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El tiempo histórico: reto y realidad en la escuela primaria cubana

Enviado por josignacior


    1. Resumen
    2. El tiempo histórico en la historiografía y en la escuela primaria
    3. Qué es tiempo histórico y cuál es su influencia en la escuela primaria
    4. Pensando cómo enseñar el tiempo histórico
    5. Bibliografía

     

    INTRODUCCIÓN

    La educación constituye un proceso de gran importancia para la vida y la formación de la personalidad de los escolares, crea las condiciones para el desarrollo de la cultura nacional y universal.

    La educación cubana a lo largo de estos cuarenta años ha acumulado una rica experiencia pedagógica, vivida por unos y heredada por otros, como resultado de tradiciones mantenidas o creadas a lo largo de su historia donde se destaca el pensamiento educativo de Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Martí, Enrique José Varona, entre otros.

    Es la escuela primaria un nivel de enseñanza con gran tradición pedagógica en nuestro país, el que ha sido objeto de preocupación sistemática, a través de su rica historia, como institución formadora de nuevas generaciones.

    Si bien en nuestras escuelas todas las asignaturas pueden contribuir con la preparación integral de los escolares, el área humanística es por su naturaleza la que más puede aportar, sin que se pretenda absolutizar esta afirmación. Y cuando se habla de las humanidades y lo que irradian en la formación de los educandos, pensamos inmediatamente en la Historia, pero su sola presencia en el currículo no garantiza que cumpla su papel formativo en el escolar, por lo que hay que elevar la calidad en la selección de qué aprender, cómo aprender y cómo saber el avance logrado en el aprendizaje histórico.

    El objeto de la historia como ciencia ha evolucionado en el transcurso de los años, lo que es reflejo de su enriquecimiento teórico y metodológico, pero esto no ha significado que exista un acuerdo total entre los que se dedican a su investigación y de manera particular su impacto en la enseñanza de la asignatura.

    Uno de los aspectos que generalmente es más discutido entre los docentes de Historia es lo referido a qué historia enseñar y qué debe incluir la escuela en el aprendizaje de sus escolares. El problema es de esa naturaleza porque no hay una única concepción de historia entre los historiadores profesionales, lo que ha impactado en la manera de cómo se ha enseñado la asignatura hasta el momento.

    En el caso específico de la temporalidad, siempre ha estado presente dentro del currículo de la enseñanza de la Historia, pero no se le dado, ni se ha logrado llegar a un consenso sobre cuál sería el contenido a impartir y cómo se haría para que los escolares adquieran un aprendizaje más duradero.

    RESUMEN

    Al comenzar el nuevo milenio se ve una necesidad urgente de preservar la identidad de cada país frente a la oleada gigantesca de globalización neoliberal que vive el mundo, la que sin dudas destruye la historia acumulada por los pueblos, sus tradiciones y costumbres imponiendo nuevos patrones que nada tienen que ver nuestras naciones. La enseñanza de la Historia es un importante vehículo para que esto no suceda, pues al involucrar a las nuevas generaciones en actividades que generan conocimientos, hábitos, actitudes y valores, estamos creando una sociedad que es capaz de mantener su cultura. En el artículo se analiza la función que ha estado desempeñando la enseñanza de la historia en la escuela primaria y de manera particular el impacto del tratamiento al tiempo histórico, y la necesidad de superar los esquemas seguidos hasta ahora para alcanzar metas referidas a la educación integral de los escolares.

    EL TIEMPO HISTÓRICO EN LA HISTORIOGRAFÍA Y EN LA ESCUELA PRIMARIA

    El abordaje de la categoría tiempo histórico por las diferentes corrientes historiográficas ha legado maneras diferentes en su enseñanza escolar: la historia solo como pasado, la historia como relación pasado – presente, la historia en la dinámica pasado – presente – futuro. Siempre ha estado presente en la concepción disciplinar, pero su tratamiento metodológico no ha estado a la altura del lugar que ocupa entre las categorías básicas de la historia y su enseñanza.

    El diagnóstico de la enseñanza del tiempo histórico en la escuela primaria aporta algunas regularidades que exponemos sintéticamente a continuación:

    • No son suficientes los elementos factológicos que los docentes prevén en sus clases para que los escolares puedan comprender los hechos y los personajes históricos que interviene en la historia.
    • Cierta tendencia a reproducir mecánicamente lo aprendido, fechas históricas y su orden cronológico separado en cierta medida de la comprensión de su esencia.
    • Algunos docentes basan la enseñanza de esta materia fundamentalmente en el trabajo con el libro de texto y la exposición oral, sin aprovechar las potencialidades de otras fuentes para el aprendizaje de esta asignatura.
    • Se le concede al escolar poco o ningún protagonismo en la construcción de sus conocimientos históricos.
    • No se relaciona convenientemente el pasado con el presente histórico y mucho menos se crean situaciones de aprendizaje que modelen la actividad histórica futura de los escolares, en interacción con su familia y su comunidad.

    Lo relacionado hasta aquí tiene su impacto negativo en el proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia. Para lograr que desde la asignatura se le dé toda la importancia que tiene el aprendizaje del tiempo histórico, habría de programarse la adquisición de las competencias de los escolares dentro una programación lo más recurrente posible.

    Educar en la temporalidad será siempre un objetivo a perseguir en la enseñanza de la historia, pero para lograrlo tiene que existir un consenso sobre cuál es el contenido que el maestro va a impartir y cómo lo haría, lo que lógicamente lo va armar con las herramientas necesarias para que el escolar pueda llegar a entender la relación dialéctica entre el pasado- el presente y el futuro. No hay una educación histórica adecuada fuera de los marcos de las relaciones temporales, como tampoco se da sin una correcta ubicación espacial; tiempo y espacio son dos constructos básicos sobre los que se erige la ciencia Historia y la asignatura escolar.

    Esto supone a su vez, que para trabajar en el aula el presente, hay que posibilitar que los escolares investiguen, desde una posición en el que el presente interactúe con el pasado, y en esa indagación reconstructiva, donde ni el pasado es definitivamente acabado ni el presente es absoluto, se descubren los hilos conductores del devenir histórico y su avance hacia la construcción de la sociedad futura. En esencia, la historia a enseñar en la escuela cubana debe centrarse en la totalidad de aspectos de la vida social, sin hiperbolizar ninguno de sus elementos, sino todo lo contrario reflejar su diversidad en una estrecha conexión dialéctica ubicada en un contexto espacio-temporal que se mueve en la relación que debe existir entre pasado-presente-futuro.

    Esto nos está apuntando a que la historia que impartimos en nuestras escuelas, no puede darse como algo acabado e inamovible, debe ser un conocimiento que esté en construcción siempre, y que pueda partir además, de la consulta de diferentes fuentes lo que sin dudas favorece su carácter probatorio y de esta manera garantizar la necesidad de interacción directa de sus estudios con esa diversidad, para lograr la apropiación de contenidos, métodos y habilidades, convirtiendo el tiempo histórico en uno de los referentes obligados y explícitos de la enseñanza de la asignatura Historia de Cuba en la escuela primaria.

    Este nivel de enseñanza es extremadamente importante para el futuro de una persona, pues lo que bien se aprende en la primaria tendrá una repercusión positiva en la preparación intelectual y práctica del individuo, de ahí que todo el esfuerzo que se haga por elevar la calidad de este nivel siempre fuere insuficiente en comparación con los beneficios que esta puede reportar a la sociedad en general y a cada persona en particular.

    QUÉ ES TIEMPO HISTÓRICO Y CUÁL ES SU INFLUENCIA EN LA ESCUELA PRIMARIA.

    Hasta aquí hemos esbozado el concepto tiempo histórico, que aparece abordado en la mayoría de los libros que se refieren a la didáctica de la Historia. Hay autores como J. Pagés (1997, 1999) que ha dedicado muchos años de estudio a esta categoría, mientras otros como M.E. Guibert (1993), Cristófol A. Trepat (1998) y Pablo A. Torres (1999) realizan en el trabajo citado un exhaustivo análisis del tiempo histórico integrando algunos elementos filosóficos, históricos y de la didáctica de la historia, por lo que la revisión parcial de estos trabajos, nos ha demostrado que existen por lo menos tres corrientes alrededor de este tema, idea que comparto con J.Pagés (1999 : 190), el que manifiesta que "la primera pone el énfasis en la necesidad de partir del presente, la segunda que sin renunciar al presente, señalan la necesidad de dar más relieve al futuro, mientras que la tercera – posición que asumo – nos sugiere como propuesta establecer la relación pasado-presente-futuro".

    ¿Qué es el tiempo?.

    Esta pregunta ha sido contestada por Aristóteles, Saustín, Newton, Einstein y muchos otros clásicos del pensamiento, y cada uno situó su respuesta en el conjunto de sus teorías del ser y de sus cosmovisiones, por lo que el sentido de la respuesta está siempre históricamente condicionada.

    La mayoría de nosotros sentimos de modo intuitivo que el tiempo transcurre inexorablemente, sin que le afecte nada en absoluto, de manera que, si de repente cesara toda actividad, el tiempo continuaría sin interrupción, por lo que el tiempo es para algunos algo universal y absoluto.

    Por otro lado es cierto que el tiempo es una característica fundamental en la experiencia humana, pero no existen pruebas según nos comenta G.J. Whitrow (1990:17) "De que tengamos un sentido especial del tiempo, como lo tenemos de la vista, oído, tacto, gusto u olfato. Nuestra experiencia directa del tiempo es siempre del presente y nuestra idea del tiempo procede del reflejo de esta experiencia".

    No existe ninguna prueba de hayamos nacido con algún sentido de la conciencia temporal, cada uno de nosotros nos armamos de nuestra propia idea acerca de lo que es tiempo. En nuestros país han sido varios lo que han tratado el tema por solo citar uno mencionaremos a José Martí, Ramiro V. (2002 :647) nos refleja el pensamiento de Martí acerca de que es tiempo: "es la sucesión de los instantes en que existen las cosas y se verifican los actos". (Cuadernos de apuntes, t.21, p.67)

    Como podemos darnos cuenta el tiempo es uno de los problemas perennes de todas las sociedades y épocas, cada respuesta concuerda con el contexto de creencias. La evolución histórica va haciendo cada vez más precisa y rica la respuesta, a la vez que trata de resolver nuevas preguntas generadas en cada momento y contexto histórico concreto.

    Afirmar que el tiempo preside todo el desarrollo histórico, que la historia es impensable sin el tiempo, y que por lo tanto sin el tiempo no hay historia, supone enunciar un principio, una verdad que ha sido puesta de manifiesto repetidamente por los historiadores.

    El tiempo de la historia, sin embargo, es diferente al del resto de ciencias sociales o al tiempo de los físicos, según P. Pagés (1983:242) "Para el historiador el tiempo es el principio y el fin de cualquier investigación histórica (…) . Un tiempo que, sin embargo no es unidimensional, que plantea múltiples cuestiones de índole teórica y metodológica y que es preciso definir y delimitar".

    Por lo que queda claro que el tiempo en la historia es múltiple, que la duración de las distintas realidades sociales es diversa y que los ritmos de evolución de una sociedad o de un continente varían en cada fase de su desarrollo.

    El saber humano, y el saber temporal, son el resultado de un largo proceso de aprendizaje de la humanidad, de tal manera que cada sociedad e individuo se apoya en un saber ya existente y lo prolonga.

    El tiempo es una relación, y uno de los aspectos de la construcción social de la realidad, es la categoría de pensamiento que simboliza los aspectos temporales de la realidad, en la cual existe la dimensión temporal. Cuando el aprendizaje de la historia se concibe en términos de adquisición de saberes, más que saber hacer, es inevitable que los contenidos sean sometidos a una clasificación cronológica.

    Estamos convencidos que seguimos conociendo muy poco sobre qué y cómo se aprende el tiempo histórico en las escuelas primarias; según J. Pagés (1999:243) "las investigaciones educativas sobre el tema se han centrado mucho más en los resultados de aprendizaje que en el conocimiento de su enseñanza y de su aprendizaje en contextos concretos". Aunque en el caso de Cuba en particular, la ausencia de una investigación sistemática sobre este tema abarca tanto su enseñanza como el aprendizaje, lo que evidencia la necesidad urgente de atenderlo.

    PENSANDO SOBRE CÓMO ENSEÑAR EL TIEMPO HISTÓRICO

    Sería interesante entonces pensar en nuevas alternativas para la enseñanza – aprendizaje de la temporalidad en la escuela primaria. Algo necesario es que el maestro conozca de dónde debe partir, y sin lugar a dudas el acostumbrado análisis de los currículos y de los textos escolares le pueden ofrecer información valiosa para su trabajo, pero esa información estaría incompleta y no sería comprensible si no logra contrastar esta con los resultados de otras investigaciones.

    Para los escolares y maestros el tiempo histórico se identifica básicamente, según J. Pagés (1999) "con la cronología y la periodización, importándonos solamente que el alumnado sepa reconocerlas," lo que no favorece el aprendizaje desarrollador que pretendemos inculcar, logrando que el aprendizaje sea más productivo y que los escolares, una vez recibida la materia, sepan explicar o analizar las causas de los cambios y transformaciones que ocurren a diario a su alrededor.

    Según Guarracino y Ragazzini, autores que consulta Pablo A. Torres (1999:117), la investigación del tiempo histórico nos refiere, que "es un tiempo plural que varía según la realidad a la que es referida y según el colectivo o grupo humano al que es aplicado. Es un tiempo que actúa aritméticamente, por movimientos internos de tipo discontinuo, con diferentes articulaciones moleculares de cantidad, con diferentes cualidades".

    Mientras que para M. E. Guibert Navaz (1993:22) el tiempo histórico "es una construcción y está caracterizado por el relativismo, por lo que es el resultado de determinadas operaciones cognitivas que realiza el historiador partiendo del presente para llegar al pasado"

    Para la gran mayoría de los maestros que imparten la asignatura de Historia en nuestro país, la enseñanza del tiempo histórico siempre la han relacionado con los contenidos procedimentales que se imparten, ya que le permite la vinculación directa y la concreción de otros conceptos que se relacionan con la presentación espacial del tiempo cronológico.

    Consideramos entonces que el tiempo histórico es una realidad objetiva, cronológica, lineal, que está en un continuo proceso de construcción, de cambio y transformación y que existe en interconexión con los hechos históricos, por lo que el maestro debe centrarse a la hora de enseñar el mismo en todos los elementos antes mencionados sin discriminar ningunos de ellos, dándole su justo lugar en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

    Para poder implementar el tratamiento de la categoría tiempo histórico en la enseñanza de la Historia, el maestro de la escuela primaria debe dominar las cuatro cualidades del tiempo que refiere J. Pagés (1999:200):

    • Indisoluble: función de su relación con el mismo espacio, lo que sirve para introducir su primera cualidad.
    • Irreversible: no puede recorrerse hacia atrás.
    • Relativo: depende del observador y de la referencia concreta de la observación.
    • Multiplicidad: la diversidad de planos de observación y de análisis, de perpeptivas de estudio y de comprensión.

    El maestro debe tener también en cuenta los conceptos e ideas esenciales de la historia social y su relación con la historia conceptual, la psicológica social y sus estudios sobre la gestión personal y social del tiempo, y la educación en valores y sus propuestas de construcción del futuro a partir de la participación y de la intervención social.

    Partiendo de esta Historia Social, cuyo objetivo primordial es el estudio y aplicación del pasado para la comprensión del presente y poder mejorar el futuro, el maestro que imparte historia tiene que ser un apasionado y por ende, un conocedor de los problemas actuales, siendo un profesional competente capaz de innovar, ser creativo, de utilizar las nuevas tecnologías que están a su alcance, y de romper de una vez y por todas con el corsé que hasta este momento los ha atado en una enseñanza reproductiva y mecánica.

    El tiempo histórico tiene que ser visto por el maestro como el resultado del cambio social, y que varía según se enfoque la realidad. No hay en esa concepción temporal una intencionalidad preestablecida, las valoraciones sobre el tiempo parten de la propia investigación según las relaciones que el profesional establezca realizar, después de la interpretación de las fuentes consultadas.

    C. A. Trepat (1998:51) nos dice de manera muy clara que "para un aprendizaje correcto del tiempo histórico no basta con la presentación una sola vez de los conceptos temporales y de sus operaciones. Es necesario, a lo largo de diferentes unidades y cursos a propósitos de otros contenidos en los que intervengan las nociones temporales, ir explicando los mecanismos de cálculos, representación y periodización de manera constante, ampliando poco a poco su conceptualización"

    A los escolares que tenemos en nuestras escuelas primarias no se le ha enseñado a pensar, de manera profunda, en el proceso del aprendizaje del tiempo histórico, por eso en parte no pueden entenderlo y se limitan básicamente a aprender lo que se le enseña por parte del maestro, que en la mayoría de los casos lo lleva a un aprendizaje mecánico y reproductivo que no contribuye al crecimiento de su intelecto como ser humano.

    ¿Y qué se les enseña al escolar?. Es evidente que con solo relatos o explicaciones de fechas o hechos ocurridos, donde el maestro se roba el espectáculo, no se puede enseñar a los escolares a trabajar con independencia, pues la enseñanza tradicional y formalista no nos puede asegurar el razonamiento creador por parte del escolar, ni su disposición para adquirir nuevos conocimientos por sí mismo.

    Palafraciando a Enrique J. Varona, hay que lograr que el aula no se convierta en un teatro donde se declame, sino un taller donde se trabaje intensamente, buscando siempre la formación del pensamiento histórico-social, que solo se puede desarrollar, si somos capaces de explotar las capacidades intelectuales que el escolar pone a trabajar cuando se enfrenta a un reto o una actividad nueva.

    Para poder superar la dicotomía que existe en las escuelas entre saber científico y saber escolar, es necesario hacer una buena selección y secuenciación de contenidos a impartir en las clases, pues es importante que el escolar sepa, que lo que va a estudiar del pasado, es una interpretación hecha desde el presente y para resolver problemas del presente-futuro y como tal se escribe, con la función educativa de trasmitir valores, sentimientos y actitudes.

    De manera que para lograr romper esta dicotomía el maestro ha de estar siempre motivado por su trabajo, por el conocimiento general que deben adquirir los escolares del tiempo histórico, debe tener voluntad para experimentar, para ensayar cosas nuevas cosas, convertirse en un facilitador, orientador, conductor del aprendizaje grupal e individual de sus escolares, tiene que además, acompañarlo un fuerte componente de autosuperación en función del acercamiento progresivo al modelo del profesional que necesitamos.

    Sin dudas todos los educadores conocemos cuales son los principios que el maestro tiene que tener en cuenta para desarrollar eficientemente su actividad, entre los que no le deben faltar están: la unidad entre instrucción y educación, su carácter científico, la enseñanza desarrolladora, su carácter consciente.

    Es necesario que los maestros se unan y se pueda conseguir sintetizar todos los conceptos en una propuesta única, coherente y útil para la enseñanza del tiempo histórico en la enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba en la escuela primaria. El uso del tiempo histórico en este nivel nos puede facilitar un aprendizaje que se base en la formación del pensamiento crítico-creativo, en una educación para la responsabilidad y para la intervención social del escolar.

    La escuela primaria está en condiciones de cambiar el panorama actual si organiza su actividad aprovechando todas las fuentes que están a su disposición, interactúa con la familia de los escolares y con los miembros de la comunidad como un paso necesario y decisivo para la inserción de los escolares en el contexto social.

    Buscar en el pasado los problemas que rodean a los escolares, para desde el presente modelar el futuro es un ejercicio pedagógico que debe ser sistematizado, y que tiene muchas variantes metodológicas que solo el ingenio y la creatividad del maestro primario permitirá su materialización en el proceso de enseñanza aprendizaje.

    Por lo que este trabajo no pretende agotar un tema que recién iniciamos, más bien lo que estamos haciendo es comenzar una interesante polémica que nos llevará más adelante sin dudas a presentar algunas propuestas que estos autores actualmente están modelando.

    BIBLIOGRAFÍA:

    • ALVAREZ DE ZAYAS, R. M y H. DÍAZ (1978) Metodología de la enseñanza de la Historia . __ La Habana : Ed. Pueblo y Educación.
    • GUIBERT, NAVAZ E. (1993) Tiempo y Tiempo Histórico, un saber que se aprende, un saber que se enseña. Ed. Garrasi.
    • PAGÉS, Pelai (1983) Introducción a la Historia. Barcelona : Ed. Barcanova.
    • PAGÉS, J. (1997) El tiempo histórico. En Enseñar y aprender ciencias sociales, geografía e historia en la educación secundaria. __ Barcelona : ICE Universitat de Barcelona/Horsori.
    • PAGÉS, J. (1999) El tiempo histórico: ¿qué sabemos sobre su aprendizaje?. En Aspectos didácticos de Ciencias Sociales. 13. ___ Zaragoza.
    • PAGÉS, J. (1999) Es necesario conectar los contenidos históricos con los problemas del presente. En problemas y retos en la enseñanza de la historia. ___ En Novedades Educativas. No. 100. Barcelona
    • PAGÉS, J y A. SANTIESTEBAN (1999) La enseñanza del tiempo histórico, una propuesta para superar viejos problemas. En Un currículo de Ciencias Sociales para el siglo XXI. Qué contenidos y para qué. ___ La Rioja : Ed. Díada.
    • TORRES, P. A. (1998) Didáctica de la Historia y educación de la temporalidad. Tiempo social y tiempo histórico. ___ Madrid : UNED
    • TREPAT, CRISTÓFOL A. (1998) El tiempo en la didáctica de las ciencias sociales. En El tiempo y el espacio en la didáctica de las ciencias sociales. ___ Barcelona : Ed. Graó de Serveis Pedagógics.
    • Valdes, Ramiro (2002). Diccionario del pensamiento martiano. La Habana : Ed. Ciencias Sociales.
    • Whitrow, G.J. (1990). El tiempo en la Historia. Barcelona : Ed. Crítica.

    Palabras claves

    Enseñanza de la historia

    Aprendizaje de la historia

    Tiempo histórico

    Escuela primaria

     

     

     

     

    Autor:

    Lic. Angel Felipe Jevey Vázquez

    Dr.C José Ignacio Reyes González

    Angel Felipe Jevey Vázquez. Licenciado en Educación, especialidad Educación Primaria. Título de Oro de su graduación en el 2001, con el trabajo la historia personal y familiar en la escuela primaria. Profesor de Historia de Cuba y su Didáctica de la Universidad Pedagógica, Pepito Tey, Las Tunas. Actualmente realiza su doctorado en "La formación de nociones temporales en niños de la escuela primaria", bajo la dirección del coautor de este trabajo.

    José Ignacio Reyes González, Doctor en Ciencias Pedagógicas, especialista en Didáctica de la Historia y las Ciencias Sociales, con más de veinte años en la docencia, 15 de ellos en la universidad, más de 40 cursos de postgrados en diferentes temáticas de la educación, varias investigaciones relacionadas con el aprendizaje de los adolescentes, en particular en la enseñanza de la Historia, docencia postgraduada en varias universidades de Cuba, y en el extranjero: Argentina, España y Perú; tiene publicado varios artículos en revistas cubanas e internacionales. Es Asesor de la Vicerrectoría Docente de la Universidad Pedagógica "Pepito Tey", Las Tunas, Cuba