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Intervención educativa Sexualidad Sana y Feliz dirigida a adolecentes


  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. El encuentro con la sexualidad de los adolescentes
  4. Las transformaciones biológicas y psicosexuales de la adolescencia
  5. Para educar la sexualidad del adolescente
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Introducción

Hay diferencia en la sexualidad en las distintas edades de la vida. Los adultos distinguen los deseos y sentimientos sexuales de otros sentimientos, sin embargo, las niñas y niños aprenden esto poco a poco, mientras que en los adolescentes repercuten con fuerza los sentimientos sexuales; ellos sienten que la actividad de sus genitales es demasiado abrupta, incontrolable y tratan de averiguar si continúan así(1). No saben que paulatinamente se irán haciendo más dependientes de la voluntad y se establecerá un equilibrio entre deseos, afectos y respuestas espontáneas de su organismo. (2),

     Organismos internacionales como el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), la OMS y otras, brindan datos elocuentes sobre la presencia de trastornos como: embarazos, maternidad y paternidad temprana, la nupcialidad o uniones consensuales sin la madurez requerida, abortos, relaciones coitales prematuras, infecciones de transmisión sexual y sida. Debe tenerse en cuenta las consecuencias que para los adolescentes y la familia implican estos fenómenos negativos.3 – 4

Cuando los niños se acercan a la pubertad, sus intereses y curiosidades son más complejas; para satisfacer aproximadamente estos requerimientos, los padres deben prepararse con mayor esmero, pues la educación de los hijos adolescentes debe incluir una amplia información sexual y orientación adecuada.

La adolescencia es la etapa de transición durante la cual el niño se transforma en adulto y, en términos generales, podemos delimitarla entre los 12 y 19 años, es la etapa de la vida en la que se experimenta el más rápido proceso de crecimiento físico y maduración emocional e intelectual. Este desarrollo ha incluido cambios físicos, emocionales y sociales. Así mismo se produce una variación en la manera en que se relacionan con el mundo que les rodea.

Se propone como objetivo. Exponer algunas consideraciones de la sexualidad en los adolescentes.

Para lograr en los futuros jóvenes una buena preparación sobre sexualidad que requiere una información verdadera, clara y asequibles, que incluya los sentimientos, los valores y las normas morales, mediante la promoción de salud, lo que permitirá establecer la base informativa para una sexualidad sana y feliz, para exigir una vida sexual responsable, es necesario enseñar a vivir la sexualidad con responsabilidad

Desarrollo

La adolescencia se define como una etapa de la vida entre la niñez y la adultez que transcurre desde los 10 hasta los 19 años y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y contradicciones, pero esencialmente positivos. Constituye un período de transición difícil y crítico.  Es el tiempo que transcurre desde la pubertad hasta los 19 años. 5

La adolescencia es, en nuestro criterio, la fase de la vida de transformaciones más rápidas, profundas y radicales en todas las esferas (psicológica, biológica y social), solo comparable con la infancia temprana, donde, desde el nacimiento hasta los 36 a 40 meses el infante se convierte, de un ser totalmente desvalido, en un niño capaz de realizar por sí solo, aunque naturalmente con la ayuda y apoyo del adulto, la mayoría de sus funciones vitales.

En la situación del adolescente el salto se hace mucho más agudo y riesgoso, si tenemos en cuenta que él, al inicio de esta etapa se encuentra bajo la autoridad y el control absoluto de los mayores y que en unos breves años deberá desarrollar las competencias que le permitan autodeterminarse, tomar decisiones trascendentales para él y quienes le rodean, a fin de poder desempeñarse de manera independiente y responsable en la vida de pareja, familiar, laboral y social en general.

El comienzo de las relaciones sexuales en edades tempranas es una situación que en generaciones pasadas pudo haber tenido un comportamiento diferente, pero la situación actual de Cuba no difiere de lo que está ocurriendo hoy en otras partes del mundo, con el atenuante de que las causas de relaciones sexuales tempranas no son tan deprimentes como ocurre en países subdesarrollados y hasta en países desarrollados, donde el comercio del sexo empuja a adolescentes y niños a un inicio de relaciones sexuales a muy temprana edad.6

 La información de los jóvenes sobre temas de salud reproductiva tiene valor desde el punto de vista de  su seguridad, a pesar de las controversias, sobre si ésta los anima a tener relaciones sexuales a una edad más temprana y  a ser promiscuos. Un análisis realizado por la OPS de 10-50 artículos científicos sobre estos programas revela que en algunos casos estos conducen a posponer el primer acto sexual; en otros incrementa el uso de anticonceptivos y puede ayudar a adquirir nuevos hábitos de comportamiento sexual.7, 8

El inicio precoz de las relaciones sexuales en adolescentes de ambos sexos es un fenómeno común en toda América. Se estima que en Latinoamérica el 50 % de los adultos menores de 17 años son activos sexualmente. En los 7 países que tienen datos de la Encuesta Demográfica (DHS), entre 53 % y 71 % de las mujeres han tenido relaciones sexuales antes de los 20 años. El inicio precoz de las mismas, como comentamos previamente, es la principal conducta de riesgo, y expone a los adolescentes, entre otros, al riesgo de embarazo no deseado e infecciones de transmisión sexual y SIDA.9

Es importante para el desarrollo adecuado de la personalidad del individuo conversar desde edades muy tempranas de la vida en  aspectos relacionados con la sexualidad. Se ve  con frecuencia que muchos adolescentes inician una vida sexual activa sin tener la preparación adecuada, con resultados nefastos, que se traducen en embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, maternidad y paternidad temprana, Algunos autores  plantean que el desarrollo de la sexualidad es un aspecto trascendental  que se inicia mucho antes de la adolescencia e incluso en etapas prenatales donde se definen los caracteres sexuales primarios (7).

Los estudios de la sexualidad en la adolescencia constituyen en la actualidad una de las propuestas de análisis dentro de las ciencias médicas, enfocadas desde una perspectiva de género, objeto de estudio de las ciencias sociales  tanto en Cuba como en el resto del mundo.

En Cuba, a pesar de contar con un magnifico sistema de salud basado en la atención comunitaria y muy en especial por el programa del médico de la familia, el trabajo en la prevención del riesgo reproductivo y la promoción de la salud sexual y reproductiva dista mucho aún de lo que se requiere. Diversos estudios realizados ponen de manifiesto que las y los adolescentes cubanos tiene una fuerte tendencia al inicio sexual precoz, siendo la edad aproximada los 14.5 años en el sexo masculino y 15.7 en el femenino (Encuesta Enseñanza Media, Ciudad de la Habana, 2000), por lo que tenemos un comportamiento similar al de las demás regiones en su conjunto.10

Es necesario preparar al adolescente para que se valga por sí mismo, aprenda a pensar, valorar, tomar decisiones y actuar por cuenta propia. 11,

 De esta forma quedan identificados  aspectos básicos de la situación de los adolescentes, tales como: la deficiente preparación para la vida en pareja, el amor, el matrimonio y la familia, lo que genera problemas como embarazo precoz, abortos, matrimonios en edades tempranas e infecciones de transmisión sexual. 12

La educación del adolescente para la vida adulta, independiente  con los recursos de personalidad que posibilite al individuo dar solución satisfactoria a los diversos problemas que les puedan plantear la vida; y lograr su realización en lo personal, lo familiar, y lo social, aspectos estrechamente relacionados, va dirigida a promover la capacidad de amar, contribuye  a fomentar sentimientos, motivaciones y actitudes y a disfrutar de la felicidad que brinda el amor (18)

Por educación sexual en nuestra sociedad entendemos preparar a las jóvenes generaciones para el amor y el matrimonio, la familia y la vida en pareja, en el principio de igualdad de derechos y deberes del hombre y la mujer.8,9 La educación sexual debe formar parte de cada individuo, que incluye los conocimientos y habilidades que exigen de cada ser humano, la vida en pareja y familia; debe estar orientada a preparar a las nuevas generaciones a fin de que puedan desarrollar relaciones de pareja estable, duraderas y felices, así como educar a sus hijos en los principios de nuestra sociedad socialista.10,11

No podemos negar que existen problemas con la educación sexual de jóvenes y adolescentes, que las relaciones antes del matrimonio se realizan a temprana edad y sin la utilización del condón, que no seleccionan correctamente su pareja, y en el peor de los casos se establecen relaciones con varios a la vez, contrayendo infecciones de transmisión sexual, crece el número de embarazos precoces, abortos y deserción escolar.6, 12, 13 

El encuentro con la sexualidad de los adolescentes

Para los mayores se hace muy difícil comprender el salto cualitativo que en todas las esferas de su existencia deben dar los y las adolescentes en tan breve espacio de tiempo, pero tradicionalmente les resulta mucho más difícil asimilar y propiciar las adquisiciones inherentes al área psicosexual de su personalidad.

Son innumerables los mitos, tabúes, prejuicios y estereotipos sexuales que albergan y trasmiten a los adolescentes las personas que le rodean. Ilustremos algunos de ellos detectados en estudios realizados:

  • los adolescentes son niños con cuerpo e ínfulas de adulto.

  • son promiscuos sexuales.

  • los intercambios sexuales entre adolescentes son prematuros y afectan su desarrollo.

  • la masturbación y el autoerotismo es dañino para su salud.

  • las relaciones coitales están bien para el varón pero no para la muchacha.

  • los juegos sexuales entre adolescentes de igual sexo expresan tendencias homosexuales permanentes e insuperables.

  • los adolescentes son incapaces de autorregular responsablemente su vida sexual.

  • los grupos de adolescentes solo sirven para despertar en ellos ideas y comportamientos conflictivos e inapropiados.

  • los padres deben controlar y dirigir rigurosamente las conductas sexuales de los adolescentes, especialmente las de las muchachas.

Estos son solo unos pocos ejemplos de la inmensa lista de preconceptos erróneos que alojan los adultos con respecto a la sexualidad de los adolescentes, y sobre la base de los cuales suelen organizar sus influencias educativas. De esta forma, se convierten, aún sin proponérselo, y a pesar de sus mejores intenciones, en la fuente de muchos de los conflictos y dificultades, de los trastornos que ellos y ellas pueden padecer en estas edades.

No se percatan de que la urna de cristal en la que los trataron de preservar durante la infancia, se convierte en estrecha y asfixiante para los adolescentes atendiendo a sus nuevas necesidades y posibilidades psicosexuales y de su personalidad, indispensables para poder formar y ejercitar las competencias físicas y espirituales que lo convertirán en un hombre o mujer pleno, realizado.

Las transformaciones biológicas y psicosexuales de la adolescencia

Pubertad proviene del latín pubertas cuya significación es edad fértil, luego, es la etapa caracterizada por un conjunto muy amplio de transformaciones anatomo-fisiológicas que culminan con la madurez biológica y reproductiva. Comúnmente es el fenómeno biológico que da inicio a la adolescencia.

El motor impulsor, desencadenante de estos cambios tan precoces y radicales, en edades tan tempranas como los 9 ó 10 años, se encuentra en el sistema endocrino, en la hipófisis y otras glándulas cuyas hormonas actúan sobre las gónadas femeninas y masculinas provocado su maduración anatómica y funcional. De la actividad de éstas, en particular, se derivan una amplia variedad de caracteres sexuales secundarios en la muchacha y el muchacho que se expresan a través de la menarquia, la eyacularquia, respectivamente, y en general en la transformación de todo su cuerpo en el de un hombre y una mujer con las todas las capacidades "aparentes" para la reproducción y la respuesta sexual.

El adolescente se convierte físicamente, en unos pocos años, en particular, en los más tempranos de esta etapa (cuando aún es psicológicamente muy inmaduro), en un adulto en apariencia, capaz de engendrar hijos e hijas y de disfrutar de la vida erótica en solitario y en pareja. De tales cambios y de su nueva situación social se derivan las primeras y trascendentales adquisiciones psicosexuales.

El chico y la chica puber observa y es consciente de que su cuerpo se transforma y adquiere capacidades adultas en dos sentidos fundamentales: como vía de procreación y, lo que es lo más importante para él, como vía de disfrute sexual y de atracción física erótica para otras personas, no solo de sus pares sino para los mayores.

De esta forma el cuerpo adquiere una nueva significación para el adolescente que estructura y desarrolla una imagen corporal diferente, llena de vivencias, conflictos y satisfacciones, las que actuarán directamente en el desarrollo de su autoestima enriqueciéndola o lesionándola según el caso. Esta transformación corporal unida a su desarrollo psíquico general da origen a lo que se denomina el "sentimiento de adultez", o la necesidad de ser y comportarse como los mayores de reproducir sus conductas y manifestaciones en general y sexuales en particular, lo cual trae aparejado el desarrollo de intereses referidos a todas las cuestiones de la vida sexual, de pareja, familiar y reproductiva.

En el trasfondo de estos procesos, la actividad gonadal desencadena deseos e impulsos sexuales (la libido), más o menos vehementes en la muchacha y el muchacho que son estimulados por sus propias fantasías eróticas y las de sus coetáneos quienes en estas edades constituyen la motivación social esencial de su vida.

Rápidamente ellas y ellos comprenden que la casi totalidad de las zonas de su cuerpo y en especial los genitales responden a estímulos erógenos somáticos o psicógenos y entran en una fase de "experimentación sexual" caracterizada por el deseo intenso de disfrutar de la más amplia variedad de vivencias eróticas y espirituales, lo que desencadena una búsqueda activa de experiencias eróticas que motivan al ejercicio de su sexualidad.

Los y las adolescentes ávidos de la independencia y la autodeterminación, de tomar las riendas de su vida sexual y general, de asumir posturas y actitudes independientes de los adultos, con frecuencia, por su poca madurez se ven imposibilitados de alcanzar estos fines por sí solos, por lo que recurren al apoyo y seguridad del grupo de sus iguales, primero de un grupo compuesto por chicos o chicas de su mismo sexo, con los que se sienten más cómodos que con los del otro sexo. Estos últimos, por lo general son el objeto de su atracción pero aún carecen de las habilidades y las vías efectivas de interacción y convivencia que facilite una buena comunicación entre ellos y ellas.

Para educar la sexualidad del adolescente

A través de lo largo de los siglos, y aún hoy, con todas las transformaciones que trajo consigo la revolución sexual, históricamente nuestra sexualidad ha sido formada en la cultura del NO, la prohibición, la represión, el miedo, el silencio, los sermones moralizantes y la incomunicación.

Para evitar las consecuencias nefastas de una vida sexual "libre y plena", nos dedicamos tradicionalmente a matizarla de todo tipo de valencias y connotaciones negativas que la han rodeado de un halo de perniciocidad, culpabilidad, represión y rechazo.

Si estos criterios han sido profusamente aplicados históricamente a los adultos de las más diversas edades, cómo será su práctica en los niños y niñas y adolescentes.

El infante, hasta el surgimiento de las teorias de S. Freud, e incluso para muchos teóricos y personas comunes de hoy, ha sido, y es considerado un ser sexuado, masculino o femenino pero erroneamente no sexualizado, carente de necesidades, intereses y motivaciones vinculadas a la vida sexual.

Conclusiones

Los temas sobre sexualidad se deben abordar desde la niñez. Las infecciones de transmisión sexual y los anticonceptivos son temas de interés. Las vías por las que se obtiene la información es a través de los padres y maestros. Los adolescentes definen la sexualidad como forma de mostrarse en la vida: forma de compartir, de relacionarse, de   ser, en las actividades diaria y aspiran a darle a los hijos el amor que necesitan, amar la familia y lograr de una vida familiar plena.

El director en ciencias psicológicas de la comisión provincial de educación, orientación y la terapia sexual-psicológico-clínico en el Hospital Ginecobstètrico Pinareño Abel Santamaría opina "La Educación Sexual es como un carro con dos luces una larga y una corta". La última tiene que ver con el condón, el aborto, infecciones de transmisión sexual y el embarazo no deseado. La Luz larga no se tendrá en breve tiempo y ella abarca la educación de los sentimientos, la multiplicación de valores en la conducta sexual ajeno a la promiscuidad.

     El proceso de dirección del desarrollo sexual de nuestros niños, niñas y adolescentes comienza solo cuando los mayores estamos listos para crecer nosotros mismos en el sentido de penetrar, controlar y superar nuestras deficiencias y limitaciones, nuestros conflictos y contradicciones. Solo entonces estaremos en condiciones de convertirnos en verdaderos y eficientes educadores y orientadores sexuales. Nuestra máxima aspiración es potenciar en los adolescentes una vida sexual y social placentera, plena y responsable, a través de los senderos que ellos mismos se propongan y sean capaces de trazar. Es en ese sentido que dirigimos nuestro compromiso y nuestros mayores esfuerzos.

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Autor:

Marcia Santamarina Fernández

Licenciada en Enfermerìa. Miembro Adjunto de la SOCUENF.

-Yamilet Viltres García

Licenciada en Enfermerìa. Miembro Numerario de la SOCUENF

-Carmen Pelegrino Mainer

-Licenciada en Enfermerìa .Miembro Numerario de la SOCUENF

_Eudilfida Tejeda Peña

Licenciada en Enfermerìa. Miembro Titular de la SOCUENF

2015

"Año 57 de la Revolución"