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El pensamiento de Fidel Castro en el movimiento CTS (página 2)


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¿Qué relación entre la ciencia y la tecnología?

Se puede distinguir una secuencia que iría desde la investigación básica a la investigación aplicada y de ésta al desarrollo tecnológico.

La noción de ciencias puras y aplicadas extrae parte de su dureza de una imagen aparecida en el siglo III en Occidente: la del árbol de la ciencia de Porfirio.

Según esa concepción, los conocimientos se parecerían a un árbol, en el sentido de que ciertos conocimientos fundamentales formarían el tronco que se dividiría en varias ramas gruesas que, a su vez, se ramificarían abundantemente. De este modo, las preguntas que se plantean en ciencias fundamentales son preguntas de ciencias paradigmáticas (o, retomando la expresión de Khun, "ciencia normal").

Podríamos clarificar los diferentes conceptos en estos términos: Las ciencias básicas se orientan a la adquisición de nuevos conocimientos, responden a demandas internas de la propia disciplina, estudian problemas definidos en el mismo paradigma que domina el campo de conocimiento y los criterios de validez de los resultados los establece la misma comunidad científica.

Las ciencias aplicadas tienen un destino social directo, responden a demandas sociales externas y la validez de los resultados será juzgada por un grupo social diferente al de los investigadores. Finalmente, las tecnologías se consideran aplicaciones concretas dentro de un contexto social determinado. La relación entre estos tres conceptos es dinámica, influyéndose mutuamente. Ciencias y tecnologías aparecen en la actualidad estrechamente vinculadas y en muchos casos resulta difícil determinar qué tipos de desarrollos pueden ser considerados como técnicos y cuáles como científicos. Las diferencias entre Ciencia y Tecnología, podrían resumirse en:

  • La tecnología no informa de lo que va a ocurrir, aunque sí de los métodos para evitar o cambiar lo que va a ocurrir.
  • La tecnología es más pobre y menos profunda, ya que reduce y simplifica el conocimiento de acuerdo con las necesidades.
  • La tecnología estudia variables externas, en tanto que la ciencia estudia variables intermedias.
  • La ciencia es un instrumento para el tecnólogo.
  • La tecnología busca la eficacia, la ciencia la verdad.
  • El científico contrasta teorías mientras el tecnólogo las utiliza.
  • La ciencia persigue leyes y la tecnología normas.

Respecto a las características epistemológicas de la tecnología, se le confiere las siguientes: Racionalidad (las decisiones adoptadas deben apoyarse en decisiones razonadas), Sistematismo (los elementos que intervienen en el proceso son contemplados en sí mismos y en relación con los demás), Planificación (la tecnología demanda un proceso anticipatorio sobre la acción), Claridad de las metas (el proceso tecnológico se desarrolla para alcanzar metas claramente especificadas de antemano), Control, Eficacia y Optimización.

Podríamos decir, a tenor de lo expuesto y a modo de síntesis, que la distinción entre ciencias y tecnología extrae su sentido de la diferencia de los contextos sociales en los que los saberes científicos y tecnológicos se aplican. Así, los saberes científicos se aplican en un lugar restringido, los laboratorios, y están unidos a una investigación particular: la comunidad científica. Por el contrario, los saberes tecnológicos o las ciencias aplicadas se utilizan en la realidad social tomada globalmente, en el mundo exterior.

Por otra parte, es necesario insistir en la idea de que las ciencias y las tecnologías no son neutras, no son instrumentos puramente materiales, sino que también remiten a un sistema social. Las opciones tecnológicas condicionan el tipo de vida social de un grupo y las ciencias responden a determinadas motivaciones sociales. La relación moderna entre ciencia, tecnología y sociedad en base a las siguientes proposiciones:

  1. La ciencia y la tecnología deben estar separadas, aunque se establezcan entre ambas complejas interrelaciones.
  2. Tanto la ciencia como la tecnología deben estar controladas democráticamente por la sociedad o la política.

Relación Ciencia – Tecnología y Sociedad.

La creciente importancia social de la ciencia y la tecnología ha provocado el surgimiento de un campo de investigación interdisciplinar denominado "Ciencia, tecnología y sociedad", cuyo objetivo es el estudio del desarrollo científico y tecnológico y de sus consecuencias sociales.

"Cuando uno comienza a entrever la complejidad que subyace en este tipo de problemas, caracterizados por el descubrimiento de una plétora de dimensiones humanas encarnadas en nuestros conceptos de ciencia y tecnología, y de las dimensiones tecnológicas que conforman nuestra imagen del ser humano, aparece con más claridad la importancia de la filosofía hacia terrenos aún sin desbrozar como el de los Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad, que tratan de sistematizar una concepción interdisciplinaria de la ciencia y la tecnología que trae a la superficie este intercambio de dimensiones" (Bustamante, 1993: 21)

En mi opinión es acertado el análisis de Bustamante (1993: 13), para quien la capacidad transformadora de la tecnología se muestra en una doble vertiente: tecnología como instrumento de construcción de la realidad, y como creadora de imágenes y modelos del hombre y la sociedad. Ciertamente, la ciencia y la tecnología, la investigación científica y el desarrollo tecnológico (I+D) son recursos críticos para la competitividad económica de un país y también, indirectamente, para la calidad de vida y el bienestar social.

En las sociedades avanzadas actuales el desarrollo científico y el cambio técnico no sólo afecta a las estructuras productivas (cada vez más intensivas en ciencia y tecnología) sino también al conjunto de las estructuras e instituciones sociales.

En los debates actuales sobre la informatización de la sociedad y los aspectos filosóficos de la inteligencia artificial se manifiesta el esfuerzo que llevan a cabo filósofos y científicos sociales para aportar nuevos elementos que nos permitan comprender mejor la naturaleza y el impacto de una tecnología que de forma a veces disimulada propone imágenes y modelos de cómo el ser humano debería ser y funcionar. Dicho de otra manera, ese "nuevo tipo de sistema cultural" que constituye la tecnología, se vivencia como problema: la deshumanización. Esto es, la posible pérdida de perspectiva de los valores y fines humanos que la tecnologización de los distintos aspectos de la vida en una sociedad avanzada puede generar.

Estos autores mantienen que la dinámica del cambio sociotécnico no es unidireccional, sino que al mismo tiempo que la tecnología construye la sociedad, los grupos y actores sociales, con sus valores e intereses, configuran la tecnología. Esta idea le lleva a introducir términos como "tecnología en acción", "tecnología trenzada con la ciencia y la sociedad", "ingeniería heterogénea", con los cuales quieren presentar una nueva concepción de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, superando la identificación de la tecnología con los artefactos, analizando cómo se configuran las diferentes tecnologías y poniendo de manifiesto cómo la tecnología está al servicio de determinados intereses sociales, o incluso de determinadas clases sociales.

Desde esta óptica defienden que las actividades y productos de la acción del hombre traspasan la mera construcción de herramientas y máquinas y se pueden entender mejor si se agrupan en cuatro figuras:

  1. Tecnologías organizativas: establecen reglas de acción para las personas y comunidades, gestionan la distribución de bienes y el reparto de lugares y funciones de la sociedad.
  2. Tecnologías artefactuales: instrumentos físicos que gozan de cierta independencia de los agentes humanos para desarrollar su actividad.
  3. Tecnologías simbólicas: se identifican con signos, rituales, símbolos, representaciones geométricas y topográficas, etc.
  4. Biotecnologías: tecnologías cuyo componente principal y predominante incide sobre la vida biológica.

El análisis de las distintas tecnologías que el hombre elabora y de las que se sirve en función de determinados valores e intereses, nos lleva a no perder de vista que la historia de la ciencia y de la tecnología, lejos de moverse por la pura racionalidad y la perfección de las máquinas, está marcada por los deseos, las necesidades y los propósitos de la sociedad, de los hombres y mujeres que la forman.

Se puede decir que las características más genuinas de la sociedad actual son el cambio y la complejidad, debido al aumento extraordinario del volumen de conocimientos científicos, tecnológicos y sociales experimentados desde finales del siglo XIX, la utilización masiva de las tecnologías de la información y la comunicación en todos los ámbitos de la vida, unidos a las tendencias político- económicas vigentes desde los años 80. En este contexto se están cuestionando y redefiniendo muchas concepciones tradicionales de lo que significa ser una persona culta, educada y profesional, el valor de los conocimientos y habilidades personales y profesionales, el papel de los sistemas educativos escolares, el sentido de la formación más allá de la enseñanza reglada, etc. La educación debe responder a la necesidad de afrontar cambios de forma continuada, no sólo a nivel profesional sino también personal, social y cultural; de enfrentarse a situaciones complejas que requieren el desarrollo de nuevas capacidades y habilidades, incluso nuevos modelos culturales, sistemas de valores, pautas de actuación y modos de vida; de saber vivir en un mundo que rebosa información pero en el que las personas no saben más.

También se caracterizan las sociedades industriales avanzadas por la globalización de la economía, la revolución de las tecnologías de la información y de la comunicación y un profundo cambio cultural en los valores y formas de vida occidentales. Este cambio en los modos, usos y costumbres culturales vienen dados, entre otras causas, por el tránsito desde valores materialistas propios de una sociedad industrial hacia valores postmaterialistas (pacifismo, ecología, calidad de vida) representativos de una sociedad postindustrial, postmoderna o informacional.

Lo que une a la ciencia y la tecnología con la sociedad son las necesidades y los deseos de esta última. Hoy en día, la ciencia y la tecnología son parte del sistema de vida de todas las sociedades, tanto la ciencia como la tecnología se están sumando a la voluntad social y política de los estados, de controlar sus propios destinos, sus medios y el poder de hacerlo, están proporcionando a la sociedad una amplia variedad de opciones en cuanto a lo que podría ser el destino de la humanidad. Convencidos estamos que una de las características del momento actual es la conexión indisoluble, la muy estrecha interacción y el acondicionamiento mutuo de la sociedad con la ciencia y la tecnología.

Al estudiar los efectos de la ciencia y la tecnología en la sociedad, no se trata solamente de los efectos en la sociedad actual, sino también de los efectos sobre la sociedad futura. En las sociedades tradicionales estaban bien definidas las funciones del individuo, había una armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre. Ahora bien, el surgimiento de la ciencia en un primer momento y luego el desarrollo de la tecnología trajo consigo la desaparición de este marco tradicional, la ruptura del equilibrio entre el hombre y la sociedad y una profunda modificación del ambiente.

La relación antes mencionada (Ciencia – Tecnología y Sociedad) podría considerarse hoy en día como indestructible, es decir, en nuestros tiempos la sociedad está tan ligada con estos factores que es imposible separarlos. Todo depende de la ciencia y la tecnología, está basado en los adelantos científico- técnico, cada día que pasa esta dependencia se hace mayor, algunos piensan que llegará el momento en que esta dependencia será tan amplia que entonces seremos manejados por la tecnología. En cierta forma es real, si nos detenemos analizar se puede percibir que es indiscutible que somos manejados por la tecnología.

Se coincide con el criterio de algunos autores que dicen que la tecnología es un Dios y a la vez un demonio, trae consigo muchas cosas buenas, pero si nos dejamos arrastrar, no se sabe hasta donde llegaremos, no sabemos que suerte correremos.

Ciencia – Tecnología y Sociedad en la actualidad.

La sociedad contemporánea, caracterizada por profundas desigualdades como expresión del desarrollo del capitalismo trasnacionalizado actual, exhibe como tendencia significativa la globalización de todos los procesos socioeconómicos, políticos e ideológico- culturales. Ello se expresa en la extraordinaria integración que tipifica el enorme potencial científico y tecnológico que despliega, lo que encuentra su máxima manifestación en la "informatización" de la vida. Los poderes políticos y militares, la gestión empresarial, los medios de comunicación masiva, descansan sobre pilares científicos y tecnológicos. También la vida del ciudadano común está notablemente influida por los avances tecnocientíficos.

La abundancia de los recursos naturales y la mano de obra barata han dejado de constituir la ventaja comparativa que supuso el pasado. Pero estos descomunales avances coexisten con increíbles índices de subdesarrollo y profundos males sociales, este es el reto que tienen que enfrentar los hombres del primer siglo del Tercer Milenio.

De acuerdo con el último informe Mundial sobre la Ciencia, la desigualdad científico- tecnológica de Latinoamérica y en general el Tercer Mundo con respecto a otras regiones es aún más marcada que la mejor conocida desigualdad económica. Es cierto que las condiciones económicas de estos países limitan severamente los gastos en desarrollo científico – técnico, por lo que es necesario un mayor esfuerzo en este sentido de lo contrario persiste el peligro de aumentar la distancia de los centros de decisión mundiales. Los siguientes datos corroboran lo anterior, el Tercer Mundo ocupa las dos terceras partes del planeta y concentra el 80% de la población mundial; sin embargo, la actividad de investigación-desarrollo (I-D), medida en estimados de respaldo financiero, se concentra en más de un 80% en los países más desarrollados. o sea, más de las cuatro quintas partes del esfuerzo mundial en investigación-desarrollo tecnológico se lleva a cabo por los países desarrollados de Occidente y Japón; este dato refleja una inequidad aún mayor que la de la distribución del Producto Interno Bruto (PIB). Por ejemplo, Europa Occidental recibe el 22,2% del ingreso mundial y representa el 28% del gasto mundial en I-D; Norteamérica recibe también el 22,2% del ingreso mundial, pero el volumen de recursos que dedica a I-D representa el 38% del total mundial, mientras que América Latina recibe el 8,4% del ingreso y su inversión en I-D representa el 1,9% del total mundial. (World Science Report 1998, pp. 22- 23, UNESCO.) Estas desigualdades no son nuevas, son resultado de un largo proceso histórico y se han mantenido, reproducido y agravado a lo largo de los años.

La situación de Cuba se presenta muy singular en este contexto, los esfuerzos y estrategias del gobierno y en la persona del Comandante por priorizar educación, salud e investigación científica ha creado una acumulación de conocimientos e infraestructura que permite que hoy Cuba, país del Tercer Mundo, bloqueado por más de 45 años, pueda tener resultados preeminentes en el ámbito de la ciencia y la tecnología. Esta acumulación de conocimientos e infraestructura se ha consolidado en medio de dificultades y limitaciones, aún en los años críticos que siguieron al derrumbe de los países socialistas de Europa.

La rama científico-tecnológica se impulsa, en el último decenio, para mejorar la calidad de la vida de la población y convertirse en un factor significativo de la economía. La cultura científico-tecnológica alcanzada se ha revertido en la capacidad no solo de asimilar tecnologías, sino de producirlas y de transferirlas, cumpliendo requerimientos de calidad mundial. Estos factores demuestran la validez de la estrategia cubana para enfrentar el subdesarrollo.

Los resultados científicos de hoy en Cuba son el resultado de un largo proceso de educación de toda la población, de universalización de la enseñanza -como parte de la tercera Revolución Educacional- no solo entre los jóvenes nacidos en los últimos decenios, sino también entre los trabajadores y toda la población. El desarrollo de la inteligencia, los conocimientos, las capacidades, beneficia a las personas pero también a la sociedad en su conjunto y crea condiciones para su avance.

La política de universalizar la educación se ha podido adoptar en Cuba mediante la aplicación masiva de la concepción de vincular el estudio y el trabajo, en distintas proporciones y con características diferentes en cada etapa de formación. Su propósito ha sido convertir ambos elementos en norma de vida. Esto ha permitido alcanzar una masa crítica de profesionales, investigadores y científicos que constituye la base de la fortaleza de Cuba para enfrentar los desafíos de la era del conocimiento y de las nuevas tecnologías.

En la instancia universitaria, esta concepción se relaciona con la necesidad de enseñar a pensar y a enfrentarse a los problemas de forma creadora, toma por tanto la forma de un sistema estudio-trabajo-investigación. Hoy no basta con aprender conocimientos; hay que aprender el proceso de obtención de nuevos conocimientos, universalizar el pensamiento científico. La relación entre la universidad y las instituciones de avanzada de la ciencia y tecnología es, por la propia naturaleza de ambas, indispensable y debe ser objeto de constante profundización.

El pensamiento de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro se ha centrado en los últimos tiempos en analizar la brecha que cada día se acrecienta entre países desarrollados y subdesarrollados precisamente por el uso limitado para unos y el derroche desmedido de otros para con los avances de la ciencia y la tecnología, ha aprovechado cada espacio para alertar de los peligros que enfrenta la humanidad ante estos avances y cómo se podría salvar la especie humana. Desde la Cumbre del Milenio, visitas a diferentes países en los que ha intercambiado con el pueblo, citas y conferencias con Jefes de Estado y Gobierno, encuentro con personalidades, hasta los más recientes discursos realizados al calor de la Batalla de Ideas en la Inauguración de las diferentes obras creadas en función de la cultura, la educación y el bienestar de nuestro pueblo, ha dejado claro además la necesidad de una voluntad política en los Jefes de Estado para resolver esta situación.

Conclusiones

El nuevo milenio invita a la meditación: Es el momento propicio para colocar sobre la balanza lo positivo y lo negativo de la experiencia humana. Es el momento de pensar que todos los seres vivientes de la Tierra coexistimos en un único planeta y que cada una de nuestras acciones afecta a todos los demás. La maravillosa inteligencia del ser humano, expresada en tantas realizaciones de la ciencia y la tecnología, en tantas manifestaciones de la cultura universal, debe ser capaz de construir una sociedad más justa, más ética y más racional.

Bibliografía

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Acevedo Díaz, José Antonio – Acevedo Romero, Pilar. Educación CTS desde el punto de vista de la didáctica de las ciencias. Una selección bibliográfica (2000-2002.)

García Palacios, E.M. y otros (2001), Ciencia, tecnología y sociedad: una aproximación conceptual, Madrid: Organización de Estados Iberoamericanos.

González García, M., J.A. López Cerezo y J.L. Luján (1996), Ciencia, Tecnología y Sociedad: una introducción al estudio social de la ciencia y la tecnología, Madrid: Tecnos.

González García, M., J.A. López Cerezo y J.L. Luján (eds.) (1997), Ciencia, Tecnología y Sociedad: lecturas seleccionadas, Barcelona: Ariel.

Ibarra, A. y J.A. López Cerezo (eds.) (2001), Desafíos y tensiones actuales en ciencia, tecnología y sociedad, Madrid: Biblioteca Nueva/OEI.

López Cerezo, J.A. y J.M. Sánchez Ron (eds.) (2001), Ciencia, tecnología, sociedad y cultura en el cambio de siglo, Madrid: Biblioteca Nueva/OEI.

López Cerezo, José Antonio. Bibliografía Básica sobre CTS, Nueva versión actualizada a noviembre de 2000.

López Cerezo, José Antonio. Ciencia, Tecnología y Sociedad. Bibliografía comentada. Pertenece a la Revista Iberoamericana de Educación. Número 18: Monográfico: Ciencia, Tecnología y Sociedad ante la Educación, publicada por la OEI.

Santander Gana, María Teresa: Ciencia, Tecnología, Naturaleza y Sociedad. Base de Datos Bibliográfica dirigida al entendimiento de las relaciones Ciencia, Tecnología, Naturaleza y Sociedad.

Núñez Jover, J. (1999), La ciencia y la tecnología como procesos sociales: lo que la educación científica no debería olvidar, La Habana: Ed. Félix Varela.

 

 

 

Autor:

Lic. Bárbara L. Acevedo Pastrana

Profesora Instructora. Universidad Pedagógica.

País: Cuba

Centro Trabajo: Instituto Superior Pedagógico "Conrado Benítez García".

Escuela Instructores de Arte

Ocupación: Responsable Provincial de la Asignatura de Historia en Secundaria Básica.

Profesor de Lengua Inglesa.

Profesor Informática

Nivel escolar: Licenciada en Marxismo- Leninismo e Historia.

Licenciado en Lengua Inglesa.

Licenciado en Informática.

Lic. Adrian Abreus González

Profesor Instructor. Escuela de Instructores de Arte.

Lic. Ariel Andino

Profesor Instructor. Universidad Pedagógica

Ciudad: Cienfuegos.

Fecha: 12 junio de 2007.

Partes: 1, 2
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