La prevención de las transgresiones de la ley. Un reto actual para Cuba
Enviado por Yaniuska Pose Rosello
Introducción
Uno de los desafíos actuales de la Criminología es dar respuestas a las interrogantes planteadas en referencia a la criminalidad en los tiempos que corren con el actual orden mundial configurado por un proceso de globalización neoliberal que se traduce en pobreza y exclusión social de enormes sectores de la población mundial.
Para enfrentar esa situación hay que concebir la prevención del delito desde un ángulo sistémico, integral, educativo y proactivo; la necesidad de evitar todo tipo de discriminación y considerar la comunidad como el principal escenario para desarrollar la actividad cohesionadora y activamente constructiva.
Según el concepto de Desarrollo Humano, empleado en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una de las dimensiones del desarrollo es precisamente el desarrollo de la gente, para la gente y por la gente. En correspondencia con esta concepción el diseño e introducción en las estrategias nacionales de desarrollo, de un componente preventivo que articule la participación ciudadana, es una perspectiva de creciente reconocimiento ante tendencias observables a escala internacional: crecimiento y rejuvenecimiento de la delincuencia, conjuntamente con el incremento de su peligrosidad y del sentimiento de inseguridad.
No obstante, el llamado de la Organización de las Naciones Unidas dirigido a los gobiernos para que incrementen sus inversiones en materia de prevención y dispongan de una política de prevención a largo plazo, capaz de garantizar logros a corto plazo, no siempre se ha traducido en acciones nacionales concretas.
Estrategias nacionales e internacionales que promuevan un desarrollo sostenible con base en la erradicación de la desigualdad y exclusión social, la pobreza, la discriminación racial, la xenofobia, el desempleo y, en la extensión del acceso de las mayorías a la educación, la salud, la cultura, vivienda y seguridad social, constituirían un sólido cimiento para la paulatina disminución del flagelo de la delincuencia: trata de personas, tráfico de emigrantes, de armas de fuego y de drogas, corrupción, delitos relacionados con la informática, la xenofobia y el terrorismo de Estado.
Palabras Claves: prevención, transgresiones, ley.
Desarrollo
El tratamiento del tema de la prevención del delito por la Criminología, debe hacerse con un enfoque integrador de diversos saberes sobre una realidad social compleja que requiere para su transformación de la voluntad y las acciones de todos.
Prevenir el delito significa actuar, transformar, cambiar, socializar, en fin globalizar solidaridad, justicia, igualdad, educación, salud, empleo, dignidad y desarrollo y, lograrlo reclama de los profesionales una activa y responsable posición ante la realidad social, económica y política de sus respectivos países.
Actuar anticipadamente a que el problema se produzca, evolucione y cristalice implica:
1) Presumir el surgimiento y/o evolución futura de determinados problemas sociales a partir del reconocimiento de señales presentes, con base en las construcciones teóricas erigidas sobre los fenómenos sociales;
2) Atender al escenario o contexto social, económico y político en que estos se producen.
Ante el concepto de prevención y su clasificación existen diversas posiciones en dependencia no sólo de la ciencia social desde la cual se construye, sino también en correspondencia con los presupuestos teórico metodológicos que asumen los autores.
Desde la Sociología, el Trabajo Social, la Psicología Social y la Pedagogía por ejemplo, se trabaja con la categoría prevención social para abarcar un amplio conjunto de problemas sociales incluido el delito. Es en el campo de la Criminología donde se puede encontrar una mayor producción científica y difusión del tema específico de la prevención del delito, al constituir ambas categorías –prevención y delito/delincuencia- objeto de estudio de esta disciplina.
Sin embargo, la ineludible relación existente entre las categorías prevención social y prevención del delito se expresa, de algún modo, en las conceptualizaciones de unos y otros profesionales.
Desde el enfoque de la sociología y el trabajo social las búsquedas bibliográficas apuntan a la conformación del concepto de prevención social como un proceso construido conscientemente desde la política social, cuyo desarrollo comporta el compromiso de accionar transformadoramente sobre la realidad social.
Como actividad social regida por la política social y criminal del Estado en función de proteger los valores e intereses fundamentales de la sociedad, el término, desde nuestro punto de vista, cobra significado como una función social de toda intervención comunitaria, se trate de la esfera de la educación, la salud, la cultura o la criminalidad, y su contenido lo determinarán los problemas concretos a identificar y revertir en -por y con- cada comunidad en particular.
En esta línea, hay algunos autores (2000) que definen la prevención social comunitaria como "Un proceso sociocultural y educativo dirigido a garantizar la reproducción efectiva de relaciones sociales estables y armónicas, la reducción de la vulnerabilidad social y la evitación de problemas sociales criminógenos a partir de la organización, preparación y participación de la propia comunidad en la transformación de su realidad teniendo en cuenta sus recursos y potencialidades."[1]
Tal concepción de esta categoría supone:
Un enfoque multidisciplinario, integral y sistémico de la prevención.
La consideración de varias instancias.
El carácter predominantemente educativo y sociocultural de las acciones.
La formación de valores como una clave del éxito del trabajo preventivo.
La conjugación de los intereses más generales de la sociedad con los específicos de determinados grupos sociales, enfocando a la comunidad como un todo a la vez que focaliza las acciones preventivas en los sectores poblacionales más vulnerables.
La concepción de la comunidad como parte de un sistema social mayor –la sociedad- con el cual se interrelaciona e interactúa.
La búsqueda de consensos representativos que legitimen las normas sociales establecidas.
Analizando la categoría prevención desde un ángulo sociológico la Dra. Campoalegre (1998) la definió como un tipo de actividad social enfocada sistémicamente; una institución social reguladora del sistema de relaciones sociales; una función social orientada a contribuir con la organicidad y viabilidad del sistema; y un proceso ideológico de formación, conservación y promoción de valores socialmente aceptados.
Por otra parte, todas las definiciones coinciden en suponer que la prevención del delito constituye una acción anticipada para evitar '"algo", aunque las posiciones difieren al determinar qué se pretende evitar: ¿El comportamiento criminal, la victimización, las oportunidades para delinquir o las causas que generan la delincuencia?
Hay quienes postulan que no hacer nada constituye la mejor manera de prevenir la delincuencia, pues cualquier medida que se adopte aumentará la tasa de delitos; otros incluso, desconocen la legitimidad de la prevención argumentando para ello la posible violación, por algunas medidas de este corte, de derechos ciudadanos.
El proceso de conceptualización por tanto, también depende de la posición axiológica que asuma el autor ante los fenómenos sociales que generalmente anteceden la comisión de delitos.
En el Décimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente celebrado en Viena en el año 2000, en el documento de trabajo preparado por la Secretaría para discutir el Tema 5 del Programa Provisional "Prevención eficaz del delito: adaptación a las nuevas situaciones", se definió el concepto de prevención de la delincuencia destacando los elementos siguientes:
Se refiere a estrategias e iniciativas que no recurren a sanciones oficiales de justicia penal y procuran promover la seguridad individual y la seguridad material;
Debe abarcar todas las formas del delito, la violencia, la victimizacíón e inseguridad y tener en cuenta la internacionalización del delito;
Puede enfocarse en los delincuentes potenciales, las víctimas potenciales y las situaciones.
El papel directivo de los Gobiernos en el reconocimiento de la prevención como componente esencial del desarrollo social;
El carácter multisectorial que debe caracterizar las estrategias de prevención del delito, incluyendo a la comunidad en todas las fases de la planificación y aplicación de dichos programas;
La necesidad de que las estrategias ataquen el problema de la delincuencia en sus raíces a través de políticas de índole social, económica, educativa y de salud;
La promoción de un diagnóstico riguroso, un plan de acción, una estrategia de aplicación y una evaluación de su eficacia.
Clasificaciones de la Prevención
Prevención criminológica general y Prevención criminológica especial. A la primera se le atribuye un carácter indirecto al abarcar las directrices de la sociedad en materia de difusión de la educación y la cultura, para elevar el bienestar material y espiritual de las personas; y la segunda abarcaría la actividad de aquellos organismos que enfrentan directamente la actividad delictiva, como son los tribunales, la fiscalía, y la policía .
La prevención criminológica en Cuba.
El impacto que tuvo el 1ro. de enero en todas las esferas de la sociedad sentó las pautas de la practica preventiva comunitaria cubana, paradigma expresado en la instrumentación práctica, inmediatamente después del Triunfo, del programa trazado en "La Historia me absolverá".
Hoy en Cuba la prevención social descansa en los logros y ventajas socioeconómicas, políticas e ideológicas del proyecto social cubano, y en los principios y valores que lo sustentan.
La década de los años 60, se caracterizó por ser un período de intensas transformaciones en todos los órdenes. Se desarrollaron importantes programas con la amplia y masiva participación de la población. En el campo de la educación se desarrolló la Campaña de Alfabetización (1961); se estableció la enseñanza gratuita, se realizaron campañas de vacunación y de higienización. Tuvo además un proceso de integración de diversas organizaciones, principalmente los CDR y la FMC y se adoptó la ley 459 del 59 llamada de la mendicidad (…) y se construyeron nuevos asentamientos rurales.
Las tareas de atención social fueron asumidas inicialmente por el Ministerio de Bienestar Social, creado en Febrero de 1959, y más tarde por el Departamento de Servicio Social del Partido, hasta que en 1967 que se crearon las primeras Comisiones de Prevención y Atención Social dirigidas por la Secretaría de Trabajo Social del Partido.
En la década del 70 tuvo lugar el proceso de institucionalización del país y el deslinde de las tareas partidistas de las de gobierno. Se desarrolló a su vez un proceso de reorganización del sistema judicial. Se crean los Órganos del Poder Popular, cuyos antecedentes remiten al Poder Local, que ayudaron a desarrollar líderes locales; se organizó la atención primaria de salud. Como parte de un proceso de descentralización del poder se instauró una nueva división político administrativa y de seis provincias, el país quedó dividido en catorce con un municipio especial, lo cual le aportó inmediatez y agilidad a las acciones gubernamentales. En esta etapa se produjeron nuevos cambios estructurales y organizativos en el sistema de prevención ya que la actividad de prevención fue asumida por el poder popular.
Por otra parte fue promulgado un importante cuerpo jurídico regulador de instituciones que incidían directamente en la prevención, tales como la Constitución de república, el Código de la Familia y el Código de la Niñez y la Juventud.
En los años 80 se inicia un proceso de rectificación de errores y tendencias negativas que repercute en toda la sociedad y que conllevó al retorno del protagonismo de las masas populares, a la revitalización del movimiento de micro brigadas con la creación de contingentes de constructores.
Se aprobó el Decreto Ley 95 del 86. Este cuerpo jurídico organiza estructural y funcionalmente nuestro sistema de prevención creando las Comisiones de Prevención y atención social en el ámbito nacional, provincial y municipal; comisiones que se encuentran integradas por diversos sujetos preventivos, que de no funcionar sistémicamente limitarían la eficacia y la eficiencia del alcance del trabajo que realizan.
Como direcciones fundamentales de trabajo establece la prevención de conductas antisociales en menores, jóvenes, adultos y familias que lo ameriten.
El Decreto ley 95 de 1986 marcó un escalón superior en el desarrollo de la prevención social al crear una estructura específicamente dedicada al diseño de una política de prevención y atención social, en la cual quedaban involucrados todos los órganos y organismos del Estado y de la sociedad en general.
Desde el momento de su promulgación se concibió la participación de la población como un factor clave; la necesidad de promover investigaciones científicas en función del trabajo preventivo y reeducativo; y la importancia de la divulgación de la política de prevención social.
Finalmente consideramos que la esencia humanista del proyecto social cubano, la evolución de la economía cubana con signos sostenidos de recuperación, la existencia de oportunidades para la preparación, superación y desarrollo del potencial humano que interviene en la labor preventiva, conjuntamente con la participación de la población en todo proceso de transformación de su entorno social son algunos de los elementos claves que posibilitarán la continuidad del trabajo social preventivo cubano.
La atención de la delincuencia juvenil constituye otra de las prioridades, reconociéndose que los niveles de violencia en los jóvenes se han incrementado a escala internacional.
Haciendo énfasis en el trabajo comunitario de las instituciones se emprendieron acciones de animación cultural (Casas de cultura, Centro de cultura comunitaria); se crean por la FMC las Casas de atención a la mujer; en la capital del país se organizan (1988) los primeros Talleres de Transformación Integral Barrial, enclavados en determinados barrios de la estimulando la integración armónica de los ambientes natural, construido y social, que con un estilo diferente de trabajo exploran nuevas formas de promoción de la participación social.
Conclusiones
La política social y criminal del Estado cubano y el sistema de prevención se desarrollan en la actualidad bajo el impacto de múltiples cambios operados a escala internacional, que trascendiendo las fronteras nacionales repercuten en determinada medida en todos los Estados.
Cuba ha reaccionado a ello con la adopción de una serie de medidas que han propiciado la reactivación económica del país y han provocado también cambios a nivel macro social, comunitario y familiar.
En la estructura y dinámica de la delincuencia también se han operado cambios. Por ejemplo, las implicaciones para Cuba del narcotráfico internacional son más graves: incremento de los recalos, de los tipos de drogas introducidos en el país y de la utilización de Cuba como trampolín para introducir la droga en terceros países.
El tráfico ilegal de personas; el terrorismo y el aumento de la peligrosidad de delitos como el robo con fuerza en viviendas habitadas y el uso de armas son otros ejemplos de estos cambios.
El asedio al turista extranjero por niños, la prostitución en ambos sexos, el incremento del uso indebido de drogas y la indisciplina social son fenómenos vinculados con el rejuvenecimiento de la delincuencia que conforman el escenario comunitario actual en materia de prevención, en determinados territorios.
Todos estos cambios requieren ser tenidos en cuenta al diseñar una acción, programa, estrategia o intervención comunitaria pues obviamente repercutirán en la actividad preventiva, pues la prevención como categoría en remodelación , va a estar grandemente influenciada por los cambios y transformaciones que ocurran en la sociedad y por los sujetos que la lleven a cabo. Tal escenario requiere de los sujetos preventivos mayor preparación teórica, metodológica y práctica; un estilo de trabajo renovado; asumir la comunidad como un importante sujeto del cambio y la transformación; y explorar nuevas vías de promoción de la participación comunitaria.
En la actualidad son diversos los programas de trabajo social o comunitario que se desarrollan rectorados por el Estado, por Ministerios como el de Educación o el de Salud Pública, o por la Unión de Jóvenes Comunistas: Programa de Educación Comunitaria "Para la vida", Programa "Educa a tu hijo", Programa de Atención Integral Preventiva a menores en situación de desventaja social, Programa Audiovisual, Programa de Computación, Programas de Formación de Trabajadores Sociales y de Instructores de Arte, Programa "Curso de superación integral para jóvenes", Programa de divulgación y consejería orientado a la prevención del uso indebido de drogas y otros muchos.
El camino teórico pero sobre todo práctico, recorrido en Cuba en materia de prevención y atención social avala la existencia de un paradigma cubano de prevención en permanente renovación y fortalecimiento.
Bibliografía
1- Directrices para la prevención de la delincuencia urbana.
2- Declaración de Viena sobre la delincuencia y la justicia: frente a los retos del siglo XXI.
3- Convención de los Derechos del Niño.
4- Constitución de la República de Cuba del 24 de febrero de 1976.
5- Ley 1289 o Código de Familia
6- Código de la Niñez y la Juventud de 1978.
7- Ley No.62, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en su sesión del día 29 de Diciembre de 1987.
8- Decreto Ley 64 de 1982.
Acuerdo del 18 de junio de 1998 Consejo de Estado
9- Resolución Ministerial Conjunta MINED-MINSAP de enero de 1997.
10- Prevención y Atención social. Decreto Ley 95 de 1986.
Autor:
Yaniuska Pose Roselló.
Profesora de la Universidad Vladimir I. Lenin.
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