Cap. II EL SUICIDIO Y LOS ESTADOS PSICOLÓGICOS NORMALES. LA RAZA, LA HERENCIA
En primera instancia define la raza. Durkheim cae en la cuenta de que no es posible definirla obviando los tipos hereditarios.
Tomando la división de las tres razas que hace Morselli, se observa una gran diversidad en la aptitud para el suicidio en los eslavos, los celtarromanos y las naciones germanas. Solo los alemanes tienen una fuerte propensión que se pierde cuando salen de Alemania.
Posteriormente Durkhien ordena las razas según grupos de pueblos europeos, y se concluye, por ejemplo, que si los alemanes se matan más que otras colectividades, la causa no hay que buscarla en la sangre que corre por sus venas, sino en la civilización en la que han sido educados. La evidencia comparada sobre el suicidio nos remite explicativamente a la connotación de lo general: las muertes voluntarias crecen al amparo de los efectos de la civilización y de los hechos sociales. Cabe preguntarse, pues: ¿en otro tipo de civilización no hay hechos sociales?, ¿cuáles son los rasgos inmanentes de esa civilización europea? De haber respuestas, Durkheim hubiera estado muy próximo al análisis weberiano; sin embargo, lo que a nosotros nos interesa es que lo social como llave explicativa se ubica en un plano deductivo y bajo presupuestos valorativos.
Finalmente llega a la conclusión de que la raza no puede ser un factor del suicidio si no es este esencialmente hereditario, y social.
CAPÍTULO III EL SUICIDIO Y LOS FACTORES CÓSMICOS.
El clima y la temperatura han sido argumentos tradicionalmente vinculados a la ocurrencia de suicidios. Estos son comparados según los meses y las estaciones, advirtiendo que "si las muertes voluntarias son más numerosas de enero a julio, no es porque el calor ejerce una influencia perturbadora sobre el organismo, es porque la vida social resulta más intensa". La misma mala suerte experimenta la "imitación", la cual, aún por sí sola, no es una explicación suficiente más que raras veces. Es un grave error confundir una "expresión puramente verbal" con una "explicación" ("nuestras explicaciones, a menudo sólo son metáforas", sentencia Durkheim); la sociología no puede eludir las obligaciones regulares de la prueba, razón por la cual es insostenible que el suicidio "pueda deberse a un castigo ciego cualquiera, y hay motivo para admirarse de que resulte todavía necesario desmentir una hipótesis que, aparte las graves objeciones que suscita, no ha tenido jamás un principio de demostración experimental, puesto que nunca se ha demostrado, a propósito de un orden definido de hechos sociales, que la imitación sirva para explicarlos y menos todavía que se explique sólo con ella".
Durkhein llega a la conclusión de que el clima no tiene nada que ver con el porcentaje de suicidios
La época del año en la que más suicidios se cometen es en el semestre que va de Marzo a Agosto siendo siempre el número de suicidios inferior en el siguiente periodo. Se llega a la conclusión de que la temperatura fomenta la actividad tanto social como cerebral y es en estos estados de mayor agitación cuando se da un mayor número de muertes voluntarias, de aquí que considere que suicidio y temperatura estén perfectamente relacionados. Durkheim rechaza esta hipótesis. Las razones que expone para este rechazo son que en primer lugar, esto implica una concepción muy discutible del suicidio como es que éste tenga siempre como antecedente psicológico un estado de sobreexcitación, por el contrario, el suicidio es un resultado frecuente de estados de depresión profundos; además Durkheim opina que el calor afecta de diferente forma a unas personas que a otras, por lo tanto la acción agravante que pueda tener sobre unos se verá compensada por la acción moderadora que tenga sobre otros.
El doctor Dietrich ofrece una explicación de cómo las temperaturas extremas son las que afectan al índice de suicidios, tanto el frío como el calor. Esto da entender porque los excesos de todo tipo, los cambios bruscos y violentos, sobrevenidos en el medio físico, turban el organismo, desconciertan el juego normal de las funciones y determinan especies de delirios de los que puede la idea del suicidio realizarse si nada la contiene.
Si tomamos como posible respuesta a las estadísticas veremos que tampoco esta regla se cumple porque aunque en todos los países la diferencia de temperaturas entre primavera y verano es muy fuerte, la de suicidios por el contrario es muy débil, y lo mismo sucede entre el otoño y el invierno.
Por otro lado si la temperatura tuviese influencia esta debería dejarse sentir también en las diferentes áreas geográficas, y por esto los países cálidos deberían ser los más atacados, y esto realmente no se da, Italia tiene 5 veces menos que Francia y España y Portugal están casi indemnes.
Para conocer la naturaleza de estas causas podemos comparar la parte proporcional de cada mes en el total de suicidios anuales, con la longitud media del día en igual momento del año, las dos series de números que de ellas se obtiene varían exactamente de la misma manera, tienen un paralelismo perfecto.
Cuando los días se alejan más, los suicidios aumentan mucho (de Enero a Abril), en los meses de Abril a Junio el crecimiento de ambos se detiene y ocurre exactamente igual en los meses decrecimiento. En los meses en que los días son iguales de largos el número de suicidios es muy similar (Julio y Mayo, Agosto y Abril).
Con esto e independientemente de la temperatura lo que se demuestra es que en cualquier estación la mayor parte de los suicidios tiene lugar de día, los suicidios llevados a cabo por la mañana y por la tarde suponen los cuatro quintos del total, siento los de por la mañana los tres quintos.
Por tanto si la mayoría de los suicidios se producen en horas diurnas es normal que el número de estos aumente conforme aumenta el número de horas de día independientemente de la temperatura. La explicación queda confirmada por el hecho de que el suicidio es mayor durante el día y las horas de actividad máxima.
No es precisamente el medio físico el que estimula de manera directa el suicidio depende sobretodo de los factores sociales, lo que se determinara en el libro próximo.
Cap. IV. LA IMITACIÓN
Se considera la imitación como el último factor psicológico a tratar antes de poder pasar a hablar sobre las causas sociales del suicidio.
El fenómeno de la imitación se puede dar entre dos personas sin que a estas les una ningún vínculo social, o relación de cualquier tipo, es un fenómeno puramente psicológico e individual, y si llegamos a establecer que contribuye a determinar la cifra de suicidios, resultará que esta cifra depende directamente, total o parcialmente, de causas individuales.
En primer lugar hemos de definir la palabra Imitación que se usa normalmente para designar los tres conceptos siguientes:
Ocurre en el seno de un mismo grupo social, cuyos elementos todos están sometidos a la acción de una misma causa o causas semejantes, en virtud de la que todo el mundo piensa o siente al unísono; en este caso la palabra designa la propiedad que tienen los estados de conciencia, simultáneamente experimentados por un cierto número de sujetos diferentes, y obrar los unos sobre los otros y combinarse, de modo que crean un estado nuevo.
Necesidad que nos impulsa a ponernos en convivencia con la sociedad de la que formamos parte y de este modo a adoptar las maneras de pensar o de hacer que son generales en los que nos rodean. Son un ejemplo muy claro de este caso las modas y las costumbres.
Finalmente puede ocurrir que reproduzcamos un acto que pasa delante de nosotros o que conocemos, únicamente porque ha pasado delante de nosotros o porque hemos oído hablar de él, se copia por el simple hecho de copiarla. Así bailamos, reímos o lloramos cuando otra persona lo hace, es la imitación por sí misma.
Estas tres clases de imitación son completamente diferentes las unas de las otras.
La primera no puede ser considerada como un hecho de reproducción, ya que esta no se produce sino que surge de una síntesis de estados diferentes.
Solo podemos considerar la imitación propiamente dicha cuando un acto tiene como antecedente inmediato la representación de otro acto semejante, anteriormente realizado por otro, sin que entre esta representación y en la ejecución se intercale ninguna operación intelectual, explícita o implícita, que se relacione con los caracteres intrínsecos de los actos reproducidos, esta es la definición que se debe emplear cuando se trata a la imitación como influencia en el suicidio.
Durkheim opina que no hay duda de que el suicidio se comunica por contagio, y relata numerosos casos en los que en lugares donde una persona se ha suicidado después otras de su alrededor lo han hecho también, pero es frecuente atribuir a la imitación cierto número de hechos que pueden tener otro origen, esta es la causa de los que se han tomado a veces pos suicidios obsesionales.
Estos suicidios en masa no parece que tengan por origen una o dos causas individuales, si no que más bien parecen resultar una resolución colectiva, más que una simple propagación contagiosa. La idea no nace de un sujeto en particular para extenderse a los otros sino, que es elaborada por el contingente del grupo que, colocado por entero en una situación desesperada, se sacrifica colectivamente a la muerte.
Generalmente para poder imputar la imitación no basta con comprobar que los hechos se produjeron en el mismo momento y en igual lugar bastante número de suicidios, que pueden ser debidos a un estado general del medio, y por lo tanto ser el resultado de una disposición colectiva del grupo, que se traduce bajo un suicidio múltiple. , por lo tanto hemos de distinguir también entre contagio y epidemia, esta es un hecho social producido por causas sociales; El contagio consiste en un encadenamiento más o menos repetido de unos hechos individuales.
Si la imitación es una fuente de fenómenos sociales se debe testimoniar su efecto sobre el suicidio, especialmente, puesto que no existe ningún hecho sobre el que tenga mayor imperio.
Si esta influencia existe debe de sentirse sobre todo en la distribución geográfica de los suicidios, hay pues que consultar el mapa, pero esto ha de hacerse a través de una metodología.
Ante todo no puede haber imitación si no existe un modelo al que imitar, y no hay contagio si no existe un foco donde el fenómeno tenga su máxima intensidad.
En sintesis, si es cierto que el suicidio es contagioso de individuo a individuo, jamas se ve a la imitación propagarlo de forma que influya en la cifra social de los mismos.
Puede decirse que salvo raras excepciones la imitación no es un factor original del suicidio, se limita a exteriorizar un estado que es la verdadera causa generadora del acto
Sin embargo, a pesar del reconocimiento de la facilidad del contagio de la idea del suicidio, Durkheim plantea una duda: «… de que puede comunicarse de un individio a otro el suicidio, no se desprende, a priori que esta contagiosidad produzca efectos sociales, es decir, que influya en la cifra de los suicidios
Una conclusión de este estudio es que Salvo raras excepciones, la imitación no es un factor original del suicidio. Se limita a exteriorizar un estado que es la verdadera causa generadora del acto.
CAUSAS SOCIALES Y TIPOS SOCIALES
Cap. I: MÉTODO PARA DETERMINARLOS
Creo que una clasificación de los suicidios razonados, según sus formas o caracteres morfológicos, es impracticable, puesto que los documentos necesarios para ella faltan casi por completo. Por lo demás, teniendo en cuenta la manera de producirse la mayor parte de los suicidios, resulta que las observaciones exactas son casi imposibles justamente por la magnitud en síntesis la no experimentación.
Sin embargo, podemos llegar al fin propuesto. Bastará con invertir el orden de nuestras investigaciones. En efecto, sólo puede haber tipos diferentes de suicidios en cuanto sean diferentes las causas de que dependan. En consecuencia, podemos constituir los tipos sociales del suicidio clasificándolos, no directamente y según sus caracteres previamente descritos, sino ordenando las causas que los producen. Esto no constituye una inferioridad, pues se penetra mucho mejor en la naturaleza de un fenómeno cuando se sabe su causa, que cuando se conocen sus caracteres, aun los más esenciales.
Anteriormente se ha determinado que para cada grupo social existe una tendencia específica al suicidio, que nos basta para explicar la constitución orgánico-sociológica de los individuos y la naturaleza del medio físico.
Sólo puede haber tipos de suicidios distintos cuando sean diferentes las causas de las que suceden, como no podemos estudiar los suicidios por sus diferentes formas o caracteres morfológicos, ya que no se dispone de casi nada de la información necesaria.
En base a esto podemos constituir los tipos sociales de suicidio clasificándolos no directamente y según sus caracteres, sino comprobando las causas que los producen, esta será a primera vista una clasificación etiológica, así penetramos mucho mejor en la naturaleza de un fenómeno, dandose de esta manera el conocimiento de sus causas.
Por medio de este método se puede establecer la naturaleza de los suicidios y su número pero no sus caracteres distintivos.
Ahora se podria investigar sus diferentes causas :
Primero tomar en cuenta la causa inmediata de un suicidio que la podemos encontrar en las diligencias judiciales.
Estas informaciones se tomaran con cierto escepticismo, ya que son informaciones ofrecidas por personas cercanas al suicida u otro tipo de informadores, que tal vez no sepan la causa real del suicidio.
Cap. II y III: EL SUICIDIO EGOISTA
Suelen encontrarse en aquellas sociedades, colectividades, o grupos en los que el individuo no está totalmente integrado en la unidad social global. Esta falta de integración produce un sentimiento de vacío y falta de significado en los individuos. Las sociedades con una conciencia colectiva fuerte y con corrientes sociales protectoras y envolventes,
Suelen impedir la propagación del acto del suicidio egoísta debido, entre otras cosas, a que proporcionan a las personas un significado a sus vidas. Cuando estas corrientes sociales son débiles, los individuos pueden fácilmente sobrepasar la conciencia colectiva y hacer lo que desean. Observando las estadisticas vemos que la religión influye en el suicidio.
Al estudiar los suicidios europeos, vemos que en países católicos son menos numerosos que en los países protestantes. Aunque hay que tener en cuenta que no en todos los países sus habitantes no están al mismo nivel social y moral, pero las semejanzas son lo suficientemente importantes para que tenga algún fundamento el atribuir a la diferencia de cultos el contraste tan marcado que presentan desde el punto de vista del suicidio.
Para poder comparar esto deberemos comparar ambas religiones, catolicismo y protestantismo desde el seno de la sociedad sin ningun prejuicio de subjetivida.
En lo que respecta a los judíos, su actitud para el suicidio es también inferior a la de los protestantes, y generalmente también inferior aunque en menos grado a la de los católicos.
Así llegamos a un primer resultado; la inclinación del protestantismo por el suicidio debe estar en relación con el espíritu de libre examen, que anima esta religión.
Si el protestantismo da una mayor eficacia al pensamiento individual es porque cuenta con menos creencias y prácticas comunes.
Como conclusión podrá decir que la superioridad del protestantismo con respecto al suicidio, proviene de que se trata de una iglesia integrada con menor fuerza que la Iglesia Católica. Y donde existe un lider espiritual el cual manipula a sus integrantes.
De la misma forma puede explicarse lo que sucede con el judaísmo.
Debido a su historia de numerosas persecuciones, los judíos han creado en sus comunidades una sociedad compacta con un alto sentido de la unidad y de la solidaridad, todo el mundo piensa y vive en ella de la misma manera, por eso la Iglesia Judía resulta ser más fuertemente concentrada que ninguna otra, en consecuencia y como analogía del protestantismo es a esta misma causa a la que debe atribuirse la débil inclinación de los judíos por el suicidio.
De todo lo anterior se deducen dos conclusiones importantes; por un lado, vemos como el suicidio progresa con la tecnología ; y por otro lado vemos como cuanto más numerosos y fuertes son los estados colectivos, más fuertemente integrada está la comunidad religiosa y más virtud preservativa tiene. Lo importante no son los dogmas y los ritos, sino que sirvan por su naturaleza para alimentar una vida colectiva de una suficiente intensidad:
Ahora tambien se vio que el estado del matrimonio disminuye aproximadamente en una mitad el peligro del suicidio.
De otro estudio similar se deduce que las personas viudas se suicidan mucho más que cualquier otro grupo de población de la misma edad.
De todos estos estudios se desprenden una serie de leyes:
Los matrimonios muy precoces ejercen una influencia agravante en el suicidio, sobre todo en lo que se refiere a los hombres. A partir de los veinte años los casados de ambos sexos se benefician con un coeficiente de preservación con relación a los solteros.
El coeficiente de preservación de los casados en relación con los solteros, varia según los hechos.
La viudez disminuye el coeficiente de los esposos de ambos sexos, pero frecuentemente no lo suprime por completo.
La inmunidad de la que gozan los casados, puede deberse únicamente a dos causas:
Por un lado la influencia del medio doméstico, que entonces sería la familia o por otro lado podría ser la selección matrimonial, no se casa el que quiere, si no el que tiene.
Fuera de estas consideraciones, los numerosos hechos demuestran que la situación respectiva a los casados y a los solteros se debe a causas muy distintas.
Tambien cuenta el sexo de la persona, ya que dependiendo de que sociedad estemos tratando y como sean las condiciones para cada sexo los coeficientes variaran de diferente forma dependiendo de cual de los dos este más protegido.
Se puede decir que la inmunidad que presentan los casados no se debe a la sociedad conyugal, sino a la sociedad familiar.
Si tomamos ahora como referente a las sociedades políticas, veremos que en las sociedades jóvenes la tendencia al suicidio es menor que en otras.
Todas las crisis políticas o nacionales ejercen un efecto negativo para el suicidio, y este no vuelve a sus cifras cuando termina la agitación, sino que lo hace de forma pausada.
Como se pudo observar el suicidio varía en razón inversa del grado de desintegración de la sociedad religiosa; domestica y política. En síntesis se dirá que el egoísmo, así es como hemos definido este tipo de suicidio, no es un factor simplemente auxiliar; es una causa generadora.
Sin embargo, las familias, los grupos religiosos y las entidades políticas fuertemente integradas actúan como agentes de la conciencia colectiva y evitan las tendencias suicidas.
Cap. IV: EL SUICIDIO ALTRUISTA
Este al contrario del suicidio egoísta que se produce por cuando la integración es demasiado débil, es más probable que se realice el suicidio altruista cuando la integración social es demasiado fuerte, el individuo se ve literalmente obligado a suicidarse.
En las sociedades denominadas inferiores, el suicidio egoísta como el que hemos visto hasta ahora es prácticamente desconocido, pero se encuentra en otras formas; y cada una de ellas tiene caracteres muy particulares.
Ahora bien los suicidios pueden clasificarse en una de las tres categorías siguientes:
Suicidios de hombres ancianos o atacados por una enfermedad.
Suicidios de mujeres a la muerte de su marido.
Suicidios de clientes o servidores a la muerte de sus jefes.
Si el hombre se mata por alguna de estas causas no es porque se arrogue el derecho de hacerlo, sino porque cree que es su obligación.
Ahora tambien indica que dentro de los suicidios existe diferencias por ejemplo nombramos el suicidio altruista facultativo, Por esta palabra ha de entenderse solamente que son los mismos exigidos por la sociedad que cuando son estrictamente obligatorios.
Por último hablaremos del suicidio altruista agudo, cuyo perfecto modelo es el suicidio místico.
Estas diferentes formas contrastan del modo más notable con el suicidio egoísta, el uno está ligado a esa moral ruda que estima en nada lo que sólo interesa al individuo; el otro es solitario de esta ética refinada que pone tan alta la personalidad humana que esta ya no puede subordinarse a nada.
Dürkheim creía que las corrientes de melancolía eran la causa de las altas tasas de suicidio altruista.
Como ejemplo de suicidio altruista podemos poner el ejemplo de la segunda guerra mundial y los soldados japoneses.
Cap.V: EL SUICIDIO ANÓMICO
Este es el principal tipo de suicidio para Dürkheim, cuya probabilidad aumenta cuando dejan de actuar las fuerzas reguladores de la sociedad. Esta interrupción suele crear insatisfacción en los individuos: sus pasiones apenas están controladas y son libres de iniciar una salvaje persecución del placer. Las tasas de suicidio anómico aumentan igualmente cuando la naturaleza de la interrupción es positiva o negativa. Cualquier tipo de interrupción hace que la colectividad sea temporalmente incapaz de ejercer su autoridad sobre los individuos. Estos cambios ponen a las personas en situaciones en las que ya no se observan las viejas normas y otras nuevas comienzan a desarrollarse. Los períodos de interrupción liberan corrientes de anomia, las cuales conducen a un aumento de las tasas de suicidio anómico.
En épocas pasadas la religión servia de consuelo tanto para ricos como para pobres pero hoy en día la religión ha perdido toda su fuerza, esto ha llevado a la consagración del materialismo.
Comparando este tipo de suicidio con el suicidio egoísta podemos decir que aunque guardan cierta relación ocupan parcelas sociales diferentes: el primero se ocupa del mundo empresarial mientras que el segundo se centra en carreras intelectuales.
Tras descartar varias hipótesis Durkheim establece que sólo queda una posibilidad y es que la institución misma del divorcio por la acción que ejerce sobre el matrimonio predisponga al suicidio.
El debilitamiento de la disciplina matrimonial agrava la tendencia al suicidio de los hombres y disminuye el de las mujeres
Cap. VI: FORMAS INDIVIDUALES DE LOS DIFERENTES TIPOS DE SUICIDIOS
En este capitulo se va a intentar realizar una división etiológica de los suicidios. Cada suicida da a su acto una huella personal, que expresa su temperamento, las condiciones especiales en las que se encuentra y que por consecuencia no puede explicarse por las causas sociales y generales del fenómeno, pero estas a su vez deben tener una marca colectiva que es la que se pretende averiguar.
Existe también el tipo de suicidio que efectúan los incomprendidos, que se da sobre todo en épocas donde no hay una clasificación reconocida.
Conviene con todo añadir, que no se presentan siempre en la experiencia, aisladas y sin mezcla, sino que sucede a menudo que se combinan entre sí, de suerte que dan nacimiento a especies compuestas; caracteres pertenecientes a muchas de ellas se encuentran conjuntamente en un mismo suicidio. La razón de esto es que las diferentes causas sociales del suicidio pueden actuar simultáneamente sobre un mismo individuo y mezclarse en él diferentes efectos.
Singularmente hay dos factores del suicidio que tienen el uno con el otro una afinidad especial, y son el egoísmo y la anomia; Sabemos que generalmente no son más que dos aspectos diferentes de un mismo estado social, no es extraño pues que se den en un mismo individuo.
En principio parece lógico que los medios empleados para la ejecución dependan de los sentimientos del sujeto y por lo tanto lo reflejen. Podríamos utilizar los datos de las estadísticas para delimitar desde las formas exteriores las diferentes especies de suicidios, pero de este modo sólo obtenemos resultados negativos.
Las causas sociales de las que dependen los suicidios difieren de las que determinan la manera de ejecutarse, por lo que no se puede establecer ninguna relación entre los tipos de suicidio y el modo de ejecutarlo. La muerte escogida por el suicida es un fenómeno distinto al mismo suicidio, el estudio del primero no podría añadir nada a nuestro estudio, con lo cual queda obviado.
Para terminar este capitulo trate de realizar un analisis después de haber realizado un breve compendio explicativo.
– En la época en que El Suicidio se publicó había otros grupos de sociólogos en activo, fuera de la universidad, cuyos enfoques eran ajenos a Durkheim.
– El espíritu cartesiano de la obra de Durkheim moralidad basada en principios científicos era en gran medida compatible con la opinión de importantes burócratas del Ministerio de Educación. Estas personas estaban impacientes por reformar la enseñanza superior francesa de manera que se inculcara a los jóvenes pedagogos un tipo de moralidad científica anticlerical. Más aún, este interés por reformar caracterizó la ascensión en la vida intelectual y pública de hombres como Durkheim, burócratas reclutados meritocráticamente y personas con inclinaciones académicas comprometidos racionalmente con una moralidad republicana.
Estos factores juntos constituyen lo que llamaré una situación retórica.
Estos dos factores, extraídos de la explicación de Clark de la institucionalización de la sociología en las universidades francesas, revelan una perspectiva sobre la situación retórica en que se presentó El Suicidio. Me inclino a creer que lo que estaba esperando hacerse», y era una exigencia de El Suicidio, tuvo que ver con el aumento de la ceptación de la sociología durkheimiana entre las élites concernidas con y acerca de la universidad. Sin embargo, creo que debería dejarse para una discusión posterior hasta qué punto la rigidez de las universidades francesas debería tratarse como una audiencia o una constricción, los grupos de sociólogos competidores han de ser considerados como audiencia o constricción, y así sucesivamente. No es mi intención, por tanto, dividir estos dos factores entre exigencia y audiencia , a pesar de la apariencia de sencillez de tal disposición. Mi preferencia es, más bien, algo menos definida que esto y sugiere que el texto de El Suicidio puede tratarse como un discurso que «habla» a diversos elementos en estos factores sociales e intelectuales. Por lo tanto, el efecto de El Suicidio puede considerarse realizado.
En Durkheim consagró al problema del suicidio se vincula estrechamente con el estudio de la división del trabajo. Durkheim aprueba el fenómeno de la división orgánica del trabajo.Considera positiva la diferenciación de los oficios y los individuos, la regresión de la autoridad de la tradición, el dominio cada vez mas acentuado de la razón, sin embargo, observa también que no siempre el hombre se siente mas satisfecho de su suerte en las sociedades modernas, expresión y prueba de ciertos rasgos, quizás patológicos, de la organización actual de la vida en común.
LIBRO TERCERO: EL SUICIDIO COMO FENÓMENO SOCIAL EN GENERAL
CAPITULO PRIMERO: EL ELEMENTO SOCIAL DEL SUICIDIO.
En este libro Durkheim comienza por considerar los resultados del capitulo anterior, como ya ha dejado demostrada la inexistencia de relación con los factores cósmicos pasa a estudiar este fenómeno en su dimensión social. Aquí es donde ha encontrado autenticas leyes que determinan perfectas (o casi) relaciones con el porcentaje de suicidios. Establece pues que cada sociedad tiene una aptitud para el suicidio y que es esta misma la que influye en mayor o menor grado en los individuos. Los actos individuales son una prolongación del estado social.
El autor entiende que ,que el número de suicidios sea prácticamente constante es una corroboración de esta teoría y descarta la teoría de Quetelet conocida como la teoría del hombre medio, debido a la compensación de datos dispares que se da en los estudios estadísticos, reconoce la necesidad de un conjunto de fuerzas colectivas cuya intensidad expresa el porcentaje global de suicidios.
A continuación pasa a determinar el significado de fuerza colectiva realidad exterior y superior al individuo, concepción a la que le encuentra distintas objeciones que superara razonadamente.
En todas las sociedades dice el autor se encuentra un numero invariable de muertes voluntarias que se manifiesta en los tipos de suicidio explicados y que no varia hasta que cambia el estado de la sociedad.
Admite que podría entenderse que ha de haber una predisposición individual pero explica que esta es a su vez fruto del medio social en el que viven, que se asimila dentro de las conciencias individuales.
CAPITULO II: RELACIONES DEL SUICIDIO CON ORTROS FENOMENOS SOCIALES.
En este capitulo el autor se ocupa de si el suicidio es un factor moral o inmoral. Tras una exposición histórica manifiesta que el fenómeno es y ha sido objeto de reprobación debido a su anormalidad dentro de las circunstancias normales de la vida social.
A continuación se detiene en realizar una comparación entre el suicidio y otras formas de inmoralidad, deteniéndose especialmente en el homicidio. Estudiando dos cuestiones diferentes. Si son idénticas las condiciones psicológicas y si hay antagonismo entre las formas sociales de las que dependen. La respuesta que da a la primera pregunta es negativa ya que analiza factores como el sexo, la temperatura y la edad no actúan del mismo modo en ambos fenómenos. La respuesta que se da a la segunda cuestión es mas complicado, hay casos en los que el antagonismo no se presenta y otros en los que si astro se debe a que como ya ha admitido existen distintos tipos de suicidio.
En el caso del suicidio egoísta, las condiciones de las que depende si son contrarias a las del homicidio, en el caso del suicidio altruista las causas si pueden evolucionar de manera paralela. en el caso del suicidio anomico se encuentra un paralelismo menor que en el caso anterior, pero que se acentúa en el caso de las sociedades civilizadas. El suicidio no es pues una derivación del homicidio, sin embargo suele manifestarse en condiciones sociales similares.
CAPITULO III: CONSECUENCIAS PRACTICAS.
Las soluciones que se pueden dar a este problema practico dependen de si se considera a este un factor normal o anormal de la convivencia ciudadana.
Durkheim opina que le actitud ante el suicidio es demasiado relajada, piensa que ofende la moral y por lo tanto tendría que ser castigado. Los distintos métodos de castigar el suicidio tendrían únicamente un carácter moral y las sociedades han asumido la imposibilidad de prohibir legalmente este acto y por lo tanto la actitud ante el suicidio es muy relajada desde el punto de vista del autor. Llega entonces a plantearse si el único medio de solución es la educación. La educación no crea la moral de una sociedad sino que es el reflejo de la misma,
La única manera de solucionar el suicidio egoísta es dar consistencia a los grupos sociales, en las sociedades actuales donde tanto la política como la religión han perdido la fuerza de antaño se hace difícil encontrar una estructura que evite que el individuo se encuentre con ese vacío incomprensible que le empuja al suicidio.
Durkheim halla este soporte tan necesario en la estructura profesional, proponiendo su inclusión en mundo del Estado y no únicamente en el mundo privado como se hace en las sociedades modernas.
Finalmente y a modo de conclusión explica que el incremento de suicidios en el tiempo actual es fruto de la miseria moral que reina en la sociedad. Reclama una reforma de la estructura social con la desaparición de los grupos intermedios entre el individuo y el estado. Determina que para predecir la evolución del suicidio es necesario un estudio detallado del régimen corporativo.
COMENTARIO
A continuación voy a realizar una breve exposición de lo que considero más relevante de los aspectos que más me han llamado la atención de la obra
En primer lugar considero destacable el método empleado per el autor a la hora de realizar la exposición. Es un método ordenado de manera lógica podríamos decir desde fuera hasta dentro: primero se dedica a exponer los factores extasociales que en la conclusión descarta como no relevantes para su estudio para ir acercándose cada vez mas al individuo, eso si, sin entrar en las causas individuales que no son más que tangenciales al estudio que se realiza en la obra, en este acercamiento va alcanzando las proposiciones que el autor considera como válidas. Es digamos un doble acercamiento conforme va desechando los factores ajenos a la sociedad se va acercando la sociedad y también a los resultados esperados, que se encuentran en la propia sociedad y no fuera de ella como se podía pensar al comienzo del ensayo.
Este método no ha sido elegido caprichosamente por el autor sino que es un método propio de los estudios sociológicos, que consideran que los hechos sociales deben ser considerados como casa, es decir como realidades externas al individuo, cosa que queda perfectamente reflejada en la obra en la que Durkheim trata únicamente con carácter tangencial y solo cuando es estrictamente necesario los factores internos del sujeto relevándolos al campo de la psicología. Este método requiere un objeto propio y no obtenido de otras ciencias ya que esto desvirtuaría la propia sociología.
Dentro del estilo del autor, ya que nos referimos al método encuentro como punto muy favorable la previa delimitación de los conceptos, cosa que se repite de manera continua como demuestran los capítulos referentes a la raza, la imitación entre otros y que facilita la comprensión de los razonamientos posteriores, como punto en contra y salvando las distancias desde el tiempo en que se escribió la obra que pueden justificar un estilo un tanto farragoso, (también probablemente debido a la cantidad de cifras) considero de que en su afán por abarcarlo todo, el autor se detiene en aspectos quizá no tan relevantes y que complican el seguimiento del hilo conductor de la argumentación. (Como pueden ser la exposición de ejemplos concretos con circunstancias particulares).
A continuación me dispongo a comentar la idea que en mi opinión subyace a lo largo de toda la obra y que aunque esta expuesta como guión para este caso concreto, el del suicidio serviría para cada una de las materias que son objeto del estudio sociológico: la existencia de una realidad moral que supera y conduce al individuo, la realidad colectiva.
Son fuerzas sociales que existen independientemente del individuo en el caso concreto de este ensayo se refleja en la repetida idea de que existe un numero invariable de suicidios dependiendo de la sociedad de la que hablemos. A lo largo de la obra a quedado explicado como los factores individuales son en gran parte internacionalizaciones de los factores sociales, lo que nos lleva a pensar que la sociedad es un ente propio y autónomo, con lo que es también centro de un estudio objetivo del que se encargará la sociología, y que es a su vez un objeto tan válido como cualquiera de los que estudian las ciencias de la naturaleza. Todos los factores estudiados de los que depende en mayor o menor medida el suicidio son propios de cada una de las sociedades e influyen en ella creando este porcentaje constante del que ya hemos hablado. Durkheim incluso abre la posibilidad de que ciertos de estos factores de los que se deducen leyes para determinar su influencia en el porcentaje de suicidios, puedan expresarse incluso con un rigor numérico pero descarta esta idea debido a su falta de eficacia para su estudio.
Pasando ya a aspectos más concretos de la obra quiero mostrar mi discrepancia con algunas de las ideas manifestadas por el autor:
En primer lugar y en lo referente al matrimonio. La óptica de Durkheim ha quedado ya bastante obsoleta en lo referente a este aspecto, seguramente por la evolución que esta institución a sufrido con el paso del tiempo. Parte de la idea de que el que no se case es porque sus características físicas y morales y/o su condición económica no se lo permiten. Hoy en día el panorama social en este aspecto ha variado mucho, cada vez es mayor el número de personas que eligen la soltería voluntariamente aun contando con posibilidad para el matrimonio, con lo que la frustración que provoca este estado de la que parte Durkheim para señalar en un principio que el número de suicidios es mayor en el colectivo de los solteros (hipótesis que después descarta) no sería valida pues como ya hemos dicho hoy en día la cuestión de casarse o no es una cuestión de voluntad en la mayoría de los casos, me atrevería a decir.
En segundo lugar y en lo referente a la educación, tema del que Durkheim habla como posible solución al elevado número de suicidios que se producen y que descarta con el argumento de que la educación no crea valores en la sociedad sino que refleja los que la propia sociedad ya posee, no me encuentro totalmente de acuerdo con esta idea aunque si en parte, veamos:
Es indudable que la educación refleja valores ya adquiridos por la sociedad, ya que inculcamos a los más pequeños que algún día constituirán una futura sociedad lo que en cada momento creemos que es lo correcto. Pero si realmente la sociedad rechaza el suicidio como manifiesta el autor, mi pregunta es ¿por qué no se inculcan estos valores en la educación?
Tras barajar distintas posibilidades he llegado a la conclusión de que porque probablemente el rechazo al suicidio no es tal. En mi opinión la moralidad social se sobrecoge ante estos fenómenos y se preocupa mas del caso concreto que del suicidio como fenómeno social. Cuando se da el suicidio en un entorno más o menos próximo, el resto de individuos se compadecen del que voluntariamente se quita la vida, y estos sentimientos impiden la visión globalizada y objetiva que Durkheim persigue en este aspecto. Es cierto que desde el aspecto religioso es fácil condenar estos actos ya que el Creador (llámese como se llame dependiendo de la religión)es el único legitimado para disponer de la vida
Pero, y aprovecho ya esta mención a la religión para exponer otra idea distinta derivada de lo leído en el libro a cerca de este tema, si ya Durkheim al final de la obra considera que la religión carece de la fuerza necesaria para evitar o al menos disminuir el porcentaje de suicidios en su tiempo, hoy esta fuerza todavía se ha disipado más. La religión y me refiero desde luego de manera general, ocupa un papel secundario en las sociedades desarrolladas, y sus juicios resultan en muchas ocasiones arcaicos, desconectados con la realidad social (por poner un ejemplo basta con mencionar la cuestión del aborto tan en boga hoy en día.). Si que y en esto me muestro de acuerdo con el autor es cierto que religiones como el judaísmo y el protestantismo mantienen a sus fieles menos cohesionados, ya que fomentan la reflexión individual pero no dispongo de datos actuales para determinar si a pesar de la evidente pérdida de fuerza que ha sufrido la religión, hoy en día las conclusiones de l autor continúan vigentes en lo que a veracidad se refiere.
En lo relativo a los tipos de suicidios va a realizar un breve comentario a cerca de las distintas conclusiones a las que llega el autor, pero no puedo dar una visión crítica completa ya que desconozco si en el panorama actual se dan únicamente este tipo de suicidios y con que importancia se dan en nuestra sociedad.
El suicidio egoísta: este se caracteriza por que el sujeto pierde toda clase de interés con lo que le une a la vida, por eso Durkheim, establece que la relación que une al suicidio egoísta con el grado de desintegración social es inversa. Dado que el suicidio egoísta es el más frecuente en nuestras sociedades desde el punto de vista del autor, es evidente que el grado de desintegración social es bastante, con lo que me muestro totalmente de acuerdo, vivimos en un tiempo en que priman los intereses individuales, quizá por la falta de tiempo cada vez es menor el grado de cohesión entre sus miembros, salvo en entornos muy cerrados, como puede ser la familia(aunque el autor afirma que esta estructura carezca de la fuerza que tuvo en un pasado ya que la familia te determinaba hasta la muerte cosa que hoy en ida no se en la generalidad de los casos). Este suicidio proviene de una individualización excesiva, pero analizando el siguiente tipo veremos que la postura radicalmente opuesta tampoco cambia las cosas.
El suicidio altruista se da con más frecuencia en sociedades mas primitivas, en nuestra sociedad se dan ejemplos claros en el ejercito, donde la conciencia del deber y la integración en el grupo (pequeña sociedad podíamos decir) es mucho mayor que en otras parcelas de la sociedad. Este suicidio es menos frecuente, lo cual es lógico por las mismas razones que explican el suicidio egoísta, las estructuras en las que el ente colectivo prima sobre los interese individualesno destacan por su presencia en la vida actual.
Como podemos ver en los tres casos todo viene dado por la estructura de la sociedad de la que se forma parte y aquí es donde personalmente no estoy en absoluto de acuerdo con el autor. Una cosa es que el fenómeno socialmente analizado goce de una plena autonomía y otra a que quede totalmente desligado del plano individual
El suicidio anómico propio de las sociedades desarrolladas, lo cual es bastante lógico porque supone situaciones de desorden. Es evidente que el materialismo reinante los desordenes económicos, puedan causar estragos. Supone una perdida de la propia identidad, los valores tradicionales se desmoronan.
Otro aspecto importante a comentar y uno de los que a mi juicio mas relación tiene con la dimensión social del suicidio es discutir la opinión que tiene Durkheim sobre la actitud de la sociedad ante el suicidio a la que tacha de relajada, ya que considera que la sociedad ha asumido la imposibilidad de castigar estos actos. Como este punto además de tener que ver con la obra guarda también relación con el derecho, me ha llamado especialmente la atención y por eso lo he escogido como corolario e este trabajo.
Es lógico pensar que una vez fallecido el sujeto no se le puede oponer ningún castigo ni siquiera moral ya que, ¿de qué serviría?, en lo referente a lo legal tampoco sería coherente imponer ningún tipo de castigo. Por los comentarios de Durkheim puedo deducir que opina que si se estableciera un castigo o una mayor conciencia de rechazo hacia este acto, el suicida por internalización de estos valores, se mostraría más reacio a la ejecución de un suicidio. Es cierto que el derecho a través de la tipificación educa a la población, pero en lo referente al suicidio, cuando en cualquiera de los tipos de suicidio mencionados, alcanza la resolución de quitarse la vida, ¿qué pena podría impedir la ejecución?
Marcos Sanchez
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