- Introducción
- La cuestión de la usura
- Islam, el camino de hoy
- El final de la economía política
- La plena libertad de comerciar
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
Desde los comienzos de la economíamercantil, con los primeros desarrollos del comercio y la introducción de la moneda, los prestamistas de dinero exigían un interés, valorizando el riesgo y la inmovilización de capital Hay usura cuando el tipo de interés excede el máximo admitido (variable según las épocas). Se considera que tiene que haber un precio justo y razonable a la hora de fijar el tipo de interés y, por lo tanto, no pueden ser determinados exclusivamente en función de la oferta y la demanda.
Sobre esta teoría los gobiernos de algunos países han establecido un límite máximo que se conoce con el nombre de «tasa de usura», se llamó usurarios a los que pasaban del tipo legal y hoy se califica de ese modo a todo interés que tiene un carácter abusivo o peca por exceso sobre el precio corriente de los capitales.
Mahoma estableció la crítica de la usura, crítica reforzada por sus enseñanzas recogidas en el Corán, alrededor del año 600. La palabra original utilizada es riba, referida directamente a los intereses sobre préstamos y que literalmente significa "exceso o adición". Así, los economistas islámicos Choudhury y Malik, de acuerdo con el propio Corán, sostienen que la prohibición del interés en los tiempos del califa Omar era un principio bien establecido e integrado al sistema económico del Islam.La prohibición de la usura permitirá a todos los países del mundo terminar con los abusos en las excesivas tasas de interés, que viene afectando el bienestar social desde mucho tiempo y de esta forma garantizar a los prestatarios un precio justo en el pago de sus respectivas cuotas.
El Corán es la Palabra Eterna de Allah, de Dios Altísimo, tiene múltiples significados (a varios niveles, tanto visibles, sensibles como espirituales, divinos) que se superponen a la vez, completándose mutuamente como un árbol de significados que crece bajo las semillas de las palabras iniciales. Y en todos los casos, en todas y cada una de sus palabras, el Sagrado Corán es, por un lado, testimonio y luz de la Sabiduría Divina y, por otro lado, testimonio e iluminación de la condición de Profeta santo que tuvo el Mensajero de Dios, Muhammad (saaws), pues todas y cada una de las palabras del Corán se le revelaron a él y sólo a él.
En este sentido, la presente investigación se orientó en conocer detalladamente la crítica que enfrenta la región monoteísta abrahamica (islam) de la economía usurera.
La cuestión de la usura
La posición que enfrenta la región monoteísta abrahamica (islam) ante la usura es concluyente, es decir, es inaceptable y no admite discusión, se debe a que allah estableció en el Corán (libro sagrado islámico), la ley de prohibición contra la usura, donde hace referencia a que es permitido el comercio pero siempre y cuando el termino usura no esté presente. Este hecho no se cumplió de forma inmediata, puesto que fue sujeto a un periodo de adaptación.
Una excepción de esta ley se le atribuye a los judíos, ya que se basan en la interpretación de la leyes mosaicas, que le concede la licencia para prestar con usura a los no judíos, con el objetivo de alcanzar poder y riquezas.
De todas la forma de comercio, la usura es la más depravada y la más odiosa, además, es la reproducción antinatural de dinero con dinero. Por lo que contribuye a la riqueza de muchos y a la pobreza de otros, que la convierte en una enemiga potencial del bienestar social.
Aunque muy poca gente sepa hoy lo que es realmente la usura, el crimen de la usura ha sido siempre condenado por todos los grandes hombres de nuestra civilización:
Platón: afirmaba que la usura enfrenta inevitablemente a una clase contra otra y es, por lo tanto, destructiva para el estado.
Aristóteles: La usura no sólo se propone un objetivo antinatural, sino que hace un uso erróneo del dinero en sí, pues el dinero fue creado para el intercambio, no para ser incrementado con la usura.
Entre los romanos hombres como Séneca (6), o Cicerón (7), quienes comparaban la usura con el asesinato.
La usura es un problema que vine afectando al mundo desde tiempos remotos, se puede decir que el origen del comercio y de la usura se dan de la mano, este un problema que se apodero del comercio de forma inmediata y el grado del problema depende en la medida de las habilidades de los usureros y de la tolerancia de las personas.
El país de roma intento en diversas ocasiones establecer una ley de prohibición de la usura, pero las cuales fueron intentos fallidos, a pesar de que estaba limitada la usura, se di libertad para practicarla abiertamente, lo que condujo en el tiempo a la destrucción de roma. Entonces se convirtió la usura en dominio exclusivo de los judíos, puesto que estaba prohibida para los cristianos y los musulmanes. Y así fue Venecia para el siglo XI hasta el XV, la ciudad más usurera de Europa y donde ese establecieron los primeros negocios de depósitos y créditos bancarios.
Islam, el camino de hoy
La propiedad privada es el único ámbito legítimo de la economía entendida como administración. Cada persona tiene la capacidad de administrar sus bienes sin necesidad que el gobierno intervenga en la administración de sus riquezas. El emirato es el gobierno sin estado, forma de gobierno natural o islámico. La ley de Allah constituye la única ley para el
Emirato islámico, donde se impide absolutamente la práctica de la usura.Nadie puede ser obligado a comprar lo que no desea, y menos apagar lo que no ha comprado. Los desequilibrios de la economía usurera se vuelven cada día más evidentes y más acuciantes, hasta el punto de amenazar al mismo equilibrio ecológico del planeta, y por tanto, a la supervivencia del hombre. Los principios liberadores del auténtico islam es proponer el advenimiento a una nueva Europa, no cristiana, sino islámica, donde proclaman la eliminación de todos los impuestos y controles estatales la cancelación y prohibición de toda deuda usurera con bancos e instituciones financieras.
El final de la economía política
Los musulmanes proponen establecer un modelo económico y de gobierno, basados en el ejemplo vivo del profeta Muhammad, que le permita acabar con la usura y con la tiranía del gobierno moderno. La revitalización de este Islam original en Europa supone un reto a las decadentes jerarquías de los estados que dividen artificialmente a los musulmanes desde el periodo colonial. La ciencia económica-política ha perdido credibilidad, debido a la inoperancia y el fracaso global del sistema de estado moderno. Esta ciencia se fundamenta en la metafísica tradicional y relega al hombre a la categoría de mera cosa funcional, Lo que llevo autorizar la trasmutación del gobierno a una mera funcion económica. El control del estado se presenta justificado como redistribuidor, aunque no de recursos, sino de los desequilibrios que él mismo produce, y sobre todo, de los que la usura producen los musulmanes se enfocan en la economía en su sentido original, que restaura al individuo como al único administrador de sus propiedades fuera de la intervención del estado y que deja fuera la economía de un estado esclavizante. Donde el emirato o gobierno islámico es incompatible con la estructura del estado constitucional moderno.el Islam imprime un sentido de libertad en el individuo que no permite someterlo ni ante altares, ni ante ventanillas.
El descubrimiento de la Shariah del Islam original, que proclama establecer un gobierno que no permita administrar las propiedades que no son suyas conducirá a la liberación irreversible del Mundo de las tiránicas estructuras económicas que nos han impuesto. El musulmán es aquel que ha adoptado la firme resolución de regirse a sí mismo, sin sumisión a nada ni a nadie excepto a Allah. El Islam conduce a una revolución pero no hacia fuera o política, sino hacia dentro o en el individuo mismo.
La plena libertad de comerciar
La plena libertad de comerciar consiste en una libertad, de competencia y concurrencia, existencial y no retórica, es decir, la capacidad de toda persona o colectivo de poder producir e intercambiar los bienes de su propiedad a un precio comúnmente aceptado y equitativo con cualquier otra persona o colectivo. Implica la eliminación de todos los controles del mercado que lo han transformado en un sistema usurero. El restablecimiento de un auténtico mercado libre consiste en:
a. La libre elección de moneda.
La libre elección de moneda implica que son los ciudadanos como comerciantes quienes deciden cual es la mercancía que quieren utilizar como medio de cambio. Por tanto, es contraria a la imposición de una moneda artificiosa. La imposición de la moneda bancaria que sufren los ciudadanos hoy en día, que los bancos gocen de privilegio extraordinario para alterar la moneda y aumentar la cantidad de dinero en el mercado simplemente creando más dinero o más crédito de la nada. Los bancos, así, tienen el privilegio único de poder prestar dinero en cantidad superior a lo que realmente tienen en efectivo. Ahora bien, cada vez que se crea más dinero, que estamos forzados a aceptar, se producen, seamos o no conscientes de ello, dos consecuencias inmediatas:
a.1 El lento robo inflacionario.
El papel moneda se devalúa continuamente. Es decir, el precio que pagamos para adquirir el papel es mayor que el que recibimos cuando lo gastamos. Este proceso se repite de una forma lenta pero contundente, robando a cada poseedor o ahorrador de esta moneda una porción de su ahorro, aunque éste sólo lo posea por un pequeño periodo de tiempo. A este robo los economistas prefieren designarlo con el término neutro de inflación. Una de las consecuencias de este proceso es la creación de una nueva clase social totalmente desposeída: Los jubilados. Los trabajadores retirados no entienden como a pesar de llevar una vida entera dedicada al trabajo, al final de su vida productiva se encuentran sin nada.
a.2 La acumulación de capital usurero en los bancos.
Los bancos ganan con el interés de los préstamos de un dinero que han sacado de la nada. El resultado es que los usureros, que no producen ningún beneficio a la sociedad, se enriquecen a costa del resto de la gente. Los políticos convierten al estado en el principal cliente de los banqueros por medio de la deuda, a cambio se respetan mutuamente.
El sistema de moneda impuesta lo mantenemos todos nosotros. Se mantiene gracias al valor que cada uno de nosotros damos a este papel cada vez que lo intercambiamos por una mercancía real. Nos han enseñado que el papel es la única moneda o la que mejor funciona, pero la elección de moneda no puede circunscribirse a términos de eficacia, como si no tuviera nada que ver con seres humanos. La elección de moneda es una cuestión que remite primeramente a la libertad de evaluación inherente a cada persona. Sabemos que cuando han existido tales condiciones de libertad personal, los mercados libres han elegido normalmente metales preciosos, que siendo raros, fácilmente identificables y divisibles, reúnen las más adecuadas características como medio de cambio. Quizás, si fuéramos libres, esta elección se repitiese. Liberalizar la moneda implica permitir que aquellos ciudadanos que no quieren seguir siendo timados, ni mantener con su esfuerzo la continuación de la estafa monetaria de los banco puedan elegir la moneda que mutuamente quieran para comprar y vender.
b. La eliminación de los impuestos.
La eliminación de todos los impuestos incluye también todos los impuestos sobre el comercio. El comercio no puede nunca ser materia de imposición, ya que no existe razón justificable por la cual quien comercie más deba pagar más; y contrariamente a lo que se piensa, gravar la actividad comercial, no implica que se esté imponiendo más a quien más riqueza tiene. Los impuestos comerciales inhiben el comercio. En consecuencia, producen una elevación artificial de los precios que, lógicamente, afecta más negativamente a quienes menos recursos poseen. El establecimiento de impuestos no se puede justificar como una forma de solidaridad social, ya que no es social, sino que es decidido y utilizado por una minoría; ni tampoco es solidario, sino que es impuesto por esta minoría.
Los políticos se han auto-investido con la capacidad de comprar con el dinero de la gente y de pretender valorar "objetivamente" o adivinar los servicios y los medios que esta gente necesita. Pero establecer una valoración objetiva, lleva consigo el considerar al hombre como un objeto. El valorar, como toda acción, no es una cosa. Sólo se valora en el momento de comprar y vender. Para saber lo que la gente quiere, nadie mejor que la propia gente en el acto de intercambiar. El acto de valorar es propio de quien lo ejecuta y es inaprehensible por medio de representación numérica o estadística alguna. Si efectivamente los servicios y los medios que los políticos del estado ofrecen se corresponden con lo que la gente desea, no hay duda de que la gente decidirá comprarlos o producirlos, y si no fuera así, los políticos se habrán equivocado y la gente no los comprará o simplemente comprará otros. Puede que incluso un grupo de gente elija unos servicios y otros grupos elijan otros mucho más variados, o puede incluso que decidan agruparse espontáneamente de una forma para unas cosas y de otra forma diferente para otras.
c. La eliminación del control impositivo de los precios
La eliminación del control impositivo de los precios implica que dentro del marco de la equidad estos se determinen únicamente por las naturales leyes del mercado de oferta y demanda. La imposición de precios mínimos o máximos, o incluso peor, de precios únicos o fijos favorece a los productos de peor calidad en época de escasez ya que adquieren sin la valoración del mercado un valor artificial igual al de los de buena calidad; mientras que en época de abundancia acaba con ellos, aun cuando hubiese gente dispuesta a pagar un precio más barato, ya que no pueden aceptar el mismo precio a cambio de una mercancía de calidad inferior.
El control más patético es el que afecta a los salarios de los trabajadores, es decir, la imposición de salarios mínimos. Este se nos ha presentado como la solución al problema del infrasalario. Sin embargo, no es más que una medida que los políticos han adoptado, porque es más sencillo confrontar las presiones de los sindicatos (en su inmensa mayoría formados por trabajadores empleados) que tener que enfrentarse con las auténticas causas del masivo desempleo moderno, que fuerza a los empleados a aceptar unos salarios ínfimos. Por tanto, los términos en los que se presenta el conflicto de los políticos con los sindicatos, como veremos, no afecta a la raíz del problema, sino que por el contrario la oculta.
d. La eliminación de todo tipo de monopolio
La eliminación de todo tipo de monopolio implica la eliminación de todos los derechos exclusivos para la producción o venta de un determinado bien, ya sea a través de privilegios del estado, o bien por un acaparamiento de hecho del mercado. Esto significa la liberación de la producción de artículos con un claro beneficio para todos, productores y consumidores.
El más importante monopolista moderno es el mismo estado. En el nombre del pueblo, los políticos se reservan los derechos exclusivos de producción y venta de los productos más vitales para el funcionamiento de la sociedad, y con ello deciden por nosotros tan importantes asuntos, al tiempo que establecen una compulsiva dependencia del estado. Esto sucede en mayor o menor medida con la energía: Gas, petróleo, electricidad, etc.; con el transporte (trenes), comunicaciones (radio, TV, servicios postales,…) y la seguridad armada, ya que en las sociedades estatales las armas sólo son poseídas por los criminales, la policía y el ejército, convirtiendo en fáciles víctimas a los ciudadanos indefensos que no pueden comprarlas, venderlas, ni poseerlas.
LAS CAUSAS DEL INFRASALARIO NO SE ELIMINA CON LAIMPOSICION DE SALARIOS MINIMOS.
Esta medida únicamente mejora, insolidariamente, la situación de quienes están empleados, a costa de producir más desempleo. El infrasalario se produce por el desempleo y la única causa del desempleo es la usura. Dicho de otra manera, la competencia ilegítima que el alquiler artificial del dinero establece con los negocios honrados es la causa de que la gente no encuentre ni pueda generar empleo. La institución usurera de hoy es el banco. Los bancos obtienen beneficios del alquiler de dinero a pesar de no haber nada en el dinero.
EL ESTABLECIMIENTO DE SALARIO MINIMO EMPEORA EL DESEMPLEO.
Toda la gente que preferiría emplearse aunque fuera a cambio de un pequeño salario antes que no hacer nada, o antes que dirigir un negocio propio (en el caso de un mercado no usurero que lo permitiera), no pueden hacerlo. Sin la imposición de salarios mínimos, muchos trabajos menores, por el tiempo requerido o por la misma naturaleza del trabajo, podrían ser creados. Tales empleos han satisfecho tradicionalmente una demanda natural entre quienes, por impedimentos físicos o por no disponer del tiempo necesario, no pueden o no quieren desarrollar otras actividades más complejas, o crear su propio empleo.
El pensamiento económico se fundamenta en una visión del hombre que lo reduce a un mero objeto económico o funcional, en lugar de considerar al hombre como un ser libre. El método dialéctico garantiza la imposibilidad de un examen fundamental de realidades y cosas. De hecho, todo pensamiento económico, ya sea de derechas o de izquierdas, permite la usura y legitima el estado (los impuestos estatales y la obligación de utilizar una moneda artificiosa).
LA EQUIDAD EN EL CONTRATO COMERCIAL
Todas las condiciones previamente descritas son también condiciones para que la transacción comercial sea equitativa.
La condición que hace equitativo todo trato comercial es la igualdad de valores de los bienes intercambiados. Esta igualdad de valores consiste en que el valor de los bienes entregados sea idéntico al valor de los bienes recibidos. El trato equitativo se llama transacción y su contrario es la usura, que se define como el trato desequitativo debido al incremento entre el valor de los bienes entregados y el contravalor de los bienes recibidos. El establecimiento de la equidad en el trato implica que el marco en el que se realiza el trato es un mercado libre (con las condiciones anteriormente enumeradas) y además las siguientes condiciones:
a. El tratamiento de cada mercancía de acuerdo a su naturaleza
El tratamiento de cada mercancía de acuerdo a su naturaleza implica: las mercancías de consumo (o fungibles) como una manzana, materias primas, oro, plata, etc., se pueden vender pero no son alquilables; y las mercancías de uso (o no fungibles) como un coche, una casa, un caballo, un terreno, etc., se pueden vender y también alquilar.
El correcto tratamiento de las mercancías impide la más dañina de las prácticas usureras: El alquiler de moneda. Las monedas son mercancías de consumo, es decir, que su utilización implica su consumo total. La utilidad de la moneda es la de servir de medio de cambio, pero al hacer uso de esta utilidad la mercancía se consume totalmente. Es, por tanto, similar a una manzana, que también es una mercancía de consumo, ya que la manzana se consume o se transforma cuando se utiliza. Pero es distinto a una casa, que es una mercancía de uso, ya que el uso total de la casa puede dividirse en usos parciales que pueden ser alquilados conservando toda la utilidad de la casa, o viéndose sólo parcialmente disminuida.
El alquiler de consumo carece de una utilidad alquilable o de un bien de uso parcial, y es por esta razón que la moneda se puede vender pero no alquilar. La cínica propaganda de los bancos afirma que éstos "ayudan" con sus préstamos al desarrollo de la sociedad, pero en realidad, el examen más profundo de su actividad revela que en ningún modo ayudan, sino que simplemente parasitan en los deudores.
b. La determinación exacta de la cantidad, la calidad y el precio
La determinación exacta de la cantidad, calidad y precio de los bienes que se intercambian en todo trato comercial implica que los bienes que se van a intercambiar deben ser perfectamente identificables durante el trato. Incluso si alguna de las características que hacen peculiar una mercancía determinada no resulta clara en un examen visual, tal como alguna deficiencia del producto, ésta debe ser dada a conocer antes de cerrar el trato, o de lo contrario se incurre en una desequidad que invalida el trato.
Es usura el trato con incertidumbre consistente en la determinación al azar de la cantidad, la calidad o el precio de los bienes que se intercambian. Por ejemplo, pertenecen a este género: la venta del interior desconocido de un saco, la venta de manzanas de un árbol aún en flor, o cualquier juego de azar o loterías. Su falta de equidad se debe al incremento injustificado que una de las partes llega a recibir con respecto a lo entregado.
c. La autenticidad de la transacción.
La autenticidad de la transacción quiere decir que la participación en el trato no debe esconder detrás de las apariencias, comportamientos ni condiciones que hagan falso el sentido de la transacción, es decir, la equidad. Por tanto, impide los tratos usureros encubiertos o mohatras, y para ello demanda:
1. No aprovecharse de la inexperiencia, o la urgente necesidad o el desconocimiento del precio de mercado del comprador para aumentar el precio de una mercancía.
2. No pujar en una subasta sin intención de comprar, con la intención de subir el precio de tal mercancía en beneficio del vendedor.
3. No mezclar dos tratos entre sí, de modo que ante la urgente necesidad de una mercancía se exija como condición otra transacción o una rebaja en el precio de otra transacción. Por ejemplo, dar un préstamo a cambio de rebajar el precio de otra venta u otro alquiler.
4. No interponerse en medio de un trato ya cerrado. Y para cierto tipo de mercancías, no comprar con pago aplazado y revender sin haber tomado posesión. ;
5. No aceptar tratos dudosos o que puedan encubrir un desequilibrio en general, como pueden ser: los contratos de venta que estipulan una recompra por el mismo vendedor a un precio distinto del primero; o las ventas de mercancías a crédito que esconden intereses; o los préstamos de mercancías de consumo que se han de devolver en un momento del año en el que estas mismas mercancías resultan más caras en el mercado (como algunos productos agrícolas); o condiciones abiertamente abusivas, como quedarse con la propiedad de un terreno sino se devuelve un préstamo en una fecha determinada.
Este es el caso de las reventas de alimentos sin tomar posesión, ya que los alimentos cuyo precio puede ser muy variable y su demanda es continua, son especialmente vulnerables a esta forma de engaño.
EL ALQUILER DEL DINERO ES LA UNICA CAUSA DEL DESEMPLEO
Hay muy pocos negocios con alta rentabilidad, pero hay muchos más con una rentabilidad baja. Por tanto, cuanto mayor es la rentabilidad menor será el número de negocios posibles; y cuanto menor es la rentabilidad, mayor será el número de negocios posibles con tal rentabilidad. Si sobre la línea que representa esta función, trazamos una línea horizontal que represente la rentabilidad o el interés del alquiler del dinero que ofrecen los bancos, dividimos el área que nuestra función original forma con las abscisas en dos semi-áreas. La semi-área inferior representa los negocios competitivamente inviables, ya que normalmente un empresario no invertirá en un negocio cuya rentabilidad no supere a la que le ofrece el banco sin riesgo.
Debe tenerse en cuenta que la competencia que ejerce el banco alquilando dinero no es comparable a la de ningún "otro" buen negocio. El banco puede alquilar dinero casi ilimitadamente creando así, una competencia inagotable cuyo resultado es la inviabilidad de aquellos posibles negocios que no puedan superar la barrera del tipo de interés. Si además tenemos en cuenta que la mayor parte de los posibles negocios mantienen su posibilidad de existir bajo muy pequeños márgenes de rentabilidad, quiere decir, que por muy baja que sea la barrera del interés, ésta eliminará la mayor parte de los posibles negocios. En consecuencia, la usura es la causante de una innatural constricción del mercado de negocios que provoca el innatural desempleo. Tal consideración invalida el mito ricardiano y marxista de que la maquinaria es la causa del desempleo, que presupone que las posibilidades de empleo existiesen en una cantidad finita.
Los bancos al crear dinero de la nada crean también inflación. La inflación resulta en la práctica, el mejor medio de promoción de sus servicios, ya que la gente se ve obligada a entregar su dinero al banco para protegerse de la constante devaluación de la moneda que ellos producen, y que este nuevo depósito acrecentará. Así, se cierra este círculo fantástico que convierte al banco en el más extraordinario "negocio" jamás inventado, puesto en práctica gracias a la necesaria colaboración de los estados y la imposición a la fuerza de la moneda artificiosa estatal.
EL ALQUILER DEL DINERO PRODUCE GIGANTISMO EMPRESARIAL Y TECNOLOGICO.
a. EL GIGANTISMO EMPRESARIAL
El crimen usurero impune y generalizado arrastra consigo no sólo desempleo e inflación, sino además otro siniestro efecto: El gigantismo empresarial. Sólo los negocios que superen la barrera del tipo de interés son los que consiguen sobrevivir, favorecidos además, por la desaparición de la agresiva competencia de los pequeños negocios (negocios con una rentabilidad inferior al precio de alquiler del dinero). No son los macronegocios los que estrangulan al pequeño empresario, sino la usura.
Los posibles pequeños negocios, a pesar de ser más flexibles a los cambios y más dados a la especialización que los grandes, no pueden ser receptores de ninguna inversión ya que ésta se dirige a la mayor rentabilidad y seguridad artificiales del banco. El pequeño negocio ya existente, que ve subir el precio del alquiler de dinero por encima de su propia rentabilidad, se ve estimulado a autoliquidarse y refugiarse en el banco. La mayoría de los pequeños comerciantes se ven obligados a transformar su negocio en otro que supere la barrera del interés o a venderlo a alguien dispuesto a transformarlo. En ambos casos el resultado es el mismo: La desaparición de los pequeños negocios y la única supervivencia de los grandes.
Este sistema favorece la aparición de hábiles especuladores que en los vaivenes del dinero, aprovechan la devaluación del dinero para endeudarse con el banco, ya que la diferencia entre el interés que pagan al banco y la devaluación de la moneda con que lo han de pagar, llega a ser mínima. Así consiguen financiar sus proyectos, no a costa del banco que siempre está protegido, sino a costa de todos los usuarios del dinero bancario.
b. EL GIGANTISMO TECNOLÓGICO.
Del mismo modo que afecta a los negocios, la alquilabilidad artificial del dinero afecta a las auténticas mercancías alquilables, debido a la interacción competitiva de todas las mercancías en el mercado. Esta moneda artificialmente productiva competirá de forma ilegítima con las mercancías alquilables -que ofrecen un servicio a sus usuarios-, de tal forma que el dinero reemplazará a todas aquellas mercancías cuyo alquiler sea inferior al alquiler de la moneda. Empresarialmente, nadie invertirá en la compra de una mercancía cuyo alquiler no rinda tanto como si coloca este dinero en un banco a interés, y tal como sucede con los pequeños negocios, estas pequeñas (en rentabilidad) mercancías tenderán a desaparecer.
La tecnología de baja rentabilidad no quiere decir que sea inútil. Puede ser muy útil aunque no sea comparativamente rentable. Un producto de gran utilidad puede verse descartado competitivamente si el número de personas que lo demandan no es suficiente y por tanto, su rentabilidad comparativa no supera el tipo de interés usurero. La naturaleza de este tipo de tecnología es más personalizada. La posibilidad de recuperar esta tecnología de su constricción usurera supone una ruptura con la estandarización de los productos en el mercado.
Si además consideramos que hay más mercancías alquilables cuanto menor es su precio de alquiler (menor demanda), entonces podemos afirmar que la barrera del interés, por pequeño que sea, destruye la mayor parte de mercancías alquilables, algunas de las cuales no llegaremos a conocer. En definitiva, la abolición de la usura supondría dar una nueva dirección al progreso tecnológico, más acorde a las necesidades de la gente. En la medida en que crezca la iniciativa espontánea de la gente, los productos de su trabajo serán más adecuados y más próximos a sus necesidades, que hoy se deciden a través de los departamentos de marketing y los métodos de exploración de mercado de las grandes industrias.
EL ALQUILER DEL DINERO PRODUCE EL MASIVO Y CRECIENTE ENDEUDAMIENTO
Otro efecto del alquiler de dinero, además de los mencionados, es el endeudamiento masivo. El endeudamiento masivo se debe a la combinación del alquiler del dinero con la imposición de una moneda artificiosa que los bancos usureros tienen capacidad de producir. La monstruosa combinación de estas dos formas de robo es lo que caracteriza el endeudamiento del Tercer Mundo.
Si consideramos que la relación capital / préstamos suele ser de 1/20 y puede llegar a superar 1/50 o dicho de otro modo, que de cada cincuenta unidades prestadas puede que sólo 1 sea real, podemos decir que un banco puede llegar hacer un préstamo del cual el 98% del dinero es inexistente en liquido .Estas cifras llevadas al contexto de la deuda de las naciones, significan que, por ejemplo, del dinero que un banco francés presta a un país como Senegal en "ayuda humanitaria", el 98% de tal cantidad no existe en liquido. Desde luego esto no quiere decir que el banco no tenga liquidez, ya que para eso cuenta con todos los mecanismos bancarios e incluso con el mismo banco del estado dispuesto a socorrerle en todo momento. Si ahora calculamos cuál es el interés realmente recibido sobre el dinero prestado de esta manera, las cifras son suficientemente reveladoras. Por ejemplo, cuando se dice que tal préstamo es de un 5% ha de tenerse en cuenta que tan sólo 1 de cada 50, digamos francos, es real. Esto quiere decir que el auténtico beneficio del banco es cincuenta veces este 5%, es decir, un250% sobre el capital realmente prestado. A pesar de todo, esto no se considera un robo, sino que se llama ayuda al desarrollo del Tercer Mundo.
De aquí, se pueden extraer al menos dos consecuencias:
I.- El monto total de dinero de la deuda no existe en efectivo y sólo consiste en números flotando en los ordenadores. Como si se tratara de un ritual mágico, los impulsos eléctricos del ordenador llevan a naciones enteras de la abundancia a la miseria. Mientras, una legión de políticos en cada nación, obligan a sus compatriotas a seguir el rito y a satisfacer los balances. Tanta realidad adquieren estas cifras que se llega a sacrificar los recursos de una nación entera y condenar a su población a una existencia miserable, incluso de hambre, antes que abandonar las ecuaciones.
II.- La deuda otorga a los bancos un poder real sobre la economía de cada estado endeudado que subyuga su soberanía. Los bancos promueven a través de los tecnócratas determinados planes de desarrollo, no parejos a las necesidades de la gente, sino a los imperativos económicos de la deuda. Esto es lo que está llevando, en países tropicales, a una salvaje deforestación con sus graves implicaciones en el desequilibrio ecológico y climático terrestre. Por otra parte, el endeudamiento obliga a una transformación de los mercados autóctonos para que adopten el sistema del papel moneda estatal y se unan al sistema monetario mundial.
LOS JUEGOS DE AZAR.
Las loterías y otros juegos de azar, que aprovechan la incertidumbre para garantizar matemáticamente un beneficio a los organizadores, son usura. Aprovechan y despiertan la avaricia de ganar grandes cantidades de dinero sin nada a cambio, o a menudo se valen de la desesperación de los que tienen menos o ven menos alternativas. Los juegos de azar proyectan una ilusión en el apostante acerca del dinero y de cómo ganarlo, que se reflejará en una ilusoria visión del mundo y de él mismo. Los 'negocios" de apuestas, afectan también al mercado al reemplazar a aquellos negocios honrados en los que sus organizadores podrían estar dedicados y fomentan que otras personas sigan este mismo ejemplo. El juego no puede ser confundido con la caridad, sino que a pesar de lo que se diga, es contrario a ella. La incertidumbre (calculada) usurera falsea el sentido del trato comercial. En la apuesta especulativa, ambas partes esperan, a costa de la otra recibir más de lo que han dado. La práctica de la usura corrompe y carece de ningún tipo de beneficio.
LA BOLSA
Los juegos de lotería a pesar de las grandes cantidades de dinero que manejan no son únicamente el más grave de los tratos usureros de incertidumbre, el juego de acciones en la bolsa sin propiedad se convierte en el más peligroso por su volumen. Se dice que es un juego porque es la mejor atribución que se le hace a esta clase de trato.
Dos particularidades al menos se pueden destacar de la Bolsa:
1 La compra minoritaria de acciones no estipula ningún derecho de copropiedad.
Esto significa que la persona que compra estas acciones bursátiles no tiene derecho a decidir sobre el negocio en que ha invertido, a pesar de que engañosamente se le presente como un propietario. La propiedad se reserva a la persona o al grupo que controlan la mayoría operacional, no necesariamente una mayoría numérica. Esto se debe a una pérfida tergiversación del derecho de propiedad, convertido en un concepto sin realidad.
a. El derecho de propiedad.
La propiedad no es simplemente un titulo, sino la capacidad de decidir sobre el bien del que uno tiene propiedad. La propiedad de un negocio es la capacidad de decidir sobre tal negocio. Si el negocio va a ser compartido formando una co-propiedad entonces el negocio habrá de ser anticipadamente determinado, de forma que antes de invertir cada inversor sepa en que invierte, cuanto invierte y hasta cuando invierte. Pero cuando la estrategia comercial, la inversión, la duración o el reparto de resultados del negocio resultan indeterminados en el momento del contrato, y que la decisión sobre estos aspectos definitorios del negocio se reserva a los accionistas mayoritarios, sucede que:
1. Los accionistas minoritarios no son copropietarios ya que ellos no deciden.
2. Los accionistas mayoritarios son los auténticos y únicos propietarios, ya sea una persona o un pequeño grupo coaligado.
El principio democrático de decisión por mayoría no es afín con la condición de igualdad de estatus de toda copropiedad. Incluso cuando la mayoría se halle dispersa entre varias personas no agrupadas, la decisión por mayoría implica tomar decisiones en contra de la voluntad de quienes son supuestamente copropietarios, pero en ello hay una pérdida del derecho de propiedad de estos últimos. Los usurpadores usureros podrán argumentar que el propietario es libre de aceptar esta clase de contrato o no, pero esto no altera el que las condiciones de este contrato resulten a priori engañosas
En la copropiedad no hay ni mayorías ni minorías. Una vez que todos han decidido colaborar en un proyecto o negocio determinado, gozan igual y enteramente de su derecho de propiedad
1. Todos los copropietarios tienen idéntico estatus para decidir independientemente del monto de su participación en la propiedad física.
2. La participación en los resultados es proporcional a la participación en la propiedad física.
Si un inversor consigue un negocio en el cual le conviene invertir su dinero entonces debe establecer un contrato de préstamo con negocio , este tipo de contrato protege ambas partes prestamista e inversor de tal modo que este último sabe quién es la persona en la que confía su dinero, en qué modo se va a desarrollar tal negocio e incluso cuánto durará (hasta su liquidación).
b. El precio de las acciones no depende del negocio.
El precio de la acciones no se determina de acuerdo con los resultados del negocio que representan sino que, en gran medida, se hace de acuerdo con las fuerzas de pura especulación bursátil actuantes. En primer lugar, porque el reparto del dividendo no dice nada de los resultados de la empresa, sino de la estimación "objetiva" de los resultados por parte de la junta rectora (un pequeño grupo representante de la mayoría, aunque minoría formada como una especie de mayoría entre la mayoría de la mayoría). Y en segundo lugar, porque las acciones, tan alejadas de cualquier sentido de propiedad encuentran su mayor atractivo en la posibilidad de obtener beneficio en las fluctuaciones que sobre éstas se producen.
EL MERCADO DE FUTUROS.
El caso más importante de este tipo de usura es el de los Mercados de Futuros, que aunque mucha gente desconoce, pueden ser tan grandes en contratación como las Bolsas. El economista judío Paul Samuelson los describe así (en "Economía"): "…Esos trozos de papel son los llamados bienes futuros. Son contratos con los que los agentes comercian en los mercados de productos organizados, como el mercado de cereales de Chicago, y el mercado de cacao de New York. Usted y yo podemos comprar y vender esos bienes futuros sin llegar a ver jamás un grano de maíz, ni una brizna de cacao". De esta forma tan explícita los economistas nos describen la más viciosa forma de pura especulación, la más alejada de cualquier idea de comercio, como el trato más normal del mundo. Este "negocio" que produce pingües beneficios en la compra y venta de papeles (contratos) que no representan nada (ya que la mayor parte no llegan jamás a ejecutarse), crea necesariamente el aumento artificial y usurero en los precios de los alimentos que los demás consumimos, con lo que aun sin verlo, todos los consumidores somos timados.
APENDICE A). LA ALQUILABILIDAD DE LAS MERCANCÍAS
La alquilabilidad de las mercancías está completamente relacionada a la cuestión de la usura. De aquí, que la historia de esta cuestión es la historia de quienes condenaron la usura y de quienes quisieron justificarla y defenderla. Todavía hoy, se conserva entre la terminología jurídica el vocablo "fungible", que se atribuye específicamente a aquellas mercancías cuya utilización produce su inmediato consumo y que, por tanto, eran consideradas tradicionalmente como no alquilables.
El "cambio" de los cristianos con respecto a la usura, es crucial para entender la introducción de ésta en Europa. La iglesia de Roma, que había mantenido una posición firme contra la usura durante siglos, aún prohibiéndola, cambió su definición para permitir pequeñas dosis de interés, que no hicieron sino aumentar.
Así, se desoían todas las advertencias que los Profetas, los padres del cristianismo y muchos papas habían formulado en contra de la usura. Al tiempo se admitía una especie de transmutación de la moneda, que pasaba de ser una mercancía que no se podía alquilar, a una mercancía artificialmente productiva o alquilable.
a. ¿Qué se entiende por moneda?
Página siguiente |