- Introducción
- La nueva economía mundial y su carácter
- El nuevo profesional requerido por el país en materia de relaciones económicas internacionales
Introducción.
En medio de la urgencia que permita, por una parte, formar profesionales idóneos para el mundo laboral y productivo de hoy y, por la otra, mejorar la propia calidad de la educación y de la capacitación que reciben los estudiantes, a fin de que la misma contribuya a elevar su desempeñó, surge la inquietud sobre las exigencias de todo tipo que se imponen en la formación de profesionales en los diferentes programas académicos y, en especial, en los de Economía Internacional y el de Relaciones Económicas Internacionales, que ofrecen algunas universidades en Colombia. Lo anterior, desde luego, como una consecuencia ineludible de las transformaciones sociales, tecnoeconómicas y políticas que se viven en el momento actual y del fenómeno de la globalización. Es lo que comúnmente se denomina adelantar un proceso de reestructuración curricular.
Las siguientes líneas buscan ante todo determinar- grosso modo – el peso que el fenómeno de la globalización y otros estrechamente relacionados como el de la internacionalización y de la regionalización ejercen en la actividad productiva de la sociedad y sobre las características y orientaciones académicas y de la capacitación que han de recibir y tener los jóvenes profesionales egresados de estos programas, de suerte que al ingresar u ofrecer su fuerza de trabajo puedan encontrar los nichos o destinos profesionales de manera adecuada y pertinente que la actual empresa viene ofreciendo.
Varios interrogantes surgen frente a la problemática planteada y una primera es lo relacionado con la definición del método de estudio a seguir. Sobre este particular, una inevitable tentación, quizás sea aquella que nos conduce a definir lo que es un profesional de Economía Internacional y/o de Relaciones Económicas Internacionales, para luego continuar sobres aquellos aspectos para lo que está capacitado o habilitado, es decir, definir lo que comúnmente se denomina el perfil profesional, conforme a los planes de estudio planteados por la Universidad.
Razones de orden práctico parecen indicar, como es obvio, que sería mejor ocuparnos de este aspecto para llegar a la pertinencia y calidad de los contenidos programáticos, luego de evaluar el método o métodos empleados en la transmisión del conocimiento y de los sistemas de evaluación practicados por los docentes para asegurarnos de la calidad de los resultados esperados.
Sin embargo, superada esta tentación, la cual me parece práctica y pertinente aunque no siempre, lo práctico sea lo correcto y lo lógico, y muy contrario a este método, estimo que en primer lugar, sería muy conveniente caracterizar el carácter actual o las nuevas formas de producción, el o los tipos
de nuevas fuentes de trabajo que han aparecido y las relaciones laborales surgidas, así como las modificaciones en las relaciones de producción presentadas y las que están surgiendo o que se vienen desarrollando con ocasión de las evidentes transformaciones tecnológicas surgidas.
Como se conoce, estos avances tecnológicos han tenido un fuerte impacto en la producción, en el surgimiento de los nuevos bienes y servicios transados, en las formas de mercadeo e intercambio practicadas a escala universal y en el carácter de la situación laboral derivada de la relación capital.- trabajo. Todo esto conforme al pensamiento económico dominante, de su impacto en nuestra sociedad y de la posición que de modo inexorable debe tomar la Universidad frente a todo este estado de cosas.
En segundo lugar, es importante ocuparnos del tipo de profesional que en el corto, mediano y largo plazo necesita el país en materia de economía internacional y en las relaciones económicas internacionales, que es una de las formas que toma la dinámica de los vínculos internacionales, hoy por hoy muy importante gracias al peso del intercambio comercial y de las agendas económicas que hay que atender en virtud de los compromisos internacionales que han adquirido los países.
Agotado, aunque sea en brevedad lo anterior, finalmente estimo necesario estudiar en detalle la estructura curricular de estos programas a partir de sus contenidos programáticos, para concluir sobre la pertinencia o no de los mismos ó, en menor medida, la de los contenidos programáticos que contiene o se desarrollan a lo largo de la carrera.
1. La Nueva Economía Mundial y su carácter.
Uno de los mayores problemas sino el más importante por el que atraviesa gran parte de la humanidad a fines de este siglo, luego de la violencia, es la pérdida del empleo. Para quienes, hemos tomado clara conciencia del peso que tiene esta problemática, que se viene generando desde hace algunos años a escala universal, adquiere un sello preocupante toda vez que la misma sociedad contemporánea occidental no ha creado formas alternativas de consumo y de supervivencia distintas a tener que emplearse por un salario. El desempleo, unido a la desigualdad del ingreso, a la inseguridad en materia de salud, cultural y de otros órdenes aparecen como un producto más de los avances tecnológicos y de los efectos de los ajustes de la economía de libre mercado y del fenómeno de la globalización.
A 1999 y para todo este año, la tasa de desempleo en Colombia superaba el 20 por ciento, (lo que significa un poco más de tres millones de personas sin trabajo). Esta cifra se ha incrementado durante las últimas semanas. Para el mismo período, la tasa de desempleo urbano en Argentina estaba por el 14 por ciento, en Bolivia, el 4.5 por ciento y en Brasil el 7.7 por ciento.
Todas estas datos originan un estado de preocupación generalizada toda vez que los nuevos desarrollos científicos –tecnológicos de los países desarrollados, si bien son una fuente importante de nuevos empleos en estos países, no ocurre así en los países subdesarrollados en los que cada avance de la humanidad en este orden, se manifiesta con oleadas mayores de desempleados y en los que se evidencia el desplazamiento del hombre por la máquina.
La Distribución de la riqueza en el mundo.
Resulta paradójico que frente a un crecimiento sostenido de las exportaciones entre un 5 y un siete por ciento a escala mundial, durante los últimos años, a fines de los noventa, de acuerdo con cifras del programa de las Naciones para el Desarrollo (PNUD), una quinta parte de la población mundial que vivía en los países desarrollados disponía:
? del 86 % del PIB mundial, en tanto que, contrariamente, una quinta parte de la población de los países pobres disponía de un solo 1%;
? del 82 % de los mercados mundiales de exportación mientras que, en el otro extremo, el otro quinto por ciento de la población pobre, solo tenía el 1 %;
? del 68% de la inversión extranjera directa contra un 1 % en el otro extremo;
? Los países de la OCDE, con solo el 19 % de la población mundial, tienen el control del 71 por ciento del comercio mundial de bienes y servicios; el 58 por ciento de la inversión extranjera directa y el 91 por ciento de todos los usuarios del Internet.
? La ola reciente de fusiones y adquisiciones de empresas está concentrando el poder en megaempresas a riesgo de eliminar la competencia. En 1998, las diez empresas más importantes del sector de los plaguicidas controlaban el 85 por ciento de un mercado mundial más de 31 mil millones de dólares y las diez principales empresas de telecomunicaciones, tenían el control del 86 % de un mercado de 262 mil millones de dólares.
? En 1993, el 84 por ciento del gasto mundial en investigación en ciencia y tecnología correspondía a solo diez países y estos mismos controlaban el 95 por ciento de las patentes de los Estados Unidos. Contrariamente, el 80 por ciento de las patentes otorgadas en los paises en desarrollo pertenecen a ciudadanos o residentes de paises industrializados.
Lo anterior, no obstante que las exportaciones mundiales ascendieron a 7 Billones de dólares en el decenio de 1990, algo así como el 21 por ciento del PIB mundial; la IED fue superior a 400 mil millones de dólares en 1997 – siete veces el nivel que tuvo en 1970; a que el movimiento diario de los mercados de divisas es superior al 1.5 billón de dólares y que los préstamos de Bancos Internacionales aumentaran de 265 mil millones de dólares en 1975 a 4.2 billones en 1994.
La distribución de la riqueza en el mundo es motivo de preocupación y alarma ya que en la estratificación que se hace de los paises, apenas doce países, de los más ricos, son responsables de casi cuatro quintas partes de la actividad económica mundial en tanto que la mayor parte de los paises del mundo dependen de las actividades agrícolas. Los paises productores y exportadores de petróleo, constituyen sin lugar a dudas un grupo importante de paises con poder de negociación, mientras que casi una cuarta parte de los paises viven de la caridad mundial.
Estos datos, sin mencionar aquellos relacionados directamente con el desarrollo humano, los cuales se muestran más dramáticos, justificarían por sí solos el estudio de las relaciones económicas internacionales. Pero además, sin pretender generalizar, es preciso entender que gran parte de la situación mundial son fruto, ya de la naturaleza misma de las relaciones económicas internacionales o de aquellos efectos derivados de la integración, del intercambio y de las estructuras y procesos que en materia de formulación de normas, ajustes económicos, recomendaciones y planes, provienen de organismos claves como el F.M.I., el Banco Mundial, el G-7, el G-22, la OCDE y la OMC.
Por el lado de las organizaciones productivas, la nueva red empresarial estructurada a escala mundial, ha multiplicada muchas veces la producción de bienes y servicios y sobre el desarrollo de nuevos software han elaborado nuevas estrategias de marketing internacional, utilizando una coordinación de tipo horizontal antes que vertical. Los nuevos nexos estratégicos, se sustentan en grupos de personas cada vez más pequeños de trabajadores pero con habilidades superiores desde el punto de vista de su capacidad y formación tecnológica. La celeridad y la fluidez son tan importantes en este tipo de empresas que no se pueden sobrecargar con excesivos gastos generales como grandes oficinas, plantas, equipos y sueldos, anota Robert B. Reich, ex ministro de Trabajo de Bill Clinton.
Contrario a lo que se cree, en cuanto a la importancia de las personas y del trabajo humano, el capital recurre hoy día con mayor frecuencia en los procesos productivos frente a otros mecanismos especialmente ligados a la utilización del trabajo directo y, por ello, grandes masas de trabajadores vienen siendo despedidos de conformidad con las nuevas leyes de contratación y de cancelación de los contratos de trabajo.
En todo este cuadro, la literatura científica, por su parte, nos hace saber que en menos del tiempo que imaginamos, existirán tres grandes categorías de trabajo o formas de trabajar:
1. aquellos servicios rutinarios de producción,
2. los servicios de persona a persona, y
3. los servicios analíticos – simbólicos.
Estos aspectos embarcados y enmarcados en la moderna corriente del pensamiento prevaleciente y dominante, son parte de la estrategia seguida en la esfera internacional, la cual es posible resumir en los siguientes rasgos:
a. Defensa a ultranza del librecambio, que ha favorecido en aras de las ventajas absolutas y comparativas, la concentración de capital,
b. La movilidad internacional de capital y la desregulación de los mercados, que ha favorecido la expansión capitalista, la aparición de nuevos mercados y la de numerosos productos e instrumentos financieros, "facilitando" la financiación y la regulación de la economía;
c. La reestructuración de un nuevo orden financiero global el cual se apoya en el cumplimiento de los compromisos de pagos, la política de privatizaciones y la dureza extrema en los ajustes económicos; y
d. la expansión de los mercados extendiendo el capitalismo a las últimas fronteras del mundo para permitir el libre juego de la oferta y la demanda, excepto el del tipo de cambio que se ha alzado como el único santuario de la burguesía capitalista tras- nacionalizada sobre el que hay que intervenir cuando las circunstancias así lo requieran.
No han sido neutros estos rasgos, en lo que respecta a la economía internacional. Ellos han impactado las economías nacionales y han direccionado y orientado las políticas nacionales en todos los niveles, a fin de sincronizar en un todo integral todos los aspectos de la vida y de la sociedad. Uno de estos aspectos lo constituye la educación que ha de impartirse en la búsqueda del nuevo profesional requerido. En muchos espacios, a esto es lo que se denomina la crisis de la educación, es decir la falta de sincronización de las políticas educativas nacionales con el nuevo orden mundial organizado por el pensamiento neoliberal en lo que atañe con la economía globalizada.
2, El Nuevo profesional requerido por el país en materia de relaciones económicas internacionales.
Considerando la situación económica, social y política que a escala universal se presenta y lo que ello significa para el desenvolvimiento humano, es necesario adentrarnos en el campo de lo que sería el objeto de estudio de la economía internacional y/o de las relaciones económicas internacionales en el marco de los acontecimientos universales en curso.
En primer lugar hay que señalar que las relaciones internacionales son una ciencia. A diferencia de los animales que forman parte de la naturaleza, el hombre está obligado a subyugar y a controlar el medio antagónico en que se desenvuelve a través del desarrollo y desenvolvimiento de facultades para sobrevivir. Esta es la razón de que la cultura surja como expresión trascendente.
De otra parte, el estrecho vínculo entre trabajo y ciencia, ha ensanchado no solo las ventajas del ser humano sino que también ha permitido una conciencia problémica y esta, a su vez, la existencia de un problema: el conflicto mismo y este solo han de comprenderse como un proceso histórico.
Esto es muy importante de comprender puesto que es necesario insistir en el actual carácter universal de los conflictos entre distintas sociedades, por ejemplo lo del Golfo Pérsico, Yugoslavia, derrumbe del muro de Berlín, etc. Este aspecto "global" distingue las relaciones internacionales de la política exterior de otras épocas, por ejemplo la de los imperios precolombinos o de la democracia griega. De ahí que, la mayor parte de los autores sobre el tema estén de acuerdo en sostener que las relaciones internacionales enmarcadas dentro de la interdependencia universal sólo existen desde que hay guerras mundiales. Estas pueden interpretarse como una extensión universal del conflicto entre sociedades.
La dificultad de rastrear el curso de la historia, tarea por demás desmesurada, ha permitido a diversos autores situar el punto de partida de las modernas relaciones internacionales en la era de los descubrimientos y en especial en el descubrimiento de América. El sistema internacional, convertido hoy día en el objeto de estudio de una disciplina científica y de técnicas de investigación apropiadas y extendidas, es uno de los grandes temas de discusión que abocan los especialistas contemporáneos.
La dimensión económica de las relaciones internacionales, por incluir aspectos fundamentales de sociedad como la producción, el consumo, el cambio y la distribución a escala universal, así como la defensa de los derechos humanos, los problemas de colonización y de la intervención y de la dominación extranjera, se alzan hoy como una de las tareas urgentes por esclarecer.
No es un asunto que corresponda a una única dimensión de estudio; es un asunto de supervivencia mundial que atañe por igual a la moral, a la política, a los juristas, a la filosofía y a la economía. La defensa de la paz, así como la de los derechos fundamentales humanos, es una cuestión imperativa de los Estados modernos, tanto en su dimensión política, jurídica y filosófica, como de la económica.
La competencia despiadada por el aumento de la riqueza universal a partir de ese momento por fortalecer el poder económico de los Estados, para mejorar el destino de las poblaciones y contribuir así a su bienestar, empujó a esta ciencia hacia el estadio de una nueva dimensión de las fuerzas y de las relaciones de producción y del intercambio mundial.
La estrecha interdependencia de los pueblos de hoy y la peligrosa evidencia de verse afectada de manera sustancial el bienestar de las comunidades, pasa hoy por numerosos dimensiones y lo económico es uno de ellos.
El fin del milenio.
Para fines de este siglo y la llegada de otro nuevo, el panorama que se vive en el mundo es motivo de un urgente replanteamiento al acumularse demasiado poder en unas pocas naciones y demasiadas necesidades en muchas. Más de la mitad de la población mundial, habitantes de África, Asia y América Latina, vive con menos de quinientos dólares mensuales, en tanto que el 20 por ciento de la población de cerca de 20 paises, tiene ingresos superiores a quince mil dólares al año.
Analfabetismo, empleo, mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer, distribución del ingreso y educación, así como otros indicadores son por excelencia el centro de estudios del fenómeno de la globalización. "Los cambios de la forma en que los hombres usan su tiempo someten a una fuerte tensión el tiempo disponible para la atención", anota el informe del PNUD y agrega, además, en un mercado laboral competitivo a escala mundial, ¿cómo podemos preservar el tiempo para atendernos a nosotros y a nuestras familias?
Esencialmente, el tamaño y el nivel de capacitación de la población, el nivel y el carácter de la producción, la tasa de crecimiento, el nivel de la riqueza nacional, la naturaleza del sistema económico, la distribución del ingreso nacional, el ingreso total disponible por persona, la deuda externa, la inversión, las finanzas y la cooperación internacional son importantes elementos de estudio en las relaciones económicas internacionales contemporáneas.
Los asuntos de la educación.
Ahora bien, desde cualquier óptica que se mire, ya sea en la perspectiva pura de las relaciones internacionales, como en la del modelo neoliberal existente o en la del proceso de globalización – siendo ambos las dos caras de la misma moneda – los asuntos de la educación y básicamente la de algunas profesiones y carreras, requiere de un profundo diagnóstico que empuje hacia la constitución de un conjunto de elementos que le impriman calidad, eficiencia en cada proceso que se adelante en la labor educativa. La reestructuración curricular es un asunto nacional, agregaría que de supervivencia nacional. No es un asunto particular.
Algunas observaciones para enfatizar sobre este particular son oportunas. El interrogante planteado por Max Weber a comienzos de siglo de cómo consiguen las diversas industrias del mundo desarrollado su fuerza de trabajo ha quedado sobradamente resuelto con la nueva división internacional del trabajo vigente y por la forma de cómo se ha organizado la oferta internacional de bienes y servicios. Las denominadas aperturas económicas simplemente solo han sido eso: aperturas a los nuevos sistemas de oferta organizados desde y para los países desarrollados.
Es materia de inquietud, sin embargo, lo relativo al alcance de las exigencias que en el plano de las cualidades de nuestros profesionales han surgido en cuanto a que ellas pasaron de ser determinadas por lo urgente y necesario en el plano de lo estrictamente "nacional", marcado por una cultura del mismo tenor o hasta regional y local, a un plano de cualidades y exigencias determinado por un mercado totalmente globalizado, determinado por el libre mercado. No es de extrañar, entonces, las profundas preocupaciones sentidas en las universidades y en el seno de toda la sociedad alrededor de las responsabilidades que emanan del proceso de formación de nuestros profesionales, de las estructuras de los currículos y en general de todo el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Durante buena parte de este siglo, las fluctuaciones en el ciclo económico y las consecuencias en el nivel de empleo, el ingreso y el consumo, contaban con la pronta respuesta del gobierno a través de medidas económicas que garantizaban de una manera u otra la elevación de los mismos y así se garantizaba la normalización del régimen de producción y de la estabilidad de la empresa.
De un modo u otro, el Estado era un garante para que subsistiera la empresa y el modo de producción capitalista. Esta revolución del pensamiento keynesiano, perdió vitalidad y muy pronto fue reemplazado por una nueva manera de pensar y actuar sobre la organización de la economía nacional e internacional.
En materia de educación, el Estado garantizaba la calidad de los profesionales requeridos por la industria nacional, Hoy, ya de lo que se trata no es de formar jóvenes profesionales de conformidad con las exigencias del país, de una región o una localidad. Pareciera que los problemas del país, o de la región, por efectos de un maravilloso encanto, hubiesen desaparecido y la preocupación se centra en lo que se ha dado en denominar la competitividad internacional. Es preciso, no obstante, entender que cada país está obligado a aportar nuevos valores al producto mundial y para eso es necesario también que la hoja de vida de los profesionales compita en las páginas del Internet, para ser "supuestamente" ofrecidas y demandadas a escala universal, de acuerdo a patrones educativos universales.
Es innegable que la vieja fábrica, las llamadas industrias de chimenea y los tradicionales métodos de trabajo han sido reemplazados por las grandes corporaciones transnacionales, que con su poder y con la ayuda de los desmontes a todo tipo de obstáculos a la libre movilidad del capital, de los bienes y de los servicios, traspasan fronteras, reorientan la producción y el consumo y establecen nuevas formas de intercambio y de contratación laboral. Con la expansión del capitalismo hasta las últimas fronteras, hoy el mundo es una fuente inagotable de mano de obra barata, disponible y domesticada a las leyes inexorables de las relaciones de trabajo impuestas por el gran capital internacional.
En otra dimensión, sin embargo, aunque del mismo tenor, la contradicción está presente: una demanda internacional por productos elaborados por jóvenes con una educación particular, algo así como tecno- especialistas en muchas cosas pero, por el otro lado, una competitividad del mismo tenor que exige una formación universalista conducente a la formación de profesionales capaces de identificar, plantear, formular y resolver nuevos problemas, mentalidad creadora
A pesar de todo lo encantador que pueda parecer lo virtual, muy por el contrario a lo planteado por el pensamiento clásico de la economía, la realidad de hoy día nos enfrenta al dilema de que el conocimiento, las condiciones de trabajar, la aptitud, la destreza y la sensatez para ejercitar el trabajo parecen no parecen ser suficientes para desempeñar algún trabajo y mucho menos para ejercitarlo en nuestro país y en condiciones dignas.
De acuerdo con la lógica como funciona la empresa capitalista, innovaciones técnicas no solo desplazan mano de obra sino que tienden a excluir a aquellos trabajadores que relativamente resultan costosos en comparación a otros que cuentan con mayor calificación y son fácilmente reemplazables.
Resulta evidente, así mismo, que las particularidades de cada sector industrial o empresarial son un elemento central para este tipo de análisis pero es muy cierto también el hecho de que la depreciación de la fuerza de trabajo ha llegado a niveles tan bajos que resulta difícil una consideración generalizada el creer que todos los sectores industriales de la nación hayan alcanzado un grado alto de dotación tecnológica para darse el lujo de desplazar trabajadores hasta un nivel tal en el que la propia medida se convierta en un peligroso bumerang por la disminución de la demanda, aspecto este que vive la economía nacional, como una dolorosa condición para bajar la inflación. Desempleo para favorecer una política de carácter monetario
A mí juicio, aunque parezca contradictorio con la línea del pensamiento seguido y, demasiado obvio y secundario, una de las cuestiones primarias que hay que determinar para el tipo de interés que nos ocupa es el de determinar la clase de trabajadores que son desplazados y cuales vienen siendo objeto de una demanda como consecuencia de los cambios tecnológicos y de las transformaciones sucedidas. Los estudios adelantados en nuestro medio sobre este particular no estimulan a ofrecer una respuesta pronta para este interrogante. La universidad debe acometer y respaldar este tipo de investigaciones con el propósito de disponer de una fuente seria de datos sobre el particular.
Para el caso de América Latina y de Colombia, en particular, un espacio dominado por el denominado Consenso de Washington, el cual incluye entre otros aspectos un programa de reformas de ajuste y estabilización económica, supresión de obstáculos al comercio internacional y defensa del librecambio, férrea disciplina fiscal y una drástica reducción del gasto público, estas reformas se han constituido en el imperio de la injusticia y el derroche, todo con el propósito de equilibrar la balanza de pagos, extirpar las ideas de una justa convivencia social y enterrar las medidas proclamadas por el keynesianismo. La formación democrática y para la democracia de los estudiantes es un problema nacional
Hoy, de la misma manera a como ayer se lo planteaba de Max Weber, formulamos los siguientes interrogantes con relación a la formación de profesionales en Economía Internacional, Relaciones Económicas Internacionales y en otros campos similares: ¿Hasta dónde la organización de los trabajadores en la empresa se organizan de una manera cada vez mas especializada o por el contrario, de una manera más universalista?
La standarización creciente de los productos a escala universal impone también la standarización de los trabajadores o, por el contrario, ¿a la especialización en aumento de los medios de trabajo, corresponde una multilateralidad de las cualidades de formación académica de los trabajadores?
Estas nuevas especificidades de las relaciones a escala mundial, su peso y relación con los estados nacionales requieren de un conocimiento adecuado, tanto en el saber como en el saber hacer. La interpretación de las nuevas modalidades de intercambio, de los flujos monetarios y de financiamiento internacional, así como el tráfico ilegal de narcotráfico, el terrorismo, los múltiples problemas de fronteras, el armamentismo y el peso y la influencia que estos aspectos tienen en las comunidades nacionales, son por igual fundamentos sustanciales en la formación de los jóvenes profesionales de los programas aquellos ligados a la comprensión y manejo de los asuntos de la economía internacional, las relaciones económicas internacionales y de otros programas similares o ligados a estos campos.
Autor:
Leonardo E. Gutiérrez Berdejo
Docente Universitario. Universidad Central. Bogotá.