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Sistemas de actividades para el desarrollo de la habilidad argumentar


Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. La enseñanza de la Historia que necesitamos en los momentos actuales
  4. Algunas consideraciones sobre el desarrollo de habilidades
  5. Consideraciones para contribuir al desarrollo de habilidades en la Educación de Adultos
  6. La argumentación como habilidad general
  7. Análisis de los resultados del estado actual de la habilidad argumentar en la asignatura Historia de Cuba de tercer semestre de la F.O.C."Conrado Benítez"
  8. Sistema de actividades docentes
  9. Conclusiones
  10. Recomendaciones
  11. Bibliografía
  12. Anexos

Resumen

Para estimular la enseñanza de la Historia con el propósito de lograr la formación integral del estudiante y que los nuevos conocimientos y habilidades favorezcan su protagonismo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, se realiza la investigación que se propone como objetivo diseñar un sistema de actividades docentes para contribuir al desarrollo de la habilidad argumentar en la asignatura Historia de Cuba en tercer semestre de la FOC "Conrado Benítez" del municipio Jovellanos. En la ejecución de la propuesta se utilizó un sistema de métodos que tiene como rector al dialéctico materialista que constituye la vía de acceso al conocimiento científico y sirve de base para dar respuesta al problema pedagógico planteado. Los resultados obtenidos se expresan a partir de las indagaciones teóricas y empíricas que permiten diagnosticar su estado actual y se corrobora la validez de los resultados que se obtienen, con la aplicación de este sistema de actividades docentes en la práctica educacional.

Introducción

El proceso de enseñanza-aprendizaje que tiene lugar en el marco de las actuales trasformaciones de la educación cubana, tienen como propósito esencial contribuir a la formación integral de la personalidad del estudiante, para ello se precisa organizar la actividad de aprendizaje mediante la utilización de procedimientos lógicos, que entrenen a los estudiantes en la búsqueda y valoración de los conocimientos.

Este proceso precisa de una renovación que enriquezca su concepción de alternativas que estimulen el desarrollo intelectual del estudiante, por lo que, el reconocimiento de la importancia de una dirección consciente del proceso de formación y desarrollo de habilidades generales de carácter intelectual que tiene lugar al mismo tiempo que los estudiantes asimilan o aplican un conocimiento, la necesidad de orientar a maestros y profesores como vía para elevar la calidad de la enseñanza, motivó a la realización de la investigación que se corresponde con la línea referida a los problemas de aprendizaje en diferentes niveles educativos.

En el proceso de asimilación de los conocimientos se produce la adquisición de procedimientos, estrategias que en su unidad conformarán las habilidades tanto específicas de las asignaturas, como las de tipo más general, entre ellas las relacionadas con los procesos del pensamiento (análisis, síntesis, abstracción, generalización). Se adquieren así mismo, como parte de este proceso habilidades que tienen que ver con la planificación, el control y la evaluación de la actividad de aprendizaje, contribuyendo a un comportamiento más reflexivo y regulado del estudiante en la misma. Las habilidades se forman, se desarrollan y en definitiva capacitan a los estudiantes para asimilar y usar mejor los conocimientos y lo que es más importante aún, los prepara para afrontar nuevas informaciones, buscar las necesarias y adquirir por sí mismos nuevos conocimientos, fortaleciendo así su desarrollo intelectual.

La habilidad de argumentar, no obstante el uso de otras habilidades, tiene gran importancia pues, contribuye a la consolidación, profundización del conocimiento y favorece la asimilación consciente, al exigir de los estudiantes la toma de posición ante lo conocido, así como la adquisición de normas, principios o valores según la situación en la que se usen y a la formación de la personalidad de los estudiantes.

En comprobaciones de conocimientos, exámenes, controles a clases realizados se ha detectado que los estudiantes de tercer semestre de la Facultad Obrero Campesina "Conrado Benítez ", en lo adelante F.O.C, en actividades donde tienen que argumentar, no realizan el análisis del juicio argumentar para distinguir lo esencial, no toman posición respecto al juicio, no expresan adecuadamente argumentos válidos que determinen la posición adoptada. Se reconoce que el trabajo con la habilidad argumentar presenta dificultades, determinándose como problema de investigación ¿Cómo contribuir al desarrollo de la habilidad argumentar en la asignatura Historia de Cuba en tercer semestre de la F.O.C "Conrado Benítez" del municipio Jovellanos?

Solo en el proceso pedagógico que desarrolla la escuela, visto como proceso planificado y organizado sobre la base de las ciencias de la educación pueden formarse las habilidades, por ello el objeto de investigación es el desarrollo de habilidades en la asignatura Historia de Cuba en la Educación de Adultos.

Como campo de acción el desarrollo de la habilidad argumentar en la asignatura Historia de Cuba en tercer semestre de la F.O.C "Conrado Benítez" del municipio Jovellanos.

Para la solución del problema declarado se determina como objetivo diseñar un sistema de actividades docentes para contribuir al desarrollo de la habilidad argumentar en la asignatura Historia de Cuba en el tercer semestre de la F.O.C "Conrado Benítez" del municipio Jovellanos.

El tema que aborda la autora forma parte del banco de problemas que se encuentra plasmado en la estrategia metodológica de la asignatura de Historia de Cuba en la enseñanza de adultos, pues el trabajo con las habilidades constituye una prioridad de esta asignatura, se hace necesario incrementar el protagonismo estudiantil durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, como dijera José Martí:… "Y pensamos que no hay mejor sistema de educación que aquel que prepara al niño a aprender por sí" [1]

Esta idea martiana pone de manifiesto la necesidad de no solo transmitir conocimientos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que se dote al estudiante de habilidades que contribuyan al desarrollo de su pensamiento y a su interés por conocer, además que se favorezca la autonomía e independencia, para de esta forma propiciar de modo decisivo el protagonismo estudiantil que se pretende lograr durante este proceso.

El trabajo con las habilidades ha sido abordado en diferentes investigaciones:

  • Preguntas y respuesta para elevar la calidad del trabajo en la escuela de los doctores E. Caballero y G. García (2002), Proceso de enseñanza-aprendizaje de las doctoras M. Silvestre y P. Rico (2002), Pensar, reflexionar y sentir en las clases de Historia de la MSc. H. Leal (2000), Sabes enseñar a describir, definir, argumentar de la doctora M. López (1990), Aprendizaje, educación y desarrollo de la doctora M. Silvestre (1999).

Los materiales antes mencionados conjuntamente con el resto de la bibliografía han contribuido a enriquecer los conocimientos de la autora en el tema, al aportarle los presupuestos teóricos necesarios para contribuir al desarrollo de la habilidad argumentar, etapas, algunos recursos que apoyan el desarrollo de esta habilidad así como la técnica para adiestrar a los estudiantes en la búsqueda, integración y expresión de las ideas que sustentan o fundamentan la conformidad de un juicio.

Como tipo de investigación se emplea la descriptiva propositiva con el objetivo de conocer con mayor profundidad las dificultades en la habilidad argumentar en los estudiantes de tercer semestre en la asignatura Historia de Cuba, y proponer un sistema de actividades docentes para contribuir a su desarrollo.

DESARROLLO

La enseñanza de la Historia que necesitamos en los momentos actuales

El proceso de enseñanza-aprendizaje ha sido históricamente caracterizado de formas diferentes que van desde su identificación como proceso de enseñanza con un marcado acento en el papel central del profesor como transmisor de conocimientos, hasta las concepciones más actuales en las que se concibe el proceso de enseñanza-aprendizaje como un todo integrado, en el cual se pone de relieve el papel protagónico del estudiante. En este último enfoque se revela como característica determinante la integración de lo cognitivo y lo afectivo, de lo instructivo y lo educativo como requisitos psicológicos y pedagógicos esenciales.

La adquisición de conocimientos y habilidades contribuirá gradualmente al desarrollo del pensamiento, a la formación de intereses cognoscitivos y de motivos para la actividad de estudio, siempre que esté bien concebido. En este proceso de adquisición de conocimientos se dan todas las posibilidades para la formación de sentimientos, cualidades, valores, aspectos esenciales a los que debe contribuir el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

La Historia es una asignatura priorizada por su alto potencial formativo humanista, al enriquecer el mundo espiritual y los conocimientos de los estudiantes. Tiene como finalidad educativa contribuir al desarrollo integral de la personalidad del estudiante, propiciar el crecimiento de su personalidad, e incidir en su formación humanista, para este propósito la didáctica de la Historia posee un importante papel.

En esta dirección las ideas martianas aportan pautas teóricas metodológicas. Su bella y trascendente carta a María Mantilla, escrita el 9 de abril de 1895, que constituye su testamento pedagógico, así lo pone de manifiesto cuando dice…" elévate, pensando y trabajando" [2]Aquí Martí ofrece las vías para lograr el crecimiento individual y social, pues según el apóstol…"enseñar, es crecer" [3].

La autora considera que la enseñanza de la Historia puede contribuir al lograr del cumplimiento de los postulados de Martí antes citados, pues a través de ella se aspira no solo a cultivar la inteligencia de los estudiantes sino que se pretende influir en su formación patriótica y revolucionaria al compás de la vida, por ello se hace necesario, crear un clima de afectividad y emotividad en las clases que no solo haga vivir al estudiante cada hecho histórico, sino también descubrir sus causas, nexos, su valor y utilidad.

En la actualidad se hace preciso que la enseñanza de la Historia esté encaminada a transformar las conciencias, a cultivar el amor a la libertad, a lograr una nueva concepción del mundo, por ello se necesita desarrollar la inteligencia de los estudiantes.

Otro reto que tiene que enfrentar la enseñanza de la Historia, es la gran velocidad de los cambios científicos y técnicos a nivel mundial, que requieren de hombres reflexivos, transformadores, que sean verdaderos protagonistas de la sociedad en que viven. Para ello la educación actual debe facilitar el acceso al conocimiento por diversas fuentes y formas y asegurar el aprendizaje independiente por parte de los estudiantes, a ello contribuye en gran medida el desarrollo de las habilidades alcanzados por estos.

La forja de la cultura histórica es un proceso que debe caracterizarse por el diálogo, la búsqueda, el espíritu de indagación, el debate, el ejercicio del criterio argumentado y por esta vía, contribuir a profundizar convicciones patrióticas y antimperialistas.

El conocimiento de la Historia es arma al servicio de la cultura, al servicio de enseñar a pensar y a defender ideas, procesos imprescindibles en la preparación de los estudiantes. El 13 de marzo de 1962, al hablar en el acto efectuado en la escalinata de la Universidad de la Habana, en ocasión del quinto aniversario de las acciones de Radio Reloj y el ataque a Palacio Presidencial precisaba Fidel: " ¿Y qué juventud queremos?…una juventud que aprenda por si misma hacer revolucionaria, una juventud que se convenza a sí misma, una juventud que desarrolle su pensamiento."[4]

De ahí que al organizar la actividad cognoscitiva en la enseñanza de la Historia deben tenerse en cuenta las acciones que permitan al estudiante el dominio de las habilidades generales y la motivación a través de actividades que hagan más eficientes el aprendizaje.

Para estimular la enseñanza de la Historia con el propósito fundamental de lograr la formación de la personalidad del estudiante y que los nuevos conocimientos y habilidades favorezcan su protagonismo real en la sociedad, es necesario interiorizar que el acto educativo es un proceso mediante el cual se producen constantemente un enriquecimiento espiritual del profesor y del estudiante.

Al presentar a los estudiantes los hechos vividos en el pasado debemos se debe lograr que estos hagan valoraciones a partir de sus propias experiencias. La palabra del profesor y de todos los medios de enseñanza tiene que fortalecer lo heroico, lo emotivo, influir en los sentimientos, reconstruir lo que hicieron los hombres. La enseñanza debe proporcionar conocimientos científicos en forma activa, consciente y emotiva, tiene que dotar al estudiante de procedimientos generales que puedan aplicar en cualquier situación de forma que alcance un elevado desempeño intelectual. "…es necesario crear en la clase de Historia un clima favorable para propiciar un verdadero laboratorio de ideas a partir del desarrollo del pensamiento" [5]

Cada clase que se imparta debe tener como objetivo enseñar al estudiante a pensar, a razonar, a sentir. El remedio está en desenvolver la inteligencia del estudiante a la vez de sus cualidades de amor y pasión.

La enseñanza de la Historia dentro de sus propósitos educativos, debe ser expresión cotidiana de una cultura del diálogo. Por ahí pasa el camino del convencimiento, por el intercambio de argumentos, de razonamientos por la reflexión colectiva en unidad orgánica con los principios que defendemos y enseñamos a defender. Por lo que la enseñanza de la Historia no debe ser concebida como una simple acumulación de información, sino que se debe lograr que los estudiantes hagan valoraciones científicas de los fenómenos y hechos históricos. Si se enseña solo el resultado del conocimiento, es decir las conclusiones y no se cultiva en el estudiante la facultad de elaborarlos, no se habrá cumplido el objeto humanista, científico y creador de la enseñanza.

No son los postulados generales ofrecidos por los profesores los que resultan convincentes para el estudiante, sino aquellos a los cuales ha llegado como consecuencia de su actividad mental, dinámica. De ahí que al organizar la actividad cognoscitiva de la enseñanza de la Historia deben tenerse en cuenta las acciones que permitan al estudiante el dominio de las habilidades. Todo esto implica, además una adecuada selección del contenido, dotar al profesor de una metodología de enseñanza que propicie el desarrollo del pensamiento lógico. Para enseñar a aprender es necesario que el profesor movilice aquellos conocimientos y habilidades que el estudiante posee, es decir, las experiencias previas que sirven de base al nuevo conocimiento.

La habilidad argumentar tiene un importante papel en la enseñanza de la Historia, ya que exige de los estudiantes la toma de posición ante lo conocido, y encontrar las razones del por qué o causas de algo, contribuyendo a la formación de criterios personales, constituyendo una vía insustituible en la formación de convicciones y formas de actuar.

Hoy, como nunca antes, cobra vigencia y se hace imperativo para la educación en nuestro país la profundización cada vez mayor de la historia de la patria. Por ello se ha diseñado un programa que abarca desde los antecedentes del proceso de formación del pueblo cubano hasta el año 1952 y que continúa hasta la actualidad, con la finalidad de que los estudiantes se apropien de una cultura histórica imprescindible y de los mejores valores que emanan de las gloriosas páginas de nuestro pasado.

El objetivo fundamental del estudio de la Historia de Cuba es el estudio del proceso revolucionario cubano desde 1868 hasta la actualidad. Pero desde antes de 1868, como es conocido, existieron en Cuba manifestaciones de rebeldía y se inició el desarrollo del pensamiento independentista, lo que constituyen antecedentes que por su gran importancia deben estudiarse y tomarse en cuenta para comprender el proceso revolucionario único iniciado el 10 de octubre 1868 y que desarrolla hoy exitosamente nuestro pueblo, por lo que el profesor debe tratar antecedentes con la misma atención que se dedica al resto de los temas.

Así, los estudiantes a lo largo del período estudiado podrán arribar a conclusiones y apropiarse de los argumentos fundamentales para defender la revolución Socialista fruto de ese proceso revolucionario único y continúo, además de desarrollar las habilidades definidas en el programa.

Constituyen algunas ideas fundamentales para el trabajo de la asignatura, las siguientes:

  • El ser humano es el centro de la enseñanza de la Historia, por lo tanto, es muy importante que nuestros estudiantes perciban y se encuentren con lo esencialmente humano como parte sustancial de los procesos y ámbitos que estudian.

  • Armonizar lo probatorio con lo emocional en las clases es un requerimiento pedagógico de la enseñanza de nuestra asignatura, porque si es importante la presencia de hechos demostrativos, importante es también la fuerza emocional con que se expliquen, el grado de convencimiento que se evidencie en quien aborda el tema. Razón y sentimiento deben marchar juntas en la dirección del aprendizaje y la educación con los estudiantes.

  • Tiempo y espacio son inherentes a la historia y su enseñanza. Así, mapa, línea del tiempo, son medio que deben acompañar al desarrollo de las unidades.

  • Seleccionar variados textos con los que se cuente en cada lugar como vía para ejercitar diferentes tipos de lecturas, comprensión, análisis y elementos de interconexión con otras esferas del conocimiento, por ejemplo, la literatura y el arte.

  • Privilegiar el trabajo independiente de los estudiantes con variadas lecturas de diferentes textos, la observación de videos-clases, los software educativos, la programación educativa, documentales, filmes y otros medios de información histórico-cultural y propiciar que comuniquen de forma oral, escrita y gráfica los resultados de sus indagaciones en esas fuentes es una de las provechosas vías de enseñarles a indagar y sobre todo a ejercitar la expresión, comunicar ideas, desempeñarse en el ejercicio de la palabra. De manera que un espacio importante de las clases, estimular el intercambio entre el profesor y los estudiantes y entre los estudiantes y los estudiantes.

  • En la asignatura tiene plena vigencia la pluralidad de métodos. No se trata de excluir ninguno como tampoco de sobredimensionario, o sea evitar la unilateralidad o la hiperbolización de cualquiera de ellos.

  • Las preguntas y tareas cumplen su misión pedagógica se exigen esfuerzos intelectuales de estudio, razonamiento, argumentación, explicaciones, valoraciones. La ausencia de estos requisitos y su control consecuente deterioran el interés y la motivación por el estudio de la Historia. Lo meramente reproductivo desvirtúa el ejercicio del pensar con sentido creador.

  • Enseñar e interesar a los estudiantes en la toma de notas en clases, en la búsqueda de información histórica y política en diversas fuentes, en la elaboración de fichas de contenido, resúmenes, cuadros sinópticos, esquemas lógicos, cronologías, tablas comparativas y sincrónicas, en comentar noticias de contenido histórico y político, en argumentar, exponer ideas y defenderlas, son habilidades inherentes a la asignatura que no pueden faltar en el proceso de dirección del aprendizaje.

El programa de Historia de Cuba en la Educación de Adultos se propone como objetivos generales:

  • Demostrar conocimientos de los principales hechos, procesos, documentos y figuras históricas del proceso revolucionario cubano, los que constituyen forja y continuidad de nuestras tradiciones patrióticas.

  • Demostrar que la Revolución Cubana es una sola desde 1868 hasta nuestros días, en cuyos reveses y victorias ha sido determinante el factor unidad y en cuyo proceso continuo ascendente se fusionan a partir del siglo XX los ideales de liberación nacional con los de la revolución social.

  • Demostrar a través del estudio de la Colonia, Republica Neocolonial y la Revolución en el poder, las intenciones y acciones de los círculos del poder de los Estados Unidos contra la independencia de Cuba, así como la actitud de enfrentamiento a esa histórica actitud hegemónica norteamericana por parte del pueblo cubano y sus figuras más representativas.

  • Explicar como las características de la Colonia y de la Republica Neocolonial en los aspectos socioeconómicos y políticos, demostraron que el capitalismo fue la acusa principal de los problemas que padeció nuestro pueblo y que solo con una revolución socialista se pudieron solucionar.

  • Argumentar la superioridad del sistema constitucional y jurídico socialista a través del conocimiento de las principales características de las diferentes constituciones establecidas a lo largo de la historia.

  • Vincular la historia local dentro del tratamiento de la historia nacional.

  • Caracterizar aspectos esenciales de la cultura cubana en los distintos períodos históricos.

  • Desarrollar valores desde el potencial formativo de los contenidos históricos, tales como el patriotismo, antiimperialismo, solidaridad, laboriosidad entre otros.

  • Desarrollar habilidades propias de la asignatura tales como las del pensamiento histórico-lógico, localizar en espacio y ordenar en su secesión cronológica los principales acontecimientos históricos, las de trabajo con fuentes del conocimiento: libros de texto, Cuadernos Martianos.

  • Utilizar la información obtenida de diferentes fuentes para exponer de forma oral, escrita y gráfica el contenido histórico, ejercitarse en la exposición y defensa de sus puntos de vista.

Se hace necesario que en la misma medida que los estudiantes profundicen en los conocimientos de Historia de Cuba, se apropien de los mejores valores que emanan de esas gloriosas páginas, arriben a conclusiones, tengan los argumentos para defender la revolución socialista y desarrollen habilidades propias del nivel.

Algunas consideraciones sobre el desarrollo de habilidades

La teoría pedagógica cubana actual tiene entre sus fundamentos la tesis martiana del vínculo entre la instrucción y la educación. Si el revolucionario se forma en la lucha, en la práctica social, el contenido del proceso docente debe incluir esa práctica, expresada en términos de conocimientos y habilidades pero estructurada y organizada de modo que el hecho de apropiarse de conceptos, implique, al propio tiempo tanto la formación de habilidades como el desarrollo de cualidades de la personalidad.

El proceso de enseñanza-aprendizaje que no contenga la vida, los problemas, no motiva, no interesa, no educa y en esencia tampoco enseña, ni instruye, ni alcanza sus objetivos. Martí lo sintetizó de manera impactante al plantear…"de textos secos y meramentes lineales no nacen, no, los frutos de la vida" [6].

Martí refiere la necesidad de abordar en el proceso de enseñanza-aprendizaje la vida, los problemas. De ahí que la pedagogía cubana se fundamenta en la concepción dialéctico materialista que permite el estudio de los hechos y fenómenos de la ciencia a partir de su desarrollo histórico y de su relación con el mundo circundante.

Uno de los objetivos centrales del proceso de enseñanza-aprendizaje cubano es la asimilación por el estudiante de conocimientos científicos de su época y la formación de habilidades que le permitan la profundización de ese conocimiento y la toma de posición ante lo conocido, a ello contribuirá la habilidad argumentar.

Actualmente se hace continua referencia a la necesidad de que los estudiantes no sólo aprendan teorías, leyes, conceptos, etc., sino que además desarrollen habilidades, o destrezas que les permitan asumir una actitud responsable en la búsqueda de esa información. En tal sentido la escuela no sólo ha de preparar a los estudiantes en términos de la teoría o propiamente del sistema de conocimientos de las más diversas materias, sino que ha de tener en cuenta el reto que le plantea el avance de la propia ciencia desde la perspectiva del saber hacer.

Dado el desarrollo alcanzado por la ciencia y la técnica y la gran cantidad de conocimientos acumulados por la humanidad, se hace necesario que los maestros y profesores dirijan su trabajo docente, más a enseñar a aprender que a transmitir información. De esta forma, el énfasis fundamental debe realizarse en que el estudiante asimile los modos de actuación necesarios para adquirir de manera independiente el conocimiento que después requerirá en su quehacer profesional y en su tránsito por la vida.

Por tal motivo una de las tantas tareas fundamentales de la educación debe ser la formación y desarrollo de habilidades, ya que el éxito en las diferentes actividades que el estudiante realiza depende en gran medida de la forma en que ellas sean dominadas por él.

Los resultados de diferentes investigaciones indican, que en la actualidad existen diversos criterios acerca de la naturaleza de las habilidades. El concepto se emplea con frecuencia en la literatura psicológica y pedagógica actual, pero su estudio constituye aún un problema abierto y amplio para la ciencia pues se aprecian lógicas divergencias e incluso discrepancias científicas en los puntos de vistas de los autores, debido a que no todos definen el concepto en términos similares, no coinciden plenamente sobre cuáles deben ser sus componentes, ni acerca de los requisitos y condiciones fundamentales a tener en cuenta para su formación y desarrollo.

La psicología marxista en literaturas especializadas refiere que en el proceso de enseñanza-aprendizaje se produce la formación y desarrollo de las habilidades y hábitos y orienta hacia la concepción de las vías y métodos más eficientes para lograr la formación y desarrollo de las habilidades en el contexto pedagógico, y agrega que las habilidades son el resultado de un complejo proceso de sistematización de las acciones subordinadas a un objetivo, cuando estas acciones son automatizadas por los estudiantes se convierten en hábitos.

Las habilidades constituyen un sistema complejo de operaciones encaminado a la elaboración de la información obtenida del objeto y contenida en los conocimientos, así como las operaciones tendentes a revelar esta información.

Las habilidades se forman con la sistematización de las acciones subordinadas a un fin consciente y se desarrollan sobre la base de la experiencia del sujeto, de sus conocimientos y de los hábitos que posee; pero los conocimientos se manifiestan y expresan concretamente en las habilidades, en la posibilidad de operar con ellos, de ahí que se les denomine como instrumentación consciente en la manifestación ejecutora de la actuación de la persona en un contexto dado.

El término habilidad es definido de diferentes formas por diversos autores:

Para A. A. Smirnov la habilidad es "saber hacer." [7]

V. González afirma que "las habilidades constituyen el dominio de operaciones (psíquicas y prácticas) que permiten una regulación racional de la actividad." [8]

C. Álvarez define la habilidad "como la dimensión del contenido que muestra el comportamiento del hombre en una rama del saber propio de la cultura de la humanidad. Es, desde el punto de vista psicológico, el sistema de acciones y operaciones dominado por el sujeto que responde a un objetivo." [9]

En general, muchos autores asumen que la habilidad es resultado de la asimilación de conocimientos y hábitos por lo que prestan la mayor atención a su estructura funcional y se ocupan menos de cómo actúa el sujeto con esos conocimientos y hábitos en los diferentes niveles de sistematicidad del contenido. Especialmente importante es el hecho de que la actuación del sujeto se motiva por un fin consciente que considera al estar relacionado con el contexto que brinda el problema que se propone resolver.

La reducción del concepto de habilidad a tratar de describir sistemas o conjuntos de acciones, en ocasiones, lleva la expresión de un proceso algorítmico que muestra cada uno de los pasos o momentos de la actuación y se atiende muy poco a la contextualización de ese sistema de acciones en función de los problemas que se resuelven con su ejecución y las condiciones del sujeto. De igual forma, ha sido restringida la comprensión de este concepto en el sentido de la repetición a través de ejercicios del sistema de acciones determinado.

Desde la Didáctica se asume que la habilidad es aquel componente del contenido que caracteriza las acciones que el estudiante realiza al interactuar con el objeto de estudio conocimiento.

Para la autora las habilidades son acciones, modos de actuar que permiten operar con el conocimiento.

Es importante precisar dos etapas en la adquisición de la habilidad. La etapa de formación de la habilidad y la de desarrollo.

Para garantizar la formación y desarrollo de habilidades se necesita, como ha sido ampliamente reconocido, someter la ejecución de la acción a los siguientes requisitos:

  • Frecuencia en la ejecución, dada por el número de veces que se ejecuta la acción.

  • Periodicidad, determinada por la distribución temporal de las ejecuciones de la acción.

  • Flexibilidad, dada por la variabilidad de los conocimientos.

  • Complejidad, la cual se relaciona con el grado de dificultad de los conocimientos.

¿Cómo dirigir el proceso de formación y desarrollo de habilidades?

Para que los estudiantes alcancen un nivel consciente de dominio de una acción determinada, es preciso que el docente planifique y organice el proceso teniendo en cuenta que su ejecución debe tener como uno de los resultados el desarrollo de la habilidad en los estudiantes.

El proceso enseñanza-aprendizaje no debe transcurrir de manera espontánea; por el contrario, ha de seguir un plan didáctico coherente, adecuado y controlado de acuerdo con las circunstancias, con tareas específicas teniendo en cuenta las exigencias del desarrollo de las habilidades.

La formación de la habilidad es la etapa que comprende la adquisición consciente de los modos de actuar, cuando bajo la dirección del profesor el estudiante recibe la orientación adecuada sobre la forma de proceder. Esta etapa es fundamental para garantizar la correcta formación de la habilidad. El proceso formativo de la habilidad puede ser dividido en etapas o eslabones que se caracterizan por los diferentes momentos o tipos de actividad cognoscitiva que realizan los estudiantes durante su aprendizaje.

Dichos eslabones son:

  • Motivación y orientación de la ejecución, aquí es importante lograr una disposición positiva para desarrollar las actividades en que se verá involucrado el estudiante y una orientación sobre las ejecuciones que deberá realizar. Es necesario hacerle ver que el conocimiento que él posee es insuficiente, crearle la contradicción entre lo que sabe y lo que debe saber, a partir de la significación que este aprendizaje tiene para la vida. Ello puede lograrse, enfrentando al estudiante a situaciones que él no puede resolver o que ejecuta con dificultad. En fin, se trata de lograr el convencimiento de lo necesario que es su aprendizaje, que llegue a conocer cuáles son sus posibilidades para enfrentar las tareas posteriores teniendo en cuenta que el profesor le mostrará cuál es la habilidad que será la esencia de su comportamiento, de su modo de actuación. Su importancia se comprende con facilidad: la motivación es la base de cualquier actividad, le da impulso y dirección. Si esta no se logra, el resto del proceso tampoco puede lograrse o se afecta su calidad.

Además, es importante que el estudiante está bien orientado, debe saber qué hacer y cómo hacerlo, debe conocer el por qué debe aprender determinado contenido; qué es lo que debe estudiar para la realización de las acciones y cómo puede controlar por sí mismo la eficiencia de las ejecuciones.

En resumen este momento tiene como objetivos

  • Motivar a los estudiantes para desarrollar las actividades en que se verán involucrados.

  • Orientarlos sobre la acción que deben ejecutar de manera voluntaria.

  • Hacerlos concientes de las invariantes funcionales de la acción.

  • Orientarlos acerca de los indicadores necesarios para evaluar la calidad de la

ejecución.

  • La asimilación de la habilidad, el profesor debe ofrecer "tareas o situaciones" en las que sea necesario aplicar la invariante de habilidad. Pueden presentarse tareas tipos que se adecuen a ese interés, pero en cada nueva situación, en cada nueva tarea se encontrarán también nuevos sistemas de conocimientos que enriquecen el objeto de estudio. Es vital hacer consciente al estudiante de las insuficiencias funcionales de la acción que se desea que él llegue a dominar, para lo cual el profesor empleará diferentes recursos didácticos.

  • El dominio de la habilidad, El objetivo fundamental de esta etapa es, como su nombre lo indica, que los estudiantes alcancen un determinado nivel de dominio en la acción. Para lograr ese propósito, el profesor orientará la ejecución de algunos tipos de tareas que concreten las metas a alcanzar. Las mismas deben ser ejecutadas de manera frecuente y periódica, con diferentes sistemas de conocimientos y distintas gradaciones de complejidad; desde las más simples hasta las más complejas atendiendo al grado de desarrollo alcanzado por los estudiantes. Ello requiere que el profesor domine las condiciones individuales de cada uno, pues así le permitirá orientarlos de manera más precisa hacia las operaciones donde radican las mayores dificultades. En este momento el estudiante desarrolla su independencia, realiza por sí solo las tareas partiendo del conocimiento que tiene del por qué y para qué ejecutarlas.

  • La sistematización de la habilidad esta etapa persigue como objetivo la generalización de la ejecución a nuevas situaciones, es el momento en que el estudiante debe ser capaz de relacionar el nuevo contenido con otros que él ya posee. De una forma u otra será capaz de resumir cuáles son las invariantes funcionales de la acción que debe dominar.

  • La evaluación, que es cuando se comprueba el logro de los objetivos por parte de los estudiantes a través de una situación; esto es, resolver una nueva tarea pero en cuya esencia se encuentre la invariante de habilidad.

A modo de conclusión es importante señalar que la ejecución de las tareas por parte de los estudiantes en cada uno de los estadios en los que se divide el proceso para desarrollar la habilidad, es sustancial en la propuesta, esto hace que se reduzca sólo a lo necesario la exposición del profesor y sean los propios estudiantes bajo su dirección, quiénes desempeñen el papel protagónico en ese proceso.

El desarrollo de la habilidad se produce cuando una vez adquirido los modos de acción, se inicia el proceso de ejercitación, de uso de la habilidad recién formada, en la cantidad necesaria y con una frecuencia adecuada, de modo que cada vez sea más fácil de reproducir o usar, se eliminan los errores.

Para un buen desarrollo de la habilidad es preciso:

a) Derivar y formular los objetivos de aprendizaje especificando la acción concreta a ejecutar por el estudiante y el sistema de conocimientos.

Es preciso señalar la importancia que tiene esa labor debido a que el desarrollo de una habilidad es un proceso largo y complejo, que se realiza paulatinamente sin apreciar, en los primeros momentos, avances sustanciales en los estudiantes, por lo que deben determinarse los objetivos a largo, mediano y corto plazo además de delimitar los indicadores que permiten evaluar su desarrollo en cada momento. Al respecto C. Álvarez declara que…"los objetivos generales de la asignatura son los rasgos más importantes que serán alcanzados por los estudiantes. Aquí debe estar presente la habilidad generalizadora que indica la transformación que el estudiante debe manifestar".[10]

En el tema de la clase se deben precisar los objetivos particulares que se subordinan a los generales, mientras que en las actividades docentes y en las tareas se declaran los específicos que se subordinan a los particulares y se adecuan a las condiciones del grupo y de cada estudiante en lo singular.

b) Realizar un análisis del contenido de enseñanza.

En este aspecto el docente puede delimitar aquellas habilidades que son fundamentales y se desarrollarán según los objetivos, desglosándolas en otras de orden menor cuya integración posibilite su desarrollo. Se determinarán las operaciones necesarias y esenciales invariantes funcionales a través de las cuáles transcurre la acción que se desea desarrollar como habilidad, lo cual es de suma importancia pues el profesor dirigirá su atención hacia dichos aspectos esenciales y los tendrá en cuenta para la evaluación del trabajo y el autocontrol del aprendizaje.

Además, dada la relación conocimiento-habilidad, es decir, la asimilación de las acciones como habilidades sólo es posible con la realización de las acciones en el proceso de adquisición de los conocimientos. Luego es importante determinar cuál es el sistema de conocimientos con el que se debe trabajar para propiciar el desarrollo de la habilidad.

c) Diseñar las tareas concretas con el contenido específico que serán ejecutadas por los estudiantes en las diferentes actividades docentes para contribuir al desarrollo de la habilidad.

La tarea es aquel proceso que se realiza en ciertas circunstancias pedagógicas con el fin de alcanzar un objetivo, es decir, es la acción que se desarrolla atendiendo a las condiciones y que encierra tanto lo inductor como lo ejecutor.

En términos más concretos, si la acción, al ser sistematizada deviene en habilidad y en el proceso enseñanza-aprendizaje la tarea se constituye en la acción misma, entonces la ejecución de tareas que tengan como objetivo dicha acción y que necesiten la realización de su sistema operacional traerá como resultado el desarrollo de la habilidad en el estudiante.

En resumen, se puede inferir científicamente de lo anterior que si el estudiante realiza de manera frecuente y periódica, bajo determinadas condiciones, tareas cada vez más complejas, con diferentes conocimientos pero cuya esencia es la misma, se logrará el dominio de la habilidad.

Independientemente de que cada tarea tenga una misma acción que debe ser dominada como habilidad con su sistema de operaciones correspondientes; las condiciones, complejidad y el sistema de conocimientos pueden variar.

d) Diseñar el sistema de evaluación.

Es innegable la importancia que tiene para el profesor evaluar el proceso de aprendizaje de sus estudiantes, así como el valor que tiene para ellos tomar conciencia de su propio avance. Tratar de que esto se realice de la manera más objetiva posible depende, entre otros factores, de la formulación precisa de los objetivos y la selección adecuada de los indicadores que permiten orientar tanto al profesor como al estudiante en la valoración que se realiza.

Si se trata de evaluar el grado de desarrollo de una habilidad es necesario que el profesor haya previamente determinado las invariantes funcionales de la acción, es decir (el sistema de operaciones necesarias e imprescindibles que la conforman). Posteriormente viene un momento donde él debe caracterizar los niveles de dominio de cada una de las operaciones para lo que se requiere precisar los indicadores de cada nivel con respecto a las invariantes funcionales; esos indicadores deben traducirse en manifestaciones externas de la habilidad.

Son indicadores de un buen desarrollo de la habilidad la rapidez y corrección con que la acción se ejecute.

Constituye un requerimiento de la etapa de desarrollo de la habilidad el saber precisar cuántas veces, cada cuánto tiempo y algo muy importante de qué forma. La ejercitación necesita además de ser suficiente, diversificada, es decir, la presentación de ejercicios variados para evitar el mecanicismo, el formalismo.

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