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Orientación Filosófica, Arte y Futuro

Enviado por obicetempestad


    1. ¿Qué es la orientación filosófica?
    2. ¿Qué diferencias básicas existen entre psicología y otras terapias y la orientación filosófica?
    3. ¿Cuál es el objetivo de la orientación filosófica?
    4. ¿Identificar los problemas y ya está?
    5. ¿Cómo podemos aplicar la filosofía a la vida cotidiana? ¿Para qué?
    6. ¿Es una manera de aprender a pensar?
    7. ¿Qué es un problema filosófico?
    8. ¿Cómo podemos saber si lo que necesitamos es un filósofo?
    9. ¿Por qué aparece en este momento?
    10. ¿Quiere decir que Universidad y orientación filosófica no han de ir de la mano?
    11. ¿Lo importante es la persona o el método filosófico?
    12. ¿Qué formación debe tener el orientador?
    13. ¿Cuáles fueron sus orígenes dentro de la orientación filosófica?
    14. ¿Sobre qué trabaja ahora y hacia dónde cree que se dirige la orientación filosófica?
    15. ¿Algo distinto?
    16. El tercer milenio, ¿Será filosófico o no será?
    17. Nota biográfica

    Entrevistando (?) a José Barrientos Rastrojo…

    www.josebarrientos.net

    Se acerca José Barrientos Rastrojo. Llega poco pausado, hay algo que se mueve dentro de él. Estoy segro de que trabaja en algo y no será difícil conseguir que me lo cuente.

    Estamos en medio del inicio del calor estival sevillano que se mezcla con días de sorprendente lluvia (incluso dicen que ha granizado en un pueblo cercano a la capital). Para los que no estamos acostumbrados a estos rigores nos resulta más que molesto.

    Junto a él llega a lírica sorpresiva de una ciudad plagada de monumentos y de los rumores de poetas de otros tiempos… Barrientos siempre me pareció un sentimental y, aunque se esfuerce por esconderlo, fueron demasiados meses a su lado que pusieron de manifiesto matices que ha ido limando con la edad. Supongo que le gustará obviar aquella época así que usaré el "usted" de distanciamiento.

    Nos sentamos y me pregunta si quiero algo. Mi respuesta es una libreta abierta con algunas preguntas pulcramente escritas y subrayadas. Ante esto levanta una ceja como diciendo "bueno, tú verás" y se pide algo para él.

    Guillermo Kérbec

    ¿Qué es la orientación filosófica?

    La orientación filosófica es un diálogo entre dos individuos en el que se pretende que el cliente clarifique sus conceptos y, por ende, su propia vida. Para ello hay dos elementos esenciales. Uno es la orientación racional que ayuda al cliente a alcanzar un pensamiento lo más razonable posible obviando falacias intelectuales, errores de pensamiento, concibiendo qué es un argumento y las asunciones que subyacen a él. Por otra parte, está la orientación a través de los autores de la historia de la filosofía que sirve como apoyatura para la discusión de los asuntos que aquejan al cliente.

    Lo importante no es el principio de autoridad que subyace en los filósofos sino la fuerza de los argumentos de personas que han reflexionado con prudencia. Éstos han pasado por situaciones que guardan similaridad con las personas que acuden al gabinete de filosofía.

    La filosofía, bajo la concepción senequista, no es un desarrollo teórico, de erudición mental sino un camino de transformación y una ayuda para colmar el arte de vivir. No en vano, Séneca y las escuelas helenísticas desarrollaron cuestiones como la ira, la clemencia, el amor, la razón, la forma de tomar decisiones acertadas sin dejarnos llevar por las pasiones, etc…

    La filosofía ha sido en múltiples ocasiones sinónimo de exceso de erudición e intento de vanagloria personal a través des oscurantismo de sus expresiones y usos. La orientación filosófica necesita hombres que se dediquen a la investigación filosófica de la cual pueda nutrirse pero trabaja al pie de la persona y de su vida. Lo importante no son las teorías sino cómo estas pueden ayudar a la persona a conocerse y entender lo que pasa a su alrededor.

    ¿Qué diferencias básicas existen entre psicología y otras terapias y la orientación filosófica?

    La orientación filosófica no es una terapia alternativa sino una alternativa a la terapia, como ha indicado Shlomit Schuster en su primer manual de 1999.

    En general, se fijan varios ítems. La orientación filosófica no trataría con personas enfermas sino con individuos sanos a los que se presentan conflictos en su vida.

    Para diferenciarlo con el psicoanálisis podríamos decir, con el grupo ETOR, que la orientación filosófica trata con la parte consciente del individuo y el psicoanálisis con la parte inconsciente.

    Igualmente la psicología suele referirse a causas allí donde la filosofía habla de argumentos y razones por los que se decide actuar.

    La filosofía, no mantiene una actitud de experto ineluctable que tiene todas las respuestas sino que éstas pueden emerger tanto de filósofo como de la otra parte. En este respecto recuerdo una de mis clientas diagnosticada médicamente por una afección que le impedía dormir por las noches debido a una afección neurológica.

    Estuvimos dialogando algún tiempo y de forma natural surgió una solución. Primero el diálogo y luego ella misma encontró una "solución". Le gustaba escribir y de unos fragmentos de un relato autobiográfico ha surgido una novela sobre su pasado. Ésta le ha servido para terminar de reconciliarse con su pasado. Desde luego, en el primer instante descubrí la posibilidad que esta actividad podría implicar. Recordemos como en la Poética ya aludía Aristóteles al poder catártico de determinadas artes. Sólo hizo falta incentivar su actividad.

    Sin embargo, usted me ha hablado también de que la psicología usa modelos mientras que la filosofía es una actividad, en su terminología, "poética.

    Así es. Se trata de una cuestión que no ha sido desarrollada dentro de las disciplinas. Las psicoterapias funcionan con modelos, definen, por ejemplo, qué es lo normal y apelan a un "deber ser" en relación al tratamiento de sus pacientes. Foucault apuntaba en sus escritos que la religión y la moral han dejado su lugar social a la medicina a través de la psicología.

    De esta forma, la psicología pasaría a ser un nuevo marco moralizador en el que el nuevo pecado es la singularidad, la diferencia con el resto de las personas "normales". No creo que se haya de llegar tan lejos en estas afirmaciones. Las psicologías "curan" a muchos de sus pacientes y no sólo los "normalizan".

    La orientación filosófica, al tratar con un hombre que es capaz de ser libre y no constreñido por un modelo explícito o incapacitado para razonar, aunque es consciente de las influencias psicológicas, sociales y biológicas del individuo, trata con la persona en primera instancia.

    Esto implica que en la orientación filosófica no hay modelos que perseguir sino una vida en base a la cual razonar. Por consiguiente, la vida no se clausura por los moldes psíquicos que la circundan sino que abren los mismos gracias a la impronta del espíritu de cada individuo.

    La filosofía ha llegado a afirma que una vida razonada es la única que merece la pena ser vivida. Yo diría que igual que un artista puede hacer de una piedra del camino una obra de arte, la filosofía puede ayudar a desvelar las potencialidades "felicitarias" y de autorrealización que puede alcanzar cada una de nuestras vidas particulares.

    Esto supone que no hay metas cerradas que alcanzar. No podemos construir un acelerador de partículas con una roca, pero ello no obsta para que el ingenio humano llegue con esa roca a construir algo inimaginable. ¿Acaso alguien pensó que con el Silicio que puebla muchas playas se llegarían a construir los microchips que animan la vida de nuestro siglo XXI?

    Habría de decir que la filosofía trata CON el hombre, la psicología trata A la psique humana. Desde la filosofía, se advierten la posibilidad de que existan "trastornos" en el individuo: trastornos de origen biológico o mental. Eso es algo con lo que el filósofo CUENTA en su quehacer. No es algo que trate. Por supuesto, la labor del filósofo acabaría allá donde el trastorno es de tal calibre que impide al individuo razonar y llevar a cabo aquello a lo que se compromete en las consultas de orientación filosófica.

    Imaginemos que una persona con un hipertiroidismo que cursa con agresividad recurrente llega a la consulta del filósofo a tratarse esa agresividad. Desde luego, el filósofo habrá de derivarla a su médico de cabecera puesto que la etiología de su afección es biológica. ¿Puede hacer algo el filósofo? Con respecto al hipertiroidismo no, ahora bien puede hacer mucho en otro respecto.

    Por ejemplo en cuanto a aumentar sus niveles de comprensión de la agresividad, ayudarle a encontrar mecanismos por los que pueda canalizar esa afección. Sólo un uso adecuado y tratamiento médico explícito que regule sus niveles de hormonas tiroideas solucionará el problema. Ahora bien, conocer cómo llega su agresividad, saber qué hacer cuando llegue o entender de donde procede en general las causas de su agresividad y entender esos contenidos que le llevan a mostrar más agresividad sí puede ser tarea de un orientador filosófico.

    ¿Cuál es el objetivo de la orientación filosófica?

    Ayudar a que el cliente clarifique y comprenda su vida y/o el conflicto por el que atraviesa. En ocasiones ayuda a encontrar salidas por esta clarificación, en otros momentos promueve un pensamiento creativo. En todos los casos, el orientador es consciente de que el último responsable de la resolución no es él sino la persona que llega a su consulta. Gerd Achenbach tiene una metáfora para este asunto. Relata la historia de un timonel que está conduciendo un barco por alta mar.

    En un momento determinado se apercibe que el barco pierde velocidad. Ante tal situación corre hacia el camarote del capitán del barco y lo ve consternado por problemáticas personales. La noche se ha hecho en ese lugar y el timonel empieza a hablar con él. Se animan, analizan mapas, cuadrantes, los planos de las máquinas y, finalmente, van a dar una vuelta por el barco a buscar el problema del barco. Después de un tiempo, el capitán descubre la razón de que el barco vaya más lento. Toma las riendas del mismo y lo corrige. El timonel vuelve a su lugar el barco vuelve a internarse en el piélago de la vida.

    En la historia, el barco sería nuestra vida que va hacia delante. El timonel es el orientador filosófico y el capitán del barco es la persona que viene a nuestra consulta. Como se puede intuir, el timonel (orientador) no resuelve el problema pero ayuda al capitán a revisar qué es lo que anda mal en el barco.

    En la obra de Shlomit Schuster se relata el caso de una mujer que llega a la consulta ante un dilema vital que remite a situaciones pasadas. Quiere que su hijo vaya a un colegio determinado y el marido a otro. Las vivencias personales de cada parte están justificando sus decisiones al respecto. Shlomit en lugar de darle "la mejor solución", le ayuda a desvelar lo que pasa con su marido. A comprenderlo. En ningún momento llegan a una resolución final puesto que esto no es responsabilidad del orientador.

    Sin embargo, la Dra. Schuster trabaja de la mejor manera con aquella mujer. No se restringe al problema particular y sin embargo la dota de elementos imprescindibles para este y futuros problemas.

    Pensemos también en la capacidad de apertura y difusividad en que se deja a la persona que acude al filósofo. Mientras que el cliente llega con una suerte de miopía vivencial para encontrar caminos variados, una de las funciones del orientador es hacerle ver caminos aparentemente cerrados para el cliente. No se trata de decirle al cliente has de ir por este o por aquel sino animar a su cristalino a otra nuevos horizontes. Al fin y al cabo, a volver a levantar la cabeza para mirar ilusionado de nuevo a la vida.

    ¿Identificar los problemas y ya está?

    Es más que identificar los problemas. Es navegar filosóficamente a través de ellos para encontrar soluciones juntos. Por supuesto, desde la perspectiva racional también se podría ayudar a desvelar las alternativas que no serían plausibles. El primer método de Marinoff (publicado en Essays on Philosophical Counseling) plantea que el orientador a veces debería sugerir cuando hay un error. Lo ideal sería ayudar al cliente a que las desvele él intentando la mínima intromisión.

    ¿Cómo podemos aplicar la filosofía a la vida cotidiana? ¿Para qué?

    La respuesta la tendrá la persona que acuda a nosotros. Las personas no llegan con el deseo de encontrar la aplicación de una disciplina (la filosofía) a sus vidas. Esto es muy abstracto. La gente llega y paga porque hay algo que "le duele", con lo que no puede vivir, que le crea la necesidad de dar una respuesta, con necesidad de desenmarañar un ovillo o buscar claridad. Muchas veces acudirán con un problema particular, en otras deseando conocer más, etc… Un desembolso económico busca una motivación más fuerte, en general, que la postura "burguesa" de aplicar la filosofía a la vida cotidiana.

    No puedo responder tanto por lo que la gente busca sino por los resultados que se consiguen Éstos poseen una gradación. Los más ambiciosos: la construcción de una vida con un matiz distinto, el filosófico. Una vida filosófica que nos ayude a ser más libres, más conscientes de nosotros mismos y, por ende, más felices. En un rango de menor envergadura puede ayudar a resolver conflictos éticos o a desenredar problemas personales con los sentimientos, con nuestras decisiones, la búsqueda de valores, etc… En Inglaterra se han llegado a desarrollar protocolos filosóficos para la toma de decisiones y otros para buscar valores para la vida y elegir los mejores.

    En otras ocasiones, nos ayuda a poner al descubierto lo que Diego Ruiz Curiel del grupo ETOR ha denominado "impositores ocultos", elementos de la realidad que nos influyen sin que nos apercibamos de ellos y que no tienen una naturaleza inconsciente.

    Por ejemplo, tener la necesidad de vestir de cual o cual forma debido a que socialmente nos introducen tales pautas de comportamientos. Es muy significativo que hace unos años las modas televisivas pasasen por ver telenovelas sudamericanas, otra época hicieron furor las teleseries americanas, hoy parece que la producción nacional es la más relevante. Saber el por qué de esto y cómo están condicionado (no psicológicamente ni biológicamente, sino filosófica o históricamente) nuestros gustos y determinando nuestras acciones puede ser otra tarea de la consulta.

    Podemos aludir a muchos otros ejemplos: desvelar por qué hoy se tiende a aceptar las relaciones homosexuales, qué tabúes son los que permanecen y cómo podemos salir de lo políticamente correcto sin que esto suponga una conmoción social. En definitiva, ayudar a ser críticos sin caer en relativismo.

    Por tanto, no se trata de aplicar la filosofía a la vida cotidiana, sino que la misma vida demanda la filosofía y, por eso, ésta última sale a su encuentro. La dirección es la inversa.

    ¿Es una manera de aprender a pensar?

    Puede ayudar a corregir falacias intelectuales y errores de pensamiento. No obstante, es mucho más que sólo una cuestión de encontrar un formato racional alejado de lo que se ha venido en denominar error. Incluye también la discusión de contenidos filosóficos.

    ¿Qué le ofrece al visitante/cliente?

    Ha quedado ya contestado con lo anterior. Aun así, es interesante aludir al concepto de visitante o cliente. El término visitante lo usó Achenbach para intentar remarcar que él no intentaba imponer nada a quien acudía a él. No pretendía cambiarlo. Se ha criticado que el concepto de "cliente" suena demasiado a un lenguaje comercial y mercantilista. Algo semejante nos ha parecido en ETOR con "asesoramiento" y por ello preferimos el término de orientación. En cuanto a cómo llamar al que llegue a la consulta creo que la mejor palabra es la que ha usado Rayda Guzmán, orientadora de Cataluña: persona. Pero bueno… es cuestión de nombres y el filósofo es ante todo eso y no un filólogo.

    ¿Qué es un problema filosófico?

    Aquel en el que la filosofía puede aportar luz para su clarificación sin que para ello se obste que otras personas y disciplinas tengan su propia óptica al respecto.

    ¿Cómo podemos saber si lo que necesitamos es un filósofo?

    Uno de los grandes problemas de la disciplina en la actualidad es que no está tan difundido como las psicologías o psicoterapias.

    Yo apuntaría a que para desvelar si lo que se necesita es un filósofo lo mejor es sencillamente probarlo. Desde luego, si lo que existe (o se puede intuir que existe) es una patología de corte biológico, debería acudir a su médico. Sin embargo, incluso en ese caso la orientación filosófica puede resultar de mucha utilidad. Por ejemplo en un caso de hipertiroidismo que puede cursar con un aumento de la agresividad lo importante es ponerse en manos de un endocrino. La causa está claro que es biológica y para curar al paciente es necesario seguir el tratamiento médico. Ahora bien, incluso en este caso límite la filosofía puede llegar a ayudar a que la persona se conozca mejor y, por ende, apercibirse cuándo llegan los ataques de ira y manejarlos con mayor habilidad.

    ¿Por qué aparece en este momento?

    La pregunta debería ser por qué no ha aparecido hasta este momento.

    Pierre Hadot indica que la universidad hizo que la filosofía, que en épocas anteriores poseyó un importante factor práctico y de arte de vida, la introdujo en cánones logicistas y estableció distancias entre la filosofía y la vida. Así en un primer momento la filosofía y quedó unida en occidente al cristianismo. Éste se hizo con algunos de sus modelos de trabajo.

    Recordemos que la meditación, el examen de conciencia o los ejercicios del espíritu y el trabajo para mejorar el mismo pueblan toda la filosofía de los últimos siglos de la anterior era y primeros siglos de la presente. De esta unión la religión dejó relegada a la filosofía a puros aspectos lógicos. Mucho más cuando se introduce en la universidad.

    Sin duda alguna la filosofía desde el siglo XVI ha estado en manos de una intelectualidad de alto nivel. Recordemos las discusiones en los clubs británicos que empiezan a finales del siglo XVII o los salones franceses.

    En el siglo XX han sucedido muchas cosas que han promovido el desarrollo de la orientación filosófica. El desarrollo de una filosofía que tiene en su centro el Lebens-welt, el mundo de la vida, los acontecimientos trágicos de las dos guerras mundiales que dieron lugar a muchos planteamientos existenciales y de falta de sentido (recordemos que aquí se sitúa el inicio de la logoterapia y en parte de la terapia existencial). Es curioso que la mayor parte de los teóricos de la disciplina nació entre 1947 y 1954. Algo hay en esa generación que despertó el interés.

    Pero hay una segunda "hornada" de filósofos que seguimos despiertos a éste ímpetu inicial y continuamos, o al menos lo intentamos ese espíritu. El pensamiento de la complejidad, la globalización que hace que el mundo demande cada vez mayor comprensión y explicación de lo existente, el decrecimiento de un fundamente trascendente de la población o bien el denominado tercer giro de la filosofía, el giro pragmático ponen de manifiesto que es hoy más que nunca una necesidad.

    Pensemos que hay una filosofía que circunda a muchos orientadores filosóficos (aunque no se cierran en torno a ella): la filosofía helenística. Esta fue una filosofía que intentó dar respuesta a un mundo en crisis (la quiebra del mundo antiguo que desembocaría en la Edad Media). Es curioso que hoy retomemos las figuras de Séneca o Marco Aurelio. Probablemente el estar en un momento histórico que avanza sobre ruinas de la modernidad nos hace dirigirnos hacia la necesidad de "saber a qué atenernos", como diría Julián Marías dentro del espíritu orteguiano que le es afín.

    A eso es a lo que ayuda la orientación filosófica.

    Desde luego no hay una razón única, pero todo apunta a que la orientación filosófica tendrá hoy mucho que decir todavía.

    Incluso yendo más allá, es una filosofía que asume no partir de abstracciones sino desde la persona en particular sus propias concepciones. Se descubre el concepto antropológico desde el propio individuo. Esto está muy relacionado con el pluralismo y las nuevas tendencias de entender al hombre hoy. Por lo que probablemente podría ser semilla para dar que hablar desde el ámbito academicista. Pero, como dicen los ingleses "little by little".

    ¿Quiere decir que Universidad y orientación filosófica no han de ir de la mano?

    Creo todo lo contrario. Casi todos los filósofos actuales han tenido una formación universitaria. ¿Por qué negar las propias raíces naturales? En general para hacer cualquiera de estos cursos se exige que el que participe en ellos tenga acabada la licenciatura en filosofía o alguna afín hecha dentro del marco de la UNIVERSIDAD.

    Con esto no quiero extender la cuestión a todos los casos. Se ha comentado que hay situaciones en las que la universidad se ha cerrado a este tipo de disciplina o las acepta pero imponiendo controles que disolverían la esencia de la disciplina en pro del sistema.

    En mi experiencia particular la universidad no ha intentado nunca establecer claúsulas que degraden la orientación filosófica. Creo que la universidad fue constituida para ser la valedora del conocimiento superior. Los profesores de principios de la modernidad acudían a formarse a otras universidades para luego traer a las propias todas las novedades de su disciplina. Es el caso, por ejemplo, de Juan Luis Vives. Otros venían a las nuestras para llevar nuestros conocimientos a las europeas.

    A mi entender Universidad y Orientación filosófica deberían ir de la mano. Ahora bien, con esto no excluyo que haya modelos formativos fuera de la misma. De hecho me parecen útiles y hasta oportunos. Puede haber orientadores que no quieran formarse desde el ámbito universitario y no por ello han de ser apartados de la profesión.

    Lo que sí me parece primordial es que se constituyan programas comunes gracias a los cuales se certifique una suerte de formación básica común con la que se respalde a todo aquel que acuda a uno de estos profesionales. El problema de una disciplina joven es que pueden acontecer muchos engaños entre las personas que confunden las formaciones. Esto no sólo es un problema para la disciplina en general.

    En cuanto a Pierre Hadot me parecen buenos sus argumentos, pero su especialidad fue la filosofía antigua. No la orientación filosófica Las Lecciones de Ética de Kant, los planteamientos de Ortega y Gasset o de Julián Marías que entroncan con la vida, las intuiciones de Fernando Savater, o los mismos libros de Lou Marinoff, Peter Raabe, Ran Lahav, por no olvidar los desarrollos de Gadamer muestran que la filosofía no ha estado desconectada de la vida porque se introdujera en los marcos universitarios puesto que todos ellos han sido profesores universitarios.

    Es más, fuera de la universidad ha habido pensamientos abstractos desconectados de la vida. No creo que universidad sea antónimo de orientación filosófica. Por el contrario la universidad ha sido sinónimo siempre de investigación y somos deudores de ella a través de sus novedades históricas académicas.

    ¿Lo importante es la persona o el método filosófico?

    Es decir, ¿se adapta un método ya existente a cada caso o cada caso, cada individuo, que va a la consulta debe generar su propio método?

    Evidentemente lo importante es la persona. ¿Son necesarios los métodos? Digamos que son útiles. Sobre todo para el que se inicia en el trabajo. Los métodos son los railes para aquellos que todavía no saben conducir. Son como las ruedecillas que nos ponían de pequeños en las bicis hasta que aprendíamos a manejarnos equilibrados sobre dos ruedas. La meta sería, por supuesto, que el orientador terminase por no utilizarlos sino incluso crear unos nuevos acorde a cada uno de sus clientes. Gerd Achenbach se refiere a una metáfora en este sentido "La de las mil y una noches". El orientador sería una Sherezade que noche tras noche crea una nueva historia acorde al rey que va a matarla.

    ¿Qué formación debe tener el orientador?

    En general se le pide tener una licenciatura en filosofía. En España estamos empezando a trabajar sobre un master universitario en Barcelona y en Sevilla. En otros puntos como en Madrid han preferido optar por una titulación que ofrezca una asociación privada.

    Lo importante es que sea un filósofo, no una persona que ha cursado una serie de asignaturas acreditadas por un título universitario. Recordemos que hablamos de filosofía práctica por lo que el contacto con la vida será esencial. No es suficiente haber estudiado infinitos manuales sino tener una suerte de impronta relacional con las personas que acudan a nosotros. Tal es así, que muchos afirman que en la profesión hay mucho de arte y que, por ello, hay muchos elementos que no pueden enseñarse sino que son innatos en el orientador.

    Habilidades o cualidades del asesor filosófico

    Muchas: Capacidad de empatizar más que de dialogar, capacidad de escuchar, agudeza mental para deshacer dobleces de pensamiento, rapidez intelectiva, claridad mental, capacidad para el uso de la historia de la filosofía en cada caso (saber encontrar respuestas en los filósofos del pasados para clarificar las situaciones del presente), etc…

    Problemas más frecuentes que trata el asesor filosófico

    Hemos hablado ya de esto pero acudamos a algunos ejemplos.

    Imagine que su hijo a punto de empezar una carrera universitaria no sabe si iniciarla o dedicarse a trabajar. En ocasiones la clarificación la ha desarrollado un psicólogo. No niego que esta actividad pueda llevarla a cabo un psicólogo experimentado, sin embargo él no estará capacitado para hablar con su hijo acerca de lo que es correcto o incorrecto, de lo que está bien y lo que está mal, del sufrimiento que supondrá en sus padres elegir un camino u otro.

    El psicólogo le puede hablar del dolor y la situación psíquica que supondría en los padres su decisión pero no es un experto en valores, en el concepto del sentido de la vida, en desvelar los impositores desconocidos (como alude Diego Ruiz Curiel) que lo aturden en su decisión. No es un experto en desvelar si en su pensamiento está instalada una falacia de pensamiento (por ejemplo "prefiero ser médico a electricista por la consideración social que implican ambas profesiones"). El filósofo es un experto, después de todo también en el concepto de felicidad. Por supuesto, no le va a decir cual es el camino que ha de tomar pero le ayudará a clarificarse y a dirigirse a él por sí mismo y con libertad total.

    Otro caso. Imagine que le ofrecen un cargo de responsabilidad en una empresa pero por el cual habrá de renunciar a su apacible vida en su pueblo particular. Las ideas de poder, de libertad, el honor, la virtud, lo deseable y lo razonable, el concepto de decisión y de opción pueden ser tópicos que le aclararán la situación en la que vive.

    Finalmente podemos pensar un caso de ruptura sentimental a un mes antes de casarse una pareja. Tal ruptura puede ser útil analizarla desde la idea de la necesidad de generar un nuevo proyecto vital, indagar en aquel que tuvimos, embozarse en el análisis de qué somos nosotros mismos y como una parte de nosotros, o nuestro personaje en la vida, estuvo determinado por la vida con otra persona y como volver a vivir de nuevo sin el o ella. El mismo concepto de amor y los remedios al desamor son temas desarrollados por Ovidio, Fromm, Ortega y Gasset, los filósofos románticos o el mismo Platón.

    Estos son problemas prima facie. Otros casos como la cercanía de la muerte en una persona mayor puede ser muy interesante estudiarlos desde personas que han pasado por ellas. El misterio de un nuevo nacimiento o incluso el problema de padecer una enfermedad incurable son temas que quizás no demanden una ayuda inmediata del filósofo, no obstante el acudir al mismo puede ser una experiencia reveladora e insustituible más tarde.

    Al fin y al cabo, la filosofía escrita nos ha dejado el testimonio de personas que han padecido o disfrutado de situaciones que len han hecho detenerse a reflexionar sobre las mismas. El contexto ha cambiado pero los temas son los mismos (el amor, la muerte, la vida, la libertad, el sufrimiento, el destino, la verdad, etc…). Contar con el testimonio de estos expertos en esas cuestiones quizás no nos dé una solución inmediata. Ahora bien, nos pone en camino para conseguir la nuestra propia e incluso, muchas veces, hace que ese problema se disuelva porque nunca existió. ¡Paradojas de la vida!

    ¿Cuáles fueron sus orígenes dentro de la orientación filosófica?

    Entré en contacto con la disciplina por casualidad. A raíz de un ciclo de conferencias que se dio en la Universidad de Sevilla. Esto fue a final de Junio por lo que perdí contacto con ellos. Durante todo el verano estuve investigando la cuestión. Creía entonces que la disciplina estaba mucho más desarrollada en España. El único grupo que operaba formativamente en España entonces era el grupo ETOR (Educación, Tratamiento y Orientación Racional).

    Por aquel entonces era alumno de aquella facultad y sólo tuve que incorporarme a este grupo que pertenece a la "Asociación de Estudios Humanísticos y Filosofía Práctica X-XI". Desde entonces, hemos desarrollado muchas actividades: Cursos universitarios, publicaciones (revista ETOR), el primer manual sobre la disciplina (Introducción al asesoramiento y la orientación filosófica. De la discusión a la comprensión), nuestra web , el I Congreso Iberoamericano y de habla hispana para el asesoramiento y la orientación filosófica, el próximo congreso mundial de la disciplina (8th Internacional Conference on PHilosophical Practice), el primer Vino Filosófico, un Más ter Universitario sobre la profesión, etc…

    ¿Sobre qué trabaja ahora y hacia dónde cree que se dirige la orientación filosófica?

    La orientación filosófica se desarrolló en los años ochenta y principios de los noventa fundamentalmente en el ámbito holandés y alemán, merced a los trabajos de Gerd Achenbach y los componentes de la asociación holandesa como Ida Jongsman y Dries Boele.

    Desde la mitad de la década pasada y principios de la presente ha sido el momento del desarrollo en el mundo angloparlante. La situación de que la lengua oficial de los congresos internacionales sea en inglés y que las actas oficiales suelan publicarse en este idioma al igual que la aparición de manuales destacados como los de Peter Raabe, Shlomit Schuster o Lou Marinoff en esta lengua ha supuesto un impulso para la disciplina en esta lengua.

    Creo que es el momento de que, por una parte, la lengua hispana, sin merma para otros tipos de trabajos en otras lenguas que deben seguir realizándose, y el espacio cálido sureño empiecen a colaborar en este ámbito. Los países sureños, y no me refiero sólo a los de habla hispana puesto que, por ejemplo, deberíamos incluir en ellos también a Italia, tienen una impronta particular en el arte de vivir.

    No es baladí apercibirse de que Séneca, Luis Vives, Baltasar Gracián o Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset y María Zambrano pertenecieran a países sureños. Su filosofía reclama el arte de la vida. El mismo talante sureño tiene una serie de características especiales que deberían incluirse en los análisis de la orientación filosófica. Quizás la orientación racional, el análisis de los errores de pensamiento o las falacias intelectuales sean muy útiles en paises de tradición anglosajona.

    Sin embargo, la orientación filosófica alemana es diferente a la canadiense o a la inglesa o la israelí. Los países sureños y por ende también España tiene una forma de dirigirse a la vida que los carateriza. "Tomarse la vida con filosofía" es algo muy cercano a nosotros y no es algo nuevo sino que resuena en el ambiente cotidiano desde que Séneca escribiera sus Cartas a Lucilio.

    ¿Algo distinto?

    Sí, hay algo distinto que debe ser acaparado para ayudar a los orientadores filosóficos que inicien su andadura en nuestros contextos. Es necesaria una teoría que retome no sólo lo racional de la filosofía sino que sume a ello lo poético. Lo poético no es algo extrínseco a la disciplina, forma parte de una filosofía que se entiende como búsqueda de la verdad. De hecho esta búsqueda de lo poético supone romper los moldes del monoarcaismo racionalista de la modernidad y quedar apercibidos por el pluriarcaismo posmoderno.

    En el mundo en que me sitúo, Sevilla y Andalucía, llamada tierra de artistas y poetas, esto es connatural a mi propia existencia. No sólo porque haya habido artistas sino porque hay una suerte de "arte" en cada uno de los andaluces.

    La "grasia" del gaditano en los Carnavales de Cádiz, el arte de la "sevillana" durante la Feria de Abril, o la desfloración de la Semana Santa en su momento grande, las "Cruces de Mayo" y los patios cordobeses, etc.. Hay más: el ímpetu de los carnavales de Tenerife o el desbordamiento de los de Brasil, la efusividad conectada con la vida de los filósofos sudamericanos, las corridas de toros (a pesar de las críticas de las ópticas ecologistas) de las corridas de toros por todo el territorio nacional y en América, la misma tonalidad del hablar mexicano o la musicalidad del sistema fonético argentino e italiano, etc…

    En todos los países sureños hay ese arte. Cada cual bajo una óptica particular, pero también Unamuno hablaba en El sentimiento trágico de la vida de la parte extrarracional del hombre. Esa otra parte, desbordaba lo limitado apolíneo dirigiéndose al abismo

    La conexión con la vida de la pasión sureña y la posibilidad de levantar luces más allá de otros cielos apagados es lo que debería estudiarse desde nuestra perspectiva. Ampliaríamos así una teoría más unitaria. En definitiva, una teoría "sureña" de la orientación filosófica o, como suelo llamarlo, "la orientación filosófica como quehacer artístico en la persona que acude a nosotros".

    Por ahí va mi trabajo…

    El tercer milenio, ¿Será filosófico o no será?

    Claro que será aunque no sea filosófico. Decir que será filosófico es caer en reducionismo. Por supuesto, la filosofía no es esencia para vivir, quizás dicen algunos que sí lo es para vivir bien o llevar una vida buena. Ayuda a vivir.

    En base a lo que ha acontecido en otros países, el desarrollo de la orientación filosófica y la filosofía práctica parece ser que va a experimentar gran avance en los próximos años (cafés filosóficos, filosofía para grupos, filosofía para empresas, gabinetes filosóficos). La misma filosofía de universidades debería apercibirse, si no lo ha hecho ya, que la filosofía no puede restringirse a un ámbito de carreras sin salidas profesional. Precisamente esto ha hecho disminuir en gran medida el número de alumnos dentro de las universidades, inclusive con amenaza de cierre de algunas facultades. Si observamos la línea seguida en los estudios de secundaria las cosas no adquieren timbres más optimistas.

    Desde luego no se trata de perseguir salidas profesionales para los filósofos del tercer milenio, pero van a surgir más salidas como resultado de este movimiento.

    No se trata de prostituir la filosofía, venderla haciéndola decir lo que no ha dicho, eso sería una perversión para todos aquellos filósofos que sigan este camino. Eso sí sería sofística, una de las críticas vertidas dentro de este movimiento. Lo que se pretende es que la filosofía recupere dimensiones que durante mucho tiempo han quedado enclaustradas y en parte un tanto amordazadas.

    Estoy seguro que muchos filósofos ayudaban "orientando" a sus alumnos, a sus amigos o a sus esposas. Otros sencillamente querrían brillar mostrando su erudición ante personas que terminaban admirando la sabiduría de quien tenían enfrente (una sabiduría vana de correlatos prácticos). Se trata de seguir a los primeros y llevar sus avances filosóficos ante un público amplio que los necesita. La filosofía práctica a través de sus diversas modalidades alcanzaría esto. Además hemos de recordar lo que decía los antiguos fata volentes ducunt, nolentes trahunt, "los hados guían a aquellos que los aceptan y a lo que no los arrastran". Pues eso.

    Nota biográfica

    José Barrientos Rastrojo es miembro fundador del Grupo ETOR. Ha dirigido el VIII Congreso Internacional del Filosofía Práctica (Sevilla, Abril 2006), ha organizado con Ran Lahav el 1st International "Sophia" Retreat on Contemplative Philosophy (Cádiz, Junio de 2005), ha sido organizador del I Congreso Iberoamericano para el asesoramiento y la Orientación Filosófica (Sevilla, Abril 2004) y ha formado parte del la comisión científica organizadora del I Encuentro Portugués de Filosofía Práctica y ha sido invitado, entre otros, por la Universidad de Hannover, ciudad en que ha expuesto su concepto de Filosofía Poiética. Ha impartido clases en la Universidad de Sevilla, donde es director del I Master en Filosofía Práctica y Orientación Filosófica, también en el Centro de Profesores de Sevilla y en Madrid en el primer curso de formación para orientadores filosóficos en España.

    José Barrientos Rastrojo ha sido el introductor en España del pensamiento de Peter Raabe, Ran Lahav, Gerd Achenbach, Tim Lebon, Roxana Kreimer,etc. explicando además en integridad el pensamiento de Lou Marinoff.

    En el año 2005, le fue concedida la única beca nacional de investigación del CSIC para el área de Filosofía. Actualmente, ha sido invitado a formar parte como miembro internacional de diversas asociaciones internacionales.

    José Barrientos Rastrojo cuenta con más de una treintena de publicaciones sobre Orientación Filosófica en España y en el extranjero y es autor del manual del Orientación Filosófica Introducción al Asesoramiento y la Orientación Filosófica, (2ª edición de 2005 en Ediciones Idea).

    José Barrientos Rastrojo

    Web: www.josebarrientos.net