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¿Qué son las drogas? (página 2)


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3. Problemas que ocasionan las drogas

Los factores relacionados con la génesis del consumo de drogas se han agrupado en tres categorías: factores personales, influencias micro sociales o interpersonales, e influencias ambientales globales.

Factores personales

Se ha considerado la existencia de una serie de rasgos de personalidad que hacen más vulnerable a los sujetos para iniciarse y llegar al consumo abusivo de las sustancias psicoactivas. Características tales como: inconformismo social, baja motivación para el rendimiento académico, independencia, rebeldía, tendencia a la búsqueda de sensaciones nuevas e intensas, tolerancia a la desviación, tendencias antisociales tempranas (agresividad, delincuencia,…). No existiendo una "personalidad" propia del drogodependiente, en general sí se afirma que individuos con problemas de socialización, con un bajo umbral para la frustración, el fracaso y el dolor, que buscan la satisfacción inmediata, que carecen de habilidades comportamentales para enfrentarse a los problemas de la vida y a las demandas de la sociedad, es decir, con un retraso en su desarrollo personal (sujetos con bajo nivel de autocontrol, baja autoestima, baja autoconfianza), son personas claramente identificables como de "alto riesgo". Jóvenes con retraimiento social, con déficit en habilidades sociales – personas denominadas tímidas, con dificultad para el contacto social – pueden recurrir por ejemplo al alcohol u otras drogas para desinhibir su conducta en una reunión social, siendo el primer paso a una dependencia. Del mismo modo, jóvenes muy influenciables son más vulnerables cuando las personas significativas que les rodean consumen alcohol u otras drogas, al actuar la imitación o elementos de integración en el grupo. El distrés emocional causado por una auto imagen negativa o una baja autoestima, la depresión, el aislamiento social han sido propuestos como variables potencialmente asociadas con el consumo de drogas.

Factores del entorno próximo (micro sociales)

Cada joven tiene un entorno interpersonal y social que es único y comprende a sus padres, hermanos, compañeros y otros adultos importantes para su vida y desarrollo. En el contexto familiar se pueden dar circunstancias y ciertos factores que favorezcan el acercamiento de los jóvenes al consumo de drogas. El joven está continuamente expuesto a modelos que presentan una conducta adictiva. El consumo por los padres y profesores de drogas legales: tabaco, alcohol y fármacos es motivo de observación por los hijos o alumnos; por imitación se adopta la tendencia a consumir drogas, aprendiéndose a que éstas son consideradas una solución siempre que surge algún tipo de problema. Los intereses y las expectativas de los compañeros contribuyen en gran medida a determinar que una persona ensaye o no una droga causante de dependencia. La mayoría de jóvenes consumidores de drogas, las obtienen de personas de su edad y no de adultos. El deseo de integrarse en el grupo y de tener intercambio social dentro de él puede dar por resultado que se inicie y se mantenga el uso de drogas si algunos miembros influyentes de ese grupo son consumidores intermitentes o habituales.

La falta de comunicación real entre padres e hijos hace que éstos se distancien poco a poco del entorno familiar, al no encontrar allí respuesta a sus problemas. La falta de dedicación de los padres a la educación de los hijos o el deficiente control por un excesivo liberalismo en la educación, son, sin duda, factores generales relacionados con la educación que devienen en una inadecuada formación de los jóvenes. Otras pautas incorrectas de educación son: actitudes de sobreprotección o actitudes rígidas. Estos factores desencadenantes suponen que se produzca falta de diálogo en la familia, manteniéndose en muchos casos actitudes ambiguas frente a las drogas, que se produzcan diversos tipos de carencias afectivas y un clima que no favorece el crecimiento personal, con falta de independencia y de capacidad para afrontar situaciones problemáticas.

Son muchas las investigaciones que han llegado a establecer una relación clara entre consumo de droga en adolescentes y bajo rendimiento académico, alto grado de absentismo, abandono escolar, bajos índices de actividades extraescolares y escasas aspiraciones educativas. Una escuela que no responda a las necesidades educativas de sus alumnos está contribuyendo en cierta forma al consumo de drogas, al no ofrecer a éstos recursos para afrontar los problemas de la sociedad actual, entre los que las drogas ocupan uno de los principales lugares. La escuela genera muchas veces trabas al desarrollo personal y social del joven, sin poner a disposición de la misma oportunidad para la resolución de sus problemas. La rigidez de las estructuras escolares y su no adecuación a las necesidades individuales causan en los adolescentes con problemas el rechazo de la escuela y de sus contenidos. Dado el contexto de competitividad en que se enmarca la escuela, el joven vive el fracaso en ella como la primera experiencia de fracaso social; ésta genera en él un proceso de ruptura y distanciamiento con el mundo de los adultos. La falta de alternativas en el tiempo de ocio de los jóvenes se traduce en grandes dificultades para éstos de no verse abocados en el tiempo libre a bares, pubs o discotecas. El agravamiento de una situación personal es bastante común en los antecedentes históricos del comienzo al consumo en los jóvenes. Las situaciones personales de alto riesgo: embarazos en adolescentes, pérdida del trabajo, etc., se consideran como causa de inicio del consumo de drogas.

Factores ambientales globales

Asistimos a una creciente medicalización de los problemas humanos. La medicación, "la pastilla", constituye la solución mágica de todo tipo de problemas. Se genera así un hábito farmacológico con uso abusivo del medicamento. Los niños están acostumbrados a observar cómo sus padres acuden al fármaco como solución a cualquier desajuste personal; siendo sencillo generalizar el culto del fármaco al uso de las drogas. El drogodependiente es siempre víctima de una situación social determinada. Los seres humanos a través de su comportamiento buscan la adaptación a su medio. En la adolescencia se facilita la conducta de probar. Es en la adolescencia, durante el proceso de socialización y cuando el control de la conducta de los sujetos deja gradualmente de estar en manos de los padres para ir adquiriendo un cierto grado de autocontrol, el momento genérico de máximo riesgo. Así pues, prevenir la drogodependencia supone incidir de forma directa sobre los fenómenos de toda índole (personales, influencias micro sociales o interpersonales e influencias ambientales globales) que facilitan, en ciertos sujetos, el desarrollo de pautas disfuncionales de consumo de sustancias psicoactivas.

4. Drogas ante la sociedad

La drogadicción es un grave problema social. El adolescente, su familia, amistades y la comunidad donde se desarrolla este son los principales perjudicados por esta actividad.

El que cerca de 200 mil drogadictos mueran al año en el mundo indica el preocupante aumento en el número de personas que ingieren drogas ocasionalmente o que ya son adictos y que están fuertemente influidas o relacionadas con el aumento de la violencia social y la comisión de delitos.

Existen muchos ejemplos para hacer evidente el peligro social que representan las drogas, y que permiten afirmar con absoluta certeza que, por un lado la sociedad esta jugando un papel protagónico en la influencia sobre los adolescentes, y por el otro que es la misma sociedad quien con su apatía discrimina, corroe y humilla a los adolescentes que necesitan de su apoyo y limitan en sus capacidades para desarrollarse íntegramente.

En las teorías de la ecología social, que interpretan la ciudad como un marco ecológico en el que la lucha por el espacio acarrea conflictos sociales y un cierto nivel de desorganización social, el consumo de drogas se inserta en aquellas zonas urbanas donde la desorganización social es predominante y tiene la característica de una conducta aprendida. Robert Merton (1938/1965), a partir de su clásica definición de la anomia, genera un cambio sustancial en la consideración de la desviación. En su planteo, la conducta desviada es la respuesta "normal" a ciertas presiones sociales y no como aparecía en épocas anteriores, debida a la irrupción de impulsos biológicos o de instintos mal reprimidos por socialización deficiente. Para ello señala dos elementos constitutivos fundamentales: a) la estructura cultural; b) la estructura social.

En la estructura cultural pueden distinguirse las metas o aspiraciones, socialmente institucionalizadas, que respetan un ordenamiento basado en prioridades; y los medios, que establecen las formas legítimas para conseguir las metas. Sintetizando su pensamiento, Merton explica que "mi hipótesis central es que la conducta anómala puede considerase desde el punto de vista sociológico como síntoma de disociación entre las aspiraciones culturalmente prescritas y los caminos socialmente estructurales para llegar a dichas aspiraciones".

El consumo de drogas sería para la teoría mertoniana, ejemplo típico de las teorías de alcance medio, por una parte una respuesta normal a determinadas presiones sociales y por la otra, una respuesta de tipo adaptativa frente a metas-éxito culturalmente definidas y medios institucionales insuficientes para alcanzarlos. Esta conducta tendría entonces la característica, sea por renuncia o por retraimiento, ante las presiones y exigencias sociales.

En definitiva, los desviados de esta categoría "configuran una cultura, un modo de vida organizado alrededor de la droga que legitima su status". La crítica básica que se puede hacer a estas teorías es que no todos los usuarios de drogas responden al modelo explicativo.

Uno de los temas más urticantes al fin del siglo es el de las drogas y la consideración judicial, tanto del tema como de los adictos a ellas.

Desde el flagelo a la lacra social, una amplia gama de palabras sirven también para vehiculizar valores, apreciaciones y concepciones, se han utilizado para condenar, sancionar, absolver, predicar, denostar, tanto a las substancias como a sus consumidores.

Asimismo, es válido preguntarse qué ha sucedido en esos procesos, en los cuales la búsqueda del escape reemplaza a otras búsquedas y acompaña nuevas pérdidas. Superada la discusión sobre los agentes socializadores y reconocidos la importancia de los medios masivos de comunicación social, sobre todo la televisión, pareciera que uno puede preguntarse cual es el mensaje a internalizar.

Descreimiento, quiebra de los sistemas familiares tradicionales, engaños, muertes, asesinatos, tortura, inutilidad de las vías usualmente reconocidas de movilidad social e incapacidad de protección de los derechos ciudadanos, ocupan en forma excluyente la mayor parte de las horas/promedio diarias que los niños y jóvenes pasan frente al televisor. Generalmente comparten con sus connacionales y el resto del mundo el mismo producto enlatado que, si refleja algún sistema cultural, seguramente no es el propio.

La sociedad española de estas décadas parte de unos hábitos de consumo de tabaco y alcohol culturalmente aceptados que forman parte del ritual de las relaciones entre las personas y son bastante admitidos en el ámbito familiar.

Paulatinamente se van incorporando nuevas drogas entre grupos más amplios de la población y es desde 1965 cuando se comienzan a observar hábitos de consumo de cannabis y sus derivados, así como alucinógenos y estimulantes como las anfetaminas y posteriormente la cocaína.

Ante estos nuevos consumos, la tolerancia social comienza a desaparecer y se produce una primera alarma, porque se perciben como una nueva forma de contestación.

Además suceden tres factores que incrementan esta alarma:

• Una crisis cultural, ya que los nuevos consumos parecen estar revestidos con una etiqueta de modernidad.

• La sociedad española percibe en crecimiento del problema de las drogas y se sorprende de las nuevas drogas y formas de consumo, adoptando una visión catastrofista del fenómeno.

• La aparición, a finales de los 60, de la heroína, una sustancia con unos efectos diferentes a los conocidos hasta ese momento, con una vía de consumo parenteral y que se extiende de forma alarmante en los ambientes más pobres y marginados de la sociedad española.

Por estos motivos se produce una importante alarma social y una gran confusión sobre las actuaciones de elección para abordar la situación de los los consumos de drogas en la sociedad española.

5. Consecuencias que traen las drogas

  • Físicos: fatiga, quejas continúas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y una tos persistente.
  • Emocionales: cambios en la personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad, comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio, depresión y una falta general de interés.
  • Familia: el comenzar argumentos, desobedecer las reglas, el retraerse o dejar de comunicarse con la familia.
  • Escuela: interés decreciente, actitud negativa, faltas al deber, calificaciones bajas, ausencias frecuentes y problemas de disciplina.
  • Problemas Sociales: amigos nuevos a quienes no les interesan las actividades normales de la casa y de la escuela, problemas con la ley y el cambio hacia estilos poco convencionales en el vestir y en la música.

Al finalizar el trabajo podemos concluir lo siguiente:

  • Que las drogas son sustancias que al ser introducidas en el organismo vivo, puede modificar una o más de las funciones de éste, alteran el estado psíquico y a veces físico, que se caracteriza por cambiar el comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible a tomar la droga en forma continuada o periódica.
  • Las características del fármaco dependencia muestran grandes diferencias de un tipo de droga a otra.
  • Los principales tipos de drogas son los siguientes: Alcohol, Anfetaminas, Drogas de diseño, Barbitúricos, Drogas del tipo Cannabis, Cocaína, Alucinógenos, Opiáceos, Tabaco y cafeína.
  • Los problemas que ocasionan las drogas, están relacionados con factores que se han agrupado en tres categorías: factores personales, influencias micro sociales o interpersonales, e influencias ambientales globales.
  • Se observó que la drogadicción es un grave problema social. El adolescente, su familia, amistades y la comunidad donde se desarrolla este son los principales perjudicados por esta actividad.

6. Drogas y su tratamiento

Se hace difícil detectar entre los estudiantes a aquéllos que por alguna u otra razón consumen algún tipo de sustancia psicoativa. Sin embargo, existen algunos indicios que podemos tomar en cuenta para identificarlos denominados: "Señales de alarma", para posteriormente y en caso necesario, darles el tratamiento adecuado.-

1) INDICIO DE DROGAS: posesión de pipas, papel especial para enrollar cigarros, restos de plantas en los bolsillos, morrales, portafolios, etc.

2) IDENTIFICACION CON LA CULTURA DE LA DROGA: lemas alusivos a las drogas en la ropa hasta tatuajes en diferentes partes del cuerpo, agresividad, deterioro físico, incoherencia al hablar, movimientos anormales al caminar, olvidos frecuentes, descuido en el vestir y otros.

3) APROVECHAMIENTO ESCOLAR: descenso en las calificaciones, más ostensible en aquéllos que tenían buen aprovechamiento, retardos frecuentes y por último, ausencias sin razón.

4) CONDUCTA: estudiantes que no aceptan ninguna responsabilidad en su quehacer diario, hostilidad injustificada, poca autoestima, posesión de grandes cantidades de dinero sin poder informar satisfactoriamente su procedencia.

5) TRATAMIENTO: en primer lugar, se hace necesario que el estudiante reconozca que necesita ayuda para rehabilitarse; debe asistir a una institución especializada y de preferencia ser acompañado por sus familiares con la finalidad de que éstos también reciban una orientación adecuada sobre el caso. VALORES

A) Estos toman su lugar cuando el individuo acepta lo que "debería ser" y no a lo "que es".

B) Al tener valores, nos resistimos a la presión de otros y evitamos, por otra parte, el sentimiento de culpabilidad y frustración.

C) Los valores tienen su propia clasificación: —sistémica: son los valores que se derivan de reglas y normas sociales (bueno, malo, verdad, mentira, etc.). Extrínseca: cuando se le da un valor definido y útil a un objeto, como es la escuela, por ejemplo, cuyo valor radica en que es precisamente en ese lugar en donde vamos a aprender. Intrínseca: en esta clasificación se ve involucrada el carácter afectivo del individuo, ya que habla sobre "mi amigo", "mi hermano", "mi familia", etc.

7. Bibliografía

Enciclopedia Microsoft

www.google.com

 

Henderson Walter Huamani Román

2007

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