- Repercusiones de la Etología en la Psicología Personal y Social
- Interacción Madre / bebé
- Comportamiento del juego
- Alcances y limitaciones de la Etología con relación al comportamiento humano
- Referencias bibliográficas
La Etología es un área de conocimiento relativamente nueva, fundada por Konrad Lorenz y Nikolaas Tinbergen en los años 30. En 1973, ellos junto a Karl von Frish, recibieron el premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos y teorías con respecto a la explicación del comportamiento animal. Por otro lado, podemos encontrar otros investigadores del siglo pasado (N.d.T: se refiere al S.XIX) que estudiaron el comportamiento desde la perspectiva biológica, como Darwin. Antes de pasar a mencionar la importancia de la Etología en la explicación del comportamiento humano, describiremos las bases teóricas y metodológicas que caracterizan a la Etología.
Es importante su estudio, ya que estamos viviendo tiempos muy peligrosos para todo el mundo por un comportamiento agresivo en todas las culturas, y se cree con buenas bases de investigadores sociales, que tiene que ver con una deseducación fomentada por medios de comunicación y máquinas con juegos violentos que fomentan "el disfruta ahora, al fin que de todos modos vas a morir", o todo lo quieras obtenlo ahora, tú eres el número uno y nadie es mejor que tú, u otro eslogan que hayan escuchado mis lectores.
Jóvenes de Mara Salvatrucha
¿Y qué me dice del comportamiento social, por abusar de tabaquismo, de las drogas, del narcotráfico, del terrorismo, de la intolerancia religiosa, de la prostitución, del abuso sexual de los niños, de la violencia familiar hacia los niños, la mujer y los ancianos, la discriminación, el tráfico de órganos humanos, el maltrató a los animales, la contaminación ambiental hacia el mar, los ríos, suelo, aire, extinción de plantas y animales, o las enfermedades como el cáncer que, están surgiendo por los productos transgénicos, o como el SIDA por la inmoralidad sexual, o qué opina usted de los niños abandonados por ser no deseados o del uso indiscriminado del aborto o el aumento de homosexualismo y el lesbianismo en todos los países?
Hemos perdido el rumbo de lo que está bien y de lo que está mal o por lo menos ya no se respetan los acuerdos sociales o normas de lo que moralmente cumple con un programa de vida con más calidad humana y física.
Es necesario encontrar las causas que originan estas desviaciones de un Programa de Nación en cada país, que retome la Ética como un acuerdo social más positivo que satisfaga las necesidades sociales de manera más equitativa.
Todo eso tiene que ver con la Etología, esperemos que se retome esta ciencia y ayuden los especialistas sociales a crear ambientes sociales más agradables
Konrad Lorenz
Nikolaas Tinbergen
Un primer principio es la concepción de que, por ejemplo, en los órganos u otras estructuras corporales, el comportamiento es producto e instrumento del proceso de la evolución a través de la selección natural. Esto implica que el comportamiento tiene una función adaptiva (afecta el éxito reproductivo) y posee algún grado de determinación genética. Esto quiere decir que el comportamiento es producto de la evolución filogenética.
A partir de esta base teórica, los etólogos desarrollan cuatro preguntas fundamentales en relación al comportamiento:
1.) ¿Cuál es su función (¿para qué sirve?);
2.) ¿Cuál es la causa del mismo (factores causales próximos)?;
3.) ¿Cómo se desarrolla el comportamiento a lo largo de la vida del individuo (ontogénesis)?;
4.) ¿Cómo se desenvuelve a lo largo de la historia evolutiva (filogénesis).?
Esas preguntas orientaran el trabajo del etólogo.
Además de la contribución teórica, la Etología también propició grandes avances en el estudio del comportamiento a través de sus contribuciones metodológicas. El énfasis en la observación y descripción detallada del comportamiento, en la situación más natural posible, fue fundamental para la comprensión del comportamiento de forma más holística.
Repercusiones de la Etología en la Psicología Personal y Social
En la Psicología existen diversas formas y maneras de explicar el comportamiento humano. Sin embargo, el psicólogo generalmente trabaja con factores causales próximos e históricos cuando intenta explicar las razones que llevan a una persona o a un animal a comportarse en la forma como lo hace.
La Teoría de la Evolución, utilizada por la Etología como base teórica, puede ampliar la comprensión de las causas del comportamiento. La importancia de las últimas explicaciones (evolución filogenética) puede ser útil en el estudio del comportamiento con el objetivo de:
1.) escoger variables independientes para el desarrollo de modelos y teorías involucradas en un análisis comparativo entre especies;
2.) comprender los factores del ambiente que pueden modular el comportamiento,
3.) determinar cuales variables serán consideradas como causas y cuáles serán consideradas como efectos; y
4.) descubrir explicaciones con gran poder de generalización (Crawford, 1989).
La aptitud inclusiva es uno de los conceptos más poderosos que tiene la teoría evolutiva para explicar y comprender el comportamiento de ayuda y de conflicto, desde una perspectiva biológica. En la definición de la aptitud inclusiva podemos incluir la aptitud directa de un individuo (su éxito reproductivo personal) y la aptitud indirecta (influencia sobre el éxito reproductivo de sus parientes genéticos) (Hill, 1995). En esta dirección, el grado genético de parentesco es asociado con la reducción del conflicto y la violencia entre las personas. Los modelos evolutivos predicen y explican patrones de riesgo diferenciados de violencia familiar (Daly y Wilson, 1988).
El estudio de la sexualidad humana desde la perspectiva evolutiva se intensificó a partir de 1980. Evidencias empíricas consistentes han indicado que el comportamiento y la motivación sexual son diferentes entre hombres y mujeres. Ellas valoran más el estatus socio-económico del compañero potencial, mientras que la belleza física y la juventud son los atractivos más valorizados por los hombres cuando eligen pareja. Estos datos fueron encontrados en varias culturas (Buss, 1989). Por otro lado, el grado de involucramiento en la relación no siempre es el mismo y esto puede afectar la intensidad y calidad de los atributos que son más valorados en la persona del sexo opuesto. Las diferencias son resaltantes. Sin embargo, existen similaridades. La comprensión y la inteligencia son evaluadas de forma positiva por ambos sexos (Buss, 1989).
Además de esos aspectos, otros aspectos también pueden ser explicados por la Teoría de la Evolución, como veremos más adelante.
Interacción Madre / bebé
La Etología proporcionó explicaciones significativas para la Psicología con relación a la interacción entre la madre y el hijo y el desarrollo infantil. Investigadores como Eibl-Eibesfeldt, Robert Hinde, Nicholas Blurton Jones y John Bowlby tuvieron un importante papel en la divulgación de la idea de que el desarrollo humano, principalmente en los primeros años de vida, puede, y debe, ser explorado también desde la perspectiva evolutiva. Muchos de los estudios de las décadas de los años 50 y 60 terminan demostrando que el contacto físico entre los padres y el bebé es básico para el buen desarrollo físico y psicológico, y en la ultima década se ha intensificado el cambio de las rutinas de los hospitales con el objetivo de comprender mejor la relación entre padres / bebé. Klaus y Kennel (1993) han mostrado que los estudios hechos con animales pueden contribuir en forma significativa al estudio de las relaciones precoces entre el recién nacido y sus padres. Se pudiera pensar que esto significa reducir al hombre a la condición animal. Animales somos, aunque únicos, pero el objetivo de los autores es hacer que "los seres humanos se vuelvan más humanos." Con esto queda bien establecido en la literatura la ontogénesis de los procesos perceptivos de los sentidos, motivacionales y sociales que el bebé logra después del nacimiento (Klaus y Klaus, 1992).
En la Etología se valorizan enormemente los comportamientos típicos de la especie. No solo se interesa por las similaridades entre el ser humano y los otros animales, sino también por las diferencias. Por ejemplo, mientras que en las ratas la estimulación hormonal durante el embarazo es fundamental para el inicio rápido del comportamiento materno, en los seres humanos el control ambiental y cultural más allá de toda experiencia es decisivo (Stern, 1997). Existen algunas similaridades. En las dos especies el contacto físico es necesario para el establecimiento firme de la interacción entre los padres y el bebé. Por otro lado, los estímulos auditivos del recién nacido son importantes pistas sensoriales que activan y orientan a los padres en dirección a su hijo o bebé, siendo además un factor importante en el reconocimiento individual. El llanto del bebé tiene para el padre o la madre la misma función que las vocalizaciones ultrasónicas para las ratas. Es decir, establecer contacto.
El déficit en diferentes modalidades sensoriales puede tener efectos distintos sobre el comportamiento de las madres. Los niños con síndrome de Down presentan un grado severo de retardo mental y de dependencia casi constante de los adultos. Los niños autistas presentan bajo involucramiento emocional y físico con sus familiares o con los extraños. Las madres de niños con autismo experimentaran significativamente más stress y menos gratificaciones afectivas que las madres de niños con síndrome de Down (Hoppes y Harris, 1990). Uno concluye que a las madres de ese tipo de niños se les exige que tengan mucho más paciencia, persistencia, flexibilidad y responsabilidad que a las madres de niños normales.
Comportamiento del juego
Como fue presentado anteriormente, la Etología da énfasis a las especificidades que son peculiares a cada especie y al estudio del ambiente natural o de lo que considera como el contexto ecológico. En este sentido, un niño pasa por diferentes tipos de interacción social en el contexto ambiental. Como ejemplo de lo que sucede con diversas especies de mamíferos, el bebé humano es muy dependiente de los cuidados de los adultos y pasa por un periodo de desenvolvimiento que le permite aprender innumerables habilidades que le serán muy útiles en la vida adulta. La comprensión de la naturaleza de esas especies no solo está relacionada con lo que sucede en la vida adulta, sino también con lo que sucede en el periodo inicial de la vida (Bruner, 1976).
La motivación inicial del niño es estar con sus padres o con un adulto sustituto (sistema de apego). Con el paso de los años, la motivación pasa por un proceso de cambio. En la interacción entre niño y niño predomina la motivación por el juego social. En la escuela o en la casa, cuando ocurre la interacción entre niños aparece de nuevo el juego. Diferentes tipos de interacciones van apareciendo dependiendo de la edad. Al comienzo el niño juega solo, después junto a otros niños y finalmente llega a la interacción social que involucra la cooperación y el intercambio de papeles.
Con respecto al tipo de juego, existen datos bastante consistentes que muestran diferencias sexuales en los estilos de juego y en la preferencia de compañeros de juego en los infantes (ver Biben, 1998). Los niños gustan más de los juegos turbulentos que las niñas y en ambos ocurre la preferencia por compañeros de juego del mismo sexo. Estos descubrimientos son encontrados en varias culturas y también aparecen en los primates. Los niños tienden a jugar en grandes grupos, siendo más activos y físicamente más competitivos. Sin embargo, han ocurrido alteraciones en los últimos años, principalmente en las últimas décadas. Ya en los años 60 se evidenciaba que las niñas presentaban un considerable incremento en la preferencia por juegos masculinos (Ej., correr, saltar y jugar a los superhéroes) (Rosenberg y Sutton-Smith, 1960). Estudios más recientes también han mostrado que las niñas tienden a jugar más juegos de niños que viceversa (Oak, Smith, Hunter & Costabile, 1990). Es interesante notar que los cambios son más rápidos en el comportamiento de las niñas que en los niños, pudiendo ser una consecuencia de las transformaciones en la sociedad actual.
Es común pensar que la principal función del juego es preparar al individuo para el futuro, tanto en los animales como en los seres humanos (Smith, 1982). Sin embargo, el juego en los animales también puede tener un efecto a corto plazo (Martin y Caro, 1985). En los seres humanos, se sugiere que diferentes formas de comportamientos involucrados en el juego pueden tener consecuencias a corto plazo en el desarrollo infantil, como por ejemplo, la mejora en el control de las capacidades motoras, resistencia y fuerza física (Pellegrini y Smith, 1998).
Alcances y limitaciones de la Etología con relación al comportamiento humano
El comportamiento es el resultado de las influencias biológicas y ambientales. En el caso específico del ser humano, más que separar lo biológico de lo cultural, debemos concentrar nuestros esfuerzos en qué forma a esas dos variables que se integran e interactúan entre sí. La Etología intenta comprender el comportamiento humano bajo este supuesto.
Aunque el ser humano presenta una gran capacidad para aprender, el aprendizaje no ocurre de forma aleatoria. Los orígenes del comportamiento no solo se localizan en el nacimiento o durante la vida intrauterina, sino también en nuestra historia filogenética de miles de años atrás.
Lo que somos hoy es el resultado conjunto de nuestras predisposiciones biológicas y de la historia individual y cultural de cada uno. Los hombres y las mujeres presentan diferentes estrategias con respecto al comportamiento reproductivo. Los bebés tienden a prestarle atención a las estimulaciones que presentan características similares a las del rostro humano. Son sensibles a los sonidos que presentan características similares a las de la voz femenina. Existen diferencias sexuales en la forma del juego de los niños y las niñas y las preferencias por la interacción con compañeros de juego del mismo sexo aparecen desde los 3 años de edad. Los niños y las niñas también tienden a mantener una proximidad con adultos del mismo sexo.
El significado adaptivo de esas predisposiciones tiene una importancia crucial para la comprensión de la infancia, la relación madre / padre / bebé, la sexualidad y otros aspectos del comportamiento social y las habilidades cognitivas. El estudio de las personas que viven en sociedades cazadoras-recolectoras y de los primates no humanos es importante para el etólogo, porque los resultados de esas investigaciones pueden ayudar a comprender los orígenes biológicos del comportamiento humano. Conceptos como "impronta" y "periodo sensible," derivados de los estudios con animales, ha sido utilizados ampliamente en las discusiones sobre las consecuencias que tienen sobre el desarrollo infantil y la vida adulta y en la comprensión del desenvolvimiento en sí.
Y desgraciadamente juegos que dejan una impronta de comportamiento agresivo para resolver los problemas.
La observación y la descripción del comportamiento en las situaciones naturales o semi – naturales de laboratorio ha sido la gran contribución de la Etología con respecto a la metodología y el estudio empírico del comportamiento humano. El objetivo es comprender el comportamiento integrado a su ambiente evolutivo y actual. En el caso del aprendizaje, por ejemplo, debemos insertarlo en un contexto ecológico. Debemos preguntar cuales son los problemas comportamentales que el individuo debe resolver en su adaptación a su ambiente y como hace uso del aprendizaje para resolverlo.
Sin embargo, como cualquier área del conocimiento, la Etología también presenta limitaciones. El significado del lenguaje, factores cognitivos, y la gran diversidad del comportamiento social no han sido investigados apropiadamente por los etólogos, además de no considerar los orígenes de la intencionalidad y de la auto-conciencia (Dunn, 1977). Necesita del intercambio con la Psicología y las ciencias sociales.
A veces aparecen polémicas cuando se observa al comportamiento humano desde la perspectiva biológica. Aparecen conceptos como el fatalismo y el determinismo, y algunas personas consideran que la influencia de aspectos biológicos en el comportamiento es una amenaza a nuestra 'libertad.' Es importante clarificar que la libertad no significa ausencia de causas, sino la posibilidad para elegir entre un conjunto de causas (Skrzypczak, 1996). Los problemas relacionados con el desarrollo infantil, las relaciones familiares entre adultos y bebés, la sexualidad, la agresión, entre otros, son provocados por innumerables factores. Ciertamente varios de esos factores están relaciones con las bases biológicas del comportamiento. La intención del etólogo no es reducir esos y otros problemas a explicaciones cuño biológico. Sin embargo, la búsqueda de soluciones será más efectiva si tenemos en cuenta también nuestro pasado evolutivo.
Referencias bibliográficas
Bruner, J.S. (1976). Nature and uses of immaturity. Em: J.S. Bruner, A. Jolly e K. Sylvia (Eds.), Play: its role in development and evolution (pp. 26-64). Nova Yorque: Penguin.
Biben, M. (1998). Squirrel monkey play fighting: making the case for a cognitive training function for play. Em: M. Bekoff e J.A. Byers (1998). Animal play: evolutionary, comparative, and ecological perspectives (pp.161-182). Cambridge: Cambridge University Press.
Buss, D. (1989). Sex differences in human mate preferences: evolutionary hypothesis tested in 37 cultures. Behavioral and Brain Sciences, 12: 1-49
Carvalho, A.M.A; Smith, P.K.; Hunter, T. e Costabile, A. (1990). Playground activities for boys and girls: some developmental and cultural trends in children's perceptions of gender differences. Play and Culture, 3: 343-347
Crawford, C.B. (1989). The theory of evolution: of what value to psychology. Journal of Comparative Psychology, 103: 4-22.
Daly, M. e Wilson, M. (1988). Evolutionary social psychology and family homicide. Science, 242: 21-35
Dunn, J. (1977). Understanding human development: limitations and possibilities in an ethological approach. Em: M. von Cranach; K. Foppa; W. Lepenies e D. Ploog. Human Ethology: Claims and limits of a new discipline (pp. 623-641). Cambridge: Cambridge University Press.
Hill, W. (1995). On the importance of evolution to developmental psychobiology. Developmental Psychobiology, 28: 117-129
Hoppes, K. y Harris, S.L. (1990). Perceptions of child attachment and maternal gratification in mothers of children with autism. Journal of Clinical and Child Psychology, 19: 365-370
Klaus, M.H. y Kennell, J.H. (1993). Pais/bebê: a formação do apego. Porto Alegre: Artes Médicas.
Klaus, M. & Klaus, P. (1992). O surpreendente recém-nascido. PortoAlegre: Artes Médicas.
Martin, P. y Caro, T.M. (1985). On the functions of play fighting and its role in behavioral developmental. Advances in the Study of Behavior, 15: 59-103
Pellegrini, A.D. y Smith, K.S. (1998). Physical activity play: consensus and debate. Child Development, 69: 609-610
Rosenberg, B.G. y Sutton-Smith, B. (1960). A revised conception of masculine-feminine differences in play activities. Journal of Genetic Psychology, 96: 165-170
Skrzpczak, J. (1996). O innato e o adquirido: desigualdades "naturais"e desigualdades sociais. Lisboa: Instituto Piaget – Divisão Editorial.
Smith, P.K. (1982). Does play matter? Functional and evolutionary aspects of animal and human play. Behavioral and Brain Sciences, 5: 139-184
Stern, J.M. (1997). Offspring-induced nurturance: animal-human parallels. Developmental Psychobiology, 31: 19-37.
Nota: Imágenes tomadas de google.com
Autor:
Dr. José Manuel Castorena Machuca
Egresado de: EESCIHA
Escuela de Educación Superior en Ciencias Históricas y Antropológicas.