Figuras organizativas dinámicas interactivas como soportes del autodesarrollo sostenible (página 2)
Enviado por Narciso Aguilera Mar�n
Incluso, a pesar de que se tengan claros todos estos conceptos; es necesario insistir, en que dicho facilitador debe ser conocedor de herramientas participativas, de los trabajos grupales, de la educación de adultos, de principios de sociología. No basta con disponer de todas las habilidades en la producción vegetal o animal. Hay que entender la lógica del desarrollo rural en todas sus dimensiones y aristas; las que se presentan de manera singular y en ocasiones son irrepetibles. Sin embargo, muchas veces se cuenta con tales cualidades, pero aún no se obtienen los resultados esperados. Casi siempre el principal factor limitante es el social, el cual es aún más complejo que la agricultura per se. De esta manera, la propia lógica nos obliga a transitar no hacia la teoría del método, sino hacia el método de la teoría. Dicho de otra manera, a qué hacer para que los conceptos del autodesarrollo, sustentabilidad, alimentación inocua, conservación de los recursos naturales, enfoque de género, comercio justo, ecogastronomía, entre otros, lleguen a constituir hechos.
Podemos comparar al desarrollo rural con una construcción. Para que a un edificio se le puedan colocar juegos de cuarto, de sala, de comedor, de cocina, antes deben haberse construido las bases y la estructura. Si se considera que el edificio es la comunidad y cada uno de esos juegos son proyectos, pudiéramos pensar que si llevamos dichos juegos al sitio, pero el edificio no tiene las bases ni la estructura, entonces no pueden colocarse los mencionados juegos, y habrá que llevarlos hacia otro lugar donde estén garantizadas bases y estructuras. Del mismo modo, si en la comunidad no están las bases y las estructuras construidas, pues tampoco serán capaces de aceptar o sostener proyectos, como los agrícolas por ejemplo. Y estos en comunidades rurales y periurbanas constituyen, por lo general, el motor impulsor del atuodesarrollo. Alrededor de esa agricultura, normalmente a pequeña escala, comienzan a gravitar y a acoplarse otros proyectos de interés social y económico.
Dicho todo esto, surgen las preguntas: ¿cuáles son las bases y las estructuras que permiten que las comunidades soporten dichos proyectos de manera sostenible? ¿cómo se logran las mismas? Justamente el presente trabajo intenta dar respuestas a estas interrogantes, a través del entendimiento de la lógica del desarrollo que indica la formación de figuras organizativas dinámicas interrelacionadas de manera armónica, al tiempo que trata de constituir una guía metodológica comentada y razonada, y se coloca a disposición de facilitadores del desarrollo rural, que toman en consideración a la agricultura a pequeña escala como un motor que impulsa el emprenderismo hacia el autodesarrollo local rural y periurbano.
2.1 Reglas de oro: organización y planificación
Toda acción que se vaya a ejercer sobre objetos (ciencias naturales) o sujetos (ciencias sociales) debe responder a un algoritmo determinado. Cuando prevalece la anarquía, la espontaneidad, el azar y el autocratismo, por lo general el fracaso puede vislumbrase a corto plazo en cualquiera de las actividades donde la mujer y el hombre actúen: ya sea en el campo científico, económico, político, social, etc. Es por ello, que se pueden encontrar diversas escuelas donde se dan lecciones con soporte científico: de organización y planificación; cuestiones que han ido evolucionando y enriqueciéndose poco a poco. Por ejemplo, desde hace mucho tiempo se habla de diagnóstico, casi siempre basado en las frías encuestas estructuradas, semiestructuradas, abiertas, semiabiertas, cerradas, y muchos tipos de encuestas aparecieron. Todavía hoy se diagnostica bastante por medio de las encuestas; sin embargo, estas constituyen una de las herramientas de diagnóstico menos precisas y más influidas por diversos factores. De manera que para diagnosticar al inicio y durante un proceso de desarrollo rural, es necesario estar dotado de herramientas participativas, pero esa etapa y globalmente todas las demás inherentes a dicho proceso, son solamente posible si se cuenta con una organización y planificación justa a la medida.
En el presente documento no se pretende filosofar sobre el enmarañado camino de puntos de partidas de diferentes escuelas para tales fines; sino, se trata de ofrecer algunas herramientas obtenidas de la percepción y como fruto de las experiencias concurrentes en la práctica ligada al involucramiento hacia el autodesarrollo sustentable de familias, instituciones y unidades docentes, mediante la agricultura a pequeña escala como motor impulsor.
El Asesor, a quien se identificará en lo adelante como facilitador, debe de acercarse lo más posible a jugar su papel como lo que es. Se conocen muchos casos de huertos que inician y repentinamente desaparecen. Si se muestra un conjunto de huertos, pudiese parecer que existe un trabajo sostenido, pero cuando desaparecen "mágicamente", es evidencia de que algo no ha funcionado bien. Lo mas probable es que el modelo que se empleó para lograr el objetivo no fue el adecuado. Frecuentes errores están ligados a ser los facilitadores quienes prácticamente construyen los huertos, y como estos no han surgido bajo el concepto de ser productos de una plataforma organizada y consciente de ciudadanos rurales, no se pueden sostener y están destinados a desaparecer una vez que el facilitador no puede dedicarle todo el tiempo a dichas actividades o es trasladado a otro sitio. No se puede llegar al autoengaño con el desarrollo rural, sino nunca ocurrirá. El facilitador tiene el rol de contribuir a dicho autodesarrollo, a quitar la venda de los ojos y no a hacer más miopes a los grupos metas. Es preferible tener cinco huertos producto del autododesarrollo sostenible y no veinte como ilusión óptica del desarrollo. La lógica del propio autodesarrollo rural permitirá el crecimiento sostenido de otros muchos, que atendiendo al primer caso se originarán a partir del efecto multiplicador de los cinco mencionados. Pero ese efecto multiplicador no es casual ni producto de buenas intenciones; sino que es causal, solo es capaz de lograrse, cuando el trabajo de apoyo social se ha visto transversalizado y soportado en figuras organizativas dinámicas que lo han permitido.
Son estas y muchas más razones, las que apuntan siempre a que hay dos condiciones indispensables e inviolables para que dichos desarrollos lleguen a ser sustentables y no se conviertan en adicionales intentos fracasados de buenas voluntades deseosas de alcanzar dicho propósito; sin dudas se refiere a la organización y a la planificación. No se pretende ofrecer tampoco recetas rígidas, sino caminos que puedan llegar a aplicar modelos muy propios o ajustados a los diferentes contextos, pero lo que si no se debe es es violar estos dos principios. Incluso, se pude disponer de una perfecta planificación, pero sino existen figuras organizativas que la hagan concretarse, dicha planificación queda sin efecto. Seguramente, varios equipos que hacen trabajos similares en otros estados de la República Bolivariana de Venezuela, por ejemplo, pueden haber encontrado el camino de llegar a la sostenibilidad y no ser exactamente la vía que aquí se presenta, pero de ser así, no deberán haberse omitido estas dos reglas de oro, y seguramente, entre las diferentes propuestas deberán existir puntos coincidentes. Los contextos y las percepciones de los facilitadores son los que definen la aparición de los caminos hacia la sostenibilidad.
La organización debe ser dinámica e interactiva, libre de los engorrosos elementos burocráticos. Tiene que adoptar formas de figuras organizativas, las cuales serán detalladas en este documento mas adelante. Estas serán creadas por los propios beneficiarios y acompañadas por el facilitador hasta ser constituidas como tales. Posteriormente, serán monitoreadas y corregidas durante el quehacer de sus funciones hasta que actúen con plena autonomía y se conviertan en la verdadera plataforma que sustente a la planificación. De esta misma manera, la planificación será conformada bajo la orientación de las figuras organizativas y será objetiva, clara, alcanzable, lógica y sus resultados tangibles. A continuación se ofrece un simple esquema, a manera de ejemplo de como construir dicha planificación.
No | Metas/Actividades | Inicia | Finaliza | Responsable (es) | Participan | Observaciones | ||||||||||||||||||
I | Capacitado 60% del Consejo Comunal en la producción en huertos y organopónicos. | |||||||||||||||||||||||
1.1 | Socializar el Proyecto con la Coordinación del CC y la comunidad | 10/02 | 15/02 | Ing. José Pérez | CC | |||||||||||||||||||
1.2 | Taller para determinar las necesidades de aprendizaje | 16/02 | 16/02 | Ing. José Pérez | CC | |||||||||||||||||||
1.3 | Elaborar cronograma de talleres de capacitación | 17/02 | 17/02 | Ing. José Pérez | CC | |||||||||||||||||||
1.4 | Organizar insumos para Taller de Huertos y Organopónicos | 18/02 | 23/02 | CC | ? | |||||||||||||||||||
1.5 | Taller de huertos y organopónicos | 25/02 | 26/02 | CC | Ing. José Pérez Ing. Maria García | |||||||||||||||||||
1.n |
En ese propio ejemplo se nota como al inicio las responsabilidades corresponden a los facilitadores, pero de inmediato, pasan a ser parte de las tareas del consejo comunal (CC). En los sitios que aparece CC, es evidente que en un caso real, aparecerían los nombres de la o las personas del CC que correspondan.
¿Qué puede suceder? y ¿qué ha sucedido con frecuencia? Sencillamente que los CC aún están tratando de ocupar el espacio que les corresponde. Se conoce que su surgimiento estuvo plagado de irregularidades en muchos sitios, pues las personas de las comunidades no estaban preparadas -por lo general- para adoptar en tiempo récord una estructura que definiera el poder popular a nivel comunitario. Esto trajo como resultado, que muchas veces se ha tratado de "conquistar" al CC para que se haga dueño de su propio destino, de su propio autodesarrollo y no ha sido tan fácil. Sin embargo, sigue pendiente que si este camino no se logra transitar fácilmente por dicha vía, entonces hay que encontrar alternativas que engranen con los CC y los fortalezcan a corto plazo; pero sí tienen que ser una garantía inicial para el desarrollo rural las dos reglas de oro: organización y planificación.
2.2 Del vecindario a la comunidad
En los momentos actuales, aún es probable que podamos encontrarnos con un grupo de familias habitando en un mismo lugar y no con una comunidad organizada. Por esas razones hay que estar preparado para enfrentar esos desafíos. Lo primero que se debe tener claro es el concepto de comunidad que aparece definido en el Artículo 4 de la Ley de los Consejos Comunales: "es el conglomerado social de familias, ciudadanos y ciudadanas que habitan en un área geográfica determinada, que comparten una historia e intereses comunes, se conocen y relacionan entre si, usan los mismos servicios públicos y comparten necesidades y potencialidades similares: económicas, sociales, urbanísticas y de otra índole".
Uno de los aspectos que garantiza que las y los facilitadores "aterricen" más cómodamente en las comunidades es el grado de organización que las mismas tengan; por lo que su determinación es uno de los primeros productos que se deben cosechar cuando se interviene en ellas. Esto puede lograrse a través de las entrevistas que se sostengan inicialmente con los líderes comunitarios y con los informantes claves que deben ser identificados para triangular la información que se va obteniendo. En la medida que el facilitador hace presencia en la comunidad irá clarificando esas informaciones que comienza a registrar de manera acelerada desde iniciada la intervención. Los valores compartidos que aparecen en la definición antes enunciada de comunidad, tienen que ser manejados por los facilitadores en todas las actividades, pues se está contribuyendo a orientar un desarrollo que no es posible alcanzar sin la permanencia de dichos valores en la mayoría de los componentes de la comunidad.
Los facilitadores a menudo actúan en asentamientos donde habitan personas de diferentes procedencias. Muchas veces son terrenos invadidos que llegan a conformar un vecindario improvisado, pero que con el tiempo va adquiriendo la apariencia de comunidad. Todas esas personas son un libro abierto. Es posible que su origen haya sido la pobreza y que tengan que ir adoptando elementos de convivencia en comunidad; pero no se puede negar que han aprendido disímiles de habilidades para poder sobrevivir, alimentarse y conducirse por la vida; incluso muchos tienen gran experiencia en la producción de alimentos y han llegado desplazados por las tensiones internas en países como Colombia. Entonces, el ojo visor del facilitador debe ser capaz de percibir cuantas riquezas se esconden en esos recursos humanos, pero que aisladamente no significan mucho. Sin embargo, mediante figuras organizativas dinámicas, se permite combinar los saberes latentes en los habitantes y convertirlos en una poderosa herramienta que se complemente con la facilitación, y de manera conjunta comience a construirse el conocimiento colectivo, adaptado a las condiciones locales, pero siempre partiéndose de ese conocimiento empírico y ancestral. El sincretismo y la combinación de culturas bien manejadas son grandes fortalezas que poseen dichos asentamientos, pero hay que orientarlos al concepto comunidad para que se conviertan en constructores de su propio desarrollo y no en una carga social, destinados siempre a la dependencia y aspirantes al subsidio gubernamental. Es por ello, que tener a los valores de dicho concepto como bandera y el enfoque de lograr figuras organizativas dinámicas, puede ser la inyección de energía no solamente para que se adopte un proyecto de agricultura a pequeña escala, sino para que este se convierta en motor impulsor del desarrollo integral de la comunidad.
Una de las grandes diferencias que existe entre la actuación de los facilitadores del desarrollo rural a nivel comunitario en relación a los técnicos que asisten a grandes plantaciones de cientos de hectáreas, es que desde el inicio comienzan a relacionarse con las familias. En cambio el otro técnico solo está en contacto con los o las productoras que trabajan en esas grandes áreas y, por lo general, se limitan a ventilar solamente aspectos ligados a la producción. En este sentido, la agricultura a pequeña escala aporta un valor agregado que llega a ser medular en el desarrollo rural; pues al conocerse las vivencias de las familias, sus carencias, sus fortalezas y debilidades, sus relaciones intra e interfamiliar, les permite al facilitador actuar en el plano social para poder contribuir a la creación de ambientes que conduzcan al empoderamiento y adopción de los conocimientos construidos colectivamente. Puede resultarle un diminutivo a alguien el término de "agricultura a pequeña escala"; sin embargo, se está en presencia de un concepto de múltiple importancia para el desarrollo rural. La misma está llamada a ser el motor impulsor del desarrollo rural, y eso no es poca cosa, pues miles de familias pueden ser beneficiadas en un tiempo breve, y la sumatoria de las pequeñas producciones pueden convertirse en ilimitadas producciones, como también pueden ser ilimitados los avances hacia la soberanía alimentaria que se puedan generar en las comunidades.
2.3 Orígenes y actuación de las figuras organizativas dinámicas interactivas (FODI)
Al intervenir por primera vez el Proyecto: Agricultura Sustentable a Pequeña Escala en los municipios Baralt y Lagunillas del estado Zulia, comenzó ha despertar la percepción de los facilitadores de que algo se necesitaba para que en algún momento dicho proyecto meritara el calificativo de sustentable. De esta manera, primeramente surgió la figura de Consejo Técnico Asesor en la Escuela Técnica Agropecuaria del municipio Baralt, y posteriormente este dio pié al resto de las FODI.
Es necesario aclarar que no se trata de crear figuras paralelas a los Consejos Comunales. Ya se ha enunciado algunas debilidades en el surgimiento de los mismos y que aún muchas de ellas persisten. Se considera que el proyecto se amplifica mas allá de la mera creación de huertos, organopónicos, frutales, plantas medicinales y la crianza de animales; pero lo mas importante, es que sea sostenible. Puede armarse un escenario atractivo, pero si al retirarse los facilitadores no existen las bases para que se pueda sostener, entonces estamos en presencia de la llamada ilusión óptica del desarrollo rural. En estos momentos, aún en los CC donde actúan nuestras experiencias, los mismos carecen de las dos reglas de oro ya argumentadas. Comparativa y biológicamente hablando, podemos verlos como la célula del desarrollo a nivel comunitario, como estructura básica para que este se alcance. Sin embargo, las células poseen diversos orgánulos que les permiten funcionar como unidad viva: citoplasma, retículo endoplasmático, vacuolas, núcleo, etc.; sin ellos la célula no tiene vida. Vemos a las FODI como uno de esos orgánulos, y no precisamente pensamos que sea el núcleo -que es el orgánulo principal-, pero si consideramos que pueda ser uno de los orgánulos para que los CC tengan la vitalidad necesaria que les permita proyectarse al autodesarrollo en las comunidades rurales.
Al mismo tiempo no se está infringiendo en una falta a la Ley de los CC; pues en el Articulo 4, en su punto número 7 (Áreas de trabajo), plantea: "Las áreas de trabajo se construyen en relación con las particularidades y los problemas mas relevantes de la comunidad. El número y contenido de las áreas de trabajo dependerá de la realidad de cada comunidad, pudiendo ser: de economía popular y desarrollo endógeno; desarrollo social integral; …". Pero también, en el Artículo 9, se definen bien 14 Comités de Trabajo, y queda la opción para que se pueda crear "cualquier otro que considere la comunidad de acuerdo a sus necesidades". Las FODI aparecen como un orgánulo que ayuda a darle fortaleza a los CC, como se nota, está dentro del marco jurídico que reza en la Ley de los CC. Para la creación y el funcionamiento de las FODI se apela a la sabiduría popular, a la participación activa, pero bajo el sustento de la organización, la planificación y la acción. Otros pilares de las FODI son el fortalecimiento y la formación de valores sociales; es por ello, que el trabajo no se resume en la producción animal o vegetal; sino que estas sencillamente se convierten en un gran pretexto para el autodesarrollo integral de las comunidades. Es evidente el grado de integración que las FODI tienen con los Comité de Salud, de Educación, de Economía Popular, de Cultura, de Seguridad Integral, entre otros.
Normalmente las diferentes coordinaciones de algunos de estos Comités, participan en las actividades previstas en cada una de las FODI. De esa manera, no solo se van apropiando de herramientas para el trabajo en colectivo: elementos básicos de organización, planificación, gerencia, comunicación, integración, liderazgo, por citar algunos; y de valores como: la solidaridad, la cooperación, la soberanía alimentaria, el amor a la naturaleza y al trabajo, el enfoque de género, etc. Partiendo del echo de que los valores no son recetados, sino construidos colectivamente. Muchos de los directivos de los CC, pertenecen a alguna figura concebida dentro de las FODI, y esto los acerca aún mucho más. Se trata de que las propias figuras, sean las encargadas de encontrar sus puntos de contactos en la localidad, en el CC, y se vaya expandiendo la integración. Esto le va ofreciendo los puntos básicos para que dicha integración también sea sostenible, de lo contrario, no se puede alcanzar el autodesarrollo sostenible de la comunidad. En los talleres y en las capacitaciones puntuales se definen siempre los elementos de contactos que tienen que ver con salud, educación, cultura; pero lo más importante es que las coordinaciones del CC son quienes se van percatando de dichos puntos de integración y los comienzan a visualizar. El ardid del facilitador tiene que estar en lograr que eso ocurra, es ahí donde debe hacer uso de sus herramientas para que su facilitación verdaderamente pueda trascender las fronteras de la crianza animal o producción vegetal y se logre expandir hacia el desarrollo rural integral, mediante el uso de la agricultura a pequeña escala y las FODI como los grandes motores del emprendimiento, de la innovación y el despegue de los CC hasta que logren ocupar eficientemente su espacio como estructura imprescindible del poder popular en las comunidades.
2.3.1 Consejo Técnico Asesor (CTA)
El primer CTA se conformó en la Escuela Técnica Agropecuaria (ETA) de Baralt, como ya se indicó anteriormente. En dicho plantel educativo existe un claustro de 40 docentes y 10 de ellos son técnicos en distintas menciones agropecuarias. Sin embargo, las acciones se veían afectadas por la anarquía en ese grupo de técnicos que imparten diferentes materias. El resultado era el poco avance en el trabajo orientado a la creación de un diverso huerto escolar que le sirviera de espacio a la Escuela para impartir sus clases prácticas. Por lo general, uno o dos técnicos de buena voluntad hacían todo el trabajo y la participación de los estudiantes era muy limitada, y sin embargo, estos son la razón de ser de la ETA. Estas constituyeron causas para que apareciera la iniciativa de constituir un CTA y que este manejara un Plan Operativo, el cual estuviese definido por un sistema de trabajo. Ese mismo modelo es seguido por todos los CTA que operan en los municipios Baralt y Lagunillas. De esta manera se crearon las bases funcionales operativas del CTA, las cuales se ofrecen a continuación.
Estructura del CTA y sus funciones
Presidente (a):
Coordina todo el sistema de trabajo del CTA, además de monitorear cada una de las actividades previstas en el plan operativo y tomar las decisiones pertinentes en cada caso.
Es el vínculo directo entre el CTA y la Dirección de la o las instituciones que lo conforman.
Canaliza y gestiona insumos y acciones de cooperación necesarias para que se concreten actividades claves, con entes decisores de instituciones.
En el caso de las instituciones docentes, garantiza que se planifique la vinculación de las materias a las actividades productivas y que se organice el cronograma de participación de los estudiantes a las mismas.
Gestiona convenios de cooperación para que el CTA reciba apoyo o apoye a otras instituciones.
Vicepresidente (a):
Sustituye al Presidente en su ausencia.
El Presidente delega en este, determinadas funciones para hacerlas mas operativas.
Secretario (a) de acta:
Toma los acuerdos en las reuniones y les da seguimiento.
Prepara junto al Presidente y al Vicepresidente las reuniones del CTA.
Mantiene informado al Presidente o Vicepresidente de irregularidades que se vayan presentando en el cumplimiento de los acuerdos tomados.
Mantiene actualizada la carpeta con las actas de las reuniones y demás documentos que se generen de las actividades del CTA.
Miembros:
Deciden junto a la Directiva cual es el plan operativo que se va a ejecutar para el periodo de un año.
Se responsabilizan o participan con varias de las actividades planificadas en el plan operativo.
Participan activamente en la toma de decisiones del CTA.
Su número depende de lo que se considere en cada caso.
Modo de actuación del CTA
En un taller queda constituido democráticamente el CTA, el cual constará en acta de constitución. En el propio taller, el Presidente facilita la creación del plan operativo, para lo cual se usa un modelo similar al citado en el tópico 2.1. Se definen los momentos y horario en que se van a reunir para chequear el plan operativo: en algunos casos son todos los miércoles, en otros son los primeros y terceros martes de cada mes, etc. De esta manera, los facilitadores conocen cuando se reúne cada CTA y pueden planificarse participar en las mismas, la cual generalmente tiene duración de 1 hora. A cada una de estas reuniones se lleva una agenda previamente preparada que consta de tres puntos invariables: 1) Chequeo de acuerdos, 2) Avances del cumplimiento del plan operativo, 3) Informaciones generales. El punto 1 es facilitado por la o el Secretario de Acta, y los puntos 2 y 3 por el Presidente (a) del CTA. Siempre se invita a la Directiva de la o las instituciones a participar en dichas reuniones.
Los acuerdos son un elemento bien importante, pues por lo general se enfocan a la gestión de insumos o a otras gestiones que son medulares para que avance el trabajo. En cada reunión se dan por cumplidos total, parcial, o incumplidos los acuerdos; y se toman las medidas correspondientes para que los mismos sean cumplidos totalmente. La responsabilidad y el cumplimiento con que los que integran el CTA se manifiesten será reflejada en la evaluación de estos al finalizar el año de trabajo. El CTA establece iniciativas para reconocer moral y materialmente a los que más se destaquen en el cumplimiento de los compromisos adquiridos, y en el caso de las instituciones docentes, esto se hace para profesores y para estudiantes. Existen propuestas de hacer un corte trimestral en esta emulación, también semestral y al finalizar el curso. En el caso de los estudiantes, todos los días los profesores a cargo del trabajo de campo, deberán reconocer moralmente el o los estudiantes que más se han destacado, para lo que tienen en cuenta indicadores como: actitud ante el trabajo, disciplina, puntualidad, aprendizaje, interés prestado, cooperación con sus compañeros (as).
Al finalizar el año, el CTA puede autoevaluar su propia gestión, pues al llevar un récord de acuerdos y su cumplimiento durante todo el año, le permite conocer el grado de eficiencia con el que sus miembros acataron sus responsabilidades. El propósito es que los porcentajes de cumplimiento de dichos acuerdos haya sido lo más alto posible; pero también se deberá hacer un análisis de coincidencia relativa, para evaluar el grado de respuestas que se alcanzaron con tales acuerdos. Esto se notará al graficar las tendencias de indicadores representativos de la actividad productiva, tales como: kg/m2 de producciones obtenidas, número de especies explotadas, porcentaje de área ocupada por cultivos, m2 de lombricultura, litros de humus líquido, kg de humus sólido, grado de afectaciones por plagas y enfermedades, grado de empoderamiento y autonomía del trabajo técnico que se realiza, entre otros. Para los indicadores de carácter cualitativo se pueden construir tablas a priori, a manera de instrumentos que permitan el análisis de su comportamiento, lo cual deberá ser producto de la propia creatividad del CTA. De todos modos, a continuación se ofrecerá un ejemplo que puede ser utilizado como base de apoyo para construir tales instrumentos; se toma como caso el indicador: "grado de empoderamiento y autonomía del trabajo técnico".
Grado | Categoría | Descripción | ||||||
0 | Nulo | Las actividades y tomas de decisiones técnicas solo se definen con la intervención del facilitador. | ||||||
1 | Moderado | Se necesita con frecuencia la presencia del facilitador para decidir algunas acciones técnicas. | ||||||
2 | Significativo | Solamente se solicita la presencia del facilitador en elementos muy particulares, en situaciones nuevas o con alto grado de complejidad. | ||||||
3 | Muy significativo | La asesoría técnica externa se solicita excepcionalmente. |
Este ejemplo le permite al CTA como FODI, poder visualizar su consolidación durante un periodo de tiempo determinado -normalmente un año-, y puede tener como punto de inflexión a cada trimestre. De esa manera, si su análisis le ha ofrecido que el grado de gestión ha sido alto, debido a que se propusieron en cada uno de esos trimestres un número determinado de acuerdos y estos se cumplieron en un porcentaje dado, entonces se puede hacer el análisis de coincidencias relativas; lo que se tratará de ilustrar en el próximo ejemplo hipotético:
Cumplimiento de acuerdos/ Trimestre (%) | Grado de empoderamiento y autonomía técnica |
Primero: 80 | 0 |
Segundo: 95 | 1 |
Tercero: 100 | 1 |
Cuarto: 100 | 2 |
Por supuesto, esa visualización que se haga basada en términos relativos, permite solamente tener un punto de referencia para observar las tendencias que sigue el indicador cualitativo que se analiza. Puede adoptar diversos comportamientos, pues no necesariamente tiene que ser lineal como puede ocurrir al evaluarse indicadores cuantitativos. Es muy fácil determinar cuanto se obtuvo por metro cuadrado de cualquier producto, pero en cambio es más difícil reflejar hasta que punto ya hay empoderamiento, o autonomía técnica, e incluso autonomía organizativa. Y justamente esas son variables que expresan hacia donde se mueve la sostenibilidad; aspecto, que ya se ha insistido antes, pues es medular a la hora de retirar la facilitación externa. Desde el punto de vista teórico lo que debe ocurrir, retornando al ejemplo, es que en la medida que pase el tiempo se adquiera más armonía del CTA, se profundicen más los análisis de mismo, se tomen acuerdos claves y puntuales para acelerar el avance, estos deberán cumplirse en mayor porcentaje, y al mismo tiempo el grado de empoderamiento deberá transitar desde cero hasta categorías superiores.
Con mucha frecuencia, las instituciones externas de capacitación y asistencia técnica entran y salen de las comunidades sin finalmente tener una idea clara de que impactos lograron en las mismas, y mucho menos de como identificarlos y medirlos. Lastimosamente instituciones locales como escuelas técnicas, liceos, institutos de desarrollo endógeno, desarrollo social de PDVSA, etc., ven pasar a dichas instituciones de apoyo externo para el desarrollo, y estas siguen viaje sin haber dejado armadas debidamente a las mencionadas instituciones locales de herramientas para poder sostener el trabajo organizado, planificado y técnico en las comunidades. Obviamente, esto no se logra de un día para otro, se necesita de un periodo de trabajo determinado en el acompañamiento; pero constituye un grave error intervenir en las comunidades y abandonar cuando a penas está a medias la construcción del "motor impulsor" del autodesarrollo local. Una cuestión así opaca y le resta seriedad a las instituciones de apoyo externo, y provoca el desanimo en los grupos metas; muchas veces habitantes de comunidades pobres que por primera vez se sienten incluidos. Todas las escuelas de extensionismo abogan por prestarle especial atención a aquellos grupos metas que adopten con interés y activamente las propuestas que contienen los proyectos y que comparten con los facilitadores del desarrollo -para muchos identificados como extensionistas-, y una premisa es no abandonar a esas comunidades hasta que no se haya logrado obtener un alto grado de empoderamiento y autonomía técnica y organizativa. El papel de las instituciones locales que tributan de alguna manera a tales comunidades es vital; y por tanto, si son dotadas de las herramientas necesarias por las instituciones de apoyo externo, a través de las FODI, pudiera plantearse que se estaría en presencia de la garantía del desarrollo sostenible a nivel comunitario, y las instituciones locales poder cumplir con eficiencia, eficacia y pertinencia el papel que le corresponde con esas comunidades. Se debe señalar, que se le llaman instituciones locales a aquellas que están dentro de la misma comunidad, parroquia o municipio.
2.3.2 Comité de Huerto Escolar (CHE)
No es lo mismo cuando se trabaja en una Escuela Técnica o en un Liceo Bolivariano donde hay varios técnicos agrícolas, que cuando se actúa en Simoncitos, o en otras escuelas donde no se cuenta con una importante fuerza técnica calificada. Justamente, esos son los aspectos que deciden si formar un CTA o un CHE. Este último caso juega un papel mucho más operativo, y su gran diferencia con un CTA, es que los CTA por lo general también pueden adoptar responsabilidades extramuros; es decir, impactar en otras instituciones docentes como las que se han mencionado antes, y que van a estar necesitadas de asistencia técnica; eso no los aparta de su misión en las comunidades, al contrario fortalece su imagen en las mismas y a eso están llamadas tales instituciones locales. Es otra manera de enfocar la realidad objetiva de la sostenibilidad. Si se logra que los CTA actúen sobre uno o varios CHE, eso es un apoyo al criterio de sostenibilidad en el tiempo, ofrece mayores posibilidades a que cuando el facilitador se retire los esfuerzos y resultados no desaparezcan, sino que se mantengan o incrementen.
Bajo esos principios, primeramente se socializa el proyecto con los directivos de la unidad educativa y se propone una fecha y horario apropiado para realizar un taller con todos las personas que trabajan en la misma. Ya para ese momento puede haber ocurrido que la Dirección les haya hecho llegar la información -en alguna medida- a todos de que tratará el taller; de cualquier modo, en breve se ofrecen los puntos claves del proyecto, y se hace énfasis en los beneficios y la pertinencia del mismo en la institución. Incluso se explican las diversas maneras en que pueden ser educados en este tipo de agricultura desde los niños más pequeños hasta los de edad más avanzada, y cuales deben ser sus roles en el proceso productivo, pues habrán sus diferencias para las distintas edades. Este es un aporte pedagógico al que se debe hacer referencia desde el inicio, pues constituye una pregunta que todos se formulan. Es por ello, que el facilitador antes de ir a este taller tiene que haber tenido un espacio de socialización con los directivos, pues ya dispondrá de un conjunto de informaciones necesarias, como por ejemplo: cantidad de estudiantes y grados, cantidad de docentes mujeres y hombres, presencia de técnicos o formados por las misiones Vuelvan Cara u otras similares, etc. Todo esto permite que el taller fluya con mayor familiaridad, y el facilitador puede disponer de más herramientas para llegar al objetivo. Es hasta factible hacer algunas reflexiones de como pueden ser vinculadas algunas materias que tienen que ver con la naturaleza, a los propósitos del proyecto.
Por ejemplo, en los simoncitos en vez de enseñarles a contar a los niños pequeñitos con caramelos o golosinas -tan dañinas para la salud- se les enseña con frutos como tomates, que pueden ser reales, de los mismos que ellos han visto sembrar y cosechar en su huerto; a la vez que se aprovecha para enseñar los colores (en este caso verde o rojo), y se les dice la importancia de consumir esa hortaliza. Como se puede notar, existe un universo inmenso de posibilidades de explotar esta agricultura en el proceso docente educativo, independientemente del grado en que se encuentren los estudiantes; todo depende de la creatividad y emprendimiento que posean los claustros y personal educativo.
En el taller se selecciona alguien que hará la coordinación y la subcordinación del CHE, y cuales otras personas quedarán siendo miembro del mismo. Por lo general, casi nunca la coordinación va a quedar en manos de la o el Director de la unidad educativa, pues su gestión no les permite dedicarle el tiempo necesario a estas actividades, pero sí el CHE se convierte en garantía de que las actividades puedan desarrollarse. Hay casos donde el custodio de la unidad educativa es quien coordina el CHE, como en el caso del simoncito Rodolfo León Pérez de la parroquia General Urdaneta del municipio Baralt. Se sabe que para establecer y mantener un huerto es imprescindible disponer de materia orgánica, picar canteros, levantarlos, preparar sustratos, etc.; actividades que necesitan de apoyo para cargar, transportar o de esfuerzo físico. Es ahí donde la coordinación del CHE juega su papel; dispondrá de un cronograma de tareas, construido con ayuda del facilitador, el cual permitirá que se garanticen los insumos necesarios para cada actividad, y por tanto se alcancen las metas que se propongan. Al mismo tiempo, como ya se observó en el tópico 2.1, se distribuyen las responsabilidades y participación en cada una de las tareas.
Las reuniones del CHE serán cuando el coordinador estime que son necesarias, y sí se elaborará un cronograma de como van a participar los niños en las actividades por grupos, donde tendrán su o sus profesores (as) que los guiarán y orientarán. Esto se coloca en un lugar visible, que les permita a todos acceder fácilmente a la información. A través del CHE se llega a los padres y representantes y se les solicita el apoyo necesario para la ejecución de los huertos.
Se hace todo lo posible para que algún CTA apadrine a los CHE y a los Comité de Huerto Familiar (CHF), lo cual es otro elemento que inclina a las FODI a ser medulares en el logro de la sostenibilidad. La intervención en alguna unidad educativa que esté en el radio de acción, es evaluada en el seno del CTA y su Presidente (a) o en quien delegue, participa en el taller de creación del CHE o CHF. Ya esta lleva propuestas concretas de como el CTA apoyará al CHE o al CHF, según sea el caso. También se firma un convenio por parte de ambas instituciones o FODI donde aparecen los aportes y responsabilidades de cada una de las partes; lo cual da un carácter formal a las relaciones contractuales y ofrece elementos de integración comunitaria, interinstitucional o interorganizacional en el seno de los Consejos Comunales.
En los casos de los CTA que están en escuelas técnicas o liceos, por ejemplo, éstos cuentan con estudiantes ya adolescentes, más grandes; por lo que se acuerda que profesores con grupos limitados de estos apoyen a los simoncitos donde hay CHE en cuanto a los trabajos de mayores esfuerzos. Muchas veces los apoyan con algunos insumos como semillas e implementos de trabajo, y por supuesto con la asistencia técnica. Se ha llegado a considerar hasta que algunos de los estudiantes de la Escuela Técnica sedan sus pasantías como fondo de tiempo de ayuda a los CHE de los simoncitos.
2.3.3 Comité de Huerto Familiar (CHF)
En una misma comunidad se tienen huertos en patios de familias con fuerza de trabajo suficiente y en buen estado de salud, pero a la vez otras familias están necesitadas de que se les apoye en actividades puntuales, sobre todo las de más esfuerzo físico: por lo general el acopio y traslado de materia orgánica, cavar huecos para colocar palos que sostengan cercado, el picado del suelo y levantamiento de los canteros. Aun persiste en las comunidades el individualismo en alguna medida, cuestión que obliga al facilitador a insistir en los valores ya enunciados en el tópico 2.2. De modo que los CHF tienen la finalidad de organizar a los poseedores de huertos, de manera que puedan apoyarse unos a otros en lo concerniente a: fuerza de trabajo, insumos, experiencias productivas, iniciativas, creatividad e intercambio.
Las comunidades que ya disponen de su CHF se manifiestan más autónomamente en este segmento de productores ya incluidos; pero a la vez se va visualizando un movimiento de integración de familias para obtener un propósito en beneficio de todos. Las maneras de como ser apoyados los CHF por los CTA ya han sido comentadas anteriormente. Se tratará de ilustrar mejor el funcionamiento y las metas de los CHF a través de un estudio de caso real concerniente a la creación de un CHF.
2.3.3.5 Estudio de caso: conformación de CHF Tierra Santa
Se presenta el caso de conformación del CHF ubicado en la comunidad Tierra Santa, de la parroquia Libertad en el municipio Lagunillas. El Comité se conformó después de tres meses de acompañamiento en la comunidad, justamente porque en ese momento fue que surgió la iniciativa de las FODI. Cuestión que una vez más se plantea que se generó como un producto de la propia percepción y experiencia de la facilitación en varios escenarios orientados al desarrollo rural en los municipios Baralt y Lagunillas del estado Zulia. Durante el taller no solo se construyeron productos, sino que también se les enseñaron herramientas de trabajos grupales o en equipo que les servirán para muchos tipos de actividades colectivas que tendrán que enfrentar en la comunidad.
Datos generales
Modalidad de la actividad de creación del CHF: Taller participativo
Tiempo del taller: 4 horas
Herramientas participativas: trabajo grupal, dinámicas de grupo, presentación en plenaria, lluvia de ideas, matriz de priorización.
Insumos: pizarra acrílica, marcadores, rotafolio
Participantes: tenedores de huertos, miembros de la directiva del Consejo Comunal y miembros del CTA.
Facilitación: asesores convenio Cuba-Venezuela
Productos que se obtienen: funciones del CHF, beneficios comunitarios, estructura del CHF y acciones inmediatas del CHF.
Procedimientos para el Taller
Presentación de los participantes, pero como todos son conocidos, lo que se presentó fue el huerto que tiene cada uno: enfatizando en la cantidad de canteros, especies que poseen, estado del mismo y expectativas del taller.
A manera de introducción el facilitador explicó los procedimientos generales del taller y su pertinencia. Se ofrecieron datos referativos de otras experiencias similares resientes.
Desarrollo:
Se visualizaron los dos productos iniciales que se deben obtener: funciones y beneficios.
Se explica como trabajarán los equipos que se formen: cada equipo seleccionará su facilitador, quien registrará (quien tenga la letra más legible) y como expondrán los resultados.
Se mostró como debe escribirse en los rotafolios: colores, tamaño de la letra y cantidad de información. En los casos que se posea tarjetas es mucho mejor para este tipo de trabajo y también se explica como trabajar con estas. A manera de dinámica de grupo puede hacerse un ejercicio previo, donde los participantes colocan sus tres comidas preferidas u otra iniciativa del facilitador; de esta manera se evalúan los casos correctos o los errores en cuanto a tamaño de letra e información colocada en las tarjetas.
Se dividieron los participantes en dos grupos al conteo alterno de 1 y 2. Los participantes se agruparon en sus equipos y ubicaron el sitio donde trabajarían.
Seleccionaron al facilitador y este recogió los insumos de su equipo.
El facilitador principal del taller con ambos facilitadores de los equipos lanzó una moneda al aire y se decidió cual producto le correspondería trabajar a cada equipo, y les marcó un tiempo de 1 hora para que trabajaran; mientras los facilitadores del taller se mantenían al tanto de las dudas que pudiesen presentarse.
Cada equipo presentó los elementos que dan cuerpo a su producto, y se sometieron a la reflexión en plenaria.
Quedaron conformados los productos definitivos:
PRODUCTO 1. FUNCIONES DEL CHF TIERRA SANTA
Mantener e incrementar la producción de los huertos que cada cual posee.
Trabajar para sí y para la comunidad.
Producir orgánicamente.
Mantener las áreas limpias y con medidas de control preventivo de plagas y enfermedades.
Organización y ayuda mutua entre los miembros.
Recorrer periódicamente los huertos de la comunidad para evaluar y compartir las experiencias.
Llevar el control estimado de la producción.
Hacer acciones para incrementar los miembros del CHF. Solo pertenecerán los que tengan huertos en algún grado de conformación.
PRODUCTO 2. BENEFICIOS DEL CHF A LA COMUNIDAD TIERRA SANTA
Autosustentabilidad comunitaria.
Apoyo a los segmentos más necesitados de la comunidad: escuelas, casa de alimentación, casos sociales, entre otros.
Incremento de la fuente de empleo.
Fortalecimiento de los roles familiares y el enfoque de género.
Capacitación comunitaria.
Acceso a los productos a precios justos y solidarios.
i) El facilitador principal del taller hace un reconocimiento al trabajo de los equipos, lee pacientemente cada uno de los productos y va realizando un enlace entre las funciones y los beneficios. De manera que las funciones se ven a manera de causa y los beneficios a manera de efectos. Por ejemplo: "¿Si se mantiene e incrementa la producción (función 1) se incrementará la autosustentabiliad comunitaria (beneficio 1)?"; y los participantes contestan: evidentemente de manera positiva, y así sucesivamente se van enlazando las funciones con cada beneficio, y se ve la relación causa-efecto que tienen en alguna medida. Se celebra el trabajo de los equipos con un fuerte aplauso.
j) De manera democrática el facilitador recibió propuestas para los cargos de Coordinador y Vice-Coordinador del CHF. Visualizó las propuestas en la pizarra, y las sometió a votación. La que más acumuló votos fue el Coordinador (Juan Pertú – Teléf: 04146766394) y el que le continuó en votos fue el Vice-Coordinador (Julio Yance – Teléf: 041467765690). El resto de los comunitarios con huertos son miembros del CHF.
k) Se definió que la toma de decisiones para la distribución de insumos o de cualquier aspecto que tenga que ver con el CHF se realizará en pleno con todos los miembros, citados por las dos figuras directivas electas por ellos.
l) A través de una lluvia de ideas el facilitador visualizó en la pizarra las acciones inmediatas que deberán ser acometidas para evaluar el funcionamiento del CHF, y se seleccionaron a través de una matriz de priorización las tres de mayor urgencia y de interés colectivo. Resultaron ser: 1) Acarrear abono orgánico (bosta de vaca descompuesta) y colocarle suficiente a todos los huertos; 2) Estudiar dos casos que no han cercado completamente sus áreas y evaluar la cantidad de malla ciclón que queda aún, para darles la cantidad que les permita completar su cercado; 3) Establecer semilleros en los huertos que ya estén cercados y tengan canteros listos para tal fin.
m) El facilitador visualizó las expectativas planteadas al inicio, y se evaluaron del 1 al 5 el cumplimiento de las mismas.
n) Se realizó un PNI, donde los participantes plantearon lo Positivo, lo Negativo y lo Interesante del Taller. Después de su construcción el facilitador creó un concepto alentador y optimista con todos los elementos que aparecieron en el PNI.
4. Conclusiones: el Coordinador electo hizo un resumen de la actividad en breve y convocó a los miembros del CHF para la próxima actividad ya bajo su coordinación. Los facilitadores del taller resaltaron los valores que se habían puesto de manifiesto durante el taller y en el seno de los productos que se habían generado, expresaron las potencialidades que se tienen en la comunidad; así como la fortaleza que implica el CHF para el Consejo Comunal. Los facilitadores reconocieron otra vez la importancia de la integración y la unidad demostrada, se les dio las gracias a todos por la participación y por la importancia y belleza de los productos construidos colectivamente, y el CHF se queda con los resultados del taller para darle uso en su gestión. Se hace una despedida con un fuerte aplauso.
2.3.4 Comité de Formados en Cuba para el Desarrollo Rural Sostenible
De una manera u otra todos los productores o técnicos que se envían a Cuba a recibir capacitación, constituyen actores focalizados a luchar por contribuir al desarrollo rural sostenible de las comunidades donde ejercen influencia. Sin embargo, hasta el presente sus actividades son aisladas y difíciles de evaluar los impactos que deben provocar los esfuerzos de ambos países para fortalecer la capacidad de actuación de productores y técnicos. Una vez más la organización y la planificación pueden ser las reglas de oro para darle solución a esta problemática.
En este tema no se pueden presentar productos terminados, sino sencillamente hacia donde se dirigen las acciones de los facilitadores en el presente para encontrar los puntos comunes y los elementos de sostenibilidad a dicho conjunto de actores, de manera que funcionen y que no lo hagan de forma aislada. Si se logra la integración los mismos, pueden convertirse en una poderosa fuerza que impulse el desarrollo rural en los territorios donde estén ubicados.
Para intentar alcanzar estos objetivos y darle carácter de sostenibilidad, se pretende conformar el Comité de Formados en Cuba para el Desarrollo Rural Sostenible, identificado por las siglas COFORDES.
¿Cómo se espera que funcione el COFORDES?
Tendrán una Coordinación y una Sub-Coordinación electa democráticamente en pleno por todos los miembros.
Conformarán un Plan Operativo Anual al estilo del modelo presentado en el tópico 2.1. Este será facilitado por los técnicos que recibieron el curso en Cuba: "Planificación y organización de la producción"
Se reunirán periódicamente; la frecuencia y los horarios será seleccionada por ellos pero en correspondencia con el sistema de trabajo general. En las mismas se actuará de manera similar a lo indicado para los CTA en el tópico 2.3.1
Las metas serán específicas para los productores en sus comunidades, y para los técnicos en sus instituciones y en las comunidades donde sus instituciones tienen responsabilidades.
¿Cuáles acciones se esperan del COFORDES?
Ser miembros de algunas de las FODI que están en su área de actuación y contribuir a la eficiencia de su desempeño.
Promover la expansión de las metas del Proyecto en el seno de las comunidades bajo los preceptos de ofrecer los conocimientos adquiridos en su formación en Cuba y en el territorio nacional.
En el caso de los técnicos: vincular los conocimientos adquiridos a los quehaceres habituales de sus instituciones.
Contribuir al fortalecimiento y proyección de los Consejos Comunales como poder popular a nivel local.
Ser o promover el liderazgo local orientado hacia el fortalecimiento del poder popular a nivel comunitario e institucional.
Contribución a seleccionar y evaluar propuestas que se puedan hacer para futuros participantes de cursos en Cuba, en otros países o en cualquier sitio del territorio nacional.
Orientar a los nuevos postulantes de cursos a Cuba, en cuanto a los insumos que deben llevar, el chequeo médico, la movilización, el comportamiento y disciplina, los trámites para la solicitud de pasaporte, la comunicación con la familia, los conocimientos básicos del país que deben revisar y conocer (tanto de Venezuela como de Cuba), conocimientos técnicos que deben dominar para hacer más eficientes los cursos en particular.
En las reuniones del COFORDES serán presentados informes verbales para los productores, y escritos y verbales para los técnicos sobre: su estancia, experiencias, contenidos recibidos y formas en que aplicarán esos conocimientos en sus comunidades e instituciones. Esto lo harán todos los que ya viajaron, y en la medida que retornen los próximos que recibirán cursos, lo harán en la próxima reunión ordinaria del COFORDES. Los informes quedarán en memoria conservada para que sean consultados por los nuevos postulantes o quien desee utilizarlos para los propósitos destinados al desarrollo rural y fortalecimiento institucional.
Se registrarán las lecciones aprendidas y los resultados de las reflexiones colectivas se les hará llegar a la Coordinación de los cursos, de manera que el proceso se haga más eficiente y la estancia sea más provechosa.
El COFORDES implementará un registro de personas en las que de una u otra forma han impactado los conocimientos adquiridos por los participantes en los cursos.
Cada cierto tiempo se organizará un recorrido por varios de los escenarios donde actúan los miembros del COFORDES para que se muestre en vivo el resultado de las acciones llevadas a cabo.
2.3.5 Otras maneras de multiplicar y sistematizar las experiencias en la mira
Cómo sistematizar y hacer llegar las experiencias a la mayor cantidad de personas y familias en las comunidades involucradas y un poco más allá, son grandes desafíos de los proyectos. Con frecuencia los términos multiplicar y sistematizar en el seno de los proyectos solo han sido una ilusión, pero muy pocos logran cristalizar estos conceptos, los cuales en definitiva son indicadores básicos de la sostenibilidad. De esta manera, pudiera considerarse que en aquellos proyectos donde no se note una multiplicación de los resultados -incluso culminado el apoyo externo-, y que no muestren los caminos para que muchos más actores no beneficiados directamente puedan tener acceso a convertirse en protagonistas del autodesarrollo rural, entonces desafortunadamente se está en presencia de un proyecto que no ha logrado impactar ni cumplir con sus metas y objetivos en la dimensión que socialmente se espera del mismo.
No existe una proporción directa entre la cantidad de facilitadores actuando en una comunidad y el impacto de los resultados de los proyectos. Los impactos son definidos por los modelos y herramientas empleadas para focalizar el desarrollo rural. Es imprescindible tener suficiente claridad de los escenarios donde se interviene, lo cual ya ha sido fundamentado al inicio del presente trabajo; y se insiste en recordar que en las comunidades pobres y menos pobres hay raíces pivotantes de la distorsión social, como ocurre marcadamente en el estado Zulia, donde se necesita que la facilitación se sostenga en el trabajo social como locomotora para que se adopte el proyecto. En el mencionado estado, la competencia desleal del petróleo por los recursos humanos del campo y la venda que aún las tradicionales clases manipuladoras de la sociedad han procurado mantener en los ojos de un buen segmento de las y los ciudadanos, hacen que los modelos y formas de actuación de la facilitación sea quien defina los impactos.
Aparte de las maneras tradicionales de multiplicar y sistematizar experiencias, existen otras no menos importantes, que como etapas superiores de un trabajo bien focalizado bien vale la pena explotarlas. Muchas veces se convierten en verdaderos aceleradores del proceso de adopción de los proyectos. En este caso se comentarán dos que se tienen diseñadas y que en algún momento jugarán el papel que les corresponden.
Ferias locales y territoriales
Esta es una experiencia muy empleada desde hace muchos años y siempre ofrece buenos resultados. El año pasado en el municipio Baralt se organizó una feria municipal a través de la alcaldía y con satisfacción se observó que prácticamente toda la parte agrícola fue cubierta por los resultados de los productores asistidos por dos programas de la Fundación CIARA: proyecto agricultura sustentable a pequeña escala y por el PREA. Una vez mas esta actividad resultó viable en la visualización de los resultados y se superaron las expectativas del interés prestado por la población baraltense en conocer las maneras de cultivar y explotar varias especies comestibles bajo principios agroecológicos.
Por todas estas razones se ha diseñado que las FODI en conjunto con el Consejo Comunal, en una época determinada del año organicen en el seno de la comunidad la "Feria del Autodesarrollo Rural". La misma será convocada con tiempo y se construirán las bases para su participación, la cual se les hará llegar a todos los implicados. Dicha feria es a nivel comunitario; en la misma deberán exhibirse productos, iniciativas, inventivas y servicios que se hayan generado gracias a la intervención del proyecto. La exposición se realizará en un sitio representativo de la comunidad durante todo un día. Cada familia colocará una mesa con las cuestiones que va a exhibir. Dentro de los efectos más relevantes que se pretenden obtener con esas ferias locales se encuentran:
Compartir con toda la comunidad los resultados y experiencias de la capacitación y de la adopción de modelos sostenibles de la producción agrícola y pecuaria.
Promover el intercambio y venta a precios solidarios de semillas producidas artesanalmente con alto grado de viabilidad y sanidad.
Promover el intercambio y venta a precios solidarios de productos agrícolas de especies de ciclo corto, producidas orgánicamente o con un mínimo empleo de agrotóxicos de baja residualidad.
Mostrar diversas presentaciones de platos elaborados a base de hortalizas o con alto componente de las mismas, que permitan a la comunidad acceder a su degustación y a la explicación de como se elaboran. Para que esto se logre, antes deben haberse impartido talleres de ecogastronomía.
Incrementar el interés de los comunitarios por incluir la mayor cantidad de hortalizas posibles en su alimentación habitual.
El Comité de Salud del Consejo Comunal ofrecerá explicaciones sobre las bondades de las hortalizas para la salud y evitar enfermedades frecuentes inducidas por el inadecuado hábito alimenticio.
Estimular el incremento de las familias que se puedan incorporar al desarrollo de dicha actividad en sus predios hogareños.
Presentar diversas maneras de conservar hortalizas y otros productos agrícolas para ser consumidos, intercambiados y comercializados a precios solidarios en el seno de la comunidad.
Mas adelante, y con fecha previamente conocida, se deberá organizar otra feria similar pero donde se abarquen varias comunidades, la cual pudiese llegar a escalar el nivel municipal. Aquí todas las comunidades involucradas presentarán sus resultados y se pueden lograr los efectos ya enunciados anteriormente, pero a un nivel de mayor dimensión territorial y con la intención de alcanzar la voluntad política necesaria para que el proyecto tal vez se convierta en una prioridad de las autoridades locales.
Encuentros intercomunidades
Esta modalidad se diferencia de la anterior, en que la misma puede realizarse en un sitio determinado donde no se tiene que disponer de toda una infraestructura y aseguramiento requeridos para una feria. Aquí pueden participar productores y técnicos y trascenderse los límites del municipio y del estado. Evidentemente se necesita el apoyo de la o las instituciones externas acompañantes, de manera que se pueda garantizar la logística necesaria más la visualización que el caso requiere. Lo que se pretende con esta modalidad en el presente documento, es solo anunciarla a manera de propuesta que pudiese encontrar la aceptación de las referidas instituciones de apoyo externo. Sí es bueno señalar, que estos encuentros generan un alto grado de estimulo y reconocimiento al trabajo y a los resultados obtenidos por todos aquellos productores y técnicos que más se han destacado amén de la capacitación y asistencia técnica recibida por el proyecto, y estos en sus presentaciones hacen gala de su alto grado de empoderamiento y experiencias, las cuales son compartidas con una amplia gama de participantes de otras regiones geográficas del país o del estado.
2.3.6 Flujograma e interrelaciones de las Figuras Organizativas Dinámicas Interactivas
3. Consideraciones Finales
El conjunto de elementos fundamentados se sustentan en un significativo número de experiencias en diferentes contextos; al mismo tiempo se presentaron algunas propuestas que intentan descifrar el camino de cómo llegar a la sostenibilidad de los resultados que pueden obtenerse con proyectos enfocados al desarrollo rural, para que estos no se conviertan en un tenue recuerdo de aquello que llego a las comunidades alguna vez. Es por ello que compartir puntos de vistas de distintas perspectivas pueden llegar a converger en ópticas de coincidencia entre diferentes facilitadores del desarrollo rural que lo perciben bajo distintos prismas, o al menos a provocarse contradicciones no antagónicas que dialécticamente conduzcan al desarrollo.
El presente documento a manera de guía metodológica pudiera constituir un gran pretexto para provocar reflexiones lo suficientemente profundas y casuísticas que lo enriquezcan, y finalmente lo conviertan en un modesto instrumento que tal vez sea tomado en cuenta por muchos de aquellos, que día a día compenetrados en las comunidades logran conocer su esencia y hacen suyos los elementos más sentidos de las mismas, y encuentran de esa manera la energía que les da fuerza y sabiduría para alcanzar la añorada y desafiante meta del desarrollo rural sostenible para que este no sea una promesa sino una realidad.
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Participantes activos que han contribuido a la implementación de las FODI
Ing. Emiliano García Teléf.: 0416-5695628 Fundación CIARA. Convenio Cuba-Venezuela. Facilitador
Ing. Primitivo Rodríguez Teléf.: 0412-1704423 Fundación CIARA. Convenio Cuba-Venezuela. Facilitador
Ing. Maritza Vázquez Teléf.: 0416-7340748 Escuela Técnica Agropecuaria Baralt. CTA. Presidenta
Ing. Yuli Rodríguez Teléf.: 0414-6600894 Escuela Técnica Agropecuaria Baralt. CTA. Miembro
Ing. Edilia Viloria Teléf.: 0416-5712999 Escuela Técnica Agropecuaria Baralt. CTA. Secretaria Acta
Téc. Xiomara Ríos Teléf.: 0426-6641255 Escuela Técnica Agropecuaria Baralt. CTA. Vice-Presidenta
Lic. Ricardo Suárez Teléf.: 0416-0563647 Desarrollo Social PDVSA Lagunillas. CTA. Presidente
Lic. Norvis Bracho Teléf.: 0412-5347347 Desarrollo Social PDVSA Lagunillas. CTA. Vice-Presidente
Lic. Yudith Shuwataslly Teléf.: 0416-4650522 Desarrollo Social PDVSA Lagunillas. CTA. Secretaria Acta
Lic. José Luís Cinci Teléf.: 0426-6002961 Gerencia Integral DUCOLSA Lagunillas. CTA. Miembro
Autor:
MSc. Narciso Aguilera Marín
Fundación CIARA. Convenio Cuba-Venezuela.
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