La investigación cientifica: un proceso sustantivo en la universidad cubana actual
Enviado por Irma Borges Ponce de leon
Por la importancia del tema hemos realizado una compilación de conferencias y materiales extractados que permitan llegar a conclusiones objetivas del papel de la investigación científica en la universidad bajo una nueva óptica donde la gestión del conocimiento se adentra a la realidad ya no solo del campus universitario que la genera sino en estrecha relación con el entorno social.
Se ha afirmado por diferentes autores que el objetivo último de la Universidad es la verdad, que se conozca y que amplíe su razón con la investigación, que se transmita mediante la docencia y se haga cultura al difundirse en su entorno social. La búsqueda permanente y honrada de la verdad constituye, por tanto, el corazón de la vida académica. En consecuencia se habrá de concluir que no es posible ser profesor universitario sin estar empeñado en una actividad investigadora, del mismo modo que no es cabalmente universidad aquella que renuncia a la investigación.
Aún más, la docencia misma debe estar impregnada de una impronta investigadora. Al hacer esta afirmación no me limito a la calidad de las clases cuando las imparte un profesor que investiga y está, por tanto, comprometido con la evolución y crecimiento de la materia que explica. Me refiero también a la actitud discente de los estudiantes: no pueden limitarse a ser enseñados, sino que deben asumir el reto de liderar su propio proceso formativo, reclamando de los profesores que se les ayude a aprender.
Además, la colaboración de alumnos brillantes en tareas investigadoras tiene un efecto beneficioso para la vida universitaria: en primer lugar, porque la falta de aprioris acuñados por la experiencia hace que, en ocasiones, los estudiantes aporten ideas creativas y originales para resolver la investigación que se está realizando; en segundo lugar, porque se fomentan vocaciones universitarias que tomarán el relevo más adelante; y en tercer lugar, porque ese trato continuo, respetuoso y sincero por ambas partes es la mejor escuela de aprendizaje, ya que "es en la convivencia donde se forma la persona".
Es cierto que la contribución primordial de la Universidad al bien social son los estudiantes egresados de sus aulas, en los que la formación profesional, lo más excelente que puedan alcanzar, ha de insertarse en personalidades enterizas adornadas de virtudes; pero en su quehacer investigador la Universidad debe afrontar los temas que inciden en el bienestar social y económico de su entorno, colaborando a proponer, fruto de un estudio hondo y riguroso, una respuesta cabal a los interrogantes planteados. Con esto no se pretende coartar la libertad de cátedra, sino tan sólo manifestar que la investigación universitaria tiene que servir, y, en la medida que sea posible, estar orientada en cada momento hacia los problemas vigentes, sin descuidar la necesaria exploración en áreas que no tengan una utilidad práctica directa por su naturaleza o atemporalidad.
En el ámbito de las ciencias experimentales se trataría de potenciar la investigación translacional, que no se reduce a la cesión del "know how". El propósito es, más bien, involucrar a la otra entidad en el proceso de poner en valor el conocimiento y asegurar su desarrollo futuro. Para conseguirlo es necesario formalizar foros estables de trabajo, donde profesores universitarios y profesionales externos colaboren complementariamente.
Si importante es la investigación científico-experimental no lo es menos la que concierne a las Humanidades y Ciencias Sociales, por las repercusiones que estas disciplinas tienen en los comportamientos personales y las modas sociales. Aunque ningún tiempo pasado fue mejor, el actual es mejorable.
Es tarea urgente de la Universidad ofrecer argumentos firmes para una actuación que conduzca a un mundo más justo, digno y solidario, en definitiva, a una sociedad transida de valores genuinamente humanos.
La investigación tiene un reto acuciante: superar el individualismo y buscar formas operativas de trabajo multidisciplinar. Evidentemente esta propuesta conlleva una ruptura con la tradición secular de los modos de hacer de los grandes pensadores y juristas. Sin embargo, pienso que no hay ninguna razón para que el trabajo en equipo interdepartamental se presente como un obstáculo para la creatividad propia de un intelectual: es más no abordar con esa metodología el estudio de los temas que atenazan a la humanidad conduce a achicar el horizonte y perder oportunidades de fortalecer el discurso intelectual al no contar con los logros científicos concomitantes de otras disciplinas.
La importancia de la investigación universitaria es un estímulo para que el profesor, cualquiera que sea su área de conocimiento, se dedique a esa tarea con esfuerzo y generosidad sin pactar con un conformismo mediocre. Y en ese cometido es preciso poner en ejercicio la honradez intelectual, virtud cuyo presupuesto es la aceptación de la autonomía de la verdad: esa verdad que, al estar por encima de la persona humana, ha de ser aprehendida con un talante respetuoso y abierto hacia la realidad en todas sus dimensiones.
Para abordar la temática debemos partir, sin teorizar demasiado lograr un correcto nexo entre Conocimiento-Práctica-Ciencia, que como se conoce de cursos anteriores de historia de la filosofía o de Ciencia y Sociedad, como Gestión del Conocimiento que se corresponde con un enfoqué elemental, para este auditorio, de la Epistemología, conocida como la rama del conocimiento que estudia sus procesos involucrados en le ciencia.
La educación científica, y por qué no , la enseñanza científica, de la cual hizo referencia como arista de su vida el Maestro José Martí ,recordemos su cita..," Que la enseñanza científica vaya, como la savia en los árboles , de la raíz al tope de la educación pública. Que la enseñanza elemental sea elementalmente científica; que en vez de la historia de Josué, se enseñe la formación de la tierra ", es una herencia que se transmite a través de la propia actividad científica que nutre un sistema de producción intelectual (aquí un nuevo término muy de nuestras profesiones SISTEMA ) que debe estar al alcance de todos. La Ciencia, se ha dicho es un hecho histórico que implica un proceso intencional y sistemático de producción de conocimientos o saberes, pero es importante destacar que la Ciencia es también un "producto", el resultado de la actividad científica. La investigación debe ser capaz de producir un conocimiento nuevo respecto a un área o un fenómeno, sistematizándolo en relación con lo que ya se sabe de él.
La Investigación Científica es una actividad humana con propósitos esencialmente cognoscitivos, pudiendo variar desde la obtención propia del conocimiento hasta la solución del problema. Es un tipo de investigación sistemática, controlada, empírica y crítica de proposiciones hipotéticas sobre las presuntas relaciones entre fenómenos naturales y sociales que tienen como objetivo ampliar los conocimientos científicos y desarrollar nuevas teorías.
Ninguna investigación surge aisladamente, es necesario estar informado de lo que se ha hecho en el terreno en que se pretende investigar, lo cual nos permite conformar un marco teórico de calidad.
Siguiendo el razonamiento expuesto deseamos intercambiar con la frase cualquiera que sea la corriente filosófica y metodológica que el investigador adopte se puede concretar que será válido siempre en la investigación, determinados niveles de la Gestión del Conocimiento , tener en cuenta las creencias, actitudes ,acciones, valores y conocimientos ( en la amplia definición de la palabra) y están dirigidos en cualquier ciencia, por un cuerpo conceptual y categorial. Lograr la aspiración de un correcto resultado, que sea convenientemente socializado y aplicado en la práctica, es preciso contar entonces con una adecuada integración en la ciencia, a través de la utilización de redes de colaboración, diseños de interfaces, utilización de expertos, información y "capital ".
Los precursores del materialismo dialéctico e histórico nos plantean que la ciencia es el sistema de conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento acumulados en el curso de la Historia, desde lo más rudimentario hasta lo actual. Trata de descubrir las leyes objetivas de los fenómenos y de hallar la explicación de ellos. Tal definición sin dudas es completa y refleja una actitud ante la realidad, por lo que no se aparta de una visión totalizadora de la interpretación de los fenómenos y procesos que nos rodean y a los cuales se entrelazan con el capital intelectual del cual hablamos anteriormente, la ciencia es una síntesis de la obra creadora del hombre en su labor (trabajo) transformador de todo lo que nos rodea.
La situación problemática del conocimiento involucra a la teoría del conocimiento, la cual se define de manera resumida como, la comprensión inteligible de la realidad, que el sujeto humano adquiere mediante su confrontación con la realidad.
El conocimiento no existe en la cabeza del hombre desde el comienzo, sino que se adquiere en el transcurso de su vida, es resultado de su actividad práctica. El proceso de enriquecimiento del hombre con nuevos conocimientos es lo que se denomina cognición. Con ello no se desconocen los valores ocultos que aun encierra el cerebro humano y donde hasta hoy es reconocido el conocimiento tácito que cada persona es capaz de desarrollar y marcar campos interesantes de su personalidad, (dígase nivel de intelecto, destrezas, habilidades, etc,).
El conocimiento es construido tanto por factores internos como externos (véase lo que presentamos del capital intelectual). La sociedad del siglo XXI y la futura, se estructura bajo un nuevo paradigma, desde el conocimiento y la información y se convierten en los principales motores de desarrollo, producto a la incidencia directa de los adelantos tecnológicos, el valor (como recurso estratégico) del conocimiento, las características de las empresas, cuya fundamentación actual se le denomina"la organización que aprende", y los retos de la vida espiritual y material. Ante estas realidades la respuesta es que la universalización del conocimiento es una quimera para la mayor parte de los países, sumidos en el subdesarrollo.
En la bibliografía actual se manejan clasificaciones didácticas del conocimiento por ejemplo veamos que el conocimiento puede ser sensible, cuando se perciben los objetos del mundo con la ayuda de los órganos de los sentidos que nos ofrecen una imagen limitada de los objetos, las cosas, fenómenos y procesos, pero no descubre la naturaleza interna de ellos, su esencia y las leyes del desarrollo, como categorías principales de la cual el marxismo atiende, con un enfoque integral, las sensaciones, percepciones y la representación o idea que este tipo de conocimiento condiciona ,es en primera instancia elemental, pero perfila un posible desarrollo ulterior. El conocimiento Lógico-abstracto constituye una etapa cualitativamente nueva y superior del conocimiento , su función es describir las propiedades y rasgos fundamentales de los objetos , fenómenos o procesos .En este nivel se conocen las leyes del desarrollo de la realidad objetiva, se imponen los conceptos, juicios y razonamientos, nos encontramos con teorías más acabadas.
Además tenemos el conocimiento ordinario (empírico-espontaneo) y el científico (mediante el método científico, conocido este, como el conjunto de reglas, recomendaciones referentes al curso mismo del conocimiento científico). Este último puede ser eficaz sólo en la medida en que refleje adecuadamente las características propias de los objetos a los cuales se desee aplicar. Con el bagaje teórico se pueden formular el problema, las hipótesis, someter las mismas a la contrastación y declarar las soluciones posibles del problema, en fin se está ante la objetividad de una investigación científica.
¿Qué funciones cumple la investigación en la universidad?
Esta función sustantiva en los CES intenta llamar la atención sobre la necesidad de organizar los procesos de investigación universitaria (IU, en adelante), al tiempo que se proponen ciertas ideas para el análisis de esa necesidad y algunas soluciones hipotéticas basadas en el concepto de Líneas de investigación".
Esta agenda ha estado concebida dentro de la intención ulterior de diseñar aplicaciones prácticas en el área de la formación de investigadores, entendida bajo la necesidad de "Masificar la Investigación". Así como una vez se entendió la necesidad de masificar la alfabetización, esperamos que pronto se entienda también la necesidad de promover las competencias investigativas en todos los niveles, ya desde los primeros años de la Escuela . Esta aspiración resulta fácil de entender si se considera que muy pronto el conocimiento científico y tecnológico se convertirá en la más cara de las mercancías, de modo que las sociedades que no lo produzcan internamente acrecentarán sus niveles de dependencia con respecto a aquéllas que sí lo hagan.
El problema central de la Investigación Universitaria. (IU)
La falta de consenso acerca de qué cosas debíamos considerar investigación y qué cosas no; los desacuerdos alrededor de las vías más eficientes para investigar; la falta de un mínimo lenguaje común para referirnos a los aspectos y componentes de la investigación, etc. Son los más significativos .Ya para ese tiempo estaban sobre el tapete las polémicas acerca de los "paradigmas", con el agravante de que para entonces el postgrados carecían de seminarios de Epistemología, y de algún modo el asunto epistemológico escondía el problema que recientemente nos ha estado ocupando.
Los hechos que estaban más a la vista eran las frustraciones y conflictos en las defensas de tesis y en las evaluaciones de los proyectos de investigación, de modo que esos hechos tan impactantes en el plano cotidiano, más nuestra eterna ignorancia, nos hicieron cometer el error de creer que el problema de la IU era sólo de tipo metodológico y epistemológico. Ahora estamos cada vez más conscientes de que el asunto metodológico y epistemológico es más bien pequeño en comparación con el asunto organizacional.
Este problema se manifiesta en la desarticulación de la IU en distintos sentidos y a varios niveles. De otro modo, el mismo problema puede sintetizarse diciendo que la IU es un hecho totalmente individualizado.
Los datos esenciales que llevan a describir la IU como un hecho individual son los siguientes: el investigador selecciona su tema particular, formula su propio problema de estudio, elabora su plan de trabajo, lo canaliza a través de ciertos mecanismos administrativos, lo ejecuta y, finalmente, consigna los resultados en un paper publicable. Podemos decir que la máxima aspiración de un investigador o el destino final de un trabajo de investigación están en la publicación del reporte en una revista indexada. Nada más.
Es obvia la desarticulación de la IU a esos tres niveles: desarticulada con respecto a otras investigaciones posiblemente contiguas, desarticulada con respecto a la propia universidad y desarticulada con respecto a las áreas de demanda social de conocimientos y tecnologías. Examinemos más de cerca esos tres niveles de desconexión.
No articulación con respecto a otras investigaciones
Tal como muestran algunos estudios empíricos realizados, cada vez que nos hallamos frente a un inventario de las investigaciones producidas en una universidad durante un cierto lapso, resulta prácticamente imposible definir algún parentesco programático entre dos o más de los trabajos de investigación allí reseñados. Es como si cada trabajo constituyera un mundo aparte, totalmente independiente de los demás trabajos de investigación.
Claro, los parentescos y las sintonías pueden detectarse en relación con programas de investigación ubicados en algún sector de la comunidad académica mundial (a veces bastante alejada), pero no en el seno de la misión institucional ni de la filosofía organizacional de la propia universidad. Por ejemplo, algunas investigaciones han estado dirigidas o inspiradas por algún académico o grupo de prestigio ubicado en una universidad del exterior, con lo cual quedaría definida la adscripción de esa investigación a una agenda colectiva. Pero, aparte el hecho de que el trabajo no se vincula a los demás trabajos locales, puede ocurrir que su aporte concreto a la agenda mundial tenga un carácter meramente servil, subordinado, acrítico y, a veces, insignificante.
Recientemente se ha hablado bastante acerca de Líneas de Investigación y de Agendas de trabajo, pero en realidad tales conceptos suelen entenderse como agrupaciones temáticas, más no programáticas. Tal como puede verse en muchos documentos institucionales, la formulación de líneas y de agendas de investigación no pasa de ser un inventario por temas, muchas veces en correspondencia con las tradicionales áreas curriculares de la docencia: gerencia, sociología, educación, etc. Visto de ese modo, los trabajos individuales de investigación continúan desvinculados entre sí, aun cuando se adscriban a un mismo inventario temático.
No parece que sea ése el sentido más adecuado del concepto de "agenda". Más allá de una simple colección temática o inventario de trabajos, se trata más bien de un sistema de intenciones y logros a diferentes niveles de abarque y a distintos plazos de tiempo, en virtud del cual los esfuerzos individuales van complementándose entre sí a lo largo de una secuencia y, por tanto, muestran una marcada interdependencia programática.
No articulación con respecto a la propia universidad
En general, las universidades no definen sus propias preferencias investigativas, sus temáticas o sus áreas problemáticas de interés. Carecen de orientaciones hacia las necesidades de producción de conocimientos y tecnologías, por lo cual los investigadores se ven obligados a hacerlo de modo individual. Bien podría decirse que nuestras universidades no investigan sobre áreas específicas, sino que, a lo sumo, es su personal académico quien lo hace y siempre, como se dijo antes, por iniciativa personal.
El hecho de que existan académicos con el cargo de investigadores y con la responsabilidad de investigar no significa por sí mismo que la universidad investigue a través de ellos o que lo haga mediante mecanismos de delegación. Ninguna empresa con un mínimo de sensatez contrataría a un personal de investigación para que éste decida a su libre juicio los problemas y los proyectos de investigación, con total independencia de lo que la empresa requiere que se investigue. En todos esos casos de empresas no universitarias que crean departamentos de investigación, primero se definen necesidades de búsqueda, debidamente priorizadas, y luego se contrata al personal de investigación, con competencias y destrezas correlativas, para que resuelva los problemas previamente definidos. Lo contrario no parece una idea muy rentable, así que nuestras universidades se comportan, en ese sentido, como una suerte de mecenas del siglo XXI (con la diferencia desfavorable de que los antiguos mecenas al menos ganaban con el intercambio y venta de las obras de arte y además sabían lo que hacían sus artistas).
Son las mismas universidades las que institucionalmente declaran su interés en la investigación y la necesidad de reforzar esa actividad, pero, curiosamente, no comienzan por definir sus intereses específicos. Mientras sólo se declare la necesidad de investigar, sin salir de ese marco de generalidades, pareciera que la insistencia es en investigar por investigar, con lo cual resulta dudosa la sinceridad de las declaraciones o, al menos, la profundidad en que se conciben los alcances reales de los procesos de investigación.
Quizás todo ello se explique por la tradicional orientación profesionalizante de nuestras universidades y por su arraigada tendencia a una docencia transmisiva y escolarizada. En efecto, nuestras universidades no han logrado fusionar la docencia con la investigación ni, una vez hundidas en esa disyunción, tampoco pueden ocultar su preferencia por la primera de esas dos funciones. Es por eso por lo que para nuestros académicos resulta casi un cambio de personalidad el cumplir con la investigación y el cumplir con la docencia. Las tareas de un tipo deben interrumpirse cuando se abordan las tareas del otro tipo y viceversa, casi como un obstáculo.
La desproporcionada inclinación hacia un cierto tipo de docencia ha sido incluso la responsable de que muchas de las actividades investigativas hayan sido absorbidas por el currículo. El ejemplo más impresionante es el de los Trabajos de Grado, los cuales son vistos como demostración de competencias curriculares, adscritas a un perfil de egreso, y no como posibles aportes a las agendas de investigación de la universidad.
Los Trabajos de Grado son controlados por el departamento y por las cátedras de metodología, sin que los centros ni las líneas de investigación tengan ingerencia alguna. Se pretende que los estudiantes aprendan a investigar en las aulas de las clases de metodología (frente a profesores que, salvo honrosas excepciones, no tienen experiencia en investigación) y no al lado de investigadores veteranos, en los mismos centros de investigación.
El hecho es que, con toda esa concepción curricular de los Trabajos de Grado, se desperdicia un ingente potencial humano para los compromisos de las agendas de IU. Cada semestre miles y miles de Tesis son desperdiciadas inútilmente en nuestras universidades, no sólo porque no son reconocidas como investigaciones sino, sobre todo, porque el esfuerzo de formular un problema relevante, de hacer un plan de trabajo y de ejecutarlo es desaprovechado por las líneas de investigación a favor de sus propios programas. Es lastimoso ver cómo, al mismo tiempo, nuestros estudiantes andan de un lado a otro, de un profesor a otro, tras alguna información que les permita identificar un buen problema de tesis y tras algún asesor que los ayude. En este sentido, la IU aparece desligada del curriculum y de la universidad, la cual por su parte privilegia al primero.
No articulación con respecto al entorno social
La evidencia de la desvinculación de la IU con la sociedad puede obtenerse si nos preguntamos adónde van a parar los productos investigativos. Antes dijimos que el mejor destino final posible para la IU eran las revistas indexadas, con lo cual tenemos que la IU se halla ligada a las comunidades científicas, pero no a los entornos universitarios. Además de eso, consideremos la necesidad que tienen los núcleos de tomas de decisión en la sociedad en el sentido de minimizar riesgos fundamentando sus decisiones en conocimientos confiables y en tecnologías eficientes: muy raras veces las decisiones de nuestros gerentes en el nivel macro y meso-social requieren de la IU. Exceptuando algunos casos de la investigación en ciencias materiales (petróleo, materiales, salud, etc.), la gran mayoría de las decisiones se toman mediante consulta con profesionales del área, pero no mediante la IU. Ésta podría, por ejemplo, apoyar casi todos los procesos de adiestramiento empresarial, de consultoría y asesoría gerencial o de comunicación social, por sólo citar algunos. Sin embargo, esos sectores de demanda potencial no suelen acudir a la IU ni ésta, por su parte, suele plantear ofertas.
Pero ¿quién realiza el trabajo de detectar cuáles de esas áreas problemáticas resultan prioritarias o al menos significativas para el entorno social? Ciertamente, no es la universidad. El investigador podrá, en el mejor de los casos, hacerse algunas conjeturas acerca del grado de pertinencia y relevancia de las demandas sociales, pero en todo caso no son conjeturas sistemáticamente fundadas en un trabajo previo de análisis del entorno. En realidad, el investigador no inicia su acción en un análisis de las áreas de demanda y consumo de conocimiento científico-tecnológico, sino más bien en la formulación de su problema y sus objetivos de trabajo, sin contar con un mecanismo institucional que le advierta de las necesidades o demandas de investigación, debidamente priorizadas.
En realidad, la desvinculación de la IU de las áreas de demanda de conocimientos y tecnologías ubicadas en el entorno social no sólo es observable , sino que también se deduce de la individualidad que caracteriza la IU y de la falta de interés de las universidades en definir sus propios intereses particulares de investigación.
El que la IU sea hasta ahora un hecho individualizado, en el que cada quien investiga según sus propios intereses y según su libre iniciativa, nos lleva al concepto de organización de la investigación.
Esta idea de organización se basa en dos premisas importantes:
1- Los procesos de investigación se definen sustantivamente, entre otras cosas, por su carácter de "socialización", igual que el arte o la lengua (en los que nada es "mío" sino de "todos nosotros"), es decir, se definen por su compromiso con los demás.
Estas líneas suelen tener su origen en torno a un académico interesado en alguna temática, el cual no sólo promueve ante los grupos de estudiantes las diferentes ramificaciones y posibilidades de desarrollo de dicha temática, sino que además racionaliza sus tutorías de investigación en torno a esas posibilidades, diseñando ofertas de trabajo y concentrando sus esfuerzos en coordinar la búsqueda progresiva en torno a los problemas previstos en el área. Así, casi como los procesos de generación espontánea, van naciendo y consolidándose esos grupos. Claro, se trata de iniciativas personales con respecto a las cuales la institución a menudo se comporta indiferentemente. Pero, en todo caso, nos podría revelar cómo los procesos de investigación se orientan, por su propia naturaleza, hacia las gestiones grupales y los objetivos programáticos. Adicionalmente, este caso ejemplar también podría revelarnos que los grupos de investigación no nacen por decreto, de modo que todo rediseño organizacional de la IU debería comenzar no por resoluciones de los diferentes consejos de la universidad, sino por un trabajo de convencimiento e inducción realizado desde la base profesoral y estudiantil, mientras paralelamente la universidad facilite los mecanismos de reorganización.
2- Complementariedad y secuencia: las posibilidades de articular entre sí dos o más trabajos individuales de investigación se fundamentan en dos relaciones estructurales: la complementariedad y la secuencia.
En virtud de la relación de complementariedad, dos o más trabajos individuales se articulan entre sí por el hecho de que, sumados todos en un mismo momento, vienen a constituir un solo trabajo compacto en un nivel superior de análisis. Evidentemente, esta relación de complementariedad supone diferentes niveles jerárquicos de generalidad (inclusiones sucesivas).
Aplicando estas dos relaciones al caso de la IU, vemos que, precisamente, lo que define su situación actual es, hablando en general, la imposibilidad de definir alguna de estas dos relaciones sobre el conjunto de los trabajos de investigación producidos dentro de una universidad. Y, a la inversa, si las universidades replantearan su actividad investigativa sobre la base de estas dos relaciones, ya la IU dejaría de ser un hecho individualizado.
Por supuesto, no se trata simplemente de una implantación de relaciones estructurales para conseguir una articulación. Hay implícito todo un complejo de factores organizacionales que deberían irse aclarando poco a poco, desde cambios actitudinales hasta funciones administrativas, pasando por problemas de clima y cultura organizacionales.
Partiendo de esas dos premisas pasaremos ahora a revisar algunas opciones de solución.
La secuencia integral de los procesos de investigación
Considerando que el proceso de investigación no es sólo una cuestión metodológica, asumiremos que su trayectoria comienza en las necesidades del entorno y termina allí mismo.
Para esta trayectoria de los procesos de investigación se proponen cinco elementos, como se explica a continuación:
– El Sector Social: se refiere al entorno institucional, visto a diferentes planos de cobertura, desde el plano inmediato más cercano, pasando por los planos regional y nacional, hasta el plano continental y mundial. El supuesto es que en ese sector existen áreas que demandan y consumen conocimientos y tecnologías (aunque hasta ahora la demanda y el consumo no estén orientados en relación con las universidades, sino con otras fuentes, especialmente profesionales e industriales y, muchas veces, del exterior). Y, dado que la producción de conocimientos y tecnologías es precisamente el objeto particular de los procesos de investigación, la IU debería vincularse estrechamente a esas áreas.
– La Sistematización de Demandas: la institución y los gestores de investigación de la IU deberían analizar el Sector Social, identificar las necesidades de conocimientos y tecnologías a diferentes plazos y desde diferentes perspectivas y deberían jerarquizar esas necesidades en términos de prioridades, de magnitud de la demanda, de posibilidades de abordaje, etc. De ese modo la universidad podría especializarse en ciertas sub-áreas, en atención a su propia filosofía organizacional, a sus políticas y a sus propias disponibilidades.
– Diseño de Redes de Problemas de Investigación: las necesidades sistematizadas en la fase anterior constituyen el insumo para formular "redes de problemas". Una red de problemas es un diseño de naturaleza lógica y convencional (además, hipotética, en el sentido de que se construye por intentos y acercamientos sucesivos, probándose y reajustándose) en que se formulan de modo interrelacionado los problemas de investigación atendiendo a los criterios de complementariedad (inclusión a distintos niveles) y secuencia, tal como se explicó arriba.
Por una parte, la red define distintas jerarquías de dimensión de los problemas de investigación, desde el "macro-problema" hasta los "micro-problemas", ubicados en las aristas terminales de la estructura (véase nuevamente el y correspondientes a los trabajos individuales de investigación, asignables cada uno a un investigador. Los puntos ubicados más arriba de las aristas terminales corresponden cada uno a una investigación semi-grupal, de modo que el punto superior, el vértice de la estructura arbórea, representa toda la investigación grupal. Dado que cada trabajo de investigación suele generar nuevos problemas, las redes tienden a crecer por alguna de sus aristas, generando una red más extensa o nuevas redes derivadas, en caso de que se decida establecer cortes en la red matriz. También pueden crecer subordinando el vértice a otra estructura arbórea más amplia. En este sentido las redes son conceptualmente dinámicas.
Por otra parte, la red define relaciones de anterioridad y posterioridad entre las investigaciones (o de antecedencia y consecuencia), lo cual obliga a concebir secuencias, por tanto, obliga también a definir plazos de gestión. Las relaciones tanto de complementariedad (o de inclusión sucesiva) como de secuencia son las que permiten formular "Programas" y "Sub-Programas" de investigación, es decir, "agendas" de trabajo tanto en un nivel vertical (complementariedad) como en un nivel horizontal (secuencia).
– Ejecución Gestionada y Programática de Investigaciones: las "Agendas" o "Programas" de investigación definen el progreso de los trabajos de investigación de una Línea en relación con los tiempos previstos para cada objetivo, con las fases internas y externas de cada trabajo, con los recursos que van siendo utilizados y con las competencias y funciones dentro de la Línea. En una palabra, el "Programa" remite a los compromisos de la ejecución a través del tiempo. Es de suponer que un Programa bien controlado genere los sistemas de conocimientos y tecnologías requeridos por las áreas de demanda y definidos antes en la sistematización de las necesidades y en la red de problemas.
– Difusión y Colocación de Investigaciones (mercadeo de la investigación): este elemento se refiere al destino de los productos investigativos, que ya no serían solamente las bibliotecas o las revistas académicas, sino los usuarios ubicados en el sector social. Implica el conocimiento de los perfiles de usuarios y sus preferencias en relación con los tipos de conocimientos y tecnologías que pueden ofrecerse. La noción de "mercadeo", junto a sus conceptos y técnicas, hasta ahora aplicada sólo a productos comerciales, podría ayudar a comprender y a planificar mejor este elemento.
Zaldivar Salazar, M. Conferencia impartida en el ISCED Huambo,Angola.2015, 15 p
Revista EXAME acontecer económico de Angola. Octubre 2014
Curso pre-evento Universidad 2014 la investigación científica en las universidades. La habana .Cuba. 25p
Autor:
MsC Irma Borges Ponce de Leon
Compilación
Profesora Asistente de la FCM Holguín .Cuba