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Anorexia mirabilis, anorexia sagrada

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Anorexia mirabilis
  3. La anorexia mirabilis: Los casos por Bell reportados
  4. El ayuno como penitencia
  5. Canon 1249
  6. El misticismo y la ascética
  7. El proceso diagnóstico utilizado en las vidas estudiadas por Bell
  8. Freud, el psicoanálisis, y la anorexia nervosa
  9. Otros factores
  10. La confusión no cesa, la confusión aumenta
  11. Pero, ¿son la anorexia nervosa y la mirabilis entidades semejantes o son diferentes? Nos interrogamos
  12. "Anorexia mirabilis: Siglo XX" Presentación de un caso
  13. Bibliografía

"Ningún animal puede vivir sin comida. Entonces examinemos este corolario: La comida es la influencia más importante en la determinación de la organización estructural del cerebro y de los comportamientos dictados por dicha organización." (J Z Young)

"La mayoría de las personas describen la actividad de comer como experiencia placentera. En contraste, personas sufriendo de la anorexia nervosa a menudo dicen que la comida las hace sentir ansiosas, y que rehusarla las hace sentir mejor. Investigaciones conducidas en la última década ha provisto nuevas perspectivas para el entendimiento de los mecanismos cerebrales que están asociados con los aspectos placenteros del comer. Uno de esos neurotransmisores es la dopamina, que se libera en la circulación cuando personas o animales ingieren comidas apetitosas." (http://medicalxpress.com/news/2011-05-pleasure-anxious.html)

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Santa Catarina de Siena

Introducción

Cuando Rudolph M Bell publicó su libro Holy Anorexia ("Anorexia Sagrada") (1985), este historiador no pudo anticipar que examinando las crónicas de esta espantosa forma de mortificación auto-impuesta (también conocida como la "anorexia mirabilis" o "inedia prodigiosa"), atraería algún interés hacia esta entidad. Ya que esta condición era relativamente oscura y, hasta entonces, poco descrita (por creerse inexistente).

Pero, por ser considerada análoga de la anorexia nervosa, interés atrajo, al menos dentro del círculo de algunos investigadores de las disorexias, nosotros entre ellos.

Anorexia mirabilis

"Anorexia mirabilis" (o "anorexia prodigiosa") representa la peculiar actividad a la que muchas mujeres religiosas se dedicaran entre los siglos XIII y XVI y a la que innúmeras sucumbieran; debido a un rechazo extraordinario a la ingestión de alimento. Se cree que estas abstinentes evitaban comer porque la comida para ellas representaba "lujuria-sensual-corporal", conjugando el pecado con el poderoso e inefable proceso instintivo que garantiza la supervivencia de toda especie conocida.

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Éxtasis de Santa Teresa. Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)

Antes de proseguir, en este espacio deseamos proporcionar al lector un entendimiento de la razón que nos motivara a desarrollar esta ponencia. Para lograrlo, primero, deseamos establecer, que, como autoridades en la materia de las enfermedades del comer lo que, nos propusimos hacer fue ratificar, si la anorexia nervosa y la llamada "anorexia mirabilis" representan entidades paralelas, pero independientes, o si forman parte del continuo de una misma condición — como se presume que sean las tantas variedades de la anorexia con frecuencia reportadas — y cuyos lexemas se modifican por sus proponentes con sufijos en forma de "exias".

Véanse:

/cgi-bin/search.cgi?query=disorexia

Proyectamos, que, una vez alcanzado nuestro objetivo de establecer las distinciones entre ambas clasificaciones diagnósticas — de éstas existir — por razones clínicas trataríamos de elaborar métodos de terapia específicos ajustados para la mirabilis, como hemos hecho exitosamente con la anorexia nervosa, las anorexias atípicas y, aún, en el caso que nos ocupa en esta ponencia. (Véase en la bibliografía, The Psychiatric Clinics of North America.)

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Juana de Arco

La anorexia mirabilis: Los casos por Bell reportados

Como sacrificio, las mujeres descritas por este investigador, no se contentaron con renunciar al sexo, como hicieran cuando tomaran votos de castidad para ingresar al convento — arriesgando, hoy día, ser catalogadas como "sexoréxicas" — sino, que igualmente, renunciaron la ingestión de todo alimento sin que esto, de ellas, fuese esperado.

Haciendo lo último opusieron el más básico de nuestros instintos, el instinto del auto preservación predicado en la renunciación a toda comida (a veces, aun a la exclusión de la hostia eucarística.) (Véase: Casos patológicos: Anorexia Post-Aborto en (/trabajos49/casos-patologicos/casos-patologicos2?monosearch) y El celibato: ¿Sublimación aberrante? O ¿Aberración sublime? en (/trabajos48/celibato/celibato)

Pero, ¿fueron ellas "anoréxicas", aunque distintas? Como el historiador plantea.

Veamos

De importancia — para una mejor delimitación inicial del ámbito preciso de ambas condiciones — es imprescindible subrayar el hecho de que en ningún momento se demuestra que las abstinencias de estas religiosas fueran con el propósito de lograr ser más delgadas, para conformarse al ideal de la extrema flacura, o para evitar la gordura como acostumbran hacer las anoréxicas nervosas.

En este sólo aspecto las dos anorexias son esencialmente diferentes, aunque el pronóstico y el tratamiento — en casos de ser tratadas — pueden que sea similares.

En sus biografías, de acuerdo a Bell, las religiosas afirmaban que lo que ansiaban, rehusando la comida, era lograr acercarse más a Dios por medio de la mortificación, consecuencia del sufrimiento ocasionado por el hambre como si fuera otra flagelación.

El ayuno en esta instancia fue utilizado como cilicio.

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Judíos Orando en la Sinagoga durante Yom Kippur (Maurycy Gottlieb)

El ayuno como penitencia

El ayuno per se no es extraño a muchas religiones. Precisamente, en la Católica, forma parte de numerosas observaciones rituales y se usa como acto de purificación.

En su vida terrenal, Cristo mismo se abstuvo de alimento por los cuarenta días que pasara en el desierto, lo que se toma como muestra ejemplar de ascetismo, ya que solamente bebería agua.

"El Espíritu llevó a Jesús al desierto, "para ser tentado" (Mateo 4:1). Allí Jesús ayunó durante cuarenta días. En conmemoración de esos cuarenta días nosotros observamos la cuaresma." (http://www.corazones.org/diccionario/ayuno.htm)

La Iglesia recomienda el ayuno (cf. Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como reparación de los pecados. 

Canon 1249

"Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen." (http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/cdc.l4p3t2.html)

Del mismo modo esta forma de templanza, sin llegar a los extremos, se observa por los musulmanes durante el Ramadán y por los judíos durante Yom Kippur.

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"Anna O": ¿Genuina mujer anoréxica?

El ayuno y su relación al misticismo y la ascética

No comerían para acercarse a la gracia de Dios y para purificar el espíritu vía la mortificación y el dolor, esas fueron las razones dadas por las penitentes que Bell estudiara, cuando rehusaron comer. En estos comportamientos se aprecian los poderes ejercidos por el misticismo y la ascética.

Examinemos en breve la definición de estas tendencias religiosas rayanas.

El misticismo y la ascética

"La mística — o misticismo — (del verbo griego myein, encerrar, de donde mystikós, cerrado, arcano o misterioso) designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal.

"Se da en las religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento."

"La ascética. Se denomina ascética o ascetismo a la doctrina filosófica y religiosa que busca purificar el espíritu por medio de la negación de los placeres materiales; al conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la oposición sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa índole que dependerá, en mayor o menor medida, del grado y orientación de que se trate. En muchas tradiciones religiosas, la ascética es un modo de acceso místico.

"La mayoría de los sistemas ascéticos desdeñan las necesidades fisiológicas del individuo por considerarlas de orden inferior. El fundamento de este aserto reside en la adhesión a dualismos del tipo alma-cuerpo, espíritu-materia, bien-mal."

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Distorsión de la imagen corporal

(Wikipedia Es)

Estas palabras lo expresan todo:

"La mayoría de los sistemas ascéticos desdeñan las necesidades fisiológicas del individuo por considerarlas de orden inferior."

Continuando

Para elaborar su tesis, el escritor revisa los historiales de 261 mujeres piadosas que vivieron entre los años 1200 y 1500 en Italia, reconocidas como enaltecidas por la Iglesia Católica, la cual las consagraría a la condición — por lo ejemplar de sus vidas excepcionales — de ser beatíficas, glorificadas, o merecedoras de ser consideradas "Sirvientas de Dios".

Por razones prácticas, y por su interés en Caterina de Siena, Bell circunscribió su disertación a la península Itálica, aunque otros casos similares de mujeres devotas que rehusaban la comida por motivos idénticos existieran en otros lugares. Notables entre ellas Marie d"Oignies, Juana de Arco, Santa Rosa de Lima y Teresa de Ávila.

De todas las mujeres pías descritas, Santa Catarina de Siena ocupa el lugar preeminente, por lo dramático de su existencia y por su relación peculiar con la autoridad eclesiástica — disputando al Papa Gregorio XI — y con la comida, ya que se ha documentado que en una ocasión, habiendo sentido revulsión por el pus acumulado en la llaga de una persona a quien atendiera. Para enmendar la repugnancia — a pesar de que rehusaba agua y alimento — Caterina bebió de la supuración.

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¡No me obligues, que no lo deseo!

Una de las teorías defendidas en Holy Anorexia plantea que la "anorexia mirabilis", en los casos detallados en el libro, representa no sólo un fenómeno de naturaleza y origen intrapsíquico — como el historiador sospecha sea idéntico en el caso de la anorexia nervosa — sino que asimismo obedece a una percepción social y del entorno. El problema aquí, es que, mientras expresa estas ideas, desafortunadamente, lo que el investigador omite es suministrarnos las pruebas requeridas para soportar la última aserción — la cual es de importancia crucial para este trabajo y el propio. (Véanse mis ponencias al respecto en la bibliografía de este artículo, especialmente: La Anorexia Nervosa: La Realidad y los Hechos…)

El proceso diagnóstico utilizado en las vidas estudiadas por Bell

Para determinar la clasificación diagnóstica de las mujeres incluidas en su tratado, Bell utiliza el clásico, ajado, y obsoleto criterio que Feighner y sus asociados propusieron en 1972, el cual el historiador, amén de utilizarlo, somete a una crítica arbitraria, aunque, en muchos aspectos, acertada y válida.

De éste nos advierte que los síntomas que Feighner describe son derivados de la observación empírica y frecuencia estadística en lugar de establecer una ordenación de "mecanismos causales", lo que es cierto, y redundante en principio, porque los mecanismos causales para la anorexia nervosa permanecen desconocidos.

Sin embargo, lo que, extrañamente, Bell ignora en su interpretación, es que los criterios nosológicos de Feighner y su grupo fueron diseñados en esencia para validar la investigación psiquiátrica y no como sistema diagnóstico. Ya que esta última misión la asumiría DSM, manual éste que estuvo disponible, si el investigador hubiese deseado hacer uso del mismo, para su beneficio.

Basado en lo especificado por Feighner y sus colaboradores, el autor concluye con la observación de que el síndrome de la anorexia nervosa se reconoce primordialmente de manera indirecta, porque los autores estipulan como parte del criterio diagnóstico, la ausencia de ciertos componentes clínicos.

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Alimentación vía tubo naso-gástrico

En lo último Bell está parcialmente equivocado, ya que quienes hayan presenciado casos atípicos de la anorexia nervosa estarían de acuerdo con la última reflexión, si sólo se aplica a pacientes cuyas condiciones se apartan de la aparición clásica. La presentación habitual se reconoce por todos, directamente, y sin obstáculos. (Véase en la bibliografía: Casos atípicos)

Actualmente, para el diagnóstico psiquiátrico, la mayoría de los clínicos utilizan el manual DSM-IV-TR camino a convertirse en DSM-V. El uso de este manual, y no los criterios de Feighner, hubiese simplificado la tarea del hagiógrafo.

Prosiguiendo

Como historiador de profesión, en su tratado, por muchas páginas, Bell abandona el derrotero formalmente científico a favor de hacer desvíos interesantes, pero superfluos, cuando nos reintroduce a la progresión histórica de la anorexia nervosa, retornando a las descripciones originales de Richard Morton, Giorgio Baglivi, Robert Whytt, Ernest Charles Lasègue, William W. Gull, Phillippe Pinel, Jean Martin Charcot, Sigmund Freud y otros, mientras que omite las importantes contribuciones de algunos, por ejemplo las de Georges Gilles de la Tourette. (Véase: LAROCCA, F E F: GILLES DE LA TOURETTE"S (THE MOVEMENT DISORDER): THE ASSOCIATION WITH A CASE OF ANOREXIA NERVOSA IN A BOY, Int. J. Eating Dis. Vol. No. 3, Spring 1984. pp. 89-93.)

Lo que aquí deseamos significar es que si Bell iba a relatar la historia de la anorexia nervosa de nuevo, hubiéramos deseado que lo hiciera de manera más prolija y, posiblemente en otro contexto.

Freud, el psicoanálisis, y la anorexia nervosa

A pesar de que Freud, descriptivamente, no tratara específicamente ninguna paciente padeciendo de esta condición, se sugiere que el caso de Anna O. fue el de una mujer anoréxica cuyo curso crónico paralela el de muchas de las víctimas de esta enfermedad. Lo que Freud, en su tiempo y lugar, aparentemente, no reconociera.

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Flagelantes

Otro paciente que Freud reportara, en la que hoy se propone que la anorexia nervosa fuera el diagnóstico, es el de Emmy von N. cuya actitud el Padre del Psicoanálisis describe como una de rebelión abierta contra el tratamiento y el terapeuta (mucho por el estilo de las anoréxicas que hoy atendemos). Pero, omitido por Bell, en su reporte, es el hecho de que Freud tampoco asignara a esta paciente el diagnóstico de la enfermedad sospechada.

De todas maneras, en los sumarios atribuidos a Freud, y por Bell mencionados en su libro, la evidencia es inconcluyente y los síntomas imprecisos.

En esta coyuntura, creemos haber cubierto lo suficiente acerca de la cronología de la enfermedad, de la historia de las anorexias, y de la "importancia" (indocumentada) de las contribuciones — que el autor atribuye — Freud hiciera al entendimiento de la anorexia nervosa.

Otros factores

Para Bell el vómito autoinducido, si comían o no, se describe como un detalle común en las vidas de las mujeres por él investigadas aunque el hartazgo seguido por el vómito no aparentaba serlo. Lo que contrasta con los criterios diagnósticos de ambos, Feighner y DSM. (Véanse los apéndices).

Reflexionando en las importantes contribuciones de Hilde Bruch, más adelante en el texto, el investigador expresa que en el libro The Golden Cage esta autora enfatiza los temas de identidad, autonomía y perfección como los factores que forman la piedra angular desde donde se origina la sintomatología de las anoréxicas — lo que el autor, de manera sorprendente, propone que fuera en el caso de las mirabilis — tornando la fenomenología, como siendo idéntica en ambas condiciones, lo que las confunde como entidades diagnósticas, y lo que está en conflicto con lo que él mismo plantea y con nuestros propios objetivos en este artículo.

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He aquí la confusión que el historiador hilvana. En su descripción de la "anorexia mirabilis" y sus "víctimas" extasiadas, Bell, prudentemente, se aleja de la presentación clásica hoy aceptada para la anorexia nervosa y se concentra totalmente en los aspectos espirituales y de autonomía (el último incierto) de dicha condición. Apartándose de la tenacidad del deseo de ser extremadamente delgadas a todo costo, de la actividad física para perder más peso y de la distorsión patognomónica de la imagen corporal — todas distintivas del cuadro clínico típico de la anorexia nervosa, por todos aceptada. Pero mientras lo hace, Bell simultáneamente, enfatiza el hecho de que ambas condiciones solapan y se confunden entre sí, lo que, como veremos, es tan contradictorio como falso. (De asombroso interés es que William N Davis en el Epílogo del libro, utiliza para llegar a las mismas conclusiones del autor, una exegesis diagnóstica merecedora de haberla sometido a las maniobras famosas del legendario Lecho de Procustes.)

La confusión no cesa, la confusión aumenta

Por su propia estimación, Bell propone que, la "anorexia mirabilis" y la anorexia nervosa dependen para el diagnóstico diferencial esencialmente en el ambiente cultural dentro del cual la mujer afligida trata de controlar su vida, lo que al final, asimismo, tiene como efecto, paradójicamente, oscurecer la demarcación entre ambas, ya que la anorexia mirabilis no es asunto de control, sino de mortificación ascética y ¿de la anorexia nervosa? no sabemos aún cuál es su etiología verdadera, aunque muchos creen que sea el insólito deseo de no engordar.

En otras palabras, que mientras las unas aborrecen la gordura, las otras ansían la fusión con la divinidad.

Además, cuando Bell contrasta la anorexia nervosa de los siglos XX y, ahora, XXI, con la "anorexia mirabilis", este autor no nos ofrece una línea de demarcación precisa que baste para distinguir las entidades, omitiendo mención de factores de importancia — hoy reconocidos — como serían los genéticos, epigenéticos y miméticos.

Esta última observación es muy importante y debe de ser considerada cuidadosamente, como proponemos hacerlo en esta disertación.

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Véanse:

Pero, ¿son la anorexia nervosa y la mirabilis entidades semejantes o son diferentes? Nos interrogamos

Éstas representan dos cuestiones que constituyen partes de las bases científicas de esta lección.

En las treinta y una páginas que Bell dedica (en su tratado de 190 páginas) a la batalla que Caterina librara en su ayuno y en sus deseos de permanecer autónoma e independiente de toda autoridad de cualquier naturaleza, el investigador no ofrece argumentos persuasivos para el diagnóstico de una condición similar a la anorexia nervosa ("falta de apetencia", aunque ésta sea sagrada) que propone en el título de su obra. Para nosotros no está claro lo qué el escritor pretende establecer, como no lo estaría en el caso de una persona que decide comenzar una huelga de hambre para decidir que, por su comportamiento, ese individuo sufre de la anorexia nervosa atípica, aplicando el mismo criterio al personaje de Un Artista del Hambre (Ein Hungerkünstler) por Franz Kafka.

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Cristo en el desierto

Por nuestra parte, la mejor manera de entender la entidad estudiada por Bell y descrita más adelante en este artículo, es dentro de la perspectiva de la anorexia nervosa per se, que fuera la que originalmente inspirara al autor en sus investigaciones biográficas.

La anorexia nervosa en sí se considera un término inexacto, ya que ni es anorexia (la persona afligida no carece de la sensación de hambre, por lo contrario, sufre los dolores resultado de oponer esta pulsión) ni es nerviosa (la persona no está agitada ni se siente ansiosa.)

La mejor, más acertada, y precisa, definición de la anorexia mirabilis, desde el punto de vista clínico, para nosotros, sería una que reconozca el marco histórico específico para esta condición y que establezca la relación de la persona afectada con la comida y no con el sobrepeso, consignando a la anorexia nervosa el factor de la distorsión de la imagen corporal, de la actividad física para inducir mayores pérdidas de peso, de los períodos de hartazgos con vómitos autoinducidos, de la amenorrea en los casos aplicables, y del uso de enemas o catárticos.

En otras palabras, demarcando sus lindes con precisión.

Basado en lo antedicho, como definición, proponemos la siguiente:

"Anorexia mirabilis". Término arcaico usado en las edades medias para describir renunciación expiatoria a la comida (sin carencia de la sensación de hambre) en una persona inspirada por la divinidad y no por el empeño de ser flaca.

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Jerónimo Bosch: Jardín de las Delicias

Esta condición, que afligía mujeres penitentes, consagradas a la vida religiosa, fue común entre los años 1200 y 1500.

Se consideraba portentosa ("mirabilis") cuando algunas de ellas sobrevivieron períodos inusitados de ayuno con la resultante emaciación extrema, insistiendo en que no podían consumir "comidas mundanas" (la eucaristía no lo era) por ser impuras o hacerlo para meramente satisfacer los apetitos del cuerpo (Véase: La confluencia de los instintos en (/trabajos77/gordura-instinto-desregulacion-afectiva/gordura-instinto-desregulacion-afectiva2).

Reiteramos, que en los casos, por Bell estudiados, no se observan criterios enteramente aplicables a lo que hoy se aceptarían como variedades de la anorexia nervosa, aunque éstas fueran atípicas. Parece ser que las biografías descritas por este investigador pertenecen a una condición completamente diferente y extraña para nosotros. Ya que éstas no están limitadas a mujeres jóvenes que deseaban alcanzar un grado de perfección física idealizado, evitando la corpulencia, como hoy, generalmente, se aprecian.

Al contrario, muchas de estas mujeres ascetas no eran jóvenes, harían todo lo posible por lucir poco atractivas (escapando la sexualización de sus cuerpos), asociando santidad con la virtud de renunciar los placeres y necesidades de la carne (resistiendo el hambre) a favor del sacrificio purificador y de la vida contemplativa. (Véanse los poemas de Santa Teresa).

Una cosa es evitar la comida para no ser gorda, y la otra, cesar su consumo para acercarse más a Dios.

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La gula (La Commedia, Dante)

Entonces, pausemos, tomando la oportunidad para reflexionar de manera contemplativa, como las mirabilis hicieran.

¿Por qué sería importante para nosotros esclarecer este diagnóstico, si se cree que esta condición es ambigua y ya no existe?

Porque aún existe, aunque en formas discretas, como veremos. Y porque existe y existirá puesto que la mortificación virtuosa o por otros fines (predicada en el ayuno prolongado o huelga de hambre) es parte enigmática de la psicología de muchos seres humanos como la auto-inanición y el suicidio resultan ser. (Véase:  Great Soul: Mahatma Gandhi and His Struggle with Indiaedu.redpor Joseph Lelyveld en el New York Review of Books.)

Reflexionando, apuntamos, ¿sería posible que la anorexia mirabilis, como variedad de la anorexia nervosa, aún se manifieste en lo que los galenos franceses califican como formes frustres de toda patología?

Para ilustrarlo, en anticipación a dar la respuesta, nos referiremos brevemente a nuestro artículo:

La Anhedonia, síntoma residual y frecuente de algunas depresiones y de cómo tratarla

En esta circunstancia la mujer a quien atendiéramos se había diagnosticado como anorexia nervosa mientras que, quienes la refirieran, no detectaron detalles importantes del cuadro clínico que apuntaban en otra dirección enteramente.

Habiendo determinado que su condición era totalmente distinta de la anorexia nervosa clásica nos permitió poner en efecto métodos de terapia, no específicos para la anorexia nervosa, que, felizmente, resolvieron la situación presentada por la paciente en cuestión. (/trabajos49/la-anhedonia/la-anhedonia2)

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Continuando: Aquí ofrecemos nuestra anticipada respuesta

"Anorexia mirabilis: Siglo XX" Presentación de un caso

Pamela cumplía 11 años cuando fuera referida. Residía con su familia en una estancia en la vecindad de la ciudad de Saint Charles, Missouri.

Era la segunda de seis hijos nacidos a una pareja de granjeros, aparentemente bien ajustada y feliz.

Los padres, de naturaleza muy reservados, llevaban una vida donde la familia, los deportes, el cuidado de las siembras y los animales eran asuntos de la mayor importancia a exclusión del mundanal ruido.

Pamela se destacó en los deportes y en el estudio de las vidas de los santos, cuyas biografías se incluían dentro del currículo de la escuela parroquial, de la jurisdicción donde residiera.

Alumna excepcional, que, desde una edad temprana, amaba los libros, Pamela había leído varias veces La Imitación de Cristo (Thomas de Kempis), obra que, eventualmente, la inspirara a instruirse en la vida de Teresa de Ávila.

Movida por el modelo de lo que leyera acerca de Santa Teresa, subrepticiamente, Pamela comenzó a incubar el deseo de dedicar su existencia temporal a la vida enclaustrada, lo que confesara al párroco local quien, sensatamente, le aconsejaría contener su entusiasmo religioso hasta que fuese más madura.

A pesar de la amonestación del buen cura, y siguiendo su ambición de emular la vida de la fundadora de las Carmelitas Descalzas, Pamela comenzó a restringir sus refrigerios los que, a menudo, alimentara furtivamente a los perros que abundaban en la propiedad, o los compartía con otros diciendo que estaba repleta.

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La niña, antes de la decisión de renunciar la comida, no había sido corpulenta ni acariciaba el ideal de ser extremadamente delgada. Lo que Pamela deseaba más que nada era "servir la voluntad de Dios" evitando los regodeos de la carne.

Debido a su dieta rigurosa, el peso comenzó a bajar ostensible y progresivamente.

Los padres, a tiempo debido, se percataron de que la hija consumía muy poco o casi nada de lo que le sirvieran, no diciendo que no sintiera hambre, sino que no deseaba comer.

Cuando el pediatra la refirió había perdido 20lb (9kilos) lo que le daba una apariencia lóbrega, emaciada y pálida.

Una profesional experta comenzó el tratamiento de Pamela, descubriendo que era una joven muy inteligente y perspicaz con quien fuera fácil establecer una relación terapéutica. Lo que la jovencita no deseaba, era hablar de la comida para nada.

Muy versada en la anorexia nervosa, la paciente aseguró a la terapeuta que ella no era "una de esos cadáveres" (las anoréxicas que entonces abundaban) y que ser delgada no la movía.

Compartió asimismo con ella, que sufría de hambres intensas y, a veces, dolorosas. Pero, que las recibía con gozo porque la mortificación y el sufrimiento eran el sendero a Dios y a la salvación.

Astuta, como la profesional fuera, una vez citó a Pamela un evangelio del Apóstol Lucas (10:7) que reza así: "Y Jesús comandó: posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den…"

A lo que Pamela, sagazmente, replicó: "Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la carne es débil" Mateo (26:41).

Como parte de los esfuerzos a persuadir a que la paciente comiera, el cura confesor — de la misma manera que hicieran tantos vicarios quienes dirigieran espiritualmente a Caterina de Siena, Teresa de Ávila, Marie d"Ognier y tantas otras santas mujeres hace siglos — no pudo persuadir a la niña a que cesara su ayuno.

Habiéndose desmayado una vez durante misa Pamela ingresó a una unidad especializada para recibir tratamiento.

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ANTES "Dieta de agua y frutas" DESPUÉS

El tratamiento fue prolongado y dificultoso necesitando varias hospitalizaciones, el uso de la alimentación vía el catéter nasogástrico y la psicoterapia intensiva.

Desenlace

Hoy esta mujer se ha recuperado totalmente, es profesional con especialidad en el derecho corporativo, está casada y es madre de tres hijas normales.

Discusión

El problema diagnóstico en el caso de Pamela no fue solamente entre la anorexia nervosa en su presentación clásica y la "anorexia mirabilis" — de las santas mujeres del período descrito por Bell en su libro — sino que también hubo que considerar otra condición muy cercana en apariencias, conocida como la cibofobia (véase la bibliografía), la cual fuera descartada en principio y la que Bell no considerara, aunque dudamos que fuera aplicable a sus casos.

La paciente presentada no sufría de una necesidad de controlar su entorno familiar con la restricción calórica para ser más delgada, ya que había logrado un confortable módico de autonomía dentro de un medio ambiente que condujera a su independencia de acción.

Nuestra paciente tampoco se amoldaba a los criterios diagnósticos de la anorexia nervosa. Dejando solamente una posibilidad, la de la "anorexia mirabilis, Siglo: XX".

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Cibofobia

Coda

La anorexia nervosa es una enfermedad de actitud. Una actitud de rechazo hacia la comida y sus efectos en la apariencia y el sobrepeso, que hace caso omiso a la razón y que resiste todo esfuerzo a cambiar sus comportamientos. Por ello muchas de sus víctimas sucumben.

Asimismo, la anorexia nervosa no es un acto de rebeldía, expresado por el ayuno en sus formas extremas, por parte de sus víctimas para establecer una medida de control sobre figuras en autoridad presumiblemente opresivas, sino que es una "actividad" impuesta en sus atormentados por fuerzas bio-socio-psicológicas muy intensas que interfieren con el uso del buen juicio y el poder de los instintos. (Véase: Larocca, F.E F and Stern J H: EATING DISORDERS AND SELF-HELP IN MISSOURI, Missouri Medicine, Dec. 1984, pp.764-773.)

De no ser así, existirían más casos y los que existen eludirían la muerte.

En nuestra experiencia, las mujeres no escogen ser anoréxicas, la anorexia las escoge a ellas. La enfermedad siendo muchas veces anticipada por la cesación de los períodos antes del comienzo de la dieta rigurosa, lo que apunta en la dirección de factores biológicos, posiblemente genéticos. (Véase El Lavado del Cerebro y los cultos: El Modelo Tripartita y la Neurociencia (/trabajos66/lavado-cerebro/lavado-cerebro2?monosearch)

Para apuntalar las bases presuntas de la existencia de factores orgánicos, basta recordar que la evidencia continúa acumulando en el efecto tangible del hambre de las anoréxicas en los centros cerebrales de la aversión y el placer y de su influencia recíproca en el comportamiento de las pacientes y de los productos de sus gestaciones. (Véase asimismo: Larocca, FEF: Concurrence of Turner's syndrome, anorexia nervosa, and mood disorders: case report J Clin Psychiatry. 1985 Jul; 46 (7):296-7.)

Por su parte, "anorexia mirabilis" es terminología desacertada ya que enfatiza indebidamente la abolición — inexistente — del hambre y desestima la realidad de que el mal de estas personas resultaba de un misticismo masoquista y ascético extremo. (Véase: El duelo y la Melancolía en (/trabajos67/el-duelo-melancolia/el-duelo-melancolia2?monosearch)

La "auto-inanición mística" parecería ser expresión más acertada para describirla.

Con esto terminamos de explicar nuestro caso, como dicen los juristas en las cortes de la ley.

Advertencia

Pero, no compartamos esta categoría diagnóstica con los arquitectos de DSM-V (siempre en búsqueda de nuevas entidades que añadir a su manual) para que no contemplen incluirla en la nueva nomenclatura, con otras absurdidades ya proyectadas, como serán El Síndrome de la Alienación Parental, y La Adicción al Sexo, en la actualidad ambas categorías siendo consideradas para inserción en su nueva "Biblia de la psiquiatría." (http://www.cbc.ca/thecurrent/episode/2011/05/17/parent-alienation-syndrome/)

Bibliografía

Young, JZ: (1968) Biology of the Brain AAAS

Bell, RM: (1985) Holy Anorexia U of Chicago Press

Larocca, FEF: (1984) AN INPATIENT MODEL FOR THE TREATMENT OF EATING DISORDERS THE PSYCHIATRIC CLINICS OF NORTH AMERICA Issue on Eating Disorders (7:2), W.B. Saunders

Feighner, JP et al: Diagnostic Criteria for Psychiatric Research Arc Gen Psy 26 (1972) 57-63

Larocca, FEF: La anorexia nervosa: La realidad y los Hechos: Así hablan los expertos en monografías.com. psikis.cl y el portal de la salud

Larocca FEF: La felicidad improbable. El caso de Yolanda en monografías.com

Larocca, FEF: La Anhedonia, síntoma residual y frecuente de algunas depresiones y de cómo tratarla en monografías.com psikis.cl, elportaldelasalud.com

Larocca, FEF: Anorexia Nervosa Atípica: Un Concepto Crítico, Habitualmente Ignorado en monografías.com y psikis.cl

Larocca, FEF: Kraepelin, Freud, el Futuro de la Psiquiatría y el Finale de DSM-ETC. ¿La casa de naipes que Bob Spitzer construyó? en monografías.com y en psikis.cl

Larocca, FEF: Auto mutilación — La "cirugía" plástica del neolítico que sosiega el ego en monografías.com y en psikis.cl

Larocca, FEF: El dilema de quienes dietan en monografías.com

Cassell, DK & Larocca, FEF: (1994) The Encyclopedia of Obesity and Eating Disorders Facts on File (p. 11)

Larocca, FEF (Ed): (1986) Eating Disorders Jossey Bass (p. 87)

Larocca, FEF & Meermann, Rolf: (1989) Anorexie und Bulimie die BASH Methode Verlag (p. 68)

Cibophobia: http://phobias.about.com/od/phobiaslist/a/cibophobia.htm?p=1

Para un video interesante: http://www.youtube.com/wa emmy von ntch?v=SWfiij2HltU

Apéndice

Anorexia Nervosa DSM-IV-TR 307.61

Criterios para el diagnóstico de Anorexia Nervosa (DSM-IV)

A. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).

B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.

C. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.

Partes: 1, 2
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