Formación laboral de estudiantes de Derecho; retos y perspectivas (página 2)
Enviado por Ing. Maryuri Garc�a Gonz�lez
¿Por qué es un problema social de la ciencia?
Actualmente los estudiantes en la modalidad semipresencial de la carrera de Derecho están en desventaja con los estudiantes del curso diurno, debido a la inexistencia de una integración de los componentes laboral, investigativo y académicos; incidiendo en una preparación laboral desfavorable para el futuro profesional, lo que conllevaría a innumerables efectos y repercusiones sociales en los ámbitos donde se desempeñarán estos estudiantes y futuros juristas.
Generalidades y tendencias de la formación laboral.
La integración de los componentes laboral, investigativo y académico permite a los estudiantes estar en contacto directo con la práctica social o problemas concretos vinculados a su profesión, permitiendo al futuro jurista basar su aprendizaje sobre la base de problemas profesionales de las Ciencias jurídicas; para lo cual es menester conocer a fondo el Proceso Docente Educativo y sus vínculos con el currículo.
La integración teoría – práctica; estudio – trabajo contribuye a que los estudiantes desde el primer año de su carrera estén vinculados a problemas profesionales lo que conlleva además de un mayor aprendizaje, un compromiso social mucho mayor con su proceso formativo.
"… la integración docente – laboral – investigativa no es solo un concepto integrador o un sistema de coordinación, sino que es también una necesidad estratégica que va dirigida a lograr la participación de todos los factores intra y extrasectoriales, en los cambios cualitativos necesarios en la educación y práctica de las ciencias jurídicas." (1)
La carrera de Derecho en la modalidad semipresencial no contribuye didácticamente a la integración articulada de los componentes laboral – investigativo y académico, existiendo dificultades con su integración, dinámica curricular y potencialidades para solucionar problemas reales de la profesión.
Es por ello que la preparación de los estudiantes debe estar dirigida desde los primeros años de la carrera a la formación de un pensamiento crítico, reflexivo, integral, creador, independiente, encaminado a darle solución a los problemas que la comunidad y la sociedad demanden; para ello la formación básica y específica de la profesión debe ser profunda y sólida, vinculando siempre la teoría con la práctica.
El futuro jurista debe apropiarse de conocimientos, habilidades, valores, métodos de trabajo, los cuales debe ir adquiriendo a lo largo de la carrera con vistas a su preparación para el ejercicio de la profesión.
Al respecto Lenin expone algunas de sus ideas acerca del divorcio entre la teoría y la práctica "… es el más repugnante rasgo de la sociedad burguesa; el comunismo no se aprende solo en los libros sino en el trabajo, en la lucha, en contacto con los obreros y los campesinos, que la educación no puede estar encerrada en la escuela y separada de la agitada vida… que cada día la juventud cumpla una tarea de trabajo colectivo, por minúsculo y simple que sea". (2)
La combinación estudio – trabajo se ha convertido en Principio Rector del Sistema de Educación Cubano, la Educación Superior no queda exenta de ello, vinculando además la investigación como herramienta esencial; al respecto Fidel nos plantea:
"… es que el concepto de Universidad tiene que ampliarse y tiene que ser algo más que ese sitio donde se reúnen, unos a enseñar y otros a aprender. Es que el concepto de Universidad tiene que entrañar la investigación, pero no la investigación que se hace solamente en el aula o en el laboratorio, sino la investigación que hay que realizar a lo largo y ancho de la isla, la investigación que hay que hay que realizar en la calle. Además la práctica, el trabajo, como parte de la formación (…) Porque, (…), ha de ser el trabajo, el gran pedagogo de la juventud". (3)
La carrera de Derecho desde su surgimiento en Cuba ha transitado por varios planes de estudio, desde la formación eclesiástica, hasta la formación classista, a partir de 1976 que se crea el Ministerio de Educación Superior Cubano, comienza un plan de estudio con pretensiones científicas y pedagógicas, llamado plan A, hoy está en vigencia al plan C perfeccionada con vista a comenzar el plan D con nuevas reformas; dentro de las cuales se pretende que exista una mayor vinculación entre la teoría y la práctica, o sea entre los componentes laboral investigativo y académico.
La carrera de Derecho al igual que todas las del país posee un conjunto de tendencias:
- Papel rector de los objetivos.
- Sistematización.
- Incremento de las habilidades practico – profesionales.
- Perfil amplio.
Diferenciándose su grado de desarrollo según sea la carrera (Según Horrutinier Silva; _____).
En el papel rector de los objetivos; estos constituyen el modelo pedagógico del encargo social, son la expresión de demanda de la sociedad.
La relación problema – objeto – objetivo constituyen el sostén del diseño curricular o plan de estudio de la carrera.
El contenido de las asignaturas que componen las disciplinas y estas a su vez el plan de la carrera, está dado por los problemas profesionales que deben resolver los estudiantes al egresar.
A través del Proceso Docente Educativo, el conjunto de problemas que los estudiantes conocen y resuelvan van siendo sistematizados según las características comunes que lo ordenan y estructuran.
Las invariantes, leyes, conceptos, elementos comunes y repetitivos se van convirtiendo en el objeto de actuación. El contenido si es modelado correctamente tiene un marcado carácter objetivo. Este modelo tiene además que ser lo suficientemente flexible y amplio como para que le permita una actuación eficiente y válida en un lapso relativamente amplio de tiempo posterior a su graduación aun en las condiciones cambiantes y dinámicas de la revolución científico – técnica contemporánea o de los cambios económicos y sociales que se produzcan. (Según López González; 2005).
Partiendo de los problemas que se dan en la sociedad tenemos el objeto de trabajo, el cual debe trascender y proyectarse en el tiempo.
El objetivo es una generalización de las tareas, se expresa en las habilidades, las cuales son generalizadoras, globalizadotas y esenciales.
Mediante la solución de problemas, el estudiante aprende a resolverlos, adquiere el conocimiento y domina la habilidad. En cada tarea el estudiante va aprendiendo, cada tarea a resolver puede ser un problema real de la profesión, donde cambian las condiciones y se convierten en varias tareas que contribuyen en su conjunto a lograr el objetivo.
Si ignoramos el problema como categoría pedagógica se hace escolástico el proceso, pero si ignoramos el objetivo se hace anárquico, superficial e ineficiente: es por ello que partiendo de la vida real, de la sociedad, se establecen los objetivos en la escuela y de aquí los problemas docentes.
De aquí entonces se deriva el modelo del profesional que no es más que la finalidad del profesional que se está formando y las habilidades y destrezas que deben adquirir a lo largo de la carrera para su desempeño y modos de actuación.
El modelo del profesional por tanto, es el conjunto de rasgos, valores, aptitudes y capacidades que se aspira a formar.
La sistematización implica la integración de los componentes del plan de estudio:
- Componente académico.
- Componente laboral.
- Componente investigativo.
Siendo el académico y el laboral los componentes organizativos, mientras que el investigativo está presente en los anteriores, es el modo fundamental de enfrentarse a problemas y resolverlos.
Para una mayor integración de ellos en necesario modificar el currículo, disminuir las horas de conferencia y aumentar el de actividades prácticas, incrementándose el componente investigativo, esto sin disminuir la calidad del proceso y de las clases. En esta situación las horas destinadas a estudio independiente serán mayores, ya que la enseñanza será sobre las invariantes del conocimiento y los estudiantes tendrán que adaptarlas en cada caso a la situación particular que se le presenta.
Este enfoque sistémico requiere una mayor preparación de los profesores tanto metodológica como en la ciencia que imparte y asegura la formación de habilidades en los estudiantes; por supuesto es necesario variar las formas de enseñanza y los métodos utilizados para no correr el riesgo de disminuir el nivel de enseñanza, lo que conllevaría problemas sociales innumerables a mediano y largo plazo.
El perfil amplio requiere que los estudiantes se apropien de una formación básica profunda, que les permita resolver los problemas más frecuentes de su profesión, al apropiarse el estudiante del método de la ciencia se favorece el desarrollo de capacidades cognoscitivas, de la lógica del pensamiento, sobre la base de un sistema de leyes y principios propios de las ciencias jurídicas; donde no solo será capaz de reproducir procesos, sino de recrearlos, proponer cambios, brindar nuevas propuestas en correspondencia con el grado de complejidad del problema y el año que curse.
También es necesario que dominen las asignaturas del objeto de la profesión, que son las que le permiten desarrollar toda su creatividad en la solución de los problemas jurídicos, independientemente de aprender a dominar la tecnología de la profesión, apoyado en un conjunto de ciencias.
Tanto en las asignaturas básicas como en las específicas o del ejercicio de la profesión debe estar presente la dialéctica, como método rector donde la ciencia y la producción se irán haciendo cada vez más complejo en la medida que se avance en la carrera.
Formación laboral desde el puesto de trabajo; perspectivas sociales.
Realizando un análisis en la carrera de Derecho en la modalidad semipresencial, nos damos cuenta de la inexistencia de una disciplina que integre los tres componentes y garantice la formación académica, laboral e investigativa de los estudiantes; lo que incide negativamente en su preparación integral; limitando el conocimiento práctico que debe poseer para el ejercicio de su profesión y desempeño de sus responsabilidades futuras.
Además los estudiantes que matriculan esta carrera en condiciones de semipresencalidad, provienen de medios, vías y fuentes de ingreso diversas, el grupo de edades que abarca es bastante amplio, así como las condiciones de vida, el nivel socio – económico – afectivo; en su mayoría trabajan pero no están vinculados a las ciencias jurídicas.
Estos estudiantes por tanto están influenciados por el ambiente, la familia, la comunidad, la sociedad, el entorno laboral y su personalidad. El grado y variedad de motivaciones es diverso y todo ello debe tenerse en cuenta en el diseño de un componente laboral – investigativo y académico que abarque todo lo que sea posible la diversidad y complejidad de los estudiantes en esta modalidad de estudio.
Para el diseño de los componentes laboral – investigativo y académico en necesario tener en cuenta además algunas competencias claves a formar en los estudiantes a lo largo de la carrera para que puedan enfrentarse a la vida laboral de una manera más competente
Entre las competencias claves que debemos desarrollar en los estudiantes encontramos:
- La disposición de resolución de problemas.
- La eficiencia en la organización del trabajo.
- La responsabilidad en el trabajo.
- La coherencia en el trabajo de equipo.
- La autonomía e interrelación.
- La posibilidad de garantizar efectivas relaciones interpersonales.
- La generación de iniciativas.
- La innovación y creatividad.
- La toma de decisiones oportunas y acertadas.
- La flexibilidad y apertura al cambio.
- La buena comunicación y empatía con los que lo rodean.
- La sencillez en la actuación.
- La preparación científica.
Teniendo en cuenta la mirada martiana de la educación, ésta es abarcadora y amplia, múltiple y totalizadora, a su modo de ver no escapa ningún ángulo del problema, ni el económico, ni el científico, ni el social, ni el humano, ni el político. Es por ello que debemos preparar a nuestros profesionales para que logren responder a su tiempo, como su tiempo lo necesita.
La enseñaza y el diseño de los componentes laboral-investigativo y académico deben basarse además en los pilares del conocimiento: aprender a aprender, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno, aprender a vivir juntos, para participar y cooperar en actividades humanas, aprender a ser, proceso que recoge los anteriores. (4)
El alumno aprende teniendo en cuenta el crecimiento integral de la personalidad, el conocimiento de la ciencia, de la sociedad, de la naturaleza y el del propio hombre y su forma de pensar; muy vinculado con el contexto en el que vive.
En este sentido construye su propio conocimiento y analiza desde otra perspectiva los problemas sociales en los que convive o puedan presentarse. Los estudiantes se apropian de los conocimientos de forma integral e individual sin desligar su personalidad y sin olvidar además sus necesidades, intereses, motivaciones, sentimientos y aspiraciones; cuestiones estas que influyen directamente en el grado de apropiación de los conocimientos y por tanto en su preparación y puesta en práctica.
Aprender a pensar, implica que el estudiante se apropie de la lógica del pensamiento, lo que equivaldrá a poder enfrentarse a cualquiera de los problemas presentes en su campo de acción. El poder es la expresión sintetizada del saber hacer que le da un sentido lógico al proceder del sujeto, que es el para qué. La sistematización del hacer en la subjetividad humana permite conformar su pensamiento.
Para el desarrollo del pensamiento es necesario ser capaz de aprender lo particular interiorizando y sumido en lo general y viceversa; y así poder contextualizar lo que hace y piensa.
Las habilidades profesionales deben interrelacionarse con otras, desarrollándose en una compleja red en la cual se asimilan conocimientos y posteriormente se ponen en práctica, vinculándose además con el componente afectivo del proceso.
Para el diseño de este componente es necesario además de basarse en las ciencias jurídicas, tener en cuenta la sociología, la pedagogía, la psicología; lo cual permitirá un mayor acercamiento a la realidad objetiva en esta modalidad de estudio. Además de manifestar la interdisciplinariedad, reflejo de la sociedad y de la realidad cambiante, compleja, dialéctica, multifacético y objetiva en el currículo como integración de sus componentes. No se debe olvidad que el currículo está influenciado por las ideas y tendencias sociales, filosóficas, políticas y pedagógicas con miras a lograra un objetivo; la formación del hombre.
Entendemos entonces por formación: El proceso cuya función es la de dar respuesta a la necesidad de la preparación del hombre y que tiene como objetivo a la educación, es decir, a la formación del hombre en todos los aspectos de su personalidad. Así como es también el proceso mediante el cual la sociedad prepara a los hombres de dicha sociedad en aras de satisfacer las necesidades que el mismo desarrollo social genera. (5)
El término Competencia Laboral está muy difundido y se ve desde tantas aristas como especialidades y puntos de vista posean sus investigadores, por ejemplo:
La aptitud de un individuo para desempeñar una misma función productiva en diferentes contextos y con base en los requerimientos de calidad esperados por el sector productivo. Esta aptitud se logra con la adquisición y desarrollo de conocimientos, habilidades y capacidades que son expresados en el saber, el hacer y el saber hacer. (6)
…Un conjunto de habilidades, actitudes y aptitudes requeridas para lograr un determinado resultado en un ambiente de trabajo. (7)
Una competencia es un conjunto de comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, una función, una actividad o una tarea. (8)
Conjunto estructural complejo e integrado de atributos necesarios para la actuación inteligente en situaciones específicas. (9)
La competencia es esencialmente un tipo de conocimiento ligado a ciertas realizaciones o desempeños, que van más allá de la memorización, la rutina. Se trata de un conocimiento derivado de un aprendizaje significativo. (10)
Las cualidades resultantes de una formación laboral articulada implican una preparación mucho más realista y concreta por parte de los educadores y de los educandos, teniendo en cuenta las demandas actuales de la sociedad, que requiere sujetos con un pensamiento flexible, creativo, imaginativo, propositivo, con espíritu de crítica, abierto al cambio y que sea capaz de tomar decisiones y enfrentarse y solucionar dificultades que se puedan presentar.
Toda sociedad, como planteara Álvarez de Zayas, C; aspira a formar un tipo de hombre que reúna las mejores cualidades que dicha sociedad históricamente ha ido concibiendo. (5)
La formación de actitudes parte del propio conocimiento, motivo de estudio, en el que se selecciona el contenido que será objeto de la actitud a formar, el cual tiene que reunir características afectivas, motivacionales y deberán ser delimitadas las conductas correspondientes y significativas de dicha actitud, las cuales vivenciaran los alumnos en determinadas situaciones de aprendizajes. Estos aspectos se ven integralmente relacionados en el proceso docente, apuntando el conocimiento hacia las habilidades, actitudes y cualidades más trascendentes a formar en la personalidad del hombre inmerso en una cierta sociedad.
Partiendo de lo que plantea Álvarez de Zayas, R. M; cada uno de estos elementos tiene sus particularidades distintivas: los conocimientos son dependientes de las ciencias y las fuentes de saberes; las habilidades son procedimientos que implican ejercitación para ser dominadas; y las actitudes tienen una alta carga de afectividad.
El estudiante ejercitará habilidades y formará actitudes, por lo que podemos decir que en el aprendizaje de los nuevos conocimientos y habilidades incide la situación afectiva que forma la actitud del educando, dicho de otro modo, si estas habilidades no se ejercitan, no se asimilaran los conocimientos y no se formaran las actitudes, porque la formación profesional, se ve desde distintos enfoques, educativo, instructivo y desarrollador y el contenido está dirigido a la preparación del educando de manera integral, no puede verse de manera aislada.
En la medida que reiteremos las acciones vamos conformando la habilidad, la sistematización de varias habilidades relacionadas entre si o que responden a un fin común para la solución de problemas complejos, que además sean dominadas dichas habilidades en la práctica, desarrollan en el sujeto capacidades que le permiten desempeñarse en su profesión y en su vida con calidad, lo que lo hace competente.
Cuando el sujeto domina la habilidad, el hábito, la operación, la tarea, la acción, puede desempeñarse en la actividad social con eficiencia y por tanto, con competencia.
Álvarez de Zayas, C. 2003; plantea que la habilidad y la capacidad son interdependientes dialécticamente. Mediante la solución de problemas y, sobre la base de un determinado método, el estudiante va conformando la habilidad, y para ello se apoya en las facultades que ya posee, como resultado de las capacidades previamente desarrolladas; a la vez, las capacidades se van conformando o modificando mediante la formación de las habilidades. La capacidad expresa en mayor medida la potencialidad para la ejecución de las tareas; la competencia, a los resultados alcanzados.
Estas capacidades van desarrollándose en cada sujeto según las condiciones internas que posea, al igual que las competencias van formándose a lo largo de la sistematización del aprendizaje en la escuela y fuera de ella, y posibilitan el enfrentamiento a problemas cada vez más complejos, reales, objetivos y cercanos a la realidad.
Para la formación de dichas habilidades, capacidades y actitudes debidamente sistematizadas los estudiantes van ejecutando tareas reiteradas, pero en nuevas situaciones, dirigido ello específicamente a su desarrollo.
Para estar preparado se requiere, por tanto estar instruido, haber desarrollado potencialidades individuales, habilidades, capacidades y competencias; lográndose mediante la práctica o actividad productiva, la que fomentará y pondrá en juego la personalidad de cada sujeto.
Integración del componente laboral – investigativo y académico como pilar en la formación laboral.
La relación Universidad – sociedad también influye en la formación laboral de los estudiantes de Derecho en la modalidad semipresencial, concretándose sus regularidades en los modos de actuación universitaria para satisfacer necesidades sociales, siendo capaces de transformar la propia sociedad.
La relación Universidad – Sociedad debe verse en cada comunidad donde exista un estudiante de la Carrera, en cada sitio donde esté un egresado; para ello es menester la preparación de ellos en el dominio de habilidades profesionales que le permitan un desempeño profesional eficiente el cual se alcanzará a través de la relación problema social – proceso formativo.
Estos problemas sociales son canalizados en la Universidad a través de sus procesos:
- Proceso formativo (Docente; componente académico).
- Proceso creativo (Investigativo; componente investigativo; cobra vida a través de la práctica, o sea del componente laboral).
Los estudiantes están influenciados por la sociedad en la que se desenvuelven, su movilidad, aspiraciones, motivaciones, intereses, entorno, tanto socio – afectivo, como económico, laboral, familiar, contextual.
El estudiante debe aprender durante la carrera a resolver problemas profesionales existentes en la sociedad, de este modo al graduarse resuelve los problemas existentes en su profesión con creatividad, eficacia, eficiencia y originalidad, porque se formó resolviéndolos; queda evidenciado entonces el principio estudio – trabajo manifestándose una arista de la relación Universidad – Sociedad.
Los problemas laborales o profesionales a los que se enfrentarán los estudiantes tienen en el método de la ciencia su forma fundamental de solución. En la medida en que lo académico o proceso docente se acerque más a lo laboral e investigativo o proceso extradocente el método de trabajo y habilidades adquiridas se va transfiriendo de la vida a la práctica docente.
Es evidente que en la preparación de los estudiantes de Derecho en la modalidad semipresencial se ponen en juego no solo la formación como futuros juristas, sino la formación de valores, de convicciones, de habilidades, de actitudes; lo que tiene repercusiones no solo institucionales sino también sociales, al desempeñarse como profesionales en la sociedad con la instrucción y educación adquirida en la Universidad, poniendo en juego toda la personalidad, vinculada con la vida y con la sociedad en la que se vive, en la que se trabaja, en la que se comparte.
La enseñanza y el aprendizaje en la formación laboral de los futuros juristas deben ir juntas, a la par, considerándose actividades de investigación, de innovación, asegurando el desarrollo profesional del profesor y la formación de los estudiantes; donde ambos se enriquecen, aprenden y se forman en la práctica, en la actividad, en la comunicación.
Educar requiere amor, comprensión, entrega, desinterés, sentimientos, participación y conciencia del papel que se posee para la formación del hombre en la construcción de la nueva sociedad.
El proceso de formación profesional, como planteara López González en el 2005, tendrá como problema la necesidad social de que los hombres que dirigen la sociedad tengan un alto nivel. Su objetivo será la formación y superación de los hombres y su objeto los procesos educativos y docente educativo. Su contenido será la cultura acumulada. El método fundamental será el instructivo – educativo, como método didáctico y lógico a través de la cual se forman los profesionales.
La formación depende en gran medida del diseño del currículo, es por ello que en la sociedad se sistematizan determinadas necesidades sociales que justifican la existencia de la profesión, con determinadas cualidades, habilidades, actitudes, hábitos, capacidades.
El objeto del profesional, con sus campos y esferas de actuación, conjuntamente con el objeto de trabajo y modos de actuación son intrínsicos al proceso de formación, manifestándose articuladamente en el contenido de las asignaturas.
Las asignaturas especificas o del ejercicio de la profesión generalmente comienzan después de haber terminado las básicas, en el tercer año de la carrera y contienen las esferas de actuación profesional, identificándose con el objeto de la profesión y la labor que realizará al graduarse.
En estas asignaturas el estudiante aprende los aspectos científicos y tecnológicos de la profesión, desarrollándolas inmerso en las relaciones sociales, administrativas, humanas inherentes a la profesión.
En las asignaturas básico – específicas están presentes los campos de acción, en ellas se instruye a los estudiantes en los fundamentos científicos y tecnológicos de un aspecto esencial de la profesión.
El modo de actuación profesional consiste en la solución de los problemas que se presentan en su objeto de trabajo con un carácter creativo e innovador, o sea el profesional cada día aplica una tecnología.
La fusión de estas asignaturas constituyen el plan de estudio y estas a su vez responden a un objetivo central formar a los futuros juristas como hombres y mujeres de bien, comprometidos con su tiempo y la profesión elegida.
Un plan de estudio articulado, sistémico, flexible, con sus dimensiones instructiva, educativa y desarrolladora estructuradas sobre la base del ejercicio de la profesión y los componentes laboral, investigativo y académicos diseñados y aplicados correctamente dan origen a profesionales preparados para enfrentar la vida laboral.
En el Componente académico se debe garantizar paralelamente una formación teórica sólida y la actuación independiente de los estudiantes, actitud crítica, creadora hasta llegar a una transformación renovadora a través de la práctica investigativa.
En el Componente investigativo se debe garantizar el desarrollo de habilidades investigativas y cualidades personales relacionadas con esta actividad, apropiándose además de métodos e instrumentos de investigación.
En el Componente laboral los estudiantes se encontraran ante la necesidad de resolver problemas profesionales desde la práctica. Encontrándose ante un banco de problemas frecuentes a investigar, donde podrían perfeccionar y aplicar conocimientos y solucionar problemas jurídicos desde la vida cotidiana.
No se debe desligar el aspecto motivacional y afectivo para que el estudiante se sienta responsable con su aprendizaje y desarrollo, sufriendo cada una de las emociones ocurridas en el camino hacia el objetivo, dejando una huella en su personalidad.
La inexistencia de un componente académico – investigativo y laboral en la carrera de Derecho en la modalidad semipresencial trae como consecuencias entre otras:
- Insuficientes relaciones con el contexto social y laboral del jurista.
- Formación teórica, que incide en las deficiencias en el proceso formativo para la vida laboral.
- Insuficientes investigaciones sobre el contexto social y laboral y sus vínculos con los estudiantes de Derecho.
- Enseñanza reproductiva y pocas prácticas laborales vinculadas con la profesión.
- Graduados con escasa preparación para enfrentarse a la vida laboral.
- Deficiencias en el ejercicio de la profesión por no dominar métodos y habilidades propias del jurista.
- Entre otras.
Agravándose estas consecuencias por el hecho de que los estudiantes están en la modalidad semipresencial, (con menos tiempo destinado por el profesor para su formación, así como para las prácticas laborales), se encuentran trabajando y en gran parte de los casos en actividades distanciadas de la actividad jurídica.
El futuro jurista debe nutrirse del legado de las generaciones precedentes, de afectividad, habilidades, destrezas inherentes a su profesión para lograr solucionar creativa y concientemente los problemas más frecuentes de la profesión.
La formación profesional debe dirigirse a preparar a los estudiantes para la investigación, el desarrollo, la aplicación y la transferencia de tecnologías adaptadas al contexto lo que implica una formación que responda a la magnitud de los cambios y transformaciones y permita un rápido y eficiente accionar con criterio propio.
La actividad jurídica debido a la complejidad de algunas de sus actividades frecuentes va camino a la colectividad, al trabajo en equipo y para ello se hace necesario preparar a los estudiantes en la interdisciplinariedad, donde cada sujeto socializa sus conocimientos, busca en niveles superiores la efectividad sociales la toma de decisiones para ofrecer la respuesta más efectiva a cada situación, en una aplicación cada vez más consciente y rigurosa de los métodos científicos en la solución de problemas; es importante por tanto que los futuros juristas se apropien del método de la ciencia que los conducirá en el trabajo colectivo, donde cada uno se involucra en el trabajo preventivo desde sus potencialidades como sujetos capaces de trasmitir conocimientos, experiencias y valores a los demás; enriqueciendo la teoría jurídica y siguiendo la ética y cualidades morales propias de los juristas.
En este sentido la investigación y la práctica laboral constituyen una forma de enseñanza y de aprendizaje, mostrando en la práctica a los estudiantes la lógica de la ciencia mediante el cuestionamiento, la crítica constructiva, la reflexión, la observación; generando la búsqueda de nuevas soluciones, referentes teóricos y prácticos para la superación de los resultados actuales en cada situación que sería además, de aprendizaje, a partir de la duda o dudas creadas.
La formación a partir de la práctica conduce al enriquecimiento continuo, la superación constante, al cúmulo de conocimientos, experiencias. Cada problema resuelto genera nuevas dudas, nuevos problemas a resolver que de alguna manera rechaza los métodos y técnicas ya conocidos y por tanto estimulan y retan la creatividad, la búsqueda de soluciones, comprobación de nuevas hipótesis que permitan refutar y enriquecer los conocimientos, perfeccionándolos, actualizándolos y adquiriendo experiencias sobre la práctica social y laboral.
Esto va generando además nuevas estrategias de búsqueda, procesamiento, actualización y trasmisión de información a través de la comunicación, necesidades primordiales del futuro jurista para asimilar el objeto de la profesión.
Pretendemos que Aprendan haciendo para que dirijan su propio aprendizaje, aprendan a desarrollar habilidades profesionales asociadas al cumplimiento de las tareas y funciones profesionales del jurista; que Aprendan a investigar para que sean capaces de utilizar la lógica de la investigación y los métodos científicos de forma sistemática para alcanzar metas cada vez más altas en la labor diaria.
Se trata entonces de desarrollar en ellos la necesidad de preparación constante, de superación, de creatividad, donde el estudiante pueda interpretar la realidad social de una manera más acertada, aprovechando mejor las experiencias y conocimientos adquiridos en la práctica de todos los implicados de alguna manera en la solución de los problemas profesionales, Para ello se debe partir de lo simple a lo complejo y de ahí a la práctica, del fenómeno a la esencia, de lo causal a lo necesario para lograr un análisis crítico y reflexivo que conlleve a la mejor solución.
Los campos de acción o labores de base del futuro jurista se precisan sobre el ejercicio de la abogacía y de la actuación fiscal y jurisdiccional así como la asesoría jurídica; (constituyen el que y el como de la profesión); las esferas de actuación o lugares donde se desempeñarán serán los Bufetes colectivos, la Consultoría jurídica, los Tribunales, la Fiscalía, la Asesoría jurídica y el Ministerio de Justicia; (constituyen el donde de la profesión).
Los estudiantes dentro del perfil del profesional deben dominar un grupo de habilidades:
- Comunicación verbal y escrita.
- Litigar.
- Interpretar.
- Discutir.
- Analizar.
Con ello se apropiarán de los modos de actuación más generales que le posibilitarán solucionar problemas jurídicos existentes y prepararse para la aparición y solución de nuevos problemas.
El componente académico brinda los conocimientos y habilidades que son básicos para apropiarse de los modos de actuación de la profesión; el laboral las habilidades propias del ejercicio de la profesión; y el investigativo las técnicas o métodos de la investigación científica. Este último en tanto que modo de actuación profesional puede asociarse con lo laboral, pero por su importancia en el currículo se le da una personalidad propia. (Según López González. 2005).
Por tanto la formación laboral y preparación del futuro jurista debe basarse en la fusión de lo académico, lo laboral e investigativo, deben aprender haciendo para que aplique y enriquezca lo que sabe, de este modo se va formando al profesional comprometido con su tiempo y con su profesión.
Conclusiones.
- Es una necesidad que a los estudiantes de Derecho en la modalidad semipresencial se les enseñe desde el inicio de su formación a aprender a aprender, aprender a trabajar, aprender a investigar y aprender a trabajar en equipo; pero dimensionado por la relación entre los componentes académico – laboral e investigativo.
- En necesario desarrollar y aplicar en la formación del futuro jurista una concepción sistémica que englobe el componente laboral investigativo y académico para lograr un profesional crítico, reflexivo, independiente, creativo y comprometido en la solución de los problemas profesionales.
- Es menester considerar la preparación teórica, práctica e investigativa una exigencia indispensable para lograr formar un jurista capacitado para enfrentar la vida laboral de una manera eficiente, eficaz y competente.
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Autor:
Ing. Máryuri García González
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