El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto otorga la opción de canalizar asistencia de los países industrializados a las naciones en desarrollo, para facilitarles un desarrollo menos contaminante y evitar emisiones.
En Venezuela las tres últimas evaluaciones de la situación de los bosques del mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ratifica que, entre 1980 y 1995, los bosques venezolanos fueron destruidos a una tasa de 500,000 hectáreas por año, una hectárea cada minuto. La mayor proporción se debe a la conversión de bosques a tierras de cultivo y potreros. Según la FAO, la tasa de deforestación en Venezuela desde 1980 hasta 1995 (1.1%) fue equivalente al doble de la ejecutada en Brasil, y tres veces superior a la del Perú. Una de las consecuencias es la escasez de agua que hoy afecta a una buena parte de la población venezolana.
Las altas tasas de deforestación implican que Venezuela es también uno de los países con mayores emisiones de gas carbónico por habitante de América Latina. En 1995 Venezuela emitía aproximadamente 240 millones de toneladas de gas carbónico (CO2). La mitad por el consumo de energía, y la otra mitad por la destrucción de los bosques naturales del país.
Las emisiones acumuladas de carbono por concepto del consumo de energía fósil, tienden a superar las 700 millones de toneladas métricas en los próximos 20 años. La mitigación parcial de estas emisiones podría lograrse a través de actividades de repoblación forestal de tierras degradadas, cuencas hidrográficas, o en actividades agroforestales. La repoblación forestal de 5 millones de hectáreas de tierras agrícolas abandonada o cuencas degradadas, podría captar más 700 millones de toneladas de carbono en 40 años, con un valor actual de aproximadamente 14.000 millones de dólares. El costo de la reforestación seria de aproximadamente 5,000 millones de dólares en 20 años.
Ciclo del carbono
El carbono además del agua también presenta un ciclo en el cual es generado y consumido para iniciar nuevamente el proceso, al igual que el elemento antes mencionado, este es vital para todos los seres vivos (animales, plantas, peces, baterías, etc.), circula de manera continua en el ecosistema terrestre. En la atmósfera existe en forma de dióxido de carbono, que emplean las plantas en la fotosíntesis. Los animales usan el carbono de las plantas y liberan dióxido de carbono (CO2), producto del metabolismo. Aunque parte del carbono desaparece de forma temporal del ciclo en forma de carbón, petróleo, combustibles fósiles, gas y depósitos calizos, la respiración y la fotosíntesis mantienen prácticamente estable la cantidad de carbono atmosférico. La industrialización aporta dióxido de carbono adicional al medio ambiente.
Figura N° 1: Ciclo del Carbono (Fuente: Enciclopedia digital Encarta 2008)
Ciclo del carbono, en ecología, ciclo de utilización del carbono por el que la energía fluye a través del ecosistema terrestre. El ciclo básico comienza cuando las plantas, a través de la fotosíntesis, hacen uso del dióxido de carbono (CO2) presente en la atmósfera o disuelto en el agua. Parte de este carbono pasa a formar parte de los tejidos vegetales en forma de hidratos de carbono, grasas y proteínas; el resto es devuelto a la atmósfera o al agua mediante la respiración. Así, el carbono pasa a los herbívoros que comen las plantas y de ese modo utilizan, reorganizan y degradan los compuestos de carbono. Gran parte de éste es liberado en forma de CO2 por la respiración, como producto secundario del metabolismo, pero parte se almacena en los tejidos animales y pasa a los carnívoros, que se alimentan de los herbívoros. En última instancia, todos los compuestos del carbono se degradan por descomposición, y el carbono es liberado en forma de CO2, que es utilizado de nuevo por las plantas.
Intercambios Aire-Agua
A escala global, el ciclo del carbono implica un intercambio de CO2 entre dos grandes reservas: la atmósfera y las aguas del planeta. El CO2 atmosférico pasa al agua por difusión a través de la interfase aire-agua. Si la concentración de CO2 en el agua es inferior a la de la atmósfera, éste se difunde en la primera, pero si la concentración de CO2 es mayor en el agua que en la atmósfera, la primera libera CO2 en la segunda. En los ecosistemas acuáticos se producen intercambios adicionales. El exceso de carbono puede combinarse con el agua para formar carbonatos y bicarbonatos. Los carbonatos pueden precipitar y depositarse en los sedimentos del fondo. Parte del carbono se incorpora a la biomasa (materia viva) de la vegetación forestal y puede permanecer fuera de circulación durante cientos de años. La descomposición incompleta de la materia orgánica en áreas húmedas tiene como resultado la acumulación de turba. Durante el periodo carbonífero este tipo de acumulación dio lugar a grandes depósitos de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas.
Recursos totales de Carbono
Los recursos totales de carbono, son estimados en unas 49.000 gigatoneladas (teniendo presente que 1 gigatonelada es igual a 109 toneladas), se distribuyen en formas orgánicas e inorgánicas. El carbón fósil representa un 22% del total. Los océanos contienen un 71% del carbono del planeta, fundamentalmente en forma de iones carbonato y bicarbonato. Un 3% adicional se encuentra en la materia orgánica muerta y el fitoplancton. Los ecosistemas terrestres, en los que los bosques constituyen la principal reserva, contienen cerca de un 3% del carbono total. El 1% restante se encuentra en la atmósfera, circulante, y es utilizado en la fotosíntesis.
Adiciones a la atmósfera
Debido a la combustión de los combustibles fósiles, la destrucción de los bosques y otras prácticas similares, la cantidad de CO2 atmosférico ha ido aumentando desde la Revolución Industrial. La concentración atmosférica ha aumentado de unas 260 a 300 partes por millón (ppm) estimadas en el periodo preindustrial, a más de 350 ppm en la actualidad. Este incremento representa sólo la mitad del dióxido de carbono que, se estima, se ha vertido a la atmósfera. El otro 50% probablemente haya sido absorbido y almacenado por los océanos. Aunque la vegetación del planeta puede absorber cantidades considerables de carbono, es también una fuente adicional de CO2.
El CO2 atmosférico actúa como un escudo sobre la Tierra. Es atravesado por las radiaciones de onda corta procedentes del espacio exterior, pero bloquea el escape de las radiaciones de onda larga. Dado que la contaminación atmosférica ha incrementado los niveles de CO2 de la atmósfera, el escudo va engrosándose y retiene más calor, lo que hace que las temperaturas globales aumenten en un proceso conocido como efecto invernadero. Aunque el incremento aún no ha sido suficiente para destruir la variabilidad climática natural, el incremento previsto en la concentración de CO2 atmosférico debido a la combustión de combustibles fósiles sugiere que las temperaturas globales podrían aumentar entre 2 y 6 °C a comienzos del siglo XXI. Este incremento sería suficientemente significativo para alterar el clima global y afectar al bienestar de la humanidad.
Efecto invernadero
Efecto invernadero, término que se aplica al papel que desempeña la atmósfera en el calentamiento de la superficie terrestre. La atmósfera es prácticamente transparente a la radiación solar de onda corta, absorbida por la superficie de la Tierra, como se comentó anteriormente. Gran parte de esta radiación se vuelve a emitir hacia el espacio exterior con una longitud de onda correspondiente a los rayos infrarrojos, pero es reflejada de vuelta por gases como el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los clorofluorocarbonos (CFC) y el ozono, presentes en la atmósfera. Este efecto de calentamiento es la base de las teorías relacionadas con el calentamiento global.
Figura N° 2: Efecto Invernadero (Fuente: Enciclopedia digital Encarta 2008)
El contenido en dióxido de carbono de la atmósfera se ha incrementado aproximadamente un 30% desde 1750, como consecuencia del uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón; la destrucción de bosques tropicales por el método de cortar y quemar también ha sido un factor relevante que ha influido en el ciclo del carbono. El efecto neto de estos incrementos podría ser un aumento global de la temperatura, estimado entre 1,4 y 5,8 ºC entre 1990 y 2100. Este calentamiento puede originar importantes cambios climáticos, afectando a las cosechas y haciendo que suba el nivel de los océanos. De ocurrir esto, millones de personas se verían afectadas por las inundaciones.
Se están intentando distintos esfuerzos internacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En 1997 se reunieron en Kyoto representantes de los países integrantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, creada en el seno de la Cumbre sobre la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992. En el Protocolo de Kyoto se estableció que los países desarrollados debían reducir sus emisiones de gases causantes del efecto invernadero en un 5,2% para el año 2012 respecto a sus emisiones en el año 1990. El protocolo entró en vigor en febrero de 2005, tres meses después de que Rusia lo ratificara y se alcanzaran las exigencias del propio protocolo, que señalaba que para que entrara en vigor debía ser ratificado por al menos 55 países desarrollados cuyas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sumaran el 55% del total.
Calentamiento global
El Calentamiento global, es el aumento de la temperatura o sobrecalentamiento de la Tierra, de manera artificial, debido al uso excesivo de combustibles fósiles y a otros procesos industriales que llevan a una acumulación de gases invernadero (GEI) en la atmósfera. Desde 1896 se sabe que el dióxido de carbono ayuda a impedir que los rayos infrarrojos escapen al espacio, lo que hace que se mantenga una temperatura relativamente cálida en nuestro planeta (efecto invernadero natural). Sin embargo, el incremento de los niveles de dióxido de carbono puede provocar un aumento de la temperatura global, lo que podría originar importantes cambios climáticos con graves implicaciones para la productividad agrícola.
En lo presentado en el párrafo anterior, queda claro que el efecto invernadero, no es un proceso dañino, sino todo lo contrario, es necesario para mantener la vida en el planeta, pero es el calentamiento global, producto de las excesivas emisiones de CO2 a la atmosfera, principalmente por la actividad humana, lo que está generando los fenómenos ambientales.
En enero de 2001 la Comisión Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático presentó un informe en el que se ponía de manifiesto que la temperatura media o promedio de la Tierra había aumentado 0,6 grados en el siglo XX. Asimismo este informe prevé que la temperatura media del planeta subirá entre 1,4 y 5,8 ºC entre 1990 y 2100. Este aumento provocará cambios en el nivel del mar (desde finales de la década de 1960 ha crecido entre 0,1 y 0,2 m y aumentará entre 0,09 y 0,88 m entre 1990 y 2100), disminución de la cubierta de hielo y nieve (desde finales de la década de 1960 ha disminuido un 10%) y aumento de la temperatura media de los océanos.
Algunos científicos han planteado que este incremento en la temperatura podría ser sólo parte de una fluctuación natural. Sin embargo, este último informe de la ONU pone de manifiesto que la actividad humana contribuye sustancialmente a este cambio climático. El calentamiento de la superficie terrestre parece deberse, principalmente, al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono) en la atmósfera y al cada vez menos número de hectáreas de bosques producto de la deforestación.
Mecanismo de desarrollo limpio
El Protocolo de Kyoto toma en cuenta tanto el carácter global de la protección climática, como también el deseo de minimizar los costos relacionados, a través de una cooperación en la protección climática entre países industrializados y en desarrollo, el MDL está destinado a cumplir dos (2) objetivos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y del Protocolo de Kyoto (PK) los cuales son:
1. Ayudar a los países industrializados a cumplir con sus metas de reducción de emisiones.
2. Apoyar a los países en desarrollo en su desarrollo sostenible.
Este mecanismo permite proyectos de reducción de emisiones entre países industrializados y países en desarrollo como se comentó anteriormente, por medio de este mecanismo una entidad o gobierno de un país industrializado invierte en un proyecto de reducción de emisiones en un país en desarrollo. A cambio, el país industrializado recibe Certificados de Reducción de Emisiones (CER)
Figura N° 3: Interacción País Industrializado – País en Vía de Desarrollo.
Los gobiernos de países pertenecientes al Anexo I, los cuales son países industrializados que tomaron responsabilidades en la reducción de los gases de efecto invernadero durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y que forman parte esencial del protocolo de Kyoto, como por ejemplo Canadá, pueden asistir a las compañías de países en desarrollo en su participación en el MDL a través de entrenamientos, desarrollos de proyectos y actividades de creación de capacidades.
Los países industrializados, a través del estado o de la empresa privada, invierten en proyectos ubicados en países en desarrollo, que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Los países en desarrollo, a través del estado o de la empresa privada, también podrán ejecutar tales proyectos en forma independiente.
Realizar estos proyectos no solo contribuye a la modernización de un sector en específico, sino que también aporta una contribución positiva a la protección del clima global.
El país industrializado inversionista podrá también deducir de sus obligaciones de Kyoto las reducciones logradas en el país contraparte en desarrollo.
A su vez, el país en desarrollo puede vender los certificados de reducción directamente a países industrializados.
Tipos de Proyectos
Los proyectos pueden ser divididos en cuatro sectores económicos:
Industrial.
Residencial y Comunidad.
Transporte.
Otros.
Dentro de cada sector las oportunidades se dividen en diferentes tipos, como las siguientes:
Cambio de proceso.
Eficiencia energética.
Sustitución de combustible.
Otros.
Ejemplos de Proyectos
A continuación se mencionarán los dos proyectos de Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de más renombre.
Vertederos
En el caso de los vertederos no existe ningún tipo de problema en lo que a metodología se refiere ya que existen metodologías aprobadas para los mismos. El primer proyecto de Mecanismo de Desarrollo Limpio en ser aprobado a nivel mundial fue un proyecto brasileño de un vertedero (NovaGerar)
Sumideros Forestales
Los ecosistemas que retiran dióxido de carbono de la atmosfera son conocidos bajo el nombre de sumideros. Los sumideros almacenan carbono en compuestos orgánicos que conforman la biomasa y la materia orgánica de los suelos, y constituyen una de las formas de mitigación del efecto invernadero.
Es un tema muy controvertido en el proceso de las negociaciones internacionales sobre el clima, y estos proyectos solo se admiten en el marco del MDL bajo ciertas restricciones. Debido a que muchos tienen el temor que este tipo de proyecto no logren una fijación definitiva del CO2 y que incentiven el traslado de la deforestación a otros lugares.
En el primer periodo de compromiso solo se consideran elegibles los proyectos de reforestación y forestación, y no los de protección del bosque natural. El Protocolo de Kyoto limita la cantidad y tipos de créditos por proyectos de usos de la tierra, cambio del uso de la tierra y proyectos forestales. (En sus siglas en inglés "LULUCF"). Los créditos originados de actividades LULUCF son denominados Unidades Removidas y esas URM no pueden exceder el 1% de las emisiones bases anuales de un país del Anexo I por los años del 2008-2012.
En estos tipos de proyectos, es más complicado cuantificar la cantidad exacta de absorción de dióxido de carbono que se produce, además estos proyectos tienen resultados a largo plazo debido al tiempo que requiere la vegetación en recuperarse o desarrollarse.
Cuestionamientos a los Sumideros
Los siguientes son algunos de los principales argumentos utilizados por quienes se oponen a la utilización de sumideros para el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones netas por los países del anexo B.
1) Permanencia
Si bien el Protocolo de Kyoto prevé que el período de cumplimiento de las obligaciones (2008-2012) sea seguido de otros períodos en el futuro, no queda claro que los mismos sean contiguos en el tiempo. Esto implica que no hay garantías de que el carbono secuestrado hasta 2012 vaya a permanecer en esa forma después de ese año. Se ha argumentado que los créditos que un inversor obtenga por estos sumideros podrían quedar invalidados si ese carbono vuelve a la atmósfera. También se ha alegado que el carbono queda débilmente retenido en los sumideros lo que lo hace sumamente susceptible de ser devuelto a la atmósfera. A modo de ejemplo, el carbono almacenado en un suelo como consecuencia de la adopción de la técnica de siembra directa por un agricultor, puede pasar rápidamente a la atmósfera si el suelo es laboreado. En el mismo sentido, un bosque que se incendia puede devolver rápidamente a la atmósfera buena parte del carbono almacenado en los tejidos de sus árboles.
Estos riesgos parecen ser, en general, de una magnitud menor. El carbono de la biósfera no está tan débilmente retenido como algunos sostienen. Pero aún admitiendo la eventual ocurrencia de estos procesos de rápida liberación de carbono, y considerando su enorme contribución potencial al combate del cambio climático, los negociadores del Protocolo de Kyoto decidieron incluir a los sumideros entre las actividades que los países del Anexo B pueden contabilizar para el cumplimiento de sus obligaciones.
Es necesario que los países acuerden métodos de contabilización de las emisiones netas de carbono. Ello implica que así como se podrán asignar créditos por cada tonelada de carbono secuestrada, también se deberán debitar las toneladas de carbono liberadas por un sumidero. Esta contabilidad en tiempo real puede ser de costosa implementación, por lo que se han propuesto otras metodologías alternativas. Una de ellas es la de evaluar el cambio de stock de carbono en el largo plazo, obviando las oscilaciones causadas por ciclos de crecimiento y cosecha. Otras metodologías incluyen el uso de percepción remota y de modelos de simulación como complemento del monitoreo a campo.
También es posible diseñar sistemas de secuestro de carbono que aseguren la permanencia del carbono secuestrado. Un ejemplo de ello es lo que está actualmente sucediendo en Uruguay, en donde las empresas forestales se están orientando, en forma creciente, hacia la producción de madera sólida, que será parte de productos de larga duración, como muebles, construcciones y artículos variados de madera.
Por último, no debe dejar de reconocerse que aún en el caso de que el secuestro de carbono resulte temporario, hay un beneficio real en el hecho de "ganar tiempo". El carbono secuestrado, durante el tiempo en que está retenido en la biomasa de los árboles o los suelos, no estará contribuyendo al efecto invernadero. Esta ganancia de tiempo podrá además servir para el desarrollo de tecnologías más limpias para el uso de energía.
2) Saturación
Se ha sostenido que no es posible confiar en los sumideros como actividad relevante en el combate del cambio climático debido a que los mismos pueden alcanzar rápidamente una saturación de su capacidad de almacenaje de carbono. Esta saturación está determinada por la capacidad ecológica de almacenar carbono. Es indiscutible que los ecosistemas naturales se caracterizan por poseer un nivel de equilibrio en su contenido de carbono. Como se mencionó arriba, la actividad del hombre ha resultado en un desplazamiento de carbono desde los ecosistemas terrestres hacia la atmósfera. Por consiguiente, se podría sostener que el hombre podría forzar a los ecosistemas naturales a volver a su estado de equilibrio. Una vez alcanzado ese equilibrio, los sumideros dejarían de contribuir significativamente al control del efecto invernadero. Es claro entonces que su rol será principalmente en el corto y mediano plazos, tal vez en los próximos 50 años. Y este es precisamente el marco de tiempo que se requiere para el desarrollo de tecnologías que permitan el reemplazo de las actuales fuentes energéticas (combustibles fósiles) por las del futuro (biomasa y otras renovables).
La saturación de los sumideros también podría ser manejable por el hombre a través de la extracción sostenible de productos, principalmente madera. En la medida en que la madera cosechada en un bosque sea utilizada en sustitución de combustibles fósiles o para la fabricación de productos duraderos, la capacidad de secuestro de carbono de los sumideros podría prolongarse casi indefinidamente en el tiempo.
3) Verificabilidad
Existen numerosas dificultades metodológicas para la medición del carbono almacenado en los sumideros, particularmente en ecosistemas naturales en lugares de difícil acceso, que determinan una baja precisión en las estimaciones. También resulta complejo estimar los impactos de las actividades de secuestro de carbono sobre las emisiones de otros gases con efecto invernadero, especialmente metano y óxido nitroso.
La incertidumbre en las mediciones se reduce notoriamente en agroecosistemas (plantaciones forestales, agricultura), especialmente si se trata de actividades basadas en proyectos. En estos casos, los niveles de precisión son similares a los que se logran en la medición de emisiones de gases por quema de combustibles fósiles.
La existencia de dificultades para las mediciones no significa que éstas no se puedan realizar. De hecho, el IPCC (Intergovernmental Panel On Climate Change) ha propuesto una metodología para cuantificar los sumideros en la realización de los inventarios nacionales de emisiones de gases con efecto invernadero.
Frente a la incertidumbre de estas estimaciones, se han propuesto dos tipos de soluciones en el ámbito de la Convención de Cambio Climático. La primera de ellas se relaciona con la limitación del uso de los sumideros, en los mecanismos de Kyoto, a un porcentaje de la estimación nacional. Según esta propuesta, de la cantidad que un país reporte como secuestro anual de carbono, solamente una fracción podrá ser utilizada para compensar sus emisiones. Esa fracción sería fija para todos los países.
La otra propuesta es la de limitar la cantidad de carbono secuestrada por los sumideros a la determinada por el límite inferior de los intervalos de confianza de las mediciones. Esto significa que sólo se podría utilizar la cantidad de carbono que pueda ser estimada con una certeza de, por ejemplo, 95 %. Si el margen de error de la medición es muy elevado, entonces la cantidad de carbono certificable sería muy reducida. En la medida en que se reduzca ese margen de error, la cantidad de carbono certificable aumentaría.
Los países podrían recibir estímulos económicos para invertir en el desarrollo de sistemas de medición más precisos si por ello pueden incrementar las cantidades de carbono certificables. Queda claro que la alta incertidumbre se asocia con efectos positivos sobre el ambiente: a mayor incertidumbre en las mediciones, menor sería la cantidad de carbono certificable, y mayor sería el beneficio ambiental.
4) "Leakage"
Este término se ha empleado para describir el fenómeno por el cual una acción dirigida hacia la reducción de emisiones o hacia el secuestro de carbono induce un aumento indeseado en la emisión de gases en otro lugar. Por ejemplo, la protección de un bosque contra la desforestación puede estimular la desforestación de otros bosques que, de no haber existido la actividad, hubieran permanecido indisturbados.
Al igual que para los argumentos anteriores, se puede decir que la existencia de este peligro no debería invalidar el uso de los sumideros. Es necesario extremar esfuerzos para evitar o minimizar la ocurrencia de "leakage" cuando se inicien acciones tendientes al desarrollo de sumideros.
La eventualidad de la ocurrencia de "leakage" también parece haber sido exagerada. Un estudio realizado por ABARE en Australia arribó a la conclusión de que, globalmente, por cada 100 toneladas de carbono protegidas o secuestradas, solamente 6 ó 7 toneladas habrían de ser emitidas por concepto de "leakage".
5) Razones no Totalmente Explícitas
El análisis de las críticas al uso de sumideros en los mecanismos de Kyoto quedaría incompleto si no se considerara que los argumentos anteriores son solamente una parte, tal vez menor, de las razones que determinan las posiciones de algunos países. Un aspecto central es el de la competencia económica entre la Unión Europea y los Estados Unidos. Las restricciones al comercio de emisiones propuestas por la Unión Europea sin dudas resultarían en una pérdida de competitividad de Estados Unidos, cuya economía es muy intensiva en el uso de energía.
También es necesario considerar que las posiciones frente a este tema pueden estar influenciadas por intereses políticos. Es notorio que los partidos verdes tienen una fuerte influencia en los gobiernos europeos, particularmente en Alemania y Francia, y ello sin dudas se refleja en la estrategia europea en las negociaciones sobre cambio climático.
Los intereses políticos y económicos son también evidentes entre quienes proclaman su posición favorable al uso de sumideros. Rusia y Ucrania son países que aspiran a recibir importantes flujos de divisas por la venta del servicio de secuestro de carbono. Lo mismo sucede con diversos países latinoamericanos, como Uruguay, que han conformado el GRILA. Por último, es muy claro que la aspiración de Estados Unidos de un comercio sin restricciones y con plena utilización de los sumideros está totalmente motivada por el objetivo de minimizar los costos del Protocolo de Kyoto para su economía.
Modelo del ciclo del mecanismo de desarrollo limpio argentino
El ciclo que deben seguir los proyectos MDL consta de una instancia nacional, donde se evalúa el proyecto desde el punto de vista de su contribución al desarrollo sostenible del país, y de una instancia internacional, donde se evalúa el proyecto desde el punto de vista de su contribución a la mitigación del cambio climático global.
Instancia Nacional
1. Documento de Diseño de Proyecto – Proponente del Proyecto: La primera etapa consiste en la elaboración del Documento de Diseño del Proyecto (PDD), para lo cual se deberá tener previamente aprobada la metodología de la línea de base y el plan de monitoreo a utilizar por el proyecto.
2. Carta de Aprobación – Autoridad Nacional Designada: el paso siguiente consiste en la presentación del proyecto (en formato PDD) a la Oficina Argentina del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (OAMDL) para su aprobación nacional, de acuerdo a la normativa vigente (establecida en las Resoluciones SAyDS Nro. 825/04 y Nro.435/02). Si el resultado de la evaluación es positivo, es decir, si se considera que el proyecto contribuye al desarrollo sostenible del país, el Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, otorgará una Carta de Aprobación al proponente del proyecto para que pueda acceder a la instancia internacional y solicitar el registro del proyecto a la Junta Ejecutiva del MDL.
Instancia Internacional
3. Validación – Entidad Operacional Designada: la validación de una actividad de proyecto es el proceso de evaluación independiente realizado por una Entidad Operacional Designada (DOE, por sus siglas en inglés), para comprobar si se ajusta a los requisitos del MDL y da lugar a su posterior registro por la Junta Ejecutiva. Sólo es posible realizar una validación si las metodologías utilizadas para establecer la línea de base y el plan de monitoreo, han sido previamente aprobadas por la Junta Ejecutiva. Si esto aún no ha ocurrido, antes del pedido de registro se deberán presentar las metodologías utilizadas para su evaluación por la Junta Ejecutiva.
4. Registro – Junta Ejecutiva: la Entidad Operacional Designada solicitará a la Junta Ejecutiva que registre el proyecto. El registro del proyecto representa la aceptación oficial por parte de la Junta Ejecutiva de un proyecto validado como actividad MDL. El registro se realizará dentro de las ocho (8) semanas posteriores a que la DOE haya presentado la solicitud ante la Junta Ejecutiva y siempre que una parte del proyecto o tres miembros de la JE no hayan solicitado una revisión de los requisitos de validación. Asimismo, constituye un requisito previo para la posterior verificación y certificación de las reducciones de emisiones de GEIs y la expedición de CERs, en relación con esa actividad de proyecto.
5. Monitoreo – Proponente del Proyecto: el proponente del proyecto monitoreará las reducciones de emisiones logradas por el proyecto conforme con un plan previamente presentado.
6. Verificación – Entidad Operacional Designada: la verificación es el examen periódico independiente y la determinación a posteriori por la DOE de las reducciones observadas de las emisiones de GEIs, que se hayan producido como resultado de la actividad de proyecto registrada durante el período de verificación.
7. Certificación – Entidad Operacional Designada: la certificación es la seguridad dada, por escrito por la DOE, de que durante un período determinado una actividad de proyecto consiguió las reducciones de las emisiones de GEIs que se han verificado. Para actividades de proyectos de gran escala (variables según el tipo), la misma DOE puede validar y verificar el proyecto.
8. Expedición de CERs – Junta Ejecutiva: una vez que el proyecto MDL es registrado por la Junta Ejecutiva , podrá comenzar a generar CERs, los Cuales serán utilizados por las Partes Anexo I para cumplir con sus obligaciones durante el Primer Período de Compromiso o, por el contrario, podrán ser guardados para su uso futuro durante un segundo Período de Compromiso. La expedición de CERs es la instrucción que envía la Junta Ejecutiva al administrador del registro del MDL, para que expida una cantidad determinada de CERs correspondientes a una actividad de proyecto MDL.
Esta tramitación implica costos. Puede estimarse que varían entre U$S 110.000, para proyectos pequeños, hasta U$S 250.000, para proyectos grandes, para el año 2003.
Los costos de las distintas etapas que componen la homologación de un proyecto mediano, pueden ubicarse en los siguientes valores:
Diseño del proyecto: U$S 80.000.
Proceso de validación: U$S 30.000.
Registro: u$s 20.000.
Acuerdo de compra de reducción de emisiones: U$S 50.000.
Total: U$S 180.000.
Los créditos de carbono (CERs)
Los Créditos de Carbono o CERs son unidades generadas a partir de proyectos del MDL y expedidos por la Junta Ejecutiva, una vez que la Entidad Operacional Designada verifique y certifique la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs).
En los "Acuerdos de Marrakech", Decisión 17/COP7, se definió al CER como una unidad emitida de acuerdo con el artículo 12 del Protocolo de Kyoto, que "es igual a una tonelada métrica de dióxido de carbono equivalente…".
Estas unidades son creadas por un acuerdo de derecho internacional público, el cual no obliga a las entidades privadas sino solamente al Estado ratificante. Sin embargo, este Acuerdo prevé la participación de entidades privadas en los mecanismos de Kyoto, mediante un acto unilateral de gobierno que se manifiesta a través de la Carta de Aprobación del país Anfitrión.
Los contratos de carbono utilizados hasta la fecha, definen a una reducción de emisiones como "todo derecho, interés, crédito, título, beneficio o permiso del País Anfitrión de emitir (presente y futuro) que provenga de o con respecto a toda reducción de gases de efecto invernadero, realizada por el proyecto y que incluye todo derecho que puede ser creado según un determinado régimen legal o a través de un contrato, como resultado de reducciones de GEIs".
El CER tienen como características: a) la transferibilidad, que es la posibilidad de que el titular de ese derecho pueda cederlo o venderlo a otra entidad; b) la exclusividad, debido a que, hasta el presente, no se ha planteado la posibilidad de que existan dos o más titulares sobre un mismo CER; c) la durabilidad, porque se pueden reservar o guardar para el segundo período de compromiso (bankable) y, d) la seguridad, porque contendrán datos específicos a fin de individualizarlos y su transferencia se realizará a través de Registros, creados a tal efecto y con altas condiciones de seguridad.
Los CERs deben ser ingresados en los Registros Nacionales establecidos y mantenidos por las partes del Anexo I de la Convención. El Registro Nacional constituye una base de datos electrónica en el que se registran las cantidades atribuidas a cada parte del ya mencionado anexo y las transacciones de unidades de reducción de emisiones realizadas, incluyendo la expedición, posesión, transferencia, adquisición, cancelación y retiro de dichas unidades.
A estos efectos, debe implementarse un Registro del MDL, que incluye las siguientes cuentas:
1- Una cuenta de transición para la Junta Ejecutiva, en la que se depositarán los CERs antes de su transferencia a las cuentas de haberes correspondientes.
2- Una cuenta de haberes para cada Parte No Anexo I, donde se registrarán actividades de proyectos MDL.
3- Una cuenta para transferir el 2% de los CERs generados por el proyecto, destinados al "fondo de adaptación del MDL".
Toda la información mantenida en el Registro del MDL será accesible a través de un sistema público y transparente.
Los CERs pueden ser comercializados en un mercado de carbono en el que existen distintos tipos de transacciones:
Transferencia inmediata ("spot sales") de CERs: se realiza a través de un Acuerdo de Venta de CERs que es un contrato de venta directa e inmediata de CERs que han sido generados por un proyecto en un tiempo determinado. Se realiza entre un comprador y un vendedor. El primero no se involucra en el desarrollo del proyecto sino que directamente adquiere los CERs resultantes. Generalmente se utilizan modelos estándar de contratos. La venta spot conlleva menos riesgos que otras transacciones de carbono.
Acuerdo de Inversión de CERs: se realiza cuando el comprador tiene un interés adicional en el proyecto MDL. Se habla de proponente del proyecto (del País no Anexo I) e inversor del proyecto (del País Anexo I). El inversor del proyecto puede hacer un pago por adelantado. Además, se establecen los plazos en que el proponente del proyecto deberá efectuar los pagos. También puede incluir la transferencia de tecnología.
Transferencia Futura de CERs: los contratos de compraventa futura de reducción de emisiones (Emission Reductions Purchase Agreement, ERPA por sus siglas en inglés) implican la transferencia de CERs (aún no expedidos) en una fecha futura.
El contrato de carbono
El contrato de carbono puede ser definido como "todo acuerdo que rige las relaciones entre los participantes de proyectos MDL, a saber: la adquisición, transferencia y distribución, de todos o parte, de los CERs generados por un Proyecto MDL". En un sentido amplio, se entiende por Contrato de Carbono a:
El Memorando de Entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés), que consiste en un acuerdo bilateral suscripto entre dos países y que puede tener como fin la cooperación en materia de cambio climático y MDL.
La Carta de Aprobación, que es el acuerdo unilateral emitido por el País Anfitrión, como resultado de la aprobación de una actividad de proyecto MDL. Por el se autoriza la participación y el desarrollo de esa actividad de proyecto a una entidad pública o privada de una Parte Anexo I.
El Contrato de Carbono propiamente dicho, que consiste en un acuerdo de compraventa de reducción de emisiones resultantes de un proyecto MDL, entre un comprador y un vendedor de carbono. Puede tomar varias formas, por ejemplo, el ERPA (Emission Reductions Purchase Agreement).
Cada contrato de carbono es único y debe ser diseñado para cada proyecto en particular y de acuerdo a las características del mismo ("taylor-made"). Sin embargo, el Banco Mundial, a través de su Unidad de Financiamiento de Carbono o IETA (International Emissions Trading Association), han elaborado modelos "standard" de contratos de carbono, a fin de facilitar el comercio de emisiones, el desarrollo de proyectos, y la reducción de costos de transacción.
Hasta el momento no se han expedido créditos de carbono (CERs); por tal motivo, el instrumento más utilizado para las transacciones de carbono ha sido el contrato de compraventa futura de CERs (ERPA).
El ERPA es un acuerdo de compraventa futura de los CERs resultantes de un proyecto MDL, entre un comprador y un vendedor de carbono. Las partes tienen como propósito principal la obtención de un documento jurídico que refleje el acuerdo pactado, identifique responsabilidades, establezca derechos, obligaciones claras y ejecutables además de que distribuya los riesgos adecuadamente.
Los fondos de carbono
La demanda de créditos de carbono (CERs) proviene de entidades públicas y privadas de las Partes del Anexo I, a fin de lograr el cumplimiento de sus compromisos de reducción de emisiones de GEIs. Dichas partes (países desarrollados) pueden participar directamente en el proyecto MDL (proyecto bilateral) o mediante la reparticipación (aporte de capital) en fondos multilaterales.
Sin embargo, la tendencia demuestra que, ante la falta de inversión de los países desarrollados, los países en desarrollo se encuentran invirtiendo en sus propios proyectos (proyectos unilaterales). La participación en los Fondos de Carbono facilita la distribución de los riesgos con una menor inversión, al tiempo que logra una reducción de los costos de obtención de los créditos de carbono, gracias al mejoramiento de las condiciones de negociación.
Entre los Fondos de Carbono establecidos, se encuentran los de tipo multilateral, que administra el Banco Mundial como trustee, por un monto total de U$S 850 millones:
Fondo Prototipo de Carbono – PCF– (Prototype Carbon Fund) el primer Fondo de este tipo, creado en 1999, que incluye inversores públicos y privados.
Fondo de Desarrollo Comunitario de Carbono – CDCF (Community Development Carbon Fund) vinculado a proyectos de pequeña escala realizados en los países menos desarrollados.
Fondo Bio Carbono – BioCF (Bio Carbon Fund): relacionado a proyectos relativos a cambios en el uso del suelo y forestación (LULUCF).
Existen también varios fondos nacionales:
Holanda: el CERUPT y ERUPT del Gobierno Holandés.
Italia: el Fondo Italiano de Carbono
España: el Fondo Español de Carbono.
Dinamarca: el Fondo Danés de Carbono.
Unión Europea: el Fondo Paneuropeo de Carbono, de acuerdo a un MOU suscripto con el Banco Europeo de Inversiones.
Japón: el Fondo de Carbono de Japón, integrado por el Banco de Cooperación Internacional (JBIC) y el Banco de Inversiones del Japón (DBJ), conjuntamente con entidades privadas.
Alemania: la Organización Pública de Crédito Financiero de Restauración (KFW).
Francia: la Organización Pública de Depósitos de Ahorros (CDC).
Argentina: El Fondo Argentino de Carbono (FAC).
Bonos verdes
Los "bonos verdes" o bonos de carbono son un mecanismo desarrollado para reducir la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) mediante el cual, en un esquema de mercado, empresas de países industrializados pagan a otras, la mayoría naciones en desarrollo, por su reducción en las emisiones de GEI, por lo cual se expiden certificados. Estos certificados se conocen como Certificados de Emisiones Reducidas (CERs). Por lo que referirse a Bonos de Verdes es equivalente a hablar de CERs.
Recuérdese que estos bonos son consecuencia del Protocolo de Kyoto como un modelo de Mecanismo de Desarrollo Limpio, que permite que los países desarrollados puedan comprar reducciones de emisiones provenientes de proyectos ejecutados en países en desarrollo, como Venezuela por ejemplo, para asumirlas como suyas y de esta manera alcanzar sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El Protocolo de Kyoto estableció un compromiso de obligatorio cumplimiento con la ratificación de los países industrializados responsables de, al menos, un 55% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Con la ratificación de Rusia, en noviembre de 2004, después de conseguir que la Unión Europea pague la reconversión industrial, así como la modernización de sus instalaciones, en especial las petroleras, el protocolo entró en vigor.
Para el año 2007 todos los países del Anexo I han ratificado el Protocolo, menos Australia y los EEUU. El compromiso implica reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo menos en un promedio de un 5,2% respecto al año 1990, para el período del 2008 al 2012. Para alcanzar estas metas, los países firmantes tendrían que reducir sus emisiones en aproximadamente 700 millones de toneladas de dióxido de carbono por año. Las reducciones de emisiones de GEI provenientes de los proyectos se miden en toneladas de CO2 equivalente, y se traducen en Certificados de Emisiones Reducidas (CER). Un CER representa una tonelada de CO2 que se deja de emitir a la atmósfera. Es una unidad de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la cual ha sido generada y certificada bajo el esquema del MDL.
Los CERs pueden ser vendidos en el mercado de carbono a países industrializados, a fin de contribuir a que estos últimos cumplan con parte de sus compromisos de reducción y mitigación de las emisiones de GEI, y al mismo tiempo contribuyan al desarrollo sostenible en los países en vías de desarrollo. Según las Naciones Unidas, para el 2012 se esperan existan 1.900 millones de CER emitidos.
El negocio
El precio para el 2007 de la tonelada de CO2 es entre 3 y 4,20 dólares dependiendo del proyecto involucrado. Las operaciones de compra-venta se dan con empresas europeas y japonesas. Algunas son negociaciones privadas e individuales, otras comenzaron a realizarse a través de los mercados electrónicos como el español, SENDECO2, el holandés, Alianza Climex, el europeo, European Climax Exchange, e inclusive el americano, Chicago Climatex.
En cuanto a la perspectiva de los precios los operadores del mercado financiero dedicados a estas operaciones, tanto de trading como de clearing, hablan que los precios se multiplicarán geométricamente a medida que comience el período previsto de cumplimiento efectivo del Protocolo de Kyoto. Como muestra, alcanza con ver el crecimiento que tuvo el precio del CO2 en febrero de 2007, que ascendió un 20% en el mercado americano.
En las figuras que se muestran a continuación se presenta la tendencia de los precios del CO2 obtenidas de la página web de SENDECO2 y además un gráfico de la tendencia de los precios promedios mensuales para el presente año.
Figura N° 4: Precio del CER (Fuente: http://www.sendeco2.com/)
Figura N° 5: Promedios mensuales de los últimos 12 meses del 2009 (Fuente: http://www.sendeco2.com/)
Existen fondos específicos, que además de comprar los Bonos Verdes, pueden llegar a financiar los proyectos que se realicen con este objetivo, como ser el Fondo Prototipo de Carbono del Banco Mundial, el Programa Latinoamericano del Carbono de la Corporación Andina de Fomento, el Netherlands Clean Development Facility de los Países Bajos, el Netherlands Carbon Facility de la Corporación Financiera Internacional, entre otros.
Banco Mundial
El Banco Mundial para el 9 de Enero del año 2009 informa:
La emisión de los bonos responde al interés creciente de los inversionistas, que desean respaldar proyectos relacionados con el cambio climático en los países en desarrollo.
Los bonos verdes respaldarán los proyectos del Banco para medidas relacionadas con el clima (tanto de mitigación como de adaptación).
El bono es un ejemplo de innovación que el Banco trata de fomentar para estimular a los sectores público y privado a financiar las medidas relacionadas con el clima.
El Banco Mundial lanzó recientemente sus primeros "bonos verdes" destinados a generar fondos adicionales para proyectos o programas que apoyan las actividades de baja emisión de carbono en países clientes. En asociación con el banco europeo SEB, y el Banco Mundial recaudó aproximadamente US$350 millones por medio de varios inversionistas institucionales clave de Escandinavia. La emisión del bono responde al creciente interés de inversores sostenibles o socialmente responsables, como así también de algunos inversionistas individuales que desean apoyar los proyectos relacionados con el cambio climático en los países en desarrollo.
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