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Infracción juvenil y educación social (página 2)

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 10. Educación Social

La educación tiene un papel fundamental para la sociedad, ya que su función social "históricamente ha consistido en el proceso de transmisión de los contenidos culturales considerados de fundamental importancia para la reproducción del ambiente social. Las formas institucionales de la educación dependen del momento histórico y los contenidos a trasmitir están supeditados a los intereses implícitos o explícitos que encierra el proceso de racionalización de la educación como practica social"

Los ámbitos tradicionales donde se ha producido esa transmisión de contenidos siempre ha sido la familia y la escuela; actualmente esos espacios dejan de ser los únicos de la educación "y se comienza a delimitar un tercer espacio: el de la educación social; espacio que, a pesar de requerir formas particulares de actuación educativa, no sustituye sino que potencia y complementa, con su desarrollo particular, sus propios alcances y posibilidades con los de los ámbitos familiar y escolar".

Los objetivos de la educación social son posibilitar "la incorporación de los sujetos, a través de la acción educativa a redes cada vez más amplia de lo social, a partir de la participación de todos los sujetos en el patrimonio cultural común de la sociedad". Dichos espacios no pretenden compensar las deficiencias de los sistemas de educación formal, sino complementar el proceso formativo de los sujetos por medio de la acción educativa, que tome especialmente en cuenta los ámbitos de la vida cotidiana.

Son interesantes los aportes realizados por Antonio Petrus respecto a la conceptualización de la educación social, nos plantea varias ideas, de ellas me interesa rescatar dos: (1) educación social como adquisición de competencias sociales, es decir, "la acción educativa cuyo objeto es el aprendizaje de las virtudes o capacidades sociales que un grupo o sociedad considera correctas y necesarias para alcanzar su integración", y (2) educación social como socialización, es decir, aquel "proceso que permite a los individuos integrarse en la sociedad, asimilando las normas, valores y actitudes necesarios para convivir, sin excesivos conflictos en su grupo social".

Personalmente considero que ambos conceptos de educación social deben nutrirnos para orientar la práctica educativa en esos sentidos, tanto en propiciar diferentes niveles de aprendizajes como con relación a la integración del educando en lo social con niveles de conflictividad tolerables.

Ese planteo de las competencias sociales implica por un lado una reflexión del sujeto acerca de la realidad y su grupo de pertenencia, y por otro que los aprendizajes de las competencias se adquirirá a través del lenguaje que nos permite una mayor interacción social con otros individuos.

En el marco de la educación social se establece una relación educativa que reúne a educador y educando. Ambos sujetos asumen roles distintos, el primero llevando adelante acciones intencionadas, en el marco de un proyecto educativo, tendientes a trasmitir aquellos contenido socialmente valiosos para la integración social del educando y el segundo asumiendo la adquisición de los contenidos aportados, produciéndose "una aceptación en cuanto a la adquisición del capital cultural que lo habilite a incorporarse a lo social".

Es importante aclarar que una de las tareas del educador en general, y específicamente trabajando en medidas judiciales socioeducativas es despertar el interés de los adolescentes por participar voluntariamente de la relación educativa; "esté interés está estrechamente ligado a que el niño/adolescente vea un valor social en la propuesta que se le realiza, no en un sentido pragmático o utilitario, sino con relación a sus aspiraciones, a sus necesidades y a la (re)formulación de su proyecto de vida".

Este punto es central en este tipo de relación educativa que se inicia con una orden judicial, será necesario superar esa etapa coactiva para ofrecer al adolescente razones para valorar y participar activamente en la propuesta que el educador le plantea. Ya que "mediante la atención directa el educador ayuda a un sujeto dispuesto a trabajar para obtener recursos (sociales, culturales), que la sociedad exige para la inserción y circulación social en circuitos cada vez más amplios".

11. Educación Social E Infracción Adolescente

Una de las áreas de intervención del educador, es la relativa al trabajo con adolescentes responsables de infracciones penales, este tipo de intervenciones requieren una especificidad de lo educativo, donde ciertos elementos concretos dan un cariz diferente a la relación educativa, a los contenidos y a los tiempos de la educación.

Esta especialidad dentro de la educación social debe buscar sus objetivos educativos propios, y compatibilizarlo con elementos de otras disciplinas que han hecho experiencia en el tema del delito como por ejemplo, la criminología. De esa práctica debe surgir un saber teórico propio de esta educación social especializada en la infracción penal de los adolescentes. En ese sentido "la fundamentación de la acción no sólo demanda la construcción y delimitación de objetos, sino también el conocimiento y utilización de aquellas técnicas seleccionadas en función de esa realidad en particular"

Para iniciar dicha construcción debemos realizar un buen rastreo de la información tanto del educando, su familia y redes de soporte afectivo social, en el entendido que un buen conocimiento del adolescente, un buen diagnóstico de situación nos aportará mayores elementos para una intervención eficiente.

Muchos aportes del pedagogo brasileño Antonio Carlos Gómez Da Costa, cuando nos habla del realismo pedagógico, son pertinentes para este tipo de intervención, ya que expresa una serie de ideas que tienen que ver con intervenciones educativas con adolescentes responsables de infracciones. En ese sentido formula las ideas en forma de mitos, creo necesario destacar los siguientes: a) mito de la no-conflictividad; b) mito de la horizontalidad; c) mito de la naturalidad; y d) mito de la suavidad.

a) Pensar la relación educador-educando sin conflicto refleja una visión "irrealista" de la educación, esto no quiere decir que asumir la conflictividad es "trasformar la relación pedagógica en una cruzada, en una guerra del bien contra el mal. Por el contrario, cuanto más seamos competentes para entender y dirigir los aspectos conflictivos de la relación la tendencia será de superarlos cada día más, y con ello crear un clima de aceptación y entendimiento".

b) La relación educativa tiene carácter asimétrico, ya que los roles, objetivos y responsabilidades de los actores son diferentes, lo que no implica una diferencia en el plano humano, es importante que haya una buena traducción de este concepto en la practica educativa, de forma que "el educador debe colocarse al servicio del educando y no de aquellos que lo oprimen".

c) Una de las expresiones de la naturalidad en el proceso educativo es el espontaneísmo; Gómez Da Costa sostiene la artificialidad del proceso educativo, con eso quiere decir que "la acción educativa no surge espontáneamente, no nace de la dinámica de los hechos entregados a sí mismos. Por el contrario, la educación resulta de una opción consciente, de una selección deliberada".

d) El proceso educativo no necesariamente debe ser un camino suave "la tensión, el riesgo y la angustia no siempre pueden ser evitadas por parte del educador; ello es parte de la esencia misma de este tipo de trabajo".

Es importante destacar algunos puntos que hacen al trabajo educativo con adolescentes, puntos esenciales que el educador siempre debe tener presente, fundamentalmente en el trabajo con adolescentes responsables de infracciones a la ley penal.

Una herramienta central del educador es el manejo de la información, manejo que se debe expresar en dos niveles. Por un lado de la información general de la cultura de nuestro tiempo (lo político, cultural, educativo, social, etc.); y por otro lado la información de los servicios destinados a niños y adolescentes con el objetivo de hacer nuestra acción más eficiente, logrando conectar a los adolescentes con los servicios existentes, que por una parte cubren necesidades esenciales y por otro facilitan su inserción social.

Conectando al adolescente con la comunidad podemos disminuir a la mínima expresión los riegos de la institucionalización, entendida como esa dependencia de un asistencialismo que lo inmoviliza. Es clave su integración en espacios donde asisten chicos de su edad a realizar actividades propias de la etapa adolescente, y evitar de ser posible la ficción de espacios de "integración" de adolescentes unidos solo por su situación de infractores a la ley.

 Otro elemento a discutir, es el de los contenidos socialmente valiosos que en este caso la Educación Social debe trasmitir, tanto como la forma en que esa transmisión se debe producir. La discusión puede entablarse en distintos niveles, él más extremo que cuestiona la existencia de contenidos a trasmitir y que reduce el rol del educador al de un mero facilitador; otro que acepta esta función activa de la educación, nos introduce en el compromiso de intentar responder ¿Cuáles son esos contenidos? ¿Quién establece aquello que es lo socialmente valioso? ¿De qué forma se van a trasmitir esos contenidos? ¿Para qué?… No vamos a encontrar respuestas únicas, ni terminantes a estas interrogante, aunque es importante generar esa discusión a fin de propiciar el avance de una disciplina que esta en mucho sentidos en estado embrionario.

Hay tres elementos claves del trabajo educativo con adolescentes responsables de infraciones:

  1. Responsabilidad: entendida como la capacidad de sentirse obligado a cumplir una tarea sin una presión interna, aceptando las consecuencias de los propios actos. Esta palabra en esta tarea educativa específica cobra un doble sentido, por un lado la responsabilidad por la infracción cometida donde es importante pensar las razones, las consecuencias personales y para los otros; en otro sentido el aprendizaje de asumir las tareas cotidianas, la formación personal, los vínculos con la familia, amigos, novias, todas aquellas cosas que aunque sin unanimidades, se esperan de un adolescente

2) Autonomía: Valor que se manifiesta en la capacidad de actuar con independencia. En este punto es importante diferenciar a los adolescentes por franjas etáreas, ya que necesitamos clarificar las responsabilidades de los adultos y de los adolescentes, con el objetivo de no cargar a un chico en busca de la autonomía con responsabilidades adultas. Es muy frágil el límite de decisión, de estimular la autonomía, o reclamar a los adultos el cumplimiento de sus responsabilidades.

3) Autoestima: Sentimiento de aceptación que permite sentirse capaz de afrontar nuevas situaciones, pudiendo valorar las propias posibilidades y limitaciones. Este es uno de los temas claves de trabajo con los adolescentes, muchas veces, las carencias en este aspecto tienen consecuencias graves de la vida relacional. Es necesario identificar qué factores inciden a fin de encararlos, trabajarlos y buscar posibles alternativas de cambio. Aceptar las capacidades y limitaciones que todas las personas tienen, desmistificando supuestas perfecciones, e identificar aquello en que el adolescente nos puede enseñar.

12. Currículo Basico

De la experiencia educativa debemos sistematizar la forma en que trasmitimos los contenidos, reflexionar acerca del accionar diario a fin de poder encontrar los aciertos, para revalorizarlos, perfeccionarlos y sistematizarlos; y los errores para modificarlos, a fin de lograr una práctica educativo social más eficiente y responsable.

En esta parte intentaré una aproximación a los contenidos temáticos de lo que sería un currículo básico para abordar la acción educativa social con adolescentes que son captados por el sistema de justicia juvenil para el cumplimiento de una medida judicial socioeducativa. "Se entiende por currículo el proyecto que determina los objetivos de la educación: el conjunto de conceptos, principios, procedimientos, actitudes, inscripto en los ideales propios de cada época, al que se espera que llegue el sujeto. También se refiere a los medios de que se dispone para facilitar y optimizar los procesos de transmisión y adquisición"

Las dos funciones esenciales del currículo son por un lado explicitar los objetivos de la intervención educativa; y por otro oficiar de guía que orienta la práctica del educador. Debemos construir un currículo abierto que oriente nuestra intervención educativa; adecuarlo a las realidades específicas, explicitarlo y discutirlo con el adolescente para que los objetivos del educador, puedan ser individualizados, acordados y compartidos por el educando.

En este trabajo vamos a arriesgar seis áreas de contenidos, las primeras cinco de contenidos temáticos específicos, y una sexta –habilidades sociales- que realiza un cruzamiento con las demás áreas. Las áreas básicas propuestas no pretenden constituirse en un programa "oficial" de trabajo con adolescentes en medidas socioeducativas, sólo procura enumerar una serie de temáticas, que debe tener una doble adecuación. Por un lado al perfil de la población atendida por el proyecto, y por otro a las características específicas de cada educando.

No podemos dejar de lado la dimensión afectivo-vincular, clave para que la relación educador-educando se desarrolle en un clima de confianza y construcción. En ese sentido el planteo pedagógico de Antonio Carlos Gómez Da Costa, "hacerse presente en la vida del educando es el dato fundamental de la acción educativa dirigida al adolescente en situación de dificultad personal y social." Ese alto compromiso que se asume no debe dejar de lado ni la direccionalidad, ni la intencionalidad del educador que en el marco de un proyecto específico y en coordinación con otros técnicos van a ir definiendo las líneas de acción de cada caso en particular.

13. Área Documentación

La documentación básica (partida de nacimiento y cédula de identidad) es además de un instrumento que habilita a circular socialmente con menos dificultades, un derecho consagrado en la CIDN al nombre y la identidad.

Por estas razones es importante apoyar al adolescente y su familia en la gestión de los documentos correspondientes según las metas del proyecto educativo, y las necesidades de cada caso concreto (la documentación de mayor utilidad además de la básica son: Carnet de Salud, Carnet de Asistencia, Pase Escolar, Credencial Cívica, Permiso de habilitación para el trabajo, Ficha Medica, etc.). En muchos casos ni el adolescentes ni sus padres fueron inscriptos en el Registro Civil, abordar está situación implica una tarea tan ardua y engorrosa, como necesaria.

14. Área Formación y Capacitación

En el área de formación y capacitación se ubican tanta cantidad de propuestas como de adolescentes, es indispensable tomar en cuenta las necesidades y deseos concretos del educando. Las alternativas pueden ir desde la adquisición de la lectoescritura y el cálculo hasta la culminación de la educación secundaria, o el aprendizaje de un oficio, tendiendo siempre a la búsqueda de la autonomía del individuo.

La capacitación de los adolescentes como herramienta de crecimiento personal, refuerza su autoestima, y unida a otros factores, da mejores posibilidades de inserción laboral.

Es muy importante escuchar a los adolescentes y sus familias, valorar sus prioridades, y orientar hacia proyectos posibles de ser continuados luego que cesa la intervención educativa. Este debe ser uno de los mayores desafíos si queremos apostar a cambios de mayor permanencia, haciendo ver tanto al adolescente como a su familia el valor de esos aprendizajes.

15. Área Salud

En esta área la intervención educativa está centrada básicamente en brindar la información y orientación que facilite el acceso a la salud tanto para la asistencia, como para la prevención.

Dentro de este tema se incluyen los siguientes:

  • Odontología: es importante abordar este tema ya que tiene importantes implicancias en la autoestima del adolescente y en la imagen que proyecta en los otros. Es importante que el o la adolescente comprendan la importancia de este tema, pudiendo enfrentar los miedos y ansiedades.
  • Sexualidad: información y orientación acerca de sexualidad, embarazo adolescente, enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos; debiendo propiciarse un ambiente de confianza donde se dé un dialogo franco y sin prejuicios
  • Consumo de sustancias psicoactivas: es importante que el educador tenga la información que le permita detectar dificultades en el consumo de sustancias, y en caso de ser necesario derivar a servicios de atención específicos.
  • Higiene personal: en está área se orienta al joven a fin de que pueda tener un aspecto que no genere rechazos sociales, en algunas ocasiones es imprescindible el apoyo material para adquirir ropa o productos para la higiene personal.
  • Utilización de los servicios de asistencia: orientación a fin de que los adolescentes y/o sus familias puedan acceder a los servicios de salud, tanto a nivel barrial como generales. Es necesario brindar la información acerca de los centros hospitalarios, policlínicas barriales, servicios odontológicos, etc.

16. Área Laboral

La demanda de trabajo por parte de los adolescentes está presente en un porcentaje importante de casos. La situación en el ámbito laboral del país con importantes niveles de desempleo, subempleo e informalidad laboral, hace difícil el acceso al mercado de trabajo de jóvenes en general con carencias educativas.

Es importante abordar los siguientes ítems:

  • Información general para facilitar la inserción en el mundo laboral
  • Orientación y apoyo para la búsqueda de empleo
  • Búsqueda de empleo en el diario (utilización de la guía telefónica, mapas de la ciudad –un método de búsqueda-)
  • Entrenamiento para afrontar entrevistas de trabajo
  • Realización de curriculum, cartas de presentación, etc.

17. Área Recreación y Deporte

Es importante estimular la participación de los adolescentes en actividades recreativas, ya que la interacción con sus pares es central para su proceso de desarrollo, la vinculación con centros juveniles, clubes de fútbol, plazas de deporte, u otras instancias de este tipo es necesario. En el mismo sentido organizar salidas al cine, teatro, espectáculos deportivos, etc., es abrirle las puertas a lugares muchas veces desconocidos por ellos, y tan importantes para valorar el disfrute de la vida, a experiencias muchas veces vedadas por factores económico-culturales.

18. Área Habilidades Sociales

El concepto de habilidades sociales es equiparado por algunos teóricos con el de competencias sociales; otros en cambio consideran a las competencias sociales como un parámetro de evaluación respecto a la concreción de las habilidades. En este caso, no entraremos en está discusión teórica y tomaremos ambos conceptos como sinónimos.

Los estudios sobre las habilidades sociales se inician en la década del 50 en Inglaterra y EEUU, respecto a la conducta social de niños y jóvenes. Inicialmente el término habilidades se utilizó respecto a la interacción humano-máquina, para más tarde emplearse con relación al vínculo entre las personas.

No puede establecerse una definición única respecto a las habilidades sociales, ya que depende de la perspectiva de los autores, me interesa rescatar la que dice que las habilidades sociales son el "conjunto de conductas emitidas por el individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de este individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esa conducta en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas".

Siguiendo a Fermoso, las habilidades sociales pueden clasificarse de la siguiente forma:

  1. Habilidades de autoafirmación: que implican la defensa los propios derechos, la posibilidad de expresar opiniones personales, aún estando en desacuerdo con el interlocutor; saberse disculpar, admitir los errores personales y la critica de otros; comprender los conflictos interpersonales y resolverlos.
  2. Habilidades de interacción: saber preparar el lugar, el momento y la situación de la relación; ajustarse al status del grupo y del otro y comprender los roles y sentimientos; captar las exigencias de los otros, exigir a los demás cambio de conducta; saber escuchar.
  3. Habilidades verbales: iniciar, mantener y terminar una conversación; dar y recibir cumplidos; preguntar y dar información; expresar quejas; pedir favores; saber decir que no.
  4. Habilidades no verbales: para expresar sentimientos por gestos: de ira, complacencia, agrado, desagrado, gusto y disgusto.

Las habilidades sociales están estrechamente conectado con las demás áreas de contenidos a ser trasmitidos, ya que por ejemplo para la utilización de los servicios de salud, para iniciar una capacitación, para obtener un empleo, se requieren ciertas adquisiciones a fin de concretar en la cotidianeidad circulación social. También es necesario anotar que la acción educativa, en este caso particular, se encuentra acotada por los tiempos de la decisión judicial, y no por los de la evolución de la relación educador-educando. Es por ello que deben desarrollarse estrategias de intervención donde se establezcan prioridades a corto, mediano y largo plazo, sabiendo que nuestra intervención cesa y es importante dejar elementos de anclaje social estable, para que los adolescentes y sus familias puedan continuar con sus proyectos, de la forma más autónoma posible.

Como requerimientos mínimos de adquisiciones es importante que durante la intervención educativa (mientras dura la medida judicial) los adolescentes puedan concretar ciertas habilidades, como por ejemplo las que siguen:

  • Uso de transporte público.
  • Conocimiento básico de calles y su lógica, desplazamiento por la ciudad, utilización del plano.
  • Utilización de teléfono públicos, y de la guía de teléfonos.
  • Saber explicar a las personas que lo atienden en cualquier gestión, que es lo que quiere de una forma entendible.
  • Saber preguntar en cada trámite que deba realizar la información que necesita.
  • Iniciar activa y voluntariamente un proceso de inserción laboral, de formación, o actividad que tienda a integrarlo socialmente.
  • Cumplir los acuerdos establecidos en el plan de trabajo, pudiendo rever y conversar respecto de los incumplimientos.
  • Dirigirse de forma respetuosa a las personas que lo atienden en diversas instancias.
  • Llegar puntualmente a los lugares de entrevista, capacitación y/o trabajo.
  • Ser receptivo a las indicaciones o exigencias del docente, empleador, etc.
  • Saber reclamar por sus derechos.

Esto es un punteo arbitrario, aunque pretende interpelarnos como educadores, a fin de reflexionar acerca de la tarea educativa, y de los contenidos a trabajar con los adolescentes en este tipo de intervenciones.

19. Conclusión

Una de las vertientes de la educación social especializada de que nos habla Violeta Nuñez, puede ser la de trabajo educativo social con adolescentes responsables de infracciones a la ley penal, lo que podríamos llamar educación social criminal. Tal vez es algo caprichoso de mi parte nombrar a esta área de la educación social de esa forma, aunque en diferentes áreas del conocimiento que abordan el tema del delito se establece esta especificidad disciplinar (por ejemplo: sociología criminal, antropología criminal, psicología criminal).

Estamos ante un conocimiento específico, diferente tanto en el ámbito teórico como metodológico, donde las intervenciones educativo sociales han realizado un camino en la práctica y es fundamental que lo hagan en lo teórico.

En el mismo sentido es indispensable el desarrollo de una didáctica de la educación social, que aporte mayores elementos de abordaje y transmisión de los contenidos, dinamizando las intervenciones, propiciando la discusión siempre próspera para el crecimiento de una disciplina en pleno auge y desarrollo.

 por

Diego Silva Balerio

"Cada operador de la justicia penal debe vislumbrar y auspiciar el futuro, y caer en la cuenta de que esa doble responsabilidad evoluciona cada día, y le obliga a una transformación profunda de sus criterios, de sus decisiones y de sus quehaceres: tiene que estudiar y elaborar respuestas nuevas, más humanas, a los delincuentes; alternativas a la privación de libertad y que intensifiquen la reparación a las víctimas"

Antonio Beristain

 

 

Autor:

Diego Silva Programa Herramientas Defensa de los Niños Internacional – Uruguay Telefax 9029996 – Tel. 9087459 Río Branco 1385 P.2 dniu[arroba]adinet.com.uy

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