- Costumbrismo
- Los cuadros de costumbre: concepto
- La Novela Costumbrista
- Modernismo
- Justo Sierra (1848-1912)
- Poesía Contemporánea Del Siglo XX
Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú superior
"Las instancias de los montañeses me hicieron permanecer con ellos hasta las cuatro de la tarde, hora en que, después de larguísmas despedidas, me puse en camino con Braulio, que se empeñó en acompañarme". (María, Cap. 22)
Tendencia o género literario que se caracteriza por el retrato e interpretación de las costumbres y tipos del País. La descripción que resulta es conocida como "cuadro de costumbres" si retrata una escena típica, o "artículo de costumbres" si describe con tono humorístico y satírico algún aspecto de la vida. (Raquel Chang-Rodríguez and Malva E. Filer, Voces de Hispanoamérica 535)
Los cuadros de costumbre: concepto:
Los cuadros de costumbres, llamados también artículos de costumbres son bocetos cortos en los que se pintan costumbres, usos, hábitos, tipos característicos o representativos de la sociedad, paisaje, diversiones y hasta animales, unas veces con el ánimo de divertir (cuadros amenos) y otras con marcada intención de crítica social y de indicar reformas con dimensión moralizadora.
El artículo de costumbre es uno de los géneros más ampliamente leídos en el Mundo Hispánico, al parecer porque interpretan raíces hondas de la raza y corresponden al gusto por estos estudios de la realidad circundante. Son características de los cuadros de costumbres: acendrado localismo en sus tipos y lengua; color local, énfasis en el enfoque de los pintoresco y representativo; popularismo; sátira y crítica social, con intención de reforma; infiltración del tema político-social; reproducción casi fotográfica de la realidad con escenas a veces muy crudas y vocabulario rudo y hasta grosero; colorido, plasticidad. Constituye el costumbrismo el punto de partida para el realismo y el naturalismo que vendrían después. El cuadro costumbrista nació indisolublemente ligado al periodismo, quizás por su carácter popular y su anhelo de resaltar costumbres contemporáneas. (Orlando Gómez Gil, Historia crítica de la literatura hispanoamericana 344)
La Novela Costumbrista:
". . . la novela costumbrista tuvo numerosos cultores. En parte, la novela costumbrista debe considerarse como la hermana mayor del cuadro de costumbres, que tanta difusión alcanza en la época. Aunque en realidad lo que hacía por lo común la novela costumbrista era disponer como fondo una sucesiín de escenas populares, de acentuado color local, a las cuales estaba íntimamente ligada la trama de la obra.
A su vez, conviene declarar que ciertos contactos entre la novela social y la novela costumbrista se rompen al considerar que la segunda acentúa en particular lo local, lo pintoresco que trata de justificarse precisamente por eso, en su carácter propio, distintivo, fuera de alegatos o choques de capas sociales.
La novela costumbrista tuvo especial resonancia en algunos países. Así, en México, en Colombia, donde el costumbrismo penetra también en el campo de otras novelas, no específicamente costumbristas. Por ejemplo, es notorio el peso que elementos de esta naturaleza tienen en una novela sentimental como María, de Jorge Isaacs. Es evidente que el costumbrismo no se superpone aquí al eje fundamental de relato, pero es indudable también que –aun sin fusionarse– lo sentimos (y evocamos) como un elemento imprescindible del relato: fondo vivo y –¿y por qué no?– tema secundario que sirve a menudo de necesaria, aquietadora alternancia a la historia sentimental. También, punto de referencia, ámbito de hombre y circunstancia en que la novela nace.
En general, el costumbrismo suele hallarse como ingrediente en gran parte de las novelas hispanoamericanas de todo tipo, de la misma manera que suele hallarse el paisaje americano. Así como a veces recurrían a épocas y tierras lejanas, en ansías de evasión, otras veces gustaban de lo cercano y cotidiano, que –entonces, sobre todo– despuntaba primicias inéditas. Era esta también una manera de ganar lectores y aun de dar "sello" americano a las novelas. Por una parte, realidad conocida (para el lector de estas tierras), y, por otra, diferenciación frente a obras más famosas que venían del otro lado del Atlántico.
Naturalmente, resultaba común que la obra costumbrista americana, en su afán de reflejar de la manera más fiel posible una realidad, abundara en localismos. De ahí también las notas y explicaciones en textos que aspiran a ganar lectores lejanos. (Emilio Carilla, El romanticismo en la América hispánica 323-25)
MODERNISMO En el último tercio del siglo XIX ocurre un movimiento literario nacido en América destinado a revolucionar la literatura en lengua española en general y en particular la poesía. Esta es la primera contribución original de Hispanoamérica a la literatura universal. Se sitúa su inicio con la aparición del libro Azul, de Ruben Darío, en 1888. El nombre de Modernismo, aunque impropio pretende advertir su intención renovadora . Acepta lo mismo elementos antiguos que modernos y se alimenta de todas las tendencias literarias que predominaron en Francia en el siglo XIX. Al principio fue una reacción contra los excesos del romanticismo, pero su actitud no sólo fue negativa, sino ecléctica, de modo que en el modernismo se conjugan parnasianismo, simbolismo, realismo, naturalismo, impresionismo romanticismo, con una base considerable de clasicismo español. Estos caracteres tan peculiares y esa libertad cuyo único límite es la vulgaridad de la expresión o las formas caducas y retóricas, lo alejan del concepto rígido de escuela y resulta más lógico considerar al modernismo como corriente o movimiento literario. Ya que el modernista aspira a la renovación de la literatura y particularmente de la poesía, su característica principal es el refinamiento verbal, como reacción contra el descuido de los románticos por la forma. El modernista lucha contra las imágenes gastadas, el sentimentalismo exagerado, la vulgaridad. Busca originalidad en imágenes, metáforas y uso del adjetivo. Inventa nuevas armonías variando los acentos de los versos; prefiere las rimas no usuales que su poesía sea prolongación de la música. El deseo de perfección formal, que proviene en buena parte del parnasianismo francés, se advierte tanto en el cuidado por pulir un verso que tenga validez por su limpidez y pureza de línea, como por los temas de inspiración plástica y aprovechamiento de los recursos del arte pictórico y de las artes plásticas. El modernismo interpreta el mundo a través de sensaciones y descubre, en consecuencia, las correspondencias sensoriales que enriquecen la expresión; la sinestesia fue, por tanto, recurso favorito de los modernistas. Cualidad esencial del modernismo es el cosmopolitismo, ya sea que se acerquen directamente a otros países o que el intercambio de ideales e inquietudes se haga a través de publicaciones. Lo oriental tuvo entusiastas propagandistas, tanto en Francia como en América; lo mismo ocurre con los motivos nórdicos o grecolatinos. El exotismo, en general, tanto en el espacio como en el tiempo, tuvo entre los modernistas muchos partidarios. La inquietud por la urgencia de una renovación es simultánea en diversos puntos de América. Así lo demuestran publicaciones con ideales comunes como La Nación y la Revista de América, en Buenos Aires; la Revista Azul y la Revista Moderna, en México. El movimiento modernista, exótico, individualista, refinado y cosmopolita, se inicia en el último tercio del siglo XIX y termina alrededor del año de 1914. Tiene una etapa de iniciación, otra de realización y una tercera de difusión. Si en un principio buscó ávidamente la originalidad y la perfección formal, después intenta llegar a una expresión artística profundamente americana. El modernismo, movimiento continental, tiene como precursores e iniciadores a Agustín F. Cuenca, Justo Sierra, Manuel Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz Mirón, Julián del Casal, José Asunción Silva y José Martí. Su realizador genial fue el nicaragüense Rubén Dario y los continuadores de esta corriente Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Reissig, Ricardo Jaimes Freyre, José Santos Chocano, Amado Nervo y otros. Se acusa al modernismo de exótico, artificial y afrancesado. Sin embargo, el exotismo proviene del romanticismo y permite a la poesía una amplia renovación de temas. En cuanto a la imitación de escritores franceses, lo que hace es apropiarse de sus innovaciones para crear una poesía nueva. No se detiene en Francia, sino vuelve los ojos a otras literaturas extranjeras: a la norteamericana (Whitman, Poe), a la italiana (D'’nnunzio), a la española (poetas de la Edad Media y del Siglo de Oro), a la latina (Virgilio), etc. Aunque al final cayó en lo artificioso y superficial, con Darío y los grandes poetas modernistas la lengua española se renueva y vivifica al mismo tiempo que expresa la originalidad artística y los ideales del pueblo americano. En efecto, los últimos románticos son los primeros modernistas. En México Agustín F. Cuenca (1850-1884), compañero de los poetas románticos más exaltados como Acuña y Flores, representa la transición entre el romanticismo y el modernismo. Autor de la obra dramática La cadena de hierro, celebrada en su tiempo, poeta lírico "gongorista" y "torrentoso" en su libro póstumo Poemas selectos en que pone el tono elegíaco, ensaya nuevos ritmos y efectos musicales, emplea con acierto el elemento idea, el ritmo y la música.
JUSTO SIERRA (1848-1912) Cronológicamente, a Sierra le corresponde el segundo lugar entre los precursores del modernismo. Su relevante personalidad ofrece muchos puntos de interés porque en él convergen actividades literarias, históricas, políticas y docentes. Hijo del novelista y jurisconsulto yucateco Justo Sierra O’Reilly, se dio a conocer en las letras en 1868. De esta primera época es su composición Playeras, en la que se ha querido ver un anuncio del modernismo. Aunque su producción poética es parca y nunca recogida en libro por el autor, fue la poesía labor constante de toda su vida, al lado de otros géneros que cultivó con mayores resultados, como el ensayo, el periodismo, el cuento, la novela, discursos, libros de viajes, crítica literaria, etc. Los ideales liberales y todos los temas del romanticismo mexicano aparecen en los primeros versos de Sierra. En consonancia con su posición de hombre público abundan las poesías de circunstancias, que no por serlo carecen de originalidad y elocuencia. Su evolución hacia mayor pureza lírica la marcan Matinal, Otoñal y los sonetos del Funeral bucólico, en que se observa su abandono del romanticismo y la aceptación de las formas parnasianas. Publica en la Revista Azul su traducción de cinco sonetos de Los trofeos de Heredia, en los que se advierte el aprovechamiento de los recursos plásticos y sonoros. En el poema Otoñal, Sierra abandona la entonación cívica para expresar sentimientos íntimos. El beato Calasanz es el poema más ambicioso de Sierra. Aquí hace alarde de su dominio de la versificación y reúne formas clásicas, románticas y premodernistas, con el sentido ecléctico propio del modernismo.
POEMA I José Martí
Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, –es
Que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla, y muere.
Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto,–
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.
Tema-. Que no todo lo que vale la pena en la vida es lo que es hermoso, bello o costoso, que lo que verdaderamente importa son los sentimientos como el amor, el dolor, o la paz.
Melancolía-. De horror y júbilo yerta, Sobre la estrella apagada Que cayó frente a mi puerta.
Metáfora-. Oigo un suspiro, a través De las tierras y la mar, Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor Tomo a un amigo sincero
Preciosismo-. Volar al azul sereno, Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Prosopopeya-. Sobre el silencio profundo Murmura el arroyo manso
Frivolidad-. De horror y júbilo yerta, Sobre la estrella apagada
Comparación-. Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto
Y que no hay fruta en la tierra Como la del camposanto.
Opinión-.Pues creo que el autor es demasiado extremista, presuntuoso y casi siempre quieren verle lo bueno a la vida aunque no sea cierto.
La duquesa Job Manuel Gutierrez Najera
En dulce charla de sobremesa,
mientras devoro fresa tras fresa
y abajo ronca tu perro Bob,
te haré el retrato de la duquesa
que adora a veces el Duque Job
No es la condesa de Villasana
caricatura, ni la poblana
de enagua roja, que Prieto amó;
no es la criadita de pies nudosos,
ni la que sueña con los gomosos
y con los gallos de Micoló.
Mi duquesita, la que me adora,
no tiene humos de gran señora:
es la griseta de Paul de Kock.
No baila Boston, y desconoce
de las carreras el alto goce,
y los placeres del five o’clock.
Pero ni el sueño de algún poeta,
ni los querubes que vio Jacob,
fueron tan bellos cual la coqueta
de ojitos verdes, rubia griseta
que adora a veces el Duque Job.
Si pisa alfombras, no es en su casa,
si por Plateros alegre pasa
y la saluda Madam Marnat,
no es, sin disputa, porque la vista;
sí porque a casa de otra modista
desde temprano rápida va.
No tiene alhajas mi duquesita,
pero es tan guapa, y es tan bonita,
y tiene un cuerpo tan v’lan, tan pschutt;
de tal manera trasciende a Francia
que no la igualan en elegancia
ni las clientes de Hélène Kossut.
Desde las puertas de la Sorpresa
hasta la esquina del Jockey Club,
no hay española, yanqui o francesa,
ni más bonita, ni más traviesa
que la duquesa del Duque Job.
¡Cómo resuena su taconeo
en las baldosas! ¡Con qué meneo
luce su talle de tentación!
¡Con qué airecito de aristocracia
mira a los hombres, y con qué gracia
frunce los labios- ¡Mimí Pinson!
Si alguien la alcanza, si la requiebra,
ella, ligera como una cebra,
sigue camino del almacén;
pero ¡ay del tuno si alarga el brazo!
¡nadie le salva del sombrillazo
que le descarga sobre la sien!
¡No hay en el mundo mujer más linda!
Pie de andaluza, boca de guinda,
esprit rociado de Veuve Clicquot;
talle de avispa, cutis de ala,
ojos traviesos de colegiala
como los ojos de Louise Théo!
Ágil, nerviosa, blanca, delgada,
media de seda bien restirada,
gola de encaje, corsé de ¡crac!,
nariz pequeña, garbosa, cuca,
y palpitantes sobre la nuca
rizos tan rubios como el coñac.
Sus ojos verdes bailan el tango;
¡nada hay más bello que el arremango
provocativo de su nariz!
Por ser tan joven y tan bonita,
cual mi sedosa, blanca gatita,
diera sus pajes la emperatriz.
¡Ah, tú no has visto cuando se peina,
sobre sus hombros de rosa reina
caer los rizos en profusión!
¡Tú no has oído qué alegre canta,
mientras sus brazos y su garganta
de fresca espuma cubre el jabón!
¡Y los domingos!…¡Con qué alegría
oye en su lecho bullir el día
y hasta las nueve quieta se está!
¡Cuál acurruca la perezosa,
bajo la colcha color de rosa,
mientras a misa la criada va!
La breve cofia de blanco encaje
cubre sus rizos, el limpio traje
aguarda encima del canapé;
altas, lustrosas y pequeñitas,
sus puntas muestran las dos botitas,
abandonadas del catre al pie.
Después, ligera, del lecho brinca.
¡Oh quién la viera cuando se hinca
blanca y esbelta sobre el colchón!
¿Qué valen junto de tanta gracia
las niñas ricas, la aristocracia,
ni mis amigas de cotillón?
Toco; se viste; me abre; almorzamos;
con apetito los dos tomamos
un par de huevos y un buen bistec,
media botella de rico vino,
y en coche juntos, vamos camino
del pintoresco Chapultepec.
¡Desde las puertas de la Sorpresa
hasta la esquina del Jockey Club,
no hay española, yanqui o francesa,
ni más bonita ni más traviesa
que la duquesa del Duque Job!
Tema-. Belleza singular de una joven afrancesada
Metáfora-. ¡No hay en el mundo mujer más linda!
Pie de andaluza, boca de guinda,
esprit rociado de Veuve Clicquot;
talle de avispa, cutis de ala,
Preciosismo-. tiene un cuerpo tan v’lan, tan pschutt;
Jockey Club,
Por ser tan joven y tan bonita,
cual mi sedosa, blanca gatita,
Cromatismo-. , blanca gatita
boca de guinda,
Opinión-. Este poema me gustó mucho porque describe muy bonito todo lo referente a Francia y a una chica que está afrancesada
Para entonces Manuel Gutierrez Najera
Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo;
donde parezca sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta al vuelo.
No escuchar en los últimos instantes,
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.
Morir cuando la luz, triste, retira
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.
Morir, y joven: antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona;
cuando la vida dice aún: soy tuya,
aunque sepamos bien que nos traiciona.
Tema-. Referente a la muerte
Metáfora-. el alma, un ave que remonta al vuelo; ser como ese sol que lento expira, cuando la vida dice aún: soy tuya, aunque sepamos bien que nos traiciona
Cromatismo-. sus áureas redes de la onda verde
Opinión-. Este poema creo que sí habla de algo muy real referente a la muerte el cual es un tema que a la sociedad no le gusta mencionar pero es algo que se vive día con día
POESÍA CONTEMPORÁNEA DEL SIGLO XX
El siglo XX es, en realidad, una evolución de los presupuestos anteriores. La libertad y originalidad se desbordan hasta lo irracional. Las vanguardias de comienzo de siglo plantean el dilema entre poesía humanizada –personal, sentimental y de emociones– o poesía pura -del ingenio, el artificio y el juego-. Sin embargo, el poeta parece transgredir alegremente las fronteras entre una y otra, y usar de lo que le conviene en cada caso. La Guerra civil española crea una ruptura que abarca casi la mitad del siglo. A partir de entonces, la lírica sigue caminos inciertos entre humanización y deshumanización. Aunque parezca predominar la primera tendencia, ni existe una verdadera oposición entre las dos, ni puede prescindirse de ninguno de ambos aspectos.
Muy cercana la vida y obra de escritores contemporáneos nuestros, es difícil emitir juicio sobre sus valores y trascendencia. En la revista que pasaremos a la literatura de nuestro siglo nos limitaremos a enunciar obras y autores, señalando características de calidad sólo cuando ellas se encuentran por encima de toda critica; no menospreciaremos por eso la labor de otros autores pero que , por hallarse su labor sujeta a revisión todavía no ha ido sancionada públicamente. Esto explicaría también la omisión de algunos nombres,.
Difícil es, además, encasillar en formas rígidas a estos autores especialmente en poesía por cuanto hombres de nuestro vertiginoso siglo van evolucionando y pasando de una escuela a otra. La enumeración se hace siguiendo el orden cronológico e nacimiento y la disposición adoptada se hizo atendiendo lo más relevante del género en que volcaron sus preferencias, ejemplo de esto son los renombradísimos Jaime Sabines y el galardonado Octavio Paz.
Sabines
Me encanta Dios. Me encanta Dios. es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos. Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre de traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida – no tú ni yo – la vida, sea para siempre. Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang… Pero ¿que importa se el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes. A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho- frente al ataque de los antibióticos- !bacterias mutantes¡ Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento. Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia- y se agita y crece- cuando Dios se aleja. Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer mas amada, el perrito y la pulga, la piedra mas antigua, el pétalo mas tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy. A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
Ttema-. habla sobre Dios pero ya no como algo lejano sino como algo nuestro y cotidiano
Opinión-. Este poema es realmente algo dieferente ya no es lo típico de la rima y métrica ya es algo en el que el autor se expresa libremente y escribe algo que le gusta mucho, habla sobre aguien que a todos nos deberìa de encantar.Habla de un Dios más humano y sencillo y que por su existencia el mundo debe ser menos complicado, de un Dios divertido,¡que padre ser fan de Dios!
Octavio Paz Niña
A Laura Elena
Nombras el árbol, niña. Y el árbol crece, lento, alto deslumbramiento, hasta volvernos verde la mirada.
Nombras el cielo, niña. Y las nubes pelean con el viento y el espacio se vuelve un transparente campo de batalla.
Nombras el agua, niña. Y el agua brota, no sé dónde, brilla en las hojas, habla entre las piedras y en húmedos vapores nos convierte.
No dices nada, niña. Y la ola amarilla, la marea de sol, en su cresta nos alza, en los cuatro horizontes nos dispersa y nos devuelve, intactos, en el centro del día, a ser nosotros.
HABLA DE UNA NIÑA, DE LA CUAL ESTÁ TAN ENAMORADO, QUE PARA EL TODO LO QUE ELLA DIGA SE REALIZARA,, COMO SI ELLA FUERA DIOS Y TUVIERA PODER SOBRE TODO EL MUNDO.
María del Rocío Saro Avalos