Repercusion sanitaria y economica de la peste porcina clasica (página 2)
Enviado por Jorge O. Serrano Torres
Al igual que en la PPC, en la enfermedad de AUJESZKY los animales afectados presentan síntomas nerviosos y meningoencefalitis no purulenta. A diferencia del movimiento de pataleo que se observa en los animales con PPC, los cerdos afectados de la enfermedad de AUJESZKY muestran rigidez de las extremidades, que aparecen extendidas. La presencia de síntomas nerviosos y muerte de animales de otras especies en la explotación es bastante orientativo hacia enfermedad de AUJESZKY. La presencia de cuerpos de inclusión intranucleares en neuronas y células de la glía, y la posible existencia de necrosis multifocal en el hígado y bazo serían indicativos de la enfermedad de Aujeszky, (Pérez, 2004).
Diarrea Viral Bovina y Enfermedad de las Fronteras (Border Disease).
Los virus de BVD y BD son virus de distribución mundial que afectan a los rumiantes, si bien también pueden infectar al ganado porcino causando un cuadro clínico semejante a los cuadros crónicos originados por cepas de baja virulencia del virus de la (PPC). El diagnóstico de Laboratorio puede verse complicado debido a la estrecha relación antigénica existente entre estos tres virus cuando se emplean técnicas de diagnóstico serológico y virológico convencionales. Los estudio realizado por Wensvoort et al, (1994) demostraron la circulación simultánea del BVD y VPPC dentro de poblaciones de cerdos en los países bajos. El desarrollo de técnicas como la Reacción en Cadena de la Polimerasa u otras que emplean anticuerpos monoclonales específicos ha permitido en gran medida solventar estos problemas, (de Smit et al, 1999; Sánchez-Vizcaíno 1999b y Paton et al,1992).
Erisipela porcina.
Forma parte del grupo de las enfermedades hemorrágicas porcinas (Enfermedades rojas del cerdo) (Del Monte y Rivera 2002). La mortalidad es menor que en la PPC y los animales responden muy bien en al Tratamiento. El cuadro clínico anatomopatológico difiere, se caracteriza por fiebre, síntomas respiratorio y manchas romboidales en la piel, en las formas crónicas se aprecia cojera, lesionalmente se observa en las formas agudas esplenomegalia, hemorragias en la corteza renal observándose más equimóticas que petequiales, hipertrofia ganglionar con tumefacción y hemorragias, Lesiones urticariformes romboides en la piel, en la forma crónica artritis y endocarditis vegetativa. El aislamiento bacteriano en el laboratorio puede confirmar el diagnóstico, (Anónimo, 2000b).
Salmonelosis.
En su forma septicémica hemorrágica, es una enfermedad bacteriana que afecta principalmente a cerdos destetos de menos de cinco meses de nacidos, pero puede presentarse en cerdos listos para ser llevados al matadero y es rara su presentación en cerdos lactantes. Los animales afectados presentan inapetencia, fiebre, tos húmeda, se niegan a moverse. Se evidencian varios animales muertos con el abdomen y las extremidades púrpuras (cianosis). La diarrea no es característica de esta forma septicémica, hasta el tercer o cuarto día de la enfermedad. La mortalidad es alta y la morbilidad variable, pero por lo general del 10%. Los animales que se recuperan quedan como portadores y eliminadores de bacterias (Giannela, 2002 y Anónimo, 2004d).
En la necropsia se aprecia cianosis de las orejas, extremidades, cola y abdomen, aumento del tamaño del bazo y con menor severidad del hígado, a diferencia de la PPC, aumento de tamaño y congestión de los ganglios linfáticos mesentéricos, pulmones difusamente congestionados, con hemorragia y edema interlobular frecuentemente, numerosos focos blancos de necrosis en el hígado. En estudio realizado por Wilcock y Olander (1977) sobre las alteraciones neurológicas producidas por la Salmonella cholerae suis encontraron a nivel de SNC encefalitis no supurada, alteración poco frecuente pero similar a lo observado en la PPC. Los cerdos que sobreviven los primeros días de la enfermedad existe mayor posibilidad de presentar enterocolitis necrótica, con la presencia de ulceras deprimidas y de bordes roídos. Cuando se evidencian hemorragias petequiales, estas son vistas fácilmente en la corteza renal o en el epicardio. Para el diagnóstico además del estudio clínico anatomopatológico y aislamiento del germen se pude usar la prueba de ELISA la que permite detectar infecciones previas y actuales, a través de muestras de suero sanguíneo (Del Pilar Pastrana et al, 2003).
Pesteurolosis.
Enfermedad causada por Pasteurella multocida, la clínica cursa con marcada disnea, respiración abdominal, toses, ligera descarga nasal y fiebre 40 – 41,1 °C, cianosis en extremidades, y los ruidos pulmonares son por lo general fuertes. Tras unos 5 a 10 días, si el animal no ha muerto, queda crónico y delgado por semanas (Pérez Guzmán, 2004). En los hallazgos post–mortem frecuentemente el cadáver está congestionado y existe presencia de espuma en la tráquea. Se observa una neumonía exudativa y áreas atelectásicas en los lóbulos pulmonares anteriores y en casos graves también en los lóbulos diafragmáticos, en ocasiones puede apreciarse pleuritis fibrinosa. Deben enviarse al laboratorio las muestras de pulmones afectados para análisis bacteriológicos, considerando la posible presencia de otros patógenos respiratorios, el diagnóstico de la enfermedad no siempre es sencillo, (Anónimo, 2003b).
Estreptococosis es otra enfermedad que cursa con sintomatología nerviosa en lechones, pero en este caso los animales presentan una meningoencafalitis purulenta y otros lechones de la explotación pueden presentar artritis y endocarditis vegetativa y Bronconeumonía, no afectándose los animales adultos, el diagnóstico confirmativo es el aislamiento del germen. La Leptospirosis puede cursar con un cuadro similar al de la PPC aguda, pero la intensa necrosis hepática que se produce en esta enfermedad bacteriana tiene carácter diferencial, además de no presentar las lesiones que se desarrollan en los órganos linfoides en la PPC, el aislamiento bacteriano y la serología son confirmativos. En la intoxicación por cumarina siempre existen antecedentes de la aplicación de rodenticidas, sucede de forma sobreaguda y predominan las hemorragias. Dada la presencia de cuadros clínicos y lesional complejos de la PPC no se puede descuidar el diagnóstico diferencial con el Síndrome Respiratorio Porcino y el Síndrome de Neuropatía Dermopática Porcina (PRRS y PDNS), en aquellos países en que esta enfermedad está presente (Anónimo, 2003a).
Prevención Profilaxis, Control y Erradicación.
No existe tratamiento frente al virus de la PPC. La prevención contra la enfermedad se basa fundamentalmente en la toma de medidas de bioseguridad y biocontención. El control y erradicación se puede llevar a cabo mediante diversas medidas en las que se pueden incluir o no los programas de vacunación, general o selectivos. El VPPC tiene una enorme capacidad de penetración en los animales susceptibles, por ello la mejor solución para que un país permanezca libre de la PPC es evitar la entrada del virus. Las medidas que se tomen contra esta enfermad varían en dependencia de las características epizootiológicas del país o área en cuestión, (OIE, 2001).
Países Libres de PPC.
Para los países libres el control para evitar su penetración debe estar básicamente centrado en lo siguiente:
1.- No comprar porcinos vivos ni carne fresca, ni productos elaborados con carne porcina no tratada de ningún país afectado.
2.- No importar de ningún país afectado semen ni embriones porcinos.
Es importante recordar en este apartado que se considera país libre de VPPC a aquellos países o áreas en las que no se ha detectado la enfermedad, no hay serología positiva y no se ha vacunado al menos durante los 12 últimos meses, (Anónimo, 2001).
Áreas Libres de PPC.
Las áreas libres de PPC de países afectados deberán aumentar sus medidas de bioseguridad para no ser infectadas. Esto implica controlar de forma exhaustiva el movimiento de animales y los medios de transporte utilizados, para evitar que puedan venir de las zonas afectadas, así como informar bien a ganaderos y veterinarios de la zona, para que eviten utilizar los mismos circuitos de proveedores de piensos, técnicos, etc. Se debe intensificar la bioseguridad en los mataderos porcinos, los mercados y ferias pueden mantenerse siempre que no constituyan una amenaza. También deben desplegarse campañas divulgativas y de concientización a toda la población, (Torre y Sánchez-Vizcaíno, 1999).
Medidas de Bioseguridad en granjas o predios afectados por el virus de la PPC.
1- Marcar la explotación como afectada de forma visible y clara.
2- Prohibir la entrada a cualquier persona.
3- Sacrificar todos los animales en las 24 horas posteriores al diagnóstico. 4- Limpiar y desinfectar la granja y las entradas, aparcamientos, etc.
5- Enterrar todos los medicamentos y pienso sobrante. 6- Desratizar.
7- Dejar algo de pienso con veneno para roedores. 8- Cerrar ventanas y puertas.
9- Repetir la desinfección a los 15 días.
No sacar purines hasta pasados 45 días (Cíntora, 2003).
Medidas de Bioseguridad en granjas no afectadas por el virus de la PPC.
1- Mantener al día un libro de visitas.
2- No permitir la entrada a la explotación de ningún vehículo salvo si están limpios y desinfectados.
3- Disponer de calzas para los conductores.
4- Disponer de vados de desinfección a la entrada de la explotación. 5- Limitar al máximo las visitas de personas.
6- No alimentar nunca los animales con restos de comidas. 7- Colocar dispositivos antipájaros.
8- Realizar desratizaciones periódicas. 9- Controlar al máximo las moscas.
10- No compartir materiales o utensilios entre granjas.
11- Hacer siempre cuarentena a los animales de reposición.
12- Utilizar semen de la propia granja o que éste provenga de áreas libres y con los correspondientes certificados de sanidad.
13- Disponer de fosas de cadáveres en la misma explotación.
14- Limpiar y desinfectar a fondo: los suelos, paredes, herramientas y equipos de trabajo, (FAO, 2000b).
Países endémicos de PPC.
En los países donde la PPC es endémica, el mejor mecanismo para el control y posterior eliminación de la enfermedad se basa en establecer un programa de control con vacunación y posterior erradicación. El programa debe realizarse con la colaboración estrecha de la administración, los sectores productivos y los veterinarios clínicos, y debe contar con la legislación adecuada para cada circunstancia que el programa prevé:
Y Este programa debe realizarse en las siguientes etapas:
1. Conocimiento de la situación (censo, incidencia de la enfermedad, etc).
2. Control de la enfermedad clínica.
3. Eliminación del virus circulante y animales portadores.
4. Retirada progresiva de la vacunación.
5. Ausencia de serología positiva.
6. Declaración de país libre.
Y El programa debe incluir los siguientes apartados:
1. Conocimiento del censo y distribución de las explotaciones ganaderas e incidencia real de la enfermedad. Adecuados métodos de diagnóstico y medios humanos y técnicos para su realización.
2. Conocimiento y control de las vacunas. Conocimiento de la duración de la inmunidad, presencia o no de antígenos vacunales en amígdalas (en caso positivo su duración), programa de vacunación, etc.
3. Medidas para fomentar el control del movimiento de animales, la desinfección de los vehículos de transporte de animales y las medidas de bioseguridad en las explotaciones.
4. Programa de reposición de animales libres de la enfermedad y bien inmunizados.
5. Rápida detección de los focos. Eliminación de los animales portadores.
6. Eliminación progresiva de todas las madres que convivieron con un foco activo en la explotación (posibles portadoras).
7. Comprobación, mediante estudio en amígdalas de los animales de desecho en matadero y mediante la presencia de animales centinelas en la propia explotación, de la ausencia de virus circulante.
8. Eliminación progresiva de la vacunación, manteniendo un banco de emergencia.
9. Controles serológicos hasta la total ausencia de anticuerpos, (FAO, 2000b).
Estrategias de prevención, control y erradicación.
Para el combate contra la enfermedad, debe considerarse el balance entre lo que puede ser económicamente factible de alcanzar y los requerimientos para su inmediata erradicación. Si no es posible la erradicación, se deben implementar programas de control en los que la vacunación sea parte de la estrategia dirigida a disminuir paulatinamente la transmisión e incidencia de la enfermedad, de manera que en el más breve plazo posible se puedan acometer medidas de erradicación.
Esencialmente se consideran las siguientes estrategias de control:
Rifle sanitario ("stamping out").
Vacunación.
Combinada o Mixta.
Rifle sanitario ("stamping aut").
Se aplica según la política de zonificación establecida, para establecer los límites de la zona infectada, la que puede incluir más de un predio infectado. Se debe tomar en consideración si la explotación porcina es intensiva o extensiva. Se requiere de un análisis detallado para identificar los factores que pueden causar la rápida diseminación radial de la enfermedad, tal como la alta densidad animal que ocasionalmente existe en áreas dedicadas a la cría porcina intensiva. Para evitar posibles focos secundarios en las áreas aledañas, los límites adecuados de la zona infectada son de al menos 3 Km. A partir del área infectada se debe establecer una zona de vigilancia o control (de al menos 10 Km. de radio desde el centro aproximado del predio infectado). Como la zona de vigilancia puede abarcar un territorio amplio, se pueden considerar de forma práctica las fronteras administrativas existentes (provincia, municipio, región, estado, etc.), pero deben usarse preferiblemente los criterios geográficos, comerciales y ecológicos, (FAO, 2002).
La experiencia de muchos países es que un programa de vacunación estricto y sistemático llevado a cabo durante un tiempo prolongado, acompañado de medidas sanitarias oportunas, hace desaparecer los brotes de PPC. El empleo de vacunas marcadoras de comprobada eficiencia, junto a la vigilancia serológica sistemática y el sacrificio de todos los focos residuales, puede ser una alternativa antes de suspender la vacunación. Una vez que se alcance el control de la enfermedad se debe perseguir su erradicación y para ello es necesario suspender la vacunación y establecer monitoreos serológicos a los dos años de la prohibición, (Gómez-Tejedor y Martínez-Orozco, 1994).
Estrategia combinada o mixta.
Ante diferentes circunstancias epizootiológicas o económicas, es posible combinar el rifle sanitario y la vacunación en una misma estrategia para el control de la enfermedad. Para crear un cinturón de protección alrededor de una zona infectada donde se esté aplicando el rifle sanitario, la vacunación en anillo es una medida que contribuye a garantizar la no diseminación de la enfermedad hacia los predios expuestos, sobre todo en áreas de alta densidad porcina. La vacunación debe realizarse de forma centrípeta, en dirección a la zona infectada, y su ejecución requiere de recursos humanos y materiales suficientes para concluir la tarea en el más breve tiempo posible, (FAO, 2002).
Principales vacunas empleadas.
Muchos son los métodos que se han utilizado para inmunizar frente al VPPC desde principios de siglo, desde la serovacunación hasta diferentes tipos de vacunas vivas e inactivadas han sido utilizados para combatir esta enfermedad con éxito en varios países durante las últimas décadas. La utilización de las vacunas vivas atenuadas permitieron la eliminación de la enfermedad de los países de la actual Unión Europea entre los años 1970 y 1980, (Arias et al, 2003a).
Vacunas Clásicas.
En la actualidad, las vacunas más utilizadas en diferentes programas de erradicación de la enfermedad son las vacunas que emplean principalmente las cepas vivas atenuadas, conocidas como CEPA "CHINA" y/o CEPA "THIVERVAL", las cuales han dado excelentes resultados, siempre que se utilizan de manera extensiva y sistemática. Una inmunidad de los rebaños de 90 % impide la circulación del virus de PPC en una región, por eso en las metas de vacunación se aspira alcanzar este porcentaje. Para conseguir una buena inmunidad es absolutamente esencial inmunizar a los animales de forma adecuada, con las dosis correctas y sin concomitancia de virus patógenos pues, de lo contrario, es muy fácil poder inducir animales portadores, sobre todo en hembras gestantes, que pueden trasmitir el virus virulento de forma horizontal y vertical. Se ha demostrado en multitud de ocasiones, que madres gestantes infectadas antes o inmediatamente después de la vacunación, pueden parir camadas infectadas de forma persistente, que puede excretar virus patógeno durante meses sin mostrar signos de la enfermedad, (Cabrey et al, 1976; Launais et al, 1978; Renard et al, 1987 y de Rolo et al, 2004).
Vacunas Marcadas.
Mediante el empleo de técnicas de ADN recombinante, en los últimos años se han desarrollado nuevas vacunas de subunidades formadas exclusivamente por la proteína E2, que induce anticuerpos neutralizantes capaces de proteger frente a la infección por el virus campo. Los anticuerpos específicos al ser solamente inducidos por la E2, se pueden diferenciar de la infección del virus virulento, ya que este último, induce anticuerpos no solo contra la E2 sino también frente a las otras proteínas virales. Estas nuevas vacunas han llevado al desarrollo paralelo de métodos ELISA diferenciales de anticuerpos vacunales y de infección. En la actualidad estas vacunas se encuentran aún en fases experimentales, pero se esperan resultados ventajosos ya que su empleo no interfiere con la posibilidad de realizar estudios serológicos en la población para detectar animales infectados y facilita la vacunación de los cerdos en el área perifocal al reducir sensiblemente el número de nuevos focos secundarios, sin embargo tiene como desventaja que puede originar una falsa sensación de seguridad y llevar a la relajación de otras medidas de control y a la disminución de medidas biosanitarias en el personal involucrado, (Moormann et al, 1996; de Smit, 2000; Depner et al, 2001; Uttenthal et al, 2001 y Van Gennip et al, 2004).
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Curriculum Omelio Cepero Rodriguez.
Graduado en la carrera de Medicina Veterinaria. Defendió su doctorado en Leipzig, Alemania. 1988. Tiene publicado 184 trabajos en revistas Nacionales e Internacionales. Miembro titular de la Sociedad de Epizootiologia. Profesor Titular y autor de 19 libros.
Autor:
Omelio Cepero Rodríguez.
Jorge Orlay Serrano Torres.
Randolph Delgado.
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