19. EL ORGULLO causa que uno endurezca su corazón. Un corazón orgulloso es duro y lleno de pleito y resistencia. Faraón endureció su corazón vez tras vez. Píde a Dios que te dé un corazón de carne, un corazón que no se resista. Recuerde que un corazón duro se opone a Dios y a su gracia.
20. EL ORGULLO trae engaño, hace pensar al hombre que puede hacerlo mejor que todos los demás, incluyendo a Dios. "Profesando ser sabios y se hicieron necios"
21. EL ORGULLO es una de las razones principales por la que una persona no puede llevarse bien con los demás. Por el orgullo la gente no puede afrontar las situaciones de la vida. El orgullo no puede manejar las ofensas, y no puede soportar que se le contradiga. "No puedo más, voy a volverme loco"; a menudo es dicho por personas que no logran sus caprichos. Satanás no pudo salirse con la suya y desde hace tiempo él ha venido atormentándose con malos sentimientos. Pero las personas que han experimentado la humildad genuina son capaces de manejar las situaciones. ¡Su espíritu es libre!
22. EL ORGULLO es la razón principal de las discusiones. Únicamente por el orgullo viene la contienda. Los hombres sabios son flexibles, gentiles, razonables y capaces de respetar los deseos y puntos de vista de otros sin comprometer sus convicciones.
23. EL ORGULLO es la razón por la cual no podemos quebrantarnos delante de nuestros hermanos y delante de Dios. Para algunos, quebrantarse delante de Dios o delante de los hermanos es una señal de debilidad, pero no es cierto. La persona débil es aquella que se ha endurecido. A causa del orgullo Zedequías rehusó escuhar la palabra de Dios y rendirse a ella. Tuvo miedo de ensuciar su reputación causando que Jerusalén fuera quemada y sus hijos sacrificados.
24. EL ORGULLO es la razón principal de la desunión. Por naturaleza el el hombre busca promoverse a si mismo y a sus ideas: "Porque todos buscan lo suyo propio (intereses), no lo que es Cristo Jesús". En una ocasión Dios habló a cierta iglesia y le dijo: "En el lugar bajo hay unidad donde ustedes pueden estimar a otros más que a sí mismos".
25. EL ORGULLO es la razón por la que la gente cree ser mejor que otros. El orgullo es también la razón de jactarse y fanfarronear. El orgullo (que es el engaño) hace pensar a la gente que son extraordinarios y únicos, tal vez por su éxito, algún don especial o talento. Pero.. ¿Por qué hemos de mirar a otros por encima del hombro? Todo lo que poseemos nos ha sido dado por Dios. Aun el apóstol Pablo era vulnerable al orgullo, a pesar de ser lleno del Espíritu y haber tenido la experiencia de morir al pecado.
26. EL ORGULLO resiste la Palabra de Dios y está pronto a decir que otros están "fuera de orden" o son "falsos. Los orgullosos acusaron a Jeremías de profetizar falsedad. El orgullo, por lo tanto, destruye el discernimiento. La iluminación es fruto de la humildad.
27. EL ORGULLO hace a la persona creerse infalible. El engaño y las falsas ideas vienen del orgullo. El orgullo trae el pecado de la presunción. Hay personas que dicen que nunca han cometido errores. ¡Pero esto es engaño y orgullo! Nuestra actitud debería ser: "Es tan fácil para mi mente y mis emociones distorsionar lo que tú tratas de decirme, por favor gobierna mi ser, te necesito en cada momento Señor".
28. EL ORGULLO es lo opuesto al amor. El amor es totalmente desinteresado. Pero el orgullo busca sus propios intereses. "¿Qué hay para mí aquí?" El orgullo solo piensa en si mismo. ¡YO! Si el orgullo es lo opuesto al amor, entonces el orgullo también genera el odio.
29. EL ORGULLO es un enemigo de Dios, el orgullo resiste a Dios. El orgullo desafía a Dios y a su voluntad. El orgullo es independiente y se aparta de Dios. El orgullo y la dureza de corazón van de la mano. Siempre que alguno endurece su corazón, es porque tiene un corazón orgulloso. Dios odia el orgullo y nosotros también debemos odiarlo. Dios no puede bendecir un corazón orgulloso y duro. El dolor y e sufrimiento tienen el propósito de destruir el orgullo y la dureza, para que así Dios pueda bendecirnos.
30. EL ORGULLO no nos permite vencer a Satanás, Satanás es muy orgulloso. Si somos como él y actuamos como él, no tenemos poder alguno sobre él. La humildad y ser como el Cordero es la clave para tener autoridad sobre el orgulloso (Satanás). Cuando un creyente o predicador comienza a jactarse se aparta de la cobertura de Dios, Satanás lo atrapa y el hombre cae. Elías se burló, pero aún quedaba una reina por vencer. Satanás obró a través de esta mujer para amedrentar a Elías, y hacerlo huir
31. EL ORGULLO no reconoce el amor. Puede destruir matrimonios, amistades, noviazgos, familias porque no es capaz de decir: perdóname, me arrepiento, tomé mal una determinación… Por eso el orgulloso sufre mas en su alma que a quienes le ha causado dolor. El orgulloso antepone el amor por su propios intereses. 1 Corintios dice: "El amor es sufrido, es benigno; El amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece. No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. No se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres. Pero el mayor de ellos es el amor"
¿Existe entonces alguna duda del por qué Dios resiste a los orgullosos y soberbios? Recuerda: ¡EL ORGULLO RESISTE A DIOS!
Al respecto el sacerdote Ignacio Larrañaga escribió acerca del orgullo:
"A la mayoría de las personas no les interesa lo que se es sino cómo me ven, la imagen más que la realidad. Y así, el hombre de la sociedad se lanza a participar en la carrera de las apariencias, es el típico juego de quién causa mejor impresión.
El mundo es un inmenso estadio en el que el orgullo de la vida juega el gran match de las etiquetas, formas sociales, exhibiciones económicas para competir por la imagen social; combate en el que a los hombres no les interesa ser ni siquiera tener sino aparecer. La mayoría de las tristezas del hombre nacen a causa de esa imagen que quiere proyectar a los demás. Su imagen está a tal punto identificada con su persona que si su imagen se ve amenazada sienten una verdadera angustia, porque muerta su imagen ellos tendrán la sensación de haber muerto.
Frecuentemente antes que nadie les diga nada ya están dando explicaciones sobre su conducta para preservar su efigie. Tienen pavor a la crítica, los reparos que se hacen a sus ideas ellos la interpretan como un ataque contra sus personas. Si son heridos en su figura se sienten amenazados en toda su existencia.
No es posible la paz interior ni el amor fraterno con tales circunstancias. Gran parte de nuestras energías son quemadas en el altar de los sueños irreales. Porque lo importante para la mayoría de las personas no es el realizarse sino el que me vean realizado; que la opinión pública me considere triunfante y vencedor; y así, subidos al potro de la mentira vamos cabalgando sobre mundos irreales temerosos y ansiosos: De la mentira de la vida ¡Líbranos Señor!
Una vez creada esa imagen para impresionar a los demás, la persona orgullosa necesita mantenerla constantemente, por lo tanto, se ve forzada a actuar todo el tiempo y termina agotada nerviosamente.
El orgulloso nunca se baja del escenario y termina estresado. Tal vez ya está cansado de mostrarse así, pero para él la fama lo es todo, entonces se encuentra atrapado por su propia creación. Este tipo de afectación se da fundamentalmente en la farándula.
Los hermanos inseparables del orgullo: la soberbia, la arrogancia y la vanidad
Como ya he señalado, después del pecado de Adán, todos los seres humanos llevamos orgullo, arrogancia y soberbia en nuestro corazón; algunos tienen más, otros menos, pero todos, sin excepción, cargamos con él. Generalmente, la persona orgullosa, también es arrogante y soberbia. Veamos algunas características comunes de la persona con estas anti virtudes.
1. Autosuficiente: La persona autosuficiente pone su confianza en sus habilidades naturales. No le gusta trabajar en equipo, tiene un espíritu individualista. El autosuficiente considera que no necesita de los demás y siempre pone una excusa para no trabajar en grupo. Es un individuo que vive independientemente de Dios.
2. Perfeccionista: El perfeccionismo es uno de los resultados de la soberbia, y refleja lo que hay en el corazón. Por ejemplo, la persona perfeccionista, nunca está conforme consigo misma ni con lo que hace, y tampoco se pone de acuerdo con los demás. El perfeccionista se pone metas o normas de exigencia por encima de lo normal; si las consigue, se siente superior; si por el contrario, no las consigue, se frustra, se critica y se menosprecia a sí mismo y a los demás.
3. Egoísta: Es una persona que trata de satisfacerse a sí misma, sin importarle los demás. Esto es un gran problema en el matrimonio y es la razón de muchos divorcios. El hombre orgulloso y soberbio llega a pensar que nada le va a satisfacer en esta vida. Trata de llenar su ego con dinero, fama, sexo y cualquier cosa que crea que puede saciarlo. Busca la auto-gratificación a toda costa y siempre está pidiendo más; nunca logra estar satisfecho.
4. Competitiva: Una persona a la que le gusta la competencia es soberbia, pues lucha por sobresalir y ser reconocida. Al competitivo, le gusta llamar la atención y conseguir los aplausos. Nuestra única competencia es contra nuestro viejo hombre, contra nuestra carne.
5. Rencorosa: La persona rencorosa tiene grandes dificultades para perdonar, no puede aceptar las ofensas porque hieren su ego. Es muy vengativa y siempre está preocupada por su reputación. Este tipo de persona prefiere razonar y complacer su orgullo antes que perdonar. Sin embargo, a una persona humilde la hieren y no le importa si la herida es grande o pequeña (perdona fácilmente).
6. Voluntariosa y ambiciosa: Esta gente siempre quiere hacer su voluntad. Dice frases como: "eso debería hacerse así" o "yo lo haría diferente y mejor". Es ambiciosa y siempre quiere tener una posición de alto rango en el trabajo, en la iglesia y en todo lugar. Cada vez que se le manda a hacer algo, lo hace a su manera.
7. Le cuesta creer en la palabra de Dios: La incredulidad es el producto de la soberbia en un grado avanzado. La persona soberbia se caracteriza por ser y trabajar independientemente de Dios; y también, por creer que en sus propias fuerzas, puede lograrlo todo y poseer las bendiciones de Dios por sí misma. Hay ocasiones en que nuestra fe no crece porque hay soberbia en nuestros corazones; porque dependemos mucho de lo que sabemos, y nos cuesta descansar en Dios. Dios no nos va a usar por lo buenos que seamos o porque conozcamos mucho la Biblia. Dios nos va a usar por su misericordia y por su gracia. La soberbia es la raíz de todo pecado, la raíz de toda debilidad, la raíz de toda independencia de Dios; por lo tanto, probemos nuestro corazón, para identificar si tenemos orgullo en algún área de nuestra vida.
8. Es contenciosa: "Ciertamente la soberbia produce discordia, pero con los prudentes está la sabiduría". Proverbios 13.10. ¿Por qué la persona orgullosa es también contenciosa? Porque para satisfacer las demandas de su orgullo, está siempre tratando de probar que está en lo correcto. Siempre se está justificando y discutiendo para demostrar que es mejor y superior que cualquier otra persona, a la que pueda estar viendo como una amenaza. Sus ideas son las mejores, sus planes son los mejores y todo lo demás no sirve para nada. Esta actitud es la que la pone en discordia con las personas que trabajan o se desenvuelven cerca de ella. La persona orgullosa no acepta que está equivocada, no admite sus errores y, por esta razón, es contenciosa.
Como ya he señalado mas arriba, la persona orgullosa es egoísta, competitiva, autosuficiente, perfeccionista, voluntariosa, ambiciosa, le cuesta creer en la palabra de Dios y contenciosa entre otros grandes males. De mantener esta actitud frente a la vida -aunque la verdad no vive sino que solamente existe-, todo tipo de calamidades rondará esa pobre existencia sin embargo, la Buena Noticia es que, si entrega su vida a Jesús, si empieza a actuar de acuerdo a la Palabra de Dios, si se arrepiente e intenta enmendar total y completamente, entonces, se va a reconciliar con Dios, Dios la va a perdonar y la va a aceptar como uno mas de sus hijos. Así entonces, deja paulatinamente esa existencia pecaminosa y empieza a vivir, si a vivir y a disfrutar de la vida. La cosa no es complicada, es solo intentar actuar de acuerdo a los Mandamientos de las Leyes de Dios, hacer la voluntad del Señor. Pero, como lo vamos a lograr? Cómo podemos convertirnos en verdaderos hijos de Dios? Leamos lo que tenemos que hacer. No es tan difícil, es simplemente empezar a desarrollar y actuar con humildad.
Debemos estar consciente de la esencia de la verdad de quién es uno, y, ¿cuál es la verdad? La verdad es que somos meros seres humanos. Tenemos que reconocer sin exagerar ni tampoco degradar lo que simplemente somos como personas en Cristo. Si me esfuerzo por ser un buen profesor para con mis alumnos, eso está muy bien. Ahora, si me esfuerzo para adquirir más conocimientos, también está bien si es que esos conocimientos son para ayudar más y mejor a mis alumnos pero, si quiero saber más para sobresalir de mis colegas, para que se me reconozca mis méritos, eso está sumamente mal, es orgullo y contrario a la palabra de Dios. Por lo tanto, no es degradarse o reducirse uno mismo en la estimación de otro, sino estar consciente del verdadero valor como persona. En Romanos 12:3 leemos: "Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno"
El verso nos habla de la humildad, de reconocerse humildemente en la medida de lo que realmente somos. De esta manera, cuando una persona reconoce su verdadero valor en Dios quiere decir que es humilde. Tenemos entonces que renunciar al espíritu de Leviatán que leemos en la Santa Biblia con todo nuestro corazón y confesarlo con nuestra boca como está escrito en Santiago 4:10. "Humillaos delante del Señor, y él os exaltará".
Pues bien, considerando lo que he dicho, les pregunto: ¿Cuál creen ustedes que es el sentir de Dios hacia una persona que se comporta con arrogancia y soberbia?
Pues bien, considerando lo que he señalado hasta ahora, les pregunto: ¿Cuál creen ustedes que es el sentir de Dios hacia una persona que se comporta con arrogancia y soberbia?
Dios la resiste, la rechaza cara a cara, porque Él aborrece el pecado de arrogancia. El orgullo y la soberbia son la misma esencia de la naturaleza diabólica, porque la persona con estas actitudes está negándose a obedecer la autoridad legítima de Dios. Esto, exactamente, es lo que Lucifer hizo cuando habitaba en el cielo.
Es impresionante darmos cuenta de que, muchas veces, hemos actuado con orgullo, soberbia y arrogancia, sin darnos cuenta que, con estas actitudes, estamos ultrajando a Dios. En cada persona, existe un nivel de orgullo, y de alguna manera, ha ultrajado a Dios, hiriendo su "corazón". Dice Números 15:30: "Pero la persona que haga algo con soberbia, sea el natural o el extranjero, ultraja (reprocha, censura, crítica injuria y blasfema) al Señor; esa persona será eliminada de en medio de su pueblo".
La persona orgullosa levanta el brazo contra Dios y dice: "Dios, yo no te necesito, yo soy autosuficiente para hacer lo que creo que debo hacer"; y esto insulta a Dios. Una persona que tiene esta actitud es alguien que confía en su propio corazón, que no tiene temor de Dios y, tarde o temprano, verá su caída.
Dios me libre de esa caída, es dolorosa, se sufre, se padece, se llora… cae literalmente al suelo con el llanto a raudales y con el alma desgarrada. Es un dolor que se puede prolongar por mucho tiempo y durante ese tiempo de sufrimiento -sufrimiento porque se logra reconocer pecador y que siempre ha pecado- van apareciendo, asomando, se van reconociendo uno a uno la larga lista de pecados y, cada vez que "asoma" uno, se sufre porque, es en esta caída que uno logra darse cuenta todo el daño que causó a otros hermanos o el daño que solo se ha causado. Cuando ya las lágrimas han desaparecido, cuando el alma logra tranquilizarse, cuando se ha logrado pararse al menos con las rodillas, empieza el período de tranquilidad, de paz porque Dios le ha dado a conocer que se ha reconciliado, que lo perdona y le dice que lo ama. Entonces, nueva creatura es, se convierte en hijo legítimo de Dios y deja de ser un bastardo, porque el hijo bastardo es una persona altiva de corazón. De esta manera, es abominable para Dios por su altivez de corazón; "ciertamente no quedará impune". Por otra parte, la palabra abominable significa repugnante, orgulloso, odioso, excesivamente ofensivo. Para Dios, abominable es aquel que se cree superior a los demás, uno que se jacta de sus logros, que menosprecia a los demás, que se atribuye o exagera facultades que no tiene; uno que cree y dice que haría las cosas mejor que los demás, y que vive para sí mismo. Ante los ojos del Señor, todo esto es repugnante y excesivamente ofensivo. ¡Que el Señor nos guarde de la arrogancia!
Si realmente buscas la paz de tu alma, la alegría y el sentir gozo espiritual, el único camino para lograrlo es convertirte en persona humilde desterrando el orgullo, la soberbia y la vanidad. Mientras mantengas estos pecados en tu alma y arraigados en tu corazón, NUNCA LOGRARÁS SER UNA PERSONA FELIZ, NUNCA TENDRÁS VERDARAMENTE PAZ Y SIEMPRE VA A RONDAR EN TU CASA TODO TIPO DE INCONVENIENTES, por no decir derechamente desgracias. Entonces, de ti depende la vida que hoy vives.
Oración 1.
Señor Jesús todo mi ser te alaba, te bendice y muestra gratitud eterna por tu sacrificio de redención de nuestras faltas. Por ese amor a tus criaturas, Hijo de Dios y Señor nuestro, te suplico que me liberes del orgullo, de mi prepotencia, de cualquier forma de arrogancia, de la vanidad, de ese exceso de estimación propia que me convierte en una persona indolente, autosuficiente y creyéndome superior a los demás. Te ruego que tu poder destruya las cadenas que me atan a la altivez y a todo apetito desordenado de ser preferido/a a otros. Hazme libre de la satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. Confío en que escucharás mis ruegos y mis pedimentos, pues arrepentido/a como estoy de mis actitudes y acciones, atenderás a este corazón contrito. Amen
Permíteme compartir una parábola que Jesús contó:
"A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido." Lucas 18:9-14
Oración 2
"Oh Jesús mío, ayúdame a evitar el pecado de orgullo, cuando hablo en Tu Nombre. Perdóname si alguna vez menosprecié a alguien en Tu Santo Nombre. Ayúdame a escuchar, Jesús, cuando Tu voz habla y lléname de Tu Santo Espíritu, para que así pueda discernir, la verdad de Tu Palabra cuando llames a la Humanidad. Amén."
1. ¿Eres incapaz de pedir perdón aunque reconoces que debes hacerlo?
2. ¿No aceptas trabajos humildes y pones excusas para no hacerlos?
3. ¿Culpas de tus fracasos, problemas, sufrimientos, penas a otras personas?
4. ¿Haces cosas importantes solo para agradar a Dios o para que te vean?
5. Notas que, a pesar de tus mejores esfuerzos las cosas en tu vida andan mal y que de un problema "resuelto" pasas a otro?
6. La paz, la alegría, la felicidad y el gozo espiritual son para tí objetivos inalcanzables?
7. Sabes que estás haciendo algo contra la Ley de Dios pero te niegas apartarte de ese pecado voluntario?
8. Sientes que tu vida es monótona, "desabrida" o que realmente nada te agrada?
9. Notas que tomas actitudes defensivas y que respondes apresuradamente y de manera inadecuada (groserías, blasfemias, calumnias, venganza…)
10. Sientes que eres incapaz de soportar la crítica constructiva?
11. Te es imposible criticar…?
12. Ves la "paja en el ojo ajeno" con regularidad y eres incapaz de ver la "viga que hay en tu ojo"?
13. Crees que podrías logran grandes cosas empleando tu esfuerzo y capacidad personal sin considerar a Dios?
14. Has logrado tus objetivos obviando a Dios en tu tarea?
15. Consideras que podrías lograr más cosas en tu vida si no fuese por algunas personas -enemigos- que te lo impiden o te ponen tropiezo?
16. Reconoces que el pecado es una constante en tu vida y no puedes evitarlo o simplemente no quieres apartarte de el?
Debes recordar que el orgullo y la soberbia son enemigos poderosos de tu paz interior e impiden enfrentar a tus mecanismos de defensa y enemigos de tu mundo interior. "El temor del Señor es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco" (Prov. 8:13).
Ahora, y de acuerdo a lo que hemos estudiado acerca del orgullo pregúntate y respóndete con seriedad, responsabilidad y sin justificarte en nada: Eres orgulloso/a? Los has sido?. Te queda aún orgullo en tu alma? Qué actitudes orgullosas aún mantienes? ¿Consideras que por tu actitud orgullosa y soberbia no puedes avanzar en el camino hacia una espiritualidad cristiana? ¿Deseas convertirte en una persona humilde imitando la actitud de Jesús que lavó los pies a sus discípulos?
El pecado de orgullo -como lo son los otros pecados señalados en la Santa Biblia- es la transgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno y consiste en negarse a acoger a Cristo, que es la luz del mundo; es decir, es la incredulidad frente al enviado del Padre, el Hijo unigénito de Dios. De esta manera, el pecador es un esclavo de Satanás ya que participa en las obras de aquél, que es homicida y mentiroso desde el principio. Al rechazar a Cristo como Hijo de Dios venido en la carne, es una herejía. Esta negación supone la ruptura de la comunión con Dios y engendra el odio.
Las consecuencias del pecado de orgullo, son múltiples, siendo una de las más graves provocar la cólera de Dios. De esta manera, Dios esconde su rostro al pecador para no escucharlo o se niega a responder cuando se le pide un favor. Estas expresiones son metafóricas ya que Dios no se le puede ver alcanzado ni "ofendido" por el pecado.
En el pecador a nivel general y en particular al pecado de orgullo, la acción pecaminosa produce un sentimiento de culpa. Es como un peso que grava sobre la conciencia y "hace latir el corazón"; es un tormento del que el hombre no logra liberarse. Los pecados manchan al hombre, lo hacen impuro para el ejercicio del culto e incapaz de acercarse al Dios santo, el hombre se endurece en lo más íntimo de su corazón. La multiplicación de los pecados puede conducir al hombre a esta situación, hundiéndolo en una actitud de rechazo de Dios que lo hace incapaz de levantarse del abismo en que ha caído, a no ser que se realice un milagro. Esta situación, designada como "obstinación en el pecado", se expresa en la Biblia mediante diversas imágenes: se habla de "obcecación, de corazón embotado incircunciso, de piedra, de oídos tapados, de dura cerviz". La obstinación es la característica del pecador, que quiere permanecer separado de Dios y se niega a convertirse.
Por otra parte, el pecador se convierte en un esclavo del pecado separando al hombre de Dios. Esta esclavitud es tal que el hombre es incapaz de realizar el bien aunque quisiera porque, el orgullo como pecado capital, engendra todos los demás pecados conocidos, de esta manera, el pecador se encuentra en una situación de hostilidad con Dios pues, este quiso separarse de Él y Dios permite esta separación. Privado de la gracia de Dios el pecador se ve sometido a la angustia, a la tribulación y a la corrupción. Alejado de Dios, el hombre multiplica los pecados y cae en el abismo de la demencia. En efecto, el aumento de los pecados acaba corrompiendo el juicio moral del hombre y haciendo que se obstine en una situación de enemistad con Dios. Es éste el primer castigo que el pecado lleva consigo. El abismo que separa al hombre de Dios se hace cada vez más profundo. Esta manifestación de la cólera divina aguarda el momento final, cuando en el juicio el hombre se fije definitivamente en su rebelión contra Dios. En éste trance de su vida, el pecador experimenta la muerte espiritual ya que Dios es la fuente de la vida y, al apartarse de él, el pecador se aleja de la vida. En efecto, ya desde ahora los pecadores se encuentran en el camino de la perdición, dominados por la fuerza del pecado y esclavos de Satanás.
Esta muerte es ante todo la perdición eterna, el alejamiento definitivo de Dios; en segundo lugar designa también la condición desgraciada en que se encuentra el pecador ya en esta vida, y, finalmente, señala la muerte biológica, desgarrada por la angustia y por las tinieblas producidas por la ausencia de una perspectiva radiante de futuro.
La persona cae en esta fase al no confesar a Dios su pecado, al no arrepentirse genuinamente y no haya restaurado y enmendado el daño causado en su propia persona como a terceras personas en la medida que sea posible, están muertas espiritualmente, están destruidas aunque físicamente caminan, hablan, escuchan, puede ver, trabajar y "disfrutan de su vida". Sin embargo, la realidad de ellas es que están muertas porque Dios no mora dentro de su ser, no hay espíritu de vida en estas personas. Están destruidas y, muertas espiritualmente porque atraen todo lo relacionado a la muerte, sufrimiento, enfermedad, problemas familiares etc. Esta afirmación se puede entender claramente cuando Jesús dijo " deja que los muertos entierren a sus muertos" y "Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro".
Quien quiera vivir en paz emocional, espiritual y física y desarrollarse en sus proyectos de vida, deberá evitar todo tipo de acciones contrarias a la voluntad y Ley de Dios.
Como todo el que comete pecado es esclavo del pecado, sus actuaciones van a repercutir en la Psiquis, en el Cuerpo y en su Espíritu. En la psiquis el pecador experimenta sentimientos de culpa, de rechazo, de abandono y soledad, baja autoestima, odio, rencor, resentimiento, temores, fobias, preocupación obsesiones, depresión, ansiedad, angustia, deseos de venganza, suicidio, frustración, envidia, celos, codicia, impaciencia, incapacidad de perdón, ausencia total de paz interior, enfermedades mentales, desesperanza. Hay algunos pecados graves como la el orgullo, fornicación y el adulterio que activan la corrupción del alma, la hieren y se siente vergüenza. (El cristiano que ha sido salvo siente vergüenza y si no la siente, es porque nunca ha sido cristiano)
Si el alma está corrompida los pasos de su cuerpo físico irán a lugares corruptos. Y las personas que caen en pecados graves o capitales padecerán mucha vergüenza y su afrenta, su deshonor, su deshonra nunca serán borrados.
En el cuerpo el pecador van a experimentar enfermedades sin causa física: Problemas de sueño, taquicardia, estrés, digestivos, asma, dolores de cabeza, de espalda, artritis, colitis, úlceras y todo tipo de enfermedades y dolencias a causa de la tensión interna.
En la vida espiritual el pecador va a tener una imagen inadecuada de Dios al culparlo y sentirse abandonado por El. Temor al castigo y juicio severo de Dios; obstáculos en el crecimiento espiritual. Temor desmedido a Satanás. La persona puede llegar a sentir que Dios no responde, culparlo por sus experiencias dolorosas, reclamarle su vida actual, por tanto le será difícil confiar en Él. De esta manera pierde la comunión con Dios por no poder a ser honesto en oración, aspecto indispensable y primordial para ser restaurado.
Por último, el pecador voluntariamente activa la crueldad sobre su vida. Cuando se practica cualquier pecado grave, se activa la crueldad sobre la vida. Se quiere hacer algo positivo y siempre hay alguien que se lo impide. Se ponen delante personas que no le bendicen, que no le dejan levantar, que no le ayudan, que más bien le quieren ver mal. También se activan pleitos en la familia, como lo señala la Palabra en 2 Samuel 12:10ss. "Y ahora una espada no se apartará de tu propia casa hasta tiempo indefinido como consecuencia del hecho de que me despreciaste de modo que tomaste a la esposa de Urías el hitíta para que llegase a ser tu esposa".
Debemos ser cristianos maduros y responsables es nuestro deber porque, la ignorancia es otro enemigo grande de la madurez. Podemos ser fieles, podemos soportar pruebas, podemos vencer tentaciones, podemos cumplir con todos los deberes y, en fin, cumplir con la voluntad de Dios. Podemos porque Dios nos ayuda.
La Buena Nueva es que ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, estos son los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. No hay temor en el creyente nacido de nuevo que ha experimentado la primera resurrección en Cristo y que por lo tanto ama a Dios. Le ama de tal manera que nada ni nadie le puede separar de su amor.
Toda persona que se arrepiente de sus pecados, que ha enmendado su vida, que haya restaurado -en la medida posible- el daño que haya causado y que se comprometa ante Dios no volver a cometer el mismo pecado voluntaria y conscientemente será restaurada, será perdonada y, su nueva condición será la de ser hijo/a legítimo/a de Dios.
La determinación es tuya. Tú tienes el poder que Dios te ha dado para determinar lo que es correcto o incorrecto en tu vida, sin olvidar que:
"EL ORGULLO ES EL PECADO EN DONDE GERMINA Y SE GESTAN TODOS LOS DEMÁS PECADOS POR ESO HERMANO, HERMANA, AMIGOS TODOS, EMPECEMOS A ROGAR A JESÚS PARA QUE NOS DE UN ESPÍRITU HUMILDE Y QUE SEA EL QUIEN GOBIERNE NUESTRA VIDA. CONVIRTÁMOSLO EN EL REY DE NUESTRO HOGAR, EN EL REY DE NUESTRA VIDA, EN NUESTRA RAZÓN PRIMERA Y ÚLTIMA DE NUESTRA EXISTENCIA PUES, SIN EL, NADA PODEMOS, NO DIJE POCO PODEMOS, DIJE NADA PODEMOS Y A LA LUZ DE LA VERDAD, NINGÚN ATEO O PERSONA ORGULLOSA -apartado de Dios- LOGRA VIVIR LA VIDA EN PAZ, CON ALEGRÍA, CON FELICIDAD, CON GOZO ESPIRITUAL. ESAS PERSONAS ORGULLOSAS QUE VIVEN SU VIDA APARTADAS DE DIOS, SON FRIAS, OPACAS, TRISTES, TEMEROSAS, CRITICONAS, GROCERAS, FALTAS DE AMOR FRATERNO. ESTA CLASE DE PERSONAS MUEREN SOLOS/AS, ABANDONADOS/AS, SIN LA ESPERANZA DE DISFRUTAR DE LA VIDA ETERNA PORQUE, NO HAN QUERIDO CREER QUE ESA VIDA EXISTE VERDADERAMENTE; NO QUIEREN CREER O NO HAN CREIDO QUE JESÚS LA HA PROMETIDO A TODOS LOS QUE CREEN EN EL, A LOS QUE TIENEN FE EN EL Y A LOS QUE ACTÚAN O HAN ACTUADO DE ACUERDO A SU PALABRA. ¡QUÉ DESGRACIA VIVIR UNA VIDA DE MUERTE! JESÚS DIJO: "DEJA QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS" SE REFERÍA A LAS PERSONAS MUERTAS ESPIRITUALMENTE, ES DECIR, A LOS QUE VOLUNTARIAMENTE POR SUS PECADOS SE HAN APARTADO DE DIOS. ESOS SON LOS MUERTOS QUE JESÚS HACÍA REFERENCIA, POR ESO HERMANO/A, AMIGO/A, HOMBRES Y MUJERES, APÁRTENSE DEL PECADO DEL ORGULLO, HÁGANSE HUMILDES Y, CUANDO HAYAS TOMADO LA INICIATIVA DE CAMBIAR, ENTONCES Y SOLO ENTONCES ENTONA LA CANCIÓN: "… LA ALEGRÍA YA VIENE"
1. Alán Gerardo Pastor evangélico "mensaje de fe y esperanza"
2. Álvarez Icaza María Angélica, "Memorias", Libreta No. 8.
3. Alvez Mariana. Licenciada en Psicología
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14. Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
15. Biblia Reina Valera 1960
16. Biblia de Jerusalen
17. Cruzada de Oración: "Oración para evitar el pecado del orgullo"
18. Diccionario Herder – Barcelona 1961. Págs. 581-593
19. Diccionario en línea. http://definicion.de/soberbia/#ixzz2awAWiSjh
20. Diccionario en línea. http://definicion.de/vanidad/#ixzz2baWiDAHg
21. Wikipedia. http://sv.wikipedia.org/wiki/Portal:Huvudsida
22. http://religionyteologia.bligoo.com/profile/view/1263676
23. http://psicologia-malenalede.blogspot.se/
Jorge E. Oportus Romero, Profesor de Historia y Geografía, Orientador Educacional, fue profesor por muchos años el el Liceo Mercedario Francisco Enríquez de la ciudad de San Carlos-Chile. En 1987, emigró a Suecia en donde, en la actualidad reside en el condado de Trollhättan. Actualmente trabaja como profesor de idioma español y religión y es un estudioso autodidacta de las Sagradas Escrituras.
Si realmente quieres vivir tu vida en paz, con alegría y con deseos de disfrutarla intensamente, debes empezar por desterrar de tu Ser todo indicio de orgullo y rogarle al Señor te convierta en una persona humilde. De los humildes es el reino de los cielos
JESÚS, YO CONFÍO EN TÌ
¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida? Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te entregues a mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del alma y dime con calma: "
"JESÚS YO CONFIO EN TI"
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que puede suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser DIOS y actuar con libertad. Entrégate confiadamente a mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente:
"JESÚS YO CONFIO EN TI"
Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices"JESÚS YO CONFIO EN TI" No seas como el paciente que le dice al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjate llevar con mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora dime
"JESÚS YO CONFIO EN TI"
Necesito las manos libres para obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles. Satanás quiere eso. Agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía sólo en mí. Reposa y Entrégate a mí. Hago milagros en la proporción de la entrega y confianza que me tienes
Así que no te preocupes, echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilo.
Dime siempre
"JESÚS YO CONFIO EN TI"
Y verás grandes milagros.
TE LO PROMETO POR MI AMOR.
Agradecimiento:
Reconozco con toda honestidad que, de no haber sido por la ayuda y el amor inmerecido que recibo de Dios Padre, no habría podido ver materializado este estudio acerca del orgullo.
Dedicatoria
Dedico este libro a aquellos hermanos y hermanas en Cristo como a hombres y mujeres de buena voluntad que deseen emprender el camino que conduce al encuentro verdadero con Dios, desterrando para siempre el orgullo que daña toda nuestra existencia y nos impide recibir las bendiciones que Dios quiere brindarnos.
Autor:
Jorge Edgardo Oportus Romero
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