El apoyo a la economía popular y micropoderes burocráticos en Venezuela (página 2)
Enviado por C�sar Barrantes
El proceso deconstruido nos permitió objetivar la necesidad de recuperar y consolidar elementos y dimensiones de la experiencia seguida, a fin de que el apoyo a la Economía Popular pueda constituirse en un sistema multiorganizacional estratégica y operativamente planificado de producción de información, conocimientos y de servicios de capacitación y asistencia técnica, jurídica y financiera, sustentado en un conjunto de procesos socialmente gerenciados y consolidados mediante un sólido "esprit de corp" entre sus agentes directivos, gerenciales y operativos directos e intermediarios y entre éstos y los sujetos de la Economía Popular.
Este sistema le permitiría al Fondo problematizar situaciones y tomar decisiones con el afán de dar respuestas oportunas a las necesidades, demandas e intereses de aquellos agentes y sujetos así como de otros actores que están atentos a los sucesos de la Economía Popular y del Estado. Asimismo, podría colocar al Ente rector en condiciones de darle respuestas a las preguntas generadoras siguientes: 1) ¿Cuánto y cómo se ha avanzado en el cumplimiento de su misión? 2) Cuáles son los costos de la ejecución del Programa?. 3) ¿Cuál es el costo de la distribución y uso de sus recursos de poder? 4) ¿Cuáles son los costos de los servicios de apoyo producidos para el consumo de los sujetos grupales, individuales y colectivos que encarnan la Economía Popular? 5) ¿Cuán eficaz está siendo FONCOFIN en lo siguiente?: a) El mejor conocimiento de la Economía Popular desde las esferas de la producción, la circulación y el consumo. b) La implementación de estrategias selectivas apropiadas a cada segmento poblacional de la Economía Popular. c) La priorización de áreas y ramas de actividad que permitan producir efectos multiplicadores de diversos sentidos. d) La focalización precisa de la plétora de grupos-meta. e) La identificación y jerarquización de las necesidades sociales que le conciernen al Programa. f) La producción de impactos socioeconómicos e ideológico-culturales de su apoyo crediticio y tecnológico en el modo de vivir y hacer economía, política y cultura los sujetos populares. g) La planificación estratégica y operativa del desarrollo diversificado del Programa en la perspectiva del corto, mediano y largo plazo, a la luz de las condiciones institucionales existentes.
Claro está que responder a éstas y otras preguntas es crucial para el Fondo y sus agentes directos e intermediarios y los sujetos de la Economía Popular. Por ello necesitan ser enmarcadas dentro de una macrovisión de futuro que se encarne en un proyecto de desarrollo societal inclusivo. Esto, a fin de que el proceso sociotécnico y político-científico de producción, circulación y consumo de servicios de apoyo a la Economía Popular sea efectivamente rectoreado por FONCOFIN y adquiera un carácter verdaderamente nacional. Pero nacional no porque cubra la urbanidad más representativa de la territorialidad venezolana al decir de Mendoza y Freites[8], sino, porque esté dotado del estatuto y la infraestructura ética, jurídica, técnica, política y organizacional que lo constituya en el eficiente y eficaz rector[9] de una Política Social Orgánica de Estado (CORDIPLAN y algún Plan de la Nación mediante) de apoyo a la Economía Popular y a los sujetos sociales que la encarnan.
El fundamento epistémico de este trabajo es nuestra propia experiencia la cual fue, por un lado, enriquecida por el análisis de la información documental y testimonial sistematiza mediante múltiples entrevistas, conversaciones, seminarios, foros y reuniones en las que participamos con asesores, investigadores, directores, gerentes, ejecutores y cooperantes a lo largo del periodo; y , por otro lado, objetivada metódicamente en una treintena de documentos =algunos difundidos mediante seminarios y congresos nacionales e internacionales y revistas especializadas= escritos durante el último lustro.
Al final aportamos algunas conclusiones y la bibliografía que consideramos estrictamente necesaria.
I) EL FONDO DE COOPERACIÓN Y FINANCIAMIENTO DE EMPRESAS ASOCIATIVAS
Este acápite da cuenta del proceso de FONCOFIN y sus relaciones tensas con el Programa de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo (1986-89), el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular (1989-95), y, actualmente, con el Programa de Fomento a la Economía Solidaria (1994-?), a través de los cuales viene intentando construir una identidad programática y una visión de futuro propias. Por Decreto Ejecutivo del seis de mayo de 1987, sus objetivos son los siguientes:
"1) GENERAL: Promover, fomentar y dar asistencia, técnica, financiera y legal para la formación y desarrollo de pequeñas unidades de producción operadas por familias de escasos recursos económicos, a fin de generar empleo e ingresos apoyando especialmente a jóvenes y mujeres que se encuentren en tal situación. 2) ESPECÍFICOS: a) Desarrollar actividades de promoción y fomento de pequeñas unidades de producción. b) Brindar el apoyo técnico, financiero y legal necesario para el desarrollo de pequeñas unidades de producción. c) Identificar y evaluar las condiciones reales de acceso del programa productivo de las familias de escasos recursos y dentro de éste, prioritariamente de las mujeres y jóvenes rurales y urbanos. d) Brindar apoyo para la formulación y desarrollo de proyectos de carácter económico para el grupo familiar. e) Promover acciones con los sectores públicos y privados para el mejor cumplimiento de los fines señalados."
No obstante la claridad de su misión, desde su creación careció de un programa propio, de un consistente cuerpo de definiciones conceptuales y operativas y de una visión de futuro que orientara sus relaciones dentro del ámbito de la realidad objeto de su actuación. Es la razón por la cual el arco temporal que va desde su creación hasta el presente, ha estado determinado por los itinerarios trazados por tres grupos heterogéneos de poder tecnopolítico y administrativo articulados en torno a ideologías distintas como la de las Empresas Asociativas, la de la Economía Popular y la Economía Solidaria.
Su trayectoria marca tres periodos, el primero, de subordinación y mediatización, el segundo, de búsqueda inconclusa de identidad y visión de futuro propias y de definición integral de su objeto de actuación, y, el tercero, de incipiente desbloqueo de sus potencialidades tecnológicas, políticas, programáticas y societales, de superación del centralismo y de encarnación efectiva de su autonomía decisional.
El primer periodo lo hemos dividido en dos etapas. La primera, cuando, a partir de su creación y hasta setiembre de 1989, el Fondo estuvo subordinado programáticamente a una de las Direcciones de Línea de la Dirección General Sectorial de Atención al Joven: la Dirección de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo, creada en 1986, la cual tuvo a su cargo el Programa del mismo nombre.
La segunda, cuando, a partir del 28 de setiembre de 1989, previo desmantelamiento de las Direcciones y el Programa mencionados, el Fondo sufrió su primera reorganización a fin de ser absorbido por la Dirección General Sectorial de Promoción y Apoyo a la Economía Popular, creada en esta misma fecha a fin de que ejecutara el Programa de este mismo nombre y el titular de esta Dirección General Sectorial pasara a ocupar la presidencia de la Junta Directiva de aquél. La diferencia entre ambas etapas es de grado. En la primera, las relaciones institucionales entre FONCOFIN y el Programa de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo eran de exterioridad: aquél mantuvo una independencia para firmar convenios y buscar, aunque sin éxito, fuentes de financiamiento. En la segunda, dichas relaciones fueron de interioridad: el Fondo fue instrumentalizado por el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular como simple brazo financiero sin autonomía decisional.
El segundo periodo, el de la búsqueda de su identidad programática e institucional, se inició abruptamente en enero de 1991, cuando con motivo de la clausura de la Dirección General Sectorial de Promoción y Apoyo a la Economía Popular, FONCOFIN absorbió al Programa que estaba a cargo de aquélla el cual comenzó a ser llamado simplemente Programa de Apoyo a la Economía Popular.
La característica que diferencia a ambos periodos es que en el primero, las autoridades directivas y la presidencia, que tenía un carácter ejecutivo, eran nombradas por la titular de la Familia mientras que, a partir de enero de 1991, ésta asume directamente la presidencia del Fondo y nombra a los miembros de la Junta Directiva y al Director Ejecutivo, figura creada a partir de aquella fecha en sustitución de la del presidente ejecutivo. Este periodo, que llevó la impronta de la segunda, tercera y cuarta reorganizaciones, inconclusas como la primera, tuvo un hilo conductor: la imagen =de carácter difuso= del relanzamiento del Programa y FONCOFIN, el cual fue entendido de manera confusa y excluyente por "persas, tirios y troyanos" como especialización vs. masificación; descentralización vs. centralización; privatización vs. ingobernabilidad; diversificación vs. integralidad; eficiencia vs. equidad; selectividad vs. exclusión. Si bien abarcó de marzo a julio de 1994, cuando el nuevo Gobierno nombró a la quinta titular de la Familia (sexta presidenta del Fondo), a la quinta Directora Ejecutiva e instaló a la quinta Junta Directiva, no por ello quedó clausurado. Al contrario, quedó abierto, como la ambigüedad misma del término relanzamiento a cada uno de cuyos sentidos correspondió criterios de éxito distintos según se adoptara la lógica del Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular, la propia de FONCOFIN, la financista del proyecto que intentó hacer del Fondo un banco de segundo piso, la síntesis plural de las anteriores, o la antitética práctica gubernamental del "borrón y cuenta nueva".
El tercer periodo, iniciado con el impase de los cinco meses que van de febrero a julio de 1994, marcó un hito en febrero de 1995 cuando FONCOFIN volvió por los fueros de 1987-88 al ser retomada la figura del presidente, ahora nuevamente ejecutivo, en lugar de la titular de la Familia y en sustitución de la Dirección Ejecutiva se creó una Dirección General, lo cual implicó el inicio de la quinta restructuración política, técnica, administrativa e ideológica y el inicio de un dominio, hasta ese momento mediatizado por la práctica centralizadora, sobre sus propias variables de libertad a fin de asegurarse el cabal cumplimiento de la misión para la que fue creado.
A) EL PROGRAMA DE INSERCIÓN DEL JOVEN Y LA MUJER DE ESCASOS RECURSOS AL PROCESO PRODUCTIVO
Como quedó mencionado, desde su creación FONCOFIN fue funcionalizado descoordinadamente por una de las direcciones de línea de la Dirección General Sectorial de Atención al Joven del Ministerio de la Familia: la de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo, ejecutora del Programa de su mismo nombre, creado a finales de 1986. Éste tuvo los siguientes objetivos[10]:
"1) GENERAL: Constituir y apoyar organizaciones estables de trabajo productivo de bienes y servicios conformados con características solidarias y participativas dirigidas a abrir causes constructivos a la energía juvenil en la perspectiva de la profundización del desarrollo democrático de Venezuela. 2) ESPECÍFICOS: Impulsar…empresas asociativas, sea en base a (sic) activos en poder del Estado, sea en función de proyectos nuevos, especialmente dirigidas a generar puestos de trabajo para la juventud, con características de autosostenimiento.
Apoyar las iniciativas existentes en el país de empresas asociativas, cooperativas, asociaciones civiles, fundaciones o grupos productivos de otras denominaciones promovidas por iniciativas privadas, culturales, educativas, vecinales, regionales o locales, las cuales presenten un potencial de desarrollo productivo para jóvenes. Desarrollar causes institucionales de apoyo a partir de los recursos del Estado (financieros, tecnológicos, educativos, comerciales, legales, de infraestructura, seguridad física y social) para viabilizar la operatividad de las empresas. Promover y apoyar la organización regional o local en base a (sic) propuestas integrales de apoyo, a fin de potenciar el proceso productivo de la comunidad.
Igual que otros entes crediticios oficiales, como los de la Corporación de Desarrollo de la Pequeña y Mediana Industria y Artesanía (CORPOINDUSTRIA) y la Fundación para el Desarrollo de la Comunidad y Fomento Municipal (FUNDACOMUN)[11], el Fondo redujo su funcionamiento a la simple resolución de las solicitudes de crédito procesadas por la Dirección de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo. Hasta agosto de 1988 el balance era el siguiente[12]: *El promedio de créditos otorgados fue de Bs.110.000.oo concedidos a treinta y nueve meses de plazo con tres de gracia y una cuota mensual de Bs.3358. *Los créditos fueron otorgados con garantías individuales, por lo general para la compra de maquinaria y equipos al margen de mecanismos de cobranza, asesoría, promoción y capacitación puesto que el aparato organizacional era insuficiente para atender la demanda. *El total de créditos promocionados a través de las Direcciones Estadales de Familia, fue de 850.
De éstos se tramitaron hacia FONCOFIN 353 de los cuales éste sólo financió 57 por un total de Bs.6.386.835 generando menos de 300 empleos de los 1765 previstos. *Había 55 solicitudes de crédito por Bs.7.632.591que debieron ser resueltas por convenios incumplidos. *La política ostentaba una fuerte concentración regional: casi el 50% de los créditos se ubicaba en la Región Central y el otro 50% se distribuía entre las once entidades federales que cubría el Fondo, privilegiando tres ramas de producción por orden de prelación: confección, servicios y artesanías. *La directiva actuó sin base de cálculo respecto al número de créditos que podían ser otorgados, liquidados y recuperados. *Los sujetos de la promoción eran amas de casa (33%), jóvenes cesantes (33%), trabajadores (9%), jóvenes sin experiencia laboral (2%) e instituciones "públicas" y "privadas" (4%). *El carácter asociativo de la microempresa quedó desvirtuado ya que de los 35 evaluados sólo uno operaba su unidad.
Dos años y tres meses después de su creación[13] la situación era particularmente dramática: *Desfinanciamiento total, descoordinación, ineficiencia, duplicidad, ausencia de criterios para otorgar créditos, altos costos de operación, baja capacitación del personal e incapacidad gerencial para hacer cumplir convenios. *A partir de agosto de l988 se paralizaron las recepciones de solicitud de crédito. Esto por cuanto para dicha fecha se habían acumulado 779 solicitudes de cerca de Bs.35.000 cada una, las cuales estaban sin resolver porque el presupuesto (Bs.7.097.95l) estaba agotado con la aprobación de 95 préstamos (de los cuales sólo se liquidaron 57) de un total de l50 créditos programados para ese año. *El déficit a mediados de 1989 era de Bs.272.650.000 y los gastos de operación consumían el 50% del presupuesto.
Recapitulando, entre agosto de 1988 y diciembre de 1989 FONCOFIN estuvo desfinanciado, ya que no fue sino hasta este último mes que, en virtud de la primera reorganización de setiembre de 1989, la nueva Junta Directiva reactivó el proceso crediticio con criterios mejores que los anteriores. Siete meses después de haberse iniciado el segundo periodo gubernamental de Pérez =lapso que se tradujo en un incremento de la incertidumbre y en la efectiva parálisis de FONCOFIN y del Programa= se creó la Dirección General Sectorial de Promoción y Apoyo a la Economía Popular la cual sustituyó a la Dirección General Sectorial de Atención al Joven y, con ésta, a la Dirección que ejecutaba el Programa de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo. En consecuencia, la primera reorganización significó una nueva y más profunda subordinación al Programa para cuya formulación, planificación y desarrollo se creó la Dirección General Sectorial del mismo nombre, cuyo titular pasó a ocupar la presidencia ejecutiva de aquél. Lo anterior, por cuanto desde su fundación FONCOFIN carecía de un plan que le permitiera construir una imagen proactiva y controlar sus propias variables de poder en aras de un efectivo cumplimiento de la misión establecida en sus estatutos.
B) EL PROGRAMA DE PROMOCIÓN Y APOYO A LA ECONOMÍA POPULAR
Este Programa comenzó a formularse a mediados de 1989, a implementarse a finales de este año y a ejecutarse a partir de febrero de 1990. Su desiderato fue el siguiente[14]:
"Desarrollar y fortalecer estrategias populares individuales y colectivas autónomas y organizadas de producción y consumo de valores tangibles e intangibles a pequeña escala, conducentes al mejoramiento de los niveles de ingreso y empleo de la población de escasos recursos, así como al cabal aprovechamiento de las iniciativas populares económica…y socialmente rentables"[15].
Inicialmente estuvo adscrito a la Dirección General Sectorial de Promoción y Apoyo a la Economía Popular del Ministerio de la Familia, la cual fue creada por Decreto Presidencial No.540 del 28 de setiembre de 1989 con las siguientes funciones[16]:
"1. Diseñar políticas de promoción y apoyo a la Economía Popular, procurando su aplicación de manera integral y coordinada. 2. Coordinar el apoyo que el Estado preste a la Economía Popular, propiciando las acciones…oficiales en (donde se) presenten mayores índices de pobreza. 3. Desarrollar programas de apoyo a las iniciativas populares de organización económica,…en la… capacitación y asistencia técnica, financiera y legal. 4. Fomentar las alternativas de organización popular que viabilicen el funcionamiento y desarrollo de las unidades económicas de pequeña escala,…cooperativas y otras modalidades organizativas. 5. Promover…empresas asociativas que contribuyan a resolver los problemas de adquisición de insumos y comercialización de productos…de las unidades económicas populares. 6. Promover la participación concertada de las organizaciones (civiles) en la…promoción y apoyo a la Economía Popular. 7. Establecer los mecanismos necesarios para…la cooperación y la asistencia técnica internacional a la Economía Popular, procurando su aplicación en aspectos claves para su desarrollo. 8. Planificar y operar sistemas de información, evaluación y seguimiento…de los programas que incidan en la Economía Popular. 9. Analizar las experiencias…del Estado en relación a la Economía Popular y realizar los estudios necesarios para la identificación de los grupos objetivo y de los instrumentos más idóneos para adelantar nuevos procesos de intervención."
Para el cabal cumplimiento de su misión, la Dirección General Sectorial contó con el brazo financiero de FONCOFIN, a partir de este momento repotenciado presupuestariamente[17] pero desactivado en su misión específica de promover y desarrollar empresas de tipo asociativo prioritariamente emprendidas por jóvenes y mujeres. Asimismo, contó con una Unidad de Planificación y Control de Gestión, un incipiente Centro de Información y Documentación y una Unidad de Investigación; además, contó con tres direcciones, cada una con tres áreas de acción: 1. Coordinación y Promoción: Proyectos Interinstitucionales, Evaluación y Selección de Proyectos, y Promoción. 2. Estrategias de Desarrollo: Investigación y Estudios, Desarrollo de Programas Especiales, y Desarrollo Cooperativo. 3. Supervisión y Capacitación: Capacitación, Asistencia Técnica y Seguimiento, y Asesoría Jurídica.
En aras de asegurar la coherencia de la dimensión normativa con los objetivos de generar adscripción y participación en todas las instancias organizacionales y de contribuir a la democratización de la gestión del desarrollo social, se estimó necesario contar con un consejo consultivo[18]. Éste, que no llegó a configurarse, estaría integrado por representantes de entidades oficiales y civiles con práctica en la Economía Popular y por institutos de investigación, universidades y gremios de microempresarios y artesanos.
El Programa contuvo dos subprogramas: Promoción y Apoyo a la Microempresa Popular, cuyo objetivo fue apoyar la creación y consolidación de microempresas populares, el incremento de su productividad, la elevación del ingreso, de la calidad del empleo y de las condiciones de vida de los trabajadores de aquéllas. Promoción y Apoyo al Consumo Familiar, cuyo objetivo fue contribuir, mediante el abaratamiento de los productos especialmente agrícolas, al aumento de la capacidad adquisitiva de los pobres[19].
Dichos subprogramas se desagregaron en las operaciones siguientes, las cuales se ejecutaron a través de las tres Direcciones de Línea mencionadas: Promoción e Investigación, Planificación y Evaluación, Control y Seguimiento, Capacitación y Asistencia Técnica y Legal, Convenios y Proyectos Especiales, y Financiamiento, caracterizadas por lo siguiente: sus contenidos programáticos eran distintos según se tratara del apoyo a la microempresa o al consumo familiar popular. Tuvieron dos dimensiones: una, geográfica (nacional, regional y local) y, otra, temporal (corto, mediano y largo plazo) a fin de imprimirles permanencia y continuidad. Asimismo, tuvieron dos modalidades de ejecución, a saber: a) La Ejecución Directa, realizada a través de dos estrategias, una, centralizada, que se ejecutó a través de la Dirección General Sectorial y, otra, desconcentrada, que se instrumentó a través de las Direcciones Estadales siguiendo las líneas del Despacho de la Familia. b) La Ejecución Descentralizada mediante convenios suscritos por la Ministra, el Presidente de FONCOFIN y el representante legal de la entidad de que se tratara.
Por medio de esta última vía, el nivel central transfirió recursos financieros a organismos públicos de corte gubernamental y civil sin fines de lucro así como a gobiernos locales y estadales, en el afán de que dichos entes ejecutaran proyectos de investigación, promoción, capacitación, asistencia técnica y financiamiento dirigidos a lo siguiente: i) Al desarrollo de unidades de primero y segundo grado para la producción y comercio de bienes finales e intermedios, alimentos básicos y servicios para el consumo familiar. ii) Al desarrollo de iniciativas de organización socialmente rentables y económicamente productivas, en especial, en las comunidades en donde operan microempresas y unidades de consumo popular familiar. iii) A la producción de la información y conocimiento que permitieran mejorar la eficiencia y la eficacia del sistema organizativo y del proceso decisional del Programa así como la efectividad de los impactos de éste en el bienestar de la población-objetivo.
2) ANÁLISIS DE LA PUESTA EN MARCHA DEL PROGRAMA
Con base en el proceso descrito podemos concluir lo siguiente[20]: 1) La mayéutica del Programa fue producto de un esfuerzo sostenido durante varios años por un colectivo interinstitucional que intentó responder de manera inédita a las condiciones, también inéditas, del microempresariado popular y sus familias procurando el desarrollo socioproductivo de sus capacidades innovativas y creativas. 2) El Programa transitó un corto, laborioso y promisorio pero turbulento y abruptamente interrumpido trayecto ateniéndose a criterios técnicos, sociales y políticos fundamentados en la necesidad de investigar pragmáticamente las necesidades básicas de la población de escasos recursos y planificar consecuentemente las acciones en el heterogéneo ámbito de la Economía Popular. 3) Si bien estuvo correctamente concebido con visión de corto, mediano y largo plazo, no por ello dejó de estar atado angustiosamente a la contingencia. 4) El análisis, la búsqueda de síntesis y el esfuerzo de conceptuación del objeto y los sujetos de la virtual política de Estado hacia la Economía Popular, que no cristalizó, así como del Programa ministerial y los subprogramas que finalmente se pusieron en marcha, no fueron suficientemente operacionados ni instrumentados. Esto en virtud de la dinámica que adoptó la ejecución del Programa, la cual se vio mediatizada, al menos, por tres fuentes de conflicto: a) El acicate del factor electoral, cuya expresión cotidiana fue la ofensiva clientelar de los "cogollos" partidistas y sindicalistas interesados en capitalizar la rentabilidad electoral y financiera del Programa. b) La problemática institucional cuyos factores de poder obligaban a asignar recursos a la resolución de las urgencias coyunturales y de corto plazo. Entre aquéllos gravitaron con especial fuerza resistencias y obstáculos propios del aparataje político y administrativo del Estado. c) Los nudos críticos de la operacionación del Programa dentro de los cuales estuvo el logro de consensos selectivos más por la vía del conflicto que por la de la negociación.
La problemática anterior significó que el Programa requería de alientos y un concurso que las fuerzas sociopolíticas representadas en el legislativo y ejecutivo no pudieron ofrecer a cabalidad.
3) IMPLICACIONES DE LA DESCONCENTRACIÓN DEL PROGRAMA
A partir de enero de 1991, con motivo de la abrupta y perentoria clausura de la Dirección General Sectorial de Promoción y Apoyo a la Economía Popular, FONCOFIN se vio concitado a asumir su mediatizada personería jurídica y la necesidad a reorganizar su estructura organizacional con motivo del "enroque" institucional mediante el cual le fue inesperadamente transferido el Programa al que, durante quince meses, había estado subordinado. Esta reorganización se vio expresada en el hecho de que un sindicalista de la CTV, en representación del Ejecutivo Nacional, y la Superintendenta de Cooperativas, en representación del Ministerio de Fomento, fueron incorporados, entre otros representantes no oficialistas, a la Junta Directiva. Asimismo, la Ministra de la Familia asumió la presidencia de ésta a fin de asegurar no sólo la pulcritud, sino, el desarrollo sostenido que, según se esperaba, iría a tener FONCOFIN en virtud de habérsele dotado de la sustancia programática de la que había carecido desde su creación.
Veamos las implicaciones de la transferencia del Programa al Fondo[21]: a) Neutralizar, al menos durante 1991, la ofensiva del partido y sindicato oficialistas, al sacar al Programa del "área dura" de la pugna de intereses particulares y corporatistas del nivel central y legislativo. b) Crearle a aquél condiciones "ecosistémicas" propicias para que pudiera optimizar su desarrollo institucional y organizacional. c) Apuntalar las potencialidades jurídicas, técnicas y políticas de un Fondo que desde su creación carecía de identidad programática propia. Pero, por otro lado y contradictoriamente con la intencionalidad del Decreto, para el Programa significó que, al ser forzado a caber dentro de un ente que no estaba pensado para alimentarse de un complejo de tal envergadura, sus dispositivos de promoción, planificación, evaluación, control, seguimiento, investigación, información y documentalización le fueron mutilados.
Este último punto concitó a las nuevas autoridades a propiciar la segunda restructuración administrativa de éste la cual no fue profundizada, integralizada ni puesta en el arco temporal del mediano y largo plazo que propendiera a la constitución del Programa en un sistema organizacional que le devolviera y repotenciara los dispositivos que le fueron mutilados con motivo de su transferencia[22]. Asimismo, al quedar la segunda restructuración prisionera del reduccionismo administrativista sin visión de futuro explícita, la sustancia teórica e ideológica del Programa comenzó a ser diluida dentro de la estructura administrativa y crediticia de FONCOFIN; paradójicamente, la misión de éste: la promoción y desarrollo de empresas asociativas emprendidas especialmente por jóvenes y mujeres de escasos recursos continuó estando diluida dentro de la lógica del Programa, el cual tuvo un desiderato más comprehensivo y prospectivo: la promoción y el apoyo a las iniciativas populares socialmente rentables y económicamente productivas a pequeña escala, sin mención alguna a sexo o edad.
Este hecho[23] significó que las necesidades técnicas, gerenciales, políticas y organizacionales del Programa comenzaron a ser administradas sin imagen de futuro clara con lo cual el número de créditos otorgados, adquirió, como en el pasado, preeminencia sobre la promoción y la capacitación.
4) EL AGOTAMIENTO DEL OPTIMISMO
Contrario a las afirmaciones de algunas pocas pero resonantes voces, lo que en efecto pudo concluirse fue lo siguiente[24]: 1) El Programa nació como respuesta a la interpelación planteada al Estado por la agudización de la pobreza y la crisis estructural. Es la razón por la que adquirieron significados diferenciales tres vías posibles de acción: a) Para algunos, la del Plan Nacional de Promoción y Apoyo a la Economía Popular articulado a un Plan Nacional de Desarrollo Social y a un Plan de la Nación. b) Para otros, la de un Programa de inversión socialmente rentable en torno al cual girara un nuevo estilo de hacer política social el Estado venezolano. c) Para los decididores, la que se impuso: un programa ministerial articulado inorgánicamente al carácter compensatorio de un también inorgánico Plan de Superación de la Pobreza. 2) El proceso de "reconversión" de FONCOFIN expresó, en un primer momento, un nivel progresivo de ejecutividad y realización mayor que durante el año anterior signado por el centralismo.
No obstante los avances, un conjunto de factores contribuyó a agotar rápidamente el optimismo generado por los logros iniciales de la nueva política gerencial, y, por lo tanto, a potenciar el repunte de la incertidumbre paralizante. Aquéllos fueron los siguientes: 1) El diferimento intemporal de la aprobación legislativa de la propuesta de transformación del Ministerio de la Familia en Ministerio de Desarrollo Social de la que formaba parte el Programa. 2) La turbulencia y las presiones del entorno político fueron factores que inviabilizaron el proyecto de Desarrollo Social y mediatizaron el desarrollo del Programa el cual, desde su creación, atrajo la mirada de algunos actores corporativos, clientelares y populistas del partido y sindicato oficialistas. 3) La renovación de la nueva autoridad colegiada de FONCOFIN se produjo luego de casi cuatro meses de negociación con los políticos de turno. Durante los pocos meses que operó la Junta Directiva ésta lo hizo muy irregularmente y durante el último trimestre de 1991 no sesionó más. 4) Las decisiones de política que orientaran el esfuerzo hacia metas administrativas, programáticas y organizacionales de corto, mediano y largo plazo no se produjeron por parte de la alta dirección del Programa. 5) La restructuración del Fondo fue limitada e incompleta al no recibir el impulso necesario para profundizarla y desarrollarla en la dirección de la "reconversión" estructural que recién apenas el gobierno de Caldera ha puesto en marcha con el desiderato de la solidaridad de, con y para los pobres.
5) LOS EFECTOS DE LA INCERTIDUMBRE
Contrariando opiniones, la absorción del Programa por FONCOFIN abrió un periodo de incertidumbre el cual, luego de un breve optimismo, fue potenciado por lo siguiente: La ausencia de definiciones de la alta dirección en 1991. El cambio de ministra con que se inauguró 1992. El interregno, correspondiente a los tres meses que duró la poco feliz gestión de la nueva titular, una ingeniera representante gremialista del partido en el gobierno. Dicho periodo, que llegó a abril de 1992, mostró que la alta dirección no asumió con perspectiva de largo aliento, la "reconversión" del Fondo[25], lo cual reforzó algunas tendencias disociadoras: 1) El "corpus" político programático y la relación político social del Programa con el Ministerio, comenzaron a desdibujarse rápidamente dentro de una procelosa dinámica condicionada por las insuficiencias e inadecuaciones de la estructura administrativa del Fondo y por un entorno político e institucional que no contribuían a eficientizar ni a dar cuerpo al esfuerzo colectivo en la producción de los impactos para los que fue creado el Programa. 2) La proyección de una imagen institucional de bajo perfil y de poco alcance que no logró irradiar plenamente, no obstante el empeño programático carente de criterios de éxito, el ancho campo de las relaciones interorganizacionales de la sociedad civil. En este sentido, la presencia no meramente crediticia, sino, técnica, intelectual, ética y política de FONCOFIN fue una de las omisiones que más fácilmente pudo escucharse como reclamo no siempre fraterno entre agentes directos e intermediarios y actores del entorno social e institucional del Programa. 3) El tratamiento de las dimensiones políticas y estratégicas implicadas en la transferencia del Programa, adquirió, en conjugación con la voluntad y la laboriosidad de la gerencia, connotaciones más específicamente técnicas y administrativas en virtud de la inoperancia de la alta dirección.
Esta tendencia tomó cuerpo en condiciones organizacionales que tendían a aislar a cada quien en su puesto de trabajo al mismo tiempo que la presión de la demanda real obligaba a priorizar la atención de las urgencias coyunturales en detrimento de las actividades estratégicas y previsivas. Como consecuencia de la inoperancia de la alta dirección, algunas decisiones tomadas en los niveles operativos adquirieron sentido de definición política. Esta delegación de facto, si bien podía considerarse como estímulo a la iniciativa individual, aún en las condiciones específicas del Fondo[26], no por ello dejó de gravitar como factor tensional en especial cuando se resolvían problemas por el criterio personal de algunos mandos medios. En el transcurso del segundo semestre de 1991, un sector del personal transitó un umbral en el que los estímulos laborales, la distribución de tareas y la asignación de cargos de responsabilidad comenzaron a ser percibidos como no totalmente justos y, por lo tanto, no siempre correspondientes con capacidades y expectativas. Esto planteó varias renuncias entre el personal más joven y con potencial investigativo y propositivo, motivado por la búsqueda de espacios menos turbulentos de autorrealización.
Asimismo, planteó el problema generalizado del estrés el cual, vinculado a la sensación de falta de reconocimiento por el trabajo realizado por algunos, abrió la posibilidad de un decrecimiento del nivel de adscripción a la misión del Programa y, por ende, de la productividad media del personal, pero, fundamentalmente, abrió la posibilidad, concretada varios meses después, de la creación de un sindicato con el afán de negociar mejores condiciones laborales. 4) Nuevas ambigüedades programáticas las cuales dieron cuerpo a una tendencia =no exenta de equívocos y ribetes de antagonismos con algunos sectores del personal= empeñada en inducir un perfil descentralizado, privado y no gubernamental, para el Programa. Como expresión de este punto, la generación de intereses particulares motivaron a algunos miembros del personal a intentar la captura de áreas consideradas estratégicas en la pugna por definir "EL" nuevo perfil del Programa. Para un sector del personal, planteando inintencionalmente el problema de la privatización en el ámbito de Lo-Social, el Programa debía tener las siguientes características: i) Especializado sólo en microempresas populares con capacidad de acumulación e inserción en el denominado sector moderno de la economía nacional. ii) Descentralizado del aparataje estatal, es decir, desgubernamentalizado y exclusivamente en manos de organizaciones "privadas" o "no gubernamentales". Esta búsqueda tuvo un carácter no proactivo en la medida en que la estrategia de validación del nuevo perfil se fundó más en la descalificación del proceso centralizado seguido que en la definición de las bondades propias del nuevo perfil.
Para otros sectores del personal, el Programa debía ser necesariamente de Estado pero reuniendo las siguientes características: i) Mixto, es decir, diferencial y discrecionalmente centralizado, desconcentrado y descentralizado, delegado en organizaciones gubernamentales y en organizaciones civiles dentro de las cuales se contarían las denominadas "no gubernamentales" y las organizaciones populares. ii) Integral, para dar micro y macrorrespuestas a la heterogénea Economía Popular. iii) Con sentido de continuidad, a fin de rescatar del proceso seguido lo necesario para potenciar la definición de una política de Estado para el desarrollo de la Economía Popular. iv) Diversificado, a fin de dar respuestas diferenciales a la multiplicidad de sujetos individuales y colectivos de la Economía Popular.
6) PROPUESTAS PARA DESBLOQUEAR EL PROGRAMA
La necesidad de desbloquear las potencialidades del Programa, lo cual no significó, en modo alguno, apuntalar las propuestas neoliberalizadoras y privatizadoras de Lo-Social, se tornó más acuciante luego del tristemente célebre interregno de la ingeniera Marbelis de León Ponte[27]. Fue así como a partir de abril de 1992, luego de largos dieciséis meses de cuasiparálisis del Programa y al influjo del cambio de la titular de la Familia, la nueva Dirección Ejecutiva del Fondo se inició, dentro de un ambiente de optimismo con motivo de intentar ésta sin éxito, no obstante sus ingentes esfuerzos, la tercera restructuración del Fondo la cual, según se esperó, dejaría satisfechas de una vez por todas la necesidad diferida de su "reconversión" y relanzamiento[28].
Cuatro desideratos orientaron el nuevo discurso: a) Constituir al Fondo en un competitivo banco de segundo piso con autonomía financiera, autoridad eticopolítica y poder de convocatoria sociotécnica para que, en el nombre del Estado y ya no del Gobierno de turno, asumiera con eficiencia la rectoría de los asuntos concernientes a la Economía Popular. b) Darle un impulso sostenido al esfuerzo de las organizaciones intermediarias del Programa hacia metas de eficiencia, eficacia y efectividad en la producción de servicios integrales e impactos económicos y sociales multiplicadores y permanentes en el ámbito de la Economía Popular. c) Poner en marcha un plan integral de desarrollo organizacional y, dentro de éste, desarrollar una política de selección y capacitación de recursos humanos, a fin de optimizar la capacidad de respuestas programáticas, administrativas, técnicas y políticas, e inducir metódica y sistemáticamente al personal a adoptar prácticas laborales desburocratizadas y, por lo tanto, basadas en la competencia profesional y en la adscripción solidaria a la misión societal de FONCOFIN. d) Irradiar una imagen proactiva de largo alcance mediante una política comunicacional diversificada en atención a la heterogeneidad de actores involucrados en la compleja materia objeto de la acción de FONCOFIN.
El tercer intento de "reconversión" =inconcluso como los anteriores= así como la implementación de las nuevas políticas, en especial la financiera, implicadas en aquél y que se comenzaron a aplicar luego de varios meses de negociación no exenta de tensiones, con el factor político y, especialmente, con los intermediarios de mayor peso ideológico y económico, se vieron mediatizadas por cuatro fuentes de presión que no han dejado de gravitar en el proceso organizacional y decisional del Fondo: a) El sistema político, cuya turbulencia continúa siendo fuente de incertidumbre para diversos niveles decisorios, en especial medios y operativos. Un problema que consumió ingentes recursos, en especial tiempo y energías sicofísicas, por sus intensos cabildeos con las fracciones legislativas y grupos de presión, con resultados de corto plazo. b) Los entes intermediarios[29], entre éstos CESAP, Fundación Mendoza, las Centrales Cooperativas, y otras de menor peso económico, político e ideológico e instancias oficiales como la Comisionaduría Presidencial para las Organizaciones no Gubernamentales en CORDIPLAN. Un problema al que se le dio un tratamiento gerencial de bajo perfil. c) Algunos gerentes y directores de operaciones que encarnaron una gama de conductas selectivamente integrativas, en especial de quienes mantuvieron, hasta el día de su renuncia, voluntaria mas no por decisión ejecutiva, vínculos afectivos, lealtades ideológicas o afinidades simbólicas con organizaciones intermediarias tan política y económicamente influyentes como las mencionadas. Un problema que no recibió respuesta gerencial y fue factor crucial que hizo inviable un "esprit de corp" que amalgamara la voluntad y la capacidad creativa del personal en torno al discurso de la "reconversión" y a las bondades de la nueva política, especialmente financiera, de FONCOFIN[30]. d) Las inadecuaciones técnicas, administrativas y gerenciales las cuales, ante la carencia de manuales de organización y procedimientos, dieron cabida a ejercicios de poder cuyo principal producto fueron las rigideces obstaculizantes y la práctica de la desinformación selectiva.
7) UN FINAL PARA RECOMENZAR…
La cadena de resistencias y bloqueos internos y externos que venía acompañando al Programa desde sus inicios y dentro de un marco carencial de decisiones políticas, marcó un nuevo hito en su dificultosa institucionalización: en abril de 1994, un año después de haber iniciado su gestión, se produjo la renuncia del Director Ejecutivo y su consecuente sustitución en condiciones de un repunte recesivo de la economía nacional y, por ende, de renovada incertidumbre presupuestaria. Con ello se abrió el cuarto periodo de reordenamiento del Fondo el cual alcanzó a febrero de 1994.
La tarea del nuevo Director Ejecutivo consistió en sincerar el estado de la "salud" organizacional del Fondo mediante un urgente diagnóstico en el afán de administrarle a éste una "terapia de choque" la cual implicó tomar decisiones cruciales. Asimismo, implicó realizar una delicada "poda" burocrática[31] y desacelerar las tendencias degenerativas, de la estructura administrativa y financiera de FONCOFIN. No obstante, se decidió dejar pendiente, dada la perentoriedad del tiempo electoral, la reforma del estatuto jurídico y político del Fondo y la constitución de un sistema de planificación, información y conocimientos estratégica y operativamente producidos[32].
C) EL PROGRAMA DE FOMENTO A LA ECONOMÍA SOLIDARIA
El tercer periodo en que hemos dividido la trayectoria del apoyo a la Economía Popular se inició formalmente entre febrero y julio de 1994, lapso en el cual el nuevo Gobierno de Caldera nombró a la quinta titular de la Familia (sexta presidenta del Fondo), a la quinta Directora Ejecutiva e instaló a la quinta Junta Directiva. Pero el real momento del repotenciamiento político organizacional llegó cuando, en aras de una efectiva descentralización y un relanzamiento institucional, ideológico y programático, cristalizó la reforma de los estatutos según reza el Decreto Ejecutivo No.596 del 22 de marzo de 1995[33].
Mediante éste el Fondo volvió por sus fueros; la Junta Directiva fue destituida parcialmente en abril-mayo de 1995 y el sexto y último Director Ejecutivo, que había sido nombrado a comienzos de año por renuncia de la anterior, fue nombrado Presidente Ejecutivo en sustitución de la titular de la Familia al mismo tiempo que se creó una Dirección General y al Fondo le fue transferido el novel Programa de Fomento a la Economía Solidaria, el cual había sido encubado en la Superintendencia Nacional de Cooperativas, entidad adscrita al Ministerio de Fomento, lo que significó la clausura definitiva del Programa de Apoyo a la Economía Popular y el ajuste de cuentas con el gobierno anterior.
Como es conocido, la solidaridad social es un término extraído de la ética socialcristiana en torno a la cual gira el Programa del segundo gobierno del presidente Caldera, iniciado en febrero de 1994. Su cristalización más atinente a los efectos de este trabajo, la encontramos en la puesta en marcha de una política económica cuya meta prioritaria es la siguiente[34]:
"La lucha contra la pobreza…no reduciéndola simplemente al subsidio de los sectores marginales al cual tienen indiscutible derecho como consecuencia del derecho a la vida, sino construyendo una economía sana dentro de la cual no tengan cabida el excesivo desempleo, la remuneración insuficiente y las situaciones de miseria."
Y, como consecuencia del postulado anterior, la activación de fuentes de empleo mediante la creación de tres programas solidarios compensatorios: Fomento a la Economía Solidaria, Viviendas de Interés Social y Reactivación de la Pequeña y Mediana Industria. El primero, con los siguientes objetivos[35]:
"GENERALES: 1) Promover un Sistema de Abastecimiento Solidario para la distribución de alimentos y medicinas a menores precios mediante la organización social. 2) Crear y fortalecer empresas solidarias en los sectores de menores ingresos mediante un sistema de capacitación masiva en gestión. ESPECÍFICOS: 1.1) Fortalecer el Sistema de Abastecimiento Solidario existente gestionado por empresas y organizaciones de carácter asociativo, así como la constitución e incorporación al Sistema de nuevas empresas y organizaciones comunitarias otorgando asistencia técnica y financiamiento. 1.2) Asesorar y dar asistencia técnica a entidades públicas y privadas en el campo del Abastecimiento Solidario. 1.3) Promover acuerdos y mecanismos que acerquen a productores y consumidores. 2.1) Desarrollar actividades de capacitación masiva en gestión de empresas solidarias en los sectores populares estratégicos. 2.2) Brindar apoyo crediticio a la formación de empresas solidarias. 2.3) Capacitar y promover la formación de asistencia técnica capaces de apoyar a las empresas solidarias en su proceso de desarrollo."
Dicho Programa está integrado por tres Subprogramas[36]: el de Abastecimiento Solidario (ferias de consumo familiar, puntos de abastecimiento masivo, puntos de venta dominicales, centros de suministro a bodegueros y farmacias sociocomunitarias), el de las Empresas de Solidaridad (capacitación masiva de gestión, empresas comunales de servicios, construcción y de asistencia a empresas) y el de Promoción y Supervisión de las denominadas Organizaciones Civiles de Desarrollo Social (promoción y asistencia técnica, activación del voluntariado juvenil, financiamiento, divulgación, y coordinación de redes sociales dentro del ámbito de la Economía Popular).
Este Programa fue transferido a FONCOFIN, entre otros, a los fines siguientes: eficientizar, fortalecer y ampliar, por un lado, la débilmente atendida línea de los proyectos de desarrollo local, los cuales venían siendo potenciados descoordinadamente por FUNDACOMUN, y, por otro, la cobertura concerniente al Subprograma de Apoyo al Consumo Familiar que el Programa de Apoyo a la Economía Popular había delegado en el Movimiento Cooperativo, a través del financiamiento a lo que el gobierno de Caldera denomina el abastecimiento solidario: ferias de consumo familiar, centros de acopio, mercados populares y otras prácticas cooperativas, asociativas y comunitarias.
En esencia, mediante el Programa de Fomento a la Economía Solidaria se procura, por un lado, desarrollar como política de Estado los mecanismos masivos de abastecimiento alimentario popular a los que el gobierno de Pérez no dio prioridad estratégica, y, por otro lado, diferenciar la gestión actual de las distorsiones e ineficiencias que caracterizaron la práctica gubernamental anterior. Dilucidar y decidir en consecuencia con los intereses de los agrupamientos populares, nos parece, es el reto político, estratégico y operacional al que deberán dar respuestas efectivas las autoridades del Fondo.
CONCLUSIONES
El estudio reseñado nos permitió periodizar el apoyo a la Economía Popular el cual ostenta tres[37] cambios de concepción y, por lo tanto, de políticas programáticas que, pudiendo ser complementarias en aras de la integralidad de un pensamiento estratégico de Estado con perspectiva temporal de mediano y largo plazo, son asumidas como excluyentes desde las prácticas ideopolíticas, partidario-electorales, ideológicas y sociogerenciales, lo cual expresa la coexistencia, no siempre armónica, de diversos grupos de poder, los cuales pugnan por imprimirle formas y contenidos, direccionalidades y sentidos no siempre explícitos ni transparentes aunque, no por ello, necesariamente perversos, a las acciones programáticas oficiales y civiles que se constituyen, por ese mismo hecho, en campos de lucha o "arenas" políticas[38] a través de las cuales se dirimen intereses, no siempre evidentes, en procura de imponer propuestas de satisfacción y, por ende, de creación de necesidades (carencias y aspiraciones) sociales así como de asignación de funciones diferenciales a la fuerza de trabajo asalariada y no asalariada y de micro y macroidentidades individuales y colectivas en uno de los ámbitos de la política social: la heterogénea y, por ello, promisoria, Economía Popular.
No obstante, no a pesar, sino, a propósito del proceso seguido, FONCOFIN otorgó un total de quinientos sesenta y seis créditos a igual número de microempresarios(as) populares entre 1987 y 1993, lo cual significa que, en el supuesto negado de que el aparataje político, técnico y administrativo del Fondo se haya mantenido en actividad sostenida, el promedio de créditos por mes fue de SIETE.
Este dato contrasta con la actividad de la ejecución delegada en organizaciones oficiales descentralizadas (gobernaciones, alcaldías, corporaciones de desarrollo regional), cooperativas de primero y segundo grado, y en las denominadas, más por persistencia que por pertinencia, organizaciones no gubernamentales y mejor llamadas en el IX Plan de la Nación organizaciones civiles de desarrollo social. Actualmente existen casi cien entidades suscritoras de ciento dieciocho convenios mediante los cuales se financian y capacitan a individuos, grupos y comunidades en la producción a micro y pequeña escala y el consumo popular en toda Venezuela. Estos entes originaron ciento dieciocho convenios por Bs.1.557.539.234,45 en 1992-93[39]para atender una demanda potencial calculada según datos de la OCEI[40] en cerca de $1.076.499.000.000.oo proveniente, de unas 358.833 microempresas que no incluyen la plétora de cuentapropias urbanos y rurales. No obstante, FONCOFIN ha beneficiado a cerca de 14.000 microempresarios(as) con préstamos subsidiados y a tasas del mercado, capacitado a cerca de 30.000 personas, generado cerca de 30.000 empleos, y beneficiado a cerca de 500.000 familias a través de las ferias de consumo familiar, los mercados solidarios y las unidades de compra al por mayor.
En relación con los mecanismos de cobranzas, los testimonios recogidos nos permiten afirmar que el Fondo fue absolutamente ineficiente en sus relaciones con los prestatarios a quienes no dio seguimiento ni asistencia de ningún tipo para asegurar, al menos, la recuperación de los créditos.
La inoperancia de estos mecanismos provocó que el 82% de los prestatarios optara por la morosidad. Esta anomalía tiene que ver con la concepción que el funcionariado que trabaja en la Administración Pública =especialmente el gerencial, muy regularmente "prestado" por el autodenominado eficiente sector privado al cual regresa luego de haber cumplido su "misión"= tiene del Estado, lo cual refuerza la imagen generalizada de los microempresarios para los cuales los organismos públicos "no cobran" y "no embargan", mientras que los entes privados sí lo hacen.
Esto por cuanto FONCOFIN no se preocupó, al menos de manera sistemática, por hacer los retiros de las cuotas depositadas por los deudores en sus cuentas de ahorro, razón por la cual algunos de éstos optaron por utilizarlos para cubrir gastos familiares.
La información sistematizada nos permitió dar cuenta de que la acción crediticia directa marcó una trayectoria oblicua hacia arriba que no llegó a impactar a los agrupamientos populares en el nombre de los cuales se creó dicha Entidad. El Fondo trabajó, básicamente, con el "lomito" de los amplios y heterogéneos agrupamientos sociales que encarnan la Economía Popular, es decir, con un heterogéneo sector de la clase "alta" de los pobres y con un sector bajo y depauperado de la clase media mas no con los agrupamientos que, viviendo en situación de pobreza crítica y extrema, realizan actividades económicas que no gozan de las prerrogativas disfrutadas por los agentes beneficiados por FONCOFIN.
Finalmente, concluimos que el reto de la efectiva reconversión de éste y, por lo tanto, del necesario desbloqueo que abra las compuertas a su relanzamiento político-programático es condición "sine qua non" para que el Fondo pueda colocarse en condiciones de cumplir las siguientes funciones rectorales:
* Política, para garantizar la realización del plan correspondiente a la Política de Promoción y Apoyo a la Economía Popular y la coordinación efectiva de la compleja constelación de programas públicos, estatales y civiles, que le conciernen.
* Técnica y Administrativa, para planificar y evaluar las estrategias de inserción y creación de nuevos espacios organizacionales que requieren ser desarrollados mediante nuevos estilos de conducción. Asimismo, para sistematizar experiencias y retroalimentar la eficacia de los planes y subplanes a su cargo.
* Jurídica, para inducir reformas en la estructura jurídico-política y decisiones en otras esferas oficiales y civiles, a los efectos de vincularlas de manera coordinada a la Política de Promoción y Apoyo a la Economía Popular.
* Éticoinstitucional, para convocar a la concertación, potenciar la vocación de servicio, aunar esfuerzos y optimizar la productividad y rentabilidad sociales de los agentes directivos, directos, intermediarios y cooperantes en el ámbito de su actuación.
* Formativa, para capacitar a los agentes directivos, directos, delegados y cooperantes y a los sujetos de la Economía Popular en la responsabilidad de gestar y operar, en el nombre del Estado, la Nación y la Sociedad venezolana, programas y proyectos socioeconómicos y socioculturales, a los fines de optimizar los impactos de éstos en el modo de vivir y hacer economía los agrupamientos populares, así como generar amplia adscripción civil a la Política de Promoción y Apoyo a la Economía Popular.
Es el reto, nos parece, a que deberán responder los poderes políticos, técnicos y administrativos del Fondo de Cooperación y Financiamiento de Empresas Asociativas en el actual periodo gubernamental.
Autor:
César A. Barrantes A
[1] Sociopolítica porque es en las relaciones de poder entre actores-sujetos individuales, colectivos y jurídico-institucionales y la manera de antagonizar, dominar y convencerse unos a otros donde encontramos EL PUNTO DE PARTIDA para abordar la cuestión del modo en que los contenidos y las formas de la política social están matizados por las tendencias dominantes de las relaciones de fuerzas hegemónicas en los momentos co-constitutivos de las configuraciones sociales modernas: el estado, la sociedad, la nación, el régimen político-económico-social-cultural y el escenario electoral trasnacionalmente sobredeterminados. César Barrantes, "Acerca de la política social. Notas de investigación para su discusión". En Cuadernos del CENDES, No.13-14. Caracas, 1990. Versiones aparecen en Revista Costarricense de Trabajo Social, No.1, Colegio de Trabajadores Sociales, San José, 1991; y en Economía y Ciencias Sociales, de julio-diciembre de 1993, Universidad Central de Venezuela. César Barrantes, "Pensar la Economía Popular en Venezuela", Foro "Presente y Futuro de la Economía Popular en Venezuela", Fundación Gual y España, 1993, Caracas.
[2] Juan Carlos Rey , "El futuro de la democracia en Venezuela", en Varrios: Venezuela Hacia el Año 2.000: Desafíos y Opciones. Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1987. Heinz Sonntag, "Estado y desarrollo sociopolítico en Venezuela". Cuadernos del CENDES, No.4, setiembre-diciembre, Caracas, 1988.
[3] Los productos intermedios (los servicios de apoyo crediticio y de capacitación y asistencia técnica producidos para el consumo de las organizaciones intermediarias) y otros finales (los servicios de apoyo crediticio y de capacitación y asistencia técnica que las organizaciones intermediarias producen para el consumo de los sujetos de la Economía Popular) son objeto de la segunda etapa de nuestro proyecto investigativo. Para una aproximación conceptual a la Economía Popular, ver César Barrantes, "Del sector informal urbano a la economía popular". III Congreso Venezolano de Sociología y Antropología, Margarita, 25-29 de junio de 1990; y II Congreso Venezolano de Relaciones del Trabajo, Valencia, 30-31 de marzo de 1992, en Revista de Ciencias Sociales, No.57, Universidad de Costa Rica y en Economía y Ciencias Sociales, enero-junio de 1994, Universidad Central de Venezuela. César Barrantes, El Apoyo a la Economía Popular en Venezuela. Hacia una Política Social Orgánica de Estado?, op. Cit. José Luis Coraggio, "Del sector informal urbano a la economía popular", en Revista Nueva Sociedad, No. 131, Caracas, mayo-junio de 1994.
[4]César, Barrantes, "Crisis estructural y desestructuración social en Venezuela. Comentarios para una reflexión". Mimeo, Escuela de Trabajo Social, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1994.
[5]Bernardo Kliksberg y Marisela Padrón, "El Ministerio de Trabajo y de Desarrollo Social". Mimeo, CLAD, Caracas 1988.
[6]Ministerio de la Familia, "El Programa de Desarrollo Social". Mimeo. PNUD-Ministerio de la Familia. Caracas, 1989.
[7]César Barrantes, "La Política Social de Apoyo a la Economía Popular en Venezuela. Una Propuesta en Marcha". Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, Caracas, 1989. "Estado, Desarrollo Social y Economía Popular en Venezuela", XIX Congreso de ALAS, Caracas, 30 de mayo al 4 de junio de 1993, en Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, vol.I, No.1, Universidad Central de Venezuela, Caracas, primer semestre de 1996. "Pensar la Economía Popular y el Desarrollo Social en Venezuela". Cuadernos de Investigación, Escuela de Gerencia Social (en publicación). Caracas, 1996.
[8]Nérida Mendoza y Nélson Freites, Gerencia de Programas de Apoyo a la Economía Popular, en Cuadernos de Investigación, No.6, Escuela de Gerencia Social-FONCOFIN, Caracas, 1993.
[9]Estas funciones implican poder de convocatoria, capacidad de vincular, coordinar y asignar identidades a agentes programáticos y sujetos que encarnan la Economía Popular. En otras palabras, implican "auctoritas", es decir, autoridad ética, moral e intelectual de los ductores políticos y gerenciales del Fondo, a fin de dinamizar la unidad en la diversidad de las prácticas públicas y privadas del Estado, el mercado, la nación y la sociedad civil en el ámbito que le concierne.
[10]Ministerio de la Familia, "Programa de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo. Síntesis Operativa", mimeo, Dirección General Sectorial de Atención al Joven. Caracas, 1987.
[11]Estos programas, creados en 1974, fueron clausurados en 1988 por evidente ineficiencia, clientelismo e inefectividad. Ver de Mauricio Iranzo, "Los programas de apoyo a las microempresas en Venezuela", Mimeo, PNUD, Caracas, 1989; y "El Programa Crediticio de FONCOFIN", Seminario "El Financiamiento de Microempresas en Venezuela y América Latina: La Experiencia de los Programas de Crédito", FUDECO, Barquisimeto, abril de 1989.
[12] Carlos Díaz; Juan Arias; Gabriel Rodríguez, "Revisión de la Ejecución del Programa (II nivel de evaluación)", Dirección de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso Productivo, Ministerio de la Familia, Caracas, 1989. Mauricio Iranzo, "El Programa Crediticio de FONCOFIN", op. cit.
[13]Máximo Díaz, Oficio #254 del 9 de febrero de 1989", dirigido en su calidad de Presidente de FONCOFIN a Victoria Bigio, Directora del Programa de Inserción del Joven y la Mujer al Proceso Productivo del Ministerio de la Familia, Caracas; y "Oficio #30.l50 del 4 de agosto de 1989", dirigido a la Dra. Marisela Padrón Quero, Ministra de la Familia, Caracas.
[14] Ministerio de la Familia, "El Programa de Promoción y Apoyo a la Microempresa Popular". Mimeo. Caracas, 1990.
[15] "RENTABILIDAD SOCIAL. Significa que la inversión de recursos humanos, naturales, físicos, financieros, políticos, jurídicos y culturales, si bien debe obedecer al criterio de productividad económica, fundamentalmente debe producir impactos multiplicadores en lo siguiente: i) La creación, consolidación y desarrollo de infraestructura intangible y tangible: física, social, política, económica, ética, institucional,jurídica, cultural, científica, tecnológica, cívica. ii) La generación de mayores y mejores niveles de organización de la sociedad civil, en especial de las clases populares urbanas y rurales. iii) El redespliegue ampliado de las relaciones de cooperación, asociación y solidaridad entre los niveles barrial, comunal, parroquial, municipal, estadal, regional y nacional". César Barrantes, op.cit.
[16]Gaceta Oficial de la República de Venezuela, No.34.328, año CXVII, mes 1, Caracas, 18 de octubre de 1989.
[17] Formando parte del fracasado Plan para el Enfrentamiento de la Pobreza, el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular recibió un presupuesto de Bs.1.161.000.000.oo entre 1991 y 1992 y para 1993 recibió, como parte del denominado "Megaproyecto Social" =un conjunto descoordinado de programas sociales asistenciales y compensatorios a los que se ha venido reduciendo la teoría y la práctica de una virtual Política Social Orgánica de Estado= Bs.2.500.000.000.oo más obtenidos mediante la privatización de algunas empresas estatales.
[18]Barrantes 1989: Op. Cit. p.76.
[19] Al contrario de la problemática de las microempresas populares, la línea de Ferias de Consumo Familiar no fue una temática que se privilegió en el proceso de formulación e implementación del Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular. Su incorporación a éste tuvo un carácter pragmático y su ejecución estuvo marcada por las dificultades de integrar coordinadamente una línea con otra. Rápidamente fue delegado en quienes son las expertas indiscutidas: las centrales cooperativas, con las cuales FONCOFIN continúa manteniendo convenios de intermediación en la perspectiva de lo que el nuevo gobierno de Caldera denomina consumo solidario.
[20]César Barrantes, "Reflexiones inconclusas sobre el proceso de implementación del Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular", Ministerio de la Familia. Caracas, 1990. "El Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular del Ministerio de la Familia y de Desarrollo Social", Ministerio de la Familia, Caracas, 1990. "Comentarios sobre el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular y Notas sobre Capacitación y Asistencia Técnica", FONCOFIN, Caracas, 1991. "Sobre el programa de financiamiento a las actividades populares de producción y comercialización de bienes y servicios a pequeña escala", papel de trabajo, febrero, Ministerio de la Familia, Caracas, 1990. "Bases para el establecimiento de una estrategia de investigación evaluativa del Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular". Mimeo, octubre. Ministerio de la Familia, Caracas, octubre de 1990. "Acerca de un sistema de planificación, informacion, seguimiento, control y evaluación de la gestión organizacional", Ministerio de la Familia, Caracas, 1990.
[21]César Barrantes, "Comentarios sobre el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular y Notas sobre Capacitación y Asistencia Técnica", op. cit. "Propuestas organizativas para el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular", FONCOFIN-PNUD, 1992.
[22]FONCOFIN (1991): "Propuesta de Organización". Mimeo. Ministerio de la Familia. César Barrantes, "Informe Final. Consultoría en Información y Documentación en Economía Popular", PNUD-FONCOFIN, Caracas, 1993.
[23] Esta contradicción fue solucionada por la tercera Junta Directiva a finales de 1992 cuando, varios meses después de haber sido desmantelada la Dirección de Ejecución Directa, dicho Cuerpo decidió ajustar el desiderato primigenio del Programa a la, hasta ese momento no cumplida, misión del Fondo con lo cual la acción crediticia de éste y, por ende, de aquél, fue reorientada hacia los jóvenes y las mujeres de escasos recursos, en especial los de las entidades federales más pobres de Venezuela. La segunda fase de nuestro proyecto evaluará esta decisión.
[24]César Barrantes, "Comentarios sobre el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular y Notas sobre Capacitación y Asistencia Técnica", op. cit.
[25]Barrantes, César, "Informe final. Consultoría en Información y Documentación de Economía Popular", op. cit.
[26] Ausencia de decisiones de política de la alta dirección y de dispositivos de planificación estratégica y operativa, inadecuados mecanismos organizacionales y comunicacionales y una ejecución zaguera y fácilmente abrumable por la demanda efectiva y potencial de las entidades intermediarias y de los sujetos de la Economía Popular.
[27]En diciembre de 1991, ésta asumió el despacho Ministerial en nombre del gremio de los técnicos de Acción Democrática en sustitución de la Dra. Marisela Padrón Quero, pero, por falta de legitimidad tanto dentro del personal del Ministerio como dentro del "sector" social institucional, se vió obligada a renunciar en marzo de 1992.
[28]Nélson Freites, "Propuesta de objetivos y funciones para las direcciones de línea", PNUD-FONCOFIN", Caracas, 1992. "Aproximación al diagnóstico organizacional y propuestas de cambio", PNUD-FONCOFIN, abril de 1992. César Barrantes, "Propuestas organizativas para el Programa de Promoción y Apoyo a la Economía Popular", op. cit.
[29]César Barrantes, "Misión de intercambio con organizaciones intermediarias del Programa de Apoyo a la Economía Popular", Barquisimeto, 12-14 de agosto de 1992, PNUD-FONCOFIN, 1992.
[30]FONCOFIN, Actas de la Junta Directiva. Abril de 1992 a Enero de 1994, Ministerio de la Familia. Caracas, 1994.
[31]En 1993 había cerca de ciento diez empleados de los cuales cuarenta, dentro de éstos los veintitrés Coordinadores Estadales de Economía Popular, aparecían como supernumerarios según la lógica financista y productivista del Banco Mundial =con el cual FONCOFIN estaba negociando un préstamo por $50.000.000 que finalmente fue rechazado por el gobierno= pero que, según la lógica promocional y expansiva del Programa de Apoyo a la Economía Popular, al que se entreveró el interés del sindicato de empleados, eran recursos que estaban a la espera de ser utilizados en el ansiado relanzamiento masificador de éste y la reconversión productiva de aquél.
[32]FONCOFIN,"Centro de Información y Documentación. Cuadro de Funciones y Actividades". Gerencia de Planificación y Presupuesto, Ministerio de la Familia, Caracas, 1992. César Barrantes, "El Centro de Información y Documentación de Economía Popular". En Varios. Apoyo a la Economía Popular. Estrategias para Fortalecer a las Organizaciones de Intermediación, PNUD-FONCOFIN, Ediciones ILDIS. Caracas, 1993.
[33]Gaceta Oficial de la República de Venezuela. Año CXXII, mes VI, No.35.681 del 28 de marzo. Caracas.
[34]Rafael Caldera, "Mi Carta de Intención con el Pueblo de Venezuela", Caracas, 1993.
[35]Ministerio de Fomento (1994): "Fomento a la Economía Solidaria. Acciones para el Manejo de la Crisis". Folleto No. 1. Caracas, junio de 1994.
[36]Ministerio de Fomento, "Fomento a la Economía Solidaria. Acciones para el Manejo de la Crisis". Folleto No. 2. Junio de 1994. CORDIPLAN, Un Proyecto de País. Venezuela en Consenso, Documentos del IX Plan de la Naciön, Presidencia de la República, Caracas, febrero de 1995, pp.85-86.
[37] Una cuarta concepción la encontramos en los programas ejecutados por otros entes oficiales: FUNDACOMUN y CORPOINDUSTRIA entre 1974 y 987, fundamentados en la teoría de la marginalidad, la noción de "sector informal urbano" y en las, en aquel entonces denominadas sin pretensiones de teorización en Venezuela, organizaciones económicas de base.
[38]Oscar Oszlak; Guillermo O`Donnell, "Estado y políticas públicas en América Latina. Sugerencias para su estudio", CEDES/GE, CLACSO No.4, Buenos Aires, 1974; Bernardo Kliksberg; José Sulbrandt (comps.), Para Investigar la Administración Pública, Instituto Nacional de Administración Pública, Alcalá de Henares, Madrid, 1984. Oscar Oszlak, "Políticas públicas y regímenes políticos: reflexiones a partir de algunas experiencias latinoamericanas". Estudios CEDES, vol.3, No.2, Buenos Aires, 1980. Oscar Oszlak (comp.), Teoría de la Burocracia Estatal. Editorial Paidós. Buenos Aires; 1984.
[39]FONCOFIN, "Fundación FONCOFIN. Respuesta Gerencial a la Economía Popular", Ministerio de la Familia, 1992. FONCOFIN, "Negociación, Desarrollo y Consolidación de Proyectos. Perspectivas para su Promoción y Financiamiento"., folleto de difusión, Caracas, diciembre de 1994.
[40]Víctor López, "Una década del sector formal e informal de la economía en Venezuela: 1982-1991. Algunas consideraciones básicas sobre la estimación de la demanda potencial global de la microempresa popular y de los trabajadores por cuenta propia". FONCOFIN, Caracas, 1992.
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