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La formación de Profesores Generales Integrales competente (página 2)


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A la palabra profesional se le atribuye la connotación de que sabe diagnosticar problemas profesionales de su contexto escolar y crear, en función de hallar soluciones consecuentes para resolver dichos problemas. Por tanto formar a los Profesores Generales Integrales de Secundaria Básica, los cuales serán profesionales de la educación, implica no solamente darles los contenidos de enseñanza aprendizaje del currículo para que estos sean aplicados en su actividad pedagógica a partir del segundo año en la microuniversidad, sino que necesita darle instrumentos para que en su labor docente pueda diagnosticar con agilidad los problemas profesionales y proponer alternativas creativas para su solución.

El profesor en formación de Secundaria Básica, recibe muchos contenidos de diferentes asignaturas por diferentes profesores y con diferentes enfoque, sin embargo no sabe que hacer con ese conocimiento para enfrentar el proceso de dirección del aprendizaje de sus estudiantes pues él solo tiene que impartirlas todas y con el enfoque interdisciplinar con que se exige la dirección del proceso, por lo que tiene que auxiliarse de un tutor que es el que tiene que ""rellenar"" los vacíos para poder enfrentar la nueva etapa de su formación.

La formación no significa atiborrar de conocimientos al futuro profesor en formación, mucho menos de datos memorísticos, no puede ser concebida como la transmisión de contenidos por las diferentes asignaturas de forma fragmentada según la lógica interna de cada asignatura, sino que hay que concebirla desde la lógica de la profesión, donde el tratamiento a los contenidos sea coherente por parte de todos los profesores del colectivo pedagógico, con un enfoque interdisciplinar.

Esta lógica de la profesión exige que, como la formación es un proceso gradual, esta sea planificada desde el colectivo para lograr las influencias educativas coherentes e intencionadas en función de que en el futuro profesor se potencie el desarrollo de las competencias que los caracteriza.

La competencia profesional es entendida como una configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales, y cualidades de la personalidad en estrecha unidad funcional, autorreguladondo el desempeño real y eficiente en una actividad.(Gonzales, V, 2000)

La competencia profesional es el resultado de un proceso de educación de la personalidad para el desempeño eficiente y responsable que no culmina con el egreso del estudiante de un centro de formación profesional sino que lo acompaña durante el proceso de su desarrollo profesional en el ejercicio de la profesión. (González, 2000), es por eso que compartimos la opinión de que es necesario que se precise, a partir de su caracterización , los niveles y elementos de competencias para el desarrollo de las mismas, de manera que los encargados de la formación de este docente tengan estrategias que los oriente en cómo dirigir ese proceso para obtener éxitos.

La formación de las competencias se construye en cada individuo, responden a estructuras complejas diferenciables en cada sujeto, pero este, como ser social, las construye en su relación con los demás sujetos y en el contexto ambiental y social, sólo en la vida, en la sociedad, es posible su construcción, por lo que es necesario que se trabaje desde la formación de este profesional, lo que exige el trabajo con esos modos de actuación con un enfoque interdisciplinar.

La formación de competencias es un proceso de desarrollo humano (constructivo), dinámico, que requiere de un cambio de actitud permanente y que resulte de una práctica cotidiana, orientada con el propósito de fomentar el compromiso, la flexibilidad, la trascendencia y el amor en lo social y en lo profesional.

El desarrollo de las competencias es un proceso gradual y complejo en el que se alcanzan niveles o estadios en este período de la formación, que continúa desarrollándose en la práctica del ejercicio y con la superación permanente del profesional, por lo que para alcanzar la calidad en el desempeño del docente es necesario que se definan esos niveles por lo que debe transitar el proceso de desarrollo de la competencia profesional del Profesor General Integral de Secundaria Básica.

Se asume que los niveles son estadios en el proceso de desarrollo de la competencia que reflejan el comportamiento integral de los indicadores en íntima relación con otros criterios pedagógicos asumidos. (Parra. 2002)

Para definir los niveles de desarrollo de las competencias en esta investigación hemos tenido en cuenta los siguientes indicadores:

  • Vínculo de la teoría con la práctica

  • Sistematización de la práctica educativa (tránsito por el ciclo).

  • Grado de independencia que alcanza en la formación para la solución a los problemas. Profesionales.

Consideramos que para alcanzar el desarrollo de las competencias profesionales se pudiera trabajar con los diferentes niveles.

  • Primer nivel: Nivel de preparación del habilitado.

  • Segundo nivel: Nivel de familiarización práctica

  • Tercer nivel: Nivel de reorganización.

  • Cuarto nivel: Nivel de consolidación.

  • El primer nivel, se caracteriza por la preparación teórica que recibe el futuro profesor permitiéndole familiarizarse teóricamente con los problemas profesionales a partir del trabajo sistemático del colectivo pedagógico con las situaciones profesionales contextuales, logrando un nivel de orientación profesional inicial que le permita incorporarse a la microuniversidades a partir del segundo año en un grupo de quince estudiantes, bajo la tutoría de un profesor de experiencia., donde comienza el tránsito por el ciclo Este debe alcanzarse en el primer año intensivo de la formación.

El segundo nivel se caracteriza, por el grado de preparación teórica-práctica que permite que el profesor en formación reconozca, a partir de las situaciones profesionales contextuales trabajadas , los problemas profesionales en la praxis, donde para su solución imita el modo de actuación de sus profesores del ISP, y tutores, alcanzando una actuación práctica inicial .

El tercer nivel se caracteriza por la incorporación a la práctica, no solo de la teoría adquirida en sus año precedentes, sino de la adquirida en su experiencia enriquecida, tanto en la Sede Pedagógica, como en el cumplimiento del tránsito por el ciclo en microuniversidad, permitiéndole al profesor en formación proponer alternativas de solución para resolver los problemas de su escuela (aula) alcanzando un nivel de actuación profesional consciente. Este nivel debe alcanzarse entre el tercer y cuarto año de la formación.

El cuarto nivel. Se caracteriza por el grado de autodeterminación profesional que muestra el profesor en formación en la toma de decisiones oportunas y conscientes, permitiéndole crear nuevas alternativas de solución a los problemas profesionales con lo cual contribuye al desarrollo de los proyectos centros.

Para potenciar el transito de los profesores en formación por los niveles es imprescindible que el colectivo pedagógico proyecte la dirección y evaluación del proceso a partir de un diagnóstico pedagógico interdisciplinar. En este órgano hay que lograr que en el primer año el alumno reciba toda la orientación profesional inicial necesaria para que se familiarice con la profesión, pero esta solo se logra si el tratamiento a los contenidos se proyectan a partir de situaciones profesionales contextuales elaboradas y aprobadas por el colectivo, donde se les puedan dar tratamiento a los contenidos de todas las asignaturas y al mismo tiempo se les de seguimiento a las necesidades de los futuros profesionales.

Se entiende por situaciones profesionales contextuales a aquellas situaciones que son creadas por el colectivo pedagógico, a partir de su experiencia práctica, donde se enmarquen las problemáticas detectadas para la dirección del proceso de enseñanza aprendizaje en las microuniversidades, a partir de las cuales se les puedan dar tratamiento a las necesidades profesionales derivadas del diagnóstico pedagógico integral.

Estas situaciones profesionales contextuales serán trabajadas de formas planificadas, y al ser aprobadas por el colectivo pedagógico, se debe garantizar la salida fluida de los contenidos de las diferentes asignaturas. De igual manera el tratamiento a las mismas será con una marcada intencionalidad que contribuya a que el profesor en formación se oriente en qué va a encontrar en la realidad educativa de su componente laboral , qué necesita conocer para enfrentarlo y qué bibliografía puede utilizar para prepararse, estimulando de esta forma el autoconocimiento, la autodirección y la autorregulación efectiva de su comportamiento, así como su independencia las cuales constituyen indicadores para evaluar las competencias

Esta orientación profesional inicial garantiza la comprensión por el profesor en formación de lo que va a hacer, antes de iniciar su ejecución en el componente laboral, en la medida que él sepa cómo tiene que proceder para aprender él y para enseñar a sus alumnos, qué materiales, instrumentos va a utilizar y qué acciones y operaciones debe de hacer, así como el orden de su ejecución, mayor será después la calidad de dicha ejecución para su autopreparación y por tanto el de su desempeño, además el garantizar la comprensión por el profesor en formación permite que se formen en él procedimientos que puede generalizarlos para abordar la solución de tareas similares y de otros tipos.

Debe concebirse desde el colectivo pedagógico qué orientación profesional inicial se le dará a los profesores en formación para ir obteniendo resultados a corto y largo plazo.

El colectivo pedagógico debe partir de las exigencias sociales de la profesión donde se reflejan los objetivos , los propósitos y aspiraciones que deben ser alcanzados durante el proceso de formación de este profesional, estas deben constituirse en puntos de referencias para proyectar y evaluar el proceso de enseñanza aprendizaje por el colectivo pedagógico durante el desarrollo de su trabajo metodológico, a través del cual deben conformarse en el modo de pensar, sentir y actuar del profesor en formación su comportamiento ideológico y político moral en correspondencia con los principios de la Revolución en su proyección personal y profesional como educador, su alta motivación e identificación profesional pedagógica en su comportamiento cotidiano, así como la dirección del proceso de enseñanza aprendizaje de los adolescentes con enfoque interdisciplinario y desarrollador de su la personalidad.

Conclusiones

El éxito del proceso de desarrollo de las competencias profesionales de este futuro docente, depende en gran medida de que el colectivo pedagógico asuma este un nuevo enfoque para la proyección y dirección del proceso, donde el diagnóstico que se utilice para determinar las necesidades de este futuro profesor pase a ser de un diagnóstico solo aplicable por especialistas a uno para el trabajo cotidiano del colectivo pedagógico , a través del cual se permite pronosticar comportamientos futuros y proyectar estrategias educativas, según las necesidades profesionales existentes y las condiciones de la realidad objetiva, además, para que los resultados de este diagnóstico sirvan para proyectar la dirección del trabajo del colectivo debe aproximarse al desempeño que debe mostrar este futuro profesional, en el cual debe reflejar el enfoque interdisciplinar que utiliza para la formación integral del adolescente que va a educar

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Autora:

Prof. Asist. Leticia Guillot Mustelier

Enviado por:

Aida Maria Ocejo Salvador

Instituto Superior Pedagógico

"Frank País García."

Facultad de Formación de Profesores Generales Integrales de Secundaria Básica.

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