituyó un elemento decisivo en la proyección y radicalización revolucionaria de la enseñanza superior al plantear el papel de la universidad en el nuevo contexto y determinar las tendencias de la educación superior y por consiguiente de la extensión universitaria.

En el impacto de la Reforma en la extensión universitaria, destaca como esta postuló la creación de la Comisión de Extensión Universitaria y la definición de sus contenidos, los cuales signaron las principales tendencias de la labor desarrollada por las universidades en este campo durante más de una década. Al respecto definía que la Comisión establecería los medios adecuados para que la cultura universitaria llegara a las masas populares en forma eficaz, así como para que las necesidades de éstas, en lo que atañe a su progreso educacional y técnico fueran bien conocidas por la Universidad. Esta concepción marcó pautas en el continente ya que, como regularidad, su efecto se produjo en ambos sentidos: se daba respuesta a las necesidades del país, al mismo tiempo que se transformaba el carácter de la universidad.

Los propios cambios operados en la universidad para dar respuesta a las demandas del desarrollo, dejaron atrás la concepción inicial de que la función social de estas instituciones la promoviera sólo la Comisión de Extensión Universitaria. La importancia alcanzada por la investigación, el postgrado y otras áreas, propiciaron la tendencia a que surgieran estructuras específicas para atenderlas y mantener el vínculo especializado con los diferentes sectores de la sociedad.

En la década del setenta se produce un incremento cuantitativo en la Educación Superior, la que se extiende en forma de universidades, institutos superiores, centros, sedes, filiales y unidades docentes por todas las provincias del país, con la aplicación del principio de universalización de la enseñanza, expresión objetiva de la extensión de la universidad.

Por otra parte se intensificaron las actividades artístico-culturales, encargo institucional que se le encomendó al Departamento de Actividades Culturales en sustitución de las Comisiones y Direcciones de Extensión Universitaria. Esto condujo, como tendencia, a su identificación con la extensión, que así vio reducida con el tiempo su concepción y, en la práctica, la acepción de cultura se estrechó hasta verse casi limitada al campo artístico y literario. De esta manera la función extensionista se diluyó en buena medida en las demás funciones y estructuras de la universidad.

Con la creación en 1976 de los Ministerios de Educación Superior y de Cultura se ratificó la institucionalización de los Departamentos de Actividades Culturales con el objetivo de ofrecer una atención similar y especializada en la amplia red de centros creados por la Revolución. No obstante, la tendencia en el trabajo continuó restringida a la cultura artística y literaria, básicamente a la atención y apoyo al nuevo y pujante Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU y más tarde a la aplicación de programas de Educación Artística con carácter facultativo, los que no recibieron la comprensión y el apoyo necesarios para su implementación exitosa.

Inmersos en el trabajo por elevar la calidad de la educación a que llamara el Programa del Partido Comunista de Cuba aprobado en su III Congreso (1986), se realiza ese mismo año, la I Jornada Científica del Trabajo Cultural en la Educación Superior", evento que marca una revitalización de la extensión universitaria. Se definen nuevas concepciones de trabajo y en consecuencia los Departamentos de Actividades Culturales existentes en los centros, se transformaron en Departamentos de Extensión Universitaria en atención a las nuevas proyecciones del trabajo cultural.

Así se aprueba por el Consejo de Dirección del Ministerio de Educación Superior (1988) el "Programa de Desarrollo de la Extensión Universitaria", en el cual se proyectaba un profundo cambio, desde el concepto de extensión universitaria que definió. A la vez se trabajó intensamente en la concepción del "Programa para el Desarrollo Cultural Integral de los Estudiantes Universitarios", el cual pretendía dar respuesta a la crítica realizada en el Informe Central al III Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuando al referirse a la calidad de la formación de los estudiantes de la educación superior señaló: "… su desarrollo cultural integral no es satisfactorio".

Llegar a nuevas concepciones no significó que por decreto se resolvieran los problemas; las tendencias en los resultados del trabajo continuaron siendo generalmente las mismas, por lo que sólo representaron puntos de partida y preparación para iniciar una nueva etapa en el trabajo cultural y de extensión universitaria. No obstante, significaron cambios importantes en la proyección y ampliación del espectro del trabajo cultural en la Educación Superior.

En esta situación se encontraba la extensión universitaria, cuando por diversos factores las condiciones económicas del país, se ven deprimidas, lo que conlleva a un reordenamiento de los distintos sectores de la nación, etapa denominada "período especial".

Parecía que la actividad cultural en la educación superior se detendría con la situación y las limitaciones impuestas por el "periodo especial", pero la vida demostró lo contrario. Si por una parte se disminuyó el nivel de actividad, en particular el sistema de eventos; por la otra, las necesidades espirituales de la comunidad universitaria, en especial de los estudiantes, como tendencia crecieron; aparecieron nuevas formas de realización que contaron con una gran aceptación y con un fuerte sentido de cooperación e innovación. Podemos asegurar que de esta etapa difícil, el trabajo cultural en las universidades sale fortalecido y se demostró el potencial con que se puede contar para su desarrollo.

Progresivamente la acepción de cultura con que se proyecta y evalúa la extensión se va ampliando más allá de lo artístico y literario, y a la vez se va transformando la concepción que se tenía sobre la extensión universitaria .En el orden ejecutivo se aprobó también estatalmente como parte de la estructura del Ministerio de Educación Superior, la Dirección de Extensión Universitaria como órgano encargado metodológicamente de coordinar, promover y fomentar el desarrollo de la extensión universitaria para toda la educación superior.

En la definición de la política de la Educación Superior en los últimos años, se aprecia un reconocimiento por los resultados obtenidos en cuanto a su concepción y proyección, partiendo de su ubicación como una de las vertientes principales en la Educación Superior, y de la comprensión e interiorización que las autoridades universitarias le han dado a la misma, por su necesidad e importancia en la formación de los profesionales y en el fortalecimiento del papel que corresponde a la universidad cubana como agente activo en la promoción del desarrollo cultural en la sociedad, por lo que se plantea la necesidad de dar un salto cualitativo en la proyección de la universidad en el desarrollo cultural de la sociedad.

Esta conceptualización tiene su base en las condiciones objetivas que aparecen en este período de consolidación del sistema, y de desarrollo de un sentido integrador y sintetizador en la dirección de las universidades a partir de la implantación de la Planeación Estratégica y la Dirección por Objetivos.

Por otra parte, la inserción de las universidades en la batalla de ideas y en el desarrollo de los diferentes programas de la Revolución y en particular de la universalización de la Enseñanza Superior, proceso esencialmente extensionista, propicia nuevos ámbitos para el desarrollo de esta labor, en tanto coloca a la universidad y a la comunidad en posibilidad de complementar vacíos y dar mayor alcance a sus actuaciones.

La universalización de la Educación Superior en esta nueva etapa y la creación de una cifra creciente de Sedes Universitarias Municipales, a la vez que reafirma el carácter humanista prevaleciente en el devenir histórico de la institución universidad, posibilita la ampliación del acceso particularmente a aquellos sectores más desfavorecidos de la población, a partir de que posibilita que la Educación Superior sea para todos.

La concepción de esta nueva universidad, con otras misiones, más pertinente, para todos , durante toda la vida, exige del replanteamiento del trabajo de extensión, replanteamiento que encierra la promoción de la cultura en la sociedad y la formación del profesional desde las dimensiones: académica, investigativa y extensionista, aprovechando las potencialidades de cada asignatura desde el análisis de los colectivos de año y donde se fortalezcan los proyectos educativos de ahí que la extensión universitaria sea el proceso que dinamiza la vida cultural en la universidad interactuando con las instituciones del Ministerio de Cultura potenciando los procesos intra y extra universitarios, vista esta como un proceso Totalizador y no como un ente aislado.

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Autora:

Msc Yamira Bárbara Fuentes Cabrera.

Enviado por:

Aquedo Paz Rodriguez