El lavado del cerebro y los cultos: el modelo tripartita y la neurociencia (página 2)
Enviado por Felix Larocca
En este segmento nos dedicaremos a estudiar el proceso psicológico conocido como el lavado del cerebro o "brainwashing"; comportamiento que exhibieron algunos de los prisioneros de guerra norteamericanos, internados en campos de concentración en la Corea del Norte, y sus efectos colaterales en otras situaciones humanas.
La Guerra de Corea
La Guerra de Corea, fue un conflicto militar que tuvo lugar entre los años 1950-53. Conflicto que desencadenara la invasión de la Corea del Sur por la Corea del Norte, inspirada por el expansionismo marxista/leninista del entonces y propulsada por el aventurismo de un líder frustrado, Mao Tse Tung (o Mao Zetdong).
Durante esta confrontación bélica, la Corea del Sur fue asistida por la ONU y mayormente por los Estados Unidos, mientras que la, injustificada, agresión del norte fue soportada por la China comunista.
¿Por qué nos interesa entender el brainwashing?
Porque, indudablemente, el lavado del cerebro es asunto de mayor interés para los campos de la psiquiatría clínica y de la psicología experimental, ya que influencia y perturba los fundamentos más básicos de nuestras personalidades y de nuestros valores — funciones cerebrales que resultan ser —- tanto éticos como sociales.
El lavado del cerebro, o reforma del pensamiento, se cree que se aplica en muchas formas. Entre las más populares se encuentra en la influencia sistematizada que usan algunas sectas y cultos para lograr proselitismo. Asimismo se descubre en algunas formas de campañas políticas para modificar la opinión pública, como también se utiliza en las técnicas de mercadeo agresivo, y en otras muchas actividades que nos son comunes y familiares.
Nosotros limitaremos nuestro interés actual al estudio de los métodos sistemáticos que tienen como meta la de apropiarse de la mente de un individuo, transmutándole su función pensante y sentiente.
Experimentos abundan que han llegado a demostrar que, bajo ciertas circunstancias, seres humanos de inclinación inocua pueden ser transformados en instrumentos de tortura, abandonando sus valores. Los efectos esperados se obtienen con el uso de procedimientos aplicados en situaciones altamente estructuradas y meticulosamente controladas.
Milgram y sus experimentos famosos
En otras lecciones, por nosotros publicadas, hemos descrito los experimentos de Stanley Milgram, los que encontráramos sorprendentes, porque en ellos revelamos pruebas elocuentes de la capacidad de aplicar sufrimiento sin remordimiento, inherente a algunos de los miembros de nuestra especie. De la misma forma, que en otras ponencias, hemos reflexionado acerca de los estudios de Philip Zimbardo, llevadas a cabo en prisiones con cautivos simulados. Y en las torturas propinadas a prisioneros actuales por miembros de las mismas fuerzas armadas que fueran a "liberar" Iraq — especialmente los descritos por Zimbardo de los horrores, empleados en los rehenes de la Prisión de Abu Ghraib — y, quizás en una escala menor, de los muy famosos, que ocurrieran en la mazmorra de la Base Naval Norteamericana en la Bahía de Guantánamo en Cuba.
En esta tesis, también nos interesa, especialmente — y si podemos lograrlo — establecer el locus encefálico o lugar de dónde provienen los elementos que hacen que algunos de nuestros semejantes — seres racionales y, supuestamente, "humanos" — logren convertirse en elementos sádicos quienes se solazan en el sufrimiento que pueden causarles a otros seres — igualmente, humanos — y de por qué, cuando lo hacen, lo ejecutan demostrando crueldad ilimitada.
Finalmente, tenemos el propósito de analizar lo que ya se ha establecido acerca de los métodos de control y de sus aplicaciones para alterar la función de ese órgano tan estudiado como, todavía tan poco entendido: nuestro cerebro.
Schadenfreude
Los métodos usados y los eventos que los rodearan
Durante la guerra de Corea, los coreanos del norte asistidos por sus aliados chinos, lograron alterar el pensamiento de muchos de los prisioneros de guerra norteamericanos, por ellos capturados. Varios de entre los prisioneros sometidos a este proceso, eventualmente confesarían haber cometido crímenes insólitos, que, sólo para poder ser, por ellos perpetrarlos, hubiese sido totalmente imposible. Por ejemplo, algunos de los cautivos confesaron haber usado técnicas de guerra bacteriológica, envenenando reservorios de agua potable para ellos inaccesibles. Otros juraron, al final de las hostilidades, lealtad al comunismo. Y, por lo menos, 21 de los soldados rehusaron ser repatriados a los Estados Unidos, luego de haber sido liberados. Aunque lo antedicho parezca ser impresionante, los escépticos nos indican que fueron solamente 21 los prisioneros quienes así se comportaran, de entre más de 20,000 sujetos que estaban, entonces, encarcelados en celdas comunistas.
La pregunta que aquí nos hacemos sigue: ¿Es, el lavado del cerebro, realmente efectivo?
No se cree que sea tan eficaz, lo que hoy se considera hecho establecido.
Análisis del problema
En el campo extenso de las ciencias de la conducta, el estudio del lavado del cerebro, a menudo referido como la reforma del pensamiento, cae dentro de la esfera de las ciencias que estudian la influencia social. Esta influencia social es fenómeno omnipresente ya que sucede cada momento de cada día, constituyendo el espectro de los métodos por medio de los cuales las personas tratan de intervenir y cambiar las actitudes, creencias y los comportamientos de otros.
El lavado del cerebro formal, como técnica, es una forma rigurosa y severa de dominio directo de otra persona, que utiliza prácticas coercitivas para causar que el otro sujeto cambie su manera de pensar, a menudo, sin su consentimiento y, casi siempre, contra su voluntad.
Porque este proceso es una forma extrema de predominio invasivo, requiere que ocurra en el aislamiento total del sujeto involucrado, y bajo una dependencia absoluta del agente — quien lava el cerebro — y de su voluntad.
Durante el proceso, el agente sistemáticamente destruye tan metódicamente la identidad del sujeto, hasta el punto de que ésta cesa de existir. El agente, entonces, la reemplaza con otro conjunto de comportamientos, actitudes y creencias que funcionan en el entorno actual en que el sujeto se encuentra.
Control del pensamiento
Algunas definiciones de lavado del cerebro requieren la presencia de amenazas de daño físico al individuo, lo que elimina los métodos que los cultos utilizan, ya que muy pocos de ellos hacen uso del abuso físico hacia quienes reclutan.
Históricamente, métodos de coerción persuasiva ocurrieron durante los tiempos de la Inquisición y en los juicios teatralizados contra los "enemigos del estado" en la Unión Soviética.
Concepciones erróneas acerca del control de la mente
Existen muchas concepciones equivocadas acerca de lo que constituye control de la mente. Muchos consideran control mental los esfuerzos que hacen los padres para lograr que sus hijos conformen con los códigos de conducta y valores morales que ellos adoptan en el medio en donde viven. Otros creen que es control de la mente el uso de técnicas de modificación de comportamiento para alterar conductas indeseables, aún si es por medio de la autosugestión o con la asistencia de profesionales o clínicas especializadas. Otros consideran que los métodos deshumanizadores que utilizan los instructores militares durante el entrenamiento básico constituyen control del pensamiento, ya que hace de los reclutas seres más maleables e influenciables y más aptos a identificarse con el grupo al que pertenecen.
Ciertos investigadores incluyen entre lavado del pensamiento el síndrome de Estocolmo, por mí descrito en el artículo: El Aprendiz de Mago: Lecciones en la Neuropsicología Humana (en monografías.com). Mientras que otros consideran el apego resultante del maltrato a los hijos que algunos padres abusivos derivan, como una forma más de lavado del cerebro. (Véanse mis artículos acerca del Narcisismo Patológico en monografías.com).
Frank Sinatra: The Manchurian Candidate
Debido a sus muchas connotaciones, el término control del pensamiento y su hermanastro el de lavado del cerebro, requieren clarificación para ser examinados.
Primero, eliminemos algunos de los prototipos que no son aplicables. Por ejemplo, control de nuestros comportamientos vía autodisciplina o con la asistencia de otros no califica para ser considerado control del pensamiento. Ya que no resulta en tener el pensamiento modificado sin el propio consentimiento.
El uso del miedo o de la fuerza para constreñir otros a que cumplan nuestros deseos no debe de ser considerado control del pensamiento, ya que las inquisiciones no le capturan las mentes a sus víctimas, porque tan pronto como el peligro de ser castigados se disipa, el pensamiento "implantado" se desvanece. No se controla la mente de alguien quien se escapa del control cuando tenga la oportunidad de hacerlo.
En otras palabras, que el uso de la tortura y las amenazas pueden lograr resultados inmediatos y fugaces, pero no resultados que alteran la mente por el resto de la vida. En este sentido el efecto logrado en estos casos es similar al de la sugestión post-hipnótica en su breve duración.
Una de las concepciones erróneas, difundidas, conocidas, y más egregias, proviene del film The Manchurian Candidate (El Mensajero del Miedo). En esta película, un asesino es programado a que responda a una sugestión post-hipnótica, para asesinar ciertas personas, y no recordar sus acciones. Esta producción tuvo la gloria controversial de haber sido prohibida por mucho tiempo en algunos sectores de los Estados Unidos. Sin embargo, no es más que una elaborada fantasía y nada más.
Los servicios de espionaje y el control de la mente
Debido a las polémicas morales suscitadas por los métodos de tortura utilizados por los servicios de inteligencia militares norteamericanos en Abu Ghraib y en la cárcel de la Base Naval de Guantánamo, personas incautas han desarrollado sus propias teorías de que algunos de estos prisioneros se volverían agentes para sus captores. Nada tan lejos de la verdad, ni nada más ansiado para los que aplicaran los tormentos. Hoy aún no existen los métodos para lograr este sueño que ansían lograr todos los servicios de inteligencia existentes.
Dado el estado actual de las neurociencias, queda muy claro que aún no existen métodos fiables para controlar los pensamientos y las acciones de otras personas de manera efectiva y definitiva.
"¡Marica!"
Entonces, si restringimos el término de "control de la mente" a aquellos casos donde una persona gobierna los pensamientos y las acciones de otra persona sin su consentimiento, nuestra lista de posibilidades se reduce a sólo cinco contingencias: las tácticas usadas por ciertas sectas religiosas, los métodos usados por algunos esposos para controlar sus parejas, el síndrome de Estocolmo, las tácticas usadas por los chinos durante la guerra de Corea y la creación de zombis por el vudú — lo último, fácilmente dimitido como invención especulativa.
Pero, mirémoslo más de cerca. Una mujer que es aterrada por su esposo o amante no es víctima del control de la mente sino que teme la agresión y la violencia — aunque existen muchas personas que creen que su amor genuino es reciprocado por el amante agresor. En tales casos la persona permanece en el lugar donde sufre, porque realmente no desea zafarse del mismo. Es ésta la causa de la codependencia de que hemos hablado en otras ponencias. Lo que no ha sucedido es que la persona dañina haya ganado control de la mente de la que sufre el daño. La última persona es víctima de su pasado neurótico y de su necesidad de hacer malas decisiones — quien que abusa, simplemente, se aprovecha de una mala situación, pero no la causa.
Esto nos deja con los que reclutan prosélitos para causas religiosas y espirituales, los que secuestran, y los inquisidores. Los reclutadores no capturan o se apropian de sus dependientes. Como tampoco usan métodos de tortura sistemática como método de conversión. Lo que presenta el dilema de que si las personas controladas lo están siendo sin su consentimiento. La mayoría de los conscriptos son miembros voluntarios de sus comunidades y muchos aspiran a ocupar el rol de instructor en el futuro. Muchos de ellos, en mi experiencia, recordaban las durezas recibidas con añoranza placentera.
Similarmente, muchos individuos convertidos a sectas de comportamientos fanáticos no lo hacen forzosamente, sino que lo hacen con todo el deseo de hacerlo.
Por supuesto tenemos los casos extremos, como el que ocurriera en noviembre del 1978 en Jonestown, cuando Jim Jones y mil de sus seguidores cometieron suicidio en masa. Lo que no se ha establecido son los factores determinantes que condujeran a este mismo acto, como tampoco se ha establecido cuáles fueron los elementos responsables por los suicidios del 11 de septiembre.
Los cultos poseen ideologías sofisticadas y evitan reclutar quienes son emocionalmente débiles, prefiriendo conquistar los ricos y los dedicados a una causa idealizada. Los líderes de los cultos evitan convertir a quienes les resultarían difíciles de controlar, debido a sus inestabilidades.
Las tecnologías aplicadas en las sectas para manipular a quienes son vulnerables abundan. Una técnica es la de ofrecerles el amor que ellos sienten que no pueden obtener en otros lugares. Hay que convencerlos de que en el operador y su comunidad ellos podrán encontrar lo que esperan de sus vidas, aunque no tengan idea de qué es lo que realmente quieren. Hay que persuadirlos de que pueden tener fe en el culto y que el culto tiene fe en ellos. Hay que convencerlos de que los amigos y familiares fuera de la secta, los obstaculizan en su desarrollo y le impiden el camino a su salvación. Hay que mantenerlos aislados. Solamente los correligionarios pueden ofrecerle lo que ellos verdaderamente necesitan. El operador sinceramente los ama. Sólo el operador de veras los aprecia. El operador moriría por ellos. Entonces, ¿por qué no esperar que ellos, a su vez, mueran por la causa?
Pero como la promesa de amor no puede ir muy lejos. Entonces se recurre al miedo. El miedo es un gran motivador. Que teman que el desertar la secta resultaría en la destrucción final de quien se vaya. Que teman que si no cooperan encontrarán su destrucción. Que teman que no pueden vivir en este mundo sin el apoyo de la congregación. El manipulador debe de hacer del recluta una persona paranoica.
Sin embargo, amor y miedo puede que no sean lo suficiente, así que hay que recurrir al sentimiento de culpa. Llenarlos con tantos sentimientos de culpa que se sientan obligados a monitorear sus propios pensamientos. Recordarles que no están totalmente solos, sino que están con el operador y con Dios (o con una fuerza omnipotente cualquiera) y que sólo esto les basta. Llenarlos con auto-desprecio, de manera que querrán deshacerse de la propia identidad, del propio sentido de cohesión psíquica, que solamente deseen la unión con el líder todopoderoso que encuentran en el operador. Convencerlos de que carecer de un ego es el estado ideal, porque de esta manera se fusionan con el líder. Mantener las presiones. Ser insistentes e inexorables. Es bueno humillarlos de vez en cuando. Pronto aprenderán a hacerlo ellos mismos. Controlar lo que ellos oyen, leen y ven. Repetir los mensajes incesantemente. Gradualmente logrando que comiencen a hacer compromisos pequeños y progresivamente alcanzar que uno se adueñe del todo de ellos — de sus mentes y de sus cuerpos. No hay que olvidar el suministro de drogas, y hacerlos sufrir hambre, o que mediten y dancen por horas hasta que piensen que han vivido una experiencia mística. Que aprendan a pensar que fue el operador quien mediaría la experiencia espiritual vivida. Cuando se logre este estado, no querrán renunciarlo. Creerán que nunca han sentido tanta felicidad en sus vidas. Y, aunque a los demás les parezca que viven en un infierno, ellos creerán que viven en la Gloria.
Todas las religiones hacen uso del sentimiento de culpa y del miedo para controlar sus conversos. Aún algunos terapeutas y abogados corruptos usan métodos similares para controlar a sus clientes y para manipular sus conductas. Ellos demandan lealtad y confianza total como el precio para lograr sus fines inescrupulosos. Mientras que tratan de poseer y controlar sus clientes. Los métodos de reclutamiento no son muy distintos. Pero, ¿son estos últimos, ya descritos, víctimas deseosas o no?
El hecho es que si no podemos establecer que son víctimas sin deseo, no podemos decir que el control del pensamiento ha tenido lugar. Que una persona lo abandone todo para unirse a una secta y siga un líder carismático puede impresionarnos como una acción extraña, pero, si esa persona no ha obedecido a una forma de dureza, aplicada de manera sistemática, no puede asumirse que la persona en cuestión ha experimentado control del pensamiento.
Lo arriba establecido, nos deja por resolver las acciones de secuestradores y las de los inquisidores: Mecanismos que, esencialmente, utilizan métodos de aislamiento, de control de la estimulación sensorial, y de tortura.
La pregunta: ¿Pueden estos procedimientos ser efectivos en borrar la "pizarra" de la corteza cerebral par escribir los mensajes del agente que los aplica en la misma? Significando, que se elimina lo viejo y se implantan nuevos patrones de pensamiento y comportamiento en las víctimas. En este instante se debe de recordar que no todos quienes son secuestrados terminan "amando" a sus captores. Lo que sí es posible es que algunos rehenes son reducidos a un estado total de dependencia por sus atormentadores, lo que los coloca en una posición similar a la de los infantes, comenzando a sentir apego hacia sus secuestradores de la misma manera que hacen los niños con quienes les ofrecen confort y comida. Además de la fascinación ejercida por los matones/bravucones — les tenemos miedo, pero deseamos aplacarlos y aún ser sus protegidos. Pero, de la misma manera no parece ser que aquéllos quienes que se infatúan con sus captores o quienes se tornan en contra de su país, bajo tortura, son víctimas de control del pensamiento. Lo que hemos explicado en mi artículo El terrorismo, refiriéndonos a Patricia Hearst (Véase la bibliografía al final de este artículo).
Instrumentos para lavado del cerebro
Finalmente, se cree de manera generalizada que, de veras, los chinos fueron capaces de lavarle el cerebro a un número significativo de prisioneros norteamericanos durante la Guerra de Corea. Sin embargo, no existe evidencia de que las tácticas usadas de tortura, privación del sensorio, aislamiento y otras más, fueran exitosas en controlar, de manera efectiva y duradera, las mentes de sus víctimas.
Las evidencias que todos presentan son las que se derivan del libro de Edward Hunter, al que antes hemos aludido. Este es el libro el cual todos, quienes todavía persisten en ver la amenaza del lavado del cerebro como algo real, citan.
Actualmente, el CIA usó como propaganda las palabras de Hunter, para inspirar odio y aborrecimiento contra los norcoreanos, los chinos, y el comunismo.
Puede concluirse que, si definimos, el control exitoso del pensamiento y las acciones de otra persona por otra, sin su consentimiento, que entonces, este control solamente existe en la fantasía de algunos. Lo que sí es desdichado, es el hecho de que este estado de cosas pudiera cambiar algún día.
Prosigamos
La tragedia de un culto y el destino de Jonestown en las junglas de la Guayana
En noviembre del 2008, se cumplieron 30 años desde que, Jim Jones, líder del culto People"s Temple, ordenó el suicidio en masa, o la muerte, de más de 900 de sus seguidores, induciéndoles a que bebieran un ponche condimentado con cianuro o por inyección letal. Previamente, Jones había tomado el control de toda la información recibida por el grupo, mientras que les hiciera creer, por medio de propaganda incesante, que un ataque por un enemigo indefinido los amenazaba con su destrucción.
Todo sucedió cuando el congresista norteamericano Leo Ryan y un equipo investigador llegaran a Jonestown para indagar rumores negativos acerca de las actividades de la secta. Entonces Jones les dijo a sus seguidores que Ryan había llegado para destruirlos, ordenando la muerte del legislador y la de sus acompañantes. Inmediatamente, después de haber dispuesto de sus víctimas fortuitas, Jones informó a todos los miembros de la colonia que ahora llegarían las temidas fuerzas de destrucción, dejando como única salida la de morir para entrar en la nueva etapa de sus vidas.
La masacre de Jonestown
A pesar de que algunos de los miembros del culto tratarían de escapar (siendo abaleados), otros fueron forzados a beber del veneno, mientras que la mayoría fueron víctimas voluntarias contagiadas por el drama del momento, quitándose sus vidas conscientemente, incluyendo tomando las vidas de sus propios hijos.
En las grabaciones que se recuperarían de este drama se escucha la voz de Jones, exhortando a todos a que mueran, como acto de purificación y venganza.
Desdichadamente, Jonestown no resultaría ser un evento aislado. En marzo del 1997, 39 miembros del culto Heaven"s Gate, bebieron una poción letal, mientras que, para no fallar en sus designios, se pusieron fundas plásticas atadas en sus cabezas para garantizar su asfixia, lo que hicieron lograr acceso a un vehículo extra-espacial que, ellos creyeran estaba camino a la Tierra.
Otra vez nos preguntamos, ¿cómo es posible que sucedan estas cosas?
La lógica detrás de su ocurrencia es el modo como los cultos controlan los movimientos de sus miembros, especialmente su acceso a información proveniente de afuera y de cómo limitan contacto con amigos y seres queridos en el mundo real. Asimismo, existen bien conocidos efectos sociales y psicológicos que operan dentro de estos conjuntos como son la pérdida de la identidad individual, y la sumisión, conformidad, y renunciación al pensamiento independiente que operan bajo la presión mutua, siguiendo las líneas de la difusión de la responsabilidad individual y el pensamiento colectivo.
Pero hay algo más que discurre muy profundamente y que toca en aspectos de todos los procesos cognitivos que existen en todos los seres humanos — sean o no miembros de cultos — como reside en el llamado "sesgo de confirmación", el que se define de la siguiente manera: Aparece cuando tomamos una decisión o construimos una hipótesis, y, en seguida, procuramos activamente encontrar pruebas que la confirmen y evitamos examinar los argumentos que la oponen.
Siendo tribales en nuestra constitución social, empleamos el sesgo de confirmación con entusiasmo especial, cuando tenemos que defender los grupos a los cuales pertenecemos, escuchando solamente las opiniones que los justifican mientras que evitamos las que los contradicen, rechazándolos como falsos.
En general, existen muchos volúmenes publicados que describen en suficiente detalle las técnicas usadas por quienes esperan controlar las mentes de sus semejantes. Lo que no existen son pruebas conclusivas de la eficacia de estos métodos ni de la duración extendida de sus efectos. Quizás el tratado más detallado en este respecto todavía es el libro publicado en el 1961 por el psiquiatra Robert Jay Lifton: Thought Reform and the Psychology of Totalism: A Study of "Brainwahing" in China. (University of North Carolina).
Ahora, exploremos la neurociencia del lavado cerebral
Quisiera dar comienzo a esta sección refiriéndome a las palabras que la antropóloga Meredith F. Small, utiliza en su libro, What"s Love Got to Do with It: The Evolution of Human Mating refiriéndose a aquel componente sutil de toda afección y sentimiento humano que viaja en conjunto con el instinto sexual. La autora, en el prefacio de su libro, nos dice lo siguiente:
"El amor romántico tiene muy poco que ver con los instintos sexuales…"
Alertándonos al hecho, para todos evidente, de que existen epifenómenos en la función de nuestro cerebro que no están totalmente controlados por las pulsiones de nuestras hormonas o por las de nuestros neurotransmisores, sino que pueden estar supeditados a factores esencialmente bio-socio-psicológicos actuando individualmente, o en conjunto, en diferentes teatros del encéfalo.
Entonces, examinemos la neurobiología — no del amor sino la del control del pensamiento — ya que en el caso del amor, éste puede ser traducido como control colateral de la función cerebral.
Acerca del control de la mente, la investigadora en fisiología de la Universidad de Oxford, Kathleen Taylor, en su libro, Brainwashing: The Science of Thought Control, nos brinda el más completo y minucioso de los estudios existentes, dedicados al tema que aquí nos concierne. Al final de su erudito discurso, nos deja con un vacío enorme, debido a la parquedad de conocimientos precisos que nos señalen en qué regiones del encéfalo las actividades del método de control del pensamiento actúan. Conocimientos éstos que, desean obtener con urgencia, los servicios de inteligencia mundiales — más aún, si cabe, que los científicos mismos — ya que los servicios de inteligencia dedican cantidades enormes de recursos para tratar de lograrlos — lo que hasta ahora, han hecho, sin éxito alguno.
Lo que nos deja abstraídos, para poder entender estos asuntos, en la utilización de nuestros propios juicios, derivados de nuestras experiencias clínicas.
Prosigamos
Bombay, noviembre del 2008, el mundo se sacude cuando una cuadrilla de terroristas bien armados, y entrenados profesionalmente, invaden diez objetivos dentro de la ciudad: entre los cuales se encuentran, dos lujosos hoteles y un centro cultural judío. Los extremistas ejecutan su plan con precisión letal, mientras combaten ferozmente regulares del ejército indio, por lo que parecieran tres días interminables. El saldo final: 179 víctimas inocentes perecen, 9 de los diez atacantes mueren y una ola de terror fue sentida por toda la ciudad.
El único terrorista que fuera capturado, solamente expresó lo siguiente a sus captores: "Nos ordenaron que matáramos cuantos pudiéramos, hasta nuestro último aliento…"
Nuestra explicación comienza con la descripción que sigue de una condición conocida para ambos psiquiatras y neurólogos. Se trata del síndrome de Capgras.
El síndrome de Capgras y la importancia de la amígdala cerebral
Mal de Capgras
El Mal o Síndrome de Capgras es un que afecta la capacidad cerebral de identificación del paciente. Éste cree que una persona, generalmente un familiar cercano, ha sido reemplazada por un impostor idéntico a la persona que reemplaza.
Situada profundamente en cada hemisferio del cerebro, inmediatamente debajo del lóbulo temporal, tenemos un manojo de células conocido como la amígdala cerebral. Esta región, cuando se lesiona, resulta en la producción de comportamientos extraños. Las víctimas se tornan sorprendentemente intrépidos y temerarios, envolviéndose a la vez en comportamientos sociales y sexuales poco inhibidos. Resultado posible de que este daño residual sea debido a una inhabilidad de asociar objetos con emociones.
El teatro de la neurología nos demuestra la razón por la cual la amígdala es importante, especialmente cuando aplicamos los conocimientos de sus funciones al síndrome de Capgras.
En esta condición lo que sucede es lo siguiente
Daño se ha producido entre las conexiones que viajan desde la amígdala hacia la corteza del lóbulo temporal, donde se procesan imágenes visuales, incluyendo las expresiones faciales. De esta manera, el paciente que sufre de Capgras puede reconocer las personas de manera normal, pero cuando un familiar querido aparece, el significado emocional que hace de ese individuo alguien especial está ausente, porque la señal que lo hace emocionalmente distintivo, nunca llega a la corteza.
Pero hay más. Debido a las muchas redes existentes, que interconectan todas las regiones del cerebro entre sí, confluyendo, finalmente, a las áreas de los lóbulos prefrontales. Cuando un evento cualquiera suscita una reacción emocional, casi todo el cerebro se moviliza para responder, dejando muy pocos recursos libres para otras actividades o pensamientos.
Con lo expuesto, dimos una explicación concisa a la parte biológica de la tríada que aquí utilizamos para ayudarnos a explicar lo qué sucede durante el proceso mismo control del pensamiento o brainwashing.
La explicación social o sociológica
Banda de chimpancés
Somos primates y, como tales, somos individuos eminentemente tribales y sociales. Vivimos en grupos que se establecen siguiendo normas, pautas y estructuras de comportamientos que actúan como leyes. Un orden de dominancia y de picoteo se establece, siguiendo conductas instintivas que vienen programadas genéticamente para las diferentes especies.
Como viéramos en mi artículo, El gen homicida y atavismos que matan en monografías.com, estos comportamientos demuestran cierta latitud de expresión y los diferentes representativos de las especies mismas pueden actuar con mucha amplitud dentro de la facultad que llamamos libre albedrío.
Madre adoptiva
Las tribus cazan en grupos, se defienden en grupos — aunque ocasionalmente luchan entre sí — y mantienen un sentido de hegemonía, excluyendo forasteros y miembros de otras especies. Este fenómeno lo describo como un aspecto de la xenofobia en El nacimiento del yihadista.
En otras palabras que nuestra especie está dotada con tendencias que permiten que se cometan actos de violencia y asimismo de altruismo, para beneficiar el grupo.
Hacemos hincapié de que los efectos, hasta ahora desconocidos, de las acciones epigenéticas que pueden hacer de la expresión de los genes comportamientos impredecibles y por lo tanto compatibles con comportamientos que podrían considerarse contra-instintivos, como serían actos de autoinmolación altruista, por el bien del grupo — y, en el caso de los seres humanos, por el valor de una causa o de una idea.
En los párrafos anteriores hemos revisado los aspectos sociales de análisis del proceso del lavado del cerebro. En seguida daremos una mirada a la parte que es considerada, por nosotros, la más distintiva de nuestro género: la psicológica. Lo que concluye nuestra explicación basada en el modelo tripartita o bio-socio-psicológico.
Todos admiramos actos heroicos, todos consideramos digno del mayor respeto aquella persona que vive dentro de los dictámenes de la moralidad y el decoro. Todos aplaudimos actos de heroísmo y demostraciones de abnegación y sacrificio que forman parte del carácter de una persona noble. En otras palabras, todos (o quizás, casi todos) profesamos respeto profundo por Nelson Mandela, mientras que soslayamos el pensamiento del autor de Mein Kampf, incluyendo su persona.
Pero, por otra parte, muchos cabezas rapadas sienten admiración profunda por lo que la esvástica simboliza, creyendo con firmeza que la ascensión de Barack Obama al solio presidencial norteamericano constituiría una violación tan extrema de la estructura fundamental de los Estados Unidos, que la acción misma de haberlo asesinado hubiera sido deseable y justo. En consecuencia Obama resulta ser el presidente electo de esa nación que haya recibido el mayor número de amenazas de muerte en toda su historia — con desconsuelo admitimos que muchos de esos sentimientos de odio fueron inspirados por una mujer confusa y enardecida por la visión inminente del poder personal — visión que puesta a su alcance por, John McCain, candidato caduco.
La mujer en cuestión, resultaría ser la desbocada e imprudente Sarah Palin.
Donde se habla, aunque someramente, acerca de los psicópatas
Aún los psicópatas hoy pueden reclamar un lugar en los pabellones sagrados de la neurociencias.
Como seguimiento a otras ponencias acerca de la sociopatía, y como un preludio a otra que está siendo preparada acerca de los hallazgos recientes en esta condición, aquí introducimos bosquejos de la investigación actual que está siendo conducida en el estado de Nueva Méjico en los Estados Unidos.
En la cárcel correccional de Western New Mexico, que queda unos 120 km de la ciudad de Albuquerque, el Dr. Kent Kiehl está llevando a cabo experimentos rigurosos para establecer los parámetros neurofisiológicos, genéticos y neuroendocrinos que existen en las personas que son conocidas asimismo como sociópatas.
La investigación es importante porque puede que nos abra una ventana de oportunidad para lograr el entendimiento de ese 1% de la población general que, a muchos, puede ser causa de angustias indescriptibles.
Pero quienes se someten voluntariamente a la voluntad de líderes de cultos y que no logran resistir las maniobras de los operadores, no son psicópatas.
Retornemos, entonces, a lo que nos hace psicológicamente vulnerables. Pero, para lograrlo tendremos que transportarnos, en tiempo e imaginación, a los lugares donde moráramos en el pleistoceno.
Debido a las incertidumbres y a los peligros que, por doquier, entonces, nos acechaban; necesitábamos del hechicero, de su magia, de la fe, y de la superstición. Como igualmente requeríamos una dosis fuerte de recelo saludable y de miedo hostil hacia otras personas que no nos fueran familiares. Tenía que así serlo, porque nuestras vidas de ello dependieran.
Como sabemos, habiendo examinado las contribuciones de tantos expertos en la antropología, nosotros, en aquellos tiempos nos organizábamos, generalmente en grupos homogéneos que seguían a un líder seleccionado por un proceso esencialmente democrático e igualitario. Ese líder nos guiaba en todos nuestros asuntos, desde la obtención de sustento, el desplazamiento en búsqueda de nuevas destinaciones hasta en la guerra, cuando defendernos de tribus hostiles lo requiriera.
A medida que nos volviéramos más sofisticados y emprendiéramos la siembra de nuestros alimentos, y la domesticación de animales para comerlos, comenzaríamos a vivir en aldeas y ciudades rudimentarias y a enterrar a los muertos.
En Tótem y Tabú, Freud describe el modo imaginario como un líder dictatorial pudo haber sucumbido víctima de sus subordinados rebeldes.
Jung nos dice la misma historia de manera indirecta, cuando nos introduce a la idea de un inconsciente colectivo, como punto de referencia para todas las tendencias que a todos los seres humanos gobiernan.
Retornando esencialmente a lo que Freud nos dice, de ello se aprende lo siguiente:
En este famoso ensayo para la literatura del psicoanálisis, Freud examina el horror que existe hacia el incesto en las sociedades primitivas y en la relación que esto representa con sus creencias y ceremonias religiosas. Asimismo Freud analiza la exogamia y su efecto en la evolución del sistema de clanes, con sus tótems y reglas de conducta características.
Freud desarrolla el entendimiento del patrón de la ambivalencia emocional asociado con los objetos tótem, y de cómo estas emociones reflejan las que existen con relaciones afectivas de mucho significado, especialmente con la del padre. En su análisis, Freud propone que muchos de nuestros comportamientos neuróticos y rituales obsesivos tienen sus orígenes a este nivel.
Entonces Freud saca a colación los tópicos del animismo, la magia y la brujería con las relaciones que éstas poseen con el desarrollo del pensamiento científico y religioso, lo que hace antes de la discusión de la omnipotencia del pensamiento, como se descubren en las tribus primitivas y en los neuróticos. Finalmente, él mira a las perspectivas de la niñez en su comparación con el totemismo y la exogamia, con el propósito de iluminar la naturaleza de la relación entre ellos. Freud concluye, en este ensayo que las similitudes (y las pocas diferencias) que existen entre los seres primitivos, los neuróticos y el complejo del padre, pueden aplicarse al estudio de la exogamia, el totemismo y a sus orígenes.
Para el estudio psicodinámico del significado de "someterse" al lavado del cerebro, existen pruebas que nos convencen que aunque esta acción sea impuesta en el individuo en contra de su voluntad, que en cierta personas que poseen gran ambivalencia hacia la figura paterna, que ellos asienten al proceso mismo de manera inconsciente. Lo que, en parte explicaría la adopción sumisa de los valores del operador.
En el caso de los cultos y del terrorismo, hemos sabido que la elevación "mágica" del líder a representar una figura omnipotente y omnisciente lo coloca en el rol, ambivalente de controlar la mente y la voluntad de sus seguidores.
El lavado del cerebro ha dado origen a muchas novelas y películas del género ciencia-ficción y ha, como concepto, servido el propósito de tratar de explicar, frente a un jurado, las acciones de algunas personas que se comportan de maneras, para nosotros, incomprensibles.
Pero como método de alterar de modo significante y permanente el pensamiento de otros, no ha sido efectivo en ningún respecto.
Bibliografía
Hunter, E: (1951) Brain-washing in Red China: The calculated Destruction of Men"s Minds Vanguard Press
Larocca, F: (2007) La versión oficial en monografías.com
Larocca, F: (2007) El terrorismo en monografías.com
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Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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