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Factores generadores de violencia en estudiantes (página 4)


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El docente que enfrenta un conflicto en el aula, debe decidir cómo actuar para preservar los derechos de todos y cómo ofrecer la construcción de normas de convivencia que permitan lograr un abordaje educativo. En el recinto escolar, aparecen dificultades si hay valores en juego o si el educador debe revisar sus propias actitudes. La resolución de conflictos es tan educativa como el desarrollo de temas curriculares.

De acuerdo a los resultados obtenidos se evidencia que un número representativo de los estudiantes informó que frente al comportamiento incorrecto, el docente sostiene una conversación afectiva como mecanismo de resolución de conflictos en el aula, mientras que pequeños grupos mencionaron la expulsión y el castigo verbal. Por lo que se infiere que el uso de conversación afectiva frente al comportamiento incorrecto de los alumnos, o la comprensión, no significan permitir la agresión o el incumplimiento de las tareas, sino la posibilidad de desbloquear el camino para ayudarles a superar los obstáculos, y alcanzar los objetivos y metas.

Los jóvenes que transgreden las normas, pueden provenir de entornos familiares deteriorados o ser criados en grupos socialmente marginados; por eso necesitan más comprensión y afecto que rigor de sus educadores. Por eso, se debe evitar como alternativa de solución de conflictos, la expulsión de clases o el castigo verbal, ya que unas de las tareas del docente es educar con la conducta, estableciendo normas claras de convivencia

Cuadro 17.

Distribución absoluta y porcentual referida a la frecuencia con que los padres son afectuosos con sus hijos.

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Porcentualmente se indica en este cuadro que 45,1 por ciento de los estudiantes encuestados afirmó que sus padres son afectuosos siempre; 24,8 por ciento, expresó casi siempre; 23 por ciento algunas veces: y el 7,1 por ciento señaló que no recibe afecto de sus padres.

La conducta de los padres marca la personalidad de los niños. Por esta razón, es sumamente importante la forma que éstos utilizan para comunicarse con sus hijos (gestos o expresiones), el tipo de lenguaje utilizado, la responsabilidad y sobre todo el aprecio y la consideración que cada cual tiene sobre sí mismo (autoestima); y con sus hijos. Todo esto, le sirve de motivación al niño, niña y adolescente para formar y desarrollar su conducta, y por ende, la personalidad.

De acuerdo a los datos suministrados por la muestra objeto de estudio, se observa que un grupo representativo de los padres son afectuosos con sus hijos, los miman, abrazan, besan y reconocen sus logros. Por lo que se infiere que una buena relación entre padres e hijos permite formar la personalidad individual y social del niño, niño y adolescente, quienes serán en el futuro, adultos eficientes, útiles, productivos, íntegros y felices.

La dinámica familiar es la que va a reflejar un sinnúmero de situaciones afectivas tan permanentes en la formación del niño, estos constantes cambios a que está sometida la calidad de las relaciones interpersonales y la complejidad del grupo, van contactando al niño con un conjunto de acciones y personas de características determinadas, dentro de las cuales se producen situaciones afectivas muy variables.

Estas relaciones determinan emocional y afectivamente las futuras actitudes sociales del sujeto, moldeando en gran medida la calidad de su proceso comunicativo. Es así como las experiencias familiares van a marcar definitivamente los aspectos más importantes de sus relaciones con los demás, por el contrario, si las relaciones básicas no llegan a ser ideales, las relaciones interpersonales de la edad infantil no son de buena calidad, y surge resquebrajamiento, fisuras en el desarrollo emocional y comienzan a gestarse conductas inadaptadas.

Cuadro 18.

Distribución absoluta y porcentual referida a con quién los encuestados realizan las tareas.

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El cuadro 18 evidencia que 45,1 por ciento de los encuestados expresó que realiza las tareas escolares con amigos; 26,5 por ciento con su madre; 17,7 por ciento señaló que las hace solo; 5,3 por ciento con abuelos; y el 2,7 por ciento con padres y hermanos.

Los padres y representantes son agentes que ayudan a relacionar el hogar y la escuela, mediante su participación activa y directa refuerzan el desempeño de las actividades educativas, facilitando la comprensión mutua de los problemas existentes en el entorno y el desarrollo personal, que va en beneficio de los mismos. Los padres tienen la obligación moral de cooperar con relación a las tareas escolares de sus representados, por eso, no debe dejarse esa responsabilidad sólo en manos de docentes u otras personas.

Los datos obtenidos evidencian que un grupo significativo de los estudiantes manifiesta que realizan sus tareas escolares con amigos y otro grupo expresa que las hacen con sus madres. Se infiere que la familia y el hogar, juegan un papel muy importante en la vida del estudiante, ya que los padres responsables deben brindarle orientación, apoyo y seguridad en los primeros años de vida; el proceso educativo es un acto que amerita de la incorporación activa y participativa de docentes, padres, representantes y de todos aquellos que puedan ayudar al niño a enfrentar su carrera escolar básica, sin ningún tipo de problemas, y de esta manera lograr los fines propuestos por la educación.

Cuadro 19.

Distribución absoluta y porcentual referida a si la institución propicia actividades de promoción y fomento de valores.

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Al solicitar la opinión de los encuestados con respecto a la frecuencia con la cual se realizan actividades para el fomento de los valores en la institución, un 60,2 por ciento señaló que algunas veces; 22,1 por ciento expresó que casi siempre; y un 17,7 por ciento afirmó que siempre.

La educación debe ayudar a describir y fomentar los valores hasta que lleguen a ser verdaderamente parte del contexto del individuo, donde éste pueda expresarse tal y como es, debido a que son de suma importancia para el desarrollo integral del mismo.

Se evidencia que un alto índice de estudiantes señala que algunas veces la institución propicia actividades de promoción y fomento de valores. Se infiere que se debe tomar conciencia que una de las principales funciones de la escuela como ente socializador es la promoción y el fomento de valores en los estudiantes, a través de actividades culturales, artísticas, deportivas, de integración con la comunidad, y otras que permitan lograr la integración del mayor número posible de estudiantes para mejorar la convivencia escolar.

Cuadro 20.

Distribución absoluta y porcentual con relación a la frecuencia con que se realizan campañas para prevenir la violencia dentro de la institución.

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La estadística refleja que el 48,7 por ciento de la población objeto de estudio acotó que algunas veces se realizan campañas para prevenir la violencia dentro de la institución; 31 por ciento opinó que nunca; 15 por ciento casi siempre; y el 5,3 por ciento siempre.

Una escuela que aspire a abordar los conflictos desde un modo centrado en el diálogo y la reflexión, requerirá de un equipo de trabajo comprometido con este propósito, que haga suyo el objetivo de mejorar el clima escolar a partir de la implementación de campañas de prevención de la violencia estudiantil, ya que uno de los grandes desafíos que enfrenta la escuela frente a los problemas de convivencia, es asumir la responsabilidad de abordarlos desde una perspectiva institucional.

La información expresada, refleja que un grupo significativo de la muestra objeto de estudio informó que algunas veces se realizan campañas para prevenir la violencia en la institución. Se infiere que en el plantel se deben realizar con mayor frecuencia campañas o programas académicos informativos, tales como: charlas, foros, talleres, seminarios y otros, que permitan lograr un adiestramiento, con el objeto de aplicar los conocimientos relacionados con la violencia estudiantil, sus factores generadores, la forma como prevenirla o minimizarla en los centros escolares; y el fomento de valores cívicos y morales que motiven la integración familiar, y por ende, lograr cambios de conducta en los jóvenes estudiantes dentro y fuera del plantel y el hogar.

Cuadro 21.

Distribución absoluta y porcentual con relación a las actividades que realiza la institución para contrarrestar la violencia estudiantil.

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En el cuadro se observa que el 29,2 por ciento de los entrevistados señala las medidas disciplinarias como actividad que con mayor frecuencia realiza la institución para contrarrestar la violencia; 26,5 por ciento los registros de comportamiento; 14,2 por ciento entrega de reconocimientos; 9,7 por ciento fomento de diálogo; 8 por ciento fomento de charlas sobre cultura de la paz; 6,2 por ciento permitir la tolerancia; 3,5 por ciento establecimiento de programas académicos; 2,7 por ciento empleo de recursos didácticos.

Generalmente, en las instituciones educativas se utilizan medidas disciplinarias o registros de comportamiento para contrarrestar problemas de indisciplina o conflictos estudiantiles. Resulta difícil pensar que el adulto admita la indisciplina sin sancionarla, porque teme perder autoridad. Durante el proceso educativo, la indisciplina en ciertos casos es inevitable, y sólo debe preocupar si se convierte en un comportamiento habitual.

En el cuadro anterior, se observa que entre las actividades que con mayor frecuencia realiza la institución para contrarrestar la violencia estudiantil, están las medidas disciplinarias y los registros de comportamiento, respectivamente. Se infiere que generalmente estas son las actividades que se utilizan en los planteles para resolución de problemas estudiantiles.

Por eso, es necesario que los docentes comprendan que existen otras alternativas que pueden ser eficaces, como por ejemplo, enseñarle a los niños, niñas y adolescentes a obedecer, sobre la base de la racionalidad, la reflexión, no dejarse llevar por impulsos y caer en provocaciones que vayan en contra de su integridad física y psicológica. Si existe un buen clima escolar y una buena relación entre el hogar y la escuela, el joven se siente bien y obedece, porque confía y ama a sus mayores, sean estos, los padres, maestros u otros adultos significantes bajo cuya responsabilidad se encuentren.

Cuadro 22.

Distribución absoluta y porcentual referida a los elementos necesarios que se deben reforzar en la población estudiantil.

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En este cuadro, 35,4 por ciento de la muestra objeto de estudio señala que entre los elementos que se debe reforzar, está la calidad en la enseñanza; 23,9 por ciento el respeto por las leyes y reglamentos; 16,8 por ciento la convivencia ciudadana; 15,9 por ciento todas las anteriores; y el 8 por ciento la justifica y equidad.

La calidad en la enseñanza es una prioridad nacional, la escuela debe ser la primera institución social y centro de acción cultural de las comunidades con un proyecto pedagógico autóctono, que de respuesta a las verdaderas necesidades, que están acordes con los objetivos y políticas del Estado, respaldado por los protagonistas del hecho educativo, que constituyan un conjunto integrado por espacios reales para la participación con una concepción de una educación cualitativa.

Un grupo representativo de la muestra expresa que es importante reforzar en la población estudiantil, la calidad de la enseñanza, el respeto por las leyes y la convivencia ciudadana, respectivamente. Se infiere que para lograr este propósito se necesitan docentes dispuestos a asumir el reto que supone el educando del mañana, que hagan uso de la tecnología y medios audiovisuales, sin lugar a dudas son una herramienta útil en el proceso de enseñanza–aprendizaje. Es decir, un docente, que desde su propia práctica pedagógica se aproxime al cambio por la vía de las ejecuciones dentro de un contexto profundamente humano y axiológico, sin discriminación y en un marco donde el desafío sea brindar las suficientes oportunidades para enriquecerse el ser, saber, el hacer y el convivir en una sociedad globalizada.

Cuadro 23.

Distribución absoluta y porcentual con relación a los factores que originan la violencia estudiantil.

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En este cuadro, se aprecia que 39,8 por ciento de la muestra señala la interacción alumno – alumno, como principal factor que origina la violencia estudiantil; 22,1 por ciento la interacción docente – alumno; 14,2 por ciento planta física en malas condiciones; 12,4 por ciento servicios insuficientes; 6,2 por ciento falta de recursos económicos; y el 5,3 por ciento las políticas institucionales.

Las características organizativas, la infraestructura escolar, las reglas de funcionamiento, las relaciones: docente–docente, docente–alumno, y alumno–alumno, la falta de recursos económicos y los servicios deficientes son algunos de los múltiples factores que originan la violencia estudiantil. Un clima escolar hostil, en el que los episodios de violencia no son evaluados ni sancionados correctamente, estimula la manifestación de actitudes antisociales y la pasividad e insensibilidad de los espectadores. En cambio, un plantel comprometido en educar en valores, como cooperación, solidaridad y solución de conflictos, incentiva a sus miembros a tomar un papel más activo contra la violencia.

La información expresada en el cuadro revela que un grupo representativo de los entrevistados señalan que el principal factor que origina la violencia estudiantil en el plantel es la interacción alumno–alumno y docente–alumno, respectivamente. Se infiere que las relaciones interpersonales son esenciales en el proceso de aprendizaje y tienen una consecuencia directa en el desempeño de los alumnos y el desempeño docente.

Cuando las interacciones que se producen en el grupo de pares no son adecuadas se genera un contexto desfavorable para la construcción de la autoestima, de vínculos de amistad, de habilidades sociales relevantes, que constituyen elementos que determinan la vida social de niños, niñas y adolescentes. Por el contrario, las interacciones amistosas, de respeto y apoyo facilitan la adopción de otros puntos de vista, y pueden fortalecer la posición debilitada de un estudiante o docente con su grupo.

Cuadro 24.

Distribución absoluta y porcentual con relación a la consideración que como un espacio para discutir sobre el tema de la violencia estudiantil tiene el liceo.

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En este cuadro se aprecia que el 37,2 por ciento de los encuestados opinó que el Liceo es un espacio adecuado para discutir el tema de la violencia estudiantil; 33,6 por ciento señala que es un espacio medianamente adecuado; 21,2 por ciento muy adecuado; y el 8 por ciento acotó que es inadecuado.

Las instituciones educativas son espacios apropiados para promover una discusión abierta sobre la violencia estudiantil, problemas de inseguridad personal y otros. Los jóvenes llegan a los planteles con diferentes concepciones sobre la violencia, agresividad, uso de armas, consumo de alcohol, drogas y otros, y sólo a través de la información y advertencia sobre el tema de la violencia, se pueden evitar situaciones potenciales y peligrosas.

Se observa que un grupo representativo de la muestra opinó que el Liceo es un espacio adecuado para discutir sobre el tema de la violencia estudiantil. Se infiere que existe una motivación de parte de los alumnos a recibir información, orientación, y programas académicos que contribuyan con la enseñanza de valores y fomenten una cultura de la paz, con el propósito de mejorar la convivencia escolar y llegar a la resolución de conflictos de forma pacífica en la institución.

CAPÍTULO IV

Conclusiones y recomendaciones

En este capítulo se muestran un conjunto de conclusiones y sugerencias que son el resultado del análisis e interpretación de la información presentada en el capítulo anterior. Como resultado de esta investigación se desprenden las siguientes:

Conclusiones

  • De acuerdo a los fundamentos teóricos que sustentan esta investigación se deduce que los factores generadores de violencia que presentan mayor índice de incidencia en el desarrollo de conductas violentas son: los factores biológicos, cognitivos, sociales, personales, familiares, ambientales, y los relativos a las practicas de crianza infantil.

  • Se observó que de acuerdo al nivel de conocimiento que tienen los estudiantes del liceo bolivariano "Simón Bolívar" el concepto de valor esta asociado a patrones de comportamiento y a las normas que una persona debe reflejar, ya que los valores forman parte de la esencia del ser humano, y deben reforzarlas en todos los ámbitos de la vida. Desde esta perspectiva el valor más importante de acuerdo a la clasificación realizada por los estudiantes es la responsabilidad, por que este corresponde a la capacidad de sentirse obligado a dar una respuesta o cumplir un trabajo sin presión externa. La responsabilidad es uno de los valores esenciales dentro del ámbito familiar, escolar y laboral.

  • Los resultados obtenidos en esta investigación revelan que los factores generadores de violencia en estudiantes de educación media diversificada y profesional en el liceo bolivariano Simón Bolívar son: las relaciones Interpersonales, es decir, la interacción alumno-alumno y docente-alumno. Las medidas disciplinarias, la agresividad en las relaciones entre alumnos y profesores, la falta de recursos humanos y materiales, la ausencia de reglas claras de organización y la desconexión entre familia, comunidad y escuela; aparecen también como factores asociados al problema de la violencia estudiantil en la institución.

  • El bajo nivel en el clima organizacional existente, la institución no funcionará adecuadamente por la insuficiente sincronización de ideas y la existencia de descontentos, lo cual conduce a estados de frustración o impedimentos para la satisfacción de las necesidades y sobreviene estados de depresión, desinterés, apatía, descontento y otros, hasta llegar a la aparición de agresividad, agitación, inconformidad y violencia en el recinto escolar.

  • La violencia escolar, reduce el rendimiento del estudiantado y del cuerpo docente del liceo bolivariano Simón Bolívar de boquerón, y tiene una incidencia directa sobre el bajo rendimiento académico y la deserción escolar.

  • En suma, es imperiosa la formación de profesores y alumnos para enfrentar situaciones de conflicto, el procesamiento efectivo de los problemas para evitar la impunidad y la participación de la familia y la comunidad en el tratamiento de los problemas de violencia.

Recomendaciones

Con base a las conclusiones a que se llegó con esta investigación, se desarrollan una serie de sugerencias que los padres, docentes y alumnos deben considerar para evitar ser victima de hechos de violencia. Entre ellas están las siguientes:

  • Dotar al plantel de recursos didácticos apropiados que motiven al estudiante a participar en actividades culturales, recreativas, pedagógicas y deportivas que permitan integrar al mayor número de alumnos posible, para lograr un cambio de conducta en los mismos.

  • Los docentes deben observar y detectar los cambios de conducta de los alumnos y reportárselo a los padres con el propósito de ayudarlos en la búsqueda de soluciones a problemas de agresividad y prevenir la violencia estudiantil.

  • Las institución debe promover y programar actividades culturales, artísticas, deportivas, de integración con la comunidad, y otras, para lograr la integración de los jóvenes, lo que permitiría mejorar la interrelación docente–alumno.

  • Es recomendable que los docentes reciban la debida preparación para identificar problemas o situaciones potencialmente peligrosas, tales como: acoso, discriminación o maltrato en el hogar o en el plantel. de tal manera que el docente pueda ayudar con el planteamiento de problemas que pueden ser detectados dentro del plantel, con las familias o la comunidad para contribuir en la solución de los mismos.

  • Es recomendable que los padres reestructuren el comportamiento de toda la familia, y hacer cambios que permitan al niño y adolescente sentirse amado, respetado y escuchado. Es indispensable propiciar momentos de juego, de estudio, descanso, de modo que él sienta seguridad y confianza en sí mismo.

  • Se recomienda a los docentes evitar, etiquetar, rechazar y apartar a aquellos jóvenes problema, porque estas actitudes lejos de mejorar su comportamiento agravan la situación. Es necesario que el docente converse de forma afectiva con sus educandos, se haga su amigo, para lograr un clima de confianza y mejore la convivencia en el ambiente escolar. De igual manera, éstos deben hacer énfasis en el valor de la convivencia y de la posibilidad de resolución pacífica de conflictos a través de la aplicación de las normas del plantel. Capacitar a los docentes para el uso de estrategias metodológicas que le permitan prevenir y minimizar la violencia estudiantil en sus aulas de clase de manera eficaz y en consonancia con los cambios sociales.

  • Capacitar a los docentes para el uso de estrategias metodológicas que le permitan prevenir y minimizar la violencia estudiantil en sus aulas de clase de manera eficaz y en consonancia con los cambios sociales.

  • Es necesario crear brigadas escolares como un mecanismo de participación y de creación de identidad para los estudiantes. Además, los jóvenes deben prepararse para saber cuáles son los riesgos de su entorno y cómo conducirse frente a éstos.

  • El Liceo Bolivariano Simón Bolívar, junto con las familias, la comunidad a la cual sirve y el Estado deben enfrentar el desafío de generar una cultura de paz en un ambiente en el que la violencia penetra todos los espacios.

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Autor:

Angélica Marina Gómez

Partes: 1, 2, 3, 4
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