Analizar el fracaso del Plan Alconafta implementado en la provincia de Tucumán.
Conocer los beneficios que significaría para la provincia de Tucumán la producción a gran escala de etanol para Biocombustible.
Determinar las ventajas que consiguió Brasil con la puesta en marcha de su Plan Pro-alcohol.
Estado Actual del Conocimiento
Diseño de investigación
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Recolección de datos estadísticos
Ordenamiento y Clasificación de la información
a) Análisis del material bibliográfico y periodístico
b) Análisis e interpretación de mapas e imágenes satelitales
c) Elaboración de cuadros y gráficos estadísticos.
Redacción del informe
a) Introducción
b) Desarrollo
c) Conclusión
d) Bibliografía
Marco teórico
"Que la promoción de Biocombustibles constituye una política adecuada para enfrentar los desafíos de abastecimiento que tiene el país en el marco de una economía en crecimiento…Que la diversificación de la oferta de combustibles constituye uno de los ejes de la política nacional en materia de combustibles…Que la incorporación de estos a la matriz energética nacional tiene sustento en la necesidad de promover el uso de combustibles que comprometan en la menor medida posible el medio ambiente, en el marco de una política consistente con la aspiración plasmada en el Artículo 41 de la Constitución Nacional." Según este párrafo (Decreto 109/2007 actividades alcanzadas por los términos de la ley 26.093 de Biocombustibles) la producción de combustibles alternativos a los fósiles, sería hoy una realidad posible, anhelada desde hace décadas por muchos productores azucareros deseosos por diversificar su producción e incrementar sus ingresos, pero este auge manifestado por la alta explotación azucarera tiene como antecedente que este cultivo fue iniciado-en el caso particular de la provincia de Tucumán- hacia 1750 por los jesuitas, en la localidad de Lules. De esta forma la provincia tuvo una participación relevante en la integración del Noroeste Argentino dentro del contexto político y económico nacional y quedó como la principal agroindustria de la región, a pesar de esto el verdadero impulso lo dio el obispo José Columbres, desde 1821, sumado al vertiginoso desarrollo histórico que adquirió la producción de la caña de azúcar a partir del arribo del ferrocarril a Tucumán en 1876.
Según Martínez, Posada y Pucciarelli, el trazado de los recorridos no resultó trivial, ya que la articulación de los trenes fue con el objeto de una integración creciente hacia el mercado mundial. Tras la modernización en la forma de transporte devino un violento salto tecnológico en el procesamiento de la caña para la obtención de azúcar. Los requerimientos de trabajo estacional superaron las disponibilidades locales generando un polo de atracción de trabajadores temporarios que provenían fundamentalmente del noroeste argentino y Bolivia. Mientras tanto en los EEUU también se estaba vislumbrando este novedoso sistema de generación de energía renovable, ya que cuando Henry Ford hizo el primer diseño de su automóvil Model T en 1908, esperaba utilizar el etanol como combustible. De hecho, de 1920 a 1924, la Standard Oil Company comercializó un 25 % de etanol en la gasolina vendida en el área de Baltimore.
Esta onda alcista de las primeras épocas, que llevó a la superproducción y a exportar, había desembocado en una dependencia del mercado interno sumada a una inactividad técnica. Según Kosacoff (1993) no había modificaciones sustanciales en la productividad de los cañaverales; Por lo que comenzó a notarse problemas de fertilidad en la tierra tucumana, explotada sin miramientos. Hacia 1916 la situación hizo crisis, una plaga afectó la caña y Argentina tuvo que importar azúcar. La Estación Experimental Agrícola de Tucumán introdujo una nueva variedad de caña traída de Java pero a pesar de esto, la crisis repercutió en el funcionamiento de los ingenios, que se vieron obligados a modificar sus equipos de molienda.
En 1922 una publicación de la Estación Experimental Agro-Industrial Obispo Colombres (EEAOC), situada en Las Talitas y dependiente del Gobierno de la Provincia de Tucumán, informaba sobre la posibilidad del uso de alcohol como combustible, especialmente para motores de combustión interna, ya sea solo o en mezclas con éter, bencina o nafta. En mayo de 1928 se llevó a cabo la primera experiencia relacionada con este tema. En esa oportunidad se utilizó una mezcla carburante, llamada Combustible Giacosa por ser su inventor Luis Giacosa. Dicha mezcla demandaba el 15% de petróleo crudo, el 5% de metileno y el 80% restante de alcohol, no pudiendo mezclarse con agua. La prueba fue realizada por el director general de YPF, entonces Coronel Enrique Mosconi, en Campamento Vespucio (Salta) y consistió en vaciar totalmente el tanque del camión Ford T que usaba el militar y llenarlo con Combustible Giacosa. En 1942, Gobernador de Tucumán electo, Doctor Miguel Critto, utilizó también un vehículo experimental accionado con alconafta (que tenía el 30% de alcohol desnaturalizado y el 70% de nafta) para recorrer los cerros tucumanos, a 800 metros de altura sobre el nivel del mar, el automóvil tuvo un excelente funcionamiento y despertó elogiosos comentarios. Luego de estas experiencias el Departamento de Investigaciones y Desarrollo de YPF, continuaron realizando ensayos sobre este tema, los que fueron oportunamente informados al Ministerio de Agricultura de la Nación. En 1951, se retomaron estos trabajos a solicitud de la Gobernación de Tucumán y más recientemente en 1974 se cursó información actualizada a la Comisión del Senado, a representantes del Consejo Federal de Investigaciones y a la Comisión Carburante Nafta-Alcohol de la Secretaria de Estado de Energía. Todos estos intentos realizados en casi 50 años no alcanzan continuidad sino a partir de 1979 cuando se inició en la EEAOC, bajo la dirección del Doctor Ingeniero José Luis Busto, el programa de ensayos denominado Programa Alconafta y que tenía por objeto promover la utilización del alcohol etílico o etanol como combustible, Este se fabricó y se continuo haciéndolo hasta nuestros días siguiendo un proceso similar al de la cerveza, primero la caña de azúcar es molida en trapiches de los que sale un 1er. jugo o jugo mixto y un residuo (bagazo) que se usa como combustible en el mismo ingenio o que puede ser empleado como materia prima para otros usos industriales. El jugo mixto es purificado, concentrado y sometido a sucesivos cocimientos y centrifugados de los que se obtiene azúcar de diferentes calidades y un residuo (que contiene aún algo de azúcar) denominado melaza. La melaza es fermentada y luego destilada dando como resultado diversas calidades de alcohol etílico. Si se deseara producir solamente alcohol, el juego mixto, o el jugo clarificado, o el jugo concentrado, según la técnica elegida, entraría directamente al proceso de fermentación para obtener así alcohol directo, que pasaría a ser el producto principal de la industrialización de la caña de azúcar (ver gráfico1), La fórmula química del etanol es: CH3-CH2-OH
Gráfico 1-Esquema Genérico del Proceso de Producción
Fuente: http: //www.biocombustibles.cl/bioetanol.com, 2006
Los ingenios existentes en la Argentina, que poseen capacidad de destilación, se hallan diseñados para producir el máximo de azúcar y en cuanto a la producción de alcohol de estos ingenios, lo podrían hacer hasta de un 80%, de la capacidad instalada total. Su funcionamiento tiene como objeto el posibilitar el aumento de manera sustancial de la producción de alcohol, que puede llegar a ser importante si se produce azúcar en bajo porcentaje. El Bioetanol se puede extraer de cereales (Maíz, Trigo, Avena, Cebada), Papa, Remolacha, Caña de Azúcar, Biomasa Forestal, Residuos Pecuarios, y Residuos de las Cosechas y las agroindustrias. Todos los estudios que se hicieron sobre la factibilidad técnica de la producción de etanol, surgieron debido a la urgencia y necesidad nacional de desarrollar energías renovables ante el advenimiento de la primera crisis mundial del petróleo, en EEUU se comercializó la mezcla de gasolina y etanol. Los combustibles alternativos se convirtieron en la solución al posible problema que representaba el agotamiento de los recursos no renovables. Así, la American Oil Company y otras empresas abanderadas en el sector comenzaron a comercializar la mezcla de etanol para diluir la gasolina y aumentar el octanaje. En Brasil, la crisis del petróleo también tuvo una fuerte repercusión ya que en el año 1975 se encauzó el proyecto Proalcohol, cuyo objetivo era la sustitución total de los combustibles de origen fósil. La alternativa propuesta era el bioetanol proveniente de la melaza de la caña de azúcar. Esta nueva industria permitió la creación de casi un millón de lugares de trabajo, repartidos en más de 700 destilerías, en instalaciones complementarias, en redes de transporte y fabricación de motores específicos para estos combustibles, etc. La aparición de una segunda crisis del petróleo relacionada con el principio de la guerra irano-iraquí a principios de la década de los ochenta provocó una nueva caída en el consumo de petróleo. Concientes de esta serie de crisis a nivel mundial, en Tucumán se da comienzo al consumo masivo de alconafta común, con una mezcla de 12% de alcohol etílico y el resto nafta común, lo que da por resultado un combustible de 83 octanos capaz de reemplazar totalmente el consumo de nafta común a partir del 15 de marzo de 1981.
En el período que se extiende hasta el 1º de mayo de 1983, la experiencia que se acumula en los distintos eslabones de las cadenas de distribución de combustibles permite el lanzamiento de la alconafta súper sin mayores problemas. El 20 de septiembre se incorporan al plan alconafta las provincias de Salta y Jujuy con lo que se dio por finalizada la primera etapa, cuyo objetivo era el de absorber los excedentes de alcohol de melaza, sin realizar ninguna extensión de los cultivos de la caña de azúcar. En diciembre del año 1984 se agregan las provincias de Catamarca y La Rioja, y en marzo de 1985 la provincia de Santiago del Estero quedando de esta forma toda la región NOA integrada al consumo obligatorio de alconafta súper y común. El objetivo de esta segunda fase era aprovechar totalmente la capacidad de destilación, con posibilidad de eliminar parte de la exportación de azúcar, si los precios internacionales eran desfavorables. Además se preveía la posibilidad de la molienda directa de caña de azúcar en el norte para la obtención del alcohol destinado a la mezcla. Mientras tanto en otras partes del mundo, particularmente en Europa y en ese mismo año se planteó la introducción de los biocombustibles, el objetivo era sustituir el 25 % del combustible fósil por bioetanol. Su aplicación no se aprobó por cuestiones de rentabilidad y coste. Sin embargo, se dedicaron sustanciosos fondos para la investigación y desarrollo de estas tecnologías. El 30 de octubre de 1985 en la Republica argentina se integran al plan las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Desde esta fecha hasta principios de 1987 siguieron incorporándose las provincias de las regiones Litoral y NEA, quedando en total 12 provincias integradas al plan. El objetivo de esta tercera etapa era aprovechar totalmente la capacidad de molienda, eliminando toda la exportación de azúcar o incorporando otras materias primas aptas para producir alcohol con aceptable relación energética. Se preveía la posibilidad de incrementar la capacidad de destilación y deshidratación. En el año 1987 las 12 provincias integradas al plan consumían aproximadamente 250 millones de litros de alcohol anhidro por año, y se estimaba que la industria y el cañaveral existentes poseían capacidad para producir 450 millones de litros de alcohol. También, es importante señalar que la alconafta era económica en la medida en que el Estado renunciaba al impuesto a los combustibles sobre el 15% de alcohol contenido en la mezcla, es decir la alconafta estaba subsidiada. Durante los años siguientes, las zafras no fueron buenas, no alcanzándose a cubrir el consumo necesario de alcohol. Con respecto a la extracción del petróleo, este experimentó una importante bajada antes de recuperarse a finales de la década gracias al abaratamiento del precio del crudo. Esto contribuyó al gradual abandono de las estrategias de cambio energético encauzadas hacía ya unos años lo que sumado a las presiones que ejercían las empresas petroleras sobre el Estado, hicieron que el plan alconafta fuera dejado de lado poco a poco, hasta desaparecer por completo. La década de los noventa comenzó con una nueva crisis. Esta vez derivada de la invasión de Kuwait por Irak. Nuevamente, el precio del petróleo se volvió inestable y caro y los biocombustibles volvieron a la escena energética de la mayoría de los países. Debido a esta manifiesta crisis es que los complejos azucareros adoptaran una nueva y distinta forma de organización, esto es una estructura que abarcaba desde la simiente hasta el consumidor final: La Agroindustria (Natera Rivas y Batista Zamora, 2005). . Dentro de este complejo agroindustrial azucarero, la etapa industrial es el punto de intersección de tres cadenas de producción: la de azúcar, la de alcohol y la del papel. Pero además cada uno de estos productos es insumo de otros procesos industriales y en algunos casos tienen sustitutos competitivos importantes.
En este complejo las cooperativas son, una experiencia reciente. En general se integran verticalmente mediante el arriendo o la compra de ingenios quebrados por parte de trabajadores del surco, obreros de la fábrica y cañeros. La tendencia, a medida que se agudiza la crisis en los ingenios, es que esta forma social de producción crezca para mantener los puestos de trabajo y permitir cierta continuidad dentro de la actividad. En el ejercicio de ese liderazgo contó, en general, con la participación del Estado que actúa regulando la crisis de sobreproducción, establecimiento barreras, financiando las cosechas y provocando la concentración industrial. Sin embargo, la situación precaria por la que atraviesa desde hace varios años un conjunto de ingenios con capacidad instalada ociosa y/o fuerte endeudamiento lleva a un replanteo de la constitución del núcleo del complejo cañero. Dentro del mismo se consolidan las empresas con integración vertical, diversificación de la producción, financiación autónoma a través de la pertenencia a grupos económicos, organización moderna y eficiente de la gestión productiva. Las restantes empresas pueden sufrir producción en la medida que sigan recibiendo un adecuado nivel de protección, refinanciamiento de sus deudas, o la posibilidad de que se constituya algún grupo de productores que mantenga en funcionamiento la planta aportando capital y su propia caña, tal es el caso de los grupos ATANOR, SER (ingenios Santa Bárbara y Nuñorco) y Los Balcanes (ingenios La Florida y Aguilares) en la provincia de Tucumán. Estas compañías se orientaron a satisfacer al cliente ya que los mercados se vuelven selectivos, ponderando la calidad y orientados a la satisfacción de la demanda.
Las inversiones mencionadas se aplicaron a:
Maquinarias e instalaciones de los ingenios, con equipamiento que incorporó los últimos avances en la tecnología.
Cañaverales que se concentraron en las áreas más aptas y se replantaron con ejemplares de mayor rendimiento, destacándose la especie LCP85-384 proveniente de Louisiana, EE.UU.
Incorporación de cosechadoras de última generación, que además de ser más eficientes, realizan la recolección "en verde", sin el tradicional quemado previo de la caña; esto produjo una mejora notable en los aspectos ecológicos, y ubicó a nuestro país a la vanguardia en el uso de estos sistemas.
Estas innovaciones llevaron la producción y la exportación del año 2005 a los niveles récord que permiten observar los gráficos y que resume el gráfico 2. La transformación del sector también se expresa en la producción del año en curso, que se espera supere el récord de 2005. Al mes de agosto de 2006, ya se había alcanzado una producción de 1.414.783 toneladas; el 65,67% de ellas corresponden a la provincia de Tucumán, el 34,18% al noroeste (Salta y Jujuy) y el resto al litoral (Santa Fe y Misiones). Para el fin de la zafra, se aguarda un total superior a 2.300.000 toneladas. Según Castro y Gobbee (1985) el mejoramiento de la competitividad de estos complejos agroindustriales argentinos se basa en su capacidad de aprender y aplicar conocimientos tecnológicos sumados al vertiginoso desarrollo de variedades y líneas genéticas, en vegetales, cuyo origen es la aplicación de las nuevas técnicas biotecnológicas. Estas requieren paquetes tecnológicos adecuados, debido a los altos requerimientos para lograr mayores rendimientos.
Grafico2- Producción de azúcar en la Pcía. de Tucumán 1990-2006
Fuente: elaboración propia en base a Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, octubre 2007
Estos notables avances agroindustriales dieron como resultado un marcado crecimiento de la producción en gran escala de azúcar en la provincia de Tucumán, según un estudio de la Estación Agroexperimental Obispo Colombres sobre la evolución de la producción de la caña de azúcar en la provincia a lo largo de 16 años dio como resultado que para el año 1990 se registro una producción de 611.322 tn de caña de azúcar mientras que para el año 2006 se registro una producción de 1.267.288 tn, lo que demostraría el buen momento por el que estaría atravesando el monocultivo de la caña de azúcar en la provincia (ver grafico 2). Se observa, a su vez como a lo largo del periodo analizado la producción azucarera registro grandes oscilaciones, por ejemplo en el año 1993 como consecuencia del programa de reformas estructurales iniciadas por el entonces presidente Carlos Menen (1991), que incluyo la flexibilización laboral, la desregulación de la industria y del sector agropecuario, entre otros aspectos negativos para el mercado interno, determinó que en dicho año se registrara la menor producción de caña de azúcar dentro de los parámetros de tiempo contemplados en el presente estudio (560.550 tn). Luego de ese oscuro año la industria comenzaría a repuntar aumentando gradualmente su producción hasta llegar a cifras bastantes alentadoras en el año 1998 (1.153.248 tn). acaecido ese buen momento, el cultivo sufriría una nueva recaída y un retroceso de la producción similar al registrado en la década de los "90, que se intensificaría en el año 2001,(862.709 tn) como producto de la desestabilización política del gobierno de De la Rúa, años después con la asunción del presidente Néstor Kirchner en el año 2003, volvería la estabilidad política y económica, que se manifestaría en el aumento progresivo del cultivo azucarero (1.267.288 tn, año 2006) hasta nuestros días, que se esperan cifras record con la zafra de 2007.
Hectáreas sembradas en la provincia de Tucumán
Fuente: Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, octubre 2007
El mapa de la provincia de Tucumán (esquema anterior) demuestra espacialmente la implantación que se realiza para la producción cañera observándose la mayor densidad de explotaciones a lo largo de las márgenes del principal colector fluvial de nuestra provincia: el rió Salí, de este último se extrae el agua, vital recurso para la elaboración del alcohol y el azúcar, las localidades que se destacan son, Cruz Alta, Leales, Monteros, Simoca, entre otros(ver gráfico3), en el sobresale del resto del grupo de departamentos a Cruz Alta como principal productor cañero cuya superficie cultivada oscila las 42 mil ha, seguido por Leales, Simoca y Monteros, con 32 mil ha, 27 mil ha y 20 mil ha respectivamente, de superficie cultivada.
Gráfico 3- Tucumán-Hectáreas cultivadas de caña de azúcar por departamento (2005)
Fuente: elaboración propia en base a Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, octubre 2007
En nuestros días los proyectos del Poder Ejecutivo, para implementar regímenes promocionales para la exploración y explotación de hidrocarburos; y de creación de recursos para la formación de fideicomisos destinados a obras de infraestructura de gas y de electricidad; así como los fondos fiduciarios para el transporte eléctrico federal (Ley 24065) y para atender inversiones en transporte y distribución de gas (Decreto 180/2004), y los programas de los presupuestos anuales de la administración nacional, son acciones válidas, aunque solo para la matriz energética primaria actual de nuestro país y a mediano plazo, ya que en los componentes de dicha matriz hay dos cualidades, que son ya críticas en el presente y se agravan en el futuro inmediato.
Una de ellas el agotamiento del stock (en términos físicos o económicos) de los hidrocarburos en un período impreciso pero de cumplimiento seguro; y la otra es el fuerte efecto que producen en la contaminación del ambiente. Así, resulta prioritario, para la calidad de vida del hombre y por encima de los racionales intereses económicos, encontrar energías alternativas que reúnan las condiciones de ser renovables y no contaminantes. Esta situación está presente cuando observamos el esquema de la actual matriz de la oferta de energía primaria de nuestro país (gráfico4), que está compuesta de la siguiente manera: petróleo: 39%; gas natural: 47%; carbón mineral: 1%; hidroelectricidad: 6%; energía nuclear: 2%; biomasa: 5%, elocuentemente los datos anteriores evidencian la gran dependencia de la República argentina de los recursos fósiles, en detrimento de los demás recursos, destacando el escaso aprovechamiento que se le otorga a los combustibles que nos compete en este trabajo, como por ejemplo la producción de Biomasa que posee un escaso 5%. Por otra parte, las estimaciones oficiales sostienen que la relación reservas/producción de petróleo está en torno a los 9 años; y la relación reserva/producción de gas natural cercana a los 12 años.
Gráfico 4- Matriz energética de la Republica Argentina
Fuente: elaboración propia en base a diario Clarín, suplemento económico, sábado 03 mar 2007
Debido a esta razón fue que el estado Argentino en sintonía con esta preocupación mundial de los agotamientos de los recursos fósiles, es que el 8 de agosto 2001 mediante Resolución 1076/2001 de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental, se creó el Programa Nacional de Biocombustibles. Posteriormente en el año 2004 y dentro del ámbito de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, se creó mediante Resolución 1156/2004, el Programa Nacional de Biocombustibles cuyos objetivos junto con la anterior resolución fueron el de promover la elaboración y el uso sustentable de los biocombustibles como fuente de energía renovable y alternativa a los combustibles fósiles, favorecer las inversiones privadas y públicas para el desarrollo de los biocombustibles y apoyar y asesorar a sectores rurales en el desarrollo y puesta en marcha de plantas para la elaboración de energías alternativas.
Seria cuestión de dos años (19 de Abril 2006) para que dichas resoluciones y proyectos fueran convertidas en la ley 26.093 de Biocombustibles, Promulgada de Hecho el 12 Mayo de 2006 bajo el titulo de Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles, dicha sanción aprobada por el parlamento nacional, establece que a partir del 1 de enero de 2010, todo el gas-oil y la nafta que se produzca en el país debe contener 5 % de biodiesel y bioetanol respectivamente, La iniciativa reconoce como biocombustibles al bioetanol, biodiesel y biogás que se produzcan a partir de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos y que cumplan los requisitos de calidad que establezca la autoridad de aplicación. El proyecto postula la amortización a cuenta del Impuesto a las Ganancias y la devolución anticipada del IVA en las inversiones destinadas a producir biodiesel o bioetanol (alconafta), y propone que no integren la base de imposición del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta.
También exime del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural, la Tasa Hídrica y el Impuesto al Gasoil sobre la parte de biocombustible que vaya mezclada con combustibles derivados del petróleo que debe ser de al menos cinco por ciento(www.infobae.com). Con todo esto se busca promover el desarrollo del biocombustible en las pequeñas y medianas empresas y de las economías regionales por intermedio de un cupo fiscal.
En dicha reglamentación, el empresario Jorge Rocchia Ferro (titular de Los Balcanes SA) afirma que no se menciona en absoluto a los ingenios como proveedores de alcohol carburante a las petroleras, evidenciando un claro beneficio a las cooperativas agroindustriales, principalmente productoras de oleaginoas y cereales, lo que daría como resultado que Tucumán quedara virtualmente desvinculado de esta reciente ola mundial de etanol. Pero gracias a la presión o manifestación de esta grave omisión en la ley de biocombustibles por parte de numerosos organismos como por ejemplo, la del poder ejecutivo de la provincia de Tucumán, que permitió que este desequilibrio se subsanara y el Jueves 11 de Octubre de 2007, el presidente Néstor Kirchner firmó y remitió al Congreso un proyecto de ley que incluye en la promoción de los biocombustibles al etanol que se obtiene de la caña de azúcar directamente de los ingenios.
Con respecto a esto Jorge Scandaliaris (director asistente de Tecnología Agropecuaria de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres –EEAOC-) sostuvo que a partir de esta decisión del Estado Nacional, el sector azucarero argentino quedará definitivamente incorporado a la promoción de los biocombustibles. Aunque todavía se debe pulir la normativa vigente, hasta 2010 los ingenios deberán realizar inversiones del orden de los U$S 150 millones para adaptar sus destilerías al nuevo desafío, que promete dar un fuerte impulso al desarrollo del NOA. Siguiendo con esta línea el experto asevero que "Se debería pensar que además de la melaza tendría que procesarse materia prima exclusivamente para alcohol, es decir parte para azúcar y otra parte para alcohol, ya que un estudio elaborado por la institución demuestra las óptimas condiciones para la producción de jugos y alcohol que posee la variedad de caña existente en la actualidad, auque no descartó que en un futuro se pudiera trabajar en variedades con mayor capacidad para la producción (como por ejemplo, la especie LCP85-384 proveniente de Louisiana, EE.UU., la Gaceta 14 de octubre 2007) . Es lo que está haciendo Brasil, que este año tendrá producción de 475 millones de toneladas de caña, de las cuales, con el 60% va a hacer alcohol y con el 40% restante fabricar azúcar", remarcó el experto.
Frente a este desafío, Scandaliaris opinó que los ingenios tendrían que invertir en capacidad de destilación y tomó como referente al ingenio azucarero La Florida, situado a unos 20 kilómetros de la capital tucumana, que inauguro el 13 de octubre de 2006 el mayor complejo de destilación de alcohol del país, capaz de producir 350.000 litros diarios (Clarín,13 de octubre de 2006), Dejó en claro que habría que mejorar la capacidad de producción de las fábricas, porque, actualmente, el alcohol se produce a partir de la melaza, que es un residuo del azúcar. Finalmente hizo hincapié en que el mundo entero está buscando fuentes alternativas al petróleo, que se acaba y cuesta cada vez más. "En este contexto, el alcohol de caña tiene un rol importante. Esto sería como volver al plan alconafta y entrar al rumbo que marcó Brasil, con un combustible interesante. A todo lo mencionado habría que agregarle las condiciones de importante país productor de materias primas utilizables en esa transformación y a la experiencia mundial ya acumulada hasta el presente, hacen que podamos confiar en un desarrollo sustentable desde el punto de vista técnico, económico, ambiental y social de ésta nueva forma alternativa de fuentes energéticas.
Grafico5- Esquema comparativo de la producción de azúcar en la provincia de Tucumán (1976-2006)
Fuente: elaboración propia en base a Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos y www.tucumánhoy.com.ar, 11 de octubre 2007
El cuadro arriba expuesto nos da una idea de la importancia que significó el mencionado plan alconafta para nuestro país, pero particularmente para la provincia de Tucumán, que se vio reflejada en la magnitud de producción de caña de azúcar, lo que significo una producción record para el año 1976 con 1.600.000 tn, cifra que jamás se repitió nuevamente, sobre todo luego del abandono del plan alconafta.
Sin embargo este cultivo siguió evolucionando positivamente (ver gráf.2, Pág. 4) hasta que en la zafra de agosto de 2006 se llego a los 1.400.000 tn, con la producción de este año (2007) no se obtuvo grandes réditos debido a las numerosas heladas que sufrió el cultivo azucarero, a pesar de esto, se espera para los próximos años superar estos valores a causa del gran impulso que recibió el sector con la inclusión en la ley 26.093.
Con respecto al complejo azucarero y a la integración regional, el azúcar, constituye uno de los productos de Argentina incluidos en la Lista de Excepción a los Acuerdos de Complementación Económica números 14 y 18 del MERCOSUR por ser un producto de un sector considerado sensible a la competencia regional, en este sentido la producción de azúcar del MERCOSUR suma 9 millones de toneladas, un 8,5% del total mundial, y exporta 1,6 millones de toneladas, que representan el 6% de las exportaciones totales. Un aspecto relevante a considerar cuando se trata el tema de la integración regional y su impacto en el Complejo Agroindustrial Azucarero es el rol que tiene dentro de la política energética de Brasil la producción de alcohol de caña para uso combustible que se encuentra incorporada en su Constitución. Aproximadamente dos tercios de la producción brasilera de caña se destina a la elaboración del alcohol para cubrir su déficit energético representando mas del 40 % del mercado nafta-etanol, esto posibilita mejorar su balanza comercial a través de menores importaciones de petróleo., mientras que en los EE.UU., para dar un ejemplo, solo representa un 3% de su consumo energético.
Gráfico 6- Producción anual de alcohol de Brasil y La República Argentina (Año 2006, en millones de litros)
Fuente: elaboración propia en base a diario La Gaceta, 18 marzo 2007, suplemento económico, Pág.4
Con el objeto de incrementar su producción o de crear la condiciones para ello, Brasil y el mayor productor de etanol (a partir de maíz) los EE.UU. iniciaron una serie de negociaciones que comenzaron con la creación de un Foro Internacional de Biocombustibles (La Gaceta Jueves 11 de Octubre de 2007) que también incluye a China, India, Sudáfrica y la Unión Europea. El objetivo del foro es promover esta nueva industria como recurso energético alternativo al petróleo. Estas concertaciones internacionales durarán un año e inicialmente se dividirá en dos grupos de trabajo, uno se dedicará al intercambio de información y experiencia, mientras que el otro centrará su atención en la elaboración de estándares y códigos internacionales. El trabajo que realizará el foro servirá además para sentar las bases de una conferencia internacional sobre biocombustibles que podría tener lugar en Brasil en el 2008
En susodicho país existen tres tipos de naftas existentes: la "gasolina" es una mezcla que contiene un 22% de alcohol y otras dos mezclas alcohólicas con participación de 95% de alcohol y 5% de hidrocarburos. Si además se concreta la eliminación en Brasil del metanol en las naftas por ser contaminante, se estima que la demanda de etano que lo sustituiría aumentará en 120.000 metros cúbicos. En la actualidad es el mayor productor y consumidor de etanol del mundo.
Desde los años 1980, Brasil ha desarrollado una extensa industria doméstica del etanol como combustible a partir de la producción y la refinación de la caña de azúcar, actualmente produce aproximadamente 20 mil millones de litros de etanol por año. Con inversiones que rondaron los 100 millones de dólares en el último año, en contrapartida la Republica Argentina en el año 2006 tuvo una producción de 220 millones de litros de alcohol (ver grafico 6), de los cuales150 millones de litros de alcohol aporta la provincia de Tucumán, esta enorme diferencia en la producción de alcohol de un país sobre otro, justifica la política proteccionista de la Argentina sobre la caña de azúcar.
Cuadro 1- Mayores productores Mundiales de etanol por (año2005)
Fuente: Seminario Nacional a cargo de Ing. Agr. Hilbert, jorge, La Globalización y los Desafíos Ambientales-agroenergia, INTA, 23 de noviembre de 2006.
A pesar de todo esto la desgravación de la producción de biocombustibles, sumado a las condiciones de la República Argentina como importante país productor de materias primas utilizables en esa transformación y a la experiencia mundial ya acumulada hasta el presente, hacen que podamos confiar en un desarrollo sustentable desde el punto de vista técnico, económico, ambiental y social de ésta nueva forma alternativa de fuentes energéticas.
La producción de Biocombustibles traería consigo los siguientes aspectos de ventajas:
"La creación de nuevos puestos de trabajo, el incremento de la actividad económica, la reducción de la dependencia del petróleo, proveer al desarrollo de energías alternativas y fundamentalmente el cuidado del medio ambiente".
Una potencial solución al problema energético del País, y el futuro del sector agrícola no exportador, al darle un nuevo impulso a una gran superficie de hectáreas.
Los Biocombustibles emiten casi la misma cantidad de Dióxido de Carbono que los combustibles fósiles, pero a diferencia de estos últimos, el mismo es vuelto a fijar por la masa vegetal a través del proceso de la fotosíntesis. De esta forma se produce un "ciclo de carbono", que hace que el CO2 quemado y liberado a la atmósfera, vuelva a ser fijado y el ciclo tenga como resultado un balance cero, en lo que a emisiones se refiere, no habiendo acumulación de gases, supone un ahorro de entre un 25% a un 80% de las emisiones de CO2 producidas por los combustibles derivados del petróleo. El ciclo descrito contrasta notoriamente con lo que sucede con la emisión de CO2 producido por la quema de los combustibles fósiles en el cual el carbono liberado, fijado hace miles de millones de años, es quemado y vuelto a liberar, causando la acumulación de los mismos en la atmósfera, el efecto invernadero y el calentamiento global.
El desarrollo y difusión de especies vegetales especialmente aptas para la producción de biocombustibles, que pueden implantarse en zonas donde no pueden realizarse cultivos tradicionales para la alimentación, representa una excelente oportunidad de expandir las fronteras agropecuarias en zonas que se encuentran inexploradas o de muy bajo rendimiento.
Puede argumentarse que los biocombustibles resultan económicamente más costosos que los combustibles fósiles. Esto puede ser válido en cierto sentido y sólo es lógico si se lo circunscribe al análisis sólo los costos asociados al proceso de producción, pero la ecuación puede revertirse si se tiene en cuenta los beneficios globales que proporcionan los biocombustibles. Pero, además, es fundamental preguntarse cuál es el costo que debe asignarse al barril de petróleo en el futuro, tendiendo en cuenta que es un recurso no renovable que se va agotando paulatinamente en todas partes del mundo.
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