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La pobreza (página 2)

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4. La Demografía De La Pobreza En América Latina

Notas Sobre La Pobreza Y La Agenda Social En la actualidad, cuando la aplicación de medidas de política económica que afectan en el corto plazo el nivel de vida de las mayorías y que en horizontes cronológicos más amplios, llegarían a deprimir aún más sus condiciones de existencia por las características de la estructura y dinámica de la población en América Latina, se hace necesario reflexionar sobre la relación entre población y desarrollo en una etapa en la que todo gira alrededor de la búsqueda del crecimiento por la vía del ajuste estructural. La historia de la sociedad en este siglo puede ser caracterizada por una globalización en que las redes de intercambio económico adquieren nuevas dimensiones, esto es, que más allá de las transferencias físicas de bienes materiales, los flujos de capital son la parte más dinámica de los sistemas y la tecnología de comunicación a distancia hace innecesario el movimiento real del capital financiero. Esta etapa de los negocios virtuales constituye también la etapa de mayores dificultades económicas para los países de la región desde la gran depresión de los años 30. Para los países latinoamericanos los términos de intercambio se deterioraron por dos situaciones: a) la caída de los precios en los productos de exportación por la contracción de la demanda y la substitución por productos con elevado contenido tecnológico y b) el incremento en el precio de los energéticos. Este aumento de los precios, particularmente el petróleo en el caso de la mayoría de los países productores no fue suficiente para equilibrar los términos del intercambio. Las tasas de interés se incrementaron considerablemente con el consecuente crecimiento del pago de los servicios de la deuda y el financiamiento externo se redujo abruptamente en la medida en que el capital externo se movilizó hacia espacios financieros que garantizaran las mayores tasas de ganancia y esto en gran medida a través de la especulación. Es importante conocer las dimensiones de la pobreza, sin embargo, su cuantificación ha sido objeto de innumerables discusiones que, de acuerdo con el método utilizado para hacer esta medición, han servido para fundamentar las críticas al modelo económico que genera cada vez más pobres o por el contrario, para justificar su viabilidad al tratar de mostrar que los pobres no son tantos como la inestabilidad política producto de la manifestación de sus demandas hace evidente. Por otra parte, la medición de la pobreza sirve en la actualidad para identificar no sólo quiénes son pobres, sino específicamente quienes se encuentran en pobreza extrema, con el objetivo de atender algunas de sus necesidades mediante programas focales. Los datos más recientes provenientes de encuestas especializadas permiten estimar que a mediados de la década de los años 90, cerca del 40 por ciento de los hogares latinoamericanos se encontraba en situación de pobreza y si este porcentaje corresponde al conjunto de hogares, el porcentaje correspondiente a la población total debe ser mayor, en virtud de que los hogares más pobres tienen mayor número de miembros. La existencia de menores de la calle es el resultado de un problema ligado de manera indisoluble a la pobreza pero además a la marginación. Los niños de la calle son los hijos de los pobres y marginados. Por lo tanto, prestar atención sólo a la pobreza sin reconocer los procesos de exclusión limita los alcances de las acciones que pretendan enfrentar problemas como el de este grupo social. Según estimaciones recientes en la región de América Latina y el Caribe, de 165 millones de pobres 58 millones tienen menos de 15 años y más concretamente, el sesenta por ciento de todos los niños de la región son pobres. Es en este contingente poblacional en donde se ubican los marginados y del cual surgen los niños de la calle. En este marco general se insertan los procesos demográficos que en la región latinoamericana se caracterizan por una incorporación reciente a la tercera etapa de la transición demográfica en la cual junto con la disminución de la mortalidad se observan reducciones importantes en el nivel de fecundidad que se concretan en el hecho de que las mujeres en edad fértil tienen en promedio cada vez menos hijos, mientras la esperanza de vida, es decir, la sobrevivencia se incrementa. En el caso de los incrementos en la esperanza de vida, las posibilidades de llegar a vivir hasta los setenta años en una sociedad que no está preparada para enfrentar las necesidades de la población más vieja y en la cual la seguridad social sigue el camino de la privatización definen un escenario de carencias que se inician desde la niñez. Los hogares en que residen los niños pobres tienen como principal activo su fuerza de trabajo por lo que la respuesta a una disminución de su ingreso es la participación de un mayor número de miembros del hogar al trabajo. Entre los hogares en condiciones extremas de pobreza además del trabajo del padre y la madre, la movilización de recursos incluye a los hijos desde pequeños. Cuando los hogares más pobres dependen del trabajo infantil es imposible pensar que los niños tendrán la posibilidad de estudiar. Las presiones económicas y la carencia de alternativas que también tienen que ver con las condiciones particulares de cada hogar, en términos de las relaciones entre los individuos y el número de éstos, termina por lanzar a la calle a algunos de sus miembros.

Aumenta La Pobreza En Argentina El 45% de los chicos argentinos es pobre. Son 4.500.000 chicos de 0 a 14 años. En sus hogares ingresa en promedio $355 por mes. Y estas familias tienen 5 miembros en promedio, por lo que cada uno dispone de $2,20 diarios. Cuatro millones y medio de chicos argentinos menores de 14 años viven en los hogares más pobres, según el informe del Gobierno Nacional. Esto implica que, la pobreza golpea con mayor fuerza en los niños, lo que constituye un factor reproductor de la propia pobreza y es condicionante del desarrollo del país. Y si se incluyera a la población rural, el impacto de la pobreza sobre los niños podría ser mayor aún, debido a que en las zonas rurales hay una gran proporción de viviendas con necesidades básicas insatisfechas y un alto número de personas que viven en condiciones de pobreza estructural. Según UNICEF, la pobreza determina menores posibilidades de supervivencia para el nacimiento y los primeros días del niño. "La probabilidad que tiene un niño pobre de morir antes de cumplir un año es cuatro veces mayor que la de un pobre". Las carencias de nutrición, los mayores riesgos ambientales y sanitarios por las condiciones de vivienda condicionan el desarrollo educativo y laboral de esos niños (hay una relación directa entre pobreza y educación). La niñez parece ocupar proporcionalmente un espacio de mayores privaciones que el promedio de la sociedad. Y que esa condición de pobreza entre los niños marca un alerta sobre la potencialidad del desarrollo humano en nuestro país. El artículo 2 de la Convención sobre los Derechos de los Niños afirma que los derechos deben ser respetados independientemente de su raza, religión, sexo o idioma. Nos debe alertar la sociedad que no le da derechos iguales de oportunidades y de opción a los niños. La falta de opciones y oportunidades de los niños pobres frente a otros que son ricos condicionan a aquéllos a tener que trabajar en edad temprana, a tener que abandonar la escuela, de modo que sus oportunidades para el futuro también se van estrechando. De lo que se trata, entonces es de asegurar la igualdad de oportunidades. Los programas de asistencia a niños pobres son sumamente importantes, pero más lo son las políticas que se dirigen a terminar con las causas fundamentales de esa pobreza.

Advertencia De La Iglesia Por El Crecimiento De La Pobreza El presidente de Cáritas, monseñor Rafael Rey, trazó un crudo diagnóstico de la situación social en base a diversos indicadores propios y de organismos nacionales e internacionales, tales como los índices de desnutrición y mortalidad infantil. Monseñor Rey, un severo crítico del modelo económico, mencionó un reciente dato del Banco Mundial que revela que 13,4 millones de argentinos están bajo la línea de pobreza. También mencionó que en el conurbano bonaerense el 21% de los chicos entre 2 y 6 años está dentro de los parámetros de desnutrición. Y señaló que sólo en el Gran Buenos Aires hay más de 100.000 adolescentes que no estudian ni trabajan. Además subrayó que el 85% de los jubilados cobra haberes que no cubren el costo de una canasta mínima de subsistencia para dos personas. Pero hubo más. El presidente de Cáritas añadió que todo este cuadro se completa con los desocupados, los subempleados y los obreros mal renumerados como consecuencia de los fríos cálculos económicos. Y destacó que ello contrasta con la ostentación de la riqueza de otros sectores, mientras otros-pasan-hambre.

Informe exclusivo del banco mundial Existen 13,4 millones de pobres en argentina En el máximo secreto, el Banco Mundial guarda los resultados de la primera evaluación de la pobreza a nivel nacional, que planea difundir recién después de las elecciones. Hay 3,2 millones de indigentes en el país. El nuevo estudio sobre pobreza del BM ya no abarca sólo el área metropolitana sino todo el país. "El 36,1 por ciento de los argentinos no puede comprar una canasta básica de bienes y servicios". Con la máxima reserva, el Banco Mundial realizó por primera vez una estimación de la pobreza en Argentina a nivel nacional, para mejorar así los cálculos oficiales, que sólo contemplan el área metropolitana de Capital y Gran Buenos Aires. Los datos son impresionantes: más del 36 por ciento de la población, 13,4 millones de personas, se encuentra bajo la línea de pobreza. En tanto que el 8,6 por ciento, 3,2 millones de personas, viven en la indigencia. En las regiones del noroeste, nordeste y Cuyo la pobreza supera al 50 por ciento de la población y la indigencia roza el 20 por ciento. Para salvar la imagen de Menem en sus últimos meses de gobierno y no influir en la campaña electoral, el estudio se efectuó con la condición de ser difundido después de las elecciones de octubre. No son los datos de una consultora privada, ni de ninguna fundación vinculada a la oposición. El Banco Mundial encaró el segundo estudio de la década sobre la pobreza en Argentina ("Argentina Poverty Assessments"). El primero había relevado la situación hasta 1993. La segunda evaluación, aún inédita, provee un exhaustivo diagnóstico a 1998. También incluye una innovación mayor respecto de las estadísticas que publica el Ministerio de Economía en base a las encuestas del IndEC: por primera vez, efectúa una medición de la pobreza en todo el país. "Uno de los más serios problemas con la actual medición de la pobreza es que sólo está disponible para el área metropolitana" de Capital y Gran Buenos Aires, explica el estudio del Banco Mundial. La nueva medición, de carácter nacional, fue elaborada con información provista por organismos oficiales. Y es más exacta que la existente hasta hoy, ya que contempla los cambios de los últimos años en las pautas de consumo de los argentinos. Su título es "Poverty and Income Distribution in Argentina, Patterns and Changes", lleva la firma del economista Haeduck Lee, miembro del equipo que trabaja en el tema, y está fechado el 23 de marzo de 1999. Los resultados para 1997/98 son los siguientes:

  • El 36,1 por ciento de los argentinos no alcanza a comprar a fin de mes una canasta básica de bienes y servicios, la llamada línea de pobreza. Ello significa que 13.357.000 argentinos son hoy pobres por ingresos. Esta canasta está valuada en alrededor de 140 pesos mensuales por persona adulta del hogar.
  • El 8,6 por ciento de la población vive en la indigencia. Así, diariamente, 3.180.000 argentinos no logran siquiera alimentarse con una dieta mínima en calorías.
  1. De cada 100 personas que habitan en la región nordeste del país 57 no llegan a comprar una canasta elemental de bienes y servicios. En el noroeste, la pobreza alcanza al 55,9 por ciento. En Cuyo al 47,7 por ciento. En Capital y Gran Buenos Aires al 29,3 por ciento. Y en la Patagonia al 29,8 por ciento.
  • En la región del nordeste del país, casi 19 de cada 100 personas viven en la indigencia. En el noroeste, el 17,6 por ciento se halla en esa situación. En la región de Cuyo, el 10,7 por ciento. En el área metropolitana el 6 por ciento. Y en la Patagonia el 5,9 por ciento.
  1. En los últimos años, cada vez que se difundían datos negativos de pobreza, la primera reacción del presidente Menem era desacreditar la fuente, aunque fuera el propio IndEC. La segunda actitud era afirmar que su gobierno había logrado bajar los índices, comparando siempre con el período de la hiperinflación de Alfonsín. Sin embargo, el Menem del segundo mandato, comparado con el Menem del primero, dejará un pesado legado de pobreza para el próximo gobierno.

Lo reconoce el propio Banco Mundial, al justificar esta segunda evaluación de la situación. "Argentina emergió de una experiencia hiperinflacionaria traumática entre 1989-90, durante la cual casi la mitad de la población del área metropolitana cayó bajo la línea de pobreza", afirma. "La estabilidad lograda por el Plan de Convertibilidad produjo una significativa reducción en la pobreza. Hacia abril de 1993, la tasa de pobreza cayó al 20 por ciento en Capital y Gran Buenos Aires, y las perspectivas de que continuara la baja eran buenas". Sin embargo, "han sucedido muchas cosas desde entonces", se lamenta. Y explica: "Siguiendo la crisis del peso mexicano en 1994, la tasa de desempleo aumentó abruptamente y llegó a más del 18 por ciento en mayo del ’95. Pese a la vigorosa performance de la economía durante 1996/97, la tasa de desempleo se mantuvo por arriba del 13 por ciento y hay una percepción generalizada de que la situación de los pobres y los vulnerables no mejoraron incluso durante la breve reactivación económica". Más recientemente, deja en claro que la situación empeoró: "aunque el contagio de la crisis internacional parece haberse controlado, ha puesto un freno en la economía argentina desde 1998". De otro modo: los índices de pobreza del ’99, un año plenamente recesivo, serán aún más altos que los relevados por el Banco Mundial hasta el año pasado.

Una Medicion Innovadora El método de la línea de pobreza compara una canasta de bienes y servicios elementales (valuada en el orden de los 140 pesos por adulto del hogar) con los ingresos de las personas de menores recursos. La línea de indigencia, en tanto, se estima en base a una canasta (valuada en unos 70 pesos) que sólo contiene los alimentos necesarios para que "una persona adulta pueda desarrollar una actividad física moderada". Hasta ahora, tanto los informes oficiales, como la evaluación previa que difundió el propio Banco Mundial en 1995, "dependieron de los datos del área metropolitana (Capital y Gran Buenos Aires). La estimación de la pobreza en otras partes del país fue bosquejada en base a datos parciales. Hogar del 33 por ciento de los argentinos, el área metropolitana es la región más próspera del país. Sin embargo, la omisión de otras partes del país comprometieron seriamente la validez y resultados de los informes anteriores", explica el nuevo documento del organismo. El IndEC releva los ingresos de las personas en 27 aglomerados urbanos del interior del país. Pero la mayor dificultad para calcular la pobreza, más allá del Gran Buenos Aires, era que no se habían podido confeccionar canastas alimentarias para las principales ciudades del interior –que reflejaran las peculiaridades del consumo de esas zonas– para compararlas con los ingresos de la gente. Los técnicos del Banco Mundial aprovecharon la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares –relevada por el IndEC entre 1996 y 1997– para construir las canastas con cantidades e ítems de consumo típico en el interior del país. También aprovecharon para actualizar la canasta utilizada para medir la pobreza en el Gran Buenos Aires, que databa de 1986. Luego, compararon con los ingresos de cada región, que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares del IndEC. Encuesta De Desarrollo Social realizada por el IndEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) y el Siempro (Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales) sobre 26 mil hogares.

Las-principales-conclusiones-son: Las cloacas y el gas son las carencias más importantes de la población pobre (ver cuadro). Y le siguen de cerca los hogares con ausencias de veredas y desagües en el barrio de residencia. En tanto la lejanía del hospital público, ubicado a más de treinta cuadras de la vivienda, es la tercera privación en importancia. No obstante, existe una privación poco analizada pero muy extendida: el 28 por ciento de los hogares pobres, constituido por 3,7 millones de habitantes, sufre la profunda carencia ambiental y sanitaria de estar en las cercanías de un basural, mientras que otro 22,3 por ciento, está en zonas inundables. El 58,7 por ciento de la población pobre, unos 7.685.000 de habitantes, no poseen otra cobertura que el hospital público, en tanto el 35,6 por ciento posee obra social. Esta situación de carencia es congruente con el aumento del desempleo y la creciente informalización del mercado de trabajo, que registra un inédito nivel de empleo en negro en el universo de trabajadores y empleados pobres. La estructura de consumo y los gastos efectivos por rubro varían de acuerdo al nivel real de ingreso por hogar. Para el caso de alimentos y bebidas, el rubro de mayor gasto, el hogar pobre destina para cubrir a sus cinco miembros 6,47 pesos diarios, lo que supone que para alimentos y bebidas una familia bajo la línea de pobreza dispone de 1,29 pesos por persona y por día. Para esparcimiento y cultura, el mismo hogar destina 0,13 pesos por miembro por día, mientras que para transporte y comunicación se dispone de 1,18 pesos diarios para el conjunto familiar. Esta situación de profunda carencia produce, entre otros efectos, que el 29,1 por ciento de desempleados del Gran Buenos Aires integrantes de hogares pobres se sientan limitados en sus chances de emplearse porque, según refieren en la Encuesta Permanente de Hogares, "no les-alcanza-el-dinero-para-viajar".

CA

COBERTURA DE SALUD

Tipo de cobertura

Población

Población (%)

Con cobertura obra social

4.700.000

35.6

Con cobertura mutual o prepaga

450.000

3.4

Con obra social y prepaga

210.000

1.6

Sólo emergencia

160.000

1.2

Sin cobertura (sólo hospital público)

7.685.000

58.2

Villa de emergencia o asentamiento

Población

Carencia %

Con calles de tierra sin veredas ni desagües

4.750.000

35.9

Con vivienda precaria o muy deteriorada

1.250.000

9.3

Sin cloacas

7.500.000

56.9

Sin gas natural

6.800.000

51.3

Sin agua corriente

2.450.000

18.5

Sin alumbrado público

1.700.000

12.9

Sin electricidad

310.000

2.3

Con hospital público a más de 30 cuadras

4.100.000

31

Transporte a 10 cuadras o más

660.000

5

Teléfono público a más de 10 cuadras

1.060.000

8

Recolección de basura cada tres días o más

1.780.000

13.5

Comisaría a más de 30 cuadras

1.380.000

10.5

En área inundable

2.950.000

22.3

Cerca de un basural

3.700.000

28.3

Total bajo la línea de la pobreza

13.205.000

100

Signos De Pobreza En Buenos Aires La persistencia de ocupación de viviendas en la Ciudad de Buenos Aires es uno de los índices del empobrecimiento sufrido en los últimos años, no sólo por la Capital Federal, sino por la mayoría del país. En este sentido, si bien las políticas locales para el tratamiento del problema son imprescindibles, no permiten esperar una solución del mismo. Según las estadísticas oficiales, unas 150.000 personas viven en casas ocupadas ilegalmente. La ocupación de viviendas ocasiona un serio daño a los propietarios que, en muchos casos, pierden el uso de sus bienes por muchos años. Una parte de los ocupantes son, indudablemente, personas que eligen el camino de la sobrevivencia en base a la apropiación de lo ajeno. También se da el caso de quienes explotan ilegalmente casas que no les pertenecen cobrando alquileres a quienes viven en ellas. Pero la principal causa de ocupación de viviendas es la imposibilidad de muchas personas de procurarse una vivienda por medios legales. Por eso mismo, la ocupación de casas es parte de una serie de síntomas de empobrecimiento que se reflejan en la ciudad hacia la cual acuden personas de todo el país en busca de albergue y oportunidades de ingresos. Tal es el caso de la proliferación de puestos de venta irregulares en la vía pública y la virtual invasión de vendedores ambulantes y mendigos en medios de transporte y lugares de esparcimiento. En muchas de estas actividades también se verifica la actividad de explotadores de mayores y menores carenciados. Se forma así, un complejo panorama en el cual la necesidad se encuentra con la ilegalidad y que constituye un semillero de delito y, en ocasiones, de violencia. Son índices de retroceso que deben ser tenidos en cuenta por las políticas sociales y económicas en general.

El mayor mapa de la pobreza: En La Matanza hay más de 360 mil pobres y no mandan a sus hijos a la escuela por la inseguridad. La Matanza es un país dentro de una provincia. Las estadísticas dudosas (desde 1991 no se realiza censo) registran 1.246.836 habitantes en un territorio apretado entre la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Desde hace años se sostiene por su valor electoral. Pero ningún gobierno pudo alterar su situación precaria: el 30 por ciento de la población carece de elementos básicos para su subsistencia. Es el mayor mapa de la pobreza en la provincia de Buenos Aires. Nada de ecología: tiene un registro de 3.847 personas por kilómetro cuadrado. En sus barrios, los pibes aprenden supervivencia antes que la tabla del cuatro. También, los códigos de la violencia callejera. De allí, al delito temprano hay un paso. Todo, a pesar de las 852 escuelas que funcionan en el distrito. La mayoría tiene comedores escolares que suelen tener más demanda que las aulas. Los psicólogos buscan explicaciones para los ataques a los colegios, el lugar donde deberían estar contenidos los conflictos sociales. "Es un síntoma de desintegración social sobre el que deberíamos estar alertas", es la advertencia. Es cierto que antes existe el hogar. Pero, tampoco hay garantías. El 40 por ciento de los hombres y mujeres con capacidad laboral son desocupados o subempleados. Viven de la ayuda social, con programas oficiales de trabajos precarios o directamente abonados a los planes alimentarios. Quinientas mil personas todavía no accedieron al servicio de agua potable y 711 mil carecen de cloacas. El 10 por ciento de la población está en riesgo sanitario. Un dato: la mortalidad infantil es del 22 por mil. Un indicador que no se mueve desde hace una década. Demasiada carga para algunos jóvenes. Algunos deciden que no es posible. Y destruyen. La mayoría todavía resiste. Con mucho esfuerzo todavía creen en otro país, distinto al que les tocó vivir hasta ahora.

Los Costos De La Pobreza Infantil Un costado doloroso y alarmante de la situación social que vive nuestro país es el aumento de la pobreza en niños y jóvenes, puesto que en ellos está cifrada, en definitiva, toda esperanza de un futuro mejor. El diagnóstico trazado sobre datos del INDEC, el Banco Mundial y la ONG "Salvemos a los chicos" muestra un empeoramiento significativo de los índices de pobreza entre los menores de 18 años y un aumento de la misma en la infancia a medida que las condiciones de vida se hacen más duras. También se pronuncia esta tendencia en las regiones del país más afectadas por la depresión económica o la falta de cobertura pública asistencial. En la Argentina, según este informe, más de la mitad de los menores son pobres y casi la mitad de los pobres, que son alrededor de un 36% de la población, es menor de edad. Esto significa que hay más de 6 millones de menores pobres, que viven en 1,7 millón de hogares sin ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas. La falta de ingresos se complementa con otros datos igualmente impactantes, como las condiciones de hacinamiento crítico, viviendas precarias y sin baños, en la mayoría de los casos. Todos estos niños y jóvenes deben comenzar a moverse precozmente en la vida adulta y se ven empujados a abandonar los estudios, o deben afrontarlos con desventajas que retrasan o frustran el proceso de aprendizaje y su inserción educativa. Al mismo tiempo, en su mayoría hijos de desocupados o subocupados, ellos salen a buscar algún empleo probablemente de baja calificación y mal remunerado, con lo que inician así de manera temprana una cadena de crecientes dificultades que terminará afectando de manera irreversible sus capacidades y potencialidades. Este círculo vicioso de la pobreza se continúa con otros problemas que suceden sin previsión: paternidad o maternidad tempranas, mayores conflictos familiares, desatención sanitaria, anulación progresiva de las perspectivas de cambio. Luego, naturalmente, se está en las puertas de sus consecuencias sociales, un incremento de las estrategias de supervivencia en los sectores más vulnerables y un ahondamiento de las fracturas internas entre sectores más y menos protegidos. No es sencillo medir cuánto le cuesta y le costará al país semejante hipoteca sobre su futuro. Porque resulta claro que, aun logrando mejorar el rumbo de nuestra economía y alentando perspectivas de reactivación, ella tendrá bases muy endebles sin un rescate de esta franja de nuestra población joven sometida, desde el vamos, a desigualdades tan manifiestas.

Un Tercio De Las Personas Mayores De 60 Años No Tienen Jubilacion Casi un tercio de los ancianos argentinos no posee jubilación ni pensión, según reveló un informe oficial sobre la situación de la Tercera Edad elaborado por el Ministerio de Desarrollo Social. En términos estadísticos representa el 13,3 por ciento del total de la población. El trabajo realizado por el ministerio de Desarrollo social analiza tanto las condiciones socioeconómicas de las personas mayores de 60 años como la tendencia en relación con la evolución del sistema previsional y los problemas relacionados con la salud y hasta sus vínculos afectivos, entre otros puntos. Entre algunos de los datos más significativos, se destaca que pese a los estereotipos y prejuicios relacionados con la tercera edad, la mayoría de las personas mayores "están en buenas condiciones físicas y psíquicas". Uno de los aspectos más preocupante que se desprende del informe revela que los ancianos pobres son menos pobres que los adultos y los jóvenes. Esta tendencia que se remarca con la prolongada baja de aportes patronales de la actual población económicamente activa, podría derivar en que, en el futuro, los problemas de cobertura sean muy serios. El informe fue elaborado sobre la base de los datos estadísticos recabados por la Encuesta Permanente de Hogares y la Encuesta de Desarrollo Social, además de otros estudios oficiales. De ese grupo, además hay casi 500.000 mayores de 70 años que tampoco cuentan con cobertura previsional alguna, de las cuales, la gran mayoría son mujeres.

5. Conclusión

Como pude ver la pobreza afecta cada vez con más fuerza a la población mundial, especialmente a los países subdesarrollados, aunque los de mayor poderío económico también la sufren. Los habitantes de los países que viven en la pobreza tienen una mayor probabilidad de contraer enfermedades tales como el SIDA, desnutrición, malaria, etc. Debido a la una mala asistencia medica y educación. En la Argentina también existe la pobreza y aumenta día a día con una rapidez notable. Debido a la gran desocupación, entre otros factores, constantemente crece el numero de familias que viven sin satisfacer sus necesidades básicas. Estas son en su gran mayoría numerosas por, entre otros motivos, la falta de información que poseen; al no poder subsistir ya desde muy chicos los hijos se dedican a recolectar dinero, comida, o cualquier otra cosa que les sea útil. De esta manera se les hace muy difícil poder terminar los estudios y por lo general los abandonan. Entonces cuando van en busca de algún trabajo saludable se les hace muy difícil, casi imposible conseguirlo. Otros que viven bajo la pobreza en la Argentina son muchas de las personas mayores, que no poseen jubilación. Pero muchos de los que tienen jubilación también son "pobres" porque la jubilación es escasa y no les alcanza para satisfacer sus necesidades.

Conclusión Final Muchas de las personas que viven en la pobreza son discriminadas. No tienen los derechos que se bebieran merecer por su sola condición de ser humano. Las personas con bajos recursos económicos son marginadas y muchas no viven en las condiciones que toda persona se merece. Como por ejemplo: derecho a un trabajo digno, una buena educación, buena asistencia médica, a una vivienda y a muchos otros. Hay muchas personas que ni siquiera tienen una vivienda, algo indispensable, y tienen que vivir a la intemperie, en plazas, estaciones ferroviarias. Otras en cambio tienen la oportunidad de tener una casa pero cuando buscan algún trabajo digno son rechazados por vivir en alguna villa. Aunque parezca mentira en algunos de los países africanos todavía existe la comercialización de esclavos, en su gran mayoría niños, que son separados de sus padres (que ya no pueden mantenerlos) ofreciéndoles un mejor futuro, pero en realidad los someten a todo tipo de trabajos, pagándole, muchas veces, solo con un plato de comida. Estos chicos no tienen ningún tipo de derecho y al que se llegue a resistir lo matan.

6. Bibliografía

  1. Martha de Gallo, Gabriela de Klein – filosofía – A-Z editora
  1. Revista Nuestra
  1. Enciclopedia Temática Visor
  1. Diarios: Clarín, El Diario, UNO

 

 

 

 

Autor:

Juan Ignacio Pontis

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