Histeria, su Historia, las brujas de Salem, el holograma del inconsciente: El Exorcista revisitado… (página 2)
Enviado por Felix Larocca
El famoso "grito histérico"
A ellos nos uniríamos para combatir el miedo colectivo cuando éste nos asediaba, a ellos dotaríamos de facultades mágicas para aliviar nuestras ansiedades. Con sus pieles nos revestiríamos para asumir sus poderes, y con sus apariencias fingidas nos tornaríamos en seres estupendos y animales poderosos.
Este mimetismo sería una facultad maravillosa que nos dotaría, simbólicamente, de substanciales poderes de adaptación.
La histeria es polimorfa e inestable, aún en sus definiciones.
La histeria es imitación y es histrionismo. La histeria es camuflaje y mimetismo. La histeria es un mensaje simbólico y críptico. La histeria es una comunicación subliminal convertida en síntoma.
El mimetismo: lección muy valiosa…
En aquéllos entonces, de nuestro pasado remoto, nos sorprenderíamos, cuando explorando nuestro entorno, falláramos, en detectar de inmediato, animales que se confundían con las malezas que los rodeaban, o que parecieran ser lo que, en la realidad no fueran.
En otras palabras, que las cosas que estaban contiguas, a veces se enmarañaban en nuestras mentes y resultaban siendo las mismas — aunque no lo fueran. Lo que hoy, constituye las bases de todo prejuicio.
Dios azteca
La palabra, los símbolos y el poder derivado de sus usos
A veces, nos preguntamos, ¿cómo le explicamos a un niño que existen diferencias desproporcionadas en el valor y el tamaño, entre los vocablos "sinfín" y "microorganismo"? anticipándoles que éstas no serían las por él sospechadas, en lo que a dimensiones refiere.
Porque las palabras son muy poderosas, como Alicia nos intimase.
Veamos
""Cuando uso una palabra", dijo Humpty Dumpty con un tono bastante soberbio, "esa palabra significa exactamente lo que yo quiero que signifique… ni más ni menos".""El asunto es," dijo Alicia, "si puedes hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes"
""El asunto es," dijo Humpty Dumpty, "quién es el que maneja las palabras… nada más.""
Alicia a través del Espejo (capítulo VI) por Lewis Carroll
Dios es el "Verbo Encarnado". En Génesis, Dios otorga a Adán el poder de nombrar los animales de la Creación. (Génesis 2:19-20). Haciéndolo así, confiere el poder inmensurable de lo simbólico, en el poder de la palabra, al primer ser humano que creara.
La histeria, holograma alegórico, del verbo
La histeria proyecta vivencias, fantasías, ideas y sentimientos, asumiendo control del cuerpo, o de la mente — de quien los manifiesta — como vehículo para exteriorizarlos. En esta última cualidad se parece a la otra gran imitadora: la sífilis.
La histeria es una condición proteica, sostenida por alegorías, apuntalada en representaciones inconscientes y construida por elaboraciones psicodinámicas — por lo menos, así Freud lo concibió — y muchos, todavía lo creen.
Pero, más que todo, la histeria es parodia multiforme y como condición, su expresión es cambiante y mimética.
¿Es la histeria una "enfermedad?"
Aquí es necesario enfatizar que hasta ahora, he evitado en esta tesis, utilizar la palabra "enfermedad" para calificarla. Lo que he hecho, porque no se adapta a la definición de una condición basada en la nosología correctamente aplicada.
Espejismo por Jorge L. Rodríguez A.
A pesar de los esfuerzos denodados que muchos investigadores han empleado, incluyendo el uso de la resonancia magnética — con el propósito de vislumbrar los umbrales cerebrales de la histeria — nada ha podido, hasta el momento, ser establecido revelando el lugar en el encéfalo dónde se encuentra el locus de esta condición desconcertante.
Para el iconoclasta de la psiquiatría, Thomas Szasz, en su libro The Myth of Mental Illness (1961), éste concluye con lo siguiente: "La histeria no es una enfermedad legítima…"
La histeria como fenómeno no ha desaparecido. En lugar de las convulsiones y parálisis de antaño, hoy la presenciamos en fugas, amnesias, personalidades múltiples y casos de TEPT.
La histeria aparece y desaparece de las páginas de la historia de la psiquiatría, desde que Charcot, Freud y Breuer se interesaran en su entendimiento, variando su curso y afectando nuevas identidades. En las páginas de DSM IV-TR se metamorfosea en categorías de diferentes naturalezas, como más adelante veremos, que la disfrazan, para confundirnos, y para que creamos que no son idénticas — aunque sepamos que la realidad es distinta.
En mi artículo Dolor Físico y dolor emocional: El holograma de los sentidos expreso los siguientes pensamientos:
"Como hemos aprendido en otras lecciones, crear la ilusión de que las cosas existen donde no están es la quintaesencia del holograma
"Como igualmente hemos visto, que si se mira un holograma éste parece poseer una extensión de solidez en el espacio, pero si se pasa una mano a través del mismo se descubre el hecho sorprendente de que no tiene sustancia, de que nada sólido existe donde éste se vislumbra — dentro de ese ámbito que ocupa dentro del espacio exterior, sensorial/visual
"Esto es así porque un holograma es meramente una imagen etérea que parece estar donde está, pero sin estarlo — que está donde no está — y que posee no más extensión física que la que tiene la imagen tridimensional que vemos cuando nos contemplamos en un espejo
"Igualmente que la imagen reflejada en el espejo reside en la capa de plata detrás de la superficie reflejante, la localización de un holograma, como es en el caso de los espejismos — cuyos emplazamientos son remotos — está contenida en la emulsión del film que la registra
"Pero todo lo que percibimos, como seres vivientes, se hace a través de actividades del cerebro — de índoles psíquicas y somáticas — nociones que son tan inextricables como indivisibles
"Evidencia palmaria de que el cerebro puede engañarnos, haciéndonos creer que los procesos internos que nos afectan están localizados afuera de nuestros cuerpos derivan de los esfuerzos de un científico galardonado con el premio Nobel, Georg von Bekesy, quien demostró que se puede estimular el cerebro a creer que los impulsos nerviosos pueden ser falsificados en sí y ser representados en áreas del cuerpo en las cuales no existen receptores sensoriales
"¡Logro este último de extraordinario significado!"
Extraordinario en su significado, porque los resultados de los experimentos que ganarían el galardón de Nobel a Georg von Bekesy fueron disputados más adelante.
Es muy fácil colegir de lo antedicho que el espejismo de la condición que la histeria proyecta, puede concebirse como un holograma de las emociones. Holograma que ha existido en nuestras mentes, desde antes de que adquiriéramos la capacidad del pensamiento abstracto y simbólico y, por supuesto, antes de que este concepto se estudiara.
Para muchos pensadores, el universo es un holograma gigantesco, como bien lo representa Michael Talbot en su libro minuciosamente investigado: The Holographic Universe… (Véanse asimismo mis contribuciones al respecto).
¿Quién está encinta?
Poder disfrazarnos y pretender ser otros, para confundir los demás, es un atributo de mucha utilidad adaptiva. Particularidad que se encuentra en la mentira, en el discurso político, en las actividades de los banqueros fraudulentos, en las personas y los profesionales que hacen uso del diagnóstico médico/psiquiátrico para defraudar, y, en fin, en quienes a otros desean impresionar o influenciar, como lo hacen líderes aprovechadores, quienes profanan el uso de la banda presidencial o los galardones del rango militar.
El disfraz, es facultad adaptiva colectiva, utilizada por incontables especies, del que la nuestra hace uso de manera singular. Porque tenemos el beneficio del uso de la palabra y de la aplicación del lenguaje.
En mi artículo: ¿Qué el Hábito no Hace al Monje? … ¡Sí señor, y de veras!, que apareciera hace algunos años en la Revista Rumbo, explico en detalle, la necesidad que caracteriza a nuestra especie de adornar el cuerpo para lograr beneficios secundarios, como decimos que sucede con la histeria cuando embellece sus acciones — de hecho, en la histeria esto se reconoce como "la ganancia secundaria" (secundary gain), que del síntoma deriva.
Entonces, en la histeria, como igualmente sucede en el embarazo por simpatía, o síndrome de couvade, tenemos el elemento de la sugestión y del contagio. Como asimismo la tenemos en los vómitos del embarazo, en el prurito y la rasquiña, en el bostezo y en las actividades de las neuronas espejo.
Los tics, se imitan, la petulancia es común entre hombres, quienes la reflejan entre ellos. Las dietas restrictivas, las cirugías plásticas, las liposucciones, las inyecciones de Botox, el embarazo mismo se simula y se copia entre mujeres y hombres — todo se copia. Si todos imitamos, y la histeria es la gran imitadora, entonces, nuestro género es el gran imitador. (Véase mi artículo, El embarazo facticio).
Pausemos y pensemos. Los sueños también son hologramas. Lo son, porque representan percepciones tridimensionales, alucinadas, de una impresión, que como la del holograma mismo, es una realidad virtual.
En el cerebro — como expresara en mi artículo El holograma del cerebro y la memoria: El holograma del Universo — existe una imagen alucinada de un evento percibido, pero, una, que tiene tanto impacto como la propia percepción. Es por ello, que una carta con malas noticias, nos puede afectar de maneras devastadoras, como si fuésemos testigos del evento causativo. Letras escritas, e indescifrables para algunos, que causan dolor, agonía y aún la muerte.
La histeria, como algunas partículas subatómicas, en el campo de la física, sólo se revela bajo ciertas condiciones, como es el caso en el famoso Principio de la Indeterminación de Heisenberg.
La histeria misma desapareció de las salas de la Salpêtrière, el momento en que Charcot muriera y que sus sucesores capitaneados por Joseph Babinski, Hyppolyte Bernheim y Fulgence Raymond, les negaran el escenario, a las histéricas, para exhibir sus talentos histriónicos.
Sin audiencia, el teatro del famoso asilo, se cerró…
Silla del chapuzón
Prosigamos con una revisión de la importancia que puede adquirir la histeria colectiva, cuando seres de comportamiento normal se tornan enajenados por eventos imaginados, aunque cargados de emocionalidad extraordinaria.
Cuentos de Brujas: Salem, Massachusetts. Durante el Año del Señor del 1692…
Sin olvidar, por un instante, que la palabra "histeria" debe su origen a la impresión de que la fenomenología del trastorno fuera debida a las travesuras de un útero errante. En esta exposición acerca de las brujas de Massachusetts recordaremos de que las protagonistas de este evento fueron, casi todas, mujeres — poseedoras, improbables, de un útero travieso — como el famoso Areteo de Capadocia lo expresara en el II siglo EC.
Grabado de Bridget Bishop en su horca
Aunque, para muchos investigadores modernos que establecen conexiones entre entidades dispares, el contagio emocional "no existe", no obstante de que la evidencia y la razón los contradiga. (Véase mi artículo: Autismo-Anorexia: Cuando un cuento se invoca y la razón se ausenta: Los expertos aclaran…)
La "epidemia"…
Los problemas que culminarían en muchas muertes, empezaron en Salem, una fría mañana del invierno oscuro, que es típico de la Nueva Inglaterra, en el 1692. Ocho muchachas jóvenes cayeron enfermas, comenzando por Elizabeth Parris, de nueve años de edad, hija del Reverendo Samuel Parris, seguida por una sobrina del prelado, Abigail Williams, de once años.
Lo que fuera extraño sería la naturaleza de las enfermedades de que las dos padecieran: ambas niñas presentaron síntomas similares caracterizados por delirios, convulsiones, habla incomprensible, estados de trance, y sensaciones raras en la piel.
Los preocupados aldeanos, trataron de encontrarle explicación a lo que estaba sucediendo, concluyendo, en lo lógico para los tiempos: que ambas eran víctimas de la brujería — y, lo que sería peor — que fueran hechizadas malévolamente, por algún miembro de la comunidad religiosa y puritana en que vivían.
Entonces, las acusaciones se desataron. Las primeras imputadas fueron Tituba, esclava de Parris, nativa del Caribe, acompañada por Sarah Good y Sarah Osburn, dos mujeres ancianas de mala reputación. Las tres fueron arrestadas el 29 de febrero. Eventualmente más de 150 "brujas" fueron encarceladas hacia finales del mes de septiembre. Para ese entonces, 20 hombres y mujeres habían sido ejecutados y cinco más habían muerto en la cárcel. Ninguno de los acusados admitieron ser brujos. Confesión que les hubiese salvado las vidas, pero que ellos resistieron hacer, porque les costaría la pérdida de sus almas inocentes en el más allá.
El 20 de octubre, por orden del gobernador de Massachusetts, Sir William Phips, los juicios de las brujas terminaron, dejando a los acusadores desconcertados por la locura que se apoderó de su villa.
¿Fue represión sexual, deficiencia dietética, o pudo haber sido ergotismo como tantos han propuesto?
El Exorcista
¿El ergotismo como causa de la tragedia de Salem?
Linnda Caporael, psicóloga del comportamiento en el New York Rensselaer Polytenic Institute, ha mantenido, por algún tiempo, que ella está bastante cierta de que, por lo menos en ocho de las acusadas, los síntomas presentados, pudieron haber sido resultado del envenenamiento causado por el consumo en el pan, del cornezuelo del centeno. Lo que Caporael, no ha logrado hacer, es producir evidencia persuasiva, de que su hipótesis es válida.
Algunos síntomas son similares a los del ergotismo, pero, la evidencia que confirma la histeria, como causa, es contundente, incluyendo, que cuando algunas de las mujeres "embrujadas" tuvieron "ataques" en presencia de otros que las ignoraban, los episodios se esfumaban como si "por arte de magia".
La persona quien, en su fanatismo, dañaría más su reputación, como resultado de los excesos que cometiera en esta situación, sería el Profesor de Harvard, el Reverendo Cotton Mather quien fuera responsable por la muerte de muchos inocentes, entre ellos su colega de Harvard, el Reverendo George Burroughs.
Epidemias de histeria y caza de brujas antedataron la tragedia de Salem por más de tres siglos, con la Inquisición Católica siendo responsable por la muerte de millones de mujeres acusadas de, y torturadas por, este "pecado".
La última ejecución legal por brujería ocurrió en Glarus, Suiza, en el 1782.
Hoy, la ciencia de la psiquiatría bajo la influencia mágica del embrujo de DSM-ETC, ha abandonado la categoría diagnóstica de la histeria a favor de subdividirla en dos tipos de síntomas que caracterizan a cada una:
La histeria de representación física, o trastornos de conversión. Que derivan de las hipótesis freudianas. En esta categoría se agrupan tales síntomas como el mutismo, la ceguera, las convulsiones, la sordera y las parálisis.
La histeria de representación psíquica o trastornos disociativos. Esta última fue una palabra acuñada por Pierre Janet para significar, "una retracción en el campo de la consciencia", de manera tal que funciones como son el movimiento, sensaciones, y memoria están retraídas del control consciente, funcionando de manera independiente.
Habiendo fraccionado la histeria en dos categorías, DSM-ETC, ha logrado asimismo dividir la psiquiatría. Entre los descontentos se destaca el grupo de Washington University que todavía propone que se la reconozca como el síndrome de Briquet, y otros que la ven tan adecuadamente descrita bajo el palio provisto por el término original, lo que encuentran que no es incompatible con el uso continuado del término esquizofrenia. (Para un análisis del significado de las contribuciones a la nosología psiquiátrica, considerando la histeria específicamente, recomendamos nuestro artículo: Las cirugías plásticas: Belleza enlatada para aliviar nuestras faltas repudiadas, publicado en el 2008 en psikis.cl y en monografías.com).
Prosigamos con la descripción de una de las tantas situaciones, basadas en el contagio, que afectara la psiquiatría directamente. (Para mayor información en estos fenómenos, véase: La masacre de Texas: El mal que los hombres hacen…, en monografias.com).
Pagar dinero, para ¿ver esto?
Muchos aún recuerdan la película El Exorcista, que, aunque fuese difundida al público en el 1973, todavía retiene su "embrujo" como una de las producciones de horror más exitosas en la historia de la cinematografía.
El Exorcista: ¿Neurosis cinemática o cinematografía "neurótica"?
Todo comienza con un artículo publicado en el 1975 por el psiquiatra James Bozzuto, que apareciera en el prestigioso Journal of Nervous and Mental Diseases, titulado, "Cinematic Neurosis Following the Exorcist" en el cual, el psiquiatra reporta cuatro casos de personas previamente serenas y apacibles, que desarrollaran problemas emocionales luego de haber visto esta película.
Aquí vale la pena mencionar que Bozzuto no estaba sólo en discutir los efectos de desestabilización mental que viendo esta película pudiera desencadenar. De hecho, sus comentarios acerca del film resultan ser moderados si se comparan con los que hicieran muchos de sus contemporáneos.
En el 1974, Time Magazine, publicó un artículo citando a algunos, de los menos comedidos al respecto, de entre los colegas de Bozzuto.
Después de haber visto la película, dos jóvenes residentes de Chicago requirieron hospitalización. "Estos chicos están locos rematados, ellos se ven a sí mismos poseídos por Satán" afirmó el Dr. Louis Schlan, psiquiatra y director médico del Hospital Riveredge en Forest Park, Illinois.
El artículo en Time, reporta el hecho de que muchos, quienes habían visto la película sufrieron de pesadillas, "histeria" [sic] y de una aprensión vaga y persistente.
"Es peligroso para personas con pobre control del ego", explicaba el Dr. Vladimir Piskacek un sociólogo y psiquiatra, "pero no causará una psicosis". "Niños pequeños pueden sufrir de alucinaciones después de ver esta película", pero Piskacek dudaba que el efecto dañara de manera permanente, aún, a una mente, todavía inmadura.
Confusión…
La psiquiatra de niños Hilde Mosse lamentaba el hecho de que la película proveía una "mezcla letal de sexo, violencia y maldad. La idea de que los problemas se pueden resolver por magia en lugar de por el uso de la razón es destructiva. Yo lo viví antes de que Hitler subiera al poder. Este maníaco solía decirnos "escuchen el lenguaje de su sangre germánica pura, en su subconsciente". "Los judíos en Alemania se volvieron el mal para ser exorcizado". "Lo único que esta película puede lograr" — concluye Mosse — "es regresar gente muy joven a un nivel de funcionamiento primitivo"".
Pero, retornemos a los casos reportados por Bozzuto, en los cuales, de manera muy directa, la influencia de la histeria se detecta fácilmente.
En su artículo, Bozzuto, describe un caso muy impresionante del pensamiento mágico desatado desenfrenadamente, matizado con reflexiones pasmosas acerca del Diablo y de sus influencias malevolentes.
"Caso 4. El Sr. Lyle era un hombre de raza negra, de edad 24 años, quien llegaría al salón de emergencias por tres separadas visitas, un mes después de haber visto "El Exorcista". En esas ocasiones se quejaba de flashbacks, y de sentirse "nervioso", especialmente en la presencia de sus dos hijos y de su esposa. Se sentía aterrado por el pensamiento de que su hija de 5 años estaba poseída por el demonio
"Además sufría de insomnio, sintiendo que algunas personas le lucían extrañas. Se le administró Valium y se lo refirió a la clínica psiquiátrica. Pero, después de la primera entrevista, rehusó retornar, por miedo de que el terapeuta estuviera envuelto con el Diablo
"El paciente afirmó que desconociera mucho acerca de la película, ya que lo poco que sabía provino de una discusión de la misma que viera en la televisión. Entonces decidió verla en compañía de su esposa, y de otra pareja amiga. Durante la película se sintió tan perturbado que no tuvo más remedio que salir en medio de la misma. Muy poco después, sintió mucho temor de que el Diablo lo iba a perseguir. De inmediato sufrió de insomnio, pérdida de quince libras en un mes, y de numerosas pesadillas de vampiros atacando mujeres, que él trataba de proteger. El Sr. Lyle, no podía mirar a otras personas en los ojos, por miedo de que éstas fueran demonios…
"Además, desde que viera la película, el paciente empezó a quejarse de dolor en la nuca, lo que él mismo relacionaría a una identificación con la joven protagonista. Se volvió temeroso de usar una navaja de afeitar, que su cuñado le había regalado, porque temía usarla para hacerse daño a sí mismo
"Bozzuto, sugiere que cada uno de sus pacientes ya estaba bajo mucha presión personal, y que la película fue, la gota, proverbial, que rebozara la copa
Dismorfofobia
"El autor, asimismo sugiere, invocando la memoria de Freud, que el tema de la película, que consiste en la pérdida de todo control a la figura amorosa-odiosa del Diablo, puede que tenga algún significado para cada uno de sus cuatro casos — cada uno de ellos luchando con una relación de ambivalencia".
De acuerdo a este psiquiatra, el espectáculo percibido en la pantalla, desencadenó sentimientos reprimidos, conllevando a una crisis emocional y el subsiguiente colapso emocional.
El hecho de que un asunto tan trivial como ver una película de horror — de las que tantas se presentan todos los días — fuese capaz de desencadenar crisis emocionales severas, es indicativo de la importancia que se le atribuye a las reacciones inesperadas en respuesta a ciertos factores precipitantes que afectan el equilibrio mental de quienes participan, directa, o indirectamente, en las mismas.
Prosigamos
Uno de mis colegas, es dermatólogo de mucha experiencia. Se especializa en el tratamiento del prurito o picazón. Nos dice jocosamente: "cuando comienzo una charla, le digo a la audiencia que voy a hablar de algo molesto y común. Mientras lo digo, comienzo a rascarme furiosamente, y, muy pronto, todos quienes están presentes, se rascan. Cuando les explico, el aspecto contagioso de mi comportamiento ficticio, todos asienten, sólo para no mirar hacia atrás, mientras bostezo y todos lo imitan — lo mismo sucede con la risa, el toser, y aún con la imitación de algunos tics".
Mimetismo de la serpiente marina
La sugestibilidad y la hipnotizabilidad son atributos que, con frecuencia, se encuentran en las personas histéricas o con tendencias histriónicas.
Veamos un caso ilustrativo
El pitiatismo de Miranda, y la personalidad mimética revisitada…
La histeria, como la anorexia multilingüe, ha tenido proponentes a cambiarle su nombre — derivado de la matriz femenina — por otros que fueran más adecuados, pero que resultaron no ser eufónicos. El poder de la palabra…
Joseph Babinski propuso el término pitiatismo, que significa "cura por persuación", enfatizando la manera en que los histéricos responden. El psiquiatra contemporáneo Harold Merskey, acuñó el término doxogénico, "producido por las opiniones", donde enfatiza de cómo los síntomas dependen de las creencia y el pensamiento de los pacientes.
Carmen Miranda. Exuberante en su presencia, como se dice que son las histéricas…
Miranda, la llamaron así, en los tiempos en que a los niños de los campos se le dieran los nombres de estrellas del cine famosas. En el caso de esta joven mujer adulta, la inspiración para bautizarla fue provista por la famosa, Carmen Miranda.
Debido a ella, tuve la oportunidad de presencia mi primer paciente con convulsiones histéricas.
Sirviendo, entonces como practicante auxiliar, en el Hospital regional José María Cabral y Báez de Santiago de los Caballeros. Me llamaron al salón de emergencias para que fuera testigo de las destrezas psiquiátricas del Dr. Mena. Médico de turno y nuestro "residente", autoproclamado "psicoanalista".
La mujer yacía en una camilla rodeada por un grupo considerable de parientes quienes la acompañaran al hospital.
Estaba convulsionando, profiriendo gritos agudos y balbuceando cosas, para todos, inintelegibles. Sus manos estaban contraídas formando conos con los dedos, la espalda se arqueaba en opitóstonos, mientras se contorsionaba incontrolablemente.
Mena se aproximó a la paciente, conduciendo un examne neurológico, demostrando que los reflejos estaban intactos, que el signo de Babinski estaba ausente, que no había evidencia de incontinencia urinaria o fecal, que la paciente no se había mordido la lengua, y, que a pesar, de haberse dado un "golpe fuerte en la cabeza", cuando cayera al suelo, que no existia evidencia del mismo.
Entonces anunció, para todos, el diagnóstico: "pitiatismo". Procediendo a decir a la mujer: "Miranda, lo que tú tienes se llama "mal de amor". Tú crees que tu novio te va a dejar por otra mujer, y así es cómo lo quieres recuperar. Pero, escucha, si no paras esta m…, te vamos a enviar al manicomio de la Capital…"
Para todos los que fuéramos testigos de esta escena, la recuperación automática de esta mujer, al escuchar las palabras, fatídicas, "manicomio de la Capital", fueron toda la terapia anticonvulsiva requerida…
Para entender muchas de las características de la histeria, dirigimos al lector interesado a mi artículo: La personalidad "as if"… La Personalidad Mimética, un concepto ignorado en la psiquiatría en psikis.cl y en monografías.com
En resumen
¿Nos hemos preguntado, cómo "decide" el camaleón cambiar sus colores? ¿Cómo sabe que tiene que seleccionar un color especifico, para confundirse con su entorno, para que la cripsis resulte efectiva?
Como es el caso con tantas otros asuntos misteriosos — que ni el lagarto, ni nosotros, entendemos — no podemos explicarlos.
Para las personas sufriendo las manifestaciones de la histeria, lo que ellas procuran son los beneficios — ganancias secundarias — de estar incapacitados, aunque, no desean la mortificación de estarlo.
La meta de estar incapacitados, por sufrir de una enfermedad, no es algo calculado, como muchos creen. Los pacientes de la histeria, aprenden, e imitan comportamientos observados, aunque no sepan por qué lo hacen para adaptarse a la demandas de su vida.
De acuerdo a Paul McHugh, en su libro, Try to Remember (2008), la condición histérica avanza desde un comienzo, con síntomas menores, hasta que progresivamente, éstos, se tornan incapacitantes.
Las quejas iniciales, se agregan a otras, más severas, que, a veces, son inadvertidamente, empeoradas por los médicos mismos, cuando las complican con sus atenciones inintencionales, reforzantes, e indebidas.
Este es el "período de incubación" de la histeria, cuando se cree que los pacientes están obteniendo "información" acerca de su — futura — "enfermedad" (McHugh, p. 158).
Entonces, entra el elemento del embellecimiento dramático que es característico de esta condición. Las histéricas, parecen tener un talento para exagerarlo todo de manera exuberante como las personas víctimas de la fase maníaca — o hipomaníaca — del trastorno bipolar, quienes aumentan el color vibrante de sus vestimentas, o lo llamativo y sobrecargado de su maquillaje.
Las personalidades histéricas no deben de confundirse con las manifestaciones psiquiátricas de la histeria, ya, que las personalidades histéricas no caen dentro del campo de esta condicion, con todas sus manifestaciones clínicas, a veces, aparatosas y exageradas. (Véase mi artículo: Donde se aprende de la personalidad histriónica).
La medicina darvinista, acompañada de la psicología evolutiva, nos eneseñan que ciertas condiciones clínicas pueden ser resultados directos o indirectos de adaptaciones para conferirnos ventajas y beneficios en la lucha por la supervivencia. (Véase, mi artículo La ciencia mutante de la psicología evolucionista y sus alcances, en monografías.com).
Si aún no sabemos la verdadera razón por la cual el pavo real sacrifica su vida, para aparearse, desplegando una cola tan vistosamente asombrosa. O por qué tantos seres vivos sacrifican su propios beneficios reproductivos, para aumentar los chances de replicarse en familiares cercanos, o aún de especies. Por esta razón, no podemos aun explicar la universalidad de la histeria con sus componentes miméticos.
Nunca vi una cámara de la que no me enamorara, ni una oportunidad de actuar de la que no me aprovechase…
Lo que sí sabemos es que el disfraz, el disimulo y las apariencias decepcionantes nos han servido bien a través de nuestra historia.
Cuando la histeria ocurre en grupos, como si algún contagio existiera de persona a persona, la transmisión se hace por medio de palabras y símbolos. Palabras que son persuasivas y palabras que, a veces, parecen ambiguas. Pero que, para quienes son histéricos, sus vulnerabilidades y estados emocionales angustiantes se expresan, como si fueran palabras, en sus acciones, por medio de la subordinación somática (Vease mi ponencia Embarazo facticio en monografías.com).
Las palabras y sus significados profundos, dirigen algunos pacientes a procurar las expresiones simbólicas por medio de los síntomas que, sin reflexionarlo, seleccionan.
Esto es asi, porque la histeria depende de las palabras. Palabras que describen, explican, embrujan, persuaden, ciegan, convincen y "solucionan" las crisis existenciales de muchos, a quienes asisten en lograr sus esfuerzos de adaptación, por medio del simbolismo clínico.
Ha llegado el turno para que en la histeria misma, usemos diferentes palabras para su descripción semántica y su adaptación clínica.
Fin de la lección.
Bibliografía
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Larocca, F: (2009) El BIID, el cerebro vibrando, el lóbulo parietal superior (LPS), las tormentas eléctricas del encéfalo, las memorias errantes, y la apotemnofilia en edu.red
Larocca, F: (2009) Caso difícil Número 25: Tanorexia, la piel, y las emociones en edu.red
Larocca, F: (2009) Autismo-Anorexia: Cuando un cuento se invoca, y la razón se ausenta: Los expertos aclaran… (en proceso de ser publicado)
Talbot, M: (1992) The Holographic Universe… Harper Perennial
Time Magazine (11/02/1974) Exorcist Fever
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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