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Indicadores de pertinencia social de la Aldea Universitaria Emilio Gimón Sterling

Enviado por Naibe Burgos


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Pertinencia social, concepto, contextualización e indicadores en América Latina
  3. Estrategia, Planificación y Dirección estratégica
  4. Bibliografía

"…que las luces que se adquieren con la experiencia han hecho pensar…

que el único medio de establecer la buena inteligencia es hacer que TODOS PIENSEN en el bien común y que este bien común es la

REPÚBLICA".

Simón Rodríguez

(Tratado de Luces y Virtudes Sociales: 1840)

Introducción

Sistematizar las bases teóricas que sustentan los indicadores con los cuales puede medirse, observarse y evaluarse la pertinencia social en las Aldeas Universitarias de la Misión Sucre y el diseño de una estrategia de dirección para fortalecerla, hizo necesario describir la concepción de los términos pertinencia social, estrategia, planificación y dirección estratégica, analizar el alcance de la política educativa universitaria de la República Bolivariana de Venezuela, investigar el cómo se pueden aplican estos conceptos en una Aldea Universitaria de la Misión Sucre y qué tipo de herramientas metodológicas pueden aplicarse para este fin ; para luego determinar cómo construir los indicadores con los cuales puede medirse, observarse y evaluarse la pertinencia social en su contexto. Todos estos aspectos constituyen el marco teórico referencial, el cual se visualiza en el hilo conductor siguiente:

edu.red

Fig. 1. Hilo conductor de la Investigación.

Fuente: Elaboración propia

Pertinencia social, concepto, contextualización e indicadores en América Latina

Concepto de pertinencia social universitaria.

El tèrmino pertinencia es sinónimo de congruencia, orientación, vinculación, inherencia, oportunidad; para las universidades la pertinencia es un principio donde se fundamenta su responsabilidad social.

Con la intención de dejar plasmado lo que conceptualmente se entiende por pertinencia social de la educación universitaria en una Aldea Universitaria de la Misión Sucre, se procedió a la revisión del enfoque dado al término en las distintas Conferencias Regionales anteriores a la Conferencia Mundial de la de UNESCO de 1998.

En el Anexo No. 2 se puede observar que las dimensiones de la pertinencia universitaria pueden tener elementos comunes en los países del Norte, Europa, África, los países árabes, Asia y América latina pero las particularidades regionales, sociales, políticas, económicas y culturales marcan las diferencias.

De acuerdo al análisis que hace Yarzábal (1997) citado por Malagón Plata (2003) el tratamiento que se da a la pertinencia es diferente de acuerdo a los intereses de cada región: en el Norte y en Europa, se orienta hacia el plano político, los valores, la cultura, mientras que en el sur, se direcciona hacia la sociedad, la economía, y los sectores productivos (Anexo Nro.3). Igualmente, en cada país, de acuerdo a las diferencias geográficas, culturales, económicas, políticas y sociales, la pertinencia universitaria tiene sus particularidades.

Las declaraciones de la UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) de 1998 y 2009, han obligado a la revisión y redireccionalidad de los procesos sustantivos de docencia, investigación y extensión de las Universidades para dar paso a la planificación estratégica de acuerdos sobre inclusión, educación permanente, nuevas técnicas de información y comunicación, calidad educativa, pertinencia, contextualización de saberes y conocimientos, superación de los maestros y combate a la pobreza para cumplir con los objetivos del milenio.

Al revisar las declaraciones se pudo observar que en el Artículo 6, literal a, de la Conferencia Mundial de 1998, la UNESCO hizo énfasis en la pertinencia social describiéndola como la adecuación entre lo que la sociedad espera de las instituciones y lo que éstas hacen, para lo cual deben tener objetivos a largo plazo que requieren de ética, imparcialidad política, capacidad crítica, mejor articulación social y laboral, respeto a las culturas y protección del medio ambiente.

En el mismo artículo sugiere una educación general con especializaciones interdisciplinarias que garanticen el cultivo de competencias y aptitudes en los individuos para actuar en situaciones y actividades diferentes.

Seguidamente, en el literal b, orienta a reforzar las funciones de servicio a la sociedad con actividades dirigidas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del ambiente y las enfermedades con procedimientos inter y transdisciplinarios.

Luego, en el literal c, sostiene que la educación universitaria debe aumentar su contribución al desarrollo del conjunto del sistema educativo, con mejoras en la formación del personal docente, la elaboración de los planes de estudio y la investigación sobre la educación.

Por último, en el literal d, expresa que la educación universitaria debería buscar la formación una nueva sociedad no violenta, donde no exista la explotación, formada por personas muy cultas, motivadas e integradas, movidas por el amor hacia la humanidad y guiadas por la sabiduría. UNESCO (1998).

Del análisis de las declaraciones anteriores se desprende que la pertinencia de la educación universitaria es el ajuste de los procesos sustantivos de docencia, investigación, extensión y los productos del currículum, la creación intelectual e impacto social, con la responsabilidad que delega el Estado a ese nivel de educación. Este ajuste debe trascender en tiempo y espacio (local, regional, nacional e internacional) lo cual fundamenta su dirección y planeación estratégica.

Es importante destacar que la inclusión del concepto de pertinencia como principio fundamental de la educación universitaria a nivel mundial cambia la concepción del proceso de extensión como aspecto agregado de función social de la universidad, ahora esta función social es la esencia de la Universidad y va más allá de la vinculación de las Universidades con los sectores productivos. García Guadilla (1997); Malagón Plata (2003); Túnnermann (2009).

Para efectos de la investigación que se presenta, la autora seguirá el concepto esbozado por García Guadilla (1997) quien describe la pertinencia social como:

"…tomar en cuenta el entorno en el cual están insertas las instituciones de investigación y, por lo tanto, la necesidad de un estrecho acercamiento entre los que producen y entre los que se apropian del conocimiento. Por un lado, los que se apropian, o sea los usuarios del conocimiento, son no solamente los estudiantes, o usuarios internos, sino las comunidades en la que están insertas las instituciones, y también, de manera muy importante, los otros niveles del sistema educativo".

Y las observaciones que agrega al concepto Malagón Plata (2003).

"… al examinar la pertinencia de la institución se precisa de mirar no solamente cuantos proyectos y acciones de Vinculación Universidad Sectores Productivos (VUSP) se han realizado, sino también cuantos proyectos sociales, culturales y políticos se han ejecutado, y más importante todavía, si las acciones de vinculación universidad-sociedad se encuentran a la base de los proyectos curriculares y se da una retroalimentación permanente entre el currículo y las acciones de esa vinculación".

Se complementa el criterio para definir y caracterizar la pertinencia social de una Aldea Universitaria de la Misión Sucre con los planteamientos de Pérez Zaballa (2005) quien parte de la teoría de acción expuesta por Silva de S. (2002) donde se expresa que en un contexto cambiante, la sociedad requiere de una "ciencia de la sociedad", y ella sólo es posible si la comunidad científica, las instituciones y las organizaciones se someten a una revisión, a la reconfiguración o reemplazo de elementos de su sistema, y se preparan para los nuevos cambios que exige el momento actual. Para caracterizar este proceso Silva de S. apela a los conceptos de "coherencia" y "correspondencia".

Asocia la "coherencia" a la eficiencia interna de la gestión de los medios la cual es lograda dentro de la organización cuando se tiene una armónica articulación entre visión, misión, objetivos, políticas, prioridades, estrategias y recursos.

Siendo así, el grado de coherencia de una organización está relacionado con el marco conceptual (modo de interpretación que influencia la forma de pensar de los que la integran), que incluye premisas de orden ontológicas, epistemológicas, metodológicas y axiológicas, que son utilizadas para orientar iniciativas coherentes hacia la acción.

Por otra parte, relaciona la "correspondencia" a la relevancia de los productos y servicios que la organización aporta a su entorno, en función de satisfacer sus demandas y expectativas. Para alcanzar la "correspondencia" se necesita una interacción intensiva y de calidad entre la organización y los actores claves de ese entorno.

El grado de correspondencia está relacionado con la teoría de acción (modo de intervención) practicada por la organización, que incluye una filosofía más comprometida con la totalidad, (promesa ética, visión de la organización) y un conjunto de premisas ontológicas, epistemológicas y metodológicas que permiten implementar dicha filosofía.

Entre las organizaciones llamadas a cambiar para garantizar su desarrollo y contribuir al desarrollo de la sociedad, se incluyen las Universidades, sus métodos de estudio, la generación de conocimientos y su aplicación a la práctica social.

  • Para Silva de S. (2002) ésto significa la urgencia de una "Universidad de la sociedad", donde los procesos sustantivos se articulen para: Desarrollar un pensamiento crítico en los estudiantes,

  • Generar nuevos paradigmas para orientar una práctica universitaria con análisis actuales.

  • Generar y promover conocimientos en el contexto de su aplicación e implicaciones, con enfoque transdisciplinario,

  • Inclusión de la participación de la diversidad de actores y organizaciones del contexto,

  • Conocimientos socialmente apropiados en el proceso de su generación, con alto contenido ético derivado de su reflexividad y compromiso sociales y control social ampliado sobre la calidad del conocimiento generado y sobre la validez de sus impactos en el entorno, concebido éste como resultado de la percepción de la organización sobre este entorno, y de la negociación con los actores que integran dicho contexto, el cual incluye la propia organización.

Sólo esta nueva universidad, plantea Silva de S. (2002) la "universidad de la sociedad", puede lograr una verdadera correlación entre "coherencia-eficiencia" y "correspondencia-relevancia" que garantice "la pertinencia social" de la universidad.

En las Aldeas Universitaria convergen diferentes criterios y visiones de instituciones de educación superior, que acreditan los Programas de Formación que en ella se facilitan, sin embargo, los Fundamentos Conceptuales de la Misión Sucre definen cuál es el papel que juega la Aldea en la comunidad donde está inserta, la Aldea debe ser un centro cultural de su entorno comunitario.

Realizado el análisis e interpretación de los conceptos y teorías expuestos, la pertinencia social de una Aldea Universitaria puede observarse desde las acciones oportunas, coherentes, inherentes y eficaces de sus actores sociales para fomentar la transformación de realidades en el entorno donde se inserta e implica la Aldea y en el área de influencia que abarca, entendiéndose este entorno como producto de la interacción Aldea- comunidad y no como un elemento aislado al cual se interviene desde afuera.

Vista así, la autora parte de que la pertinencia social se entiende como la incidencia del sistema educativo en otro sistema: económico, cultural, social y político y se sustenta desde el punto de vista funcional en un factor básico: es una evaluación de resultados, establecidas por seis dimensiones, para la Misión Sucre como Educación universitaria alternativa: efecto académico , efecto educativo, efecto laboral, efecto social, político , efecto ecológico y efecto familiar, para la determinación de efectos y consecuencias que puede producir este proyecto educativo universitario universalizado en su entorno.

  • Pertinencia Social de la Política Educativa Universitaria en la República Bolivariana de Venezuela y su proyección en América Latina y el Caribe.

La planificación estratégica de la pertinencia social de la educación universitaria en América latina y el Caribe, su calidad, evaluación, acreditación, gestión, financiamiento, conocimiento y uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y la reorientación de la cooperación internacional en ese nivel educativo son tópicos que se evidencian en la diversidad y multiplicidad de experiencias en los procesos de transformación de la educación universitaria en América Latina, pues son una constante desde los años setenta: Chile (desde 1972), a través del PER y SIMCE, México (1978), a través de los Cursos Comunitarios; Colombia (1979), mediante el ICOLPE; Perú (1984), con el PRONE; y Argentina (1994), lo cual indica que todos estos países están trabajando, desde hace varios años, en la evaluación de la pertinencia social como expresión de la calidad educacional.

El primer aspecto acordado en la Declaración de Quito (1991), por los Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, convocados por la UNESCO en la IV Reunión de Comité Regional Intergubernamental del Proyecto Principal de Educación, fue:

"(…) que para superar la crisis económica e incorporar al mundo como protagónicos activos los países de la región, éstos necesitan robustecer su integración regional a sus vínculos bilaterales, invertir prioritariamente en la formación de sus recursos humanos y fortalecer su cohesión social. Sin educación pertinente de calidad no habrá crecimiento, equidad, ni democracia. Por esta razón la educación debe ser objeto de grandes consensos regionales que garanticen el compromiso de toda la sociedad para la formación de sus futuras generaciones y la continuidad de las políticas y programas puestos en marcha para el logro de estos objetivos" (UNESCO, 1991: 85).

Resulta obvio que en esta declaración o acuerdo hay dos elementos claves para el desarrollo de la educación en la región: que ésta sea equitativa y la necesaria evaluación de la pertinencia social de los sistemas educacionales (Moráguez, 1999).

Desde finales de la década de los noventa en la República Bolivariana de Venezuela se detectan nuevos enfoques y cambios en la educación y se generan algunas propuestas para impulsar la revisión de los procesos universitarios. Universidades como la Simón Rodríguez (UNESR), actualmente acreditadora de Programas de Formación para las Aldeas universitarias, son pioneras en estas propuestas.

Sin embargo no es hasta 2003, cuando con el decreto de creación de la Misión Sucre se comienzan a gestar los cambios cuantificables, con un ejemplo de esfuerzo de sinergia institucional, que rompe los paradigmas de las universidades venezolanas y latinoamericanas tradicionales e irrumpe en los sectores populares a través de la municipalización y universalización de la educación universitaria.

Continúa este proceso de transformación con la promulgación de la ley Orgánica de educación y la construcción del proyecto de Ley de Educación Universitaria, en proceso de discusión y la internacionalización de la Misión Sucre en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

1.1.2. Misión Sucre y la Municipalización de la Educación universitaria como alternativas educacionales con pertinencia social.

La Misión Sucre constituye una vía alternativa de educación universitaria frente a la impertinencia de la educación superior en Latinoamérica, para conducir las sociedades de la región hacia el desarrollo sustentable, con equidad social y con una visión que coloca al ser humano y a sus derechos en el centro de toda consideración.

Desde la construcción y ejecución de proyectos sociocomunitarios y productivos que den respuesta a situaciones y necesidades detectadas por los triunfadores en acuerdos con esas comunidades, se busca la vinculación de los procesos universitarios fundamentales de docencia, investigación y extensión.

En el proyecto de la Ley de Educación Universitaria de 2009, los procesos fundamentales son la formación integral, la creación intelectual y la interacción con las comunidades. Poco a poco el concepto de extensión como función social agregada de la universidad desaparece.

Esto implica que la interacción con las comunidades no sea una función agregada a las universidades sino la esencia de todo el proceso de formación-educación.la creación de programas de formación acordes a las necesidades de las comunidades, de tal manera que se aprovechen los talentos de toda la población según su vocación y capacidad. García Guadilla (1996).

En los Fundamentos Conceptuales de la Misión Sucre se establece que en cada localidad se buscará el uso compartido de recursos entre los distintos entes gubernamentales y no gubernamentales, la atención y creación de espacios comunitarios propios y compartidos, de manera que, ¨las instalaciones productivas y las culturales, los laboratorios y centros de información, los espacios deportivos y la infraestructura educativa sean entendidos como un parque educativo y tecnológico al servicio de todos" MES (2005).

El proceso arriba descrito requiere de:

  • Sinergia institucional.

  • Transformación personal de los triunfadores con la apropiación de nuevos conocimientos que le permitan concebir proyectos eficaces en el contexto del capital humano de la comunidad y de su formación como ser social revolucionario.

  • Capacidad gerencial por parte de los coordinadores de las Aldeas Universitarias.

  • Procesos innovadores en la construcción y aplicación de herramientas estratégicas que den al traste con la visión tradicional academicista universitaria para dar paso a la participación activa y protagónica de los actores y colectivos.

La formación integral liberadora, la creación intelectual y la vinculación social constituyen entonces las bases de la política universitaria venezolana, cuyas estrategias de implementación deben ser innovadoras de manera que puedan afrontar la incertidumbre de los tiempos futuros.

Lo señalado anteriormente orienta entonces hacia un sistema de dirección en las Aldeas Universitarias que garantice la construcción y ejecución de proyectos con carácter vinculante al entorno inmediato donde se insertan y a las condiciones de los actores sociales del proceso formación-educación.

1.1.3. Dimensiones, contextualización e indicadores de pertinencia social en las Aldeas Universitarias de la Misión Sucre.

Dimensiones:

Manuel Ramiro Muñoz (1998) citado por Túnnermann (2009) explica que la pertinencia universitaria en América Latina tiene:

Una dimensión social porque siendo una de las regiones con mayores riquezas en el mundo, la desigual distribución de la misma ha conllevado a situaciones muy altas de pobreza, inequidad y diferencias sociales alarmantes y el papel de la educación universitaria es fundamental para aminorar o desaparecerlas.

Establece la pertinencia laboral la urgente necesidad de crear nuevas modalidades de trabajo, de manera que las y los egresados no pasen a formar parte de la cantidad de profesionales pasivos porque no existe la modalidad del trabajo que pueden realizar.

El respeto y la inclusión de las diversas culturas, lenguas, ambientes geográficos, biológicos, etnias; convergen en la pertinencia cultural.

Finalmente, la formación integral de universitarios y universitarias investigadores e investigadoras, capaces de crear y desarrollar técnicas para la protección y uso sostenible del ambiente que detengan la destrucción que en estos momentos se ejecuta en este continente determina la pertinencia ecológica.

A tales preceptos se agrega al revisar los Fundamentos Conceptuales de la Misión Sucre que estas cuatro dimensiones se encuentran desglosadas en los objetivos de la municipalización de la educación universitaria, como factores o indicadores de pertinencia social:

  • Inclusión social.

  • Sinergia institucional.

  • Acceso al conocimiento y a la información

  • Estudios universitarios vinculados al contexto socio-cultural en que se realiza la práctica educativa.

  • Participación en circuitos de difusión y transformación de los saberes.

  • Desarrollo tecnológico.

  • Reconocimiento de la diversidad socio-cultural y étnica.

  • Desarrollo local sustentable y endógeno.

  • Desarrollo de la pertenencia local, regional, nacional y latinoamericana.

  • Sentido de pertenencia.

  • Movilización social.

  • Diferenciación de las trayectorias formativas.

  • Permanencia y prosecución.

  • Construcción y ejecución de proyectos socio comunitarios socio productivos que den respuesta a situaciones y necesidades detectadas por los triunfadores en acuerdos con las comunidades.

  • Capacidad protectora de la familia.

  • Actitudes positivas para la convivencia.

  • Capacidades para la organización y la acción colectiva.

  • Impacto positivo en la salud.

  • Acción preventiva en relación al riesgo social.

Por lo que las dimensiones que refleja Ramiro Muñoz (1998) son aplicables a las Aldeas Universitarias de la Misión Sucre . Sin embargo a estas dimensiones la autora agrega la dimensión familiar, la política y la académica.

Las dimensiones e indicadores deben observarse en cada una de las Aldeas Universitarias para revisar el impacto social de la municipalización y la universalización en los contextos y áreas de influencia donde funcionan, pues el número de graduandos sólo evidencia inclusión más el resto de los indicadores deben ser redimensionados para observar su verdadero impacto.

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Fig. 2. Dimensiones de la pertinencia de una Aldea Universitaria de la Misión Sucre.

Elaboración propia.

Fuente: Ramiro Muñoz (1998) adecuada a esta investigación por la autora.

Contextualización.

La contextualización de la pertinencia social universitaria en América Latina y el Caribe según plantea García Guadilla (1997) tiene que ver con la adecuación de procesos de transformación en los diferentes países de la región. Estos procesos los puntualiza así:

  • Procesos de selección de la información,

  • Proyecto educativo centrado en el aprendizaje.

  • Organización del conocimiento.

  • Nueva concepción de las profesiones.

  • Ampliación del concepto de función social de la universidad.

  • Diversificación de los destinatarios de las profesiones.

  • Relaciones entre el espacio social de las profesiones y el espacio social de las instituciones.

  • Ampliación de las relaciones inter universitarias a nivel nacional, regional e internacional.

  • Nuevas formas de liderazgo.

  • Valor del compromiso de las alianzas.

  • Investigación sobre la educación superior.

  • Evaluación institucional.

Indicadores.

Los indicadores son parámetros cuya construcción obedece a la intención de medir, caracterizar, o describir los niveles de calidad (eficiencia y eficacia) de una organización.

Según García Guadilla (1997), la combinación de indicadores de eficiencia tales como proyectos de investigación finalizados, publicaciones, tasa de egresados, índices de rendimiento, etc. con los indicadores de resultados o de valor agregado, promoción de ciertos valores, de cultura nacional, de integración social, e indicadores que remitan a la substancia académica, además de pertinencia y relevancia, son indicadores de la calidad universitaria.

En el caso de las Instituciones de Educación Universitaria (IEU) y las Universidades que acreditan Programas de Formación en las Aldeas Universitarias, la pertinencia social tendría que valorarse a través de la descripción o caracterización de aquellos aspectos que consideran su función social. Es decir, de los ajustes entre los procesos de docencia, investigación, currículum, la creación intelectual e impacto social, con la responsabilidad que les delega el Estado y sus resultados en el entorno.

François Vallaeys (2006) con la colaboración de Luis Carrizo considera cinco componentes centrales que constituyen "metas políticas" esperables para el desarrollo de una estrategia integral y sustentable para la Responsabilidad Social Universitaria:

  • Una política de Gestión ética y Calidad de vida institucional, que permita la mejora contÍnua del comportamiento ético y profesional cotidiano de la comunidad universitaria, a partir de la promoción, en las rutinas institucionales, de valores socialmente responsables.

  • Una política de Gestión medioambiental responsable que permita a la comunidad universitaria mejorar continuamente en su comportamiento ecológico cotidiano, orientado hacia el uso inteligente y respetuoso del medio ambiente.

  • Una política de Participación social responsable que permita a la comunidad universitaria y sus colaboradores externos mejorar continuamente en su comportamiento social solidario para la promoción del Desarrollo Humano Sostenible.

  • Una política de Formación académica socialmente responsable que permita lograr un perfil del egresado como profesional con aptitudes de solidaridad y responsabilidad social y ambiental, en el marco de una verdadera formación integral e íntegra.

  • Una política de Investigación socialmente útil y Gestión Social del Conocimiento que permita asegurar la generación y trasmisión de conocimientos interdisciplinarios congruentes con el Desarrollo Humano Sostenible, tanto en su temática como en su proceso de construcción y difusión.

De la bibliografía consultada por la autora acerca de este concepto se interpreta que las IEU y las Universidades acreditadoras , deben asumir no solo el entorno sino su ambiente interno, por lo que la distribución de la matrícula por áreas del conocimiento y niveles educativos, los contenidos de los planes de estudio ofrecidos y la vinculación de la institución con los sectores productivo y social, deben ser parte de los indicadores de pertinencia social para que exista congruencia entre el perfil profesional de los egresados, los objetivos y los contenidos de los planes de estudio.

Pero para realizar el análisis de pertinencia, en el proceso de planificación, según plantea Ramírez García (2007) deben utilizarse los indicadores definidos para alcanzar los objetivos diseñados y los criterios de medida, para los procesos identificados en cada organización, e incorporar aquellos que se deriven de las expectativas del entorno. Estos parámetros constituyen la base para la definición de los indicadores.

Por otra parte, Padrón Guillén (2008), sostiene que "el objetivo de la discusión sobre pertinencia social de las universidades es la formulación de un sistema de criterios e indicadores que, dado un conjunto de proyectos o productos universitarios, permitan ubicarlos en una escala de prioridades para efectos de financiamiento, apoyo y evaluación".

Se refiere este autor a la pertinencia social de las investigaciones académicas, las cuales deben pasar por cinco supuestos o criterios hipotéticos y provisionales a saber: Fundamentación epistemológica, calidad metodológica, rentabilidad, vigencia y amplitud de la demanda. Considera que al desagregar estos criterios en factores cada vez más específicos, se obtendrán elementos para un sistema de análisis de la pertinencia social.

A tales preceptos se agrega que el sistema de educación universitaria sólo podrá cumplir con las expectativas que genera su pertinencia si ésta se reconstruye de manera permanente a través del consenso con la sociedad y si ese consenso logra establecer cierto nivel de autonomía necesaria a las IEU para la definición de estrategias cuyos logros deben difundirse para el necesario empoderamiento de conocimientos por parte de las comunidades.

Vistos los señalamientos anteriores, considera la autora que en una Aldea Universitaria de la Misión Sucre los indicadores de pertinencia social universitaria deben ser construídos y consensuadas con las y los actores sociales que hacen vida en ella.

Ésta construcción compromete al entorno con la Aldea y viceversa, de tal manera que el entorno es también un producto de un proceso de interacción social, donde la Aldea puede influenciar su definición y cambio y, a su vez, este entorno también define y transforma la Aldea. Pérez Zaballa (2005).

La pertinencia de las IEU y las Universidades acreditadoras, se evalúa a través de los programas de formación que acreditan en las Aldeas, sin embargo se hace necesario que éstas organizaciones acepten, o no, el entorno de las Aldeas Universitarias como "suyo", y los actores del contexto de la Aldea Universitaria también necesitan aceptar, o no, esas organizaciones como una de las "suyas".

La pertinencia social universitaria de una Aldea de la Misión Sucre entonces, a criterio de la autora, se manifiesta en las acciones oportunas, coherentes, inherentes y eficaces de sus actores sociales en el entorno donde se inserta e implica y el área de influencia que abarca. Dicha pertinencia está dimensionada en los Fundamentos Conceptuales de la Misión Sucre.

Por ello sostiene que la construcción de los indicadores de pertinencia social de la Aldea efectuada y controlada por sus actores sociales permitiría que las estructuras estadales y nacionales de la Misión Sucre tengan parámetros más cercanos a la realidad de ésta; aspecto que les posibilitará la obtención de información más confiable y medible, sobre los procesos educativos y los resultados de gestión lo que redundará en una toma de decisiones más efectiva.

Es necesario e indispensable establecer en este punto que los indicadores se construyen para evaluar, y por lo tanto se requiere establecer el concepto de evaluación de la pertinencia social que utiliza la autora de la investigación.

  • Concepto de evaluación

El Diccionario de la Real Academia Española, se define:

  • EVALUACIÓN: (de evaluar) f. Valuación.

  • EVALUAR: fijar por cálculo el valor o el precio de una cosa o de un conjunto de bienes.

De esta definición se considera que para evaluar hay que fijar un valor, un patrón; pero sería adecuado analizar lo que plantean algunos especialistas al respecto.

Existen muchos autores, que al igual que en el concepto de pertinencia social de la educación universitaria no la definen conceptualmente, sino que la dan funcionalmente. Entre ellos se puede citar a José Luján Castro (1996) y Libia Niño (1996), entre otros.

Otro grupo es el que se ocupa de definirla como el proceso que permite determinar en qué grado han sido alcanzados los objetivos educativos propuestos (Tyler, R., 1942, 1950).

Son numerosos los especialistas que en el campo de la evaluación consideran que se trata de un proceso de planear, obtener y suministrar información útil para la toma de decisiones (Stufflebean y Skin-field, 1987, citado por Urzainqui, 1996). Pero en estos criterios se podrá preguntar: ¿Qué es una información útil? ¿Hay información inútil? ¿Lo que es útil para unos puede ser inútil para otros? Resulta evidente que con los criterios anteriores quedan brechas que no permiten adoptar este criterio.

Alejandro Tiana (et. al.) (1996) considera que:

"Una evaluación es un juicio hecho sobre un dato o conjunto de datos con referencias a determinados valores de referencia, por lo que la evaluación, si se quiere considerar como un elemento útil para la política y la administración de la educación, no puede apoyarse en prejuicios o posiciones ideológicas. Si la evaluación implica juicio, éste debe resultar de observaciones concretas basadas en normas y valores lo más objetivos posibles" (Tiana y otros; 1996: 216).

La autora de esta tesis no comparte esta definición que emite Tiana, ya que se sabe que la Educación es un instrumento del Estado para formar a las nuevas generaciones con una concepción política, acorde a los intereses del mismo (función político-ideológica de la Educación) y ¿cómo es posible que esta evaluación no se apoye desde posiciones ideológicas? Entonces se puede preguntar ¿a quiénes y para quiénes se está educando?

De la bibliografía consultada por la autora acerca de este concepto se puede afirmar que la mayoría de los autores plantean como elementos indispensables en el proceso de evaluar, y con los que se identifica por constituir estos elementos un sistema bien articulado, que no puede existir uno sin el otro, y porque lleva implícito el desarrollo integrado sobre la realidad objetiva que se evalúa. Estos elementos indispensables son:

  • Se emite un juicio de valor.

  • Es un sistema de recolección, procesamiento y toma de decisiones, con el objetivo de transformar.

  • Se compara con un patrón, acorde a los paradigmas políticos y sociales de un país, región, localidad en un momento históricamente determinado. De ahí que la autora agregue la dimensión política dentro de las dimensiones de pertinencia social

  • La información debe ser objetiva para que ésta sea válida y fiable.

Por todo ello la autora considera que la definición de Scriven (1997) es la que más se ajusta a todas las características anteriores, y será la definición que asumirá entre los presupuestos teóricos de la propuesta, coincidiendo con el criterio de Valdés acerca de este concepto:

"la evaluación consiste en un proceso sistemático de recogida de datos, incorporado al sistema general de actuación educativa, que permite obtener información válida y fiable para formar juicios de valor acerca de una situación. Estos juicios, a su vez, se utilizarán en la toma de decisiones con el objeto de mejorar la actividad educativa valorada" (Scriven 1997: 56).

Evaluación interna y externa: Funciones de la evaluación

La evaluación es un medio o una vía única que permite mejorar y perfeccionar racionalmente las dificultades presentadas en el proceso o culminación de las distintas etapas sobre las que se evalúa, permite la toma de decisiones fundamentadas de datos válidos y fiables en dos momentos: formativa y sumativa, de cuyos procesos, ya explicado en el epígrafe anterior, se basan en algunas funciones las cuales serán objeto de análisis en este epígrafe. Los dos momentos son:

La evaluación formativa, que pretende conocer las dificultades que presenta un proceso educativo para facilitar la ayuda más adecuada (Salcedo, 1995), (Manzano, 1999).

La evaluación sumativa que permite formar criterios de valor acerca de los productos terminados, con lo cual es posible darle continuidad o eliminar determinados elementos del sistema.

Por otro lado, José Luján (1996), Julio Puente (1996) y otros autores consultados, consideran, además de las dos anteriores, que la evaluación puede ser externa e interna, donde:

Evaluación externa, es aquella que se hace con la finalidad de rendir cuenta o la llamada "acountability" de un centro, y se apoya en el control, en la medida del grado de consecución de los objetivos propuestos y se centra en los productos obtenidos. Y es, por lo general, realizada por agentes externos a la identidad que se evalúa.

La autora considera que este tipo de evaluación (externa) es necesaria para una mejora sustancial de la pertinencia social de la organización, ya que considera, al igual que Luján (Op. cit.) y Eurídice (citado por Luján), que el evaluador externo goza siempre de un punto de vista privilegiado, ya que su distancia efectiva y su independencia de criterios respecto del resultado, su amplitud de puntos de referencias, entre otros, posibilita que sea más objetiva la evaluación de un objetivo determinado, de un centro…

Evaluación interna, es aquella que se interesa por el funcionamiento del centro educativo en condiciones normales inmersas en su entorno específico (Rosales, 1993, citado por Luján), y que permitan la adopción de medidas encaminadas a la optimización de la institución educativa. Esta evaluación es realizada, por lo general, por un personal no ajeno a la institución.

Rosales considera que este tipo de evaluación (interna) es preferible a la externa; criterio que no comparte la autora de la tesis, ya que él, al igual que otros autores: Manzano (1996), Pérez Figueiras, E (1998), Castro Pimienta (1997), por citar algunos, consideran que ambos tipos de evaluaciones deben complementarse.

A partir del análisis de varias bibliografías esta autora considera adoptar el criterio emitido por un colectivo de pedagogos cubanos en el Seminario Nacional para Dirigentes, Metodólogos, donde se plantean las cinco funciones de la evaluación, que es aplicable a la evaluación institucional o evaluación del sistema educativo, y que la autora asume como parte de los presupuestos teóricos de la propuesta de indicadores para medir la pertinencia social de la Aldea universitaria "Emilio Gimón Sterling", siendo estas:

Función instructiva. A través de ésta se puede comprobar el grado de fijación de los conocimientos y habilidades de los estudiantes, no sólo como producto sino también como proceso; aquí se puede apreciar una de las discrepancias del modelo de Luján Castro referido anteriormente. Todo lo cual permite hacer las correcciones necesarias a los errores cometidos, lo que facilita mejorar cada uno de los componentes de dicho proceso o resultado.

Función educativa. Permite comprobar cómo cada estudiante, profesor y cuadro de dirección de un centro cumple con su función social: sentido de la responsabilidad, valores humanos, educativos y políticas, entre otros, lo cual permite valorar, no sólo los procesos sino también los resultados en este sentido.

Partes: 1, 2
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