Indice 1. Atención al anciano 2. Instituciones 3. El paso previo a ser anciano 4. Bibliografía
1. Atención al anciano
La atención al anciano requiere de mayores conocimientos y de múltiples habilidades por parte de aquellos que otorgamos dicha atención. Si partimos de que uno de los objetivos principales en la atención al anciano tiene que ver con la respuesta del mismo hacia el proceso de enfermedad o invalidez, y que nuestro papel esta dirigido hacia la valoración del estado salud-enfermedad, la planeación y la implementación de las acciones correctivas o de apoyo en el entorno bio-psico-socio-cultural y espiritual, cuan grande es pues, el compromiso que adquirimos en la atención del anciano. El mundo del anciano esta muy relacionado con el proceso de perdidas; que impactan, y que en algunas ocasiones hacen entrar a la persona mayor en estado de crisis. En la época adulta, las perdidas se compensan a través, de nuevas adquisiciones (materiales y sociales), lo cual, en la vejez, no siempre es posible hacer. Las perdidas que sufre el anciano se dan en todas las esferas de su mundo. Butler ha encontrado evidencia y por ende, ha sugerido que las manifestaciones de la vejez son mas un reflejo de enfermedad sufridas, perdidas, depresión y efectos socioculturales. Por ello, cabe mencionar algunas de las perdidas más significativas y de ahí deducir algunas sugerencias, que en principio se adapten al grupo de enfermería; sin embargo, son aplicables a todos aquellos interesados en el mundo del anciano. La perdida física sufrida por el anciano es concomitante con el proceso fisiológico del envejecimiento; sin embargo, debemos tener conciencia de ella durante las interacciones con el anciano sano o enfermo. Entre las pérdida físicas, se pueden enumerar las siguientes: a) Pérdida o disminución en la capacidad de funcionamiento en general. b) Pérdida o disminución en la movilidad. c) Pérdida o disminución en la capacidad sensorial. d) Pérdida o disminución en la capacidad de homeostasis. e) Pérdida o disminución en la capacidad sexual.
Formas y maneras de atención: 1. La atención al anciano deberá ser en forma altamente individual, teniendo en cuenta las experiencias, necesidades y objetivos de cada paciente. 2. Los objetivos deberán ser realistas y alcanzables, de preferencia comprensibles por el paciente, de manera que se pueda lograr un sentimiento de realización con propósito.
- Procurar establecer objetivos en forma mutua, cuando esto sea posible, manteniendo así una buena razón para continuar viviendo.
- Mantener una comunicación constante, siempre que haya que cambiar los objetivos, y poner al paciente al día con los cambios.
- Respetar las creencias y recursos propios del (la) anciano (a).
El paciente debe ser partícipe activo en lo que respecta al plan de cuidados diseñados para él.
- Infórmese sobre el paciente aun antes del encuentro inicial, identifique todo lo positivo que pueda ser de ayuda en el tratamiento y cuidado del mismo.
- Consulte y pregunte al paciente y su familia sobre sus preferencias en comida, actividades, etc.
- Concéntrese en las potencialidades y limitaciones del paciente.
- Téngase en cuenta la opinión del paciente (control).
- Estimule al paciente a tomar decisiones y resoluciones propias.
- Evite tomar decisiones que el paciente sea capaz de asumir, ya que esto promueve el auto estima y disminuye el sentimiento de dependencia y la depresión.
- Apoye al paciente durante los períodos de ansiedad y angustia. Dirija su atención, durante eso episodios, hacia los éxitos pasados.
- Insista en mantener al paciente activo física y emocionalmente.
- Las actividades deberán ser llevadas a cabo con el paciente, y no para el paciente.
3. El plan de atención deberá contener las modificaciones y compromisos necesarios, impuestos por las limitaciones fisiológicas del proceso de envejecimiento normal y sus implicaciones en el desarrollo de las actividades del diario vivir. 4. Es muy importante mantener la individualidad del paciente para poder mantener su sentido de identidad y control.
- Anime al paciente a tener y utilizar sus posesiones personales, para mantener contacto con el presente y el pasado.
- Respétese el derecho de auto dirección del paciente.
- Déle suficiente tiempo al paciente para poder expresar sus sentimientos, deseos, dudas, etc.
- Ayude al paciente a mantener su ética social(vestido, alimentación, etc.)
- Ayude al paciente a expresar sus sentimientos con respeto a la muerte y respétese sus creencias.
5. Mantenga al anciano activo física y emocionalmente, con el propósito de prevenir mayor deterioro físico, emocional y mental.
- Mantener elementos de estímulos cerca del paciente (reloj, calendarios, fotografía, etc.). Evite periodos de soledad física.
- Procure un ambiente que promueva actividad mental y estímulo sensorial.
- Procure actividad física variada y con propósito realista.
- Tenga en mente las preferencias del paciente, y a la vez acepte sus particularidades.
- Procure actividades que promuevan el sentimiento de amor propio y respeto a sí mismo.
6. Utilice los potenciales del paciente como mecanismo para incrementar sentimientos positivos de su personalidad.
- Escoja actividades asociadas a intereses que tenga el paciente.
- No intente cambiar, modificar o alterar comportamientos y manera de ser del paciente.
- No interfiera con su sistema de valores.
- Déle tiempo al paciente para escuchar, procesar y aprender a adaptarse al medio ambiente.
- Ayude al paciente a identificar formas para poder mantener su sentido de independencia.
Formas Y Maneras De Atencion Al Anciano
LOS CAMBIOS | SUGERENCIAS PARA ACTUAR |
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Formas Y Maneras De Un Nutricion Adecuada
CAMBIOS | SUGERENCIAS PARA INTERACTUAR |
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Formas Y Maneras En Manutención De Una Circulación Adecuada
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Formas Y Maneras De Manutencion En La Integridad De La Piel
La piel es la que ofrece la capa protectora del medio ambiente.
CAMBIOS | SUGERENCIAS PARA INTERACTUAR |
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Un lugar de internación de ancianos debe tener autorización legal para funcionar; debe operar en él un Director o Administrados capacitado para funcionar como tal. Éste lugar debe cumplir con las normas de seguridad contra incendio. Debe tener personal idóneo para la evaluación de los pacientes.
- Una Institución seria debe reembolsar las cuotas pagas en caso que el paciente no asista más.
- Debe tener personal idóneo, suficiente cantidad, para la atención permanente del anciano. Éste debe estar entrenado para observar cambios en un enfermo, para realizar actividades recreativas o de estimulación, con el paciente.
- La limpieza debe destacarse en baños, cocina y habitaciones.
- Debe contar con sistemas de seguridad (vigilancia) y seguridad para el movimiento del anciano dentro de la Institución; como barra de apoyo en pasillos, duchas, baños, (pasamanos), pisos, antideslizantes, etc.
- El servicio médico debe ser permanente y contar con servicios de emergencias y traslados.
- Con respecto a la nutrición, debe contar con un sistema de dietas individuales presentadas atractivamente.
- Debe estar abierto a los horarios de visita, para que el familiar entre en cualquier momento.
Niveles de Atención Las actuales tendencias demográficas especialmente referidas a los países desarrollados, que prevén un recambio generacional poco uniforme cada 10 individuos son sustituidos por 8) y relacionan directamente el aumento de la población con una mayor duración de la vida y la prevalencia de problemas de salud que conlleva una mayor utilización de los recursos sanitarios, son factores que condicionan la financiación de los programas sanitarios de los distintos gobiernos. Los pronósticos de los altos niveles de morbilidad en la población anciana plantean nuevos problemas con importarte repercusión económica en los presupuestos sanitarios. Las tasas de incremento de gasto sanitario ponen de manifiesto que una parte importante de éstos presupuestos parece destinarse a la atención de la población mayor de 65 años. Cada vez más, la población expresa la necesidad de ocuparse de su salud, hay más conocimientos y mayor responsabilidad, y se reclama participación en los programas colectivos referidos a la mejora de la calidad de vida. El éxito o el fracaso de estos programas depende de la respuesta tanto individual como colectiva, siendo eficaces en la medida que respondan a las expectativas de la población implicada. Por ello, se espera que, por un lado, se determinen objetivos y acciones encaminados a solucionar el problema en su dimensión actual, y, por otro, se intenta planificar el futuro, teniendo en cuenta que las características de la población serán distintas, su entorno habrá variado y, por tanto, su demanda de cuidados será otra. Si se tiene en cuenta que actualmente hay más de 376 millones de personas mayores de 60 años en todo el mundo, que la previsión para el año 2000 se cifra en más de 590 millones, de los que más de la mitad habitarán en países desarrollados, y que, además, es difícil extrapolar soluciones de un lugar a otro, se comprenderá que comienza a ser en muchos casos un tanto urgente plantearse medidas de solución para la problemática que rodea la ancianidad. Está claro que la mayoría de los recursos con los que se cuenta actualmente, a nivel general, son insuficientes y que la demanda de dichos recursos o supera las posibilidades de oferta o no se corresponde con los recursos disponibles. Las estrategias para la atención de las personas mayores con problemas de salud, especialmente crónicos o con enfermedades incapacitantes, estarán dirigidas a mejorar los servicios y exigir profundas transformaciones sociales y económicas que permitan dar soluciones a las diversas demandas. Llegados a este punto, cabría prever en líneas generales cuál va a ser el perfil de las personas mayores de 65 años en un futuro próximo. En un estudio realizado por C. Canes y R.M. García , en 1988 (9), mediante una encuesta realizada a un grupo de población adulta, futuros ancianos del año 2000, el perfil obtenido refleja modificaciones respecto a situaciones anteriormente estudiadas que corresponderían, en su mayor parte, al anciano actual. Este perfil es el siguiente:
- Dispondrá de un mayor nivel cultural.
- Mantendrá el hábito de la ocupación del tiempo de ocio.
- Se manifiesta deseoso de viajar.
- Deseará ser amado y valorado por la sociedad, disfrutar de la vida y aportar la experiencia adquirida a lo largo de los años de actuación profesional.
- Estará preocupado por su salud y querrá conocer su nivel real.
- Realizará proyectos para su jubilación.
- Preferirá vivir en su propio domicilio, mientras le sea posible.
- Dispondrá de una pensión de Estado y tenderá al ahorro.
Las conclusiones que los autores de este trabajo han extraído del perfil obtenido son:
- Es imprescindible que la sociedad se responsabilice de la evolución de las necesidades cambiantes de todos sus componentes, así como de educar a sus miembros en el respecto, apoyo e integración de las personas mayores como elementos vivos y participativos de la misma.
- La atención de los mayores no es responsabilidad única de los profesionales de las ciencias sanitarias o sociales. Otros profesionales que se ocupan de la investigación y aplicación de nuevas tecnologías pueden aportar sus conocimientos y experiencias para mejorar la calidad del hábitat y la comunicación, colaborando así en una mejora de la calidad de vida.
- Una de las mayores preocupaciones que se presentan frente a la vejez es la precariedad económica, quizás instigada por la dudosa evolución de las pensiones. Hay que planificar dicha evolución y estudiar y fomentar otras modalidades de previsión que garanticen la cobertura económica de este grupo de población.
- Por último, el gran esfuerzo se debe centrar en la búsqueda y experimentación de atenciones alternativas a la institucionalización con el fin cubrir la demanda de mantenerse en el propio hábitat.
Debido a los cambios que se dan entre las distintas generaciones, es fácil plantearse que los recursos existentes en la actualidad no son o no serán del agrado de los " futuros ancianos", ya que no formarán parte de los "planes de vida" deseados para su vejez. Es preciso, pues, planificar el futuro sobre la base de la demanda real de los ancianos para que cubra las verdaderas necesidades de éstos y sus familias en vistas a una protección eficiente y eficaz, ya que a menudo no se corresponde con la demanda de la propia sociedad ni con las previsiones sociosanitarias. Una política de salud, según E. Martín Palacios, debe contemplar el problema en toda su extensión y basarse en los siguientes objetivos:
- Prolongar la vida, añadiendo vida a los años y no simplemente años a la vida.
- Hacer hincapié en la prevención para evitar la aparición de enfermedades, procurando disminuir las tasas de morbilidad.
- Paliar los sufrimientos de los pacientes crónicos o terminales
- Asegurar tratamientos correctos y eficaces para las diferentes enfermedades.
- Reducir las repercusiones económicas que comporta la enfermedad tanto de forma individual como colectiva.
- Reducir las incapacidades e inadaptaciones.
- Facilitar la adaptación del anciano al medio.
- Conseguir mejor cobertura sanitaria para todos los individuos de la comunidad.
El enfoque de la asistencia a los problemas de la ancianidad debe dirigirse hacia la unificación de esfuerzos en vistas a la configuración de equipos multidisciplinarios, cuyo objetivo sea el estudio de la problemática del envejecimiento y el planteamiento de programas dirigidos a la cobertura de las necesidades de los ancianos. Por otro lado, parece que al coste de la prestación asistencial a la ancianidad hay que añadir otros elementos como la calidad, la equidad y la eficiencia, elementos todos ellos necesarios para determinar una estructura de administración de recursos que permita encontrar alternativas asistenciales que conjuguen dichos elementos. En algunos países europeos, con una mayor tradición y experiencia en la atención a las personas de edad avanzada, están replanteándose las políticas asistenciales, basándolas en el "cuidar" más que en el "curar" , para adecuar la cobertura de las necesidades reales de los ancianos a los presupuestos, e intentando al mismo tiempo mejorar la calidad de vida de los mismos. La búsqueda de alternativas a la institucionalización es uno de los objetivos primordiales en todos estos países, conjuntamente con la unificación de esfuerzos presupuestarios para conseguir una red de prestaciones que permita la descentralización de la gestión y la coordinación de los recursos, apoyándose especialmente en las instituciones comarcales y locales.
Atencion Institucionalizada El desarrollo de la atención dirigida a las personas mayores de 65 años y/o con enfermedades crónicas o invalidantes en otros países han ido modificando conceptos y llegando a ciertas conclusiones que hay que tener presentes. Las atenciones institucionales de tipo monográfico acaban con demasiada frecuencia desviándose de la función para la que han sido concebidas en un principio. Es necesario, pues, el planteamiento de instituciones capaces de asumir gran parte de los niveles de prestación de los servicios propuestos. Será imprescindible, además, que existan unos canales de cooperación bien establecidos con otros niveles asistenciales, sanitarios y sociales racionalizando los recursos y promoviendo formas de atención alternativas a la institucionalización permanente. Es de capital importancia conseguir la unificación de todos los servicios en una única estructura, en la que participen todos los niveles de la administración: central, autonómica y local.
Descripción De Las Unidades Asistenciales Desde el marco institucional puede contemplarse los siguientes niveles de atención: Unidades de servicios de media estancia (UME) Este tipo de prestación se caracteriza porque la atención se presta de forma temporal, por un tiempo determinado, ya sea de tipo convaleciente, rehabilitador o paliativo. Disponen de dos grandes áreas:
- Unidad de convalescencia y rehabilitación (UCR). Es el área de atención a enfermos postagudos que precisan cuidados continuados, seguimiento clínico y/o rehabilitación o readaptación.
- Unidad de cuidados paliativos (UCP). Destinada a cuidados paliativos orientados a personas con enfermedades irreversibles avanzadas y/o en estadios terminales.
Unidad de servicios de larga distancia (ULE) La unidad es de tipo residencial o, al menos, de larga estancia, aunque no hay que descartar la posibilidad de acceso a un nivel asistencial más cercano al domicilio. Sin embargo, actualmente las personas que ingresan en una unidad de este tipo suelen residir allí varios años o toda su vida (residencias asistidas). En este tipo de servicio cabe distinguir dos unidades principales:
- Unidad de larga estancia.
- Unidad de demencia senil.
Unidad de atención diurna (UAD) La UAD sería el homólogo del hospital de día, donde puede atenderse a personas con grados de dependencia y/o tratamiento importantes, y a las que la familia no puede o no quiere soportar en todos los cuidados, así como a aquellos ancianos que precisan cuidados o tratamientos establecidos semanal o mensualmente.
Unidades de prestación externa (UPE) En estas unidades se engloban todos aquellos servicios que pueden prestarse, ya sea de forma puntual o continuada, fuera del marco institucional. Otros Tipos de Asistencia Se aplica genéricamente el nombre de atenciones alternativas a todos aquellos servicios que pretenden ser una alternativa a la institucionalización.
3. El paso previo a ser anciano
El proceso de envejecimiento tiene implicaciones fisiológicas, psicológicas y sociales para el individuo y es a través de la gerontología donde logramos comprenderlas, y con ello ofrecer una mejor perspectiva y entendimiento de envejecimiento como proceso normal e integral. Asimismo el AG, está en la valoración de las necesidades bio-psico-socio-culturales y espirituales del anciano (A). El énfasis está en optimar el nivel de independencia y autosuficiencia de la persona en cuanto a las actividades de diario vivir, en prevenir las enfermedades o invalidez, en promover, mantener la vida con dignidad, comodidad y bienestar hasta que llegue la muerte. Desde el punto de vista social, hay tres teorías que ayudan a comprender si la persona tiene una vejez exitosa. El desafío del ejercicio de la gerontología es de que nadie envejece a un paso igual, no se puede predecir el proceso, y sus manifestaciones varían mucho de una a otra persona; esto es, no sigue un patrón determinado. Se dice que es un proceso irregular y asincrónico. Existen múltiples teorías que ayudan a entender este proceso, tales como las biológicas, entre las que se mencionan: teoría de la inmunidad, de los radicales libres, del estrés, del error. Todas ellas con un enfoque biológico. Desde el punto de vista social, hay tres teorías que ayudan a comprender si la persona tiene una vejez exitosa, demostrada a través de su capacidad de adaptación a los cambios inevitables, y el grado de deterioro mientras que aún se siente capaz de contribuir y crecer. Son las siguientes: Teoría de la actividad. Nos dice que aquellas personas más socialmente activas tienen una mejor capacidad de adaptación a su vejez. Dicha teoría, inicialmente propuesta por Havighurst (1969), sostiene que, con excepción de los cambios inevitables de salud y fisiológicos, la persona anciana sigue teniendo las mismas necesidades de tipo físico, psicológico y social. Esta teoría afirma que el estado activo del individuo es la base para mantener u obtener satisfacción y autorrealización , y que el decremento de las actividades sociales es una imposición de la sociedad ante el anciano y en contra de los deseos del mismo. Se hacen notar a través de esta teoría los siguientes puntos:
- Que es necesaria la actividad social para continuar con el desarrollo de roles.
- La continuidad de los roles son necesarios para la manutención de un autoconcepto positivo. Se dice que existe correlación entre satisfacción con el estilo de vida (múltiples roles) y la actividad social.
Teoría del descompromiso o disociación. Fue propuesta por Cumming (1961) y dicha teoría sugiere que, con el paso del tiempo, el anciano empieza a dar de baja sus roles sociales y que hay un mutuo rechazo y aislamiento de la persona hacia la sociedad y viceversa. Esta teoría apoya la idea de que la vejez causa un alto nivel de satisfacción, y que el viejo acepta la inevitable disminución de interacciones sociales y se vuelve cada día más autoconcentrado. Teoría de la continuidad. Habla de la capacidad de la persona de mantener patrones de adaptación y ajuste a través del ciclo vital. Dice que si se conoce la personalidad del individuo, se pueden hacer predicciones respecto a su respuesta al propio proceso de envejecimiento. Para este contexto se han identificado cuatro patrones de personalidad: Personalidad integrada. Es la que incluye a gente madura y contenta pero con una gran variedad de niveles de actividad, desde el altamente activo hasta el desasociado. Personalidad defensora. Compuesta por las personas que mantienen sus valores y normas de la edad adulta, y que se angustian ante las pérdidas o cambios sufridos por el envejecimiento. Personalidad pasiva-dependiente. Compuesta por aquellas personas altamente dependientes, o bien apáticos. Personalidad no integrada. En donde se encuentran aquellas personas con enfermedades mentales. Todas estas teorías parecen ser simplistas y muy limitantes. Sin embargo, ofrecen lineamientos para comprender algunas manifestaciones de comportamiento del anciano. La influencia que sobre el envejecimiento tienen la cultura, la sociedad y los cambios propios del proceso en la sensación de bienestar de la persona vieja, son muy complejos; sin embargo, vale la pena mencionar las siguientes consideraciones:
- La diversidad sociocultural y psicológica del anciano requiere de una valoración más completa, más allá de suposiciones, sólo por el hecho de ser anciano.
- Existe la posibilidad de que pudieran haber cambios en los roles a desempeñar, que afectaran el comportamiento, la autopercepción y la existencia o falta de apoyos sociales (jubilación, viudez, etc.)
- La familia y los contactos son fuentes esenciales de apoyo para el anciano.
- La identificación con un grupo étnico puede ser, en culturas diversificadas, otra fuente de apoyo social valiosa.
- La sociedad (todas, en general), se ve afectada por el aumento de gente mayor.
- El estado de salud es un determinante de estado de comodidad o bienestar en la vejez.
Todas las consideraciones deben mantenerse en las interacciones con la población anciana, para otorgar atención.
Pérdidas Sociales Estas se asocian a sucesos secuenciales y progresivos, a través del ciclo vital, de tipo familiar, laboral y social. Entre ellas, se pueden mencionar las siguientes:
- Pérdidas del status.
- Pérdidas de amigos.
- Pérdida de ingresos económicos.
- Pérdida de roles (amigo, compañero, rol laboral, etc.)
- Pérdida, disminución o cambio en el estilo de vida.
- Pérdida de amigos contemporáneos por muerte.
- Pérdida del cónyuge por muerte.
- Pérdida de posesiones.
Los problemas comunes que generan dichas pérdidas son: soledad, aislamiento, depresión, limitaciones de tipo económico, etc., lo cual genera frustración y sensación de malestar.
Pérdidas Psicológicas Estas pérdidas se sufren en consecuencia del efecto sumativo que, sobre la persona, generan todas las pérdidas ya mencionadas. Entre ellas tenemos:
- Pérdida o disminución en la autoestima y autosuficiencia.
- Pérdida o cambio en el continuo independencia-interdependencia-dependencia.
- Pérdida en la sensación de bienestar con uno mismo.
- Pérdida o disminución en el manejo de la toma de decisiones o control sobre su vida.
- Pérdida o disminución en la capacidad mental
Entre los problemas que comúnmente generan dichas pérdidas, tenemos: depresión, comportamientos autodestructivos, reacciones paranoicas, cuadros hipocondríacos, síndromes orgánicos cerebrales, insomnio, ansiedad, etc. Todo lo anterior sugiere que, en la atención al anciano, existan cambios en la filosofía. El atender al anciano sano o enfermo requiere de las AG una revalorización de su práctica profesional. El enfoque tradicional es el modelo de atención médica, del cual parte la enfermería y éste es hacia el aspecto curativo. Es necesario crear conciencia de cambios de actitudes para ofrecer una atención con un verdadero enfoque bio-psico-socio-cultural y espiritual. Partiendo de que la atención al viejo es a largo plazo por estar éste limitado, es la manutención de la calidad de vida lo que se requiere y no necesariamente la cantidad, la máxima utilización de las capacidades físicas, psicológicas y sociales existentes, así como el apoyo a la persona, familiares y amigos hacia un proceso de henemortasia (buena muerte), lo que en enfermería requiere en cuantía cambios en su filosofía de atención, actitudes y conducta. Entre estos cambios, se podrían incluir:
- Mayor grado de empatía, es decir, la capacidad de entender la experiencia, sentimientos y pensamientos de otra persona, pero sin emitir juicios ni criterios.
- Mayor capacidad de percepción e intuición para poder detectar y adelantarse a las necesidades del anciano.
- Mayor disponibilidad de tiempo en todas las interacciones con el anciano, para permitir que la persona tenga el tiempo necesario para percibir, clasificar y procesar la información recibida, y poder responder a ella adecuadamente.
- Mayor consideración a la calidad de atención ofrecida contra la cantidad a la misma.
- Capacidad para detectar e interpretar cambios en el comportamiento, que pudieran ser una manifestación de problemas físicos, psicológicos o sociales.
- Capacidad para detectar el nivel de necesidad de estimulación sensorial (falta o sobrecarga de estímulos)
- Capacidad y participación de lucha por los derechos del paciente senescente.
- Capacidad para permitir y mantener la toma de decisión por parte de los ancianos para fomentar la independencia de los mismos.
- Capacidad de lucha para generar los cambios necesarios que ayuden a evitar el estereotipo social negativo hacia la vejez.
4. Bibliografía
- Manual de Gerontología:
Pamela Babb Stanley
- Arte y Tipografía "Dr. Santiago Sapiña" Renard y Guillermo Bobadilla Domínguez
Trabajo enviado por. Lic. Sergio Sáliche
Red Asistencial de Buenos Aires