Descargar

Importancia de la obra poética de Georgina Herrera en el contexto cultural cubano actual

Enviado por Joel Suárez Abreu


    Introducción

    No siempre tenemos el privilegio de asomarnos a una vida como lo hacemos hoy. No es nuestra intención convertirnos en biógrafos, ni pretendemos que este trabajo sea el más completo ni extenso que se haya realizado sobre la vida y obra de Georgina Herrera y su incursión en la cultura cubana.

    No haremos una síntesis biográfica de esta figura femenina, sino que estaremos abordando hechos de esta escritora, que tal vez sea más conocida por foráneos que por los pobladores de su natal Jovellanos, es ella la verdadera anfitriona de este trabajo.

    Resumen:

    La poesía cubana a los largo de los siglos se ha mantenido como un ejemplo fehaciente del desarrollo de nuestra cultura. Sin duda alguna es, precisamente esta, uno de sus pilares más sólidos, en el cuales el proceso etnocultural formativo de la nación cubana se ha marcado de forma precisa. Así, nuestra poesía ha transitado por diversas etapas o períodos, siendo un reflejo de los problemas, esperanza, anhelos y frustraciones de nuestra existencia como colonia primero y luego dentro de los primeros cincuenta años de vida como república.

    Ser negro ha sido un estigma a lo largo de nuestra historia. La república no significó la eliminación de la discriminación racial y cultural heredada de la vida colonial con relación al negro, que solamente encontramos en la llamada poesía negrista, que ha sido adoptada en ocasiones como representativa de lo nacional, como es el caso de Nicolás Guillén.

    No obstante dentro de esta poesía lo concebido como "negro" es motivo para recrear la musicalidad, el ritmo y la sonoridad como recurso poético que acompañaron la denuncia social, y en ocasiones lo pintoresco.

    Con el triunfo de la revolución el aspecto discriminativo-racial en nuestra sociedad ha sido paulatinamente objeto de eliminación. En el caso de la mujer negra como autora y en consecuencia como sujeto protagónico de la expresión de lo subjetivo poético, no hubo ni antes ni después del 1959 ningún caso en el que de manera orgánica se abordara el tema, con excepción de Nancy Morejón, Premio nacional de literatura.

    No es nuestra autora, la única mujer en la literatura cubana posterior al triunfo de la revolución perteneciente a la raza negra, pero sí una de las que con mayor fuerza y convicción profunda, expresa su sentir, con una marcada experiencia vital. Todo lo anterior le confiere importancia y actualidad al tema seleccionado: Importancia de la obra poética de Georgina Herrera en el contexto cultural cubano actual.

    Para nosotros es sintomático que Georgina Herrera, no siendo la única en presentar poéticamente su condición femenina, sí aúna la dualidad ya mencionada que parte de su origen negro y pobre antes del triunfo revolucionario y su dignificación plena.

    La autora cuenta con una amplia participación en eventos y publicaciones de libros, así como reconocimientos; sin embargo carece de una amplia divulgación en nuestros medios culturales.

    El problema científico es, entonces, cómo demostrar la importancia de Georgina Herrera en la poesía cubana.

    Las preguntas científicas planteadas son:

    · ¿Qué fundamentos teóricos sustentan la necesidad de demostrar la importancia de Georgina Herrera como poetisa?

    · ¿Cómo se inserta la temática de la mujer negra de forma orgánica dentro de su poesía?

    · ¿Qué significado tiene dentro de la expresión de nuestra identidad nacional la obra de Georgina Herrera?

    El objetivo general es valorar la importancia de la obra de Georgina Herrera, como ejemplo de poesía dedicada a la mujer negra dentro del contexto cubano actual.

    Nuestro trabajo corresponde al tipo de investigación cualitativa y tiene su basamento filosófico en la dialéctica materialista marxista-leninista que subraya el estudio del fenómeno en su desarrollo y el carácter activo del hombre, esto a su vez, constituye el sustento de los métodos utilizados del nivel teórico y del nivel empírico. Estos son, el analítico-sintético, el histórico-lógico, el inductivo deductivo, y el paso de lo abstracto a lo concreto. Como procedimientos empleamos la lectura, análisis, selección, valoración, comentario y generalización.

    La significación de la investigación radica en su contribución al fortalecimiento del valor "Identidad nacional", y como novedad científica se reconoce el hecho de contribuir a la formación de dicho valor mediante el estudio de la obra de la autora.

    Las tareas a desarrollar para dar cumplimiento a las preguntas científicas formuladas son:

    · Determinación de los fundamentos teóricos que sustentan la necesidad de demostrar la importancia de Georgina Herrera como poetisa.

    · Caracterización de las principales líneas temáticas abordadas en la poesía de la autora.

    · Determinación de la significación de la obra poética de Georgina Herrera Cárdenas dentro de la expresión de nuestra identidad nacional.

    · Valoración de los resultados que se obtengan.

    Capítulo I.

    Conceptos fundamentales. La poesía cubana en el período de 1930 a 1958. Su desarrollo histórico. El triunfo revolucionario y su trascendencia cultural.

    1.1 Los conceptos fundamentales a tener en cuenta durante el desarrollo de nuestro trabajo son:

    Cubanidad: Nos ajustamos a lo planteado por Don Fernando Ortiz cuando expone que

    "La Cubanidad no puede entenderse como una tendencia ni como un rasgo sino, (…), como un complejo de combinación o calidad, como una específica cualidad de cubano" (1).

    Cultura: Adoptamos el criterio expuesto por Alicia Casanova y Ana Iris Carcassés al definir que "Por cultura privilegiamos un concepto que sitúa al hombre como sujeto de un proceso de asimilación-transformación de valores que hereda y crea en su constante interacción con el medio y que le permite proyectar conscientemente el futuro" (2).

    Época revolucionaria: Etapa cultural abierta a partir de 1959 en la cual desde los momentos iníciales del triunfo revolucionario se ha prestado la debida atención a los problemas de la descolonización política y cultural, con una política en este último aspecto definida y encaminada a subrayar nuestra identidad, desterrando toda forma de dependencia imperialista, así como también a determinar los rasgos esenciales de nuestra cultura propia (3).

    Etapa Neocolonial: Época cultural que, de acuerdo con el Dr. José Antonio Portuondo, "Termina en 1930, como consecuencia de la crisis general del capitalismo monopolista determinado por el crac. norteamericano de 1929" (4).

    Identidad: Entendemos por tal el conjunto de valores, normas, principios, formas de pensar y actuar, costumbres, tradiciones, rasgos distintivos y peculiares, así como aspectos que ofrecen singularidad al ser humano como individuo o a un colectivo social, hechos, procesos o fenómenos. Supone carácter propio derivados de una constante formación y desarrollo, en un momento dado. La identidad cultural implica la preservación de esta de todo tipo de coloniaje o subordinación a patrones foráneos impuestos por metrópolis imperiales.

    Identidad Nacional: Esta resulta "una determinación básica en la historia cubana desde hace más de un siglo. Como todas, es hija de una lenta y prolongadísima acumulación de rasgos, tomados, creados, reelaborados o recreados, de la vida cotidiana, los materiales míticos, las creencias, las expresiones artísticas y los conocimientos adquiridos de numerosas etnias, de sus choques, relaciones y fundiciones, de comunidades locales y regiones que compusieron el país" (5).

    Literatura de la Liberación: Etapa posterior a 1930 que se extiende hasta 1959 en el campo cultural. Según Portuondo en la misma la presencia cultural imperialista en Nuestra América va "más allá del proceso normal de transculturación entre pueblos contemporáneos, en un mundo en que los medios masivos de comunicación lo hacen cada vez más permeable a todo tipo de intercambios de fecundaciones y de síntesis. Se hace notar como necesidad que "Lo que hay que combatir con todas las fuerza disponibles es el intento ´desculturizador´ de los Estados Unidos en los países sometidos a su imperio, en los cuales la prensa, la radio, la televisión, el cine y los diversos medios masivos de comunicación constituyen instrumento al servicio de sus principales órganos de propaganda y de penetración ideológica" surge toda una literatura de la liberación, es decir comprometida con el quehacer cotidiano de nuestros pueblos y se advierte una toma de conciencia "de una realidad que trasciende, no sólo en nuestras fronteras nacionales sino también continentales" a lo cual le es ajena toda oposición de idiomas o razas (6).

    Negrismo: Expone René Depestre "considerando las realidades espirituales que la palabra abarca nos sentiríamos más inclinado a hablar de fórmulas que de principios negristas". Los primeros usos de la palabra los hayamos en los años 20 del pasado siglo, y sus cultivadores han sido más blancos que negros (7).

    Poesía negrista: Como plantea Ángel Augier bajo esta Denominación, además de la de poesía afrocubana, ha sido encasillada esta corriente iniciada en 1928. Cultivada también esporádicamente por poetas blancos a través de líneas pintoresquitas, con temas populares, influidos por la moda negrista europea. Poesía que con Nicolás Guillén y sus primeros Motivos de son, en abril de 1930, y su cuaderno Sóngoro cosongo (1931), hace "del autor el primero en derivar una poesía genuinamente cubana. Según René Depestre, Nicolás Guillén representa de manera propia un vanguardismo que se caracteriza porque con él se comienza a "hablar en negro de verdad" (8).

    Raza: Por su significación esta palabra aún forma parte de los estudios antropológicos burgueses. Sus orígenes se remontan a los estadíos históricos en los cuales las sociedades humanas ya divididas en clases (esclavismo) comenzaron a establecer divisiones entre grupos humanos por la pigmentación de la piel, localización geográfica, religión o cultura. Se establecieron entonces rasgos definitorios para diferenciar física o biológicamente a los seres humanos de acuerdo con aspectos determinantes, clasificatorios inclusive de conducta, pensamiento, como hereditarios. Conlleva, por tanto, un sentido u orientación "racista", al punto de asociarse a la supremacía de unos seres humanos sobre otros.

    Véase al respecto las definiciones ofrecidas en el Pequeño Larousse Ilustrado (9), o el Diccionario Enciclopédico Grijalbo (10). Resultan, por lo demás, aleccionadores los estudios de Don Fernando Ortiz, (11) y Alejandro Lipschutz (12). Por nuestra parte nos identificaremos con las palabras definitorias (13), de nuestro José Martí en su artículo "Mi raza".

    Transculturación: Término acuñado por Don Fernando Ortiz que engloba el mestizaje biológico y cultural entre diferentes pueblos que dan origen a otra cultura. Incluye el proceso de integración, asimilación e identificación de elementos de una cultura por otra en ocasiones forzosa y que puede llegar a fundir ambos en una nueva cultura (14).

    Vanguardia (Cuba) Denominación genérica que se dio en nuestro país a la nueva forma de experiencia procedente de las diversas tendencias literarias y artísticas europeas que ya se cultivaban en la isla en los 20 del pasado siglo. Fenómeno mayoritariamente poético, los órganos más caracterizados del vanguardismo cubano fueron la Revista de Avance (1927-1930) y el suplemento dominical del Diario de la Marina dirigido por José Antonio Fernández de Castro. Surgido del seno del Grupo Minorista nace el vanguardismo cubano entre 1925 y 1930. Tuvo un breve período de desarrollo (15).

    1.2 Como expresa Don Fernando Ortiz al referirse a la cubanidad, esta "en lo humano es, sobre todo, una condición de cultura. La cubanidad es la pertenencia a la cultura de Cuba" (16). Uno de los componentes esenciales de nuestra cubanidad por razones que parten de nuestras raíces históricas en ese constante "mestizaje de carnes y cultura", le corresponde al negro. En el caso de la poesía, habría de esperarse al arribo de los años 20 del pasado siglo, dentro de la etapa cultural neocolonial, para dar lugar a la llamada "poesía negrista o mulata".

    La presencia del vanguardismo en la poesía cubana, no sólo tuvo una corta existencia, sino también sirvió de base para que luego de su experiencia un conjunto de autores experimentados en esta nueva poesía liberada de las viejas formas anteriores, siguiera su propia orientación, hacia caminos diferentes en la auto expresión, en la búsqueda de una mayor autenticidad. Son los casos de Mariano Brull, José Zacarías Tallet, Regino Pedroso, Emilio Ballagas, Regino E, Boti, Manuel Navarro Luna y Nicolás Guillén, entre los cuales tenemos a un cultivador de la poesía "pura" como Mariano Brull, otros como Emilio Ballagas y (en su fase inicial) Nicolás Guillén, dentro de la poesía "negrista", y autores como Regino Pedroso y Manuel Navarro Luna en la poesía de carácter social. La mayoría de ello, como el mismo Ballagas, Tallet, e inclusive Guillén, atravesaría por diversas fases evolutivas en su creación. La poesía denominada "negrista" se hizo presente en nuestro país con "Bailadora de Rumba", de Ramón Guirao, en 1928, poema en el cual ya se manifiestan en lo descriptivo y su plasticidad lo que constituye el rasgo más definidor del negrismo, su exteriorismo. Como bien analiza Cintio Vitier en su libro Lo cubano en la poesía (17), fue el cubismo el movimiento pictórico que puso de moda el negrismo en Europa, así como la llegada del Jazz norteamericano a ese continente, en especial a Francia, una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. Cintio Vitier menciona a autores como Felipe Pichardo Moya, José M. Pobeda y Regino E. Boti, que sirvieron como base para que entre nosotros se produjera este tipo de poesía. Ejemplo de ella lo es "La Rumba", de Tallet, de esta vertiente en la poesía cubana de autores en su mayor parte blancos interesados en el negro como sinónimo de lo popular en el orden temático, aun sin sobrepasar la percepción y reflejo de lo negro como no sea a través de sonoridad rítmica y descripciones que desembocan en lo pintoresquista. La presencia del negro en la poesía cubana como tema de la corriente negrista queda claro que no transgredió el marco de una visión de lo popular en la que ritmos y costumbres sobresalieron como elementos artísticos.

    Es con los primeros Motivos de son, en abril de 1930, que Nicolás Guillén abre un nuevo sendero en el ámbito cultural cubano, al situar ahora al negro "como protagonista de poesía con todos sus atributos raciales" (18), desde el momento mismo en que a través de ello nos adelantamos más allá de lo pintoresquista hasta encontrar la denuncia del hecho social que lo relegaba, discriminándolo, a un plano injusto entre la población. En el cuaderno Sóngoro Cosongo (1931) Guillén entrega al final del mismo sus "Motivos de son", a los cuales nombraría poemas mulatos, con lo cual reconocía en el prólogo que "el espíritu de Cuba es mestizo". Guillén Toma una posición social ya acendrada de Cuba como conjunto racial y social. Los poemas que integran, su primer libro, Motivos de son se producen en 1927, luego de la publicación del poemario Salutación Fraterna al taller Mecánico, de Regino Pedroso, con el cual quedaba iniciada la poesía social en nuestro país. Lo anterior se efectúa dentro de la situación política, económica y social nacional frente a la crisis económica de 1929 y la dictadura de Gerardo Machado (1925-1933). Precisamente la lucha contra esta dictadura y el fortalecimiento de la organización de la fuerza obrera favorecen el interés hacia esta poesía social. En el caso de Nicolás Guillén la poesía de tema negro se muestra unida al reflejo de la denuncia social.

    Con Nicolás Guillén entraremos en la etapa cultural de la que el Dr. José Antonio Portuondo designara como Literatura de la liberación. Se trata con este autor "de una expresión lírica genuinamente cubana" (19), que a partir de la visión del negro desde dentro hacia fuera, se sobrepasa a si misma en lo racial, y llega a constituir "una formidable contribución del hombre negro a la poesía española, lo cual puede dar pie a nuestra poesía nacional".

    Aún hoy se continúa empleando de forma ambigua los calificativos de "Poesía negrista", poesía "Afrocubana", poesía "de la negritud", y poesía "negra". Por nuestra parte nos unimos a René Depestre cuando señalo que "negros, blancos, indios, mulatos, mestizos y demás ardides semánticos de la colonización son otras tantas singularidades históricas americanas", y añade "Las categorías de poesía blanca, poesía hispanoamericana, poesía negra" surge pura y simplemente de la semiológica romántica colonial, cuando no del "etnoeuropeocentrismo" nos acogemos, en delante de acuerdo con los propósitos de nuestro trabajo a las definiciones "poesía de autor (ora), negro (a)" siempre que resulte necesaria su especificación.

    De acuerdo con lo hasta ahora analizado no hallamos ni en la producción poética de la etapa neocolonial ni en la de la literatura de la liberación otro autor que se exprese "en negro de verdad" como no sea Nicolás Guillén dentro de la vertiente popular, continuada por este en otras obras dentro del período.

    Con el derrocamiento de Machado se inició una larga etapa caracterizada por represión al movimiento obrero y estudiantil, la sucesión de gobiernos encabezados por los partidos políticos de turno en contuvernio con las grandes empresas nacionales y extranjeras, norteamericanas en su mayor parte. La corrupción administrativa y el gansterismo se entroniza. El 10 de marzo de 1952 un golpe de estado encabezado por el general Fulgencio Batista lo llevaría al poder y con él un baño de sangre obrera y estudiantil se iniciaría como consecuencia de su dictadura pretendiendo ahogar las ansias libertarias de nuestro pueblo. En esos años las tendencias predominantes en la poesía, junto a la de carácter de protesta y denuncia social fueron la de una lírica marcada por su subjetividad e intimismo, neo-romanticismo, y la de la poesía "trascendentalista" de Orígenes, encabezada por su principal mentor, José Lezama Lima. Esta, muy alejada de lo popular por el predominio de lo imaginativo y el despliegue de una amplia cultura literaria también contó, en paralelo, con una nueva promoción de jóvenes escritores que se refugiaron en los temas relacionados con la memoria y el recuerdo de la infancia. Trátase de Lezama Lima, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Eliseo Diego, El sacerdote Ángel Gaztelu, Virgilio Piñera, y otros, en todos los casos estamos ante una obra en la cual el negro no figura temáticamente, ni como resultado de su propia experiencia como componente social nacional.

    En la labor poética de la década del 50 del siglo XX se comenzó a hacer notar la irrupción de otros nuevos poetas en los que se orientaban sus quehaceres hacia la poesía de tipo coloquial o conversacional, abierta temáticamente al mundo de lo cotidiano, simplificadora de los aspectos formales y de gran riqueza en la elaboración de imágenes. Entre los jóvenes de entonces ya desfilaban nombres como Alcides Isnaga, Rolando Escardó, Roberto Fernández Retamar, Fayad Jamis, Cleva Solís y Rafaela Chacón Nardi.

    1.3 Si consultamos la antología Las mejores poesías cubanas, realizada por Cintio Vitier y publicadas en 1959, hallamos que dentro de la producción de los años 40 y 50 únicamente está incluida una mujer, Dulce María Loinas. Dejando detrás los posibles criterios selectivos, lo cierto es que en ambas décadas solamente cabria agregar a Mirta Aguirre y Fina García Marruz para completar con las referidas Cleva Solís y Rafaela Chacón Nardi el cuadro de voces femeninas que por su calidad poética han vencido el paso del tiempo. Se trata de aquellos "momentos más altos, significativos y perdurables" (20), ya que otros nombres de autores con poemarios publicados entre ambas épocas resultaron "floración fresca, humilde y bella, poco notadas casi siempre en sus días, olvidada en los nuestros", casi innecesario resulta agregar que entre los autores, no se vislumbra ninguna mujer de extracción social pobre y mucho menos negra.

    Sin pretender entrar en una perspectiva sociológica, no es ocioso recordar que entre nuestras masas populares la condición de mujer y de negra además, resultaba en esos años la heredera por excelencia de males como la discriminación racial y sexual, al igual que al analfabetismo y la pobreza más descarnada, dejados por la sociedad colonial a la republicana. No es un hecho casual que la poesía "negrista" ya aludida en otra parte de nuestro trabajo no incluya cultivadoras femeninas. En la población negra como indica Don Fernando Ortiz, la autodenigración, consecuencia de siglos de sometimiento y la hostilidad del medio social conllevaron a que "esa aptitud negadora de su propia personalidad" halla resultado "frecuente y duradera" (21), cuanto más que a la mujer de color (expresión racista sobreviviente) el libro, la literatura escrita por unos otros no pasaba de ser por lo general representativa de un mundo cultural ajeno a su persona, manejado por la clase dominante que la excluía de elementos de participación activa social en accione transformadoras. Escamoteada su identidad, la cubanía, y con ella la nacionalidad era ocultada su imagen bajo una triple negación: por su cultura ancestral, por la pigmentación de su piel, y por la cuestión de género, es decir de sexo.

    EL PRESENTE TEXTO ES SOLO UNA SELECCION DEL TRABAJO ORIGINAL. PARA CONSULTAR LA MONOGRAFIA COMPLETA SELECCIONAR LA OPCION DESCARGAR DEL MENU SUPERIOR.