- La pobreza y extrema pobreza
- La pobreza en las zonas rurales
- Causas de la pobreza
- Investigación sobre la pobreza y como salir de ella
- La pobreza extrema, un concepto a desechar
- La lucha contra la pobreza
- Conclusiones
- Bibliografía
La pobreza y extrema pobreza es un fenómeno que tiene muchas dimensiones, por lo que no existe una única manera de definirla. Para efectos de su estudio práctico, la mayor parte de las veces, la pobreza se ha definido como la incapacidad de una familia de cubrir con su gasto familiar una canasta básica de subsistencia. Este enfoque metodológico clasifica a las personas como pobres o no pobres. Similarmente, en el caso de que el gasto familiar no logre cubrir los requerimientos de una canasta alimentaria, se identifica a la familia como pobre extrema. Combinando ambas definiciones, una familia puede ser no pobre, pobre o pobre extrema. Si bien existen otras aproximaciones metodológicas muy importantes , ésta es la más extendida, por lo que se utilizará como principal referencia para el análisis del problema de la pobreza en el Perú. En una economía de mercado, el Estado tiene un rol muy importante que cumplir en la lucha contra la pobreza, para permitir un mayor grado de igualdad de oportunidades. Atacar el problema de la pobreza es una necesidad, no sólo por razones humanitarias, sino también por razones económicas. La pobreza es un círculo vicioso que, además de tener efectos graves sobre la calidad y niveles de vida de los peruanos pobres, afecta las posibilidades de crecimiento económico y estabilidad social y política. Las familias que enfrentan una situación de pobreza se ven afectadas por secuelas en la nutrición, en la salud y en la capacidad para recibir instrucción que en muchos casos no pueden ser remontadas, aunque los ingresos mejoren. Una población pobre tiene una baja expectativa de vida, sufre de altas tasas de incidencia de enfermedades, es mano de obra poco calificada y, por todo ello, constituye una fuerza de trabajo poco productiva. En los últimos 10 años, el Perú, como otros países de la región, aumentó significativamente los recursos destinados a numerosos programas sociales para aliviar la pobreza y favorecer el desarrollo de la población de menores recursos. Diversos elementos de juicio sugieren que se puede mejorar la efectividad de estos programas significativamente. Aún con limitaciones, estos programas, aunados a la estabilidad económica y al crecimiento económico general, permitieron una reducción importante de la pobreza hasta 1997. Sin embargo, es probable que la recesión económica de los últimos 2 años haya producido un deterioro de la situación, para lo cual no se cuenta todavía con indicadores. Todo lo anterior señala la necesidad de analizar, de manera técnica, la magnitud del problema y las opciones de política que pueden ser más efectivas para atender este problema tan importante. El Task Force analizó diversos aspectos del diagnóstico y propuestas, luego de sentar ciertos principios orientadores del debate que se consideró pertinente destacar.
Según el censo de población 1993, existe en el país más de 12 millones de habitantes en condición de pobreza del total de 22'639 mil personas2 . En el país más de 6 millones de peruanos viven en extrema pobreza, es decir, que poseen más de dos carencias o bien que no satisfacen las necesidades de alimentación (INEI,1994b). Es decir, que el ingreso familiar no alcanza para cubrir el gasto de la canasta básica de alimentos . Según CUANTO, 1996, de cada cinco personas en el país, una padece hambre. Los más pobres se ubican en el área rural (comunidades campesinas y comunidades nativas). La evolución de la pobreza según el método de la línea de pobreza, de 1994 y 1996, la pobreza se ha incrementado del 41.2% a 44.2% respectivamente (CUANTO, 1996).
En la década de los ochenta la región latinoamericana ha experimentado serios problemas de deuda externa, altas inflaciones, fuga de capitales y crisis de balanza de pagos. El Perú no ha sido ajeno a estos problemas, pues las políticas aplicadas -similares a la de los otros países- durante dicha década ocasionaron que al iniciar la presente década se tenga una inflación de 7,650%, el Producto Bruto interno(PBI) de 1981 a 1990 haya caído a una tasa promedio de 1.2% anual, la Inversión Extranjera sólo representara en 1990 el 3.6% de nuestro PBI. En la presente década, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos -unos antes y otros después- reorientaron sus políticas hacia la economía de libre mercado. Los resultados son evidentes: la región creció desde 1991 a una tasa promedio de 3.3%, la inflación descendió de 199.6% en 1991 a 10.2% en 1998, el flujo de inversión extranjera hacia la región prácticamente se quintuplicó (paso de US$ 10,955 millones en 1991 a US$ 53,195 millones en 1998). Si observamos el comportamiento de las variables anteriores podemos afirmar que la tendencia negativa de crecimiento de la región, generada por políticas equivocadas, ha sido revertida. Pero se debe evidenciar que en estos dos últimos años el crecimiento en la región se ha reducido debido a dos shocks de origen externo. El primero, es el fenómeno de El Niño que afectó seriamente la producción agrícola y la pesca, así como también ocasionó destrucción de viviendas y obras de infraestructura. El segundo, las crisis financieras iniciadas en el Asia que se trasmitieron hacia América Latina por la vía del comercio, las finanzas y las políticas para hacer frente dicha crisis. El comportamiento favorable de las principales variables que determinan el crecimiento económico, el problema social expresado en la pobreza y extrema pobreza disminuye a tasas muy lentas. Es decir se podría estar dando una falta de armonía entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, ya que dicho crecimiento no estaría generando las oportunidades laborales necesarias para el creciente número de personas por lo que podemos afirmar que el problema social esta estrechamente relacionado con el desempleo y subempleo. En el lapso transcurrido de la década de los 90, la Deuda Externa Pública representó en promedio aproximadamente el 78% de la deuda externa total, mostrando en dicho período, una tendencia a descender ligeramente. En marzo de 1997 se realizó el cierre del Acuerdo de Reestructuración de la Deuda Externa Pública del Perú y sus acreedores comerciales, también conocido como Plan Brady, que implicó una importante reducción de dicha deuda. En términos monetarios la Deuda Externa Pública pasó de US$ 25,196 millones en 1996 a US$ 18,490 millones en 1998 y se estima para 1999 un monto de US$ 18,184 millones La pobreza en el Perú ha sido medida siguiendo diversos métodos, entre las que podemos mencionar:
- El método de la línea de la pobreza o método indirecto. En este método la pobreza estaría representada por un sólo indicador que puede ser el nivel de ingreso o el gasto.
- El método de las necesidades básicas insatisfechas o método directo. Este método permite captar la disponibilidad y el acceso a servicios básicos que son ofrecidos fuera del ámbito de mercado.
- El método integrado que combina los dos anteriores
Las estadísticas revelan que a fines de 1990 la pobreza extrema representaba el 26.8% de la población mientras que para 1997 se estima que dicho porcentaje ha disminuido a 14.7% y se planteó como meta para el 2000 un porcentaje de 11%. Los estudios del Ministerio de Trabajo del Perú revelan que la problemática actual del empleo tiene como causa los siguientes factores:
- La explosión demográfica de la década del 70 e inicios del 80, cuyos efectos se han empezado a sentir porque en la actualidad se están incorporando al mercado laboral.
- Las equivocadas políticas económicas instrumentadas en las décadas pasadas.
- La rigidez de la legislación laboral de las décadas del 70 y 80 que desincentivaron la generación de puestos de trabajo.
- El imperativo para las empresas de lograr la competitividad, han ocasionado que éstas se desplacen a otras zonas donde el costo de la mano de obra sea aún menor.
1.- LA POBREZA EXTREMA:
Como se sabe, se consideran pobres extremos a quienes aún destinando todos sus ingresos a la compra de alimentos, no alcanzan a comprar la canasta básica alimentaria. Un ejemplo pone de relieve lo absurdo de esta propuesta: una persona que invierte todos sus ingresos en la compra de alimentos, tendría que comerlos crudos. Generalmente, se sabe que incluso los más pobres de los pobres, a nivel internacional, dedican un 30 por ciento de sus ingresos para el consumo de otras cosas que no son alimentos. De hecho, todos sabemos que para no ser pobre es necesario también tener recursos para poder vestirse, lavarse, cocinar, tener un techo y una cama, educarse y cuidar su salud. Siendo el concepto de pobreza extrema una absurdo imposible, se le suele dar validez en el sentido de considerar a aquellos que están lejos de superar su condición de pobreza. El problema es que la distancia entre la línea de pobreza extrema y la línea de pobreza, como vimos, es variable, debido a que las necesidades y patrones de consumo entre las regiones son distintas. En ese sentido, es una medida que no mide a todos por igual.
1.1.- POBREZA EXTREMA POR ACTIVIDAD ECONÓMICA:
El análisis de la extrema pobreza por sector económico ha sido realizado a partir del comportamiento de la PEA ocupada. De el se deriva lo siguiente. Los sectores en los que aumenta el empleo en condiciones de pobreza extrema son hoteles y restaurantes, comercio al por menor, transportes y comunicaciones, actividades inmobiliarias y el sector agrícola. De todos estos sectores, el agrícola es el de mayor relevancia cuantitativa ya que contribuye con ¾ partes de todo el empleo en situación de extrema pobreza, siguiéndole el sector comercio al por menor que concentra el 9.8% de dicha categoría. Por su parte los sectores en los cuales se reduce el empleo en dicha condición son: el de reparación de vehículos automotores, la administración pública, electricidad –agua, comercio al por mayor y la construcción. De todos estos sectores, el rubro de la administración pública es quien ha concentrado cuantitativamente la mayor reducción de trabajadores en esta condición.
2.- LA POBREZA EN LAS ZONAS RURALES:
En el ámbito urbano, la pobreza extrema representa 9.3% del total de la población. En las zonas rurales, en cambio, este indicador se eleva a casi el triple: 24.5%. Hay, sin embargo, una mejoría: en 1994 este indicador llegaba 12.9% en el ámbito urbano, y a 29.5% en el rural. Aun así, la situación en las zonas rurales es dramática. Actualmente, casi uno de cada tres habitantes en estas zonas es pobre extremo. Su pobreza está relacionada con la falta de activos productivos (tierra, ganado, tecnología y crédito), así como con los bajos niveles educativos y con una familia numerosa, según un estudio de Escobal, Saavedra y Torero, hecho para GRADEen1998. Ahora bien, ser pobre extremo en el Perú significa subsistir con S/. 3.60 diarios para comer, transportarse, vestirse, curarse etc. Esta desesperante situación no es marginal: afecta a unos 3.7 millones de peruanos. Es decir, al 15% de la población. El libre mercado, al menos en el corto plazo, no muestra resultados alentadores. Debido al rápido crecimiento urbano y a la migración , actualmente hay también más pobres en la ciudad. Sin embargo, es en el campo donde están los pobres entre los pobres, especialmente en las provincias alto andinas de la sierra sur y en las zonas rurales más alejadas de la Amazonía.
La pobreza más grave se encuentra en las zonas rurales, donde algunos indicadores de calidad de vida son comparables con el nivel promedio de países africanos. En estas zonas del país, la pobreza es más difícil de superar por la conjunción de diversos factores que la explican: baja productividad, desnutrición infantil, menor acceso y baja calidad de la educación rural, lejanía, falta de acceso a infraestructura y servicios básicos, barreras culturales, etcétera. Ello explica por qué tanto en el Perú como en otros países los mayores éxitos frente a la pobreza rural se logran en el campo de programas de alivio y no de superación de la pobreza. El reto fundamental es elevar la capacidad de generación de ingreso de los pobres rurales, lo que se ha intentado desde diversas estrategias, tanto en el país como en el extranjero. El debate sobre cómo enfrentarlo generó posiciones diferentes. De un lado, algunos miembros del Task Force pusieron mucho énfasis en la necesidad de desarrollar proyectos productivos, en comparación con los programas de asistencia social y de desarrollo de infraestructura económica y social. Según esta perspectiva, el apoyo a proyectos productivos debiera darse en el marco de programas de desarrollo rural integral, que incluya asistencia técnica y aspectos de competitividad en mercados regionales y nacionales, e incluso internacionales, aunque ello sólo se logre en el mediano o largo plazo. Al respecto, otros miembros señalaron que existe una larga historia de fracasos en la promoción de proyectos productivos, tanto desde el sector público como de las ONG, por lo que el diseño tendría que ser muy cuidadoso para lograr los objetivos propuestos. Según esta perspectiva, es preferible enfatizar el apoyo del Estado en el desarrollo de condiciones para que los pobres accedan en mejor pie a mercados regionales, lo que incluye un mayor énfasis en el desarrollo de infraestructura económica, la coordinación e información entre agentes y la asistencia técnica, en comparación con el apoyo directo del Estado en proyectos productivos. Se consideró pertinente analizar en mayor detalle las causas de la baja capacidad de generación de ingresos del poblador rural, que explica no sólo la pobreza rural sino también la urbana, de acuerdo al diagnóstico planteado por Richard Webb en el I Foro sobre Pobreza, en 1998. En dicha ocasión, Webb formuló el siguiente diagnóstico: "Así, la causa central de la pobreza extrema sigue siendo la bajísima productividad del minifundista, factor que determina no sólo un paupérrimo nivel de vida en el campo sino también un muy bajo salario de oferta en la ciudad. Los instrumentos que se han aplicado para elevar esa productividad son muchos, y la historia de esos esfuerzo s, en el Perú como en el resto del mundo, es larga. Las estrategias para el desarrollo rural han priorizado por momentos el esfuerzo colectivo local (‘desarrollo comunal’), la reforma agraria y el ‘capital humano’. Cada una de estas grandes estrategias ha tenido eco en el Perú". Dicha ponencia planteaba tres posibles estrategias para enfrentar la pobreza rural: (i) desarrollar una revolución verde peruana, que aumente el nivel de productividad e ingresos agrarios, (ii) promover las actividades no agrícolas y (iii) promover la migración de parte de la población rural a áreas urbanas.
4.- INVESTIGACIÓN SOBRE LA POBREZA Y COMO SALIR DE ELLA:
Dada la complejidad del problema de la pobreza, es necesario desarrollar más y aprovechar mejor los estudios empíricos que analizan los factores que causan la pobreza, así como la efectividad de las políticas y programas destinados a superarla. Existen ya, para el caso peruano, algunos estudios empíricos sobre la base de las ENNIV, que identifican los factores que explican por qué algunas familias son pobres y otras no, así como los factores que les permiten pasar de un estado a otro. En muchos casos, la sola identificación de estos factores permite una recomendación de política de manera más o menos directa, mientras que en otros se requiere un análisis más detallado, que merecería ser estudiado.
En su último reporte sobre la pobreza en el Perú, el Banco Mundial identifica, mediante un estudio estadístico y econométrico de los resultados de las ENNIV 1994 y 1997, los siguientes factores vinculados a la pobreza en el Perú:
Acceso a infraestructura y servicios básicos. Mientras mayor sea el número de servicios a los que accede cada hogar, mayor es la probabilidad de que ésta se encuentre fuera de la pobreza. Además, las condiciones de la infraestructura y los servicios públicos tienen efectos sobre la rentabilidad de los bienes privados. Por ejemplo, la educación o el acceso a la tierra son más rentables cuanto mayor sea la dotación de otros bienes y servicios claves, como electricidad, agua y desagüe. De ello se desprende que se debe continuar ampliando el acceso a infraestructura y servicios básicos. Sin embargo, debe analizarse la sostenibilidad de las inversiones y los factores que la afectan, para que la infraestructura desarrollada continúe en buen estado y brindando
Educación. Los hogares con jefes de familia u otros miembros del hogar de más de 14 años con mayor grado de educación y más experiencia progresan más rápido. El énfasis en el campo de la educación básica es fundamental, desde una perspectiva de lucha contra la pobreza. Un miembro del Task Force planteó que algunos estudios internacionales señalan que, a nivel de grandes cifras, la proporción de gasto destinado a educación básica, en comparación a programas de apoyo alimentario y nutricionales, es bajo en términos comparativos.
Idioma. Existe evidencia de que los hogares en donde se habla lenguas nativas tienen más probabilidades de permanecer en la pobreza que aquéllos en donde se habla castellano. Es necesario evaluar cuál es el impacto de los programas de educación bilingüe. Si bien éstos se fundamentan en el hecho de que es más fácil y mejora la autoestima de los niños el aprender la lecto-escritura en su idioma materno, facilitando luego el aprendizaje de otros idiomas, dados los bajos niveles de escolaridad, es posible que en la práctica ello dificulte el aprendizaje del español, lo que limita las opciones futuras de superación de la pobreza de dichos niños. Al respecto, uno de los miembros del Task Force planteó que no sólo se trata de un tema educativo, sino que existe también una dimensión cultural de por medio, y que no se debe imponer la visión occidental del desarrollo. Otro miembro señaló, sin embargo, que el idioma materno, siendo un tema cultural, debe estar vigente en la educación como lenguaje de tradición oral, pero que actualmente la mayor parte de niños es expuesto al español por los medios de comunicación, lo que permitiría que sí se enseñe español desde una edad temprana, y con ello se podría evitar el riesgo de que los niños abandonen la escuela sin conocimientos suficientes de este idioma Migración. Las familias migrantes progresan. El desarrollo de políticas que favorezcan procesos migratorios ordenados desde zonas que no tienen mayor viabilidad económica hacia ciudades intermedias del país es una opción de combate contra la pobreza.
Tamaño del grupo familiar. Las cifras indican que las condiciones de vida de las familias numerosas son peores frente a las de familias menos numerosas. Por ello, las políticas de población bien diseñadas, que eviten los problemas de desinformación, son un componente importante de una política de lucha contra la pobreza. Composición familiar. Aunque no tiene implicancia directa sobre políticas, resulta interesante señalar que el estudio encuentra que los hogares dirigidos por mujeres progresan más que los dirigidos por hombres, aislando los efectos de otras variables como educación, consumo inicial, tamaño del grupo familiar, nivel de dependencia, etcétera. Interés empresarial. Las familias que usan por lo menos una de las habitaciones de su vivienda con fines comerciales, tanto en zonas urbanas como rurales, logran alcanzar un crecimiento significativamente más alto de bienestar que el resto. El acceso al crédito y los ahorros financieros también favorecen la superación de la pobreza. Acceso a la propiedad. En el caso de los pobres urbanos, la formalización de la propiedad de la vivienda es muy importante. El reconocimiento de la propiedad permite el acceso al crédito, a través de la posibilidad de contratar garantías hipotecarias, y crea incentivos para la inversión en la propiedad. En ese sentido, los esfuerzos de titulación son una estrategia correcta.
5.- CAUSAS DE LA POBREZA:
El Problema Específico De La Pobreza Rural La pobreza más grave se encuentra en las zonas rurales, donde algunos indicadores de calidad de vida son comparables con el nivel promedio de países africanos. En estas zonas del país, la pobreza es más difícil de superar por la conjunción de diversos factores que la explican: baja productividad, desnutrición infantil, menor acceso y baja calidad de la educación rural, lejanía, falta de acceso a infraestructura y servicios básicos, barreras culturales, etcétera. Ello explica por qué tanto en el Perú como en otros países los mayores éxitos frente a la pobreza rural se logran en el campo de programas de alivio y no de superación de la pobreza.
El reto fundamental es elevar la capacidad de generación de ingreso de los pobres rurales, lo que se ha intentado desde diversas estrategias, tanto en el país como en el extranjero. El debate sobre cómo enfrentarlo generó posiciones diferentes. De un lado, algunos miembros del Task Force pusieron mucho énfasis en la necesidad de desarrollar proyectos productivos, en comparación con los programas de asistencia social y de desarrollo de infraestructura económica y social. Según esta perspectiva, el apoyo a proyectos productivos debiera darse en el marco de programas de desarrollo rural integral, que incluya asistencia técnica y aspectos de competitividad en mercados regionales y nacionales, e incluso internacionales, aunque ello sólo se logre en el mediano o largo plazo. Al respecto, otros miembros señalaron que existe una larga historia de fracasos en la promoción de proyectos productivos, tanto desde el sector público como de las ONG, por lo que el diseño tendría que ser muy cuidadoso para lograr los objetivos propuestos. Según esta perspectiva, es preferible enfatizar el apoyo del Estado en el desarrollo de condiciones para que los pobres accedan en mejor pie a mercados regionales, lo que incluye un mayor énfasis en el desarrollo de infraestructura económica, la coordinación e información entre agentes y la asistencia técnica, en comparación con el apoyo directo del Estado en proyectos productivos.
Se consideró pertinente analizar en mayor detalle las causas de la baja capacidad de generación de ingresos del poblador rural, que explica no sólo la pobreza rural sino también la urbana, de acuerdo al diagnóstico planteado por Richard Webb en el I Foro sobre Pobreza, en 1998. En dicha ocasión, Webb formuló el siguiente diagnóstico: "Así, la causa central de la pobreza extrema sigue siendo la bajísima productividad del minifundista, factor que determina no sólo un paupérrimo nivel de vida en el campo sino también un muy bajo salario de oferta en la ciudad. Los instrumentos que se han aplicado para elevar esa productividad son muchos, y la historia de esos esfuerzo s, en el Perú como en el resto del mundo, es larga. Las estrategias para el desarrollo rural han priorizado por momentos el esfuerzo colectivo local (‘desarrollo comunal’), la reforma agraria y el ‘capital humano’. Cada una de estas grandes estrategias ha tenido eco en el Perú"
Dicha ponencia planteaba tres posibles estrategias para enfrentar la pobreza rural: (i) desarrollar una revolución verde peruana, que aumente el nivel de productividad e ingresos agrarios, (ii) promover las actividades no agrícolas y (iii) promover la migración de parte de la población rural a áreas urbanas.
6.- LA POBREZA EXTREMA, UN CONCEPTO A DESECHAR
Una afirmación fuerte: la medición de pobreza extrema no sirve. Como se sabe, se consideran pobres extremos a quienes aún destinando todos sus ingresos a la compra de alimentos, no alcanzan a comprar la canasta básica alimentaria. Un ejemplo pone de relieve lo absurdo de esta propuesta: una persona que invierte todos sus ingresos en la compra de alimentos, tendría que comerlos crudos. Generalmente, se sabe que incluso los más pobres de los pobres, a nivel internacional, dedican un 30 por ciento de sus ingresos para el consumo de otras cosas que no son alimentos. De hecho, todos sabemos que para no ser pobre es necesario también tener recursos para poder vestirse, lavarse, cocinar, tener un techo y una cama, educarse y cuidar su salud.
Siendo el concepto de pobreza extrema una absurdo imposible, se le suele dar validez en el sentido de considerar a aquellos que están lejos de superar su condición de pobreza. El problema es que la distancia entre la línea de pobreza extrema y la línea de pobreza, como vimos, es variable, debido a que las necesidades y patrones de consumo entre las regiones son distintas. En ese sentido, es una medida que no mide a todos por igual.
7.- LA LUCHA CONTRA LA POBREZA:
En 1995, el Perú tiene sólidos logros que exhibir. Los principales problemas que asumió el gobierno en 1990 –hiperinflación y terrorismo– han sido superados y ello ha sido bien recibido por los inversionistas, que han convertido al Perú en una plaza preferida para el desarrollo de nuevos proyectos. Sin embargo, pese a los innegables avances realizados, el Perú enfrenta un nuevo desafío, que es la lucha contra la pobreza. El gobierno reconoce que los logros alcanzados no se consolidarán si es que el país no hace un esfuerzo real para que los beneficios de la modernidad alcancen a los estratos más deprimidos del país, que constituyen un importante porcentaje de la población nacional. En el último quinquenio, el Perú ha realizado importantes esfuerzos para enfrentar el problema de la pobreza en el país. En ese sentido, la estabilización de la economía y la pacificación alcanzada han sido fundamentales para dotar al país de un mejor entorno para la ejecución de programas de desarrollo en las zonas más deprimidas. Paralelamente, el gobierno destinó importantes recursos -dentro de lo disponible- para el desarrollo de programas de alivio a la pobreza, coordinando con la sociedad civil, elevando el nivel del gasto social en más de 40% y mejorando la calidad del mismo. Así, entre 1991 y 1994, el porcentaje de la población peruana en situación de pobreza disminuyó en 13% (con resultados más auspiciosos en la lucha contra la pobreza extrema, que se redujo en 17%). Pese a los logros alcanzados, el problema de la pobreza sigue vigente en el Perú de hoy, donde más del 40% de la población vive en estado de pobreza y cerca del 18% se encuentra en una situación de pobreza extrema. Conciente del desafío que representa el problema de la pobreza para un país que avanza hacia el desarrollo, el gobierno se ha fijado como meta reducir en un 50% la pobreza extrema en el Perú para el año 2000. Para ello, se ha propuesto destinar el 40% del presupuesto nacional al gasto social, focalizándolo en programas de alivio y reducción de la pobreza, con especial énfasis en la provisión de los principales servicios sociales -como educación y salud-, lo que permitirá que el crecimiento no sólo se acelere, sino que aumenten las oportunidades de empleo. Este nuevo reto del Perú ha sido bien recibido por la comunidad internacional, que sigue con interés los esfuerzos que nuestro país realiza para consolidar su proceso de desarrollo. Así, el gobierno peruano ha logrado un significativo apoyo del Grupo Consultivo o Mesa de Donantes reunido recientemente en París, donde representantes de 11 países desarrollados y 13 organismos internacionales expresaron su apoyo a las reformas económicas llevadas a cabo por el Perú y acordaron otorgar al país recursos por US$ 940 millones, que serán destinados en forma prioritaria, durante 1996, a financiar programas destinados a reducir la pobreza, con énfasis en el desarrollo de programas de salud, educación, justicia, y la consolidación de la pacificación.
La conclusión que he podido extraer del tema es que la pobreza es un fenómeno, que puede ser causado por miles de factores (naturales, políticos, sociales, etc.). Por lo tanto, ninguna de las personas deben deben vivir solo el hoy sino siempre pensando en su futuro, por que uno no sabe cuando le puede tocar este fenómeno que hace mucho daño. Existe un refrán que hubiera salvado muchos hogares: "Hay que guardar pan para mayo".
http://www.monografias.com/trabajos6/brady/brady#pobreza
http://www.altillo.com/monografias/index.asp http://www.lamolina.edu.pe/ciencias/ecologia/revista16.htm /trabajos7/poper/poper http://www.up.edu.pe/editorial/DTPORE27.htm http://www.asip.org.ar/en/seminarios/int004/expo_juan_carlos_lam_alvarez.htm
http://www.claustrometal.miarroba.com/
Wilder Bravo