Perros de Salvamento Mediante las Técnicas Arcón en la presentación de Sismos (página 2)
Enviado por Jorge O. Serrano Torres
El «efecto yoyó» constituye un fenómeno de conducta que descubrí en ciertos ejemplares, los cuales retornaban sistemáticamente hacia el guía tras recorrer una cierta distancia, obedeciendo así a una especie de inercia mental afianzada.
Se trata de un hábito especialmente nocivo para el trabajo de rescate canino, que lesiona de forma más o menos directa elementos tan esenciales como son la autonomía e iniciativa del perro en las operaciones de búsqueda.
Circunstancias de Aplicación
Fundamentalmente, cuando el perro efectúa algún tipo de retorno hacia el guía., o bien, se aleja precisando ser llamado.
Pautas Básicas
Utilizar mínimamente la orden de llamada. Pude constatar que un exceso de utilización de la misma, suponía la causa principal que provocaba la adquisición de éste hábito en el ejemplar.
Evitar a la llegada del perro tras el retorno, cualquier tipo de acto que implique un cierto efecto de reforzamiento (emisión de vocablos afectivos, caricias, conducta de juego…).
TÉCNICA DE AUTONOMÍA PROGRESIVA POR ACCIÓN DEL «EFECTO MANIQUÍ»
Objetivo
Al conseguir que el perro disocie al guía como posible elemento de apoyo, potenciaremos de forma progresiva:
Nivel de autonomía y concentración en la búsqueda.
La magnitud del reforzamiento, debido al importante efecto de contraste que produce el cambio de la actitud inmutable de maniquí del guía a la posterior de reforzamiento activo y eufórico.
La conveniente permanencia del perro señalizando en el punto de localización.
Circunstancias de Aplicación
Cuando en sesión de trabajo el perro retorna hacia el guía o sin distanciarse de éste lo reclama de cualquier forma (ladridos, apoyo de extremidades…). El guía aplicará la posición maniquí, dosificando de una forma racional y equilibrada, en sesiones de trabajo o intervenciones reales.
Pautas Básicas
El guía deberá adoptar ate el perro en todo momento una actitud corporal firme, inerte e inmutable, omitiendo cualquier forma de reacción física (incluso facial) o verbal, como si de un simple maniquí se tratase.
TÉCNICA DE RESTABLECIMIENTO INOCUO POR INSERCIÓN SONORA
Objetivo
Conseguir restablecer de una forma inocua la conducta de trabajo del perro frente a posibles distracciones desviatorias.
Al considerar nocivo el generalizado recurso de reiterar la orden de búsqueda por su negativa incidencia en la línea de iniciativa del perro, opté por seleccionar este peculiar procedimiento que ofrece un notable porcentaje de efectividad.
Circunstancias de Aplicación
Este recurso resultará aplicable bajo el silencio relativo que suele caracterizar la fase inicial de aprendizaje, aunque obviamente no sería factible en una operación de búsqueda con factores auditivos adversos, debe tenerse en cuenta que el perro en dicha fase ya no padece la frágil susceptibilidad del inicio, habiéndose ya además potenciado sensiblemente su propia capacidad de restablecimiento conductual.
Pautas Básicas
La percepción por el perro de un breve ruido interferente y puntualmente provocado (arrastre de suela por el pavimento, golpe de un objeto…) ocasiona una especie de ruptura instantánea en su desviada e incipiente línea de atención. Siendo en este fugaz paréntesis donde se suele imponer nuevamente y de forma espontánea la deseable conducta base.
Debe procurarse evitar que el perro se percate de la procedencia del sonido efectuado.
La emisión sonora deberá insertarse con la máxima simultaneidad posible respecto a la manifiesta distracción del perro, y con intensidad suficiente, no excesiva, para conseguir el objetivo según el caso.
TÉCNICA DE FACTIBLE LOCALIZACIÓN POR COMPENSACIÓN PREVIA DE FACTORES CONTRAPUESTOS
Objetivo
La consecución de éxito por el perro en el trabajo de búsqueda, sin menoscabo del progreso de aprendizaje pretendido con el desarrollo del ejercicio.
Preservar y potenciar el estado motivacional del ejemplar, imprescindible para una adecuada evolución del proceso de aprendizaje.
Evitar nocivas situaciones de fracaso y frustración en la fase inicial de formación, favoreciendo un incremento de la carga estimular positiva que debe evocarle el entorno de los escombros.
Circunstancias de Aplicación
Durante la fase de formación y puntualmente en la de entrenamiento
Pautas Básicas
Se efectuará el análisis y diferenciación de aquellos factores o elementos que hipotéticamente incidirán de forma positiva o negativa en el desarrollo de la búsqueda por el perro (nivel de motivación observado, presencia de estímulos importantes, condiciones climáticas…).
Seguidamente definiremos las líneas básicas del ejercicio a realizar, obedeciendo a un supuesto estado de equilibrio o compensación previa que posibilite la obtención de éxito al ejemplar, con el pertinente progreso y sin apoyo del guía.
Intervendremos fundamentalmente sobre aquellos factores básicos y manipulables como puede ser el caso de la posición del punto de suelta del perro o la ubicación de zulos.
TÉCNICA DE APOYO SIN DEMANDA POR APROXIMACIÓN RESTRINGIDA
Objetivo
Obtención de éxito en el desarrollo de la búsqueda.
Incremento del nivel de seguridad en la señalización del sepultado.
Circunstancias de Aplicación
Esta técnica se aplicará exclusivamente en aquellos casos puntuales donde se considere menos contraproducente un aporte de apoyo controlado que la inminente situación de fracaso en el perro., evitando su uso reiterado que lesionaría el potencial de autonomía del ejemplar.
Cuando una cierta dosis de inseguridad interfiere negativamente en la pauta de señalización.
Se desarrollará básicamente durante la fase inicial de aprendizaje.
Pautas Básicas
El guía se aproxima caminando sobriamente sin ningún tipo de movimientos extras ni pronunciación verbal en dirección al punto de localización (donde suele encontrarse el perro), debiendo detenerse cuando estime que ha transmitido al perro el apoyo mínimo suficiente.
No se aplica la técnica en caso de existir demanda de apoyo previa por el perro o retorno del mismo hacia el guía, con el objeto de evitar posibles condicionamientos nocivos.
TÉCNICA DE REFORZAMIENTO CALIBRADO POR TRIPLE CONTROL
Objetivo
Potenciar el efecto positivo del reforzamiento
Favorecer la pauta de señalización cuando resulte preciso
Controlar la positiva consecución de éxito por parte del perro en el trabajo de búsqueda, preservando y favoreciendo su nivel motivacional frente a esta actividad.
Circunstancias de Aplicación
Durante la fase de formación y entrenamiento inicial, especialmente durante el desarrollo de búsquedas encadenadas.
Pautas Básicas
El instructor se sitúa en un punto estratégico que le permita observar con la mínima interrupción, el comportamiento del perro que desarrolle la búsqueda y actuar en consecuencia.
Controlará mediante el transceptor tres variables fundamentales: Figurante concreto que ha de reforzar.
Momento de iniciar el reforzamiento.
Forma de efectuar el reforzamiento (intensidad, duración…)
Previamente deberá haber evaluado todo un conjunto de factores esenciales: Metas de aprendizaje pretendidas con el desarrollo del ejercicio.
Señalización efectuada por el perro (fluidez, perseverancia, destinatario…)
Estado energético o motivacional observado en el ejemplar. Posibles estados de confusión o inhibición en el perro.
Efectivamente el instructor deberá captar y analizar sobre la marcha aquellos matices significativos reflejados por el ejemplar durante el acto de búsqueda o señalización, para así poder controlar con una efectividad real las tres variables antes citadas.
TÉCNICA DE BÚSQUEDA ENCADENADA POR DISUASIÓN MÍMICA DEL SEPULTADO
Objetivo
Mantener los necesarios niveles de autonomía, motivación y concentración del perro, durante el desarrollo de posibles búsquedas consecutivas y respectivas señalizaciones.
Circunstancias de Aplicación
En operaciones de búsqueda en formación, entrenamiento o intervención.
Pautas Básicas
Cuando el guía advierte que el perro señaliza uno de los figurantes sepultados, se aproximará corriendo hacia éste, para recompensarlo con una discreta caricia y una breve felicitación verbal (en intervención real, marca los escombros con un aerosol en caso de no encontrarse accesible la víctima), acopla rápidamente la traílla al perro y efectúa a su vista un giro corporal enérgico y decidido, respecto al punto señalizado que quedará ubicado a la espalda del guía. Seguidamente se orientarán hacia la nueva zona a batir, reiniciándose una nueva búsqueda.
He comprobado que el acto de esquiva corporal desarrollado por el guía respecto al punto de señalización, llega a provocar en el perro un especial efecto disuasorio liberándolo útilmente de la atracción ejercida por el figurante y favoreciendo la predisposición del ejemplar para intentar localizar un nuevo sepultado, impulsado especialmente por la expectativa ya creada del encadenamiento, donde el reforzamiento máximo aparece imprevisiblemente.
El guía procurará que su esquiva sea visualizada por el perro, y dejar siempre a su espalda el punto señalizado por el ejemplar.
Por otra parte, la posible sensación de frustración que conllevaría la total ausencia de reforzamiento, es positivamente atenuada por los discretos actos reforzantes del guía evitando la aparición de un posible efecto inhibidor. Aprovecharemos de esa incipiente sensación de frustración, una cierta propiedad impulsiva, que va a contribuir a energizar y motivar la siguiente conducta de búsqueda.
PROCESO FORMATIVO ARCÓN
SEÑALIZACIÓN | ARQUETA DESNUDA |
ARQUETA VESTIDA | |
BÚSQUEDA SIMPLE (UN SEPULTADO) | ESCOMBRERA INTRODUCTORIA |
ESCOMBRERA DE TRABAJO | |
BÚSQUEDA ENCADENADA | DOS SEPULTADOS |
TRES O MAS SEPULTADOS |
El proceso formativo Arcón ha sido estrictamente fiel a las exigencias
establecidas para el proceso de investigación científica, habiendo sido contrastado de forma reiterada y oficial con la pertinente suficiencia y rigurosidad.
A) SEÑALIZACIÓN (ARQUETA DESNUDA Y VESTIDA)
El objetivo de ésta fase va a ser condicionar en el perro la emisión del ladrido hacia el humano no visible y ubicado subterráneamente.
El perro deberá haberse habituado previamente a compartir el juego con personas extrañas y también al acto de ladrarles con fluidez, por el simple impulso natural que genera el excitatorio deseo de compartir el mismo con un determinado objeto.
Puntualizando que debe evitarse el condicionamiento del ladrido a la persona visible, como recurso válido de demanda, ya que podría tender a utilizarlo, por un simple efecto de generalización, en otras situaciones nocivamente. Tampoco soy partidario de condicionar el ladrido a la emisión de una orden previa, lo cual generaría en el perro, una perjudicial expectativa.
Previamente habremos sometido al perro a un periodo de varios días de privación en lo que respecta a la actividad lúdica y expansión motriz. Potenciaremos así el estado de impulso necesario para energizar la ejecución de estas primeras pautas a la vez que incrementamos el efecto positivo del reforzamiento.
El figurante ha de ser persona conocida por el perro (no el guía), favoreciendo así el necesario grado inicial de confianza y estimulación. El ejemplar disocia al guía, desde el principio como posible elemento-meta primario.
El perro deberá familiarizarse previamente con el entorno donde se encuentre ubicada la arqueta.
Utilizaremos aquel motivador que resulte mas incentivador para el ejemplar (pelota, rodillo, muñeco, palo…), aclarando que este sólo se utilizará en la fase inicial de formación, con objeto de evitar que el perro asocie su simple olor específico, como único estímulo discriminativo al que reaccionar señalizando., y llegue a evitar la señalización al sepultado que carecerá del mismo…
Evitaremos trabajar bajo condiciones climáticas adversas (altas temperaturas, intensas precipitaciones…) que puedan provocar nocivas reacciones de evitación o distracción en el perro.
Los observadores se situarán a una distancia mínima de 15 metros del área de trabajo, evitando movimientos, posturas o sonidos que puedan desviar la conducta del ejemplar, que en esta fase inicial será especialmente susceptible a cualquier tipo de distracción resultando fundamental, no obstante, que obtenga éxito en las actuaciones.
Para el desarrollo de esta fase siento especial predilección por la utilización de arquetas situadas en superficies de pavimentos (asfalto, hormigón…) y no transitadas. Obviamente con el pavimento minimizamos considerablemente la posible presencia de estímulos olfativos interferentes que sin embargo resultarían inherentes a lo que se denomina terreno.
Retiraremos de la superficie cualquier objeto o materia que hipotéticamente pueda captar perjudicialmente la atención del perro (herramientas, prendas de vestir, heces, …)
Se utilizará en principio una tapa de madera o plástico duro por resultar manejables y resistentes, (con un asa central.)
Previamente se dejará libre al perro en una zona ajena a la de trabajo, durante unos minutos, con el objeto de que miccione, defeque y se relaje, siendo esta una pauta general de actuación en la fase de formación.
Arqueta Desnuda: 1º paso
El guía se dirige con el perro sujeto por la traílla hacia un punto anterior a la arqueta en 20 metros aproximadamente (variable en función del estado motivacional observado en el ejemplar). Durante el recorrido hacia el punto de suelta el guía debe ir activando emocionalmente al perro «calentándolo mentalmente» para el trabajo. No debiendo reprimir el posible y valioso ímpetu manifestado por el mismo, evitándose por ejemplo la utilización de collares corredizos o efectuar tirones hacia atrás.
El figurante se encuentra esperando al guía en un punto medio entre la arqueta y el punto de suelta. Ejecutará movimientos incitantes mostrando el motivador al perro y entonando voces que lleguen realmente a estimularlo hasta el punto de lograr un positivo efecto de atracción sobre el mismo.
Cuando el figurante estima que ha provocado en el perro el suficiente grado de excitabilidad e impulso se dirigirá rápidamente hacia la arqueta y se introducirá en la misma a la vista del ejemplar, repitiendo durante unos segundos las pautas de estimulación antes de introducirse totalmente en el hueco y cubrirse con la tapa.
El instructor observa concentrado la conducta del perro en el exterior e indica al figurante oculto (mediante un transceptor) el momento adecuado para que refuerce la emisión de ladridos, (aunque el figurante escuche ladrar al perro, ignorará si dirige los ladridos incorrectamente hacia el guía u otro elemento y si resulta conveniente prolongar o acortar la señalización en base al posible estado de inhibición u otro aspecto que presente el ejemplar, siendo pues esencial la orientación técnica desde el exterior.)
El figurante no felicitará verbalmente en el mismo instante que se le indique ya que podría coincidir con un paréntesis de silencio, debiendo ser lo mas simultáneo posible con el siguiente ladrido emitido, para así favorecer la necesaria contigüidad temporal que permita una adecuada asociación y condicionamiento.
Seguidamente retira la tapa y sin cesar de felicitar al perro lo acaricia e incita a que se acerque para así conseguir aumentar su nivel de confianza respecto a la nueva y extraña situación. Es ahora cuando el guía se aproxima al perro felicitándolo y acariciándolo igualmente.
El figurante sale de la arqueta para ofrecer junto al guía momentos de euforia y juegos al perro.
El figurante inicia siempre el reforzamiento verbal desde el interior del zulo subsanando así la posible demora que se podría producir entre la señalización ladrada del perro y la apertura de la arqueta.
La razón por la que el guía no refuerza verbalmente y ni tampoco se acerca al perro hasta que el figurante lo haya hecho, es la de que el perro asocie firmemente al figurante-s como «elemento-meta», disociando al guía con esta circunstancia y con la de «posible medio para acceder al reforzamiento». Es la causa principal, por la que el «Método Arcón» no contempla como posibilidad que el guía asuma el papel de figurante, siendo sin embargo una tendencia muy generalizada en la fase inicial.
Así se consigue evitar de una forma sólida el riesgo de que el perro en el siniestro, abandone nocivamente el punto de localización, retornando ocasionalmente hacia el guía, preservándose además el desarrollo del valioso potencial de autonomía del perro en la búsqueda.
El perro va aprendiendo a emitir ladridos hacia la persona oculta bajo la superficie, gracias a su mecanismo básico de aprendizaje asociativo.
Arqueta Desnuda: 2º paso
Se mantiene el punto de suelta, pero en este caso el perro solo divisa la arqueta cubierta por la tapa, sin la presencia previa del figurante.
Arqueta Vestida: 1º paso
La tapa es cubierta parcialmente con escombros, siendo el instructor quien controlará el incremento o reducción del cubrimiento para el desarrollo del siguiente ejercicio, en base al posible grado de inhibición observado en el perro ante la incorporación del nuevo elemento sepultante, hasta llegar al punto en que el ejemplar señalice de forma segura y fluida ante la tapa totalmente cubierta de escombros.
Cuando figurante y guía refuercen al perro deben tener en cuenta que resultará fundamental transmitirle el necesario grado de emotividad, impregnando los movimientos, entonaciones de voz, caricias… de la necesaria carga excitatoria que consiga estimularlo de forma intensa.
Arqueta Vestida: 2º paso
Finalizará la fase de señalización cuando el ejemplar realice satisfactoriamente dicho ejercicio en otra arqueta, totalmente vestida y diferente ubicación. Así comprobaremos si el elemento «escombro» ha adquirido suficiente fuerza como estímulo predictivo para el perro.
Los escombros utilizados en la segunda arqueta no serán los mismos que cubrieron la primera, aunque obviamente ofrecerán al perro rasgos básicos similares que le permitirá generalizar…
Un aspecto fundamental a tener en cuenta en la preparación de estos ejercicios será el de prever siempre que el figurante deberá retirar sin ayuda la tapa cubierta de escombros, debiendo pues controlarse el peso y disposición de aquellos elementos que se sitúen sobre la misma, y realizarse los ensayos de apertura previos que resulten precisos.
A partir de las actuaciones con «arqueta vestida» todos los figurantes deberán ir provistos con el correspondiente casco de protección y demás accesorios de seguridad según el caso.
El figurante desplazará parcialmente la tapa para reforzar sin demora.
Durante el desarrollo de la fase de señalización, aplicaremos siempre que resulte necesario, las técnicas de:
Técnica de autonomía progresiva por acción del efecto maniquí
Técnica de restablecimiento inocuo por inserción sonora.
Técnica de factible localización por compensación previa de factores contrapuestos.
BÚSQUEDA SIMPLE (UN SEPULTADO)(ESCOMBRERA INTRODUCTORIA Y ESCOMBRERA DE TRABAJO)
Escombrera introductoria
Denomino «escombrera introductoria» aquella que no supere una superficie aproximada de 50 m2 y presente una altura moderada.
El recurso de «activación emocional» se deberá aplicar en todos los ejercicios de búsqueda, constituyendo un estímulo previo fundamental a realizar durante el recorrido (varios mts.), anterior a la suelta del perro.
La distancia del punto de suelta a la escombrera no será superior a 25 m.
Para la primera cubierta del zulo se utilizará un fragmento de tabique o similar, disponiendo escombros sobre la misma hasta conseguir una hermeticidad completa que impida al perro la mas mínima visión del figurante o su acceso al mismo. También se intentará evitar en los sepultamientos posibles rasgos distintivos que puedan favorecer algún tipo de discriminación visual para el ejemplar en las futuras áreas de trabajo y su nociva asociación. Podría resultar muy perjudicial que al retirarse el cerramiento por el figurante, impactase sobre el perro algún elemento de los escombros y se genere el consecuente condicionamiento negativo en el mismo. Debiendo prevenirse y controlarse esta circunstancia mediante ensayos previos como ya indiqué anteriormente.
Los perros deberán encontrarse ubicados en el interior de sus respectivos trasportines, en la «zona de espera», sin posibilidad alguna de divisar el área de trabajo.
Los figurantes continuarán siendo personas familiares para el perro durante el desarrollo de la fase «escombrera introductoria» y primera búsqueda en
«escombrera de trabajo», para continuar en lo sucesivo con figurantes totalmente extraños.
No se permitirá la familiarización previa del perro con el entorno de trabajo, potenciando así el desarrollo de lo que denomino capacidad de adaptación neo- ambiental.
El perro deberá sentirse atraído en principio por la simple visión de la masa de escombros, que tras la fase de «arqueta vestida» deberá haberse convertido en un potente estímulo predictivo.
Ocasionalmente puede observarse que algunos ejemplares cuando perciben el foco de olor humano del sepultado, llegan a miccionar e incluso defecar tras la inevitable relajación de esfínteres, provocada por la consecuente reacción emocional.
En otros casos, se llega a producir un cierto trastorno del control voluntario del perro obstaculizándose nocivamente la fluidez del ladrido de señalización.
La sensación de frustración o ansiedad durante el desarrollo de la búsqueda, puede manifestarse en ocasiones con un repetido mordisqueo de briznas de hierba u otros elementos.
Escombrera de trabajo
El perro que llega a localizar y señalizar adecuadamente al figurante sepultado en «escombrera introductoria», pasará a trabajar en zonas de superior envergadura, escombreras de trabajo
Exigiremos de forma progresiva al ejemplar un mayor desarrollo de búsqueda, comenzando con una distancia moderada desde el punto de suelta al sepultado.
El motivador, en caso de ser un objeto cuyo olor permita una perjudicial asociación discriminativa en el perro, empezará a ser sustituido por un simple palo u otro elemento odoríferamente inocuo, procurando no mermar la intensidad del reforzamiento. Evitando así el riesgo futuro de posibles actos de evitación en la señalización de sepultados.
El foco de olor humano emergente de los escombros» está ya convirtiéndose también en un potente estímulo predictivo para el perro.
El perro, al igual que otras especies, tiene la capacidad de responder de la misma forma ante estímulos distintos que presentan ciertas similitudes, motivo por el cual resulta factible que generalice ante cualquier masa de escombros u olores humanos diferentes.
En la «escombrera de trabajo» se irá aumentando gradualmente la distancia del punto de suelta, respecto a la ubicación del sepultado, siendo el propio estado motivacional del perro el que lo impulsará para desarrollar la búsqueda olfativa de moléculas de olor humano que lo guiaran al foco emergente de los escombros, procedente del figurante sepultado.
El instructor deberá indicar:
Posible idoneidad de la zona de escombros Ubicación del zulo
Posición del punto de suelta en cada perro
El perro debe ir habituándose a efectuar la búsqueda de personas sepultadas venteando, para ello, procuraremos reducir progresivamente la posibilidad de que utilice posibles rastros existentes en el terreno para conducirse hacia el objetivo, no debiendo asociarlos como señales vinculantes para la localización. El venteo es el único procedimiento fiable para la búsqueda de sepultados tras un derrumbamiento.
Las personas que se desplacen por el área de escombros para las tareas previas de excavación del zulo y sepultamiento del figurante, deberán respetar una vía establecida de entrada y salida en dicha zona. El punto de suelta deberá situarse siempre en el frente opuesto a tal acceso.
Otro recurso que considero válido sería el de la premeditada inundación del terreno con múltiples rastros a discreción.
Por otra parte, descubrí que ciertos ejemplares llegaban a utilizar como recurso para guiarse hasta el sepultado, el rastro dejado por el perro que intervenía anteriormente. Esta circunstancia puede solventarse fácilmente mediante un control metódico de los turnos de actuación en los perros.
Observando que algunos individuos presentaban en su conducta de búsqueda ciertas manifestaciones propias de estrés (falta de vigor, nula capacidad de concentración, incremento de salivación…) aunque sin una causa visible, conseguí detectar que el origen se encontraba en la previa captación de feromonas por el macho y que habían sido excretadas por alguna hembra en celo en otro lugar y momento (aéreamente, en orina…).
Se trata de un estado que puede prolongarse varias semanas incluso, periodo durante el cual se retirará al perro de toda actividad que exija un esfuerzo síquico.
El zulo no podrá utilizarse más de una vez por el mismo perro, ni la zona de escombros una vez utilizados los sepultamientos oportunos.
En ningún caso se recriminará al perro en la zona de escombros, evitando entre otras consecuencias la posibilidad de que dicha área se convierta en estímulo inhibidor condicionante para el ejemplar, que aunque de forma leve pueda mermar su posible estado de motivación o concentración respecto a la misma.
He de puntualizar que si bien soy partidario del aprendizaje por el perro de ciertas ordenes de dirección (operación relativamente fácil), soy firmemente contrario a la utilización de éstas durante el entrenamiento habitual, circunstancia que lesionaría en mayor o menor medida la capacidad de iniciativa y autonomía del perro, asociando nocivamente al guía como un posible recurso orientativo en las operaciones de búsqueda y determinadas situaciones, extorsionándose visiblemente su necesario nivel de concentración.
En está fase de «búsqueda simple» son aplicables las técnicas de:
Autonomía progresiva por acción del «efecto maniquí»
Restablecimiento inocuo por inserción sonora
Factible localización por compensación previa de factores contrapuestos.
Apoyo sin demanda por aproximación restringida
BÚSQUEDA ENCADENADA (dos o más sepultados)
Iniciaremos el proceso de aprendizaje de la «búsqueda encadenada» con tan solo dos figurantes sepultados.
Los respectivos zulos estarán ubicados en la «escombrera de trabajo» separados por una distancia media de 50 metros.
Una vez señalizado por el perro cualquiera de los dos figurantes, se aplicará la
«técnica de búsqueda encadenada por disuasión mímica del sepultado» para que seguidamente el figurante localizado y señalizado en segundo lugar sea el que refuerce de la forma ya descrita en la «búsqueda simple». El guía tras reforzar al perro, y hacer la esquiva, le pone la traílla y se aproxima con el perro hasta un punto medio, hacia el segundo, para hacer la nueva suelta. De esta forma se pretende asegurar el éxito de la segunda localización por el perro, y la consecuente incorporación de este nuevo esquema de trabajo a su memoria y repertorio conductual.
El instructor observa con atención para avisar mediante transceptor al figurante que ha de reforzar, ya que no resulta posible prever con total seguridad, el sepultado que el perro captará y señalizará primero.
Cuando se compruebe que el perro desarrolla adecuadamente la conducta de
«búsqueda encadenada» con dos sepultados, se incorporará un tercer zulo y figurante, manteniendo la distancia media de 50 metros con los otros dos.
Continuamos aplicando idéntico mecanismo básico, «disuasión mímica», con los dos primeros figurantes señalizados y la aparición del reforzamiento (con especial magnitud) en el caso del tercer y último figurante señalizado. Con dicha pauta, se desarrollarán diversas operaciones de búsqueda con números variables de personas sepultadas (uno, cinco, seis…), igualmente debe variarse el turno del figurante que efectuará el reforzamiento, pero teniendo siempre en cuenta que el desarrollo de la búsqueda encadenada finaliza para cada perro con la aparición del reforzamiento principal (de guía y figurante).
El perro va incorporando gradualmente el nuevo esquema de encadenamiento a su repertorio conductual, desarrollándose la nueva expectativa de la posible continuidad en la búsqueda tras un número no constante de señalizaciones, apareciendo el reforzamiento principal de forma imprevisible. Este tipo de circunstancia llega a constituir un estímulo añadido para el ejemplar.
Progresivamente se tenderá a efectuar la suelta desde el mismo punto de señalización.
Siempre, antes de cada indicación de búsqueda, se colocará la traílla al perro, con objeto de que se vaya habituando a reiniciar las batidas sin anticiparse en ningún caso a la orden del guía.
En esta fase de búsqueda encadenada, aplicaremos las técnicas:
Técnica de autonomía progresiva por acción del efecto maniquí
Técnica de factible localización por compensación previa de factores contrapuestos
Técnica de reforzamiento calibrado por triple control
Técnica de búsqueda encadenada por disuasión mímica del sepultado
Cuando se considere afianzada la conducta de «búsqueda encadenada» en el perro, lo iremos sometiendo ocasionalmente a diversos tipos de entrenamientos discriminativos (odorífero, visual,…) y al desarrollo de búsquedas con presencia de factores adversos, (confinamiento, ruidos,…) debiendo aplicarse siempre un moderado proceso de intensificación individualizada.
Una vez consolidado el primer proceso de formación, el ejemplar presentará en el desarrollo de las búsquedas, un nivel de autonomía, motivación y concentración especialmente sólida y efectiva, aplicándose a partir de aquí y de forma permanente las siguientes técnicas:
Técnica de autonomía progresiva por acción del efecto maniquí
Técnica de reforzamiento calibrado por triple control
Técnica de búsqueda encadenada por disuasión mímica del sepultado.
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DEDICATORIA
EL Sr. JAIME PAREJO GARCIA ES UN EXPERTO DE RECONOCIDO PRESTIGIO INTERNACIONAL EN LA ESPECIALIDAD DE RESCATE CANINO EN CATASTROFES.
LA SOCIEDAD DE PREVENCION Y MITIGACION DESASTRES DE LA PROVINCIA DE VILLACLARA Y LOS MIEMBROS DEL COLECTIVO DEL TEMA DE INVESTIGACION IMPACTO DE LOS DESASTRES EN LA SALUD Y PRODUCCION ANIMAL Y VEGETAL DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE LAS VILLAS DE CUBA SE HONRAN EN REALIZARLE ESTE MODESTO Y SENCILLO HOMENAJE.
SU LABOR ALTRUISTA Y HUMANITARIA CONSAGRADA DURANTE CASI TODA SU VIDA A ESTA NOBLE Y RIESGOSA TAREA LO COLOCA EN UN LUGAR CIMERO EN LA HISTORIA.
Autor:
Omelio Cepero Rodríguez .
Jaime Parejo García..
Yolanda Suarez Fernández.
Jorge Orlay Serrano Torres.
Curriculum Omelio Cepero Rodríguez
Graduado en la carrera de Medicina Veterinaria. Defendió su doctorado enLeipzig, Alemania. 1988. Tiene publicado 184 trabajos en revistas Nacionales eInternacionales. Miembro titular de la Sociedad de Epizootiologia. ProfesorTitular del Departamento de Medicina Veterinaria. Desde el año 1992 dirige eltema de Investigación: "Impacto de los desastres en la salud y producciónanimal y vegetal en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UniversidadCentral de las Villas. Autor de catorce libros. Ha participado en más de 100eventos Nacionales, Internacionales y Provinciales.
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