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La escuela deportiva. Organización básica del sistema deportivo. Gestión y Funcionamiento (página 2)


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Si estudiar lo relacionado con la práctica deportiva es una necesidad contemporánea, conocer dónde desemboca el trabajo final desarrollado en la persona del atleta, es una convicción clara de la importancia que debe otorgarse a esa persona que día a día hace, con su actuación, que la actividad deportiva llegue a lo más alto del conocimiento y el comportamiento humanos.

El atleta, protagonista de la lucha en el campo; imagen de los aficionados, fanáticos y, más allá incluso, del ciudadano común; obrero callado que, en la sencillez de su acto, promueve el sentido más alto de la perfección; artista del movimiento que, en su modestia, asume la gloria desde el orgullo (Maradona, 2001), como resultado del tesón, el esfuerzo, del trabajo, el sacrificio y las privaciones de horas, días, semanas y meses dedicados a su formación y preparación.

Porque la vida del deportista es larga, difícil, llena de escollos que debe salvar, uno por uno, en ocasiones con la ayuda de sus compañeros, inclúyanse profesores, entrenadores, médicos, paramédicos, oficiales, directivos; en las más, con el soporte de sus convicciones, de su estima, de su valoración, de su “creo en mi” que surge precisamente de su formación y preparación; una vida de sacrificios y privaciones, de sudor y lágrimas, una vida que, para encumbrarse, coquetea a cada momento con la asfixia, con el suelo, que trueca un sueño en pesadilla con la terrífica máxima de centésimas de segundos, de centésima de puntos, de un jonrón[1] o de un gol facturado en un milisegundo , ya frente al auto del regreso; por el genio del momento.

Pero no está solo el deportista, aún cuando, por momentos se sienta aislado del mundo y solo importe su actuación, o la de él y la de sus compañeros, en los momentos donde toda la gloria cabe en un segundo de partido, no está solo, su actuación, su logro va acompañada de cada mirada y cada gesto, de cada pensamiento y cada idea de todos los que lo acompañan, antes y después y que se cuentan por cantidades.

Los resultados deportivos alcanzados por un atleta, se quiera o no, están respaldados de manera general por todo un engranaje que comienza desde muchos años antes y en el que intervienen numerosos factores de índole objetivo y subjetivo, en la medida que este proceso sea más organizado y depurado, que alcance el máximo de eficiencia, eficacia y calidad, que logre su funcionamiento como sistema cualitativamente superior, indiscutiblemente los rendimientos deportivos serán superiores, lo que conduce entonces a la obtención de mejores resultados.

Es importante en el mundo deportivo de hoy hablar de altos performances, y no sólo en el mundo deportivo, la sociedad contemporánea necesita de esos altos logros pues ellos se convierten, por sí solos, en motivadores importantes de la práctica del ejercicio físico por un lado y por el otro en servicio importante que puede ser brindado en el tiempo de ocio o libre de los ciudadanos, que es decir impulsores muy directos y especiales de la cultura física y por ende del mejoramiento de la salud del individuo, son además potentes herramientas para impulsar la superación, la preparación, la auto superación y la auto preparación de todos los actores que intervienen, directa e indirectamente, en su logro.

Estos criterios de por sí avalan la importancia de dedicar espacios importantes al logro de los máximos resultados deportivos, los que sólo pueden ser alcanzados como consecuencia de una adecuada, organizada y consolidada etapa de formación y preparación, entendida como todo el tiempo que es dedicado a dotar al atleta de los medios, formas, vías y caminos necesarios para realizar con el máximo de eficiencia, eficacia y calidad la competencia deportiva, encargada del mejoramiento sistemático de la calidad del Rendimiento Deportivo, en sus direcciones principales: el atleta y el personal docente, técnico .y directivo que intervienen en el sistema.

Es la preparación y formación del deportista uno de los problemas principales que enfrenta el deporte contemporáneo y, como consecuencia de ello, las estructuras y funcionamiento de los órganos, organizaciones o instituciones deportivas donde tiene lugar este proceso necesitan estar debidamente formadas y preparadas para cumplir las crecientes demandas que en este sentido se producen. En Cuba hoy se puede hablar, como resultado de todo un trabajo que abarca de más de 40 años, de un grupo de instituciones donde se desarrolla, en una escala creciente, el potencial deportivo responsabilizado con garantizar una salida de excelencia al Sistema Deportivo Cubano. Lo que se puede plantear en pocas líneas es el resultado de años de experiencia, experimentación, aciertos, errores, eficiencias y deficiencias que han permitido establecer un modelo de centros deportivos estructurado y estabilizado de forma tal que se convierte en garantía de los resultados del deporte cubano.

LA ESCUELA DEPORTIVA

CARACTERÍSTICAS COMUNES

Los centros encargados de la formación de los atletas tienen un grupo de similitudes, independientemente a su nivel de especialización y al carácter de sus resultados, que permiten su funcionamiento como sistema en una interrelación abarcadora de todas las posibilidades de desarrollo de los jóvenes atletas, estas características, enunciadas a partir de conocimientos de teorías de dirección, nos pueden dar una visión generalizada del camino que siguen las escuelas deportivas hasta permitirnos el logro de los objetivos finales propuestos.

DIRECCIÓN ESTRATÉGICA

Para llegar a feliz término es importante elegir el camino más directo, el camino que ha de conducir a lograr los ansiados objetivos finales que permitirá alcanzar la Escuela Deportiva que se pretende, llegar a definirlo ha sido un ejercicio realizado en diferentes seminarios y talleres sobre la aplicación de la Planificación Estratégica en estas Escuelas, con la participación de sus facilitadores y directivos.

En el análisis de la dirección a seguir, partiendo de la experiencia y resultados del trabajo de un colectivo de profesionales que ha dedicado tiempo, deseos y trabajo a la construcción de las escuelas deportivas se ha podido arribar a definir la Dirección Estratégica que ellas deben asumir, demostrando que es la integración de sus procesos fundamentales, dirigidos a la formación integral de sus estudiantes, la vía más expedita para conducir la organización deseada al lugar y momento diseñado y esperado.

En este punto es importante entender por qué son dos los procesos fundamentales que permiten el logro de la formación integral pretendida (ver concepto de misión) conociendo, como se detalla más adelante, que el resultado final del sistema, su salida principal, es el joven que se incorpora a la sociedad, bien atleta, bien profesor, bien profesional, en fin ciudadano. En ese sentido corresponde a la escuela cumplir su primera función o encargo social si se parte de un concepto, elaborado con la participación de un colectivo de expertos de la Dirección Nacional de Docencia del INDER (2003):

Escuela: “Institución (Organización) responsabilizada con el desarrollo del proceso docente educativo de los estudiantes que incluye la relación con la familia y el entorno, que tiene en cuenta sus necesidades, intereses y motivaciones y garantiza su formación y preparación integral; la enseñanza y aprendizaje de conocimientos, habilidades, ideas, conceptos y técnicas, prestando especial atención a la formación de valores de sus educandos”.

Pero debe entenderse, se habla de escuela deportiva, por lo que es necesario agregar al concepto planteado unas palabras que permitan diferenciar la escuela de la escuela deportiva, proponiendo el concepto:

“Institución (Organización) responsabilizada con el desarrollo del proceso docente educativo de los estudiantes atletas que incluye la relación con la familia y el entorno, que tiene en cuenta sus necesidades, intereses y motivaciones y garantiza su formación y preparación integral; la enseñanza y aprendizaje de conocimientos, habilidades, ideas, conceptos y técnicas, prestando especial atención a la formación de valores sociales, teniendo como orientación y dirección principal la práctica de actividades físicas y deportivas”

Esta última oración expresa que ese proceso docente educativo va a tener dos (2) componentes, por una parte la formación académica, llamémosla tradicional y por el otro, la formación deportiva en una disciplina o deporte en particular, ambas en complemento directo y recíprocas a la hora de expresar la fundamentación de su tarea.

Precisamente en dependencia de la línea que se siga se podrán asumir dos tipos diferentes de organizaciones, una donde se combine la enseñanza, llámese general con la deportiva, considerando una escuela más integral e integradora y otra que solo asume la formación deportiva para cumplir su encargo formativo.

Independiente a la línea final que se determine seguir se puede resumir que se considera la dirección estratégica de una escuela deportiva la conducción del proceso docente educativo, comprendiendo dos componentes; el proceso de formación académica general y el proceso de formación deportiva, en el camino que conduce al desarrollo del trabajo que se pretende y al cumplimiento de los objetivos finales diseñados a partir de las políticas y estrategias definidas para el desarrollo deportivo según corresponda.

LA MISIÓN DELA ESCUELA DEPORTIVA

Toda organización que se dedique a la formación, preparación, seguimiento y promoción de niños, jóvenes y adultos en la esfera del deporte debe enmarcar su misión, cualquiera que sea su ubicación y destino, en función de la estrategia global y de los objetivos propios del entorno y contexto en el que va prestar su servicio, oferta tecnológica o actividad, así como del encargo social y el impacto que se espera alcanzar producto de sus resultados finales.

La Misión de una organización de este tipo debe considerar un aspecto que se abordará más adelante relacionado con el propio objetivo que persiguen, adentrándose en el concepto de que ellas forman, en primer lugar, ciudadanos con valores para servir a la sociedad que los acoge, los prepara y los forma (2003, Díaz et al) ConferenciaLos Valores en la Dirección”.

Siguiendo este orden del análisis se propone que independiente a las características muy propias y específicas de cada una de ellas, de cada entorno, la MISION de una Escuela Deportiva, sin absolutizar ni considerar una única propuesta, siempre debe contener un acierto de ideas generalizadoras entre las que no deben faltar:

v La formación multifacética e integral de las nuevas generaciones

v La especialización deportiva

v El logro de elevados resultados (calidad) en el deporte.

LOS OBJETIVOS ESTRATÉGICOS

La Misión marcará la pauta para el diseño de los Objetivos Estratégicos de esta organización que serán los que procurarán ofrecer la solución a la salida del sistema, esta salida puede buscarse bien en forma de Política, Programa o Proyecto en correspondencia con el alcance e impacto que corresponda.

Es un momento de trascendencia, soporta el futuro teórico de la Organización y liderará con las plataformas, leyes, regulaciones y ámbito legal, físico y social que se asume. Desarrollar los objetivos estratégicos expresados encaminará el rumbo hacia el mundo interno de la organización en relación directa con su entorno, independientemente a los métodos y políticas que sean aplicados.

ENFOQUE SISTÉMICO

El carácter de sistema de las instituciones responsabilizadas con la formación de atletas noveles y jóvenes en el camino al rendimiento deportivo infiere un enfoque sistémico de su funcionamiento que permita una comunicación entre ellas y por ende una continuidad de sus procesos evitando toda interrupción en la formación avanzada de los niños y jóvenes atletas, garantizando la continuidad de su preparación, al margen de las características del lugar y contexto donde se desarrolle.

Siguiendo lo expresado por Fernández, 1997, este enfoque de sistema permite que todos los cambios introducidos, en cualquier nivel de su estructura, influyan decisivamente en el resto de sus componentes, por esta razón es muy importante estudiar y precisar bien todas las variaciones que se introduzcan para que los aspectos negativos no atenten contra su correcto desarrollo y a su vez, lograr que las variantes positivas puedan transmitirse invariablemente y en escala cada vez mayor desde uno hacia otro estadio del sistema. No debemos olvidar que estos centros trabajan y desarrollan la "materia prima" más importante de la sociedad, el niño, el joven, de ahí que la entrada (input) y salida (output) del sistema deben, en primer lugar, velar por su integridad moral, social y humana.

OBJETIVOS COMUNES

Se propone que todos las escuelas deportivas deben partir de un objetivo fundamental a lograr en una dimensión superior en cada eslabón del sistema, este objetivo fue enunciado por el Dr. Ricardo Pardo (1994) en su Conferencia “ Papel de las Escuelas Deportivas en el Desarrollo del Deporte Contemporáneo en Cuba”, donde expresó : “La escuela deportiva es un tipo y a la vez, una expresión auténtica de la actual escuela cubana, dicho centro tiene como objetivo primordial la educación multifacética de la nueva generación, donde se conjuga la aplicación del programa docente con un programa deportivo especializado”

Al conjugar este enunciado con lo planteado en el acápite relacionado con la MISION que pueden perseguir estos centros, indiscutiblemente se puede hacer mención a la necesidad de concebir su conceptualización en función de las estrategias y objetivos diseñados al efecto, pero siempre considerando y evaluando las experiencias ya verificadas, lo que nos permite cuidar, durante todo el transcurso de su vida deportiva, el desarrollo ascendente del joven atleta.

A partir de estas afirmaciones se puede hablar de tres ideas fundamentales que se considera deben formar parte del cuerpo de los Objetivos Estratégicos a concebir para el funcionamiento de estos centros deportivos (Fernández et al, 2001):

· Alcanzar un desarrollo multilateral del individuo que incluya sus posibilidades físicas, psíquicas, humanas y sociales y la formación de valores que le permitan adoptar conceptos y desarrollar principios que lo preparen para enfrentar las grandes exigencias de la vida social y deportiva futura

· Lograr que el joven alcance resultados sobresalientes en su disciplina deportiva que garanticen una estabilidad ascendente de su rendimiento y le permitan alargar su vida activa en función de sus propios resultados y en correspondencia con el estadio correspondiente al desarrollo de sus potencialidades según la disciplina deportiva.

· Desarrollar en el joven atleta un conjunto de valores y componentes del carácter y la personalidad relacionados con la disciplina, la voluntad, el valor, el sacrificio, el colectivismo, la solidaridad, la modestia, la autoestima y otros, según el entorno y el contexto donde se desarrolle.

PROGRAMA INTEGRAL

Otra de las características de estos centros, que se debe cumplir en cada uno de ellos independiente del tipo y sus condiciones específicas, es la aplicación de un conjunto de actividades que conforman un programa que debe ir encaminado al cumplimiento de la misión y los objetivos propuestos, dando salida a la que puede considerarse la dirección estratégica de las escuelas deportivas: el desarrollo del proceso docente-formativo, a partir de lo cual estos programas deben incluir (Pardo 1994, Yánez 1996):

Actividades académicas generales: Cumplimiento de los programas de la enseñanza general y politécnica que permite que todo estudiante-atleta pueda insertarse sin afectaciones desde y hacia el sistema de enseñanza en el lugar, al cumplir los objetivos generales propuestos por el Ministerio de Educación (o la entidad rectora del sistema educativo y formativo correspondiente); esta es la garantía de continuidad de estudios en los diferentes niveles de la enseñanza.

Actividades Culturales: Conjunto de actividades que permiten un desarrollo del conocimiento y un enriquecimiento del acervo cultural de los alumnos-atletas que le posibiliten lograr apropiarse plenamente de su identidad y de los procesos cognitivos propios de su idiosincrasia y cultura a través de la formación de valores ciudadanos y humanos en correspondencia con la línea general de formación decidida para cada estrato o nivel.

Educación Laboral: El despliegue de un conjunto de proposiciones laborales que propicien el conocimiento amplio de la importancia del trabajo en la formación y desarrollo de la especie humana, así como su integración a la sociedad al momento de cesar su vida deportiva, profundizando en su inclinación y formación vocacional y las aptitudes y posibilidades laborales y profesionales futuras.

Especialización Deportiva: Desarrollar programas de preparación del deportista sobre la base de las necesidades y posibilidades del atleta que le facilite la elevación constante de sus potencialidades, rendimientos y resultados deportivos.

Estos cuatro componentes del programa a cumplir en las Escuelas Deportivas garantizan la dirección adecuada para desarrollar el trabajo en la formación multilateral e integral del individuo y se convierten en piedra angular de la labor formativa a la que debemos aspirar en estas instituciones.

FACTORES QUE DETERMINAN LA CREACIÓN DELAS ESCUELAS DEPORTIVAS

Conocidas las características comunes que identifican las escuelas deportivas es importante discriminar un grupo de factores que determinan su creación, y que al final son los que van a garantizar el éxito de su existencia, estos factores deben analizarse a la luz de las realidades y estrategias de cada lugar, pasando por el basamento jurídico y legal, buscando sacar el máximo provecho, social, político y económico a estas instituciones.

Las escuelas deportivas requieren de una alta dosis de voluntad y deseo, componentes objetivos y subjetivos llamados a permitir su surgimiento, estos factores están presentes en todo momento y determinan, en última instancia, la posibilidad de creación de estos centros.

CONDICIONES Y POSIBILIDADES POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES.

Factor determinante, son en primer lugar las posibilidades políticas, económicas y sociales las que van a determinar la posibilidad, el tipo y la magnitud de la escuela a desarrollar y propondrán el tiempo estimado necesario para lograrlo. Si se toma como punto de partida qué se quiere, cómo se quiere lograr, se debe conocer qué recursos se poseen para su logro, en ese orden de prioridad. El diagnóstico, sobre la base del estado deseado, del análisis de la situación del entorno y la del propio sistema, es la primera vía a transitar para conocer las realidades que van a posibilitar su creación

El proyecto de escuela deportiva debe permitir conocer cómo corresponder los gastos calculados con los beneficios a obtener, siempre ponderando lo que se quiere lograr, es importante considerar que el primer beneficio y beneficiado será la sociedad, considerando los rasgos de la Misión y objetivos enunciados en el apartado de "Características comunes"

Cuando se habla en este aspecto no se refiere a condiciones ideales sino a condiciones mínimas indispensables a las que, aportando inteligencia y voluntad, esfuerzo y trabajo, innovación y creatividad se les pueden extraer los mejores resultados.

Es importante también el aspecto social, viéndolo en su interacción, por un lado el tipo de institución que permite el entorno y por otro lado la forma en que el centro deportivo influye en el desarrollo social y cultural del medio social que lo acoge, es fundamental mantener esta unidad indisoluble en aras de incorporar los logros deportivos a la sociedad, lo que redundará en un mayor acercamiento de ella a la práctica de la actividad física, no olvidar que el resultado final de la Escuela Deportiva: el estudiante-atleta, tiene su destino final, su aporte futuro, precisamente en ese contexto.

ESTRATEGIA GENERAL DEL DEPORTE (País, Provincia, Estado, Municipio, etc.)

El qué referido en el factor anterior, el deseo expresado en ideas concretas, factibles y viables; el qué se propone lograr, cómo se propone ese logro, qué repercusión social se pretende alcanzar, hacia quién va dirigido, preguntas necesarias, respuestas que derivarán en estrategias en función de la Misión de la Organización, a partir de las cuales podrá determinarse en gran medida el tipo de centro que se va a instituir. No se puede hablar de un centro que trabaja en la formación y desarrollo de atletas de rendimiento en un lugar donde la estrategia no garantice la práctica sistemática de actividades físicas. Como también es importante constituir un centro deportivo en un lugar donde exista una agrupación de buenas instalaciones deportivas lo que permitirá un uso más adecuado y racional de ellas.

Es necesario insistir en este tópico sobre la importancia de la voluntad política a la hora de diseñar, erigir y dirigir la estrategia deportiva, el deporte debe convertirse en motivo y causa de todos y debe estar en función de ese bienestar común.

El deporte como fenómeno social debe convertirse en arista principal de la política de desarrollo social y económico de un lugar, aspecto que cada día cobra mayor fuerza en las decisiones y estrategias de ciudades, poblados, municipalidades; fortaleza que se debe incentivar al máximo, acción globalizadora que deben emprender los gerentes y promotores deportivos a cualquier nivel, el resultado deportivo es vehículo de motivación a la práctica del deporte y las actividades físicas y el incremento de ellas debe ser motivación decisiva para el funcionamiento de las escuelas deportivas.

Será precisamente a partir de estas definiciones que se podrán enunciar misión, objetivos y acciones enmarcadas en las tres ¨p¨, planes, programas y proyectos, armas esenciales para la creación y funcionamiento de las escuelas deportivas.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS A ALCANZAR:

A la pregunta ¿qué se va a lograr como resultado final? responderá el objetivo específico para el tipo de centro a crear en dependencia del lugar que ocupe en el sistema del deporte y el (los) problema (s) real (es) al (a los) que va a dar solución. Si el objetivo es formar atletas a partir de la iniciación deportiva será una Escuela para la Iniciación Deportiva. Por otro lado si se habla de desarrollar atletas capaces de enfrentar competencias nacionales e internacionales se estará en presencia de centros de alto rendimiento, es bueno recalcar que todas estas denominaciones llevan implícito el objetivo de formación integral del joven atleta, las formas, métodos y medios para lograrlo son las que van desarrollándose en función del escalón que ocupe la institución en el espectro educativo.

Este punto es muy importante a la hora de desarrollar los diagnósticos y proyectos de estrategia pues responderán siempre a la política que se trace y a los resultados finales que se quieran alcanzar en cada lugar.

PRINCIPIOS COMUNES:

Todas las escuelas deportivas de la estructura de formación para el deporte de rendimiento cumplen cuatro principios fundamentales que corroboran y apuntalan lo planteado hasta aquí y que se convierten en la piedra angular de todo este sistema, la violación de ellos podría convertirse en un fuerte obstáculo para el cumplimiento de proyecciones, estrategias y objetivos trazados para su funcionamiento, razón por la cual deben ser organizados, desarrollados, controlados y evaluados en estrecha interrelación dialéctica.

Estos principios, que no dogmas rígidos y factores estáticos en el accionar de cada uno y de todos ellos, enunciados sobre las ideas elaboradas por Pardo (1994) y Yánez (1997), pueden manejarse para cada centro o institución siempre en función de las condiciones propias y las características individuales y a partir de los factores enunciados y explicados en párrafos anteriores.

SELECCIÓN DE TALENTOS

La matrícula de estos centros no puede dejarse a la espontaneidad, al capricho, la inspiración o al empirismo, no puede ser obra de la casualidad ni la “buena idea”, los estudiantes atletas que pasen a formar parte de ellos deben salir de un profundo y riguroso proceso de selección que permita una depuración continua y paulatina que garantice la presencia, en cada ciclo, de los mejores valores para enfrentar la preparación deportiva y sus retos.

Esta selección, como se explica en el título ”Selección de Talentos Deportivos” del autor, debe ser un proceso continuo, en el que estarán involucrados un grupo importante de factores que garanticen la búsqueda, detección, control y desarrollo de los talentos deportivos, vistos estos no como piezas realizables a partir de un trabajo, sino como seres sociales, destacados sobre otros por sus características físicas, psicológicas o morfofuncionales, pero integrantes de una comunidad y un medio social que de hecho los transforma, los educa y los convierte en el resultado final, resultado del que, en el caso que ocupa, posee la máxima responsabilidad.

PROMOCIÓN DE ATLETAS

Este es un producto de la selección continua de los talentos, en cada ciclo que culmine se hacen las evaluaciones correspondientes que garanticen completar esa selección, así los mejores valores serán promovidos a escalones superiores, decantándose aquellos que se estancan en su desarrollo o han perdido las condiciones por las que fueron seleccionados. La promoción de atletas no debe verse sólo como la evaluación a ellos realizada, en su conclusión, la promoción de atletas se convierte en factor cualitativo, en una evaluación objetiva de todo el proceso docente-deportivo-educativo que incluye a educandos y educadores, a personal auxiliar y a personal de apoyo.

Para cumplir este principio es vital el diseño de los indicadores de desempeño que posibiliten una correcta y objetiva evaluación del progreso de los jóvenes valores, en función de los objetivos y estrategias diseñados.

Es importante señalar que en este principio es fundamental, tanto o más que el seguimiento a los que continúan, el adecuado control y la estrategia a seguir con aquellos que, en correspondencia con el propio sistema de selección, queden fuera de las estructuras de formación deportiva los que, en la mayoría de los casos, se convierten en los soportes definitivos del propio sistema al transformarse en profesores, médicos, fisioterapeutas, psicólogos, periodistas, directivos, etc, convirtiendo la pirámide del deporte de Alto Rendimiento en una verdadera estructura multipoligonal.

SIMILITUD DE OBJETIVOS

Este principio permite la posibilidad de cerrar el sistema y que el paso de una etapa a otra se produzca de manera continua y armónica, evitando las barreras que pueden interponerse para frenar o desviar el proceso, es una de las aristas que hacen de la estructura de los centros deportivos un complejo y profundo sistema del deporte en busca de la consecución de altos resultados.

El diseño de los objetivos debe corresponderse con lo que se quiere lograr, con las reales necesidades de cada lugar, se debe tener presente el diagnóstico y las características del entorno, cumplir la relación estrecha con los indicadores de desempeño señalados para dar seguimiento a los talentos y jóvenes atletas que actúan en el sistema.

Es necesario en este tópico insertar un comentario sobre el uso de la DPO en las escuelas deportivas, término necesario y muy a tono con algunas realidades del acontecer de la gestión del deporte y las actividades físicas, en Cuba se ha diseñado un estudio para la implantación de esta técnica en las escuelas deportivas, trabajado por un pequeño grupo consultor integrado por tres (3) profesionales de la dirección con vasta experiencia en el funcionamiento de estas instituciones y un grupo importante de directivos, profesores, alumnos-atletas y expertos en el tema. (Fernández et al, 2002) (Ver apuntes para la implementación de la DPO en las Escuelas Deportivas, de Fernández, Valdés y Martínez)

SIMILITUD DE ESTRUCTURA Y DIRECCIÓN

Por cuanto la comunidad de objetivos, de principios y de formas de desarrollar el trabajo determinan que las estructuras organizativas y de dirección se correspondan en función de lograr el trabajo como sistema, permite además una adaptación y formación en un proceso sistemático y cíclico, escalonado ascendentemente y que garantiza que las diferencias del medio (políticas, económicas y sociales) puedan ser minimizadas.

Para este tipo de institución puede considerarse que la estructura matricial es mucho más operativa, ofrece una idea de mayor organización, permite una mejor y amplia atención a la satisfacción de las necesidades de los estudiantes-atletas que otro tipo de organigramas de dirección, si se considera que todas las áreas, todas las estructuras intermedias actúan más de manera directa que indirecta sobre ellos. En este punto la experiencia compartida, reflejada ya en algunos trabajos de investigación, apunta a ponderar los procesos que de forma horizontal garantizan la salida cualitativa del sistema. Vale destacar que en el mundo contemporáneo comienza a destacarse una forma organizativa vinculada al trabajo de la informática, que es la dirección en redes. En este tema no se ha profundizado pero experiencias de trabajo en y con equipos en la dirección de escuelas deportivas preludian que esta pueda convertirse en la forma organizativa más apropiada para su desarrollo.

ASPECTOS IMPORTANTES DEL TRABAJO EN LAS ESCUELAS DEPORTIVAS

En su obra citada, Pardo (1994), se refiere a un grupo de aspectos importantes que se corresponden con actividades que, además de caracterizar estas instituciones, se convierten en la raíz fundamental de su funcionamiento, entender el papel de cada uno de ellos posibilita en gran medida estar listos para comprender la importancia de la labor formativa de estas instituciones y la incidencia que pueden reflejar en el entorno y el medio social donde se desarrollan.

No obstante valorar el aporte del citado colega se añade la experiencia personal y la consulta de expertos para rediseñar y ampliar estos aspectos, por considerarlos decisivos a la hora de enfrentar la creación y funcionamiento de estos centros.

DIRECCIÓN ESCOLAR

El proceso pedagógico de estas instituciones se corresponde con un sistema típico de una escuela, es así que toda la actividad está regida por una Dirección Escolar que garantiza una organización y funcionamiento formativo-docente-educativo que incide y decide directamente en el desarrollo y los logros de los alumnos-atletas, esta dirección permite trabajar a partir de una planificación, organización, control y evaluación sistemática de la vida diaria de todos los componentes del sistema.

Esta forma organizativa logra, en el caso de las organizaciones que funcionen con los dos componentes de la formación del atleta – preparación deportiva y formación académica general – que no se conviertan en antagónicas las relaciones inversas que obligatoriamente se producen entre los procesos docente-deportivo y docente de enseñanza general, encaminando el trabajo al complementamiento de uno con otro, así puede verse que el programa de preparación debe hacerse coincidir con la carga de clases de la enseñanza general, formando una acción de flujo y reflujo; los momentos de mayores cargas físicas pueden establecerse paralelos a los períodos de receso docente y vacaciones y viceversa, garantizando que la atención se centre sobre el proceso predominante.

La Dirección Escolar permite además el desarrollo armónico de un conjunto de actividades culturales, laborales y recreativas que son al final, unidas a los procesos fundamentales docente – deportivo y docente de enseñanza general, las que permiten el logro de la formación multifacética de los educandos, lo que posibilita de esta forma cumplir las ideas expresadas anteriormente y que son sugeridas para el diseño de la misión y los objetivos de estas instituciones.

Escuela es sinónimo de organización, disciplina, orden, enseñanza-aprendizaje, relación saber-aprender, de ahí que el funcionamiento con estas condiciones de los Centros Deportivos, lleva ya, de inicio, el sello de la calidad de sus procesos instructivo y formativo.

TRABAJO METODOLÓGICO EN EL DEPORTE

Al conjunto de actividades teórico-prácticas encaminadas al perfeccionamiento del proceso pedagógico deportivo se denomina Trabajo Metodológico y entre ellas se pueden relacionar conferencias, seminarios, cursos, trabajos investigativos, participación en eventos científicos, clases abiertas, clases metodológicas, demostrativas, talleres, etc.

Todo el proceso de formación, desarrollo y perfeccionamiento del atleta a partir del trabajo de los colectivos técnicos y equipos multidisciplinarios de alto rendimiento, (entrenadores, médicos, fisioterapeutas, sicólogos, -según corresponda) está avalado por un profundo trabajo metodológico, orientando vertical y horizontalmente, que garantiza un nivel de desarrollo armónico sin saltos espectaculares.

El Trabajo Metodológico es también garantía de retroalimentación, de investigación, de redescubrimiento, superación, de interactuación sistémica, es sinónimo de ideas frescas, de elaboración conjunta, de relaciones interpersonales, dejando huellas profundas, fijas, que llevan sus marcas a lo más interno del trabajo técnico propiamente dicho.

TRABAJO EDUCATIVO Y FORMATIVO

El atleta en las escuelas deportivas no sólo se prepara para formar parte de la elite deportiva del lugar, como ya se ha insistido la tarea más importante de todo centro escolar es la preparación como ciudadano; y como ciudadano activo y parte importante del desarrollo de su sociedad; de todos los estudiantes-atletas, aspecto que forma parte, incluso, de las ideas propuestas para identificar la misión y los objetivos de estas escuelas.

En virtud de esto la aplicación de un proceso que logre materializar en todos y cada uno de los educandos los ideales formativos de la sociedad, permite una identificación positiva entre los atletas y el medio social que los acoge, lo que de hecho se convierte en un acercamiento de la sociedad a la práctica del deporte de resultados.

Actualmente este fenómeno es muy importante resaltarlo en toda su magnitud, pues precisamente la no observancia de los requerimientos aquí planteados establecería un divorcio sociedad-deporte, resultado que no beneficia a ninguno de ellos; la familia, la sociedad, deben formar parte activa y directa de la incorporación de la juventud a la práctica deportiva y ésta, en reciprocidad, debe poner en función de aquellas los resultados deportivos que se alcancen.

APLICACIÓN DE PROGRAMAS DE PREPARACIÓN DEPORTIVA

Para lograr que el sistema deportivo funcione es imprescindible que en todos y cada uno de los lugares donde se practique una disciplina deportiva se trabaje sobre objetivos y acciones comunes, aquí juega un papel fundamental el trabajo de las Federaciones Nacionales o Provinciales, las Ligas, Confederaciones y Clubes según corresponda, encargadas de emitir los lineamientos metodológicos para el trabajo en todos los niveles.

En la experiencia cubana, a partir de la aplicación de los Sub Sistemas de Alto Rendimiento (1984), hoy Programas de Preparación del Deportista (1992), se ha logrado materializar y encauzar las orientaciones organizativas, técnicas y metodológicas fundamentales para desarrollar el proceso de preparación, estos programas deben ser evaluados y modificados al finalizar cada ciclo diseñado en las estrategias del lugar, sobre la base de las experiencias y los resultados alcanzados y en función de los objetivos que se pretenden alcanzar para cumplir la misión asignada y alcanzar el impacto social deseado.

LABOR DEL PROFESOR DEPORTIVO (ENTRENADOR)

Todos los pasos encaminados al logro de los objetivos propuestos para los centros deportivos gravitan insistentemente sobre un punto que, de hecho, es el eje fundamental del logro de los resultados, cuando se refiere a resultados de todo el sistema, al cumplimiento de la misión, el impacto social y los objetivos enunciados; el profesor deportivo (entrenador) resume en sí mismo toda la estrategia, toda la responsabilidad de una acción formativa-pedagógica que, como ya se ha dicho, no culmina con el logro del resultado deportivo, su labor va mucho más allá, es el responsable por excelencia de lograr la formación multifacética e integral, a través de una formación deportiva en particular, de los jóvenes atletas.

Después de estas consideraciones puede resumirse que el entrenador ideal para las escuelas deportivas es aquel que logra unir a sus profundos conocimientos técnicos, una exacta valoración de la repercusión social de su trabajo, un educador cuyo ejemplo personal sea su primer y más valioso conocimiento técnico, un profesor capaz de trasmitir los valores ciudadanos que aprendió en su casa, en la escuela y la comunidad, con sus familiares y maestros y profesores, un pedagogo de excelencia, formado ayer para educar hoy a la generación que le corresponde vivir y decidir mañana, sólo así se puede lograr el objetivo final de las instituciones del deporte de rendimiento.

BASES PARA EL FUNCIONAMIENTO DE LAS ESCUELAS DEPORTIVAS

Existen tres bases fundamentales para el funcionamiento de los centros deportivos que fueron enunciadas por Fidel (1997) en su discurso de inauguración de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) “Mártires de Barbados” de la Capital Cubana, escuela entregada a los niños y jóvenes deportistas hijos del pueblo capitalino en honor a un grupo de destacados esgrimistas, asesinados en la flor de su juventud (Castro, F, 1997) por defender en el terreno deportivo, entre otros, el derecho a la práctica libre del deporte, estas bases han sido la premisa fundamental de los logros de las escuelas deportivas en Cuba y por ende de los resultados alcanzados por el país en esta esfera. Son expuestos en toda su magnitud por considerar que son perfectamente aplicables en cualquier caso de institución deportiva, no importa el lugar, cualquiera que sea la ideología, independiente a la filosofía. Son, como bien se expresa, “…tres Reglas de Oro…”, tres reglas para hacer campeones, campeones honestos, modestos, sencillos; campeones educados, formados, campeones de y para la sociedad.

EL ATLETA TIENE QUE SER BUEN ESTUDIANTE Y TIENE QUE PROMOVER EL CURSO

Implica cumplir la primera parte del objetivo de estos centros, dando prioridad a la preparación y formación del atleta para su incorporación inmediata a la sociedad. No puede concebirse un buen atleta que no mantenga una actitud consecuente con su formación y de tal forma no puede admitirse.

Este principio es importante también tenerlo presente para la formación deportiva de los educandos pues será más fácil asimilar las nuevas técnicas, los nuevos implementos, los nuevos adelantos científicos en la medida que haya un desarrollo mayor del intelecto; en la medida que haya un mayor conocimiento de la realidad social que los rodea y de las posibilidades que el medio proporciona.

En otro sentido este principio se convierte además en atractivo y movilizador para la participación activa de los niños y jóvenes en los procesos formativos donde la actividad física y deportiva ocupa un lugar principal.

¿Por qué se puede apuntar esta afirmación?

En la medida que la preocupación del sector deportivo abarque más globalmente la esfera formativa, los padres y tutores la respetarán en correspondencia con ese comportamiento, pues su primera gran preocupación (generalmente así sucede), es la superación y preparación de los infantes para su vida en la sociedad donde les corresponde actuar, de tal forma los máximos responsables de asumir este papel, los padres, verán con mucho agrado aquella institución en la que a la par de formar un niño sano, físicamente estable y fuerte se prepara a esa personita para vivir su adultez.

En este punto es bueno detenerse, no puede olvidarse que los estudiantes-atletas matriculados hoy en las escuelas deportivas no solo serán los atletas de mañana, se convierten también en los profesionales de la sociedad futura, en sus políticos, sus educadores, los obreros responsabilizados con la construcción, el aseguramiento y la guía de la sociedad, para entonces, de hecho el mañana en gran medida está en las manos de todos, puede decirse que unido a los sectores educacionales tradicionales, la enseñanza deportiva se convierte en el segundo sector en importancia y responsabilidad con la estrategia formativa y educativa de cada lugar.

Es bueno recordar que la formación de hoy permite estar preparados para vivir mañana, pero para vivir al siguiente día es obligatoriamente necesario mañana la asimilación de nuevos conceptos, ideas, hábitos, conductas, acordes con ese momento y situación de futuro.

EL ATLETA DEBE DESARROLLAR SUS APTITUDES DEPORTIVAS Y FISICAS AL MAXIMO

Por cuanto la consecución de altos resultados implica ser cada día más rápido, más fuete, más ágil; no existen términos medios, el atleta del futuro tiene que trabajar desde edades tempranas por desarrollar al máximo sus potencialidades; aprender, perfeccionar sus cualidades, capacidades y posibilidades; apropiarse y desarrollar los valores personales y sociales.

No debe olvidarse que hay un grupo de capacidades físicas y psíquicas que van perdiéndose con el paso del tiempo, capacidades que deben ser trabajadas y perfeccionadas en el momento propio en que se garantice su óptimo desarrollo. El tiempo perdido no admite ser recuperado; es necesario aprender, perfeccionar, trabajar en cada momento lo que el momento exige; en cada edad lo que la edad requiere, en cada cuerpo lo que el cuerpo necesita, en cada mente lo que la faculta para cumplir con las exigencias crecientes y con el papel de líder y vanguardia que la juventud en particular y la sociedad en general, reservan para el atleta de éxito; por lo que cumplir este principio forma parte de la optimización, eficiencia, eficacia, calidad del sistema y el uso adecuado de su potencial humano.

EN ESTAS ESCUELAS LA SELECCIÓN DEBE SER CONTINUA

Para garantizar la continuidad del proceso, para garantizar que el sistema funcione, es necesario controlar y evaluar el progreso de cada atleta y, cíclicamente, a partir de esa evaluación detectar quienes son los que han desarrollado sus cualidades a partir del inicio y los que ya se han estancado o comenzado a disminuir el desarrollo de sus potencialidades. Los primeros deben continuar; los segundos deben dar paso a talentos nuevos con mejores características para su desarrollo. La matrícula en estos centros se compromete por períodos de tiempo que pueden ser prorrogables mientras se cumpla con los requisitos que permitieron su incorporación.

La escuela deportiva debe funcionar dentro de un sistema que trabaja por la formación deportiva de niños y jóvenes, incluye decisivamente procesos de selección de talentos, vía principal para su desarrollo, lo más importante es saber qué hacer con cada niño o joven que, al perder esos requisitos, queda fuera de la escuela, fuera de la escuela pero dentro de la sociedad; la salida del atleta del sistema deportivo puramente hablando, puede ocurrir a cualquier edad una vez comenzado el proceso formativo-deportivo, es importante que la preparación de ese joven para la vida social y profesional comience desde el mismo momento que inicia la formación deportiva, solo así estarán creándose las condiciones para el cumplimiento de la misión, objetivos e impacto social del trabajo de estas instituciones.

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OTRAS FUENTES

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PARA CITAR:

Fernández. L. (2008), La escuela deportiva. Organización básica del sistema deportivo. Gestión y Funcionamiento. I Cumbre Iberoamericana de Educación física y Deporte Escolar. La Habana. Dirección de Educación Física y Deportes. La Habana.

[1] del inglés home run

 

 

 

 

Autor:

Lázaro Fernández Castellanos

Partes: 1, 2
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