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Impacto bioeconómico de la producción lechera estacional (página 2)

Enviado por Servando Soto


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Desarrollo

Basado en la necesidad que tiene el país de recuperar la masa vacuna y sus producciones alcanzadas en los años 80 del siglo pasado y, aun más, superar esas cifras sobre criterios de bajos insumos, así como en la experiencia obtenida en otros países como Nueva Zelanda, Chile, Argentina, Uruguay y algunas zonas de Estados Unidos (Durán 2000; Rath 2003; Forgey 2003; Holmes 2006), es posible alcanzar resultados superiores en los indicadores productivos y de eficiencia si se produce un reordenamiento de los partos en consonancia con el período de mayor disponibilidad de biomasa forrajera.

Tal propuesta, puede implicar no solo una mejora en los indicadores productivos y disminución de los riesgos de variabilidad entre épocas y la eficiencia, si no también una perspectiva de mejora en el uso racional de los recursos naturales y de conservación del medio ambiente, distribución más racional del tiempo de o los productores en función de tareas colaterales dentro del marco de la esfera productiva, así como el descanso y atención a la familia.

Durante su visita a Cuba, Voisin (1964), expresó que con el desarrollo de la práctica tecnológica irracional el hombre ha destruido el equilibrio agrario, la tala despiadada de los inmensos bosques en el globo terráqueo, sin ayudar a la propia naturaleza, han sido y son consecuencia nefastas para la agricultura, la ganadería y, en fin, para la crisis de la alimentación en escala universal (Milera 2008).

El incremento demográfico implica mayores demandas de alimentos que satisfagan las necesidades alimenticias e industriales de la humanidad, lo cual ha condicionado un problema de los recursos naturales asociados al desarrollo: la contradicción desarrollo-naturaleza. Aunque el hambre y la desnutrición se relaciona más con el acceso no equitativo a los alimentos, la pobreza, que con la producción insuficiente.

En relación al ambiente, en la actualidad el hombre enfrenta dos grandes problemas: la conservación de la Biosfera a partir del desarrollo sostenible y el uso racional de los recursos naturales y la crisis económica de carácter internacional, que limitan los recursos financieros. Puede decirse que la especie humana pasa por una etapa de interacción con los ecosistemas naturales donde es forzosa la regulación, similar a la natural, pero en una etapa superior, y ambas a un establecimiento de límites, a cuyo final vamos de forma acelerada.

El aumento de la demanda por alimentos a nivel mundial y la nula posibilidad de satisfacerla hacen que los precios sean de sueño. Y en la leche algo parecido ocurre, porque los tradicionales productores como Australia y Nueva Zelanda no dan abasto. (Guerra 2007). Esta situación presupone un gran reto en la producción de alimentos, lo cual demanda la adopción de tecnologías que se traduzcan en el mejoramiento de la calidad de vida del hombre, a la vez que sean sostenibles en lo económico, social, político y ambiental.

Los éxitos de la ciencia y la tecnología han permitido explicar, controlar y transformar el mundo, sin embargo, la mayor parte del mundo tiene poco o ningún acceso en la definición o ejecución de los avances científico-técnicos, pues la ciencia mundial está más concentrada que la riqueza mundial.

Los cambios climáticos actuales, están asociados en muchos casos al uso indiscriminado de los recursos naturales y en los cuales, la aplicación de diversas tecnologías han jugado un papel importante. Es posible mencionar que en Cuba ha estado ocurriendo, desde hace varios años, un acortamiento del período lluvioso y por ende un alargamiento del período seco, y las lluvias se concentran mayormente durante la ocurrencia o paso de fenómenos atmosféricos.

En Cuba, y en particular Camagüey, se han realizado estudios parciales sobre la aplicación de sistemas estacionales de producción de leche para mejorar los indicadores productivos y de eficiencia que permitan una mayor presencia de este producto en la canasta básica familiar de la población cubana a partir de un criterio de sostenibilidad, en correspondencia con el programa de recuperación ganadera que enfrenta el país y la provincia, identificando a partir de las indagaciones científicas reveladas el problema de investigación, que resulta en que existe una situación de insuficiencia de los sistemas lecheros en el uso de los recursos alimentarios y el potencial animal, en gran medida debido a que no se aplican estrategias de manejo coherentes.

Antecedentes de la producción estacional como base para su introducción en Cuba

La adopción de un sistema estacional de producción de leche tiene como base la experiencia probada durante décadas por diferentes países con sistemas de alimentación a base de pastos naturales y forrajes, con mínima suplementación, logrando obtener elevados indicadores productivos y de eficiencia, mejorando el status de vida de los productores y de la población en general.

Sin embargo, en Estados Unidos ha encontrado dificultades su aplicación, debido a que como planteó Núñez Jover (1999), la ciencia y la tecnología como un reflejo de los fenómenos social, político, económico y moral, responde a una cultura característica, por ese motivo su extensión es lenta, porque la mejor época de producción de leche contradictoriamente coincide con los precios más bajos debido a que la oferta es mayor que la demanda (Miller y Schnitkey 1991). Aun así, la estacionalidad se ha ido extendiendo en los Estados Unidos de América, aunque todavía no en gran escala ya que han variado los precios de mercado y este sistema se ha hecho más efectivo (Llewellyn Manske 2004).

Es importante tener en cuenta que la aplicación de cualquier sistema, tal y como plantearan Gálvez Taupìer (1986) y Núñez Jover (2003), como ciencia (por su evolutivo basamento teórico) y tecnología (por las tecnologías surgidas de este y su aplicación en diferentes lugares del mundo), no se ha salvado de surgir en el mundo y Cuba casos adversos a la humanidad del uso de esta como herramienta de trabajo, debido al desconocimiento en algunos casos de la teoría de la misma con profundidad y en otras a su incorrecta aplicación.

En nuestros ecosistemas tropicales, el manejo alimentario debe considerar que los sistemas pastoriles son básicos, que deben aportar la mayor cantidad posible de nutrientes al animal y que permita agronómicamente mantener el cultivo en sus máximas respuestas y con ciclos de pastoreo bien manejados.  En la medida que hemos ingresado a los sistemas de producción intensivos, no solamente por unidad de área, sino por respuesta individual, debemos estudiar, modernizar y aplicar metodologías que garanticen que el cultivo de forrajeras sea el recurso más importante en la nutrición animal (Espejo 2007).

Pero el progreso técnico parece más una carrera desenfrenada hacia el consumo y no una búsqueda más justa y racional para mejorar las condiciones de vida del mayor número de personas posibles (Baisre 2008).

Es evidente, entonces, que se hace necesario que nuestro país busque soluciones para el incremento de la producción de alimentos menos dependientes del mercado externo, donde los precios de los productos se hacen cada vez menos accesible para los países del tercer mundo y el per. cápita de alimentos por habitantes se distancia enormemente de los países ricos.

La problemática de la producción de leche en Cuba y la provincia de Camagüey

Una característica que ha prevalecido durante muchos años es el hecho de que las regiones tropicales y subtropicales presentan el más rápido crecimiento demográfico, pero con los problemas más graves de producción total de alimentos. Tal es así que la producción de leche y carne que logran producir estos países por unidad de superficie pastable, sólo representa entre el 10 y el 25 % de lo que se considera como aceptable en países desarrollados de clima templado. Este hecho se ha agravado aún más en los últimos años debido en gran medida, a la alarmante disminución de la fertilidad de los suelos y como consecuencia el descenso significativo de la producción de biomasa consumible para el ganado.

Los pastizales permanentes en Cuba ocupan aproximadamente 1.2 millones de hectáreas (ha), las cuales han sufrido una degradación progresiva en los últimos años, de modo que el área que ocupaban los pastos artificiales ha descendido de alrededor de 50 % en 1990 a sólo 13-16 % en la actualidad, mientras que los pastos nativos cubren el 58 % del área y las malezas leñosas aroma-marabú invaden el 39 %. (Crespo 2002).

Esta degradación de los pastizales, a veces atribuida solamente a la falta de recursos, tiene en su mayor por ciento una causa subjetiva, toda vez que el manejo establecido por el hombre determina, en primera instancia, la intensidad con que es consumida la hierba, es pisoteada o contaminada por el animal. Las atenciones culturales de los pastos sí está determinada muchas veces por los recursos, sin embargo el empleo de los recursos locales, por ejemplo los de origen animal o vegetal en la fertilización, se subestima. Tal situación se puede explicar a partir de lo planteado por Núñez Jover (2003): la ciencia y la tecnología son procesos sociales y su funcionamiento y desarrollo es imprescindible al margen del contexto social que lo envuelve y condiciona. El progreso de la ciencia y la tecnología no depende solo de los científicos. El problema es que la ciencia es un fenómeno social. La actividad científica es una actividad humana y está enlazada con las restantes dimensiones de lo social, político, económico moral entre otros.

Dentro del territorio cubano, la provincia de Camagüey, acumula una tradición de más de cuatro siglos en la producción ganadera, antes del período especial representaba el 25 % de la producción total nacional del país, al poseer el mayor número de cabezas de ganado. La producción por especies a partir de ese momento se vio afectada por la depresión sufrida en toda la actividad, caracterizada por la deficiente alimentación y la elevación de la mortalidad como consecuencia fundamental de ella.

En correspondencia con lo anterior se puede afirmar que el comportamiento de la producción vacuna en Camagüey es un reflejo directo del estado de los pastizales así como, de la disponibilidad de otras fuentes que garantizan la alimentación de los animales (Guevara et al., 2000), así como el desarrollo de una práctica y una cultura tecnológica deficientes.

El territorio camagüeyano es todavía hoy el más influyente en materia pecuaria en todo el país su masa vacuna representa el 20 % de la masa nacional, mientras que la producción de carne y leche equivalen al 23% y 28% respectivamente (datos del MINAGRI en los últimos 3 años).

En este sentido, se refuerza la necesidad de que la eficiencia alcanzada en la esfera de producción de alimentos, sea consolidada con la aplicación de tecnologías que garanticen no sólo la obtención de un producto cualitativamente superior, sino también, ecológico, la evaluación sistemática de la calidad nutricional del mismo, de manera tal que satisfaga las demandas de los consumidores en este sentido y su comercialización sea sobre la base de la factibilidad económica, social y ambiental. Lo que contribuiría indudablemente, al mayor aprovechamiento de los recursos disponibles, mejorando así la factibilidad de una acción de desarrollo sostenible. (Hammond 2001).

El sistema de producción predominante en la provincia de Camagüey es de tipo anualizado, que tiene su base en la escalera de partos, donde la producción y reproducción deben estar sujetas a una distribución más o menos uniforme en todo el año. No obstante, según Bertot et al. (2007), plantearon que estos no han escapado en los últimos 25 años a la acción de la estacionalidad.

La ciencia, como forma de actividad humana, ha permitido determinar, a través de lo informado por algunos autores (Bertot et al. 2007), la tendencia al comportamiento estacional de la masa ganadera en la provincia de Camagüey desde hace varios años, sin embargo no se han tenido en cuenta estas circunstancias y posibles estrategias en relación con los cambios climáticos para la aplicación de tecnologías, alternativas y estrategias que mejoren los resultados productivos y que sean sostenibles desde el punto de vista económico y ambiental.

La agricultura camagüeyana desarrolla un fuerte movimiento millonario en la ganadería (del Risco 2007), lo cual se identifica con el programa de recuperación ganadera en la provincia que a su vez trata de dar respuesta a la necesidad que tiene el país de incrementar la presencia de la carne y la leche en el balance nacional de alimentos. Sin embargo, aun estamos lejos de los indicadores logrados en los años 80 del siglo pasado y más aun de las necesidades actuales de nuestra población, pero con bajos insumos.

Resultados parciales con impactos positivos en estudios, realizados a nivel de unidades en el territorio (Andujar 2006; del Risco 2007), han contribuido a desarrollar estudios más amplios y a mayor escala acerca de los efectos en los indicadores productivos y de eficiencia en la aplicación de sistemas estacionales de producción de leche en las condiciones comerciales de producción, partiendo del criterio de que primero se debe mejorar la eficiencia en el aprovechamiento del pastizal, mejorando su manejo y, posteriormente, mejorar gradualmente la disponibilidad y calidad de la oferta.

En atención a lo anteriormente expresado se evidencia la necesidad de concentrar esfuerzos en la búsqueda de alternativas que propicien el mejoramiento de la producción de leche, y con ello la solución del suministro de alimentos para el ganado, disminuyendo la dependencia en el uso de concentrados, problema que hoy está incidiendo desfavorablemente en la ganadería cubana, y en consecuencia repercute en los niveles de satisfacción alimentaria de la población cubana.

El análisis de los sistemas productivos, concluyen que la prioridad para lograr el éxito de cualquier explotación, tiende a maximizar la utilización del forraje disponible por parte del animal (Espejo 2007).

Los resultados parciales alcanzados durante el proceso de investigación han permitido el aporte de nuevos elementos teórico-prácticos que contribuirán al desarrollo productivo y económico de las explotaciones bovinas en nuestro país y, en particular la provincia de Camagüey, por su significativo aporte de leche al balance nacional.

Basado en lo anterior, es posible inferir que la implementación de sistemas lecheros estacionales tiene grandes implicaciones por sus impactos derivados de la aplicación de sistemas estacionales de producción de leche en condiciones comerciales

Porter (1990) ha reconocido que una intervención tecnológica como causa, produce impactos y sus efectos. Por "impactos" se tiene a los productos de la interacción entre una tecnología y su contexto social. Impactos directos son aquellos efectos directamente atribuibles a la tecnología; Impactos de alto-rango son los productos de los efectos directos.

La aproximación comúnmente utilizada subdivide el complejo campo de impactos en sectores más pequeños y fáciles de examinar: Ambientales; Psicológicos; Institucionales; Sociales; Tecnológicos; Legales, Económicos.

La concepción total de la evaluación de tecnología requiere la integración de los componentes del análisis: previsión tecnológica y social, análisis de los impactos económicos, ambientales y sociales (Porter 1990).

-Impacto social:

Como consecuencia del derrumbe y la desintegración del campo socialista la aplicación de tecnologías agrícolas en Cuba decayó a niveles ínfimos, ya que nuestra práctica tecnológica se basaba en el empleo de altos insumos para mantener un nivel productivo capaz de dar respuesta a las necesidades de la población esto trajo consigo que no se tuvieran herramientas para solventar la producción agropecuaria intensiva que existía.

En los años de restricción económica que vivió nuestro país en la década de los 90 y que aún sigue afectando, aunque en menos cuantía, el descenso brusco de las producciones debido al déficit de insumos tecnológicos trajo consigo que el sector agropecuario cayera en una profunda crisis económica y productiva. Estos factores condicionaron la desmotivación del trabajador agrícola, lo que provocó un éxodo de la fuerza de trabajo de este sector a otros mejor remunerados y estimulados. En este período se redujo en más de un 70 % las importaciones de productos alimenticios y en más de un 50 % las exportaciones provenientes de la agroindustria, así la situación económica por la que atravesaba el país obligó a buscar alternativas de producción de alimentos (Guzmán et al. 1995), y hubo que reducir los sectores de la población beneficiados con este producto.

Es de esperar que con la aplicación de sistemas estacionales de producción de leche:

-Se mejorará el aspecto de racionalidad en el trabajo humano al analizar las estrategias de concentración de los partos, el ahorro de tiempo en el año para dedicar parte de este a analizar con mayor profundidad sobre el empleo de estas estrategias para la toma de decisiones adecuaciones. El aumento de la eficiencia ganadera generará más ingresos. La mejora de la actividad reproductiva debe influir en más economía y más producción de leche y más nacimientos.

-Contribuirá a la satisfacción adicional de los productores y pobladores de la región, por cuanto el resultado propone una estrategia de manejo sostenible, que pudiera permitir, además, la posibilidad de diversificar la producción en el ámbito ganadero, en la época donde disminuye la frecuencia de los partos y, en general, las tareas destinadas a la producción de leche.

-Ofrecerá información acerca de las deficiencias y las limitaciones de los sistemas de manejo establecidos en la actualidad y en consecuencia, motivará a la elaboración de planes y programas de capacitación, extensión y proyectos que deriven en el mejoramiento de la cultura productiva y la educación acerca de la conservación y mejoramiento de los ecosistemas ganaderos.

Lo anterior resultará de la mayor relevancia, toda vez que en las explotaciones lecheras en Cuba predominan aún unidades bovinas con bajo nivel de eficiencia.

Impacto ambiental.

La actual situación de deterioro de los ecosistemas ganaderos requiere de una gestión ambiental basada en profundas transformaciones en su explotación y en los principios agroecológicos, donde los sistemas ganaderos se consideren como un ecosistema y no como una simple gestión técnica-económica. Esta nueva visión requiere del conocimiento de las leyes que rigen el funcionamiento de cada uno de los elementos y procesos que forman el sistema, con el propósito de maximizar el flujo de energía y el reciclaje de materiales. Esta situación tiene repercusiones que se han establecido a lo largo de las décadas y que tienen un efecto acumulativo en la actualidad.

Históricamente estas áreas han sido sobreexplotadas y manejadas de forma insostenible, destruyendo en gran medida la vegetación arbórea y arbustiva original, minimizando la capacidad de estos suelos para rejuvenecer e incorporar minerales tan importantes para la vida como el N, cuya vía de adición simbiótica es la más importante en sistemas no fertilizados, siendo esta la contribución primaria de las leguminosas a los sistemas de pasturas (Ara, 1987). Ésta clara disminución de la fertilidad de los suelos ha provocado reducciones inquietantes en la capacidad de producción de biomasa comestible para los animales. Este deterioro ambiental ha generado disminución considerable de las producciones influyentes directamente en la población y la economía. Es probable que esta situación derive de una visión intelectualista del personal encargado de llevar a cabo la práctica tecnológica, lo que ha constituido un freno para el desarrollo de transferencias de tecnologías a corto plazo.

Las causas principales de esta situación son varias, tales como: las intensas sequías, la baja fertilidad de los suelos por la carencia de reposición de los nutrientes, la alta presión de pastoreo, la agresividad de las plantas invasoras, la pobre adaptación de las especies introducidas, la deficiencia en los sistemas de establecimiento y manejo de los pastos, así como la poca utilización de las leguminosas, la quema indiscriminada, las políticas inadecuadas de desarrollo de los pastos y la deficiente generación y transferencia de tecnologías pecuarias (Pezo et al. 1992).

Desde el punto de vista ambiental, el aumento creciente de la población y con ella la necesidad de aumentar la producciones agrícolas, ha generado una selección agroproductiva de los suelos, quedando para la ganadería los suelos de menor calidad (Paretas 2001).

El error más grande que se comete cuando se sobreexplota cualquier recurso natural o simplemente cuando se atenta de alguna manera contra la naturaleza, no es un error de carácter puramente físico o biológico es ante todo un error económico y social (Baisre 2008).

Como consecuencia de lo cual sobreviene el sobre pastoreo, lo cual crea las condiciones necesarias para que el impacto de las lluvias torrenciales aceleren la erosión de los suelos por la escorrentía del agua (Pezo et al. 1992 y Baisre 2008). Esto a su vez genera menos áreas con capacidad para sostener animales y por tanto menos rendimientos, adicionalmente la gradual disminución del número y diversidad de especies vegetales (arbóreas, arbustivas y herbáceas) ha convertido en vulnerable a una creciente área donde se desarrolla la ganadería.

También el uso de maquinaria agrícola para las labores de acarreo se intensifica en sistemas no sostenibles y como consecuencia aumenta el consumo de combustibles fósiles y la emisión de gases contaminantes de efecto invernadero haciendo la atmósfera menos soportable para la vida en general incluyendo la humana (Baisre 2008).

Con la aplicación de sistemas estacionales lecheros es posible esperar impactos positivos en los ecosistemas ganaderos, tales como:

-Proporcionará elementos que conlleven a incrementar la atención hacia la relación suelo-planta-animal y la necesidad de promover medidas que contribuyan a que los productores interioricen con mayor énfasis la perspectiva de la producción desde el suelo hacia arriba y la necesidad de restituir los elementos que se extraen del mismo durante el proceso productivo.

-Se lograría un uso eficiente y sostenible de los pastizales, particularmente el momento de mayor productividad, disminuyendo, además, los riesgos de erosión de los suelos y el ambiente en general en los ecosistemas ganaderos por la disminución de la cobertura vegetal y la compactación a causa del pisoteo que son consecuencias del sobrepastoreo y otros factores.

-Utilización más racional y eficiente de la maquinaria agrícola y el combustible fósil, particularmente por la disminución de los requerimientos de uso de estos recursos en los períodos de máximo crecimiento de la hierba y disponibilidad de agua, así como el empleo en labores mayormente dedicadas a la rehabilitación de las áreas de pastizales.

-Impacto económico

La riqueza mundial está sumamente concentrada en un grupo de países, lo que les proporciona un enorme poder en las relaciones internacionales. Ese poder se apoya en el dominio de la ciencia y tecnología, aún más concentrado que la riqueza. Esa polarización tiene consecuencias enormes para cualquier país que intente desarrollar ciencia y tecnología. (Núñez Jover 1999).

Si tenemos en cuenta que en gran medida, el poderío económico y militar descansa en la ciencia y la tecnología, todos los países debieran esforzarse por alcanzar un desarrollo tecnológico aceptable, con el objetivo de poder subsistir económicamente y no ser marginados por los procesos actuales de globalización.

En el ámbito mundial, la comercialización de la leche y sus derivados, las carnes, así como los suplementos alimenticios para la ganadería es sumamente cara y nuestro país, con escasos recursos financieros no puede aspirar a importar estos productos de otros países. Resulta mucho más económico invertir dentro del país, en adquirir o adaptar ciertas tecnologías que mejoren la producción, tanto en cantidad como en calidad. Es por ello la necesidad de evaluar nuestros recursos locales, nuestros recursos filogenéticos, los cuales indudablemente ya están adaptados a nuestras condiciones, siendo por tanto baratos y efectivos.

Existe además relaciones insumo, producto desfavorable, políticas de desarrollo ganadero inadecuadas, bajo nivel de capacitación de los productores primarios y problemas con la generación y transferencia tecnológica en el sector pecuario.

Actualmente en la mayoría de los países donde se desarrolla la ganadería su alimentación se basa fundamentalmente en pastos mejorados genéticamente y la utilización de una gran cantidad de suplementos a la dieta, en nuestro país esto es limitado debido al desarrollo que aun poseemos en términos de biotecnología vegetal y tecnologías para las producciones de suplementos animales, es por ello la necesidad de buscar alternativas locales basadas mas bien en el conocimiento del campesino sobre su medio. Además, estamos trabajando en áreas extremadamente secas, donde las precipitaciones son muy esporádicas y pocas, con un manto freático muy profundo donde el uso de sistemas de riego es muy difícil por el costo que esto implicaría.

Existen factores tecnológicos declarados que han influido negativamente en el desarrollo de la ganadería como la pobre adaptación de las especies introducidas, deficiencias en el manejo del establecimiento y el pastoreo, sobre pastoreo, incendios continuados en las áreas de pastos, ausencia de fertilizantes y pesticidas, ausencia de árboles leguminosos.

Los sistemas estacionales de producción de leche pueden aportar algunos resultados importantes en este sentido:

Se podrán determinar los beneficios económicos comparativos entre patrones, en razón de la estrategia de pariciones y medir la econometría y los costos de sus posibles cambios hacia más intensificación en la ocurrencia de los eventos para los escenarios ganaderos de la provincia.

-Al establecer una estrategia coherente entre las potencialidades de los rebaños lecheros y la productividad de la hierba se alcanzará una reducción significativa de los costos, resultando en una mejora sensible de la eficiencia bioeconómica y la sustentabilidad general de los sistemas de producción de leche y, en particular, de la producción de la empresa.

-Los resultados serán de gran utilidad para los tomadores de decisiones vinculados al desarrollo de producción de leche en la provincia, debido a que ofrecerán una nueva óptica acerca de optimizar el manejo de los limitados recursos con que cuenta nuestro país y la explotación ganadera en función de la producción de leche y, en general, la recuperación ganadera.

Es importante tener muy en cuenta las palabras pronunciadas por nuestro presidente, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el discurso pronunciado en la clausura del IV Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea del Poder Popular, el 20 de Diciembre de 2009: "… se privilegiará el fomento de aquellas actividades que aseguran ingresos y sustituyen importaciones, así como la producción de alimentos, con el objetivo de reducir paulatinamente la dependencia existente del mercado exterior en esta materia. Ya hemos dicho que el desarrollo de nuestra agricultura constituyen un asunto de seguridad nacional".

Conclusiones

  • 1. La aplicación de sistemas estacionales de producción de leche permite mejorar la eficiencia de uso de los recursos y así elevar la calidad de vida de la sociedad en tanto garantiza el manejo adecuado de los recursos alimentarios para el ganado.

  • 2. En general se refuerza la interpretación de la ciencia y la tecnología como procesos sociales donde la ciencia se coloca a favor de la alimentación del pueblo.

  • 3. Los resultados de la investigación y validación de sistemas lecheros estacionales enriquece el conocimiento científico-práctico en el escenario ganadero nacional e implica nuevas perspectivas en el mejoramiento de la presencia del producto en la canasta básica familiar.

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Autor:

MSc Servando Andrés Soto Senra

Centro de Estudio y Desarrollo de la Producción Animal (CEDEPA)

Facultad de Ciencias Agropecuarias

Universidad de Camagüey

Cuba

Partes: 1, 2
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