El proceso de Descentralización en Chile y las fronteras de la ciudadanía
Enviado por Francisco vega reichenberger
Introducción
La descentralización está inserta en los términos actuales de la globalización. Entonces no es aventurado indicar que la descentralización debiese tener incorporado elementos cualificadores de los procesos de desarrollo regional, es decir, al pensar en ella, debiese estar junto con las reformas administrativas y de gestión institucional el desarrollo económico. Pero la primera pregunta que es necesario responder es si ¿La cultura chilena permite hacer estas reformas y hasta donde son posibles?, ó ¿Qué limitantes o potencialidades se encuentran insertas en esta cultura que permita una participación real de la ciudadanía, en el marco de un proceso de descentralización que puede interpretarse de modos contrapuestos?, por otro lado ¿Cómo perciben estos procesos los actores sociales, como son los dirigentes vecinales o los líderes de opinión social?, ¿Qué experiencias pudiesen ser efectivas y desde las cuales se pudiesen rescatar elemento para nuevos modelos de sociedad –pero cuál es la sociedad que queremos-? y por último ¿Qué hacer con las políticas sociales en este contexto o visto de otra forma –cómo se cambia la cultura del país para aceptar estas reformas? Estas son algunas de las interrogantes que se espera contestar en este trabajo investigativo.
El hablar de descentralización, se está haciendo una relación a una era llamada postfordismo[1]o post era Estado Bienestar, la disputa conceptual por precisar sus contenidos la pone en el debate por lograr una profundización de la democracia (MIDEPLAN, 1996), la construcción de ciudadanía (Palma, 1998), la gobernabilidad (CLAD, 1998) y el Desarrollo Local (Arocena, 1995).
Cada uno de estos enfoques y énfasis, permite preguntarse una vez más ¿Cómo definir la Descentralización?. Una opción es la que enfrenta el contenido de la descentralización a partir de establecer la distinción entre esta y otros términos relacionados, por ejemplo en Abalos y Hernández (1995) se define en primer término la desconcentración, esta sería el "traspaso de atribuciones y recursos desde los niveles superiores a otros intermedios o inferiores dentro de la misma institución", mientras que descentralización sería "…impulsar un proceso de adecuación de aparato público, que modifique la realidad centralizadora en pos de la transferencia de competencias desde el ente administrativo central a entes jurídicamente diferenciados de aquel – y agrega – dotados de personalidad jurídica y patrimonio propio, que no le estén jerárquicamente subordinados, sino sometidos a supervigilancia…". Ciertamente que este es el contenido que el discurso del Gobierno chileno ha desarrollado para establecer un límite preciso a una transformación que aparece como un proceso inédito y distinto a la reconocida tradición centralista del país. Otro concepto es el de deslocalización, del Manual para la Gestión Regional (1994), es "el acto de trasladar desde un lugar a otro del territorio actividades productivas, de servicios o de administración".
En el informe de la conferencia electrónica sobre Descentralización en América Latina (Rodríguez, 1994), se publica una síntesis de los intercambios entre una veintena de expertos del continente y en la cual se responde a la interrogante: Tipo de descentralización o ¿partes de un mismo proceso?, En este informe se distinguen los siguientes tipos de descentralización: desconcentración, delegación y devolución. La desconcentración corresponde a una "asignación de funciones específicas, manteniendo la responsabilidad total en manos centrales", la delegación es "la forma de descentralización que tiene lugar cuando los entes paraestatales u otras agencias gubernamentales semiautónomas reciben responsabilidad de ejecutar o mantener inversiones sectoriales" y por último la devolución sería asignar "a los gobiernos locales responsabilidades de ejecución global de proyectos y/o mantenimiento de operaciones sobre una base de autosustentación" implica en otras palabras "la transferencia de tareas a entidades territoriales subnacionales a las cuales se les traspasa las tareas y las responsabilidades políticas". Sin embargo, el informe citado concluye indicando que más que tipos de descentralización son partes de un mismo proceso. Como se aprecia definir que es la descentralización se torna complejo, y ello porque detrás de este proceso en marcha, se debaten los nuevos modos de organización política de la sociedad de la era de la globalización, en que el modo de producción dominante impone la discusión sobre el modo de regulación.
Sin embargo la complejidad de fenómeno no ha quitado la posibilidad de los esfuerzos de síntesis, Salazar (1997) propone un modo de ordenar la discusión sobre los sentidos y alcances del tema, en el marco de las ciencias sociales, el autor refiere a la descentralización como un proceso que pese a tener un origen en la necesidad del modelo de desarrollo de adaptarse a una nueva condición de producción, se agrega el hecho de que para el propio modelo que lo impulsa es un fenómeno de naturaleza desconocida. En este sentido se plantea que pese al alto grado de experticia lograda por el modelo liberal en materia de control y administración del macrosistema, en el terreno de lo micro existe un descuido que lleva a la falta de elementos que no le permiten operar en esas realidades. Salazar (1997) indica en todo caso que junto con el esfuerzo de adaptación del modelo liberal también se genera el germen de la transformación social en el hecho de que los actores locales también estaría frente a un escenario inédito para avanzar en la construcción de ciudadanía, ya que la falta de experticia del modelo provoca espacios o intersticios de acción, por donde pueden entrar procesos humanizadores, con un abanico de experiencias y discusiones que marcan un proceso dinámico y aparentemente sin patrones establecidos.
En un sentido similar, José Luis Coraggio (1992), define claramente este fenómeno en nuestro continente, el autor habla de dos corrientes de descentralización, aludiendo a dos énfasis distintos, con los cuales se hace la lectura del fenómeno y que por naturaleza derivan en modelos de desarrollo de signo opuesto. Por un lado estaría el énfasis en la profundización de la acción del libre mercado en los niveles locales, para lo cual el modelo neoliberal requiere nuevas unidades territoriales de gran dinamismo y flexibilidad lo que se asegura neutralizando en los territorios el poder centralista del Estado, la idea es que son los mercados los que deciden según las ventajas comparativas de cada lugar, cuales son las diversas dinámicas microeconómicas que deben estructurase para insertar la localidad en la globalidad, el Estado es garante de la buena marcha de ello. Por otro lado está la corriente que postula que el territorio local (y dentro de ello la descentralización), debe rescatar la iniciativa de actores que un sistema globalizado pierden identidades y protagonismo, un factor que restablece desde abajo las condiciones para que emerja un proyecto de sociedad humanizante y no concentrador. Surgen desde abajo, las autonomías subnacionales estableciendo la justicia social y económica, a esto lo llama proyecto democratizante.
En estos esfuerzos de síntesis ponen en juego un concepto de participación sustantiva como un modo real de ejercicio de la ciudadanía, lo cual debe ser también articulado con una concepción de desarrollo local en que los actores sean agentes reales y efectivos del desarrollo, ya que estos como sujetos activos de ciudadanía deben liderar la construcción de identidades y proyectos locales, que permitan que la descentralización logre objetivos de progreso social.
En Chile la discusión sobre como descentralizar no es nueva, existen antecedentes que se remontan a la conformación de la República y continúan a lo largo de los distintos sistemas políticos y épocas, sin embargo hay consenso, que es a partir de los últimos veinte años donde el proceso asume una dinámica de aceleración, que ha llevado a discusiones de alto nivel encaminadas a determinar las condiciones y metodología para lograr una real descentralización. Existen medidas en este sentido implementadas durante los años de régimen militar en cuyo caso el proceso de descentralización se transforma en un proceso más bien de traspaso de funciones, ya que el componente democrático no estuvo presente. De todas maneras las transformaciones y medidas tomadas en ese periodo son aún hoy la base del sistema institucional descentralizado. Desde el inicio de la transición se ha impulsado una serie de medidas que han puesto la discusión sobre la profundidad de la descentralización en un contexto de democratización, en tal sentido se han impulsado importantes reformas en el ámbito municipal y en el regional, dos de los ámbitos privilegiados en la estructura administrativa chilena para llevar a cabo procesos de esta naturaleza. Algunos de los hechos relevantes de los últimos veinte años son ley de rentas municipales (1979), el traspaso de la administración de la salud y la educación (1981), la elección de alcaldes y concejales (1992) y la ley de gobiernos regionales (1993).
Transcurridos ya algunos años es necesario examinar que ha pasado, por lo que la evaluación del proceso de descentralización se transforma en una tarea prioritaria, así ha quedado establecido en la declaración de las intenciones de los últimos gobiernos sobre el tema. En el año 1998 por ejemplo, se realizó un ciclo de seminarios impulsados desde el gobierno con apoyo de entidades como el PNUD y que se plasmaron en el texto Reflexión y Análisis sobre el Proceso de Descentralización en Chile (MIDEPLAN, 1998) en este se plantean algunos desafíos que dicen relación con el momento en que se encuentra la descentralización en el país lo que se discute en base a tres ejes. En el eje "Aspectos Institucionales y Políticos", se plantean conclusiones tales como la necesidad de cambiar la cultura centralista que existe hasta en las regiones, pero sin cambiar el carácter unitario del Estado chileno. En el eje "Financiamiento Regional", se concluye la necesidad de flexibilizar el uso de los diferentes fondos para que sea en las regiones donde se asignen con criterios regionales, relevando los instrumentos de planificación regional y local. Finalmente en el eje "Hacia un Modelo de Estado Descentralizado", se planeta la idea de que el desarrollo regional y las descentralización es una temática transversal, es decir que debe cruzar el conjunto de las acciones y objetivos del Estado, también la necesidad de avanzar en la articulación de los mecanismos de coordinación nacional, regional y comunal, la necesidad de elegir a los consejeros regionales y profundizar las identidades regionales.
La reflexión y conclusiones dan cuenta de una realidad en que se han logrado avances lentos y donde todavía hay muchos aspectos no bien analizados, quizás el problema fundamental de la descentralización en Chile sea el que las transformaciones institucionales no generan de modo inmediato la cultura que las acompañe. Esto debería transformarse en una relación dialéctica entre la oferta institucional y la demanda de los actores, donde si una avanza también debería avanzar la otra, lo que al parecer ocurre es que estos procesos de relación entre la dimensión institucional y la ciudadana no están teniendo un desarrollo armónico, lo cual genera estancamiento y retrocesos.
El propósito del artículo era establecer una visión de la forma en que se está recibiendo o insertando el actor local territorial en la descentralización, de modo especial se pretende identificar el concepto de descentralización, su evaluación, el modo de participar y el grado de conocimiento que tienen presidentes de juntas de vecinos y otros actores sociales en el tema de la descentralización. Se cree que su conocimiento es relativamente bajo, sobre todo en regiones, por lo que existe contradicciones entre el discurso y la acción de los dirigentes, esto impide establecer si los actores del territorio son dinamizadores o no, del desarrollo y la iniciativa local, las contradicciones señaladas pueden obstaculizar un real proceso de descentralización. Un actor local verdadero debe mantener una actitud dinamizadora y crítica en base a sus conocimientos y acción, de lo contrario el dirigente en su función deja de ser actor local, y desde su función ya no hay construcción de ciudadanía
Desde un punto amplio se asume una epistemología crítica, en el sentido de establecer entre la realidad y los conceptos estudiados un juicio analítico en torno a sus diferencias. Los conceptos en ciencias sociales aluden a la humanidad del objeto: el ser humano. No hay por lo tanto ciencia social objetiva, no hay hechos independientes al observador, sino la existencia de realidades intersubjetivas y comunicacionales, donde los proyectos colectivos e individuales luchan por su legitimidad. Sin embargo, tal lucha no siempre es entre iguales, sino en la disputa por la construcción de sociedad existen diferenciales de poder y por lo tanto de acción. La ciencia social es humanista y es crítica porque trabaja por develar los factores que impiden que los valores de liberación humana prevalezcan por sobre las racionalidades domesticadoras, Freire (1975) nos dice que esto implica que "el conocimiento científico no puede ser un conocimiento meramente transmitido" ya que al estar al servicio de la libertad "… los únicos puntos de partida auténticos, para el conocimiento científico de la realidad, son las relaciones dialécticas entre el hombre y el mundo, y la compresión crítica de que tales relaciones desarrollan y condicionan la percepción de la realidad concreta por parte del hombre". Por lo tanto la ciencia en general y la ciencia social en particular, es ciencia de la acción social.
El acercamiento al objeto delimitado se hace en función de la obtención de información que opera como referente de los significados sociales que ciertos elementos tienen en los sujetos investigados, es un estudio de caso porque aunque no represente la totalidad, los lugares seleccionados conforman un microuniverso que de todas formas se desenvuelve en el marco de relaciones globales. Es particular porque en esa realidad se expresan de un modo específico los elementos del proceso estudiado. Reinchard y Cook (1986) plantean que el problema de la cantidad de la muestra no limita el potencial analítico de la información recolectada tampoco interfieren en la validez y fiabilidad, y señalan estos no son atributos inherentes a los instrumentos de medición, indican a tal efecto que "La precisión depende más bien de la finalidad a la que se hace servir el instrumento de medición y de las circunstancias bajo las que se realiza dicha medición".
La muestra fue dirigentes territoriales (presidentes de juntas de vecinos), los que deberían ser la expresión y representación del Territorio, en cuanto actor del desarrollo local por lo tanto acercarse al estudio de la descentralización desde la óptica particular de los dirigentes sociales territoriales, es un modo de captar el sentido que el proceso en estudio adquiere en los niveles microsociales. El dirigente refleja en el proceso de su legitimación o deslegitimación las condicionantes de su base social, en ella se sustenta su responsabilidad y atributos reconocidos, alguien legitima y ello puede originarse desde un proceso endógeno o exógeno a la circunstancia específica. El dirigente es sin duda un actor más del desarrollo, pero muy relevante como sujeto tipo que bien o mal es expresión de la organización social e institucional que lo valida como tal.
Se estableció como forma de acercamiento a la realidad una entrevista estructurada con preguntas abiertas y cerradas, las que se complementan para entregar una visión de aspectos tales como el perfil sociodemográfico de los dirigentes, el grado de conocimientos que poseen sobre funciones y atribuciones de la autoridad, así como aspectos relativos a la opinión de estos sobre la gestión municipal y vecinal en materias de participación como dimensión necesaria en la consolidación de la descentralización. La entrevista se aplicó a los presidentes de Juntas de Vecinos de dos comunas de reciente creación en la región (año 1996), se trata de la comuna de Chiguayante y de Chillán Viejo, derivadas de las comunas de Concepción y Chillán respectivamente ambas de gran complejidad organizacional local. La creación de las comunas se debió a la necesidad de que esos antiguos sectores relativamente abandonados dentro sus comunas de origen pudiesen enfrentar con nuevas herramientas los problemas de marginalidad, pobreza y la dotación mínima de servicios e infraestructura. La creación de estas nuevas comunas es sin duda una medida orientada en base a objetivos del proceso de descentralización impulsados por el Estado chileno. Se podría suponer que en el contexto de su creación, el proceso de descentralización fuese capturado de un modo particular por los actores locales, en razón del origen y fundamento de ese territorio.
Se realizaron 27 entrevistas de un total de 51 Juntas de Vecinos, hubo distintas razones que impidieron lograr la entrevista al total de presidentes, entre las que se encuentran: inexistencia de la directiva o inactividad de la directiva, el desinterés de algunos presidentes y la falta de tiempo y recursos para ubicar a otros dentro del período de ejecución de las entrevistas, programado en la investigación. En este artículo se presentarán los resultados a algunas de las preguntas realizadas que grafican en términos generales el sentido que el proceso de descentralización adquiere en estos dirigentes.
En términos de su perfil sociodemográfico, se pueden establecer algunos datos importantes, lo primero es que 18 son hombres y 9 mujeres. En cuanto a la edad 16 dirigentes se sitúan sobre los cincuenta años, 11 entre treinta y cuarenta y nueve años de edad, no existiendo presidentes de menos de treinta años. En cuanto a la actividad principal realizada por los entrevistados, 14 trabajan remunerados (cinco independientes y nueve dependientes), además existen 6 jubilados, 5 dueñas de casa, uno cesante y uno estudia. Respecto a la escolaridad 12 tienen completa la Enseñanza Media y 4 Incompleta, 5 dirigentes tienen Educación Superior completa y tres incompleta. Finalmente hay 2 con Educación Básica completa y 1 que no completó el nivel Básico. Los datos relativos a los años de experiencia como dirigente vecinal (independiente del cargo) de los presidentes de juntas de vecinos entrevistados son los siguientes: 13 tienen menos de cinco años, 8 dirigentes entre seis y diez años de experiencia, 2 personas tienen entre once y quince años de experiencia y 4 poseen más de quince años de experiencia como dirigentes. Se les preguntó sobre la cantidad de años como presidente de la Junta de vecinos actual y las respuestas que dieron fueron las siguientes: 10 personas tienen menos de un año, luego hay 12 presidentes que llevan entre dos y cuatro años encabezando el sector, es decir 22 presidentes están ejerciendo su cargo dentro del período de creación de la comuna, 5 presidentes tienen más de cinco años en el cargo, lo cual implica que son unidades vecinal que no han cambiado su presidente con el cambio de comuna.
Para establecer como definen y conceptualizan la descentralización se elaboraron dos preguntas. Primero en una pregunta abierta se les pidió que definieran como entienden la descentralización del Estado, frente a lo cual respondieron del siguiente modo: 10 dirigentes señalan que se trata de traspaso de recursos a las regiones y comunas, 8 señalan que es la participación en la toma de decisiones en el nivel local y regional, 6 indican que es cambio en la organización del Estado, sólo 1 indica que se trata de la elección democrática de autoridades, y finalmente hay 2 que entregan respuestas que no corresponden. En una segunda pregunta se les entregó un listado de afirmaciones (Boisier et al, 1991) de las que debían escoger una como la más representativa, el resultado fue: 15 indican que descentralizar es cambiar la organización del Estado acercando el gobierno a la gente, 10 eligieron la opción que señala el entregar más poder y participación a las organizaciones comunitarias y 2 eligieron la privatización de empresas, nadie eligió el acceso a la tecnología de última generación. En ambas estrategias se puede establecer que el concepto de descentralización gira en torno a Reformas al modelo de Estado predominante y la ampliación de la participación. Es un enfoque básicamente político-administrativo. Estos dirigentes evalúan el proceso como Regular (12), Malo (10) y Muy Malo (2), sólo 3 dirigentes evalúan como Buena a la descentralización en Chile. Algunas de las opiniones que ellos entregan clarifican la visión que fundamenta la evaluación : " No se nota, no se logra captar en su plenitud, ya que las autoridades del gobierno no han sabido prevenir ni solucionar los grandes problemas sociales producidos en regiones tales como el tema del carbón, la crisis de los puertos, etc.". Otro dirigente opina " Todas las decisiones que se quieren tomar en nuestra provincia y región se adoptan en el poder central ignorando las opiniones de la propias autoridades y de los habitantes del sector beneficiado con esas decisiones".
Para evaluar los conocimientos sobre la descentralización se les preguntó si conocían en la doble función del Intendente (la diferencia entre la función de gobierno y de administración) frente a lo cual 17 dirigentes dijeron que no lo sabían, por otra parte 10 afirmaron conocerlas. Otra pregunta en este sentido fue si sabían quienes componen el Gobierno Regional, sólo 5 dijeron que el Intendente y los Consejeros regionales, 9 dirigentes señalaron a los Seremis y el Intendente, 6 dijeron que era el Intendente y los alcaldes y 7 contestaron otros, en síntesis 22 presidentes no sabían cuál es el Gobierno Regional.
Para indagar sobre la práctica en el proceso de descentralización se les preguntó por experiencias de participación tanto con autoridades comunales como regionales, las respuestas fueron para el nivel comunal 24 dirigentes con experiencias de participación y 3 consideran que no han participado. Por otro lado en el nivel regional 12 dicen haber participado, 15 señalan que no lo han hecho. En el nivel comunal el tipo de experiencias son reuniones para elaboración de proyectos, informativas o de planteamiento de demandas, actividades de festejo u otra similar en el vecindario, seminarios y cursos de capacitación con funcionarios de la municipalidad. En el nivel regional los que mencionan experiencias señalan principalmente charlas, exposiciones, seminarios informativos, reunión con directores de servicio e inauguraciones.
Finalmente en el plano de la gestión comunal y vecinal se destaca lo siguiente, se les consulta si asisten a los Concejos Comunales, 18 dicen que no asisten por problemas de tiempo, trabajo y desmotivación. 20 consideran que es muy importante asistir a los Concejos para informarse de la marcha de los asuntos de la comuna, los 7 que no le dan importancia lo justifican en la escasa influencia que pueden tener en la reunión y sienten que su participación es sólo presencial. Se les pide que califiquen su Junta de vecinos en términos de la calidad de la participación de su sector: 16 dirigentes indican que es regular, 4 la evalúan como mala y 1 como muy mala. Por otra parte 6 dirigentes la evalúan como Buena. Algunos de los obstáculos identificados y que impiden una buena participación estarían en la falta de credibilidad que los dirigentes tienen en su comunidad, la falta de tiempo para participar en reuniones, la poca unión entre las personas, la gente ve que no se escucha a sus dirigentes en el municipio, los socios se aburren porque las cosas son lentas, mala gestión de algunos dirigentes y mala formación de estos entre otras razones de similares características. Por último se les consulta que propone para mejorar la participación, 9 indican que se debe dar un proceso de cambio de mentalidad, 7 plantean el tema de la capacitación, 6 indican la entrega de recursos, 4 asesoría profesional y uno menciona el abrir espacios a los jóvenes. Pese a que existía un listado de alternativas donde se mencionaba el Cambiar las leyes ningún dirigente aludió a ello.
Se abordará el significado de la información entregada por los entrevistados, poniendo como punto de referencia la hipótesis central de la investigación que dice relación con la falta de conocimientos sobre el proceso de descentralización que existiría en el actor particular de este estudio y por lo tanto una fragmentación de su potencial dinamizador del desarrollo local. Una primera afirmación de relevancia en este plano a partir de la información obtenida, es que no estamos frente a una incapacidad para elaborar una conceptualización ya que en los hechos los entrevistados lo hicieron, el problema estaría a nivel de la práctica de la descentralización y a nivel de conocimientos particulares, sobre todo del ámbito del Gobierno Regional. La posibilidad de elaborar una definición tiene relación con el perfil educacional de los dirigentes, quienes en su mayoría han finalizado los estudios de Educación Media lo que implica haber desarrollado condiciones para acercarse de modo fluido al terreno de las generalizaciones conceptuales. Lo que llama la atención es el carácter político-administrativo en el concepto entregado, lo que es un reflejo del énfasis que toma la discusión en nuestro contexto, al respecto podemos citar: "Que los poderes económicos, judicial y legislativo pasen a las regiones, que éstas tengan injerencia directa en distribuir recursos, generar leyes de acuerdo a la realidad de cada sector, cada región tiene sus problemas" , otro dirigente dice " Que se creen oficinas de los ministerios y de las autoridades de la región en la comuna, para que estén en contacto directo con la gente, para que conozcan los problemas nuestros y tengan poder de decisión". En estas opiniones se refleja en todo caso la mezcla de conceptos que existe tales como desconcentración o deslocalización, cuestión que ni los expertos terminan de aclarar completamente, esta mezcla sin duda que contribuye a la falta de comprensión del proceso ya que es muy probable que algunas autoridades tampoco tengan claras las diferencias entre uno y otro, para los dirigentes es más difícil todavía diferenciarlos.
El problema notorio surge de la práctica social en la descentralización y tiene que ver con el sentido que se le asigna a esta, se verifica en la información entregada que la descentralización es vista como un modo de hacer más eficiente el uso de los recursos y el acceso a estos, por ello indican que el cambio en la organización del Estado debe permitir mayor contacto con las autoridades y de ese modo se espera mayor eficacia en la entrega de los recursos, así como una mayor fiscalización y una mejor comunicación con las autoridades de todos los niveles. Por otro lado la entrega de mayor poder a la población va asociada a la formación y asesoría profesional, como ya se había plateado esta concepción resalta un aspecto de funcionamiento político, pero con una visión de la acción circunscrita a la forma de mejorar la obtención de recursos, en este sentido y como lo señala De la Maza (1999) el Estado moldea un tipo de dirigente que es más funcional a los objetivos de su política social. Por lo tanto estos dirigentes son de algún modo la expresión de una política que ha puesto el énfasis en la resolución de particularidades, no existe preocupación por la construcción de identidades y territorios subnacionales y por lo tanto hay una actitud meramente receptiva. Este elemento se aclara bastante con el dato sobre el tipo de actividad que los dirigentes identifican como experiencias de participación donde se verifican acciones con un marcado carácter consultivo e instrumental de la participación por parte de la autoridad, un dirigente indica como experiencia de participación: " Reuniones con el Alcalde en donde hemos expuesto nuestros problemas y esperamos respuesta del Alcalde". Otro dirigente señala lo siguiente como experiencia de participación: "Inauguración y puesta en marcha de un proyecto grande realizado en el sector Santa Rita con el Intendente Regional, me invitaron a la ceremonia de inauguración".
Los conocimientos particulares demostraron ser insuficientes y la interrogante principal aquí tiene que ver con la falta de manejo de mayor información sobre diversos tópicos de la descentralización. Por ejemplo, no saber cuál es el gobierno regional, algo que parecerá de fácil para los entendidos, pero por lo encontrado en el estudio se confunde con otras instancias, la interrogante queda abierta: ¿Cómo es posible que habiendo transcurrido siete años desde que se publicó la Ley de Gobiernos Regionales estos dirigentes aún no sepan lo básico?. Es posible que la experiencia a ellos le indique que estas instancias no influyan en el quehacer de su sector y por lo tanto no se preocupen de mejorar su propio conocimiento, pero eso demuestra el desfase entre lo institucional y la ciudadanía.
En el campo de la gestión y la participación podemos decir que la situación no es buena, fundamentalmente porque no se da en términos sustantivos como clave para la construcción de sujetos, sino que funcionaliza a objetivos institucionales, quizás el mayor nivel de participación se verifica en lo comunal, porque existen mucho más acciones específicas que el Estado canaliza con el aparato municipal, pero esto no da espacio a la construcción de espacios subnacionales más amplios donde de hecho se pueden abordar muchas situaciones de mejor forma. Los dirigentes no acuden a las reuniones de Concejo municipal que son abiertas, menos participan de las instancias regionales que no son de conocimiento público. La gestión de las organizaciones también tienen problemas en la falta de participación de la comunidad en general, los dirigentes expresan razones diversas pero lo fundamental es que no se participa (León, 1997).
Si volvemos a las preguntas iniciales, la cultura local está fragmentada entre lo que genera el discurso estatal sobre la descentralización y las reales capacidades de los actores de insertarse activamente en el proceso, existen limitación más bien de información en las personas y no de una inadecuada base para la comprensión de los contenidos de la descentralización, en último caso los actores locales frente a las dificultades de precisar algunos contenidos pueden participar en la discusión del alcance de estos, pero eso no se puede realizar si se mantiene una cultura que limita la participación a la consulta e instrumentalización política.
El actor local consultado no tiene una opinión buena de cómo se lleva a cabo la descentralización ni tampoco de los procesos de gestión local, además es crítico de la propia comunidad. La propuesta para mejorar esto último son variadas y todas tienen su valor: capacitar, asesoría profesional y entrega de recursos. Una mención especial es el tema de cambio de mentalidad que refiere a las formas de ver el mundo de las personas, dentro de lo cual se apunta al individualismo generalizado, que es justamente lo contrario a la construcción de ciudadanía. A los dirigentes les están fallando las herramientas para lograr una lectura adecuada de los procesos quedándose en la perplejidad de no saber que hacer frente a una realidad que aparece más poderosa que sus capacidades de intervención en ella, señalan los problemas pero no elaboran una salida como agente del desarrollo local, de ahí que su función quede restringida a gestionar y aplaudir la eficacia de los recursos para la solución de problemas específicos, quedando la construcción de sujeto en un segundo plano o simplemente fuera del horizonte local.
AGRADECIMIENTOS: Este artículo se elaboró en base al Fondo de Investigación de la Universidad del Bio-Bio, Proyecto DIPRODE Nº 992619-4.
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Autor:
Francisco Vega Reichenberger
2016
[1] El posfordismo se caracteriza por los siguientes atributos: Nuevas tecnolog?as de informaci?n, ?nfasis en los tipos de consumidor, en contraste con el previo ?nfasis en las clases sociales, Surgimiento de los servicios y trabajadores de ?cuello blanco