La ética
Objetivo de la Unidad: que el alumno comprenda a la ética como una ciencia humanística por excelencia, capaz de contribuir en su formación como persona consciente y responsable. Iniciemos nuestro estudio de la ética utilizando el ejercicio de la reflexión sobre el siguiente hecho: Héctor López, es un experto montañista, va caminando sin prisa por un sendero acompañado por sus hijos, de pronto advierte que a pocos pasos hay muchas personas y al mismo tiempo escucha una voz angustiante de una persona que pide auxilio. Al acercarse a las personas, le señalan a un excursionista que esta en peligro. De inmediato, da instrucciones e inicia el descenso para ir en pos de auxiliarlo, al ir a poca distancia descendiendo, oye que la persona en peligro es un asesino y violador de menores; esto lo hace desistir y prefiere regresar y continuar caminando con sus hijos. El excursionista cae al precipicio y muere. ¿Cuál es tu opinión a cerca del comportamiento de Héctor? ¿Apruebas o repruebas su conducta?. Lo que acabas de leer es un hecho moral porque la conducta de Héctor fue consciente y libre. La mayor parte de los actos realizados por los humanos son morales. Y al conjunto de los actos morales y de las normas que se relacionan con ellos se les llama moral. La moral es el campo de estudio y el hecho de la ética, porque sobre ella reflexiona ésta.
Consideramos conveniente, antes de todo iniciar con el problema del hecho moral precisando algunos conceptos así: Hecho es todo lo que acontece, ejemplos: la erupción de un volcán, el juego de fut- bol, las sangrientas, batallas del medio oriente, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, pueden considerarse hechos, ya se ha mencionado que un hecho es todo lo que acontece. Puede ocurrir que pensemos que el asesinato de no debió realizarse, que no es justo que en el medio oriente no se encuentre la paz y se estén muriendo constantemente personas que son inocentes, como el atentado terrorista a las torres gemelas del centro mundial de comercio en Nueva York, y a las instalaciones del Pentágono al ser bombardeadas y destruidas utilizando aviones comerciales piloteados por gente suicida, muriendo en el acto cientos de personas. Es cierto que ante unos hechos, nos indignamos, nos enojamos, y deseamos que no hubieran ocurrido, o los consideramos inapropiados o injustos. Ahora podemos establecer otra definición: Cuando nos pronunciamos sobre la bondad o maldad de un acontecimiento. De un acto, de un comportamiento, esto que ocurre es un hecho moral. El objeto de la ética, el campo de estudio de la ética es el de la moral, entendido como el conjunto de las normas y de los actos de conducta libres y conscientes. La ética al investigar este campo, se propone estudiar sus problemas fundamentales. Éstos se llaman problemas éticos y son el objeto formal de la ética.
Carácter histórico de la moral
Adolfo Sánchez Vázquez señala: si "por moral entendemos un conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las relaciones de los individuos en una comunidad social dada, el significado, función y validez de ellas no pueden dejar de variar históricamente en las diferentes sociedades " Así como unas sociedades suceden a otras, así también las morales concretas, se suceden y desplazan unas a otras. Es por ello que podemos hablar de la moral de la Antigüedad, de la moral esclavista, feudal, de la moral burguesa, etc. La moral es un hecho histórico, y, por tanto, la ética la considera como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo. "La moral es histórica porque es el modo de comportarse un ser, el hombre, que es por naturaleza histórico, es decir, un ser que se caracteriza por estar haciéndose, o auto- produciéndose constantemente en el plano material, práctico, su vida espiritual". Algunas doctrinas éticas ignoran el carácter histórico de la moral y se cae en concepciones ahistóricas. De este modo, el origen de la moral se sitúa fuera de la historia, fuera del hombre real. Ante esto en el campo de la reflexión ética, sigue tres direcciones: 1. Dios como origen o fuente de la moral. Las normas morales surgen de una potencia supra- humana, por lo tanto las raíces de la moral están, fuera del hombre mismo. 2. La naturaleza como origen o fuente de la moral. La conducta humana moral, sería un aspecto de la conducta natural, biológica. Darwin llega a afirmar que los animales conocen casi todos los sentimientos morales de los hombres: amor, odio, felicidad. 3. El hombre como origen y fuente de la moral. Un hombre dotado de una esencia eterna e inmutable.
La moral surge cuando el hombre deja su naturaleza puramente natural, y adquiere una de carácter social, cuando forma parte de una colectividad, esta relación es inseparable de otra Vinculación la que los hombres para subsistir y protegerse mantienen con la naturaleza que les rodea, y a la cual tratan de someter, ésta se expresa, ante todo, en el uso y fabricación de instrumentos, en el trabajo humano. Con el trabajo, los hombres primitivos tratan de poner la naturaleza a su servicio, su trabajo cobra necesariamente un carácter colectivo, y el fortalecimiento de la colectividad se convierte en una necesidad vital. Surgen así una serie de normas, no escritas, de aquellos actos de los miembros de la colectividad que benefician a la comunidad. Lo bueno y lo malo viene a ser parte esencial de la colectividad, se establece una línea divisoria, deberes y obligaciones, trabajar, luchar contra el enemigo, por lo que las Cualidades morales como la solidaridad, ayuda mutua, amor a los hijos, etc., responden a los intereses de la colectividad, pero además existen aquellos que no responden a la colectividad los vicios como: la cobardía, ocio, egoísmo. Sánchez Vázquez en su obra a cerca de la ética, enfatiza que: la justicia responde a los intereses, así que existe la justicia distributiva, la igualdad, la reparación del daño a la colectividad, ojo por ojo, este tipo de justicia fortalece la unión de los miembros de la colectividad. Aquí no se conoce la propiedad privada, la división de clases, por lo que la moral es única y válida para todos los miembros de la colectividad, las demás colectividades son consideradas extrañas, sus enemigos. Todo miembro de la tribu, actúa de acuerdo a los intereses y creencias de la mismo, no hay lugar para el interés personal, el grupo nulifica al individuo, circunscrito a la costumbre, mito, religión, este tipo de moral es poco desarrollada, ya que sus normas y principios se 1aceptan, sobre todo, por la fuerza de la costumbre y la tradición.
Desarrollo histórico de la moral
Sánchez Vázquez, comenta dentro de las características de la moral y de los cambios histórico- sociales que; "el aumento general de la productividad del trabajo (como consecuencia del desarrollo de la ganadería, la agricultura y los oficios naturales), así como la aparición de nuevas fuerzas de trabajo (al ser transformados los prisioneros de guerra en esclavos), elevó la producción material, hasta el punto de disponer de productos que podían guardarse porque ya no se requerían para satisfacer las necesidades inmediatas. Con ello se crearon las condiciones para que surgiera la desigualdad de bienes entre los jefes de familia que cultivaban las tierras comunales y cuyos frutos se repartían hasta entonces por igual de acuerdo con las necesidades de cada familia". Con la apropiación de los bienes de producción por parte de unos cuantos o la existencia del reparto en pocas manos, se inicia una desigualdad, y un enfrentamiento, ya que se inicia la apropiación de los bienes y productos y dándose la división entre aquellos que tienen todo y de aquellos que no tienen nada. Sánchez V.; señala que desde el punto de vista económico, se convirtió en una necesidad social el respeto a la vida de los prisioneros de guerra, los cuales se convirtieron en esclavos. La división entre esclavos y hombres libre se fue marcando al paso del tiempo. La propiedad, sólo fue la de los hombres libres, lo que permitió que quedaran al margen del trabajo que requería un esfuerzo físico. El trabajo físico terminó por convertirse en una ocupación indigna de los hombres libres, y ésta era sólo para los esclavos, los cuales vivían en condiciones espantosas. Su esfuerzo físico fue en Roma la base de la gran producción, la construcción de grandes obras y el desarrollo de la minería fue posible gracias al trabajo forzado de los esclavos. No eran considerados personas, sino objetos, y como tales sus dueños podían comprarlos, venderlos, jugárselos e incluso matarlos. La división de la sociedad antigua en dos clases antagónicas se tradujo, en una división de la moral. Con la separación del régimen de la comunidad primitiva, desapareció la unidad de la moral. Ésta dejó de ser un conjunto de normas aceptadas conscientemente por toda la sociedad. De hecho, existían dos morales: una dominante, la de los hombres libres, la única que se tenía por verdadera, y la de los esclavos que internamente rechazaban los principios y normas vigentes. La moral de los hombres libres era una moral efectiva, además tenía su fundamento y justificación teórica en las doctrinas éticas de los filósofos de la antigüedad, en especial Sócrates, Platón y Aristóteles, la moral de los esclavos nunca alcanzó un nivel teórico. Aristóteles consideraba que unos hombres eran libres y otros esclavos por naturaleza, y que esta distinción era justa y útil. En algunos estados esclavistas, como el de Atenas, la moral se halla vinculada estrechamente con la política como intento de dirigir y organizar las relaciones entre los miembros de la comunidad sobre bases racionales. De ahí la exaltación de las virtudes morales cívicas ( fidelidad y amor a la patria, valor en la guerra, dedicación en los asuntos públicos sobre los asuntos particulares, etc. Con el hundimiento del mundo antiguo, cuya base la esclavitud, surge una nueva sociedad, cuyos rasgos se perfilan en los siglos V- VI de nuestra era, y se prolongaría aproximadamente durante diez siglos. Es la sociedad Feudal, cura característica es la división de dos clases sociales fundamentales: la de los señores feudales, y la de los campesinos siervos, los primeros eran los poseedores absolutos de la tierra y tenían una propiedad relativa sobre los siervos de por vida. Éstos eran vendidos y comprados con las tierras a las que pertenecían, y no podían abandonarlas, a cambio de su trabajo podían disponer de una parte de los frutos de su trabajo, aunque tenían una situación difícil, en comparación con los esclavos, los siervos tenían formalmente el reconocimiento que no eran cosas, eran seres humanos. El hombre de las villas ( artesanos, pequeños comerciantes, etc.) estaba sujeto también a la autoridad del señor feudal, y estaban obligados a ofrecerle servicios a cambio de su protección. Cada señor feudal se hallaba en una relación de vasallaje voluntario, respecto a otro señor feudal más poderoso al que debía ser leal a cambio de su protección militar, y así en forma de pirámide hasta llegar al más poderoso: el rey o emperador o el Papa. La iglesia estaba en ese sistema, ya que también tenía sus feudos. La iglesia era el instrumento del señor supremo o Dios, al que todos los señores feudales de la tierra debían vasallaje, por lo que ejercía un poder espiritual indiscutible en toda la vida de la época feudal. La moral feudal estaba impregnada de un contenido religioso, dicho contenido aseguraba cierta unidad moral de la sociedad. Además se daba una pluralidad de códigos morales. Así, había un código de los nobles, caballeros, códigos religiosos, de gremios, de universitarios, etc. Los siervos no tenían códigos, la clase social dominante: el de la aristocracia feudal caballeresca se distinguía, como la de los hombres libres de la antigüedad; por su desprecio al trabajo físico, y su preferencia a la guerra y al ocio. Un verdadero noble debía ejercitarse en las virtudes caballerescas: montar a caballo, cazar, manejar la espada, componer versos a la bella dama, jugar ajedrez, etc. El culto al honor tenía como las más despreciables prácticas: que consistía en el valor en la guerra que era acompañada de crueles hazañas, la lealtad al señor con frecuencia era acompañada por la hipocresía, la traición, el derecho de pernada, o el derecho a impedir la boda de una sirva. La moral caballeresca partía de que el noble, por el hecho de serlo, por su sangre, tenía ya una serie de cualidades morales que lo distinguían de los siervos. La nobleza de la sangre, tenía ya de por sí una dimensión moral, en tanto que los siervos, por su origen, no podían llevar una vida verdaderamente moral.
Al interior de la sociedad feudal fueron originándose nuevas relaciones sociales a las que habría de corresponder una moral; es decir un nuevo modo de regular las relaciones entre los individuos, entre ellos y la comunidad. Surgió una nueva clase social: la burguesía, poseedora de nuevos medios de producción ( manufacturas y fábricas), que iban desplazando a los talleres artesanales, y a su vez, fue surgiendo una nueva clase de trabajadores libres, que se vendían o alquilaban durante una jornada de trabajo, estos eran los asalariados o proletarios, que vendían una mercancía, su capacidad o fuerza de trabajo, que tiene la propiedad de producir un valor superior al que se paga por usarla (plusvalor, o valor no remunerado. Los intereses de la nueva clase dominante, exigía mano de obra libre, así como la liberación de trabas feudales para crear un mercado único nacional y un Estado centralizado, que terminara con la fragmentación económica y política. Es este nuevo sistema económico social, que alcanza su expresión a mediados del siglo XIX, en Inglaterra, rige como ley fundamental la ley de la producción del plusvalor, este sistema sólo funciona si asegura beneficios, lo que exige que a su vez, que el obrero sea considerado un hombre económico, es decir, como medio o instrumento de producción. La economía se rige, ante todo, por la ley del máximo beneficio, y esta ley genera una moral propia. El culto al dinero y la acumulación de mayores beneficios constituye para que surjan en las relaciones entre los individuos: el espíritu de posesión, egoísmo, hipocresía, cinismo, explotación, y el exagerado individualismo, cada cual confía en sí mismo, busca su propio bienestar. Formándose en la sociedad un campo de batalla, en la que se da una guerra de todos contra todos. Es así como la moral individualista y egoísta responde a las relaciones de la nueva clase social. De los métodos de explotación del capitalismo clásico que eran brutales, en nuestro tiempo, se pasó a los métodos científicos y racionalizados, como el trabajo en serie, la operación laboral se divide y se convierte en monótono, mecánico, impersonal y agobiante. Al existir una elevación en las condiciones materiales de vida últimamente se ha basado en una pretendida humanización o moralización del trabajo. Ahora se inculca la idea de que, como ser humano, es parte de la empresa, y ha de integrarse a ella. Una nueva moral, verdaderamente humana, implicará un cambio de actitud hacia el trabajo, un desarrollo del espíritu colectivista, la anulación del espíritu del tener, del individualismo, del racismo, comprenderá, asimismo, un cambio radical en una nueva actitud hacia la mujer y la estabilización de las relaciones familiares. En suma, significará la realización efectiva del principio kantiano que exhorta a considerar siempre al hombre como un fin y no como un medio. Una moral así sólo puede darse en una sociedad en la que, debe superarse la explotación del hombre, que la relación de los hombres con sus productos y los individuos entre sí, pierdan el carácter enajenante. Estas condiciones necesarias son las que se dan un una sociedad socialista. La nueva moral no puede surgir sino se dan una serie de condiciones necesarias; económicas, sociales y políticas.
Se plantean las cuestiones: ¿ Existe el progreso moral?; en tal caso, ¿que se entiende por progreso moral?. La moral dominante de la sociedad capitalista, no presenta formas estacionarias y definitivas. El mismo sistema de contradicciones de la sociedad capitalista, dará lugar, al interior del sistema, a reivindicaciones de tipo histórico y social por parte de las clases trabajadoras. En este sentido sí es correcto hablar de progreso moral. No será lo mismo una explotación burguesa salvaje, que una explotación burguesa racional. De igual manera, ciertas, sociedades esclavistas de la antigüedad, son superiores a la moral de las sociedades primitivas, ya que al suprimir el canibalismo, respetar la vida de los ancianos, de los prisioneros, no cabe duda que históricamente han venido a significar un progreso moral. El desarrollo histórico del hombre en su vida social y en sus hábitos de vida y formación de las distintas sociedades anteriores, vemos que han existido de manera sucesiva tipo de morales que, pertenecen a un distinto tipo de sociedades que se formaron, que han ido evolucionando en sus principios y sus normas, desde la, concepción de lo bueno y lo malo, lo obligatorio y lo no obligatorio, lo justo lo injusto, lo perfecto y lo imperfecto. Un progreso moral no se da, al margen de los cambios radicales de carácter social, significa que el progreso moral no puede separarse del paso de una sociedad a otra, así por ejemplo, el paso de la sociedad primitiva a la sociedad esclavista hace posible, a su vez, el acceso a una moral superior, no debemos ver de modo simplista en todo progreso- histórico- social un progreso moral, es necesario caracterizar lo que se entiende por progreso histórico- social: hablar de progreso con relación al cambio y sucesión de formaciones económica- sociales, es decir, sociedades consideradas como un todo en lo que se articula unitariamente estructuras diversas: de tipo económico, social y espiritual, se habla de su progreso considerando la historia de la humanidad en su conjunto. El hombre es, ante todo, un ser práctico, productor, transformador de la naturaleza, conoce y conquista su propia naturaleza, la mantiene y enriquece, transformándola con su trabajo, el hombre produce socialmente, contrayendo determinadas relaciones sociales. Así, el tipo de organización social y el grado de participación de los hombres en su praxis– social pueden considerarse como índice o criterios del progreso humano. El hombre produce espiritualmente: ciencia, derecho, educación, arte, cultura, etc., siempre con el sello peculiar de un enriquecimiento o paso de un nivel a otro en la actividad espiritual correspondiente. Se puede hablar de progreso histórico en: la producción material, la organización social y de la cultura. El progreso histórico es producto de la actividad productiva, social y espiritual de los hombres, dentro de esa actividad el individuo participa como ser consciente, sin embargo el progreso no ha sido hasta ahora el producto de una actividad concertada, consciente. El progreso histórico a escala universal, no es igual para todos los pueblos y todos los hombres, debido a múltiples factores, como la situación geográfica, situación cultural, educativa, religiosa, social, etc. El progreso histórico- social puede tener consecuencias positivas o negativas desde el punto de vista moral, sólo los individuos o grupos sociales que realizan determinados actos de un modo consciente y libre, pueden ser juzgados moralmente . Es muy certera la afirmación de Sánchez Vázquez cuando afirma que el progreso moral se mide, por la ampliación de la esfera moral, esto es que la moral regula las relaciones que antes eran regidas por normas externas, (el derecho, la costumbre), ejemplo: el matrimonio forzoso. Por el mayor grado del carácter consciente y libre de la conducta de los individuos, de los grupos y por su mayor responsabilidad de ambos en su comportamiento moral, cuando los intereses personales y colectivos tienen una adecuada articulación y afinidad, es decir cuando existe una conjugación de los intereses de cada uno con los de la comunidad, y que se logre el libre desenvolvimiento de cada individuo y el libre desenvolvimiento de la comunidad. El progreso moral consiste pues, en la negación radical de viejos valores, en la conservación dialéctica de algunos de ellos o en la incorporación de nuevos valores y virtudes morales, sólo se da sobre la base de un progreso histórico- social que condiciona dicha negación, superación o incorporación.
Los problemas prácticos morales
Se manifiestan como lo señala Adolfo Sánchez Vázquez: En la vida cotidiana se dan las relaciones de unos individuos con otros y surgen problemas cómo: ¿debo cumplir la promesa X que hice ayer a mi amigo Y, a pesar que hoy me doy cuenta que su cumplimiento me producirá ciertos perjuicios? ¿Debo decir la verdad siempre, o hay ocasiones en que debo mentir?, ¿debe el especialista X, decirle a su paciente Y, que tiene una enfermedad incurable avanzada y que su existencia es sólo de unos cuantos días?, el alumno que hizo trampa en el examen final, ¿debe de ocultar su falta o de decir la verdad?, ¿debo de denunciar a mi mejor amigo, ya que fue el autor intelectual de un secuestro? Todos los casos anteriores que aparecen como interrogantes, surgen como un parte- aguas, donde la conducta de las personas sufre una serie de cambios sea positiva o negativamente, es decir que son problemas que pertenecen a la moral práctica , es decir, problemas que surgen en las relaciones afectivas, de manera cotidiana, y que sus consecuencias afectan de manera directa, primero a la persona que los experimenta y se irradian hacia los demás. En la problemática que se plantea en la vida diaria, los individuos se enfrentan a la necesidad de ajustar su conducta a normas que se tienen por más adecuadas o dignas de ser cumplidas. Estas normas son aceptadas íntimamente y reconocidas como obligatorias; de acuerdo con ellas, los individuos comprenden que tienen el deber de actuar en una u otra dirección. En esos casos se dice que el hombre se comporta moralmente, y en ese comportamiento suyo se pone de manifiesto una serie de rasgos característicos que lo distinguen de otras formas de conducta humana. Acerca de este comportamiento, que es el fruto de una decisión reflexiva y, por tanto, no puramente espontáneo o natural, situemos a un individuo en un caso especial por ejemplo: Paseando por una de las playas de la isla en la que una inoportuna tormenta con su correspondiente naufragio le a mantenido solo por más de 20 años. Lleva su loro al hombro y se protege del sol gracias a la sombrilla fabricada con hojas de palmera que le tiene justificadamente orgulloso de su habilidad. Piensa que, dadas las circunstancias, no puede decirse que se las halla arreglado del todo mal. Ahora tiene un refugio en el que se protege de las inclemencias del tiempo y del asalto de las fieras, sabe dónde conseguir alimento y bebida, tiene ropa que le abriguen y que él mismo se ha hecho con elementos naturales de la isla, los dóciles servicios de un rebañito de cabras, aves, etc. En fin, que sabe cómo arreglárselas para llevar más o menos su buena vida de náufrago solitario. Sigue paseando Robinsón y está tan contento de sí mismo que por un momento le parece que no echa nada de menos. De pronto, se detiene con sobresalto. Allí, en la arena blanca, se dibuja una marca que va a revolucionar toda su pacífica existencia: la huella de un pie humano. ¿De quién será? ¿Amigo o enemigo? ¿Quizá un enemigo al que pueda convertir en amigo? ¿Hombre o mujer?¿Cómo se comunicará con el o ella?¿Hablará el mismo idioma?¿Qué trato le dará? Robinsón está ya acostumbrado a hacerse preguntas desde que llegó a la isla y a resolver los problemas del modo más ingenioso posible: ¿qué comeré?¿Dónde me refugiaré?¿Cómo haré fuego?¿Cómo me protegeré del sol?¿Cuánto tiempo estaré?¿Me rescatarán?¿Alguien más vivirá en la isla?¿Qué tipo de fieras habrá?. Pero ahora la situación no es igual porque ya no tiene que vérselas con acontecimientos naturales, como el hambre o la lluvia, ni con las fieras salvajes, sino con otro ser humano: es decir, con otro Robinsón o u otros o Robinsonas. Ante los elementos o las bestias. Él ha podido comportarse sin atender a nada más que a su necesidad de supervivencia. Se trataba de ver si podía con ellos o ellos podían con él, sin otras complicaciones. Pero ante seres humanos la cosa es distinta, ya no es tan simple. Debe sobrevivir, desde luego, pero ya no de cualquier modo. Si Robinsón se ha convertido en una fiera como las demás que rondan por la selva, a causa de su soledad y su desventura, no se preocupará más que de sí el desconocido causante de la huella es un enemigo a eliminar o una presa a devorar. Pero si aún quiere seguir siendo un hombre. Entonces se las va a ver no ya con una presa o un simple enemigo, sino con un rival o un posible compañero, en cualquier caso, con un semejante. Mientras está solo, Robinsón se enfrenta a cuestiones técnicas, mecánicas, higiénicas o incluso científicas. De lo que se trata es de salvar la vida en un medio hostil y desconocido. Pero cuando se encuentra con la huella humana en la arena de la playa empiezan sus problemas éticos, ya no se trata solamente de sobrevivir, como una fiera, ahora tiene que empezar a vivir humanamente, es decir, con otros o contra otros hombres, pero entre hombres. Lo que hace humana a la vida es el transcurrir en compañía de humanos, hablando con ellos, pactando y mintiendo, siendo respetado o traicionado, amando, haciendo proyectos y recordando el pasado, desafiándose, organizando juntos las cosas comunes. La huella que encuentra en la arena pertenece a un miembro de la tribu de caníbales que pretenden comérselo. Así, pues, tenemos por un lado actos o modos de comportarse de los hombres ante ciertos problemas que llamamos morales, y, por el otro, juicios con los que dichos actos son aprobados o desaprobados moralmente. Pero a su vez tanto los actos como los juicios morales presuponen ciertas normas que señalan lo que se debe hacer. Se puede señalar que los juicios morales son aquellos en los que nos pronunciamos sobre la bondad o maldad de actos pasados, presentes, como es malo mentir en cualquier momento Héctor no debió haber mentido a sus padres.
Se caracterizan por su generalidad. Si al individuo concreto se le plantea en la vida real una situación dada, el problema de cómo actúa de manera que su acción pueda ser buena, o sea, valiosa moralmente, tendrá que resolverlo por sí mismo con la ayuda de una norma que él conoce y acepta íntimamente. Es inútil que recurra a la ética con la esperanza de encontrar en ella, "el quehacer en cada situación concreta ". La ética podrá decirle, en general, lo que es una conducta sujeta a normas, o en que consiste aquello que es lo bueno, que persigue la conducta moral, dentro de la cual entra la de un individuo, la de todos. Definir qué es lo bueno no es un problema moral que corresponda resolver a un individuo con respecto a cada caso particular, sino que es un problema general de carácter teórico- ético que toca resolver al investigador de la moral, es decir, al ético. Así, Aristóteles se plantea, en la Antigüedad Griega, el problema teórico de definir lo bueno.
El método de la ética Uno de los métodos utilizados en su estudio son: la Inducción, consiste en partir de lo particular hacia lo general; sus partes son: la observación, la comparación y la experimentación, de los distintos hechos concretos de la vida humana para formular normas morales de validez universal. La deducción es el otro de los métodos, consiste en que de una ley ya establecida se deducen normas de conducta particular.
El campo de la ética Los problemas éticos se caracterizan por su generalidad, y esto los distingue de los problemas morales de la vida cotidiana que son los que nos plantean las situaciones concretas. La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres el de la moral, pero considerando en su totalidad, diversidad y variedad. Lo que en ella se diga acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales ha de ser válido para la moral de la sociedad griega, o para la moral que se da efectivamente en una comunidad humana concreta. Esto asegura su carácter teórico, y evita que se le reduzca a una disciplina normativa. El comportamiento moral se presenta como una forma de conducta humana, como un hecho, y a la ética le corresponde dar razón de él, tomando como objeto de su reflexión la práctica diaria de la moral de la humanidad en su conjunto. En este sentido, como toda teoría, la ética es explicación de lo que ha sido o es, y no simple descripción. La ética parte del hecho de la existencia de la historia de la moral: es decir, arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con sus correspondientes valores, normas y principios. Como teoría, no se identifica con principios y normas de ninguna moral particular, ni tampoco puede situarse en una actitud indiferente ante ellas. Al igual que otras ciencias, la ética se enfrenta a hechos. El que éstos sean humano implica, a su vez que se trata de hechos valiosos. Pero ello no compromete en absoluto las exigencias de un estudio objetivo y racional. La ética estudia una forma de conducta humana que los hombres consideran valiosa, y, además, obligatoria. La ética al tratar de definir lo bueno rechaza su reducción a lo que satisface mi interés personal, propio, es evidente que influirá en la práctica moral al rechazar una conducta egoísta como moralmente valiosa. Por su carácter práctico, en cuanto disciplina teórica, se ha tratado de ver en la ética una disciplina normativa, cuya tarea fundamental sería señalar la conducta mejor en sentido moral. Esta caracterización ha conducido en él pasado a olvidar su carácter teórico. Muchas éticas tradicionales parten de la idea de que la misión del teórico es, en este campo, decir a los hombres lo que deben hacer, dictándoles las normas o principios a que ha de ajustarse su conducta, convirtiéndose así en una espacie de legislador del comportamiento moral de los individuos. La tarea fundamental de la ética es la de toda teoría: o sea, explicar, esclarecer o investigar una realidad dada produciendo los conceptos correspondientes. La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres: el de la moral, pero considerado en su totalidad, diversidad y variedad. El valor de la ética como teoría está en lo que explica, y no en prescribir o recomendar con vistas a la acción en situaciones concretas. Como toda teoría es explicación de lo que ha sido o es, la conducta del hombre. No le corresponde dar juicios de valor acerca de la práctica moral de otras sociedades, o de otras épocas, pero si tiene que explicar la razón de ser de esa diversidad y de los cambios de la moral; es decir, ha de poner en claro el hecho de que los hombres hayan recurrido a prácticas morales diferentes e incluso opuestas. Al igual que otras ciencias, la ética se enfrenta a hechos. El que sea de origen humano, implica que se traten de hechos valiosos. La ética estudia una forma de conducta humana que los hombres consideran valiosa y, además, obligatoria y debida .
Los problemas teóricos no se identifican con los problemas prácticos, tampoco puede confundirse la ética y la moral. La ética es la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad. Es ciencia de una forma específica de conducta humana. La definición subraya, el carácter científico de la disciplina, o sea, se responde a la necesidad de un tratamiento científico de los problemas morales, la ética se ocupa de un objeto propio, constituido por un tipo peculiar de hechos humanos. Como ciencia, parte de cierto tipo de hechos tratando de descubrir sus principios generales. Aunque parte de datos empíricos, no puede mantenerse al nivel de una simple descripción de ellos, sino que los trasciende con sus conceptos, hipótesis y teoría. En cuanto conocimiento científico, la ética ha de aspirar a la racionalidad y objetividad plena, y a la vez ha de proporcionar conocimientos sistemáticos, metódicos y, hasta donde sea posible, verificables.. Las proposiciones de la ética deben tener el mismo rigor, coherencia y fundamentación que las proposiciones científicas. Los principios, normas o juicios de una moral determinada no tienen ese carácter. No hay una moral científica, pero si hay o puede haber un conocimiento de la moral que pueda ser científico. La ética no es la moral, y por ello no puede reducirse a un conjunto de normas y prescripciones; su misión es explicar la moral efectiva, y, en este sentido, puede influir en la moral misma. Su objeto de estudio lo constituye un tipo de actos humanos: los actos conscientes y voluntarios de los individuos que afectan a sí mismo y a los demás, a grupos o a la sociedad en general. La ética y la moral se relacionan, veamos desde sus orígenes etimológicos: moral procede del latín mos o mores "costumbre", en el sentido de conjunto de normas adquiridas por hábito. Tiene que ver con el comportamiento adquirido, o modo de ser conquistado por el hombre. Ética proviene del griego ethos, que significa "modo de ser" o "carácter", "costumbre", el modo de conducta no responde a una disposición natural, sino que es adquirido o conquistado por hábito.
La ética y su relación con otros campos del conocimiento
La ética trata de dar explicación en forma objetiva a la conducta moral, se ve en la necesidad de recurrir a otros campos del saber, es decir la moral no se explica por sí misma: requiere del auxilio de otras disciplinas del conocimiento a fin de que sus explicaciones tengan cierta importancia, como productos de investigaciones y reflexiones interdisciplinarias. Todo tipo de conocimiento científico- social que aspire a tal, deberá tener una metodología de investigación, abierta al conjunto multidisciplinario, dialógico, inclusive, polémico que requiere la ética.
La ética y sociedad Si afirmamos que la conciencia y la moral fáctica, no han surgido de la nada, sino que se nutren siempre de un entorno social e histórico, habrá que indagar sobre la naturaleza lógica de equis determinaciones para aceptarlas, criticarlas o rechazarlas. ¿Por qué la moral que se dice o proclama como buena en cierta estimativa de la sociedad, no es la misma moral que se practica?¿Dónde están las fallas de este tipo de contradicciones?"Por qué, siendo nuestra sociedad, en general, tan católica, en un gran sector de la población, actos tan reprobados en la conciencia moral cristiana, como el aborto y la corrupción practicados en amplios sectores de la población, hoy por hoy, florecen y se desarrollan en forma alarmante?¿Se debe acaso a que la moral cristiana se asume de palabra y no de hecho?¿Por qué tal moral, en muchos casos resulta estéril, al no resolver tan inmorales comportamientos de acuerdo con el sentir general?¿No será, más bien que se tendría que afirmar, que la relación moral- sociedad, es súper compleja y difícil y en consecuencia, debería estar en condiciones de plantear el problema ventilando unas relaciones múltiples, de sistema y subsistemas sociales, materiales, y culturales, que pueden ser capaces, si no de destruir, sí de reducir la marcada inmoralidad vigente en nuestra sociedad?. La conducta moral, siempre es un hecho de la vida social: familiar, cultural, política, etc. Así, se puede afirmar que los individuos no inventan ni la sociedad ni su moralidad. El propio comportamiento individual, es determinado por la vida del hombre en sociedad; cultura, creencias, odios, amores, tienen su origen en el complejo de las diferentes prácticas sociales. Un individuo fuera de la sociedad y de la historia, no se podría decir que actúa moral o inmoralmente. La moral y sus prácticas es un acontecimiento de los seres humanos que viven en sociedad, un individuo aislado, el ejemplo de Robinsón Crusoe, no se podría decir que actúa bien o mal, ya que no habría quien lo dijera. La realidad es que no sería posible vivir en una sociedad y al mismo tiempo, no pertenecer a ella.
Ética y filosofía La filosofía es una ciencia. Independientemente que los científicos pretenden restringir el área sólo al de las ciencias experimentales como (la Física, la Química, etc.), la filosofía, por su parte, es también una ciencia, de acuerdo al concepto de Aristóteles, "Ciencia es un conocimiento cierto de las cosas por sus causas". En consecuencia, un conjunto de conocimientos está en el nivel científico cuando apunta a las causas de lo que se estudia, sea el fenómeno físico, sea el origen del universo. La filosofía no tiene otra pretensión, sino la de investigar el fondo mismo del universo, las condiciones que hacen posible su existencia, las causa que de hecho han originado las cosos de este mundo. El instrumento de la filosofía es la razón. Sólo con la razón se pueden descubrir las causas de las cosas, la filosofía es la más universal de todas las ciencias. Trata absolutamente de todos las cosas, no hay un solo ser que se escape al horizonte propio de las investigaciones filosóficas, tanto los seres materiales, como los espirituales, los números, los hombres, las máquinas; todo es tema propio de la filosofía. Precisando que solamente estudia las causas supremas de todas las cosas, se puede decir que la Filosofía es el conocimiento científico de las esencias y de los primeros principios de todo ser, o sea, de las causas supremas de todos las cosas. Es en esa profundización hasta la esencia de las cosas, en donde reside principalmente el carácter filosófico de la Ética. Que estudia los actos humanos en cuanto a su bondad o maldad, es decir, profundiza en la esencia, por lo que al ser la ética una rama de la filosofía como tal participa de las características de la filosofía, las dos están en el plano científico y las dos son racionales. La ética como tarea científica de explicación, no se puede considerar tan solo como un capítulo de la filosofía especulativa, tradicional y metafísica. En este terreno, la ética, en su afán científico de explicación considera la naturaleza, condiciones y fundamentos de la moral, como fenómeno que ocurre en la vida afectiva, real. La ética responde hoy a una total racionalidad empírica. No se justifica ya, una ética casuística, ni especulativa. Si la moral es inseparable de la actividad práctica del hombre, material y espiritual, la ética no puede dejar de tener nunca como fondo la concepción filosófica del hombre que nos da una visión total de éste como ser social, histórico y creador. Toda una serie de conceptos que la ética maneja de un modo específico como los de necesidad, libertad, responsabilidad, conciencia, valor, presuponen una reflexión y esclarecimiento filosófico.
Ética y psicología Actualmente se entiende por psicología al estudio científico de los fenómenos mentales y de la conducta del individuo, ¿de qué manera pueden relacionarse con la ética los fenómenos psíquicos que afectan al individuo concreto y que son estudiados por la psicología?, Como ciencia de lo psíquico, la psicología ayuda a la ética al establecer la importancia de las leyes que rigen la motivación interna de la conducta del individuo, así como al mostrar la estructura del carácter y de la personalidad. Además de examinar los actos voluntarios, la formación de hábitos, el origen de la conciencia moral y el de los juicios morales. La explicación desde el punto de vista de la psicología de la conducta humana permite comprender las condiciones subjetivas de los actos de los individuos. La psicología como ciencia que atiende a los problemas subjetivos internos de la conducta, resulta de sobremanera necesaria para la ética, para determinar en cada caso los correspondientes grados en que se manifiesta la responsabilidad moral y la libertad de las personas. ¿De qué manera puede a su vez la ética hacer contribuciones a la psicología? A través de la educación, de la formación humanística que encierran sus reflexiones, necesarias en los terapeutas para que éstos puedan ofrecer a sus pacientes, que carecen de dicha formación, una mejor interpretación del sentido de su vida. La teoría de Sigmund Freud (1856-19399), su gran descubrimiento es el inconsciente, que consiste en un conjunto de representaciones y energías que por algún motivo, han sido reprimidas a una zona de la personalidad donde permanecen desconocidas para el propio agente moral, pero, sin embargo, continúan influyendo en la vida consciente, antes de Freud no se hablaba del inconsciente sino de una manera oscura, y nunca se desarrolló, la clasificación, la etiología respecto a este. Además propuso un método, por el cual se puede rastrear y descubrir el inconsciente de una persona. Este es el psicoanálisis que, en síntesis, consiste en asociaciones libres, de imágenes, palabras y recuerdos. El psicoanálisis es el hilo conductor que poco a poco va sacando a la luz aquello que molesta y que se encuentra en la zona inconsciente. El psicoanálisis, ha tenido importancia en la ética porque sus concepciones de la vida mental, al ampliar el campo de la conciencia del sujeto, propiciaron que los valores morales provenientes de la tradición judeo- cristiana, fueran clarificados en cuanto a la significación que tienen como influencia para la adquisición de patologías.
Ética y economía La economía como ciencia cuyo objeto de estudio son las leyes generales de la producción, circulación, distribución y consumo de los bienes, es una ciencia estrechamente ligada con la ética, pues la organización que se adopte, la organización política y social que se constituya para organizar todos los factores que intervienen en la producción, habrá de repercutir en la formación moral de los individuos. De los aspectos abordados por la economía está el ejemplo: el carácter de la propiedad, sus funciones y limitaciones, naturaleza y clases, etc. La tecnología con las que se transforman los recursos naturales para satisfacer necesidades; la división del trabajo como consecuencia de la industrialización, etc. Repercuten profundamente en la vida moral de la sociedad. La vida familiar ha sufrido grandes cambios en la medida en que se ha visto afectada por los medios masivos de comunicación, la publicidad ha estereotipado muchas formas de vida. El egoísmo individualista que engendra la competencia en el mercado en la industria, la racionalidad económica y la impersonalidad de la sociedad moderna amenazan muy seriamente su unidad y coherencia . Max Weber (1864-1920) estudió las relaciones de la ética protestante y el espíritu del capitalismo, mostró que los factores económicos son fundamentales en las formaciones sociales, pero no determinantes; en este caso, una estructura económica discurre por el cauce de ciertas creencias religiosas y el espíritu que las anima . La clase capitalista de la actualidad tienen el lema " el negocio es el negocio", todo lo miden por este rasero, tanto en el amor, como en la guerra o la empresa comercial e industrial.
Ética y sociología La sociología como ciencia de los hechos sociales de la convivencia humana, de las relaciones específicas que mantienen los hombres entre sí, desde el punto de vista de su realidad objetiva, la sociología es una ciencia que ayuda de manera importante a la ética. La vida del ser humano es multifacética; religiosa, moral, política, artística, psíquica, etc., pero toda la vida humana es ante todo social. De ahí la importancia de conocer, lo más objetivamente posible, las características que adoptan las diferentes instituciones sociales como la familia, la escuela, el estado, los centros de trabajo, la iglesia, dentro de los cuales el individuo se desenvuelve y fuera de las cuales su vida como ser humano sería imposible. La influencia del medio familiar, por ejemplo, especialmente en nuestra infancia, es extraordinariamente importante para la integración de los valores morales y el desarrollo de la conciencia. La realidad social está formada por todos y cada uno de los individuos que la integran. Somos individuos, y como tales, estamos obligados a responder de nuestros actos hasta el límite en que nuestra conciencia es capaz de intervenir en ellos.
La moral y su relación con el derecho
En las posibilidades de las relaciones existentes en la vida real, encontramos que, el hombre tiene una gran diversidad de formas de conocer su realidad y su entorno social, ya que de manera cotidiana está manipulando, sea a la manera de redescubrirlo, manipularlo, reconstruyéndolo, contemplándolo, etc., esto responde a una gran variedad específica de sus necesidades humanas reales. El hombre va enriqueciendo su conducta con diferentes modos de comportamiento que, con el tiempo, adquieren rasgos propios y específicos. Existe la creencia de que la ética y el derecho son comunes como parte de la conducta social del hombre, ya que estos comportamientos se encuentran sujetos a normas que regulan las relaciones entre los individuos. Se llega a afirmar que la moralidad deviene o se transforma en derecho, es decir, las prácticas morales de importancia y trascendencia social, llegan a convertirse en derecho, en normatividad de conductas de observancia obligatorias. En un plano más académico y analítico, también se afirma que el derecho, la normatividad jurídica, no solamente no tiene que ver con la moral práctica, sino que inclusive se opone a ella. Así, se asegura que una cosa es la conducta moral, y otra la conducta jurídica; en tanto que el derecho, opera al margen y, a veces, en contra de la moral practicada. En la aplicación de las normas del derecho encontramos que no exigen un convencimiento interno por parte del individuo, el sujeto debe cumplir la norma jurídica, aun sin estar convencido de que es justa, la aplicación de ésta, es externa, ya que dispone de un mecanismo o aparato estatal, capaz de imponer la observación de la norma o de obligar al sujeto a comportarse en cierta forma. Las normas jurídicas están codificadas formal y de manera oficial, mediante: códigos, constituciones, reglamentos, leyes etc., la esfera del derecho la encontramos en la regulación de las relaciones, entre los hombres dentro del Estado. El derecho, esta relacionado, a un aparato coercitivo, ligado necesariamente a la aparición del Estado. Y sólo existe un derecho o sistema jurídico único para toda la sociedad, aunque dicho sistema no tenga el respaldo moral de todos sus miembros, así pues, en la sociedad dividida en clases antagónicas sólo existe un derecho, ya que sólo existe un Estado. La aplicación de las normas morales es diferente ya que se cumplen a través del convencimiento interno de los sujetos, y por tanto exigen una adhesión muy personal a estas normas, nadie ni nadie puede obligarnos a cumplir la norma moral, lo que quiere decir que no existe ningún mecanismo coercitivo externo, que pueda pasar por encima de la voluntad personal, auque la sanción de la opinión pública, con su aprobación o desaprobación, nos mueve a actuar en cierto sentido. Las normas morales no se encuentran formalmente codificadas, ya que estas pasan de generación en generación, con sus respectivas modificaciones e innovaciones, se considera que la esfera de la moral es la más amplia de todos los diversos comportamientos, ya que si se quebrantan las diversas normas de otros tipos de comportamiento, también son quebrantadas las normas morales. Se puede anexar que el derecho y la moral regulan las relaciones que surgen entre los sujetos, mediante sus respectivas normas: postulando una conducta obligatoria o debida, las normas de ambas tienen el carácter de imperativos, exigen que se cumplan, que lo individuos se comporten en cierta forma, ya que responden a una misma necesidad social, regular las relaciones de los hombres con el fin de asegurar la unidad y el orden social, la moral y el derecho tienen cambios, al cambiar históricamente el contenido de su función social, así como varía la moral de una época a otra, o de una sociedad a otra, así también sucede con el derecho.
La moral y su relación con la religión
La moral y la religión tienen una relación en la medida que pueden coincidir, las religiones se preocupan por moralizar al hombre. Se puede decir que todos las religiones contienen, implícita o explícitamente un código moral. "Los Diez Mandamientos", son la expresión clásica de esta relación entre moral y religión. En la religión, la norma moral tiene un origen religioso, sobrenatural; es ahistórico, (fuera de la historia) quiere decir: que no depende de los sucesivos cambios que se producen en la vida real. Él filosofo Risiere Frondizi, señala que, la moral de origen divino, es una moral negativa, ya que ocho de los diez mandamientos señalan prohibiciones, las normas no deben tener sólo señalamientos negativos, sino también un sentido positivo. La relación que hay entre moral y religión, no significa que la moral misma se dé necesariamente dentro de una actitud religiosa, los ortodoxos son solidarios con la frase del escritor Dostoyevsky "Si Dios no existiera, todo estaría permitido". Como demuestra la historia de la humanidad, la moral no sólo no tiene su origen en la religión, sino que es anterior a ésta.
Autor:
Lic. Jose Guadalupe De La Fuente Aguilar.
delafuenteaguilargpe[arroba]hotmail.com
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