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Cruz Crescencio Mejías "Petróleo Crudo": ¿héroe o villano, luchador social o delincuente? (página 13)

Enviado por León Morales


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  • "Allí también estuvieron detenidos los ex-presidiarios de la cárcel francesa en Cayena, Pierre René Dalofreé y Henry Charrierre "Papillón". Pierre René Dalofreé fue un rufián que se dedicó a montar burdeles de prostitutas en Caracas, teniendo como socio al chulo periodista y cronista caraqueño Lic. Oscar Yánez; quién ahora es un puritano periodista envejecido entre mentiras, prostitución, alcohol y paremos de decir. Dicho reputado magnate del periodismo venezolano anda en estos tiempos conspirando en contra de los cambios que el pueblo clama a diarios en sus justas luchas por la igualdad social".

  • "Ese francés Pierre René Dalofreé volvió a caer preso en compañía del General José Antonio González; quienes estuvieron comprometidos en un intento de golpe de estado contra la Junta de Gobierno en 1.946"

¿Y qué fue lo que sucedió en la Cárcel Modelo, el 1º de octubre de 1.945, Nicanor?

  • "… En aquellos tiempos yo era conocido como Nicanor Mayora; ya que era hijo natural de mi madre Juana Onofre Mayora. Con los años mi padre Juan de Jesús León se casó con mi madre y me dieron el apellido, y por eso es que ahora me llamo Nicanor León Mayora…".

  • "… En esos tiempos La Lotería de Caracas realizaba rifas y daba varios tipos de premios, mi amigo Cruz Crescencio Mejías se jugó un número que consistía en ganarse un par de zapatos; te manifiesto que ponerse unos zapatos en esos tiempos era un lujo para uno; ya que siempre acostumbrábamos andar descalzos y con las alpargatas amarradas a la cintura, porque ni correa usábamos, ja, ja, ja…".

  • "… Cuando entrabamos a los pueblos nos lavábamos los pies en donde habían sitios para darle de beber aguas a las bestias, nos limpiábamos con un trapo y luego nos poníamos las cotizas o alpargatas; cuando salíamos del pueblo no las quitábamos y seguíamos con las patas en el suelo nuestros trayectos; ya que conseguir dinero era una odisea…".

  • "…Ahora imagínate a "Petróleo Crudo" jugándose un número para ganarse un par de zapatos; había gente que agarraban un cartón con 100 números tapaditos, y entonces tú agarrabas un número y lo pagabas, y si en el sorteo salía el tuyo, te ganabas el premio. Y eso fue lo que sucedió en la noche del 31de septiembre del año 1.945…".

¿Qué pasó con "Petróleo Crudo" y el número de la Lotería de Caracas que se jugó ese día, Nicanor?

  • Yo veo que Cruz Crescencio Mejías en horas de la mañana del 1º de octubre del año 1.945, viene corriendo y gritaba estas palabras: – "… Me gané un par de zapatos anoche en la rifa de La Lotería de Caracas…".

  • ".. La verdad era que estaba muy alegre el negro Cruz Crescencio, se le nota en su cara, vale. Y cómo saltaba a causa de la gran alegría que tenía en esos momentos. Él corría por todos esos pabellones para que todos los reclusos supieran que él se había ganado un par de zapatos; yo lo recuerdo como si fuera ayer mismo, porque ese buen hombre, fue mi amigo del alma…".

  • Yo recuerdo que le dije estas palabras: – ¿Qué hubo Cruz Crescencio? ¡Estás muy mono!

  • Y él me respondió con estas palabras: – "… Carajo, Nicanor. Cuando me entreguen los zapatos, me los pongo, para que todos me los vean; yo sé que me van a quedar pepeaditos…".

  • "… Ya vas a ver que me los voy a entrenar, muy bien entrenados, ja, ja, ja…".

  • "… La Lotería de Caracas realizaba dos sorteos semanalmente; uno el martes y el otro lo hacían el día domingo. Los quintos valían los días martes un real y los días domingos costaban un bolívar. Que pesar, vale; ya que esos hechos que te estoy narrando ahora se suscitaron en el último domingo del mes de septiembre del año 1.945…".

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Cruz Crescencio Mejías "Petróleo Crudo" (+)

¿Y cómo fue que mataron a "Petróleo Crudo", Nicanor?

  • "… Esa vaina sucedió a eso de las ocho de la mañana del 1° de octubre de ese mismo año, cuando un malparido Cabo de Presos andino llamado Rafael Cadenas Lobo, de quien paso a creer que era familia consanguínea del difunto trujillano General Elbano Mibelli Lobo (*1.869 – + 1.946), y quien a su vez fue tan compadre del General de División (Ej.) Isaías Medina Angarita, como lo fue Cruz Crescencio Mejías…".

  • Ese carcelero mal parido sentía una gran envidia y un odio oculto por Cruz Crescencio Mejías, porque su compadre el Presidente de la República tenía preferencia por el negro "Petróleo Cruo"; quien en sus malditas bajas pasiones, más bien optó por provocar verbalmente a Cruz Crescencio en esos últimos momentos de su vida en la Cárcel Modelo de Caracas…".

  • El celador de presos Rafael Cadenas Lobo, le gritó estas palabras a "Petróleo Crudo": – Petróleo, Petróleo. ¿Qué pasa contigo, ah?

  • ¿Por qué andas saltando como un mono "Petróleo"?

  • ¿Para dónde va vustéd, "Petróleo Cruo"?

  • La verdad es que por la mente de Cruz Crescencio jamás pasó que en ese día ese andino lo iba a joder de esa manera. Respondiéndole al carcelero de esta manera: – "… Mira vale, yo no me llamó "Petróleo". Yo me llamo Cruz Crescencio Mejías y soy güireño…".

  • Y el Cabo de Presos Cadenas Lobo, le volvió a recalcar, lo siguiente: – "… Carajo, nojoda, tú te llamas es Petróleo Cruo…".

  • ¡No seas tan toche, Petróleo Cruo!

  • El ambiente estaba algo caldeado con los presos en el Pabellón 2, que fue donde sucedió la vaina. "Petróleo Cruo", de inmediato, le señaló al Cabo de Presos Rafael Cadenas Lobo:

  • "… Mire, Cabo de Presos, deme permiso para ir al Pabellón 1…".

  • ¡Carajo vale; yo me gané este par de zapatos en la lotería ayer y quiero medírmelo allí!

  • ¡Bueno, si no me quieres dar permiso, entonces no iré, pues!

  • Y en eso el Cabo de Presos Lobo, muy miedoso de temperamento, le expresó a Petróleo Cruo: – "… "Petróleo", como vustéd es compadre del General Medina. Vustéd se cree una vaina, verdad…".

  • Seguidamente, el Cabo de Presos, quién además era andino, sorpresivamente sacó un revólver de la cartuchera que llevaba en su cintura, y sin mediar palabra alguna con Cruz Crescencio Mejías; de pronto se oyeron unas detonaciones de un arma de fuego que fueron dirigidas hacia el interior de la Celda en el Pasillo Nº 1, hiriendo de muerte a "Petróleo Crudo".

  • Sin embargo, "Petróleo Cruo" con la cara metida dentro de las rejas, se abalanzó a través de las mismas; logrando agarrar por el cuello al carcelero Lobo; quien moribundamente le dijo a su agresor estas palabras: – ¡Carajo me has matado!

  • El carcelero Lobo le había lanzado 3 tiros a la humanidad de Petróleo Cruo, y de pronto se oyó una detonación más, que finalmente terminó con la vida de uno de los personajes más importantes y enigmático de esa época, CRUZ CRESCENSO MEJÍAS; mi amigo personal y mejor conocido como "PETRÓLEO CRUO".

  • ¿Fue un delincuente o luchador social?

  • El andino Lobo le pegó el último disparo a "Petróleo Cruo" en el piso. Ante esto el Oficial Briceño, pistola en manos, le gritó estas palabras al Cabo de Presos: – ¿Cómo es que usted ha matado a ese hombre, carajo?

  • "… El negro Cruz Crescenso Mejías fue llevado de urgencia al Hospital José "María Vargas" en la mañana del lunes 1º de octubre de 1.945, en donde muere al arribo del mismo. Los tiros los recibió en el abdomen, y en los pectorales izquierdo y derecho. Para esa entonces, el Teniente González era el Alcaide del penal…".

Sería muy importante ver la versión del difunto y jocoso periodista caraqueño Oscar Yánez, el cual hemos dado a conocer como "Petróleo Crudo" y fue escrito en el Diario "El Universal":

  • "… El 1 de octubre de 1945 en la tarde, el general Medina recibió una llamada telefónica en Miraflores. Se oyó decir al Presidente: -¡Qué broma! ¡Pobre hombre! Vamos a tratar de ayudar a la viuda… Luego colgó y le dijo a Pedro Sotillo, secretario de la Presidencia: – Mataron a "Petróleo Crudo", Pedro… Hicimos todo para ayudarlo, pero ese negrito era una vaina….".

La pregunta de las cinco mil lochas, es ¿quién llamó al Presidente Medina Angarita? ¿Por qué la primera repuesta del General (Ej.) Medina fue el de asistir a la esposa de Cruz Crescencio Mejías en esos momentos?

¿No sería que en ese nefasto momento el General (Ej.) Medina Angarita se refería al siniestro policía Pedro Estrada?

¿Quién más que Pedro Estrada para mandar a ejecutarlo con el esbirro Rafael Cadenas Lobo?

¿No sería que Pedro Estrada conocía muy bien a su paisano Cruz Crescencio Mejías?

¿Por qué manifestó que ese negrito era una vaina?

¿Quién en realidad fue Pedro Sotillo?

¿Qué papel jugó en ese crimen?

¿Qué se estaba cocinando dentro de la Cárcel Modelo en contra del gobierno del General (Ej.) Medina Angarita en el 18 de octubre de 1.945?

¿No sería que "Petróleo Crudo" estuvo inmerso en algún conato de golpe de estado?

¡No sería que Cruz Crescencio Mejías había alcanzado cierto liderazgo en el seno de las masas populares en Caracas y en los pueblos circunvecinos?

¿Quién fue realmente "Petróleo Crudo" en esos días previo a la caída del General (Ej.) Isaías Medina Angarita?

Cruz Crescencio Mejías no fue un preso de esos agarrados del montón, no vale. Él fue un hombre con cierto y buen nivel cultural; ya que dominaba algunos idiomas como el inglés y el Patois que se hablaba en Guiria; además había conocido algunos países, debido a su condición de marino mercante en el área de cubierta, fue caletero portuario, pescador, conuquero, gallito de peleas por ser boxeador, articulista en la prensa, buen bailarín, estudioso de las leyes, carpintero y sabía echar números muy bien echados. Él poseía arraigo en el seno de su gente.

¿Qué político y quien le podía caer a coba a "Petróleo Crudo"?

Acaso no era un hombre corrido en 7 mares. Una de las cosas que lo llevó a interpretar la realidad política de Venezuela, fueron esas infinidades de presos políticos y aventureros que lo llevaron a tener una mejor comprensión del mundo que los rodeaba en esa etapa de la Guerra Mundial; que cuentos e historias no sabrá nuestro amado camarada guayanés Pompeyo Márquez "Santos Yorme", quien le conoció muy bien conocido, igual don Luis Miquelena, sindicalista del transporte quien le echó un cerro de bolas en la defensa del gobierno del Presidente Medina, el 18 de octubre de 1.945.

El Coronel (GN.) Bajares en el pueblo de Tarmas, siempre recuerda aquellos hechos, cuando siendo Subteniente recién egresado de la Escuela de Clases y Sargentos de la Guardia Nacional, conjuntamente con varios efectivos a su mando salieron a unirse a la Policía de Caracas para defender el gobierno de Medina Angarita. A ellos les tocó enfrentar a los cadetes de la Escuela Militar de La Planicie y un Sargento de su grupo por órdenes del Mayor (Ej.) Guía dieron de baja al Alférez Mayor (Ej.) Porras-Porras, quien con una ametralladora se hizo fuerte en esas instalaciones.

Miguel Azpúrua en su artículo "Petróleo Crudo" para el Diario "El Nacional", hizo la siguiente referencia sobre Cruz Crescencio Mejías:

  • "… Mejías organizó una banda que operaba en Caracas protegido por los pobres, que nunca lo delataron-, que fue un verdadero azote para la población, lo mismo atracaban joyerías, que arrieros, hasta tiendas y abastos, pero fue descubierto por la Policía Municipal y fue a parar con sus huesos a la cárcel Modelo o Internado Judicial de Caracas, allí fue asesinado a puñaladas, mientras dormía, el 1º de octubre de 1945…".

Ya conocemos como fue realmente su muerte, pero nuevamente hay que recalcarles a los lectores que "Petróleo Crudo" no había cometido ningún delito, después de haber formalizado su familia. Eso tiene que quedar claro en la gente. Él fue víctima de los errores de la clase dominante que hacía vida en la Urb. "El Paraíso" en Caracas. Hay quienes lo denominan "El Rey de las Fugas", eso no se puede objetar; ya que se escapó en varias ocasiones de la Isla del Burro, Barquisimeto y de la cárcel de Portuguesa. Siendo su consecuente perseguidor el policía Federico Landaeta.

¿O es qué se no olvida que Pedro Estrada no fue jefe de policía y jefe de la Cárcel Modelo en Caracas?

Miguel Azpúrua también colocó estas letras:

  • El general Medina lo designó Fiscal de la Junta Reguladora de Precios, y se le veía por los mercados populares de la capital, observando la conducta de los vendedores; muchos que lo conocían le espetaban:-"Cuídate Petróleo que la policía te vigila", más les contestaba: -"No soy más Petróleo Crudo, soy Cruz Mejías y el revólver que cargo es para defender los intereses del pueblo". Entonces lo vitoreaban: -"Viva Petróleo crudo".

¿Por qué no analizamos bien las palabras que le decían sus seguidores y la misma gente en los suburbios caraqueños?

¿Acaso no eran lisonjas para participar en el debate político de su tiempo?

¿No sería que "Petróleo Crudo" estaba a las puertas del ser Concejal por el Municipio "Libertador" del Dtto. Federal?

Aquí en esas letras es donde podemos visualizar el arraigo polar del que gozaba nuestro histórico personaje y quién ahora es letra en algunos escritores que han novelado mentiras y diretes en sus obras y que nada tienen que ver con la vida del güireño Cruz Crescencio Mejías "Luz Imperecedera de los Pobres y Desamparados".

Luego conversando con mi madre María Hilaria Morales, me dijo lo siguiente:

  • "… La muerte de "Petróleo Crudo" fue todo un acontecimiento en Caracas, yo recuerdo que la tristeza embargada a muchos d los presos en la Cárcel Modelo. Muchos decían que Cruz Crescencio Mejías fue mandado a matar por gente del gobierno del General Medina; que ese Cabo de Presos no iba a realizar esa vaina, si no tenía órdenes de arriba. A ese gran carajo lo mandaron para efectuar ese crimen en contra de la persona de Cruz Crescencio…".

  • Los políticos que estaban presos allí temía por sus propias vidas, ya que si mataban a una persona cercana al Presidente de la República, quién había sido hasta su chofer personal en el Palacio de Miraflores, ¿qué se podía esperar de los demás?

  • "… Mi hermano Juan González en esos tiempos llegó detenido a la Cárcel Modelo en Caracas; ya que había matado a un Capitán del ejército cuando se encontraba prestando servicio militar en Puerto Cabello, y en la cual trabajaba mi abuela Carmen González en la casa del Capitán (Ej.) Gainza. Hay un detalle importante y fue que Pompeyo Márquez, César Rengifo, Francisco J. Ávila, Tito Hernández, Dr. Angel J. Márquez, Salvador Navarrete, Félix Saldivia, Miguel Ramón Volcán y Max García fueron trasladados a la Cárcel Modelo de Caracas; ya que se encontraban pagando prisión en Puerto Páez en las confluencias de los ríos Meta y Orinoco, desde el año 1.939…".

  • "… Yo recuerdo como si fuera ahorita mismo, que mi padre Adelo Rafael Morales (Manuel Morales) nos dijo en esa cárcel que él unos días atrás le había dicho a "Petróleo Crudo", que a su próximo hijo le pondría el nombre de Cruz Crescencio en recuerdo de su amistad y por las vivencias que vivieron por años en muchas regiones del país…".

  • "… Mi padre cumplió su palabra pocos años después, una vez que dejó a mi madre en el año 1.954. Yo me acuerdo que el salió con sus burros y que a comprar comida por los lados de Carayaca, y no regresó por meses a la casa. Pero, un día se apareció con una negrita muy jovencita, como de 14 años de edad, que traía del pueblo de Caucagua en el Edo. Miranda. Ella se llama María Castro, y cuando se la pavoneó a mi madre Carmen González, por los lados de Tirima, entre los pueblos de Carayaca y Tarmas, en el viejo Camino Real; mi madre sacó un liniero de tres canales y le asestó un tremendo planazo a esa mujer…".

  • "… María Castro trató de evitar el machetazo y recibió la descarga en uno de sus brazos, quedándole una cicatriz para toda la vida. Quiero decirte que a su primer hijo le pusieron el nombre de CRUZ CRESCENCIO MORALES, y de verdad que ese hermano mío, por parte de padre, físicamente es muy parecido a "Petróleo Crudo"; más bien parece la reencarnación de él…".

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Casas en donde vivió el "Mocho" Bernabé Mayora (+) en Tarmas, año 1.928

  • "… Mi hermano Cruz Crescencio tiene hasta las mismas habilidades para huir cuando lo buscan para llevarlo preso; ya que yo le entregué personalmente un libro de brujería que perteneció a mi papá y que se lo había regalado Cruz Crescencio Mejías cuando estuvieron presos en la Modelo. Esa vaina como que era de magia negra…".

  • "… Mi hermano Cruz Crescencio Morales es un hombre negro que le fascinan las mujeres blancas y es quien desde hace muchos años pasea gente con sus caballos en El Junquito. Él y "Petróleo Crudo" son dos gotas de agua en su parecido físico, esa es la verdad…".

¿Y quién más conoce esas historias sobre la vida de "Petróleo Crudo", mamá?

  • "… Aquí en Tarmas vive un negro muy amargado. y ese es el Mocho" Bernabé Mayora, quien es sobrino de la señora Rosalía Mayora, y a su vez es primo de los negros Nicanor León Mayora y Renato Lozano Ulloa, quienes son de la Hacienda "La Florida". El "Mocho" Bernabé sabía mucho sobre lo que le pasó a "Petróleo Crudo" en la Cárcel Modelo en 1.945…".

¿Por qué usted habla de esa forma de Bernabé Mayora, mamá?

  • "… Bernabé Mayora fue uno de esos negros privilegiados que desde muy joven se fue del pueblo de Tarmas para Caracas. Allá un militar se encariñó con él y le dio una gran oportunidad de trabajo; convirtiéndolo en su chofer personal. Después se convirtió en chofer del General (Ej.) Eleazar López Contreras, y hasta creo que de uno de los ministros del General (Ej.) Medina Angarita…".

  • "… Bernabé era un hombre muy echón, cuando venía a Tarmas, se la echaba de una vaina; ya que siempre quería impresionar con el revólver, que siempre cargaba en su cintura. Ese hombre no hablaba con nadie, vivía quejándose y a todo el mundo le salía con una de sus guebonadas; Así mismito como es ahora, que está mocho de la pierna derecha…".

¿Y por qué le mocharon la pierna derecha al negro Bernabé Mayora, mamá?

  • "… A Bernabé le mocharon la pierna por echársela de más vivo que los demás; ya que siendo un simple chofer del gobierno de la época, parece que le cogió una hija a un político muy importante en Caracas, y ese hombre lo mandó a ultimar de un disparo. Bernabé recibió el tiro en la pierna derecha, y seguidamente se la mocharon, así sería ese disparo. Después no le quedó más remedio que venirse a vivir a Tarmas y a amargarle la vida a su mamá; por eso es que lo vemos maldiciendo por cada vaina, maldice por todo. La única persona que lo atiende es una sobrina que tiene en el Barrio "Mirabal" en Catia de La Mar…".

Nicanor León Mayora sobre su primo Bernabé Mayora, nos dijo lo siguiente:

  • "… Mi primo "El Mocho" Bernabé Mayora murió en Catia de La Mar y fue sepultado en el cementerio del pueblo de Tarmas. Él era hijo de mi tía Natividad Mayora, y ella era hermana de mis tías Paula Mayora, Micaela Mayora y Rosalía Mayora. Mi difunta prima Eustaquia Mayora y Regino Mayora también eran familiares del negro Bernabé Mayora. Las fiestas de San Juan se hacían muy sabrosas en la casa de mi tía Paula Mayora, quien fue planchadora en la casa del General Juan Vicente Gómez, y que gracia a esos contactos fue que mi primo Bernabé fue a trabajar en Caracas…".

  • Las fiestas en honor a San Juan Bautista arrancaban en la casa de mi tía Paula Mayora, con esta cuarteta:

"San Juan espera

Cuando es su santo día,

Bajaría del cielo

Con muchísima alegría".

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Afro-tarmeña Paula Mayora (+)

Continuando la charla con mi madre María Hilaria Morales, le pregunté lo siguiente: – ¿El negro Bernabé Mayora no tenía acaso un primo que lo llamaban Silvestre Mayora "Cara é Diablo", mamá?

  • "… Si, como ta te dije, Silvestre Mayora era conocido como "Cara é Diablo" y era primo hermano del "Mocho" Bernabé Mayora. Ese hombre era hijo de la señora Rosalía Mayora y parece que tenía pacto con el mismísimo Diablo…".

  • "… Silvestre si era un delincuente muy malo, él era feísimo, y en nada se parecía a las acciones que más bien libraba "Petróleo Crudo" a favor de los más pobres y necesitados. "Cara é Diablo" era peligroso y nos infundía más bien mucho miedo; cuando él venía a las fiestas en Tarmas, la gente se preocupaba, porque no le importaba robar a quien le diera la gana, hasta lo hacía en contra de nuestra propia gente en el pueblo…".

En eso intervino mi tía Esperanza González y nos contó lo siguiente:

  • Yo era muy joven cuando conocí a Silvestre Mayora, inclusive llegué a bailar con él. Cuando él se metía en una fiesta, sacaba a bailar a cualquier mujer y si no le gustaba a la muchacha, lo hacía bajo amenazas. Yo recuerdo que en una ocasión el entró a una sastrería que había en la Calle de Los Baños en Maiquetía, tomó un traje y se metió en un cuarto, se lo puso y al salir dejo una nota, que decía así: – ¡Aquí estuvo "Cara e Diablo"!

  • "… Ese hombre estuvo echando mucha vaina en Caracas y La Guaira durante el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez. Convirtiéndose en un azote público, él si representaba un peligro para los tarmeños y tarmeñas…".

Nuevamente intervino en la conversa mi madre y sobre ese siniestro personaje, nos narró lo siguiente:

  • "… Las andanzas de "Cara e Diablo" se las quitó mi difunto padre Manuel Morales; ya que nadie soportaba a ese hombre en este pueblo. Parece que él, como tiró una de sus fechorías en Caracas y vino una comisión de la Seguridad Nacional (SN) a buscarlo; él se replegó a este pueblo y se escondió en la casa de su madre Rosalía Mayora…".

  • Mi papá al ver a los agentes de la SN en el pueblo de Tarmas, preguntó: – ¿Qué hace esa gente aquí?

  • ¿A quién andan buscando?

  • Y alguien le dijo que andaban buscando al negro Silvestre Mayora. Mi padre se fue a donde estaba el rancho de la señora Rosalía Mayora, preguntándole: – ¿Dónde está Silvestre, señora Rosalía?

  • Ella respondió de esta forma: -¡Silvestre, no está aquí en la casa señor Manuel Morales!

  • Mi papa le dijo estas palabras a Rosalía: – "… Dígale a Silvestre, que salga de donde está escondido, que yo sé que él está allí. Si no, yo iré personalmente a sacarlo a punta e machetazos; dígale que salga, señora Rosalía".

  • ¡Él me conoce muy bien conocido, y sabe lo que soy capaz de hacerle, dígale que salga, y ya!

  • Luego se oyeron las palabras de Silvestre Mayora, quien estaba escondido debajo de una cama, cuando le dijo a su mamá: – "… Está bien mamá, dile al señor Manuel Morales, que está bien, que no me haga nada, que yo voy a salir ahorita…".

  • "… Cara é Diablo salió del rancho de su madre y se le entregó a mi papá, quien se lo dio como preso a la comisión de la SN en esos momentos. Después se lo llevaron preso para Caracas y lo confinaron en la Cárcel Modelo, donde lo mataron en el año 1.957. Así fue como se le acabó la vaina a ese hombre en estas tierras; ya que desde el gobierno del Presidente Rómulo Gallegos venía echando bromas a la gente de bien y trabajo…".

Yo me acuerdo que en relación a esa familia, le comenté a mí señora madre, algo que me había contado el sacerdote francés Enrique Gallot Serín, párroco de la Iglesia del pueblo de Tarmas:

  • "… Mamá, el padre Gallot me contó que revisando los libros de defunciones desde 1.785 a 1.895, encontró una partida de defunción correspondiente a la señora Rosalía Mayora, quien supuestamente murió muy joven y a la edad de 22 años en la Hacienda Chichiriviche. La curiosidad fue que esa señora recibió la extremaunción del sacerdote que fue de aquí del pueblo para allá, una vez que le hizo los oficios fúnebres y se llevaron el cadáver para sepultarla en el cementerio allá; el cura se vino y aquí registro en el libro el fallecimiento…".

  • ¿Cuál sería la sorpresa?

Lo importante de esta etapa histórica en tiempos del General (Ej.) Isaías Medina Angarita, fue que estos presidiarios y personajes atípicos en la Cárcel Modelo de Caracas, conjuntamente con sus familias vivieron en sitios equidistantes del Departamento Vargas y del Edo. Miranda; obligando a sus familiares, amigos y allegados a fundar el Barrio Ciudad Tablitas; el cual quedaba en las periferias del penal. De esa manera sus familiares podían visitarlos constantemente en ese centro penitenciario.

Nuevamente mi madre María Hilaria Morales continuó con la conversación sobre la vida de Cruz Crescencio Mejías, en donde su hijo León M. Morales le realizó la siguiente pregunta: – ¿Qué nos puede usted contar sobre el Barrio "Ciudad Tablitas" en Catia, mamá?

  • "… Hijo, te diré que la fundación de ese barrio llamado "Ciudad Tablitas" también se lo debemos a Cruz Crescencio Mejías, esa es la mera realidad. Ese barrio fue fundado entre la Calle "Bolívar" y la Avenida "El Cuartel" en Pro-patria en jurisdicción de la Parroquia Catia de Caracas…".

  • "… Con los presos que teníamos que eran de los valles del Tuy, nos era muy difícil visitarlos en la Cárcel Modelo de Caracas, debido a que vivíamos muy lejos allá en Santa Teresa del Tuy. Entonces, fue cuando se le prendió el bombillo de la cabeza a "Petróleo Crudo" y para tenernos más cerca de ellos, nos sugirió que fuéramos levantando un barrio que estuviera muy cerca de La Modelo, y de esa manera fue como fuimos levantando una ranchería que llevó el nombre de "Ciudad Tablitas…".

  • "… Yo recuerdo que siendo muy niña llegué a bailar con "Petróleo Crudo" en la Cárcel Modelo, ese era un negro muy fino; ya que le gustaba vestir muy bien, era un poco faramallero, ja, ja, ja…".

  • "… Así era como siempre íbamos a prisión a visitarlos y a llevarles algunas cosas. En esos tiempos esa cárcel en verdad fue un modelo de prisión, porque los presos producían; allí tenían talleres y trabajaban, mi padre hacía arpas y algunos otros instrumentos musicales; los vendía y guardaba la plata, para cuando saliera de allí, poder hacer algo con el dinero…".

  • "… Yo recuerdo cuando trasladaron desde la Cárcel de "El Obispo" a la Cárcel "Modelo" a más de 386 presos. Yo creo que eso fue el 20 de agosto del año 1.944…".

Mi tía Esperanza González, en ciertos momentos de su vida, me contó estos relatos:

  • "… León Manuel, tú eres mi primer sobrino y te diré que mi hermana María Hilaria Morales, me contó algunos relatos que tienen que ver con la vida de algunos hermanos míos. Tal fue el caso de mi último hermano Guillermo Enrique Sanz, quien nació en el pueblo de Anare en las cercanías del pueblo de San Francisco de Asís de Naiguatá. Para esos momentos se encontraba preso mi padre Manuel Morales en la Cárcel Modelo de Caracas, por haberle cortado una oreja o el rostro a Lucio "Merénguelo" Algarín… ".

  • "… En realidad estábamos pasando por una situación caótica y de extrema pobreza; ya que no teníamos ni siquiera para comer y dormíamos en el piso en esteras hechas por mi madre Carmen González. Lo más triste del caso, fue ver a mi mamá haciéndole la manta con retazos, que recuerdo era de color rosado; para recibir en su nacimiento a mi hermanito Guillermo Enrique…".

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Afro-guaireño Guillermo Enrique Sanz

Hijo de Carmen González y Manuel Morales

  • "… Yo no entiendo cómo hay personas que descienden de su cimiente hoy en día y la juzgan sin medir ese cuadro de pobreza en que se encontraba ella y sus hijos e hijas en esos tiempos. Cuando nació mi hermano Guillermo Enrique; yo recuerdo que a mi madre la atacó un ataque de glance y casi se nos muere de mengua. Allí fue cuando se apareció la señora Inés Ríos y su marido el sastre Sanz. Ese señor era un hombre blanco y ellos se lo llevaron y lo adoptaron con sus apellidos…".

  • "… Nosotros tratamos de contactarlo y un día le dimos un papel y él se lo llevó a la señora Inés Ríos de Sanz y ella al abrirlo y leerlo nos amenazó con llevarnos a la policía, si seguíamos con esa actitud de verlo y querer conocerlo. Esos eran otros tiempos y en verdad nos dio mucho miedo que ella nos fuera a denunciar ante los cuerpos policiales. Debo dejar muy en claro y con gran exactitud, que el maestro Guillermo Enrique Sanz Ríos es hijo de la simiente de mi madre Carmen González con mi papá Manuel Morales…".

  • "… Yo jamás podré aceptar que nadie ofenda a la memoria de quien en vida fue una mujer sufrida y gran partera que fue en todas esas tierras mirandinas y de Vargas, que vivió una profunda crisis familiar y de salud, si se quiere; ahora sus mismos descendientes la ofendan con improperios viles y perversos, y de muy mala calaña…".

  • "… Lo más grave es cuando vienen de seres que hablan en nombre de Dios y tratan de convertir a ciertas personas a sus credos individuales; porque Dios en su propia esencia es amor y allí podemos denotar que no se tiene en esos casos ni la más mínima piedad hacia un ser querido que fue más querida por sus semejantes que por algunos pocos que provienen de su misma heredad. Eso es pecado y es pecado capital, ni siquiera venal… ".

  • "… Mi madre Carmen González se merece todo el respeto del mundo y más de quienes descienden de su sangre y linaje; porque quién renieguen de ella, se niegan a sí mismo, y más si todos nosotros somos sangre de su propia sangre…".

  • "… Sin embargo, nosotros les agradecemos a la señora Inés Ríos y al sastre Guillermo Enrique Sanz por lo que hicieron por nuestro hermano Guillermo Enrique. Yo tengo que contar que cuando nació mi hermano Rafael González, pasó algo parecido. Resulta, que mi papá se internó con mi mamá y nosotros en una montaña que quedaba entre los pueblos de Guarenas y Naiguatá, donde los ranchos quedaban muy lejos el uno del otro…"

  • "… En una de esas mi madre tuvo que ser llevada para el pueblo de Guarenas y allá en el hospital nació mi hermano Rafael González. Porque ese pueblo nos quedaba más cerca que el de Naiguatá; donde fue atendida por la familia Laya; quién tenía una señora que trabajaba en ese centro hospitalario…".

  • "… Ella se hizo cargo de Rafael y lo criaron. A todos nos llevaron allí y pasamos algún tiempo en esas instalaciones, hasta que al fin le dieron trabajo a mi mamá en funciones de limpieza. Mi papá se había ido y nos había dejado abandonado, y cuando supo que mi madre trabajaba en el hospital, fue a buscar nuevamente a mi mamá, para que se fuera con él para la montaña en donde vivíamos…".

  • "… Mi mamá se negó a ir a ese sitio y mi papá optó por secuestrarme, y a su vez llevarme escondidas al pueblo de Anare. Mi mamá al ver que mi papá me llevó de esa forma; atravesando esas montañas entre los pueblos de Guarenas y Naiguatá, me fue a buscaren donde yo me encontraba en esos momentos…".

  • "… Debo decir, que esas montañas jamás eran atravesadas por arrieros que iban solos con sus mulas; ya que los leones y tigres se los comían a ellos y a sus arreos de bestias. La costumbre era que fueran más de tres arrieros, para poder defenderse de los ataques de las fieras…".

  • "… Sin embargo, mi mamá se atrevió a atravesarla sola y cuando llegaba a un sitio y la agarraba la noche, se sentaba en el suelo y sacaba sus velas, y se las ponía a sus santos; y a primera hora de la madrugada seguía su camino hasta alcanzar al pueblo de Anare en Naiguatá…".

  • "… Mamá llegó a Anare y me llevó para la casa de una señora que tenía muchos reales; inclusive tenía restaurantes en las orillas de las playas, con la cual tuve tres años. Yo casi no me acordaba del rostro de mamá cuando la volví a ver nuevamente…".

  • "… Inés Sanz, la hija mayor de mi hermano Guillermo Enrique Sanz, es la que más se parece de todos los nietos a mi mamá; en su cuerpo, pelo y cara, en su carácter y en el color de sus ojos; voy más allá, se parece más que nosotras mismas, que éramos sus hijas…"

  • "… Yo tengo que decirte que cuando mi madre parteó a la madre de Basilia Lozano, hija de Basilio Lozano, su madre falleció en el parto y ella se crió con nosotros. Ella era nuestra hermana de crianza y todo cambió cuando su hijo se metió en aquel crimen en donde mató a varias personas de una familia canaria…".

  • "… Ella nos retiró el habla, porque según y que le habían dicho que nosotros habíamos hablado mal de su hijo Marcos Lozano. Nosotros nunca hicimos eso, porque hasta en sus últimos momentos, él nos visitó en mi casa en el Barrio Petit Medina en Catia de La Mar. Lo grave de todo eso, fue que ella expresó que mi mamá la había abandonado cuando niña y eso nunca fue verdad; ya que ella se crió con nosotros. Yo recuerdo que en nuestra pobreza vivíamos en un rancho que si uno lo tocaba se caía en lo inmediato allá en el pueblo de San Bartolomé de Macuto…".

Marcos Lozano fue el famoso "Monstruo de Carayaca que asesinó a un matrimonio canario y a su hijo mayor, para apoderarse de sus bienes en La Salina, jurisdicción de la Parroquia Carayaca. En esa ocasión se salvaron una niña y un niño de ese matrimonio, y la curiosidad más grande fue que él le dio la cola ese día a mi hermano Juan Francisco Morales en un carro LTD Landau de esa familia, desde La Zorra en Catia de La Mar hasta el pueblo de Tarmas en 1.976.

Marcos Lozano en esos momentos llevó a mi hermano Juan Francisco Morales hasta la casa de mi madre María Hilaria Morales (González) en el pueblo de Tarmas. Allí mi mamá al verlo con los dos niños, le hizo la siguiente pregunta: ¿Quiénes son esos niños, Marcos?

Y él le respondió de esta manera: – "… María, esos niños están a mi cuidado; ya que sus padres hicieron un viaje a las Islas Canarias…".

En realidad los niños no les pasaban por la mente lo que le había sucedido a sus padres en esos días. Marcos Lozano se fue a visitar a sus familiares por los lados del sector El Tiesto en el pueblo de Tarmas. Luego fue se fue a hacer una antesala a la casa de mi tía Esperanza González en el Barrio "Petit Medina" en Catia de La Mar y allí fue en donde vino la interrogante sobre los niños que cargaba en ese lujoso carro.

Lo cierto del caso, es que alguien llamó a las autoridades policiales y lo detuvieron en la vía de Las Tunitas en jurisdicción de la Parroquia Catia de La Mar; en donde Marcos Lozano rebeló los crímenes que había cometido en contra de esa familia que lo había contratado como jardinero, chofer, albañil y hasta de brujo.

Sin dudas, ese fue un horrendo crimen y Marcos Lozano fue conocido como "El Monstruo de Carayaca" y fue sentenciado a pagar 30 años de prisión en la Penitenciaría General de San Juan de Los Morros, y con la vuelta de los años a través del primo tuyero Juan González quien pagó 30 años y 15 días de prisión en esa penitenciaría, fue que supimos que a Marcos Lozano lo habían matado en prisión.

Yo me di cuenta de esa noticia; ya que la misma salió bien grande en la primera página en el Diario 2001 en 2.006, debido a que en ese tiempo trabajaba administrando los hoteles "Metropol" y "Páez" en la ciudad de ValenciaEdo. Carabobo, que eran propiedad de un comerciante griego.

Y mi tía Esperanza González continuó con sus relatos a cerca de su familia, bajo estas palabras:

  • "… Yo me acuerdo cuando mi hermana Andrea Avelina González se fue de la casa para siempre. Ella tenía un hijo de mí misma edad, ya que yo tenía en esos días 8 años y mi hermana como 22 años. Ella no pasaba por nada del mundo a mi papá; ya que ella era hija de otro hombre que era de origen árabe…".

  • "… Me acuerdo clarito como si fuera ayer; ya que ella le dijo a mi madre Carmen González, que si seguía viviendo con mi padre Manuel Morales; ella se iría para siempre de la casa. La verdad, fue que así lo hizo y nunca más supimos de ella, y hasta el presente desconocemos de su paradero, y el de la familia que ella formó con un señor que era músico y de apellido Delepiani. Suponemos que ella vivió en La Pastora en Caracas, con su marido e hijos…".

  • "… Ese marido de mi hermana era descendiente de un corso que lucho con el Libertador Simón Bolívar en la Campaña de Guayana en 1.817, quien se llamaba Felipe Delepiani; de esa prole es que viene mis sobrinos…".

  • "…Lo interesante era cuando mi mamá iba al pueblo de Santa Teresa del Tuy a visitar a su hermana Trina González, quien físicamente era igualita a ella. Esas dos mujeres se agarraban los moños y se recordaban en todo instante de sus momentos de alegrías; hacían jolgorios en el cuarto y alegremente bailaban algún joropo tuyero de Pancho Prim…".

Yo recuerdo que en todo instante se preguntaban la una a la otra y viceversa: ¿Te acuerda de esto o de aquello?

¿Recuerdas cuándo éramos jóvenes?

¿Te acuerdas de fulano de tal o de fulana de tal?

Mi abuelo Manuel Morales sale de prisión en 1.947, no teniendo a adonde ir; con la suerte que tuvo ese día de su liberación, cuando pudo encontrarse con su paisano Félix Ramón Pérez Castellanos, quién le manifestó lo siguiente: – "… Manuel, vamos a buscar a tú mujer y a tus hijas e hijas, y vámonos para el pueblo de Tarmas que allá nadie te conoce; vámonos pá allá, vale…".

De esa manera mi madre y mi abuelo pasaron por el Barrio "Ciudad Tablitas" y montaron los pocos macundales que tenían en el camión del pulpero y paisano Félix Ramón Pérez Castellanos; sin derecho a retorno, salieron con destino al pueblo de Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas, adonde llegaron en las postrimerías de 1.947. Cabe decir, que mi abuela Carmen González y sus demás hijos e hijas se quedaron en los valles del Tuy.

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Torreón del trapiche de la Hacienda "Tarma Abajo", 1.980

Al fin en ese año antes mencionado llegaron al pueblo de Tarmas; yéndose a trabajar la tierra en la Hacienda "Tarma Abajo", la cual fue propiedad del latifundista y terrateniente Iván Alvins Rolando. Este vil hacendado y explotador de campesinos era descendiente del oriental barcelonés de origen corzo francés General en Jefe Dr. Nicolás Rolando Monteverdi, llamado por sus soldados como "El Indio".

El General Dr. Nicolás Rolando Monteverdi fue uno de los más importantes jefes de la Revolución Nacionalista Libertadora entre 1.901 y 1.902. El mismito que desde el mar con un barco artillado atacó al pueblo de Uricao en 1.902, en donde hubo una gran cantidad de muertos y heridos. Entre ellos salió herida la tarmeña Anacleta Gutiérrez, mujer del maestro popular indígena tarmeño Juan Antonio Tortoza, quien perdió un brazo en esa acción militar.

Ellos tenían en Tarma Abajo un capataz llamado Elías Yánez o Martínez, quién era natural de Caracas. Allí mi abuelo Manuel Morales levantó un gran conuco con los 17.000 bolívares que ahorró durante el tiempo de prisión que pagó en la Cárcel Modelo de Caracas.

Según Juan Brenke, ese señor no se llamaba Elías Yánez, sino Elías Martínez; ya que fue el padre de su madre Julia Álvarez, o sea que fue su abuelo materno. Igualmente, lo manifiesta el tarmeño Arcadio Domínguez, quienes dieron fe de que ese pleito si se entabló a finales de la década de los años cuarenta del siglo pasado.

Un día el señor Elías Yánez le destruyó su conuco y le cortó el agua; mi abuelo fue a reclamarle, y él gran carajo ese, le respondió con estas groseras e insultantes palabras: – "… Manuel, tú no eres ni una de las pantaletas que se pone una de mis hijas; búscate tú abogado, porque ya yo tengo el mío…".

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Pulpero Félix Ramón Pérez Castellanos (+)

Mi abuelo se vino al pueblo y llegó a la pulpería que estaba en la entrada del pueblo de Tarmas; la cual era propiedad de su paisano alto mirandino de origen canario Félix Ramón Pérez Castellanos, quién como buen pulpero mirandino, él tenía algunos machetes cuatro canales para la venta colgados en su negocio. Súbitamente, mi abuelo le comentó estas palabras a su paisano: – "… Ramón, bájame uno de esos abogados que tienes colgado allí arriba…".

Y Félix Ramón Pérez Castellanos, algo extrañado, le preguntó: – ¿Para qué quieres ese machete, Manuel?

Y mi abuelo le contestó: – "… Carajo Ramón, ese es el abogado que le voy a nombrar a un muérgano que me tiene hasta la coronilla allá en la tierras que tengo sembradas en la Hacienda Tarma Abajo…".

Mi abuelo Manuel Morales se fue al Hospital "Eudoro González" en Carayaca a conversar con mi madre María Hilaria Morales; contándole lo que le había sucedido con el vagabundo de Elías Yánez o Elías Martínez, quién era un forajido y pérfido explotador de los campesinos en esa hacienda. Mi madre le dijo a mi abuelo Manuel que tuviera cuidado con lo que iba hacer en la Hacienda "Tarma Abajo" contra Elías Yánez.

Al llegar mi abuelo a la Hacienda "Tarma Abajo" y avistando a Elías Yánez, le pegó un tremendo un grito que estremeció el sitio: – "… Elías Yánez, saque su abogado; porque yo traje el mío, carajo…".

Elías Yánez temblaba del susto y no hallaba que hacer, tartamudeaba mucho y con sus palabras entrecortadas y viendo el rostro molesto y herido en sus sentimientos del zambo Manuel Morales, notó que al primer movimiento mi abuelo Manuel, se lo iba a echar al pico, de eso no había duda alguna.

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Hacienda "Tarma Abajo", año 1.980

Preguntándole a mi abuelo, lo siguiente: – ¿Qué te pasa Manuel?

  • ¿Qué pasa contigo, vale, eh?

Mi abuelo Manuel Morales, le gritó estas palabras: – "… Elías, usted me dijo que le nombrara un abogado y yo lo tengo aquí; salga al ruedo para resolver esta vaina de una vez y por todas, carajo…".

Y viendo que Elías no quería enfrentarse con él, tomó la sabia decisión de darle una paliza y yéndosele encima le asestó un planazo por la espalda, con tal fuerza; cayendo al suelo el malvado capataz de la hacienda; estando casi indefenso y a merced de las buenas o malas intenciones, que en esos momentos pasaban por la mente de mi abuelo Manuel Morales.

En eso mi abuelo Manuel volteó el machete y lo alistó en lo alto para partirlo en dos, cuando a lo lejos se oyó el grito del afro-descendiente Nicanor León Mayora, gritándole a todo pulmón estas palabras: – ¿Qué pasa Manuel?

  • ¿Qué vas hacer?

Mi abuelo reflexionó y dejó tranquilo al perverso de Elías Yánez, quién sin decir nada ni dejar rastros se fue para siempre del pueblo de Tarmas y nunca más volvió por estas inmensas tierras y costas de la Parroquia Carayaca.

El hoy fallecido y viejo anciano Sebastián Kienzler Tortoza, antiguo Comisario del pueblo de Tarmas y conocido arriero en estas tierras carayaqueras, le señaló estas palabras en una ocasión a León Manuel Morales en 1.980:

  • "… Yo le trabajé como arriero por mucho tiempo a tu abuelo Pancho El Narizón; ya que él se llamaba Francisco Sánchez Jiménez. Yo le llevaba mercancías en mis arreos con los burros que tenía a Juan González, quién era hijo del comerciante Domingo González. Él tenía su negocio en la parte baja de El Pardillo; debido a que en esos tiempos el comercio se hacía en forma de trueque y con intereses…".

He allí la vida manifiesta de mis hermanos Juan Francisco Morales, hoy ingeniero mecánico; Edgar Eduardo Morales, músico; y León Manuel Morales, Oficial de Marina Mercante; y la de una niña que nació y falleció de un año de edad, quién me seguía en el orden genético que habían fecundados nuestros progenitores. Realmente, yo quería que se supiese como fue el comienzo de esta apasionante historia, la cual se involucra con las vivencias familiares y que se relacionan con las historias comunitarias en lo local, regional y nacional; sin dejarse a un lado lo internacional.

Yo recuerdo como si fuera ayer, que siendo muy niñito allá en Tirima, tuve como compañeras de infancia a mis primas Carmen Rosa Hernández y Nelly Pompa, quienes eran hija de mi tío Juan González ("Juancito Trucupei") con una señora de apellido Hernández, vecina del pueblo de Anare en la Parroquia Naiguatá; a mi primo Francisco Morales quien es hijo de mi tía Esperanza González y a mi hermanito Juan Francisco Morales quien nació en el pueblo de Anare en la Parroquia Naiguatá en 1.952.

Ya que antes de que él viniera al mundo había nacido una niña, como anteriormente dije y quien falleció meses después debido a que mi padre fue enviado como maestro de escuela rural a los pueblo de Caraballeda en 1.951 y Naiguatá en 1.952. Yo fui bautizado cristianamente en la Santa Iglesia Parroquial de Nuestro Seráfico y Patriarca San Francisco de Asís de Naiguatá en 1.952.

Mi padrino de bautizo fue un agricultor que traía sus legumbres y hortalizas y las vendía en el Mercado Municipal de Punta de Mulatos, de quien no recuerdo su nombre y mi madrina fue la campesina Modesta Pacheco, quien era oriunda del de Urea, arriba en la montaña.

Ella trabajaba la agricultura como si fuera un hombre, y caminaba mucho por esas montañas, yendo siempre al pueblo de Capaya; el mismito lugar afro-barloventeño en donde nació el Libertador Simón Bolívar; ya que allí hacían muchas fiestas de arpas. Porque ella era una arpista consumada por esos lados mirandinos, llegando a ser mujer de Pancho Prim Villegas, quién fue un músico tuyero mirandino y gloria cultural y patrimonial de Venezuela. Mi madrina Modesta Pacheco murió a muy longeva edad.

Mi abuelo Manuel Morales y mi padre Francisco Santiago Sánchez Aranguren conocieron muy bien conocido al famoso pintor naiguatero Feliciano Carvallo. Específicamente, mi padre quién en aquellos tiempos fue maestro de escuela rural en Naiguatá. Mi papá me contó que Feliciano Carvallo fue conuquero en su pueblo natal y era un hombre de origen muy humilde y honrado hasta los tuétanos; con estudios realizados hasta el tercer grado de aquellos tiempos. Papá recordaba cuando los pintores Luís Rawllinson y el francmasón don Alirio Oramas se aparecieron por allá y descubrieron a tan magnífico pintor; si se quiere, al padre del arte y qué ingenuo en Venezuela.

Feliciano Carvallo nació en Naiguatá, el 11 de noviembre de 1.920. Él viene de extirpe campesina y fue un pescador muy modesto. Además, él pintó muchos motivos relacionados con la vida de su pueblo natal y gracias al artista plástico y francmasón don Alirio Oramas, fue como pudo conocer al maestro don Armando Reveron en su Castillete en las 15 Letras de Macuto, el padre de la Luz en la pintura venezolana y mundial.

Ese es Feliciano Carvallo, pintor, conuquero, arriero, pescador, artesano y un gran hombre del pueblo de Naiguatá, de extirpe afro-descendiente y muy allegado al proceso cultural que se vivió en Venezuela en los días en que nos tejíamos entre golpes militares y dictaduras acompañadas de seudos procesos electorales; y que más luego nos llevaron a una dictadura oprobiosa y persecutoria, como fue la del General (Ej.) Marcos Pérez Jiménez.

El pueblo de Tarmas tuvo la dicha de haber tenido entre sus pobladores a tan modesto pintor, nada más y nada menos, que a FELICIANO CARVALLO; quien vivió por los lados del Sector "El Tiesto", dedicándose a la agricultura, a la talla de madera y a sus pinturas de gran relieve nacional e internacional; hasta que un día decidió irse a las tierras yaracuyanas; aposentándose finalmente en la costa carabobeña de Borburata y Patanemo y siempre rememorando su lar natal, Naiguatá.

Lo más curioso de todas las cosas, es que la afro-descendiente Catalina Mayora de Tortoza era natural de la Hacienda "La Florida", quién llegó con su familia al pueblo de Tarmas a la edad de 15 años. Ella durante su juventud fue cargadora y ama de servicios de la familia del afamado pintor Armando Reveron en Caracas; tocándole tener entre sus brazos a tan afamado niño discípulo del célebre pintor francés Monet.

La separación conyugal de mis añorados padres Francisco Santiago Sánchez Aranguren y María Hilaria Morales, tristemente se suscitó cuando él se llevó a mi mamá a vivir al pueblo de Caraballeda. Luego le alquiló una casita en el pueblito de Anare, en la Parroquia Naiguatá del antiguo Departamento Vargas del Distrito Federal. Amueblándosela poco a poco, hasta que la familia de mi mamá se fue a vivir a la casa y se fueron adueñando de la misma; agravándose la situación; ya que eran muy violentos en cuanto a caracteres y temperamentos.

En una ocasión, mi papá llegó a la casa y se encontró que la nevera no estaba en el comedor; preguntándole a mi madre: – ¿Por qué no está allí la nevera, María?

Ella estando algo preocupada, le respondió: – "… Francisco, la nevera la vendió mi hermano Juan; ya que él quería beber aguardiente y no tenía dinero; para irse a tocar arpa y guitarra con sus amigos al pueblo de Naiguatá…".

Al otro día, mi padre le volvió a preguntar: – ¿En dónde está la cocina, María?

Y ella le respondió con estas palabras: – "… Francisco, mi papá vendió la cocina; porque necesitaba real, para comprar una madera y poder hacerse un arpa…".

La verdad verdadera, fue que mi abuela María Catalina de Sena Aranguren Bravo de Sánchez, al vernos en las puertas de su casa en el Callejón "Arcaya" de Pariata, manifestó estas desagradables palabras: – ¡Los monitos se quedan y la mona se va!

Hasta que nuevamente nos llevaron de regreso al pueblo de Tarmas, donde se encontraban viviendo mis abuelos maternales Carmen González y Manuel Morales. La vida fue en allí condiciones muy paupérrima y precaria si se quiere muy deprimente; ya que para nosotros no había zapatos nuevos, sino alpargatas de cauchos y baratonas. Tampoco había navidad, ni año nuevo y dormíamos en esteras, y nos alumbrábamos con unos mechuzos hechos con latas de Aceite "Branca", que en su interior llevaban querosén y un trapo para encender, protegiéndonos de esa manera de las serpientes y zancudos.

La comida era a base de unas latas de sardinas grandes conocida como "La Gaviota"; las cuales eran echadas dentro de un inmenso caldero con arroz y verduras, y finalmente eso era lo que comíamos colectivamente en la familia que teníamos por los lados del Sector El Vigía en el pueblo de Tarmas. Por eso entre chanzas y jodederas los adultos decían en esos tiempos: – ¡Vamos a comer sopa "La Gaviota"!

Mi abuelo Manuel en muchas ocasiones salía a comprar en la bodega los días viernes y pasaba el sábado, el domingo y nada; ya que tomaba caminos distintos al que había tomado en un principio, donde el hambre en casa no importaba un comino. Luego llegaba al rancho el día lunes y se aparecía sin haber comprado alimento alguno. Durante su ausencia nuestra abuela Carmen González, nos alimentaba en base a cafunga; que es un alimento de origen africano hecho en base al cambur titiaro maduro.

Mi infancia fue muy dura y difícil, ya que mis primeros años infantiles los pasé en Tirima, de la cual fuimos sus primeros pobladores. Por allí pasaba el camino antiguo que iba del pueblo de Tarmas al pueblo de Carayaca con dirección a El Arenal, donde está la célebre Cruz de Tarmas; lugar histórico donde se dio una batalla entre caudillos en los tiempos del General en Jefe Antonio Guzmán Blanco. Esa acción de armas se suscitó en 1.872, donde murió el Comandante José de la Conmemoración Guillermo y el General José María García "El Peludito".

Ciertamente, Tirima era como una especie de canjilón; ya que por allí era el camino de bestias para ir desde las haciendas Chichiriviche, Uricao, La Florida, Curiana, Tarma Abajo, Guare, Guaricuay pasando por la Calle Real del pueblo de Tarmas con destino al pueblo de Carayaca. Ese era un camino obligado desde tiempos muy remotos por nuestros antepasados. Yo recuerdo que en esa comarca vivía la familia del señor José Félix Tortoza Castillo, quién fue el último bisnieto del Cacique Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez; también mi abuela Carmen González vivió en ese sector y los hijos e hijas que ella tenía a su cargo; debido a que algunos de ellos fueron entregados a otras familias en calidad de criados; siendo en esos casos reconocidos por las mismas.

Siendo muy niño recuerdo las peleas que sostuvieron el afro-tarmeño Trinidad Mayora y el señor José Félix Tortoza Castillo en la bajada de Tirima; ya que el señor José Félix celaba a la señora Bernarda Bello Saavedra con el negro Trinidad Mayora". En una de esas fiestas de arpas se dieron muy duro y lo más curioso es que ambos se criaron en "La Fila de Jesús. En realidad la señora Bernarda Bello Saavedra era paisana de mi abuelo Manuel Morales, pero era de cuca muy caliente.

Tal es el caso del maestro Guillermo Enrique Sanz, quién es hermano de mi progenitora por parte de padre y madre. Sin embargo, él fue criado por un viejo sastre de El Cardonal en La Guaira que vivió por los lados de la quebrada de Cariaco, y quien amenamente amenizó los carnavales en ese bastión de nuestro litoral central.

En nuestra familia materna comentaban que mi abuela Carmen González sufría de trastornos mentales y cuando nacían sus hijos eran entregados a otras familias para que los criaran. Entre sus hijos está el médico Luís Francisco Larez, quién fue criado por el francmasón Capitán de Altura Teodoro Larez; debido a que mi abuela Carmen González fue la partera de su señora esposa.

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José Félix Tortoza Castillo (+)

Último bisnieto del Cacique Hilario Tortoza

La casa en que vivíamos en Tirima era un rancho de vara en tierra y dormíamos en estera, alumbrándonos con mechuzos encendidos con querosén. Lo curioso de toda esta historia y relatos familiares maternos, es que mi abuela fue una mujer gruesa y más alta que sus propios hijos e hijas; tenía un carácter muy fuerte, que nos asustaba cuando agarraba un chaparro para pelarnos o darnos una tunda por andar fisgoneando entre las paredes de los fogones o cuartos atisbando los infortunios de la vida familiar; pero era muy querida por todas las familias en el pueblo de Tarmas.

En una ocasión, mi abuela Carmen recogió algunas yucas y se le olvidó que eran amargas; una vez cocinadas por sus laboriosas manos, nos dio de comer y a los pocos minutos casi todos estábamos envenenados. Caramba, esa era la vida que teníamos en estos campos cuando todo era rural y no en la urbanidad que ahora vivimos y nos encontramos.

¿Cómo han cambiado los tiempos, vale?

Yo recuerdo que cuando niño fui enviado a hacer un mandado en la bodega del señor Félix Ramón Pérez Castellanos quién era paisano de mi abuelo Manuel Morales, sufriendo en ese caso la mordedura por parte de un perro rabioso que me dañó el dedo pequeño de la mano derecha.

En esos años la vida era muy dura en el campo, ya que mis abuelos maternales fueron nómadas por excelencia. En una ocasión mi abuelo Manuel Morales se perdió por varios meses de la casa y un día se le ocurrió aparecerse con sus mulas y una muchacha barloventeña con 14 años a cuestas.

Ella era una afro-descendiente nativa del pueblo de Caucagua, llamada María Castro; mi viejo abuelo Manuel se la pavoneó frente a la casa de mi abuela Carmen en la bajada de Tirima, y quién sin mediar palabra alguna y sigilosamente como una serpiente, sacó de pronto un machete y se lo asestó por un brazo a esa pobre mujer; propinándole una cicatriz que aún conserva hasta el presente. Ella vive con sus hijos y nietos por los lados de El Pozo en Carayaca, procreándole 11 hijos a mi abuelo.

Someramente, yo recuerdo como si fuera ayer, que mi abuelo Manuel Morales tenía unas ganas de darle una paliza al señor Sebastián Kienzler Tortoza, quién era el Comisario del pueblo de Tarmas en esos tiempos y quién como un vulgar jala mecate estaba conectado a la Seguridad Nacional en Maiquetía. Resulta, que un día mi abuelo Manuel le mató las abejas en el apiario que tenía el señor Sebastián en un sitio llamado La Renca, y que estaba ubicado en las cercanías del pueblo de Tarmas. Además, el susodicho Comisario alegó ante las autoridades policiales, que mi abuelo Manuel Morales le había robado una vaca para comérsela y le había acabado con las colmenas de miel de abejas.

Seguidamente, el señor Comisario Sebastián Kienzler Tortoza mandó a buscar una unidad de la Seguridad Nacional y se llevaron preso a mi abuelo Manuel, y como él no quería ir solo a la Delegación de tan siniestro cuerpo de seguridad del estado venezolano; comprometió en ese problema a su hijo Juan González. Ambos fueron conducidos por los agentes de dicho cuerpo policial e inmediatamente quedaron detenidos en las oficinas de la Seguridad Nacional en Maiquetía, donde pasaron un mes preso. Siendo torturados de la siguiente forma; todos los días los acostaban en una panela de hielo y le daban sus respetivos planazos por esos rabos, y que para que se acomodaran y se dejaran de estar cometiendo "guebonadas".

Al fin mi madre valiéndose de alguna influencia, logró conversar con Pedro Estrada alias "El Chacal de Guiria", quién era el Director de la Seguridad Nacional (SN) en esos momentos y estaba de visita ese día en la Delegación de ese cuerpo en Maiquetía. Éste al verla, cordialmente y con mucho respeto la hizo pasar al despacho: – ¿Qué se le ofrece bella dama?

Mi madre le respondió así: – "… Don Pedro, vengo a abogar por mi padre Manuel Morales y por mi hermano Juan González, quienes están detenidos en esta delegación…".

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Sebastián Kienzler Tortoza (* 1.909 / + 1.998)

Viejo Comisario del pueblo de Tarmas

Don Pedro Estrada, degustando una buena y sabrosa taza de café "Fama de América", y fumándose un cigarrillo Chesterfield, hizo un paréntesis y dirigiéndose a mi madre le dijo estas palabras:

  • "… María, María. Su padre y su hermano no son ningunos angelitos de la guarda, son unos delincuentes. Ellos le produjeron algunos daños a nuestro Comisario en Tarmas, quien es una persona importante para nosotros…".

  • ¿Te parece poco lo que han hecho esos dos hombres en Tarmas, María?

  • "… Allá tengo dos hombres que son de mi entera confianza, uno es Sebastián Kienzler Tortoza quien tuvo el lujo de ser la primera persona de Carayaca en sacar su cédula de identidad, y el otro es Juan José Blanco Fumero. A quien ellos me traigan para acá, es su santa palabra, y quien venga preso aquí la va a pasar muy mal, créelo que será así…".

  • ¡María, María. Meterse con ellos, es cómo meterse conmigo!

  • ¡Vamos a ver que se puede hacer por estos dos familiares tuyo, María!

Luego le dijo estas palabras al negro Manuel Silvio Sanz quien estaba pasando unos días de placer con su amante argentina Zoe Ducos en Macuto: –

  • "… Sanz, yo no tengo tiempo para estar atendiendo estas vainas de peos de poca monta. Yo vine a ver en qué cosas andan los adecos y comunistas aquí en el Depto. Vargas, no para estar en estas pendejadas. Así que preséntame un informe sobre los movimientos del adeco José Antonio Garrido Manzano, el copeyano Jesús Prado, el urredista Urbina, y de sus compinches; ya que tenemos informaciones que esa gente se está preparando para tumbar al General (Ej.) Pérez Jiménez…".

  • ¡Ah, antes de que se me olvide, tráeme las fichas de estos dos grandes carajos que son familiares de María Hilaria Morales!

Entre los funcionarios de la Seguridad Nacional (SN) había un agente que se llamaba Argenis Castro y quien de paso era natural del Edo. Táchira, de apariencia jovial y con gran decencia cultural, se dirigió a los archivos y buscó los expedientes de mi abuelo Manuel Morales y mi tío Juan González. Una vez que los tuvo entre sus manos, se los llevó a Pedro Estrada, quien en esos momentos estaba reunido con estos angelitos de Dios: – "… El Bachiller Luis Rafael Castro, "Pachequito", "Torrecito", Braulio Barreto, Fortunato Herrera Espinoza "El Platinado" y con El Mocho Delgado o "Mano de Goma"…".

El Chacal de Guiria era amigo de la familia de Luis Piñerúa Ordaz; ya que ambos eran güireños. Leyendo los papeles de los dos supuestos presos por vainas domésticas, tan egocéntrico personaje exclamó:

  • "… Ah, vaina. Estos dos pajaritos no están limpios, aquí les salieron unas vainas pendientes, María. Ahora me sale que Manuel Morales no se llama así, sino Adelo Rafael Morales y fue prófugo del cuartel en mi tierra natal, Guiria. Ese cómo que está metido en un gran peo, María…".

  • "… Y Juan González no es un tipo de fiar, es hombre de cuidar, ja, ja, ja. Ese hermano tuyo María, tiene un muñeco encima, tiene un muerto en Puerto Cabello, vamos a ver que se puede hacer por ambos…".

El Platinado entro en la conversación y le dio la siguiente información a su jefe: – "… Manuel Morales y su hijo Juan González pagaron sus respectivas condenas en la Cárcel Modelo en Caracas. Ellos no tiene más cuentas pendientes con la justicia, don Pedro…".

De pronto Pedro Estrada, dirigiéndose a su agente Argenis Castro, le ordenó lo siguiente: – "… Argenis, sácame del calabozo a Manuel Morales y a Juan González, y me los trae ante mi presencia…".

El agente de la SN cumplió la orden inmediatamente, sacando del calabozo a las dos personas solicitas por don Pedro Estrada. En esos momentos los rostros de Manuel Morales y Juan González mostraban aspectos de gran preocupación y más cuando Argenis Castro les dijo estas palabras:

  • "… No crean que van para la calle, no lo crean. Si el mismito jefe los mandó a buscar, es porque les espera una vaina más arrecha, con la Seguridad Nacional (SN) no se juega…".

Ambos fueron llevados a presencia de don Pedro Estrada, quien al ver a mi abuelo Manuel Morales, le dijo estas palabras:

  • ¡Manuel, Manuelito. Nuevamente, nos volvemos a ver las caras, ja, ja, ja!

  • ¿Por qué te gusta meterte en tantos peos, Manuel?

  • ¿Hasta cuándo vas a continuar con tus guebonadas?

  • ¿Estás empeñado en no querer servir para un coño é madre, Manuel?

  • "… Son muchos los años en que andan de merequetengue en merequetengue, de aquí para allá y de allá para acá; estás muy viejo para seguir en tus andanzas, Manuel. Fíjate, lo que le pasó a tu compinche Cruz Crescencio Mejías en la Cárcel Modelo en Caracas en 1.945…".

  • ¿Quieres qué te pase lo mismo, Manuel?

  • "… Allá en ese pueblo de Tarmas me tienen hasta la coronilla, nojoda. De allí han salido los sádicos que jode, hay uno que se llama José Mayora, otro Martín Tortoza, y también por esa misma guebonada cayeron los negros Ladislao Iriarte y Nicanor Mayora; yo no sé si son sádicos o no, lo que sé es que estuvieron presos por esas mariquerías…".

  • "… Quién caiga de ahora en adelante por esa guebonada, se los echo a los presos para que los cojan, y después los basureamos. Yo no sé porque te fuiste a vivir a ese pueblo, Manuel. Si tú eres un hombre trabajador y muy bien mandado; yo lo sé porque tú serviste con las tropas del General Pacheco Torres, quien era andino, y quien fue por muchos años Jefe Civil de Guiria…".

  • "… Tú expediente Manuel no está tan cochino. Pero, cuidadito vuelves a caer preso, cuidadito…".

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Campesino tarmeño Martín "Tapiramo" Tortoza, año 1.980

Luego se dirigió a mi tío Juan González y le señaló lo siguiente:

  • "… Juan, yo sé que tú no estás metido en nada en el caso de Sebastián Kienzler Tortoza; esa vaina te la echó tu padre Manuel Morales, ja, ja, ja. Sin embargo, te vamos a poner bajo vigilancia, porque eres algo peligroso, no se nos olvida lo que le hiciste a una persona en Puerto Cabello…".

  • "… Negro Sanz, sácame a estas basuras de mi despacho, que no los quiero verlos más ante mi presencia, y dile a María Hilaria Morales que entre, para darle mi veredicto sobre esos gérmenes de la sociedad…".

Mi madre entró al recinto en donde estaba el Director de la SN en Maiquetía, quien le dijo lo siguiente: – "… María, dile a tu padre y a tu hermano que se dejen de estar echando tantas vainas allá en la Parroquia Carayaca…".

Mi mamá oyó todo el sermón que le dictó en esos momentos don Pedro Estrada:

  • "… María ve a la calle a comprar dos estampillas fiscales, de un bolívar con cincuenta céntimos (Bs. 1,50 ctms.) cada una; y dos papeles sellados, de a un bolívar (Bs. 1,00) cada uno. Y una vez que los haya comprado me los trae inmediatamente a mi despacho…".

Mi madre desde un pañuelito blanco en donde tenía amarrada algunas monedas para que no se les perdieran, sacó un fuerte de cinco bolívares (Bs. 5,00) y compró lo que don Pedro Estrada le había ordenado. Después regresó a su despacho, diciéndole: – ¡Aquí está lo que usted me pidió, don Pedro!

Pedro Estrada, sarcásticamente, le respondió con estas palabras:

  • "… María, tú papá y tú hermano, lo que vales en cinco reales cada uno. El papel sellado y el timbre fiscal es para que cuando vuelvas por aquí, es para que retires el acta de defunción de cada uno de ellos. Así que esta es su última oportunidad, no les daré más caramelos…".

  • "… Yo he sido muy buenos con ellos, a veces no lo entienden así. Me parece que esos carajos nada aprendieron con presos como Manuel Egaña, Ignacio Luis Arcaya, Rodolfo Quintero, Luis Miquelena, J. V. Graterol Roque, quienes fueron mis amigos cuando tumbaron al General (Ej.) Medina Angarita en 1.945. Claro está, ahora esos tipos son mis enemigos, y si los agarro me los como vivos, por andar conspirando en contra del Nuevo Ideal Nacional…".

  • Argenis Castro, si Manuel Morales y su hijo Juan González vuelven a caer presos, me lo mandas directo a la morgue; ni siquiera te dignes en traerlos a la delegación, te lo agradezco por lo más grande del mundo para tí. Después les entregan los cadáveres a sus familiares, para que les den cristiana sepultura; y recuerden siempre esta máxima de mi jefe el General (Ej.) Marcos Pérez Jiménez, Presidente Constitucional de los Estados Unidos de Venezuela, elegido constitucional y soberanamente, por el pueblo de Venezuela: – ¡Solo DIOS perdona, y yo me encargó de enviárselos al Cielo!

Lo que sucedió con el señor Sebastián Kienzler Tortoza, fue que él le dio un lote de tierras a mi abuelo Manuel Morales para que la trabajara como medianero en la Posesión "La Renca"; que fueron tierras comuneras del antiguo Resguardo Indígena de Tarmas.

Mi abuelo Manuel aceptó la proposición y con su mujer y sus hijos Juan, Esperanza y María se fajaron duro en la labranza de esas tierras; sembrándolas de naranjas, aguacates, flores, y verduras, entre otras cosas. Cuando el muérgano de Sebastián Kienzler Tortoza vio que todas las tierras estaban sembradas y en víspera de producir; ya que mi abuelo también le había montado el apiario para las abejas y a su vez le atendía al ganado vacuno que allí tenían; de pronto al señor Sebastián le vino una idea y qué salomónica, y fue la siguiente: – ¡Caramba Manuel, yo te agradezco que vayas buscando otro sitio adonde irte con tu familia, ya que no quiero que estés más en lo mío!

Y mi abuelo Manuel, le respondió de esta manera: – ¿Qué me está diciendo tú, Sebastián?

Y el latifundista algo airado, le contestó de esta manera: – "… Bueno, que te vayas de mis tierras, ya. Acuérdate que yo soy el Comisario del pueblo de Tarmas, y sin mucho titubeo te puedo mandar preso con la Seguridad Nacional…".

Y Mi abuelo Manuel Morales, le insistió de esta forma: – "… Sebastián, págame mi trabajo que he hecho en La Renca, y así me voy de allí…".

El Comisario Sebastián Kienzler Tortoza, alterándose de tal manera, le pegó un grito a mi abuelo en estos términos: – "… Tú vas a saber quién es Sebastián Kienzler Tortoza, si no te vas de mis tierras ahorita mismo, Manuel Morales…".

Mi abuelo Manuel con el carácter propio de la familia Morales, le gritó estas palabras a tan perverso comisario tarmeño: – "… Sebastián, págame mi trabajo o verás lo que te va a suceder muy pronto…".

En realidad, mi abuelo Manuel Morales tuvo la suerte de tener como amigo al señor Pablo Lozano, quien vivía con la señora Sixta Corro por los lados del Sector "El Tiesto"; ya que también él tenía en el sitio de "El Hoyito" grandes lotes de tierras; permitiéndole que se instalara allí con su familia.

El señor Pablo Lozano era natural del pueblo de Ocumare del Tuy y era buen arpista amante de la música tuyera; al igual que mi abuelo Manuel Morales y mi tío Juan González. Ciertamente, el señor Pablo Lozano había llegado a Tarmas muy joven; ya que él había salido de su pueblo natal a la edad de 11 años; arribando al Puerto de Carayaca, que fue el lugar en donde conoció a la familia Corro que también eran familia lejana del legendario Comisario Sebastián Kienzler Tortoza; a través de su abuela Aleja Corro de Tortoza, quien falleció en el pueblo de Tarmas en 1.922.

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