El cuidado medico en Estados Unidos es generalmente de muy alta calidad. El gobierno vigila de cerca las empresas y servicios que se dedican a esto. Hospitales, clínicas, escuelas médicas y compañías farmacéuticas deben cumplir con las regulaciones gubernamentales. Doctores, enfermeras y cualquier otro personal médico deben ser licenciados y llegar a ser especialistas médicos les tomara generalmente 15 años de estudios rigurosos. El alto nivel tecnológico disponible en el país contribuye a una atención de calidad, y el promedio cada hospital tiene millones de dolarse en equipos de última tecnología.
Cuando se busca cualquier tipo de asistencia médica en los Estados Unidos, hay muy pocos servicios gratuitos y la mayoría de ellos son costosos. A diferencia de otros países, hay muy pocos programas subsidiados por el gobierno, a excepción de uno para personas de 65 años quienes hayan cotizado el seguro social (Medicare) y uno para las personas de pobreza extrema (Medicad).
El gasto medio por persona le cuesta el doble al gobierno de EEUU que en la mayoría de países Europeos. De hecho es el gasto médico por persona más caro del mundo.
Es un sistema con una alta burocracia que eleva los gastos a 1000 dólares por persona solo en concepto administrativo. El 15% de la población en EEUU carece de cualquier cobertura médica.
En EEUU las empresas ofrecen junto al puesto de trabajo una cobertura médica. Esta cobertura se contrata sin pensar en la eficiencia de la misma sino es que el gerente saque x"s beneficios.
Como se ve es un sistema desastroso.
Sistema sanitario en España
La sanidad pública y privada
El estado español cubre las necesidades sanitarias de todos sus ciudadanos mediante el Sistema Nacional de Salud, financiado a través de impuestos y regentado por las Comunidades Autónomas.
Más del 90% de la población utiliza este sistema para sus necesidades médicas. Este sistema permite a los españoles elegir su médico de cabecera, a través del cual obtienen acceso al resto del sistema.
La mayoría de los pacientes consiguen una cita con su médico en un día o dos desde la solicitud. No suele suponer ningún gasto extra a los pacientes ya que la comunidad autónoma corre con los gastos.
Para consultar a un especialista, los pacientes han de ser remitidos por el médico de cabecera, excepto en caso de urgencia. Desgraciadamente, como en la mayoría de los países europeo, las listas de espera para visitar a los especialistas o para intervenciones voluntarias o no urgentes suelen ser largas. Por último, el sistema sanitario público español sólo cubre la atención sanitaria (con algunas excepciones), los tratamientos dentales y los problemas ópticos van por la vía privada.
La sanidad privada
En los últimos años la sanidad privada ha ganado en importancia. Se estima que un 15% de la población posee seguros médicos privados, incluidos la mayoría de los funcionarios públicos, a los que se les da la opción de elegir entre el sistema público y el privado. Los seguros pueden utilizarse bien como complemento o como alternativa a la sanidad pública.
La ventaja del seguro privado es que las compañías tienen sus propias redes de hospitales, clínicas y laboratorios, por lo que los asegurados no tienen que esperar tanto para ser tratados. El único problema es que las compañías pueden insistir a los pacientes en que utilicen sólo médicos que sean miembros de su grupo. Sin embargo, la mayoría tienen programas que reembolsan el 80% de la factura de médicos de fuera del grupo. Las compañías de seguros privados más importantes son Adeslas, Asisa y Sanitas.
Sistema sanitario en África
El informe de la Organización Mundial de la Salud sobre la sanidad en África es «catastrófico»: el continente concentra más del 90% de los casos mundiales de malaria, y más del 40% de los subsaharianos no tiene acceso a agua potable. Pero también hay datos esperanzadores: están desarrollando iniciativas locales para aprovechar los recursos disponibles.
Las enfermedades transmitidas por picaduras de moscas, mosquitos, garrapatas, y más insectos africanas, otras como las diarreicas podrían reducirse con tecnologías prácticas para agua potable. Además de la tragedia humana, las consecuencias económicas de todo ello son devastadoras.
La OMS afirma que la sanidad africana avanza gracias a las iniciativas locales. En Uganda, no había suficientes médicos para tratar a los enfermos de sida. Solucionaron ese vacío instruyendo a las enfermeras del país. El director de la Organización Mundial de la Salud de sida, tuberculosis y malaria en África, el doctor Antoine Kabore, asegura que «preparar a las enfermeras para que realizasen actividades que tradicionalmente habían desempeñado los médicos permitió a Uganda tratar a más pacientes y salvar sus vidas».
Es un ejemplo ilustrativo que demuestra que el estudio llevado a cabo por la OMS «no es sólo una enumeración de problemas, sino que también da cuenta de historias de éxito». El representante de la organización en Ghana, el doctor angoleño Joaquim Sawera, es consciente de la «difícil» situación sanitaria de África, pero asegura que «hay soluciones en marcha».
El informe revela que los países africanos están desarrollando nuevas técnicas para hacer frente a las enfermedades. Esas iniciativas locales no hacen uso de los caros métodos importados de fuera, sino que aprovechan los propios recursos. Avanzan, por ejemplo, preparando a los profesionales de la salud que hay en cada comunidad.
Los africanos pobres ponen su mirada en los países ricos, implorando ayuda que pueda reducir tanto sufrimiento.
Información Zambia
La República de Zambia (Republic of Zambia, en inglés) es un estado sin salida al mar en el centro-sur del continente africano. Limita con la República Democrática del Congo al Norte, Tanzania al Noreste, Malaui al Este con Mozambique, al Sur con Zimbabue y Botsuana y al Suroeste con Namibia, y al Oeste con Angola. Era conocido como Rodesia del Norte durante la época colonial y su nombre proviene del río.
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La economía depende, en gran medida, del cobre, mineral del que Zambia es uno de los primeros productores mundiales y que representa el 90% del valor de las exportaciones. Este país pertenece al llamado "cinturón de cobre", prolongación de los yacimientos de Shaba (República Democrática del Congo). El petróleo es importado y llega desde el puerto de Dar es Salaam (Tanzania). Dentro del sector industrial destaca la rama de tratamiento de minerales (sobre todo la refinación del cobre); también descuellan la producción del cemento y las industrias derivadas de la agricultura: aceites vegetales, manufacturas del algodón, azucareras, jabones, etc.
Actualmente, Zambia es el país con más pobres en todo el mundo, con un 86% de la población viviendo en la pobreza.
La agricultura se encuentra poco desarrollada; se centra básicamente en los cultivos de subsistencia: batata, cacahuetes, maíz, mandioca y mijo. También presenta cultivos de carácter comercial (algodón, café, caña de azúcar, tabaco). En la ganadería cabe citar la cabaña bovina. En los lagos y cursos fluviales se practica la actividad pesquera.
El turismo internacional, buscando los espacios naturales del país (cataratas, safaris…) constituye una importante fuente de ingresos.
En julio de 2005, el Gobierno de Zambia empezó a dar atención gratuita de VIH/sida y en 2006 derogó el sistema de recuperación de costes de la sanidad pública. Aunque el número de consultas aumentó rápidamente, no se implantó un sistema viable para suplir al anterior. Tampoco se ajustaron los suministros de fármacos, con las consiguientes rupturas de stocks. En ocasiones, los pacientes tuvieron que comprar sus medicamentos, una carga más para las personas con enfermedades crónicas como el sida.
MSF se ha centrado en la atención de VIH a través de un proyecto en Kapiri M'Poshi, una ciudad de tránsito en rápida expansión que cuenta con un importante nudo ferroviario. Según datos nacionales, un 20% de la población de la ciudad es portadora del VIH. A los 250.000 habitantes del distrito rural de Kapiri, con pocas carreteras y medios de transporte, les es muy difícil acceder a la atención sanitaria general y más aún de VIH.
El hospital de Kapiri ha subido a la categoría de hospital de distrito, pero sigue careciendo de servicios básicos como radiología o cirugía. En él, MSF gestiona una clínica y trabaja en 12 centros de salud rurales para implantar un modelo descentralizado de atención de VIH. A finales de 2007, el proyecto contaba con 7.000 pacientes, de los que 3.500 recibían tratamiento antirretroviral (ARV), habiéndose atendido 3.000 consultas al mes.
En 2001, MSF abrió un proyecto de VIH/sida en el distrito rural de Nchelenge, otra zona de tránsito al norte de Zambia. MSF trabajó en la integración de la atención de VIH en los servicios sanitarios y ofreció tratamiento ARV a más de 700 pacientes. Este proyecto hace el seguimiento de 4.195 pacientes con VIH, a los que también hace pruebas para detectar la tuberculosis (TB). MSF colaboró con las autoridades para integrar el tratamiento de personas coinfectadas por VIH y TB en la atención primaria. Asimismo, MSF trabajó con la comunidad para la prevención, el tratamiento y el apoyo a personas con VIH/sida. El proyecto se traspasó al Ministerio de Salud a finales de 2007.
Problemas que enfrenta la infancia en Zambia
Como consecuencia del índice de transmisión materno-infantil del VIH/SIDA, cada año nacen más de 30.000 niños y niñas cero positivos.
El SIDA ha dejado una generación de huérfanos a su paso: más del 20% de los niños y niñas han perdido a uno o ambos progenitores. Los hogares encabezados por viudas y huérfanos carecen con frecuencia de los recursos necesarios para cultivar suficientes alimentos. Cerca de 75.000 niños y niñas viven en la calle.
El paludismo es la principal causa de mortalidad infantil.
Cerca del 50% de los niños y niñas menores de cinco años padecen desnutrición; la anemia y la carencia de vitamina A están muy extendidas.
El sistema sanitario de Zambia adolece de una escasez de medicamentos, material y personal calificado, especialmente en zonas rurales.
Sólo el 36% de la población rural dispone de fuentes mejoradas de agua potable.
Gracias a la supresión de las tasas escolares, el índice de matriculación escolar ha aumentado; la disparidad entre los géneros es inferior al 1%. No obstante, hay una grave escasez de profesores, y muchos estudiantes no dominan las técnicas básicas en lenguaje y matemáticas.
Al igual que en otros sectores de la economía, la regulación en el sector salud se justifica por presencia de fallas de mercado y por la necesidad de garantizar el acceso a la atención de salud a los más pobres. Otro propósito de la regulación en el sector salud es resguardar la seguridad de la población general, es decir, aspectos tales como la calidad de los alimentos, la pureza de los medicamentos, el manejo de desechos tóxicos. En todas las economías industrializadas la regulación del sector salud es bastante extensa, sin embargo su alcance, contenido y organización varía enormemente.
La acreditación ha sido utilizada para asegurar un nivel mínimo de competencia de los profesionales de la salud. La efectividad de esta herramienta depende del nivel de los estándares establecidos: mientras más elevados, más efectiva. Otra forma de intervenir en la calidad mediante la acreditación es exigiendo una re-certificación en forma regular.
La acreditación de los establecimientos de salud se basa generalmente en medidas estructurales y toma alguna de las siguientes formas. Primero, el Estado puede asumir un rol activo estableciendo estándares, los cuales serán fiscalizados efectuando monitoreos y exigiendo su cumplimiento como prerrequisitos para permitir que los establecimientos continúen operando. Segundo, puede ser un organismo auto-regulador el que define y monitorea los estándares de instituciones que optan participar voluntariamente dentro del esquema de acreditación.
Desde un punto de vista teórico la descentralización del sector salud debe analizarse con los siguientes elementos. Según el enfoque tradicional, la descentralización es el grado y la calidad de la autoridad, autonomía y responsabilidad en la toma de decisiones asumido legítima y efectivamente por los gobiernos locales, sin interferir el gobierno central.
El federalismo fiscal parte del supuesto de que las preferencias de las distintas comunidades son heterogéneas y que una provisión homogénea de los bienes públicos por parte del nivel central resultaría en asignaciones que pueden ser mejoradas en el sentido de "Pareto", si cada gobierno local provee un nivel diferenciado de bienes públicos de acuerdo con las preferencias de sus respectivos habitantes. Se logra así una administración gubernamental óptima mediante la designación a cada ente territorial de aquellas funciones de la gestión pública para las cuales posea una eficiencia e idoneidad comprobada. El modelo ideal de descentralización busca que el gobierno central provea bienes públicos estrictamente del orden nacional y los gobiernos locales suministren bienes públicos de naturaleza local.
En un contexto descentralizado, además se puede igualmente reproducir la operación del mercado en la escala local, y la aplicación del concepto de exclusión para provisión de los servicios públicos locales, dentro del propósito de maximizar el bienestar colectivo. Sin embargo, la mayor descentralización podría terminar en una proliferación de entidades de función única sirviendo a poblaciones relativamente pequeñas, que conduciría a la pérdida de ciertas eficiencias de escala con el consiguiente incremento en los costos de administración. El resultado neto en bienestar dependería de la medida en que las ganancias de aproximar los presupuestos locales a las preferencias locales y de ampliar un mayor rango de escogencia disponible para los consumidores puedan contrarrestar los gastos adicionales de administración.
Por lo anterior, existen varios argumentos y consideraciones económicas que justifican la existencia de un sistema de transferencias intergubernamentales desde el nivel central. En primer lugar, la presencia de imperfecciones y/o distorsiones en la competencia entre entes territoriales de la administración pública tiende a conducir a una provisión no óptima de servicios públicos. Aunque bajo ciertas condiciones particulares la competencia entre entes territoriales puede producir resultados eficientes, donde la competencia fiscal es auspiciadora de eficiencia, y no como una fuente de distorsiones del sector público local, pero los resultados no han sido alentadores. Se ha observado que en competencia imperfecta con interacciones entre entes territoriales, el "Equilibrio de Nash" tiende a subprovisionar servicios locales.
En el caso de presencia de externalidades espaciales entre entes territoriales las dependencias descentralizadas pueden presentar comportamiento " oportunistas". Lo anterior puede llevar a algunas entidades territoriales a que suspendan totalmente el suministro de ciertos bienes y especular por el hecho de que su propia población pueda tener acceso libre a los bienes suministrados por otros entes territoriales. En este caso una determinada comunidad por buscar la igualación de la suma de beneficios marginales con la de los costos marginales en la provisión del bien público para sus propios residentes, se ve en la necesidad de producir más allá de este punto con mayores costos e iguales beneficios para satisfacer las demandas de los no residentes.
En dicha situación el gobierno central debe actuar bajo criterios de eficiencia a fin de determinar la externalidad neta y proveer un subsidio para el ente territorial proveedor del servicio cuando la externalidad sea positiva o imponer un impuesto para el ente territorial oportunista o "Free Rider" cuando sea negativa.
La diversidad geográfica de las preferencias de los ciudadanos restringidos por una movilidad imperfecta para su desplazamiento entre entes territoriales, en este caso la descentralización no garantiza una correspondencia óptima entre provisión local de los servicios y las preferencias de los residentes locales. Este argumento se debilita cuando se trate de un contexto regional ampliado en lugar de entes territoriales acotados dentro de áreas metropolitanas surgiendo el problema del tamaño óptimo del ente territorial para la provisión de bienes públicos, como solución surge el campo del federalismo fiscal. La existencia de economías de escala es un ejemplo adicional de compensación entre entes territoriales que puede ameritar la intervención mediadora del gobierno central.
El sector de la sanidad y la economía
Introducción
El sector de la sanidad se ha convertido en uno de los sectores más avanzados de las economías desarrolladas. Los recursos dedicados a la salud absorben más del 8% del PIB, como media de los países de la OCDE (La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que equivales a decir los más ricos del planeta. Además, en la mayoría de los países ese porcentaje no ha parado de crecer y se ha duplicado en los últimos cuarenta años.
Ese importante peso cuantitativo justificaría por sí mismo la aproximación económica al sector. Pero, además, otros factores cuantitativos elevan el interés por el estudio de sus problemas. La sanidad resulta esencial para el nivel de vida y bienestar de una comunidad, es un elemento fundamental en la productividad de su fuerza de trabajo y despierta un interés creciente en los ciudadanos.
El gasto sanitario representa actualmente una de las partidas fundamentales de los presupuestos públicos en las economías europeas, con la particularidad de que es también una de las que ha experimentado un mayor crecimiento en las últimas décadas.
PIB, gasto sanitario y salud
Es la determinación del estado de salud de un país y de sus ciudadanos intervienen factores biológicos, de estilo de vida, ambientales, educativos, genéticos y otros. Entre estos, debemos citar los económicos: sin duda el nivel de desarrollo económico y el nivel de renta familiar influyen muy decisivamente en varios de los aspectos anteriores, e influyen también en el nivel de gasto sanitario que, a su vez, tiene una importancia decisiva sobre el nivel de salud muy relacionado con el nivel de renta.
A medida que los países de desarrollan y crece su renta per cápita, el gasto sanitario per cápita crece más que proporcionalmente (figura 1.1). La asociación es claramente significativa y los datos demuestran que, incluso, el primero crece en mayor proporción que el segundo. O lo que es lo mismo, que cuanto mayor es el nivel de vida de un país mayor es la proporción de sus recursos que destina a la sanidad.
Las estadísticas sugieren que existe una relación directa entre desarrollo económico y gasto sanitario y entre éste y salud, aunque no sea sencillo encontrar indicadores absolutos para relejar el estado de salud de una sociedad.
El incremento del gasto sanitario hace mejorar significativamente los indicadores sanitarios (disminuye la mortalidad infantil, aumenta la esperanza de vida), hasta un punto a partir del cual parecen estancarse aunque siga elevándose el gasto.
El crecimiento del gasto sanitario ha sido muy notable en los países desarrollados, especialmente desde la década de los 60. En la mayoría de los países el Estado es el principal financiador de ese gasto. La sanidad se ha convertido en un objetivo prioritario de las economías occidentales dentro de la consolidación del llamado Estado de Bienestar. La universalización de la cobertura sanitaria, el envejecimiento de la población y la introducción de tecnologías punta son las principales causas de ese crecimiento.
Se observa que, cuanto mayor es el nivel de desarrollo de los países, mayor tiende a ser también el gasto sanitario. Y que el crecimiento de éste conlleva mejoras evidentes en la salud de los ciudadanos hasta un cierto nivel a partir del cual mayor gasto no implica mejoras relevantes en los niveles de salud.
Los seres humanos buscan satisfacer sus necesidades a través del consumo de bienes y servicios. Mientras las necesidades son ilimitadas, los bienes disponibles para satisfacerlas son escasos. De hecho, sólo consideramos que son bienes económicos aquellos que son limitados.
La economía parte del comportamiento racional de sujetos que intentan hacer máximo se bienestar económico y presupone que ese comportamiento es un buen índice del comportamiento medio. Suponemos que toda decisión humana es el resultado de una previa valoración de los costes y los beneficios de las distintas alternativas, aunque no tengan porqué ser exclusivamente materiales.
En la economía, como en todas las ciencias sociales, es posible un enfoque positivo, que tan sólo pretende describir la realidad, o un enfoque normativo, que incluye algún tipo de manifestación respecto al deber ser, a cómo actuar sobre la realidad para transformarla.
Autor:
Máximo Contreras
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