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Algoritmos de la pericia medicolegal en el lugar de los hechos


Partes: 1, 2

    1. Breve reseña histórica
    2. Algunas definiciones conceptuales
    3. El estudio del lugar de los hechos
    4. La información verbal que se obtiene inicialmente
    5. El estudio del cadáver
    6. La descripción del lugar del hecho
    7. Otras técnicas de fijación
    8. Particularidades de los levantamientos de cadáver
    9. Aspectos éticos del trabajo medicolegal en el lugar del hecho
    10. A forma de resumen
    11. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    A pesar de que nuestro país tiene una larga tradición en la enseñanza y la práctica

    de la Medicina Legal y de que los forenses cubanos, tenemos el honor de contar entre nuestras filas, con valiosos colegas que han demostrado ser depositarios del más alto conocimiento científico en el tema, aun en la actualidad carecemos de una guía que unifique las acciones del médico forense en el momento de conocerse de un hecho criminoso que tenga como resultado la pérdida de la vida de la víctima.

    Conocida por todos la importancia que tiene "el primer ataque" en el lugar de loshechos y dada la posibilidad de que las personas que lo emprendan, pueden cambiar indicios que resulten irrecuperables, se comprende la necesidad de que los peritos actúen de forma rápida y organizada, con acciones previamente estudiadas y fundamentadas y que a su vez estas acciones no entorpezcan el trabajo de otros científicos y técnicos que se desempeñen en disciplinas distintas a la Medicina Legal y que tengan que interactuar con nosotros en la búsqueda de información.

    Actualmente en Cuba no existe nada que guíe un trabajo uniforme de los médicos forenses al desarrollar su pericia y la práctica de la especialidad está fraccionada bajo la subordinación de departamentos provinciales, por lo que existe el peligro (al menos hipotético) de que no siempre todos los peritos médicos, actúen siguiendo una única metodología.

    Acéptese el presente trabajo como un modesto aporte que señale el mínimo de elementos a tener en cuenta por los médicos que practiquen la Medicina Legal o los que sean requeridos como peritos por la administración de justicia, en el momento de enfrentarse a un lugar donde ha ocurrido un delito contra la vida, o en situaciones en las que se dude de tal y tómese por tanto, más que como una metodología de trabajo o como una guía didáctica de aprendizaje (pues no pretendemos que conociendo el contenido del texto simplemente el lector estará formado para trabajar un lugar del suceso, ni tampoco que aplicándolo se logrará el esclarecimiento de un caso) como algoritmos de operaciones que realizará el perito ante situaciones en las que se puedan aplicar procederes varios, que pueden estar relacionados entre si y no fórmulas únicas y completas de resultado previsible e invariable.

    Tomamos una terminología del cálculo (algoritmo) que en lo único que vemos que se diferencia es en cuanto a que no trabajamos variables numéricas, pero que conceptualiza perfectamente como pretendemos discurrir entre lo general y lo específico del trabajo medicolegal en la escena del crimen.

    BREVE RESEÑA HISTÓRICA

    Los países de nuestra región tienen la peculiaridad de haber sufrido un choque entre dos culturas, en el cual la cultura europea destruyó completamente la autóctona y solo se incorporaron de esta escasos elementos que no permiten reconstruir para nada la historia anterior, los pobladores del archipiélago no tenían una tradición escrita, por lo que tampoco es posible una reconstrucción atendiendo a escrituras de ningún tipo y esto nos lleva a afirmar que en Cuba se pierden las fases del pensamiento inherente a las distintas épocas de la humanidad y realmente se pasa de la barbarie de los primitivos aborígenes al pensamiento moderno de la Europa del siglo XV en pleno auge del ilustracionismo.

    Si bien en un principio las villas que se forman en Cuba no son de gran interés para la metrópoli, al quedar nuestra isla en el trayecto de las flotas que llevaban lo recaudado a la corte, se acelera el desarrollo económico de la colonia y con él aparece también un auge en lo socio-cultural. El crecimiento de estas villas hace que el 26 de Agosto de 1522, el Cabildo autoriza al Maestro Juan Gómez para que ejerciera como barbero y cirujano en la villa de San Cristóbal de la Habana. En 1569 se autorizó el ejercicio al Licenciado Gamarra, graduado en Alcalá de Henares y titulado de medicina, cirugía y farmacia, pero de forma privada y sin ningún nexo que lo uniera al Cabildo.

    El día 3 de Septiembre de 1610 se nombra al Licenciado Juan Tejeda Pina para que ejerciera en la villa, con un sueldo de 100 ducados anuales y dentro de sus funciones como primer médico municipal, se contaban auxiliar a la administración de justicia, en los casos en que las autoridades así lo requirieran.

    En 1634 se constituye el Real Tribunal del Protomedicato, primera institución de salud pública del país y tercero de América (precedido solamente por los de los virreinatos de México y de Lima) que tenía la función de velar por todos los asuntos médicos de la colonia.

    El primer protomédico nombrado fue Francisco Muñoz que fallece a los tres años de su nombramiento y sin haber realizado funciones destacables. Lo sustituye Francisco de Teresa y Rubira que si realiza una actividad intensa y fundamentalmente se dedica a luchar contra la eutanasia, el aborto y las violaciones del secreto médico.

    En 1728 se funda la Universidad de la Habana que comienza con la enseñanza de bachillerato, con 5 asignaturas y las facultades mayores de Jurisprudencia, Cánones y Medicina, pero no es hasta 1842 que no se funda la primera cátedra de Medicina Legal, la que se le otorga a José de Lletor Castroverde quién venía impartiendo la asignatura de forma privada en el seminario de San Carlos y San Ambrosio desde 1839; es en esta fecha de 1842 y gracias a la reforma universitaria que se comienzan a hacer disecciones en cadáveres en nuestro país.

    Al jubilarse Lletor Castroverde ocupa la cátedra el primer cubano: Ramón Zambrana Valdés, que produce grandes cambios en la enseñanza de la asignatura, que deja de ser teórica y comienza a impartirse una docencia práctica.

    El 19 de Marzo de 1880 se inauguró oficialmente el primer necrocómio de la Habana, nombrándose como encargado del mismo al estudiante de medicina Fernando Acevedo.

    El 17 de Septiembre de 1882 entra en vigor en España la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que es la primera en regular la inspección del lugar del hecho, cuando dice en su artículo 326: "….Cuando el delito que se persiga haya dejado vestigios o pruebas materiales en su perpetración el juez instructor o el que haga sus veces los recogerá y conservará para el juicio oral si fuera posible, procediendo al efecto a la inspección ocular y a la descripción de todo aquello que pueda tener relación con la existencia y naturaleza del hecho.

    A este fin hará consignar en los autos la descripción del lugar del delito, el sitio y estado en que se hallen los objetos que en el se encuentran, los accidentes del terreno o situación de las habitaciones y todos los demás detalles que puedan utilizarse tanto para la acusación como para la defensa".

    En esta propia Ley, en sus artículos 344 al 349, se regula la forma de designación, nombramiento, competencia y otros aspectos relacionados con los médicos forenses y a pesar de que no entró en vigor en Cuba hasta el 1 de Enero de 1889 y por Real Decreto del 19 de Octubre de 1888, no puede ser una casualidad que en el mismo año 1882, el 18 de Febrero fueron nombrados los que se llamaron "médicos de funciones", encargados de comprobar las muertes y sus circunstancias, convertido este grupo de médicos posteriormente, en los primeros forenses nombrados del país y que fueron: Manuel Antonio Aguilera, Juan Tomás Reyes, Juan Ramón del Cueto, Manuel Fraga, Joaquín Jacobsen y Arturo Sansores, siendo nombrado como primer director del CUERPO MÉDICO FORENSE el Dr. Obregón Mayol el 4 de Enero de 1886 que se venía desempeñando como director del necrocómio.

    En 1925 el necrocómio es trasladado a un pabellón de madera del Hospital: Calixto García, ubicación que solo dura un año pues con el ciclón del año 1926 el pabellón quedó destruido y se traslada al cementerio Colón.

    Así todo hasta el 27 de Junio de1958 en que se inaugura la Morgue Judicial y Banco de Tejidos en los locales que ocupa hoy el Instituto de Medicina Legal, el que adquiere este nombré después del triunfo revolucionario de 1959.

    En esta época de los primeros años de la Revolución, ocurre un éxodo de médicos a los E.U. y la especialidad como todas las demás, se siente amenazada por el déficit de personal especializado, es entonces que el Profesor Francisco Lancís Sánchez, alumno predilecto y colaborador de Castro Bachiller junto al también Profesor Ignacio Fournier encabezan la formación de nuevos especialistas que dan un avance, ahora ininterrumpido a la Medicina Legal en nuestro país.

    El antecedente más cercano al presente trabajo, conocido por el autor, es el realizado por el Dr. Raúl Larrinaga en 1980, el que en su tesis de especialista hace señalamientos para el trabajo en el lugar de los hechos.

    ALGUNAS DEFINICIONES CONCEPTUALES

    Si bien en la actualidad pudiera parecer el estudio del lugar del hecho, como parte integrante de un todo y desprovisto de una importancia "per se", hay que tener en cuenta que el desarrollo de la técnica policiaca y de la criminalística, en su momento se adelantó al de la medicina, exigiendo la colaboración pericial del médico en tiempos en que se prohibía la realización de necropsias a los cadáveres. Esta prohibición comienza a declinar gracias a los trabajos de Andreas Vesalius en 1543 y no es hasta 1624 que comienza la enseñanza académica de la Medicina Legal en la Universidad de Leipzig. Hasta tanto, todo el aporte que pudiera realizar un médico al esclarecimiento de un caso, se limitaba a la información que pudiera obtenerse de la observación del cadáver y el lugar donde ocurre el delito, siendo el precedente más antiguo en la cultura occidental, la descripción que hace Antistio del cadáver de Julio César después de ser apuñaleado.

    Aún hoy en momentos en que la práctica de la necropsia es obligada y cuando existen gran cantidad de pericias sofisticadas que utilizan técnicas de laboratorio de gran complejidad, sigue siendo imprescindible un trabajo cuidadoso, eficaz y rápido del lugar del hecho; fijándose y obteniéndose indicios que pueden desaparecer por la acción de las mismas personas que investigan el delito o por el simple transcurso del tiempo.

    Para Lacassagne: "El levantamiento de cadáver es la operación consistente en examinar un cadáver a fin de declarar si la muerte es el resultado de un suicidio o un crimen, permitiendo así que sea retirado por la autoridad pública del lugar en que aquel se hallaba".

    Para Castro Bachiller: "Siempre que un individuo sucumbe inesperadamente o bruscamente, de manera violenta o que se supone de tal, sin asistencia médica, se llama a un médico para

    que examine al cadáver y expida a las autoridades competentes un informe donde consten las observaciones efectuadas para que el cadáver pueda ser retirado por la autoridad pública del lugar en que se encuentra; esta diligencia se practica por el médico y lleva el nombre de levantamiento del cadáver. En el cuerpo del cadáver no deben efectuarse incisiones ni operación alguna".

    Lugar de los hechos: "En la investigación en los casos de delitos, tal lugar no es otro que el real o supuesto de la comisión del acto sometido a indagación y donde suelen quedar los vestigios materiales más importantes de su comisión. Por ello el instructor debe proceder a la inspección del mismo siempre que quepa recoger pruebas o indicios en el lugar si la visita de este permite reconstruir mejor el posible curso de los hechos…." (1).

    Como inspección del lugar del suceso entendemos: "Es la diligencia de instrucción que consiste en el examen del lugar donde se cometió el hecho delictivo, por parte del instructor, mediante la observación y fijación directa, con el objetivo de hallar las huellas del delito y otras pruebas materiales, el esclarecimiento del ambiente del suceso y de otras circunstancias que tengan relación con el caso" (2).

    Los dos conceptos anteriores pueden interpretarse como sinónimos, a diferencias estos del lugar del hallazgo, entendiéndose por tal el sitio donde es encontrado un cadáver después de ser trasladado desde el lugar de la comisión del delito. A diferencia de los anteriores pueden ser múltiples hallazgos para un mismo hecho delictivo (en casos de más de una víctima, de mutilaciones del cadáver y de trucidación o descuartizamiento) y puede considerarse como tal, también para pruebas ajenas al cadáver mismo (vestuario de los comisores, armas empleadas, etc.).

    1. Cabanellas G. Diccionario enciclopédico de derecho usual. Ed. Heliasta S.R.L. Buenos Aires. 1979.p:236.
    2. Vasiliev A. Criminalística. UPM 9565 F.A.R. Ciudad de La Habana.1981.

    A los efectos del presente trabajo, consideramos conveniente emprender el estudio del lugar del hecho fraccionándolo en los siguientes acápites:

    • El lugar del hecho propiamente dicho.
    • La información verbal que se obtiene inicialmente.
    • El estudio del cadáver:
      • Examen del vestuario.
      • Identificación del cadáver.
      • Establecimiento de la data de la muerte.
      • Estudio de las violencias que se encuentran en el cadáver.

    EL ESTUDIO DEL LUGAR DE LOS HECHOS

    La explicación más utilizada para justificar el incumplimiento de acciones y para explicar el fracaso de la obtención de una información confiable, es escudarse en la falta de condiciones para realizar el trabajo en el lugar del suceso; con relación a este planteamiento, no queremos comenzar el presente acápite sin afirmar que lo más frecuente en el lugar donde se descubre la ocurrencia de un hecho criminal contra la vida, es que no se encuentren condiciones ideales de trabajo. Tanto el forense, como los demás peritos, instructores policiales y oficiales operativos, tienen que incorporar la premisa de que el trabajo del lugar del hecho debe realizarse con premura de tiempo, bajo presión de los superiores, con curiosos civiles que entorpecen las acciones, colegas que no tienen nada que hacer que no sea estorbar, con poca iluminación, en lugares de difícil acceso y además no se puede descuidar el trabajo que realizan otras personas y que pueden no tener la pericia y la experiencia requerida para cumplir sus funciones sin entorpecer el trabajo de los demás.

    Para que el lugar de los hechos pueda ser considerado como tal, a los efectos medicolegales, es una condición indispensable que este haya sido preservado y a los efectos puramente aplicativos del presente trabajo, consideramos que esto ha ocurrido, siempre y cuando se hayan practicado en el las acciones mínimas necesarias para confirmar la existencia de un cadáver y no un ciudadano vivo herido o con algún grado de afectación de la consciencia.

    Hablamos solamente de la confirmación de la existencia de un cadáver y no de las acciones necesarias para comprobar que la muerte de la persona de que se trate haya sido producto de un delito, pues incluso al final de todas las acciones que se decidan practicar es posible que no se aclare este supuesto, por tanto no tiene sentido permanecer en un lugar del hecho para buscar evidencias de criminalidad, ni de la identificación de la víctima, esas serán acciones que serán emprendidas, en su momento por personal especializado.

    Queremos recalcar que si se comienza a trabajar un supuesto lugar del hecho de un homicidio o un asesinato, sin estar seguro de que estos hayan ocurrido, la pérdida es mucho menor de que si se alteran condiciones indispensables de preservación por buscar una certeza que tal vez no se obtenga nunca, a pesar del mayor esfuerzo y la mejor pericia. También queremos señalar que si un supuesto lugar del hecho no ha sido preservado, o si se trata de un lugar de un hallazgo, esto no cambia para nada la forma en que se debe desarrollar el trabajo; la diferencia entre el levantamiento de cadáver y el reconocimiento del cadáver en el lugar del suceso, es solamente formal pues metodologicamente nada cambia en las acciones a emprender ni en el cuidado que debe ponerse en la ejecución de las mismas.

    EXTENSIÓN A PRESERVAR EN EL LUGAR DEL HECHO

    La preservación del lugar de ocurrencia de un hecho como el que nos ocupa es responsabilidad de los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria, inicialmente del funcionario de seguridad pública que corresponda y en un segundo tiempo del instructor policial con el personal de que se apoye para el trabajo, quienes establecerán barreras que delimiten la zona de interés y cuidarán de que se respeten las mismas.

    Es imposible hablar de preservación sin delimitar hasta donde debe aceptarse la misma, espacial y temporalmente hablando y en este sentido existen múltiples criterios; en el presente nos adscribimos al criterio de la particularidad, no creemos que existan reglas en este sentido atendiendo a lo específico de cada caso. Está bien preservar una habitación, mejor preservar el apartamento completo, más aún preservar el edificio y así sucesivamente hasta la imposibilidad de seguir preservando.

    Un homicidio con un vehículo de trayecto obligado se puede preservar muy poco tiempo, atendiendo a los horarios en que es utilizada una misma vía por otros vehículos, pero también una escalera o un pasillo que sean el único acceso para todos los habitantes de un edificio se podrá preservar por un tiempo limitado. Pero de cualquier forma existe un mínimo que es indispensable respetar y pensamos que la cota a este mínimo, la ponen todos los indicios que aparezcan y que se pretenden llevar a la categoría de prueba, durante el tiempo mínimo indispensable como para que este indicio sea debidamente fijado y analizado por el especialista facultado para hacerlo y permitiendo la opción de crear vías de acceso debidamente delimitadas en lugares en los que es "racionalmente previsible" que no se encontrarán indicios. Para ejemplificar podemos exponer el caso de un homicidio con arma blanca en la vía pública, en el cual se preservó una distancia de 10 metros cuadrados alrededor de las primeras manchas hemáticas aparecidas, toda la calle hasta el cadáver y 10 metros cuadrados más allá del mismo, pero se permitió el paso de peatones por una acera, con un cruce limitado en un sitio intermedio, hasta que se terminó el trabajo.

    Atendiendo a un proceso por fases, donde es necesario darle prioridad a los peritos que mayor premura tienen y que necesitan menos manipulación del lugar, es posible considerar el caso de que se requiera movilizar el cadáver antes de entrar a trabajar el médico (por ejemplo una huella olorosa en una atadura, un objeto parcialmente cubierto, etc.), en este caso debe avisarse al forense, permitirle observar todos los particulares que él considere, fijar fotograficamente el cadáver y solo entonces realizar la movilización mínima necesaria mientras el médico espera su turno de trabajar.

    Como resumen queremos decir que debe comprenderse que el lugar del hecho debe ser trabajado en equipo, por fases y que el médico puede ser el último perito en realizar su trabajo, pero nada justifica que se movilice al cadáver sin avisar antes, aspecto este que debe ser cuidado por todos, pero particularmente por el médico mismo. La autoridad que estipula la Ley (instructores policiales, fiscales) tienen competencia para designar al perito médico y para decirle en que momento particular desarrollará su pericia, pero no para indicar como debe hacerla, aspecto este que solo decide el forense.

    QUE NO DEBE HACERSE EN EL LUGAR DEL HECHO

    • Romper la preservación pasando o permaneciendo en la zona restringida sin una razón impostergable y debidamente autorizado.
    • Si se está trabajando en la zona delimitada: No fumar, no peinarse, no escupir, conversar el mínimo indispensable.
    • Actuar expontaneamente sin haber sido requerido o en un momento en que no se le haya indicado.
    • Hacer comentarios sobre el trabajo que se realiza y que pueden ser escuchados por personas presentes ajenas al equipo de trabajo o que adelanten conclusiones de las que no se tenga certeza.

    LA INFORMACIÓN VERBAL QUE SE OBTIENE INICIALMENTE

    Siempre que se comienza a trabajar un caso de homicidio o asesinato existen muchos curiosos, no falta quién esté dispuesto a brindar información, pero sobre todas las cosas, todos quieren obtener información. Esto nos obliga a pensar en que tenemos muchos voluntarios aparentes para colaborar pero lejos de estar dispuestos a brindar información lo que buscan es un intercambio de esta, malintencionado o simplemente por curiosidad morbosa para luego sentirse importante divulgando lo que conoce. Si el lector no tiene la experiencia, puede realizar el experimento de pasar a un curioso a alguna zona restringida del lugar del hecho para interrogarlo, verá que su interrogado tendrá la atención tan dispersa en todo lo que lo rodea que le cuesta trabajo concentrarse en las preguntas que se le hacen.

    Si a lo expuesto en el párrafo anterior, añadimos que la ocurrencia de un hecho como el que nos ocupa es el producto de una relación interpersonal previa, se comprende el hecho frecuente de que el autor o a alguno de los implicados en el hecho se encuentre entre los curiosos que invaden el lugar del suceso, llegando incluso a ocurrir que se instale un puesto de mando en la casa del comisor del delito.

    El médico forense durante su trabajo puede tropezar con interrogantes propias de su especialidad que no pueden ser esclarecidas por las autoridades policiacas que brindan los antecedentes por que sencillamente no se les puede ocurrir indagar al respecto, pero los médicos no tienen la formación profesional necesaria para manejar entrevistas del tipo que se requiere y que no se parecen para nada a la relación normal médico-paciente.

    Por otra parte, desde el mismo momento en que se tiene conocimiento de un caso de homicidio o asesinato, se desencadenan una serie de acciones policiales que incluyen entrevistas a testigos, caracterización de personas, trabajos de penetración y otros de probada eficacia para la obtención de información y verificación de la misma.

    De lo dicho hasta el momento se comprende que el médico tenga preguntas que hacer durante el primer ataque en el lugar de los hechos, pero esta necesidad lleva el peligro implícito de que con las mejores intenciones del perito, transmita sus dudas a una persona muy receptiva y no bien intencionada; por lo que afirmamos que lo ideal es que el médico evacue sus dudas primero con el instructor policial y el oficial operativo y excepcionalmente entreviste personas por cuenta propia, pero si va a hacerlo, debe realizar preguntas con astucia, preferentemente dentro de otras sin interés y que desvíen la atención del entrevistado hacia aspectos banales y nunca sin contar antes con el resto de los colegas que si tienen formación académica y/o experiencia empírica en técnicas de interrogatorio.

    Ni decir que es un error craso hacer empatía con el interrogado y pretender un rapport basado en el intercambio de información entre iguales o de forma interactiva.

    ASPECTOS MÍNIMOS INDISPENSABLES QUE DEBE ESCLARECERSE EL MÉDICO ANTES O DURANTE EL LEVANTAMIENTO DEL CADÁVER

    • Si está detenido el autor y si ha sido interrogado.
    • Enfermedades padecidas por el que resultó occiso.
    • Tratamientos médicos recibidos.
    • Síntomas aquejados en los últimos tiempos.
    • Cambios en sus conductas habituales.
    • Cuando fue visto por última vez.
    • Últimas acciones realizadas por la víctima.
    • Conviventes y familiares allegados.
    • Modo y nivel de vida.
    • Aspectos muy generales sobre su vida sexual.
    • Actividad económica lícita e ilícita de la víctima.
    • Toxicomanías y dependencias.
    • Círculo de amistades y papel que desempeñaba dentro del mismo.

    ASPECTOS QUE VICIAN LA INFORMACIÓN Y NO TIENEN PRIORIDAD PARA EL MÉDICO FORENSE

    • Dudas sobre una evolución clínica o diagnóstico de enfermedad.
    • Suspicacias infundadas sobre enfermos a los que la familia no brinda la atención esperada.
    • Otros derivados de intereses ajenos a los problemas judiciales.

    EL ESTUDIO DEL CADÁVER:

    EXAMEN DEL VESTUARIO

    El examen del vestuario de una víctima de homicidio o asesinato no es incumbencia exclusiva del médico, existen indicios en la ropa que le interesan además a otros peritos ajenos a la medicina. Si bien en el estudio del lugar de los hechos, el forense debe velar por que los demás peritos hagan su trabajo sin modificarle el cadáver, con el vestuario por el contrario, el médico es el primero en manipularlo y deberá tener el cuidado de no entorpecer otras pericias que se realicen posteriormente.

    El examen médico del vestuario en el lugar de los hechos no será conclusivo, pues se tendrá la oportunidad de un mayor detalle cuando se llegue al salón de necropsias, por lo que es importante obtener información cuidando de otros aspectos como el pudor de las personas presentes y observando respeto al que fue persona y no retirar las prendas, describir la extensión y localización de máculas y desgarros, cuidando no añadir otros durante la manipulación y traslado del cadáver, Observar y describir alteraciones de la ropa y su relación con violencias en el cadáver que puedan perderse con el cambio de posición del mismo.

    Observar las tallas de las prendas de ropa puede resultar importante después de haber comenzado la fase enfisematosa de la putrefacción, pues puede brindar información sobre la complexión de la víctima, la que se pierde por el aumento de tamaño que provocan los gases putrefactivos en los tejidos blandos.

    QUE NO SE DEBE HACER CON RELACIÓN AL VESTUARIO

    • Dejar de revisar y vaciar bolsillos, dobleces, falsos y costuras.
    • Añadir desgarros para facilitar el acceso a partes del cadáver.
    • Añadir máculas por depositar las prendas de ropa en superficies sucias o al superponer porciones limpias a manchas húmedas.
    • Describir solamente el tipo de prenda y su color.
    • Permitir que se le retire al cadáver alguna prenda del vestuario para trasladarlo al laboratorio antes de concluir la necropsia.

    IDENTIFICACIÓN

    Una vez ya examinando el cadáver, lo primero que tiene que hacer el médico es establecer la individualidad de los restos que estudia, siempre expresarse sobre características generales como edad, sexo y raza y si es posible sobre características individuales como tatuajes, cicatrices, nevos o defectos físicos.

    Como en el lugar de los hechos no se deben realizar "incisiones u operaciones sobre el cadáver" todas las informaciones que se manejen deben ser consideradas "a priori" y no conclusivas y deben ser basadas solamente en apreciación de elementos somatoscópicos u osteoscópicos en casos de reducción esquelética.

    DETERMINACIÓN DEL SEXO

    La determinación de género debe realizarse solamente observando los genitales externos y los caracteres sexuales secundarios; en casos de restos óseos no es recomendable pronunciarse categoricamente en el lugar, hasta tanto no se practiquen técnicas osteométricas, aún cuando el perito tenga amplia experiencia en antropología forense y considerando que deben tenerse en cuenta varios indicadores que pueden cambiar con la raza, el biotipo o la edad.

    No siempre puede hacerse la determinación en el lugar del suceso y no tiene rigor científico una determinación del sexo basada en el vestuario u otras consideraciones ajenas a lo dicho hasta el momento.

    DETERMINACIÓN DE LA RAZA

    El tema de las razas humanas ha sido tan polémico y tan manipulado, tanto por criterios pseudo científicos y supremacistas como por las posiciones reactivas y contrarias, que aun contando con toda la información que pueda obtenerse sobre un sujeto determinado, resulta difícil clasificarlo atendiendo a los muchos criterios existentes y al mestizaje que se observa en casi todas las poblaciones. Queriendo aclarar por nuestra parte que vemos las clasificaciones de raza más como ideales que como reales.

    No obstante lo dicho, puede plantearse que hay al menos, tres grupos generales de razas humanas los europoides, los negroides, y los mongoloides y que en el mestizaje entre ellos, predomina en una persona en particular, los rasgos somatoscópicos más frecuentes de uno de los grupos sobre los restantes. Por lo que en términos generales consideramos acertado plantear, que se puede decir que un cadáver perteneció a un individuo de alguno de los tres grupos raciales o que en él se aprecia un mestizaje entre determinados grupos y que este mestizaje se puede describir nombrando primero al grupo que predomine y después al o los secundarios

    Las características generales de los tres grupos y siguiendo los criterios de Nesturj (1) son los siguientes:

    Raza negroide: Color oscuro de la piel, del cabello y del iris de los ojos, cabello ensortijado u ondulado; el vello del cuerpo y de la cara por lo común muy débil, poca anchura cigomática de la cara; nariz pequeña y de anchas alas, con posición más o menos transversal de las ventanas de la nariz; prognatismo, labios gruesos el superior algo prominente, boca ancha, extremidades inferiores largas.

    Raza europoide: Color de piel claro, cabello lacio de color rubio a negro, vello del cuerpo y de la cara espeso; frente ancha o ligeramente deprimida, cara ortognata, pómulos poco salientes, ojos horizontales, nariz estrecha, de raíz alta; labios delgados, ventanas de la nariz con los orificios nasales hacia abajo, mentón delgado o pronunciado.

    Raza mongoloide: Tez clara o bronceada con matiz amarillo o amarillo-pardo; cabello recto y rígido de color negro, vello de la cara escaso y tardío y del cuerpo casi nulo, cara grande medianamente prognata, pómulos pronunciados, abertura parpebral estrecha con el ángulo externo más alto que el interno, pliegue del párpado superior muy desarrollado; presencia de epicanto (el pliegue superior cubre la glándula lagrimal), nariz de anchura mediana, poco saliente y de dorso alto, alas de la nariz de posición media.

    1. Nesturj M.F. Las razas humanas. Ed. Progreso. Moscú. P:18-29.

    DETERMINACIÓN DE LA EDAD

    Para la determinación de la edad y siguiendo el principio de que hacer y que no, en el trabajo en el lugar de los hechos, es indispensable pronunciarse con relación a un rango, ya que resulta muy difícil establecer la edad exacta que tiene una persona en particular y con los recursos de que se dispone durante un levantamiento de cadáver, esta dificultad se crece.

    En el presente acápite nos proponemos brindar el mínimo de los elementos que se deben tener en cuenta para establecer estos rangos.

    En fetos y recién nacidos: Con relación a estos, creemos prudente en el lugar de los hechos, referirnos solamente al grado de madurez fetal, pudiéndose solo afirmar si se trata de un producto de la concepción a término o no y no si trata de un feto o un recién nacido, hasta tanto se practiquen las docimasias fetales y se exploren los puntos de osificación, considerando como signos de madurez: El color rosa pálido de la piel con un panículo adiposo abundantemente desarrollado, sin presencia de arrugas en la cara, piel recubierta por unto sebáceo, cráneo recubierto de cabellos gruesos, de por lo menos 2 cm. de longitud; glándulas sebáceas ocluidas persistiendo solo en la piel del dorso de la nariz; los cartílagos nasales y auriculares forman un armazón sólido; las uñas son duras y las de las manos rebasan el borde de los dedos; el anillo umbilical se encuentra en el centro del cuerpo o ligeramente por debajo del mismo. En los varones los escrotos aparecen rojos y arrugados y se palpan los testículos en su interior y en las hembras los labios mayores cubren los menores y el clítoris.

    Las fontanelas en el producto a término, están abiertas en el caso de la anterior (2,5 cm. en ambos sentidos),la posterior muy estrecha y cerradas las laterales.

    En niños y adolescentes: El desarrollo dentario del niño es un indicador confiable para determinar la edad, pero esta afirmación se hace más útil si consideramos que durante el levantamiento de cadáver estamos privados de un análisis pondoestatural ni radiográfico.

    La dentición temporal comienza alrededor de los 6 meses de vida, con la aparición de los incisivos centrales inferiores, al año los niños tienen 6 piezas dentárias, a los 2 años tienen 18. La fórmula de 24 piezas se observa en el niño entre los 6 y los 12 años, la de 28 entre los 12 y 18 años y al encontrar la fórmula adulta de 32 piezas, se puede afirmar que el cadáver en cuestión tiene más de 18 años.

    Otro indicador a tener en cuenta son los criterios de Tanner (1) para el desarrollo genital en los varones:

    1. Tipo prepuberal con genitales de aspecto infantil: Hasta los 12 años.
    2. Aumento de tamaño de los testículos y el escroto, con poco desarrollo del pene; la piel del escroto forma pliegues: 12-14 años.
    3. Aumento de tamaño de escroto y testículos con elongación del pene: 14-15 años.
    4. Se oscurece la piel del escroto. Los genitales parecen grandes en comparación con otras partes corporales: 15-17 años.
    5. Aspecto adulto: Más de 17 años.

    Para las hembras se pueden tener en cuenta los criterios de Stratz (2) para el desarrollo mamario

    1. La areola se encuentra al nivel de la piel y solo el pezón está elevado: 10-12 años.
    2. El pezón y la areola están elevados: 11-12 años.
    3. Mama primaria (la areola hace relieve sobre la mama): 12-15 años.
    4. Mama secundaria (areola marcada solo por pigmentación, solo el pezón hace relieve): Más de 15 años.
    1. Pospisil M. Manual de prácticas de Antropología física. Ed. Nac. de Cuba. C. de la Habana. 1965. P: 186.
    2. Op.Cit. p: 160.

    Determinación de edad en adultos: Esta determinación debe hacerse sin seguir un solo carácter y considerando al mismo tiempo, variedad de indicadores, de los que pasamos a enunciar los más simples y que pueden apreciarse sin ninguna manipulación excepcional del cadáver.

    Desgaste de la superficie oclusal de los dientes: A pesar de que existen tablas para determinar la edad atendiendo a los cambios fisiológicos que sufre la dentición con el transcurso de los años, de forma muy general puede decirse que antes de los 30 años la superficie oclusal del diente es del mismo color que el resto de la pieza, de 30 a 40 años, el desgaste del esmalte aporta un color amarillo, entre 40 y 50 el desgaste llega a la dentina dando un color carmelita y después de los 60 se ve el color negro de la pulpa.

    Trastornos de la córnea: Si tenemos en cuenta que la deshidratación de la córnea le confiere un color opaco en cadáveres con los ojos abiertos y en corrientes de aire, en los casos en que la cornea aún se mantenga transparente se puede apreciar el arco senil que aparece alrededor de los 60 años.

    Arrugas de la cara: Las arrugas aparecen más rápido en la piel seca y se retardan en los cutis grasos, aparece primero la arruga pre-auricular a los 30 años y en el ángulo externo de los ojos a los 35.

    La aparición de la canicie comienza por los temporales después de los 35 años y después de los 60 aparecen en el pubis y las piernas.

    Los trastornos tróficos de la piel hacen aparecer manchas hipercrómicas en el dorso de las manos después de los 60 años.

    Después de los 45 años se desarrolla un ramillete de pelos en la porción interna del trago.

    DETERMINACIÓN DE LA DATA DE LA MUERTE

    La determinación de la data de la muerte en el lugar de los hechos no debe darse como conclusiva sino solamente como un dato preliminar. Téngase en cuenta que con una sola evaluación se hará una apreciación transversal de un proceso que está constituido por aspectos multifactoriales, los cuales a su vez pueden ser modificados por múltiples variables difíciles de cuantificar (estado nutricional de la víctima, esfuerzos físicos realizados, temperatura, humedad, etc.) y si se tiene en cuenta que durante el acto de la necropsia se podrá repetir la evaluación, se podrán superponer entonces los dos rangos calculados (el primero durante el levantamiento y el segundo durante la necropsia, la que se realiza habitualmente, al menos una hora después) y así obtener un rango de cálculo para la data de la muerte más estrecho.

    Equivalente a lo dicho para el cálculo de la edad, en la determinación de la data de la muerte deben explorarse varios indicadores y hacerse un criterio basado en la totalidad de la información no dejándose llevar por la constatación de un solo signo.

    Seguidamente expondremos el mínimo de los elementos a tener en cuenta para establecer un rango de ocurrencia en la determinación de la hora en la que ocurrió la defunción.

    Muerte reciente (menos de 24 horas):

    Enfriamiento cadavérico: Este ocurre al extinguirse los procesos exotérmicos del organismo, inicialmente se demora en hacerse evidente por que al enfriarse primero las porciones más superficiales del cuerpo, la pérdida de calor es compensada por las porciones subyacentes y solo se percibe cuando esta pérdida llega el eje central del cuerpo del cadáver.

    El enfriamiento cadavérico se retarda por aumento de la temperatura ambiental y viceversa y es inversamente proporcional al diámetro del cuerpo (ocurre primero en los delgados que en los gruesos). El enfriamiento del cadáver se acelera también proporcionalmente a la humedad y a la ventilación.

    Aparece inicialmente en las porciones distales (manos y pies) por lo general alrededor de las 2 horas, se hace evidente entre las 8 y las 12 horas y se terminan de igualar la temperatura corporal y la ambiental a las 24 horas.

    No recomendamos la toma de la temperatura en el lugar de los hechos por que el trabajo y la pérdida de tiempo que implica, no se ve recompensado por el resultado; existiendo en la actualidad otras pericias médicas de mayor confiabilidad que podrán emprenderse posteriormente si así se requiriera.

    Livideces cadavéricas: Aparecen al cesar la circulación cardiaca y la sangre llenar los capilares por efecto de la gravedad.

    Se inician como pequeñas manchas en la región posterior del cuello (cuando el cadáver está en decúbito supino) entre los 20 y los 40 minutos de ocurrida la muerte y empiezan o confluir alrededor de las 2 horas; en el resto del cadáver aparecen entre las 3 y las 5 horas y se hacen fijas a las 12 horas (no desaparecen al ser comprimidas con el dedo).

    Antes de hacerse fijas las livideces, pueden cambiar si se cambian los planos declive,pero una vez impregnados los tejidos por la extravasación de los pigmentos, si se cambia al cadáver aparecen livideces nuevas sin desaparecer las antiguas (entre las 10 y 12 horas, hasta las 24).

    Lo dicho obliga a observar las livideces en el lugar de los hechos comparándolas con los planos declive; pero obliga también a fijar su localización aunque sea descriptivamente por que pueden cambiar durante la movilización y transporte del cadáver.

    Rigidez cadavérica: Aparece por cambios bioquímicos ocurridos a los músculos del cadáver y a los efectos de su constatación se divide en tres fases:

    • Instauración: Puede vencerse la rigidez, al manipularlo el músculo se pone flácido y después nuevamente se contrae (esta fase comienza alrededor de las 3 horas).
    • Estado: La rigidez es invencible y solo se cambia la posición del cadáver por desgarros y fracturas.
    • Resolución: La rigidez se vence pero después el músculo no la recupera (esta fase desaparece con la putrefacción).

    En los niños, ancianos y desnutridos la rigidez es precoz, débil y de poca duración, en cadáveres de sujetos atléticos es tardía, intensa y prolongada.

    Respuesta supravital a la estimulación mecánica de los músculos: Es un fenómeno vital que se va perdiendo una vez ocurrida la muerte, desaparece a las 6-8 horas de su ocurrencia.

    Muerte tardía (más de 24 horas):

    La muerte tardía está marcada por el comienzo de la putrefacción y esta ocurre por el efecto destructivo de las bacterias que existen en el organismo y las que van apareciendo al modificarse el medio interno del cadáver; se divide en cuatro periodos bien diferenciados, que van apareciendo con superposición de elementos constitutivos (no tiene que desaparecer un periodo para aparecer el otro).

    • Periodo cromático: Coloración verde a pardo-negruzca que comienza en la fosa ilíaca a las 24 horas y se va extendiendo a todo el cadáver, en ahogados y recién nacidos comienza rodeando la boca.
    • Periodo enfisematoso: Acúmulo de gases que invade todos los tejidos (protusión de los ojos, proyección de la lengua, distensión del tórax y el abdomen, aumento de tamaño de los testículos y red venosa superficial visible); alcanza su expresión máxima a las 72 horas, puede comenzar a las 24-48 horas en dependencia de las condiciones del lugar.
    • Periodo colicuativo: Aparecen las flictenas putrefactivas con desprendimiento de la epidermis y las uñas, los gases se van escapando y el cadáver pierde el aspecto macrosómico, se hunden los ojos y se aplastan las alas de la nariz, todos los órganos reblandecidos dejan escapar una serosidad sucia. Aparece alrededor del 10mo día, pero en cadáveres en el agua, el desprendimiento epidérmico ocurre el 4to día.
    • Periodo de reducción esquelética: Comienza alrededor de los 8-10 meses, se pierden las partes blandas y se desinsertan los huesos, dura hasta los 2-3 años.
    Partes: 1, 2
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