Las apariciones del uróboros se han dado en estados anímicos tranquilos, parece necesario que la preocupación por el descubrimiento tenga que ser dejada aparte y que solo se piensa en él como algo curioso, interesante. Porque es obligada la motivación necesaria por el problema para que aparezca la conexión, pero el estado de ánimo al pensar en ello de ninguna manera podría ser tenso: la noción de aquello que se investiga y la noción semejante que se conectará con la primera van a asociarse solas, y para ello es probable que se requiera de un estado con la mayor calma. Einstein, quien posiblemente fuera consciente de esto, solía disfrutar a menudo de tranquilos paseos en tren. Ya hemos visto que Newton tal vez descansara a la sombra de un árbol cuando se le apareció el uróboros u ocurrió algo parecido. Puede que pensando en cuál fuerza sujeta a la Luna haya tomado descuidadamente una manzana. Mendeléyev gritaba, gruñía y maldecía cuando no encontraba las soluciones y cuando los que le escuchaban acudían por ver qué pasaba espetaba que maldecía para que no se le produjesen úlceras. Esto último indica que después del desfogue llegaría una tranquila calma deseable para la intuición. Cuando dos elementos tenían propiedades químicas similares pero no cabían en la misma columna por no corresponderse periódicamente sus masas atómicas se le ocurrió forzar la masa del elemento que no encajaba. O sea una palabrota de mal gusto para los demás fue sinónimo de "los demás poco me importan con sus masas atómicas equivocadas". Y cuando no había elemento para continuar una columna, similar actitud le hacía intuir que "ya aparecerá, no ha sido descubierto". Y dejaba la casilla vacía. Solo así pudo conformar la periodicidad de los elementos. Y el futuro le dio la razón.
Arquímedes descubrió su famosa ley en la tranquilidad de una tina de baño y Henry Poicaré relata que sus dos más grandes descubrimientos ocurrieron, el primero cuando puso el pie en el escalón de un bus y el segundo cuando atravesaba una calle – en aquella época no había tanto tráfico –. Por supuesto que detrás de esos dichosos instantes de alumbramiento existe un enorme trabajo duro, sobre todo en ciencias muy desarrolladas como las Matemáticas y la Física. Según el matemático e historiador E. T. Bell es absolutamente imposible para cualquier ser humano llegar siquiera a familiarizarse con la enorme masa de trabajos matemáticos que han aparecido en el mundo a partir de 1900. Por cierto este erudito señala: "a medida que la Matemática evoluciona se dilata y se contrae como los modelos del universo de Lemaitre" (E.T.Bell: Los Grandes Matemáticos, en el capítulo: Poincaré, el último universalista). Esta observación viene a confirmar nuestra concepción descentralizadora-centralizadora en la evolución de los sistemas naturales y por tanto de los descubrimientos que en estas se hacen.
¿Para qué sirve la curiosidad? Este vocablo se entiende a menudo como fisgoneo, indiscreción. No seas tan curioso, le espetan a mucha gente. Y así, según esta norma, se crían nuestros chicos. Hay que ser discretos, serios, estereotipados. No rompas las normas ni las buenas costumbres. Pero, ¿qué son las buenas costumbres? No mentir, no robar. Y a veces decir una mentira es salvar una vida. Y a veces robar no es un pecado como en el caso de Jean Valjan, todo lo contrario, si no roba mata a su hija. Porque buena costumbre es ser siempre atrevido y mirar la espalda de las cosas. Buena costumbre es desconfiar de lo que parece ser y encontrar lo que realmente es. Buena costumbre es cuestionar todo y no describirlo según se lo han contado a uno. Si miras el cielo encuentra los rostros que forman las nubes y pregúntate por qué son grises cuando se llueven. Si miras la tierra encuentra los frutos de las hierbas silvestres. Si miras el mar no digas que es azul, eso no sirve para nada: descubre dónde es azul verdoso, azul rosa, azul negro y trata de averiguar por qué se ven esas tonalidades. Si miras las aves curiosea por qué los cuervos son negros y las gaviotas son blancas. Si miras los animales intenta entender por qué hay osos negros y osos blancos. Hazte curioso y te harás un hombre de bien.
Y la curiosidad no nace, la curiosidad se adquiere. Y como se adquiere, hay que enseñarla. Cuando un niño de dos años pregunta por qué, jamás hay que responderle porque sí, al contrario, te está dando la oportunidad para que lo hagas curioso, él siente ya curiosidad. Induce su respuesta. Si un niño de siete años pregunta cómo se forman las nubes no lo conviertas en estúpido respondiendo que se forman con el humo de tantos cigarrillos, porque de esta forma te despeñas tú en la estupidez. Toma a tu hijo de menos de cinco años, probablemente la edad más importante y desaprovechada, y enséñale que las nubes se ven negras porque se cargan de agua, y llévalo a algún riachuelo y pregúntale de dónde sale toda esa agua mientras lo haces mirar el cielo. Enséñale las flores de las hierbas, los frutos en que se convierten y compáralos con los frutos de un árbol, que se dé cuenta que todo es lo mismo, que intuya la existencia de leyes naturales. Si has de reparar una licuadora no te cuesta trabajo enseñarlo, no a repararla, sino a que descubra lo que tiene adentro, que entienda su mecanismo por sí mismo y ya podrá él repararla solo cuando sea capaz. Y en el caso de los maestros, qué decir. ¿De qué sirve enseñar un mapa si no haces mención a las diferencias en las costumbres de sus habitantes que son parcialmente consecuencia de esa misma Geografía que estás enseñando? ¿De qué sirve mostrar cómo se resuelve un ejercicio de Matemáticas si no preguntas por qué hay que dar ciertos pasos? Albert Einstein afirmó que no era él una persona tan inteligente como los demás pensaban, pero sí profundamente curioso. Y lo era porque su padre le mostró una brújula a la edad de cuatro años y él se asombró de que la aguja se moviera sin que nada la empujara, y de adolescente su tío le enseñaba los nacientes mecanismos eléctricos del negocio familiar, invenciones muy interesantes para él. El padre, el tío, movieron la curiosidad del hijo. Y la curiosidad duró toda su vida. Por lo cual, de adolescente, sintió la curiosidad de saber qué pasaría si alguien se empareja en la carrera con un rayo de luz. Por esa época estaban en boga las mediciones de la velocidad de la luz. Maxwell había demostrado que era una velocidad limitada.Tal vez pensando en las carreras de caballos o algo semejante, imaginó a una persona corriendo parejo con el rayo de luz que sale de un foco. Ese fue su uróboros. Y, eureka, se dio cuenta que si eso pasara desaparecería la luz para esa persona, porque al mirar hacia el rayo este no llegaría a su ojo. O sea, desaparecería la energía radiante para esa persona. Y como conocía también el principio de conservación de la energía, concluyó que esta no puede desaparecer, por lo cual nadie, nada, puede igualar la velocidad de un rayo de luz. Y como las cosas tienen diversas velocidades, sería absurdo suponerle a la energía radiante velocidades relativas a algo: tendría la luz velocidades tan diversas como las diversas velocidades que cada objeto tiene. Los científicos que trataban de medir la velocidad de la luz respecto a la Tierra estaban equivocados. Esa velocidad no podía ser respecto a nada. Era absoluta. Apareció en esa mente juvenil el meollo de la Relatividad Especial. Lo principal. Lo demás era nimio, solo aprender matemáticas. Y ahora podemos preguntarnos, si en aquella mente infantil no hubiese nacido esa profunda curiosidad: ¿Alberto hubiera sido Einstein?
Pasamos ahora al áspero asunto de las obras literarias. En las ciencias el descubrimiento genuino finalmente se reconoce por la cantidad de hechos inexplicables que ahora pueden ser explicados con la nueva teoría. Los inventos genuinos, por la cantidad de cosas que ahora es posible hacer, imposible antes de llevar a cabo. Pero con las obras literarias el resultado es más sutil.
Cada instante de la historia humana requiere ser impulsado so pena de lesa humanidad. Aquí juega un importantísimo papel el arte y la literatura. Esta última crea arquetipos a seguir o no seguir para evitar la barbarie. El arte crea estructuras que hacen lo mismo, véase al efecto "La breve sonrisa de Leonardo" en este mismo sitio digital. Pero la literatura puede crear los arquetipos de dos maneras diferentes: haciéndolos patentes como ocurre con el Realismo Socialista o velándolos como ha ocurrido con las obras literarias descollantes. Me refiero a los resultados finales que se producen en el ánimo de los lectores independientemente de si el autor tomaba conciencia de su creación o no. Supongamos El Quijote, especialmente la primera parte de 1605. Analizado a baja lectura es una obra para divertir y reírse de un desdichado loco. Sentido a alta lectura es una obra para conmoverse por un anciano quien no teme a una gavilla de monstruos que agitan los brazos como molinos de viento. O sea, toca en el corazón para evitarle a su dueño caer en las nimiedades cortesanas de aquella aristocracia parásita española. Y como existen y existirán las mediocridades, la obra se convierte en inmortal. El héroe está debajo de un disfraz de loco. Y por eso no llega al entendimiento del lector sino a su sentimiento. He tenido la experiencia de ver a espectadores reír y a la vez llorar tan solo por asistir a la brillante encarnación de El Quijote que hizo el actor Nikolai Cherkásov bajo la dirección exquisita de Grigori Kozíntsev en el arisco paisaje de Crimea.
Si Cervantes hilvanó a propósito su obra es motivo de discusión, en mi opinión el genio lo previó todo una vez comenzada, en la cárcel, la primera parte. Se dio cuenta de la enorme figura que estaba creando, de ahí su frase en la segunda parte: "Y así debe ser de mi historia, que tendrá necesidad de comento para entenderla". No lo necesita. Es lo menos que necesita.
El descubrimiento de un personaje literario es el descubrimiento de un símbolo que mueve el ánimo del lector sumido en un dilema social. Y precisamente, para conmoverlo, el símbolo se aparece vestido de su opuesto. Hay una lucha de contrarios en él como la predicada por Hegel, una lucha de contrarios que empuja la civilización. Así de difícil es descubrir el personaje legítimo para hacer buena literatura. La esencia de una narración no está en su historia, sino en los personajes que se puedan inventar, porque va dirigida a seres humanos como ellos. Aunque el método es el mismo. Como el autor está por lo general sumergido en idéntico dilema social que el lector, necesita resolver el problema con uno varios personajes que encarnen ese dilema. En la soledad de una celda tal vez haya recordado Cervantes las injusticias de aquella sociedad. Allí mismo sería testigo de peleas locas, de burlas inmisericordes. Y el dilema social, similar en su esencia al mismo de la cárcel trae a la mente el personaje de un loco. Pero conforme escribe se involucra cada vez más con su personaje. El loco se convierte en el soldado de Lepanto, en el héroe cuyo valor personal de nada le valió en la vida. Tenías que estar loco para arriesgarte así en Lepanto, le susurran los cortesanos. El héroe, Cervantes, solo llegó a ser un pobre loco. Ha nacido Don Quijote.
Experiencia pedagógica con el método de enseñanza mediante la intuición
Ya hace unos decenios comencé a emplear el método de enseñanza-aprendizaje mediante la intuición. Los resultados fueron sorprendentes porque ocurrieron cosas inesperadas. En el transcurso de las clases: fue cambiando la estructura social de los grupos, algo que yo no había previsto. Había tomado dos grupos de unos treinta alumnos cada uno para hacer el ensayo y otros dos grupos testigo en los cuales impartí las clases con métodos tradicionales. Ocurrió que en los grupos de ensayo fue cambiando la estructura social. Resultó que:
Algunos de los alumnos que eran estrellas no pudieron responder adecuadamente a las preguntas,
algunos de los alumnos considerados mediocres comenzaron a responder preguntas que los demás no podían responder y pasaron a convertirse en estrellas del grupo,
algunos alumnos que antes eran estrellas, conservaron la jerarquía porque pudieron responder a las preguntas,
los resultados docentes de los grupos de ensayo fueron claramente superiores a los resultados de los grupos testigo.
Esta experiencia fue presentada a la Comisión de Física del Ministerio de Educación, por solicitud de un asesor nacional, el ya desaparecido doctor en Ciencias Físico-Matemáticas A. Ferrer. Como era de esperar, el resto de los integrantes de la Comisión tuvieron serias reservas y algunos mascullaron no muy felices comentarios, pero el actual profesor universitario Dr. Carlos Julio Sierra Mora confió en el método y en los resultados y los publicó en un texto pedagógico de la Dirección Nacional de Enseñanza de Adultos. A solicitud del asesor provincial de Química y de la asesora provincial de Biología, expuse el método en cada una de estas asignaturas ante los profesores respectivos de la provincia Habana. Pero de todas formas, que yo sepa, nunca se ha empleado este método en el país por ningún otro profesor.
El método de enseñanza-aprendizaje mediante la intuición en la asignatura física
Este método – para cualquier asignatura – se emplea cuando se necesita introducir nuevos conceptos claves del contenido, a semejanza de lo que históricamente ha ocurrido con la intuición.
Primera Ley de Newton.
Se deja caer una esferita por un plano inclinado. Primeramente se hará conducir la bolita después de la caída, por un terreno rugoso; en segundo lugar, por un terreno de madera regularmente lisa y finalmente por un suelo bien liso. Los alumnos observan que la distancia que recorre la bolita va aumentando. Y ahora se hará la pregunta intuitiva: ¿Qué pasaría si el suelo fuera de hielo muy liso? ¿Qué semejanza pueden hacer con el movimiento de los satélites artificiales de La Tierra?
Al inicio quedarán sorprendidos pues existe una gran diferencia con lo que están acostumbrados a preguntarles los profesores. Pasado un tiempo aparecerán respuestas equivocadas y el profesor animará a continuar respondiendo. Al cabo aparece la respuesta intuitiva: "la bolita se moverá mucho más, como los satélites". "¿Habría algo que la pare?" A continuación se define la Inercia.
Fuerzas Ficticias.
Se muestra una pancarta donde se ha dibujado una lámpara pequeña que cuelga del techo gracias a una cadena muy larga. La pregunta que trae la intuición es la siguiente: Esta lámpara pesa lo justo para que no se parta la cadena. ¿Cómo hacer para que la cadena se parta sin colocarle ningún peso adicional ni halarla? Ocurrirá exactamente lo mismo: silencio, respuestas equivocadas que el profesor rectifica hasta que algún alumno dirá algo así: "Impulsar la lámpara para que se balancee."
Como en el caso anterior la respuesta acertada llega por asociación. La larga cadena con la lámpara pequeña en su extremo simula un péndulo. La conexión que hace el alumno entre los dos conceptos le permite descubrir las llamadas Fuerzas Ficticias.
Movimiento Relativo.
Se muestra una pancarta con una circunferencia en cuyo centro hay un rectángulo. También aparece una línea de tren tangente a la circunferencia y que después del punto de tangencia rodea a la circunferencia en un cuarto de la misma. Se destaca bien un punto en el centro del círculo. El profesor explicará: "El rectángulo simboliza una caseta de expedición de billetes de tren. El círculo, la plataforma donde caminan los viajeros para tomar el tren. Se representa también la línea del tren rodeando la plataforma circular por donde avanzan los viajeros. ¿Cómo hacer para que los viajeros puedan abordar el tren sin necesidad de que el vehículo se detenga?" Silencio, respuestas al azar y finalmente la respuesta correcta. Ningún maestro debe sorprenderse si la respuesta la da un alumno que casi nunca participa y que parece "del montón". Se ha dicho por algunos psicólogos que demasiada inteligencia analítica neutraliza la imaginación creadora. También puede suceder que la respuesta venga de un alumno brillante. Todas estas variantes han de ocurrir. Pero a lo largo del curso se irá desarrollando la intuición en todos los alumnos del aula. La respuesta en este caso es: hacer rotar la plataforma con la misma velocidad lineal que se desplaza el tren. Esta respuesta dará paso – y se entenderá mejor – al Movimiento Relativo. Nuevamente la intuición aparece por la similitud que tiene la plataforma con un disco que se mueve. La línea del tren rodeando parcialmente la plataforma contribuye a reforzar la intuición.
El método de enseñanza-aprendizaje mediante la intuición en la asignatura química
Enlace Químico.
Narra Kekulé en la misma conferencia en la cual hizo referencia a su sueño, que cuando descubrió el concepto de Estructura Química, algo absolutamente seminal para esta ciencia, estaba montado en un carro tirado por caballos en el cual se acarreaban tablas que se movían, por cuyo motivo él mismo tenía que sujetarlas con las manos. Para esa época se conocía que los elementos químicos estaban compuestos por átomos y que los átomos de las sustancias en reacción se separaban y recomponían en las sustancias producto pues se cumplía la ley de conservación de la masa en las reacciones (John Dalton). Lo que no se sabía era cómo podían unirse los elementos: cuando se enfriaba las reacciones eran lentas, cuando se calentaba las reacciones eran rápidas. Al percibir el químico el movimiento natural de las tablas y la sujeción que provocaban las manos, intuyó que eso mismo ocurriría en las reacciones químicas, los elementos permanecen sujetos hasta que el calor mueve tanto los átomos que estos salen de los reactivos y se recomponen en los productos. De esta manera llegó al concepto de Estructura Química mediante el Enlace Químico, el cual descubrió. O sea, se dio cuenta que para que una sustancia se formara, los átomos debían enlazarse mediante fuerzas desconocidas. Como se sabía muy poco de las fuerzas electrostáticas, esto supone una intuición extraordinaria por parte de Kekulé. Aparte de ello, es bueno señalar que cuando Demócrito descubrió el concepto de átomo, su intuición surgió al oler un asado conforme se estaba alejando de una casa. Cuanto más se alejaba, el olor de la carne se hacía más tenue pero continuaba percibiéndose, un perro podía detectar ese olor diez, veinte veces más lejos y tal vez otro animal mucho más lejos aún. Entonces supuso que la materia tenía que estar dividida en elementos pequeñísimos. Le hicieron poco caso.
De acuerdo con estas anécdotas podemos proponer este ejercicio pedagógico para que los alumnos redescubran el enlace químico: Presentamos una lámina con bolitas de dos colores diferentes, digamos negro y azul. Para representar las bolitas en movimiento dibujamos pequeños flechitas en ellas. La dirección de de las flechitas debe parecer arbitraria, pero señalamos varias parejas de bolitas (negro y azul) cuyas flechitas apunten una hacia la otra. Esto no puede estar muy escondido. Todas las bolitas estarán encerradas en un recipiente (rectángulo), y al lado del rectángulo la fórmula química CO (monóxido de carbono). Se les hará a los estudiantes la pregunta: Las esferitas negras son átomos de carbono y las azules son átomos de oxígeno y se mueven en todas direcciones constantemente. ¿Cómo se podrá conseguir que aparezca la sustancia CO dentro del recipiente?
El método de enseñanza-aprendizaje mediante la intuición en la asignatura biología
Selección Natural
Presentamos una lámina donde vendrán dibujadas dos tortugas, una con su caparazón cerrado, como normalmente los tienen las tortugas, y otra con su caparazón abierto en forma de cuello de tal manera que le permita levantar la cabeza más que a la primera. Dibujamos un follaje abundante pero con muchas más hojas altas que bajas. Pregunta: Tenemos en una isla cien tortugas herbívoras, macho y hembra. Hay una tortuga hembra que nació con un defecto. Posee una abertura en su caparazón (se señala el "cuello" que hemos dibujado en ella). Este defecto se hereda. ¿Qué ocurrirá al paso de los años si no puede entrar ni salir de la isla ninguna tortuga y están obligadas a reproducirse allí? A partir de esto se conduce una discusión.
El método de enseñanza-aprendizaje mediante la intuición en la asignatura lengua española
Prefijo y sufijo
Formar palabras con el prefijo "multi". Posteriormente: ¿Qué significará el prefijo "multi?
Formar palabras con el sufijo "illo" y sus variantes "cillo" y "sillo". Posteriormente: ¿Qué significará el sufijo "illo"? Formar palabras, aunque no existan, con el prefijo "multi" y el sufijo "illo". Posteriormente: ¿Qué podrá significar cada una de esas palabras? Por ejemplo, si la palabra es "mueble", multimueble será un mueble que está hecho para guardar papeles, escribir y colocar la computadora y la impresora, y un multimueblecillo, este mismo mueble cuando es pequeño. Formar palabras con el sufijo "mente". Con posterioridad: ¿qué sentido le da a la palabra el sufijo "mente"? Hacer la comprobación en el diccionario.
El método de enseñanza-aprendizaje mediante la intuición en la asignatura literatura española
Se ordenará a los estudiantes hacer la lectura del pasaje de los molinos de viento de Don Quijote.
Se debatirá si esa acción de Don Quijote es de un loco o de un héroe. Se llegará a ambos criterios. Se explicará por qué Quijote es loco y por qué es héroe.
Escribir un pequeño relato donde el personaje sea a la vez un loco y un héroe, pero en un contexto diferente al de El Quijote y con un personaje que no sea un caballereo andante, o sea, un relato en un contexto actual. Por ejemplo: un pasajero de ómnibus, de metro, una tienda, etc. Posteriormente se leerán y comentarán varias de las lecturas de los alumnos bajo la siguiente pregunta: Si estos relatos los leen personas que consideran que las acciones no son heroicas sino que constituyen ridiculeces, ¿qué juicio usted se haría de esas personas? Si estos relatos los leen personas que consideran que las acciones sí son heroicas, de nuevo, ¿qué juicio usted se haría de ellas? Mencione beneficios y perjuicios de la heroicidad.
Cuáles provechos reporta un método de aprendizaje que se basa en la intuición
Durante el Escolasticismo el aprendizaje se asentaba en la capacidad intelectual de la memoria. Con el Iluminismo comienza la enseñanza crítica, la cual requiere del uso del razonamiento y la experimentación. Con Rousseau (el mejor pensador y a la vez superador del Iluminismo, según criterio del filósofo y pedagogo M.F. Sciacca) aparece la atención que el pedagogo debe dar no solo a la instrucción sino también a la formación de la personalidad del educando y enseñarle "el oficio de ser hombre" (en su Emilio o De la educación). Hacemos un aparte: este libro debe ser comprendido en su íntima esencia: es necesaria la formación de la personalidad para que el alumno sea patriota, honesto, amante de las ciencias, de las letras u otros valores y no educar en los valores del patriotismo, la honestidad, el amor al estudio y otros para la formación de su personalidad, lo que se ha dado en llamar educación en valores pues de esta última forma el alumno rechaza el catecismo que se le impone. Si quiere entenderse cómo se hace, es necesario la relectura del Emilio: es preciso que los valores los sienta el alumno en su alma y no que les sean impuestos. Continuamos. Con el Positivismo se destaca la importancia educativa de la ciencia (Spencer) y se pide al alumno establecer relaciones entre los fenómenos, lo cual significa que se amplía el desarrollo del análisis racional como parte de la formación del estudiante. Con John Dewey (1859 – 1953) surge la escuela como cultivo de intereses y como colaboración, y especialmente se forma el pensamiento del niño en correspondencia al concepto de que el cerebro es un órgano para el mejoramiento continuo de la humanidad. En la actualidad se han hecho intentos por desarrollar la imaginación, pero sin una concepción precisa de la intuición el camino que se toma es la lluvia de ideas y otras técnicas similares más bien dirigidas a flexibilizar el pensamiento – algo muy necesario – que propiamente a desarrollar la intuición. De esta manera, se ha cultivado la memoria, el razonamiento lógico y la ductilidad del pensamiento pero falta la importante función creadora que incorpora la intuición, concepto sumido en el esoterismo y el prejuicio.
Un método de enseñanza-aprendizaje que se base en la real intuición es muy necesario, tanto que compone la tercera parte de la pedagogía que falta. Pensar requiere cuando menos tres funciones: recordar, analizar e intuir. Un método que se base en la intuición es necesario cada vez que se abordan conceptos nuevos y fundamentales de una determinada materia.
Se advierte que no hemos abordado la asignatura de Matemáticas en esta monografía, y es que no se requiere, porque hay ejercicios de Matemáticas que desarrollan la intuición por sí mismos, como son algunos problemas de Geometría Plana en los cuales hay que descubrir relaciones entre ángulos o triángulos o en determinados ejercicios de Algebra elemental, en los cuales "hay que ver" la composición o descomposición de miembros para moldearlos dentro de determinada regla. No exageraba Arquímedes al afirmar que no hay materia que se compare con las Matemáticas en la función de desarrollar la inteligencia.
Auguste Kekulé et son oeuvre, realisee a Gand de 1858 a 1867, Memoires de l'Academie Royale de (Belgique, 37:1 (1866), 1-40. Jean Gillis,
Biología. Paul Weisz.
Diccionario de inventos y descubrimientos, Editorial Egelsur, 2000.
Diario de viaje de un naturalista alrededor del mundo. Charles Darwin.
Ecured.
El problema de la educación. Michele F. Sciacca.
Emilio o De la educación. Juan Jacobo Rousseau.
Ensayos sobre el desarrollo de las ideas básicas de la Física. Academia de Ciencias de la URSS.
Enciclopedia Americana, ed. 1959.
Enciclopedia Británica (1959). Chicago- London- Toronto: Encyclopaedia Britannica, Inc
Enciclopedia Británica (1989). Chicago- London- Toronto: Encyclopaedia Britannica, Inc
Enciclopedia Espasa-Calpe en 70 tomos.
Horvitz, L.A: ¡Eureka! Descubrimientos científicos que cambiaron el mundo
Inventos y descubrimientos famosos, Editorial América.
Los grandes matemáticos. E.T.Bell.
Pequeño Larousse Ilustrado, 1967.
Veinte Matemáticos. Vera, Francisco
Voltaire. Epístola sobre Newton, 1736.
Wikipedia.
DATOS DEL AUTOR
Mi nombre es Alberto Pérez-Delgado Fernández y puede comunicarse conmigo mediante el correo que aparece arriba, que también es asequible para mí. Puede escribirme a este correo o a mi dirección particular: Edificio 76, apartamento 20, Reparto Guiteras, Habana, Cuba. Sería provechoso para mí intercambiar con usted sus consideraciones. Nací en La Habana, Cuba, en 1942. He laborado como profesor de Biología, Matemáticas, Física y como Metodólogo Nacional durante treinta y un años y otros catorce como investigador auxiliar en el Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo. Publiqué varios textos docentes en temas laborales y soy coautor del texto "Seguridad del Trabajo" para la Facultad de Ingeniería Industrial. Escribí la monografía "La breve sonrisa de Leonardo", donde se expone los ciclos sucesivos ineludibles en la historia humana y el arte. He participado como ponente en diversos eventos científicos tanto nacionales como internacionales y también obtuve premios en diversos concursos literarios, también nacionales e internacionales. Fui guionista y traductor en la televisión cubana. Para el espacio televisivo Aventuras escribí un serial. Ahora jubilado, ayudo a los profesores noveles de mi barrio y ejerzo docencia en Matemáticas en la Universidad de Ciencias Médicas, Facultad de Pre-Medicina.
Autor
Alberto Pérez-Delgado Fernández.
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