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Porto Alegre: La insurrección armoniosa

    Original

    Datos a partir del 03.03.2004. Artículo en el OCS desde el 17/02/2005

    Después de 20 horas de vuelo desde Bogotá llegamos a Porto Alegre. Traíamos en la memoria imágenes de los foros anteriores y sabíamos que íbamos a entrar en lo que podría llamarse una gran revolución ciudadana. Armoniosa y pacifista. Un rescate de valores perdidos en medio de la publicidad y de la idea de un solo mundo, de un solo mercado, de una sola forma de vida.

    En el aeropuerto se vio desde la llegada que el Foro era un inmenso espacio intergeneracional, plural y diverso. Jóvenes y no tan jóvenes, mujeres, negros, indios, de todas las nacionalidades y de todos las tendencias iban y venían buscando información. Ropa de todo tipo, un arcoiris de colores cubría el vertiginoso cuerpo de esa serpiente humana que desfilaría durante siete días bajo el fuerte sol del verano de la ciudad. Una gran serpiente polifónica, policromática y alegre que con sus millares de pies camina buscando ese otro mundo en donde la libertad y la justicia ocupen el lugar que les ha sido negado. Todos en sus rostros expresaban el deseo intenso de hallar ese otro mundo posible.

    Ana Delia y Delfina sintieron que las cosas eran distintas a lo que habíamos imaginado y cuando hablamos sobre nuestra primera impresión coincidimos casi en todo. La amabilidad de la gente, la organización y el clima eran inmejorables. Los brasileños no podrían ser superados como anfitriones y la alegría parecía mostrar que acababan de ganar el campeonato mundial de fútbol o que el carnaval de Río fuese a empezar.

    No teníamos alojamiento y aunque nuestra disposición era la de instalar una carpa, el cansancio nos empujó a preguntar por un hotel. Fuimos al puesto de información y ellas miraron o admiraron casi lelas la belleza de un chico brasileño que era mitad negro, mitad blanco, mitad europeo mitad americano y en el que parecían haberse fusionado de manera exitosa todas las razas y todas las alegrías del mestizaje. Ellas, como dije, fueron encandiladas por tal aparición y casi sin esfuerzo le entendieron el portugués americano que yo apenas saboreé en su entonación.

    Solo había una opción en el centro de la ciudad, un cuarto para tres cuya reserva había sido cancelada. El hotel tenía por nombre Hollywood y quedaba en la calle Pinto Bandeira.

    En principio no teníamos muy claro de qué tamaño era la ciudad pero partimos de una idea equivocada al pensar que una ciudad en donde se había establecido el presupuesto participativo debía ser pequeña, así que entramos en ella creyendo que no llegaría a las quinientos mil habitantes y pensamos de forma equivocada que podría ser como Ibagué capital de departamento del Tolima en Colombia. La sorpresa por nuestra equivocación iría aumentando con los días, no solo con relación al tamaño de la ciudas, también con el estilo y el nivel de vida.

    Hollywood debía haber sido en una época lejana un buen hotel. Ya no le era. La recepción mostraba que sus propietarios estaban poco preocupados por la imagen y las alfombras raídas anunciaban un sitio difícil. Una copia deteriorada de la famosa foto de Marilyn en la que se le levanta el vestido, la foto que hizo que muchos nos enamoramos de la diva, colgaba envejecida en la pared principal del primer piso. Supimos que no era un buen hotel pero sin decirnos nada asumimos que aun siendo el peor era nuestro hotel, el único al que podríamos llegar. No nos importó mucho la calidad del lugar, lo que habíamos visto desde que aterrizamos anunciaba que en el íbamos a estar muy poco tiempo.

    Dejamos las maletas y en segundos estuvimos en la calle y como suele suceder apareció el turista alelado que llevamos dentro. No sabíamos para donde coger. Caminamos un rato largo, bajamos por la calle Pinto Bandeira hasta desembocar en la Rua da Praia en donde empezamos a hacer parte de la inmensa serpiente de colores. Estaba claro, que si otro mundo era posible, este estaba lleno de alegría y aquella sensación de asistir a un evento de académicos tratando de cambiar el mundo solo con los discursos desapareció y por el contrario la bandera de infinitos colores que se vería desde algún satélite espía era muestra fehaciente de que si otro mundo es posible el camino era una revolución también distinta, desarmada pero no ilusa, utópica pero no ingenua. Una hermosa insurrección armoniosa.

    Hay que entender que estando en Portoalegre el foro no es solo la oposición a Davos, es además una alternativa que intentará ser cooptada e integrada de la misma forma en que lo fue toda aquella maravillosa avalancha de movimientos culturales de los años sesenta con sus conciertos, manifestación y radicalismo pacifistas. Las miré y les comenté: la historia no se puede repetir ¿cual historia?, preguntó Delfina sin saber en que había estado pensando, le dije: la de los sesenta… ¡ni puel putas! dijo y su seguridad me hizo creer que podría tener razón, aunque al mismo tiempo me preguntó que si yo pensaba que allí habría espías de la CIA y cuando dije que claro, que ellos siempre estaban en las mejores fiestas para dañarlas, sentí una catarata de dudas sobre el éxito que habían tenido en ese entonces. La presencia norteamericana en nuestro continente fue siempre una presencia con objetivos claros: controlar cualquier tipo de desviación: la de los movimientos culturales de los sesenta y la de los movimientos revolucionarios.

    En el caso de Portolagre y el Foro Social, el enemigo mas eficaz es la comercialización de las ideas, de las imágenes y de la organización pero también la incredulidad de aquellos que por no hacer parte de la colorida serpiente despliegan todo tipo de críticas y aun compartiendo muchos de los ideales, por no haber ido a la fiesta, piensan que la fiesta estuvo mala. Bien, la mente iba y venía al ritmo de la samba que sonaba en pequeño café y creo que si Ana Delia no me tira del brazo habría llegado de la mano de mis anhelos al mayo del sesenta y ocho, a la revuelta de Berkeley, al concierto de Woodstock o mas allá a la marcha de Gandhi pidiendo la independencia de la India, a las canciones de Dylan o toda aquella trova de lo se llamo canción protesta o canción social.

    Buscamos con impaciencia y casi ansiedad el puesto de inscripciones. Nos indicaron que estaba en la Usina do Gasómetro. Llegamos al sitio y la serpiente se convirtió en una mancha grande en búsqueda de la programación. Eran las siete de la tarde y nos sentamos en el piso a mirar cual podría ser una posible estrategia para aprovechar al máximo el foro. La programación eran tres extensos periódicos que me obligaron a pensar que en Brasil, esta tendría que ser la programación mais grande do mundo.

    Ese Brasil en el que todo cabe estaba reflejado en la lista innumerable de eventos, de conferencias, de reuniones, de exposiciones, nos abrumó y decidimos salir para el concierto. Teníamos en mente a Manu Chau. Llegamos al auditorio a las nueve y treinta. Banderas de muchas partes ondeaban entre el público y a lo lejos un gran bandera de Colombia me hizo pensar en el patriotismo desgastado por el gobierno de Uribe. Escuchábamos a los lejos Lamento Boliviano en una versión de un grupo que nunca supimos cual era. Les dije que vendría Gilberto Gil, que eso habían dicho entre el público y el rumor me confirmó que tendríamos suerte en este Foro. Ver y escuchar a Gilberto Gil era algo que siempre había deseado. Hacía parte de la estirpe de grandes compositores y cantantes brasileños de los años sesenta, era uno de los mas ricos compositores y letrista del grupo que metió en el corazón del mundo el bossa nova, la samba. Saltaron a mi mente: Caetano, por supuesto, Jobin, Baden, Gilberto, Joao y Astrud, Torcuato, Maria Bethania, Touquinho, también Sergio Mendes y Roberto Carlos que hicieron parte de la música pop de brasil y que escuchamos por largos periodos en Colombia y América Latina.

    La voz de Gil y la letra de Capinan invadieron el escenario y los corazones:

    Soy loco por ti América, Yo voy a traer una mujer playera, Que su nombre sea Marta, que su nombre sea Marta, Soy loco por ti de amores, Tenga como colores la espuma blanca de Latinoamérica,

    La noche se lleno de aplausos y chiflidos y la emoción creció infinita en mi corazón, no lo podía creer, allí estaba Gil cantando lo que imagine podría ser el himno del foro.

    Y el cielo como bandera, Y el cielo como bandera Soy loco por ti, América Soy loco por ti, de amores

    La canción era perfecta para el lugar y la sensación me emborrachaba de recuerdos y deseos. Gil era una de esas paradas camino a la utopía. La música tenia que ser una vez mas el arma para desarmar a los violentos. Hacia esfuerzos por distanciarme de los sesenta pero no podía. El olor a macoña me hacia volver, la indumentaria alegre de hombres y mujeres de todas las edades también y el sentido final que yo le daba a la canción de Capinan me hicieron empecinarme en la idea de que esta insurrección armoniosa estaba conectada con aquella por la música y los ideales.

    Estou aquí de passagem Sei que adiante um dia vou morrer De susto, de bala ou vicio De susto de bala ou vicio Num precipicio de luzes Entre saudades, solucos, eu vou morrer de brucos, Nos bracos, nos olhos Nos brasos de uma mulher Nos brasos de uma mulher

    Cantó durante unas dos horas mientras yo seguía los recuerdos y las analogías de una época con otra al ritmo de canciones como Aquele Abraso, A paz y en un homenaje extenso canto a Bob Marley, No woman no cry, Could you be loved y también otro pacifista fue recordado cuando entonó Imagine de Lennon. No había lugar a la equivocación: el ambiente fue sesentero y mientras bajaba del sitio al que subí para poder ver, pensé con cierto optimismo nostálgico que no hubo derrota, solo aplazamiento y que en manos de todos los que provocaron este Foro había una responsabilidad de proporciones inconmensurables: No podría haber otra decepción, la humanidad no aguantaría otra postergación.

    El cansancio nos derrotó y apenas terminó Gil salimos sin esperar a Manu Chau, que según supimos el día siguiente, se había presentado a las tres de la mañana. De todas maneras no habríamos resistido y no tenia sentido lamentarnos.

    A la mañana siguiente nos levantamos a las siete y salimos del hotel a desayunar. Tomamos un taxi y llegamos al sitio de foro. Revisamos el extenso programa y fue difícil elegir: todos los temas sociales, políticos, culturales y económicos hacían parte de él y mucha gente famosa hacia parte de paneles y conferencias: estaba Eduardo Galeano, Saramago, Pérez Esquivel, Ramonet, Castells. También todas las organizaciones no gubernamentales de carácter progresista hacían presencia, Amnistia Internacional, Oxfam, Human Rights Watch, Greenpeace, la Asamblea Mundial Antiguerra, Movemento Sem-Terra, Attac, muchas organizaciones de América Latina y del Brasil hacían que este espacio fuese un bello reino de la diversidad y la pluralidad.

    Era tan amplia la oferta que decidimos iniciar la filmación de un documental experimental y que una de las mejores maneras de entender el foro era hablar con la gente, preguntar en las calles, ir de arriba abajo en búsqueda del sentido de toda la esperanza y de la fuerza de la serpiente de colores. Iríamos entonces por sus tripas hasta su corazón y dejaríamos la cabeza para más tarde. Las conferencias nos interesaban, pero elegir siempre es difícil así que ocupamos un alto porcentaje de nuestro tiempo filmando lo que creemos será un buen documental amateur. Quisimos construir una visión del foro desde dentro, desde sus mismas entrañas.

    Nuestro ejercicio empezó como suele hacerlo el de los que no son profesionales del asunto. Ana Delia que era la camarografa no podía encender el aparato y hubo que acudir a la bondad de un americano, que con un equipo de filmación profesional, tenía las mismas intenciones que nosotros. No supimos que hizo pero en un instante logró lo que no nosotros no habíamos podido en casi una hora de búsqueda del click de encendido. Decidimos hacer solo dos preguntas: la primera quería indagar sobre lo que la gente pensaba de este foro y la segunda sobre si cada uno de los entrevistados pensaba que otro mundo era posible.

    Los asistentes tenían bastante claro en donde estaban y podría decir sin temor a equivocarme, y a pesar de lo que piensan algunos, que no había turistas despistados tratando de encontrar diversión o curiosidades que los sacara del letargo y del aburrimiento. Hubo a los largo de todas las entrevistas un buen conocimiento de los alcances del foro y de la urgente necesidad de encontrar caminos a ese mundo vendido como único: El mundo occidental mercantilizado. Así como Davos es de cierta forma la vitrina principal o la promesa mas importante de los que sienten que el capitalismo actual es la mejor manera de lograr lo que los seres humanos queremos, el Foro Social Mundial es no solo oposición a esa visión, sino un inmenso proceso de construcción de opciones y alternativas diversas nacidas en los movimientos sociales y culturales de todas partes del mundo. La pregunta que nos hacíamos los tres era si podría lograrse y cual sería el camino. No es fácil responder a este interrogante pero solo después de ver todo el proceso lo podríamos intentar.

    La serpiente camina mas lento, el sol abrasa y el estomago nos pone a pensar en almorzar. Caminamos con el propósito de entrar en la tarde a alguna de las conferencias, habíamos elegido estar más activos en el grupo de Paz, desmilitarización y lucha contra la guerra, del que hacíamos parte. Cerca de la Usina un muy buen restaurante no hizo comparar la calidad de la comida vegetariana en Bogotá y la de Porto Alegre. Gozamos, disfrutamos, un excelente restaurante vegetariano por siete reales. Vida e Saude es un espacio al que no le falta nada ni tampoco le sobra. Buena comida, buena cantidad, buen precio y una gran variedad. La entrada, una ensalada y un tomate con ricota, de plato fuerte un lasaña y de postre unos pasteles inmejorables de piña con coco y un exquisito flan de naranja.

    Tomamos un café y después de dos horas largas de almuerzo caminamos hacia la zona G que estaba bastante retirada. Encendimos la cámara y mientras avanzábamos filmábamos. Una pareja de jóvenes con piercings en orejas y nariz fueron los primeros detenidos, fumaban macoña y en medio del calor sentimos los deseos de compartir con ellos su hierba. Lo hicimos.

    Hacían parte de un grupo cuyo campamento encontraríamos más adelante y que tenia como nombre: Nómadas Galácticos, un colectivo que sin conocer a fondo, me atrevería a decir que estaba cerca de las comunas de los sesenta. Por lo menos su imagen estaba anclada en aquellos años. Nos acercamos a una espacie de bohío o maloca en el que estaba un grupo de galácticos escuchando una charla sobre el cuerpo, su relación con la mente y la manera de hacer que esta relación fuera armoniosa. Todos parecían compartir el interés y el silencio era total. Filmamos unas imágenes y seguimos nuestro camino hacia el grupo G. Hacía rato había observado que el Che tenía una presencia fuerte. Estaba en camisetas, pancartas, afiches, parecía una resurrección y así lo compartí con ellas. También en los libros estaban presente Lennin, Trosky, Marx, Mao, había cierto reverdecer y para un ciudadano de Colombia sometido a la más cruel de las satanizaciones de la izquierda esto no era frecuente. Podría pareceer una paradoja pero entre la propaganda del régimen y una guerrilla militarizada el pensamiento de izquierda ha sido arrinconado al más hondo de los desprestigios. Esa sería la primera lucha a ganar, en eso estará Lucho, Gaviria, Petro en Colombia y por supuesto Lula en Brasil, pensé y seguí el camino preguntándome cosas sobre la Cumbre Mundial de Paz que fue la propuesta que llevamos al Foro. La izquierda lucha contra la eficacia que tienen que mostrar y contra ese desprestigio al que ha sido empujada.

    La tarde estaba ardiente, el calor llegaba a los 38 grados y caminar era ya un esfuerzo. Adelante iban Ana y Delfina, alcanzaba a ver sus camisetas negras de Pacifistas Sin Fronteras y el letrero déjame en paz que traducido desde nuestra oficina había quedado estampado como nao me perturbe. Estuvimos a punto de retirar las camisetas porque nos habían dicho que no significaba lo mismo en portugués que en español pero después de confrontar con un brasileño decidimos dejar circular la idea. Equivocarnos no era tampoco un problema substancial. Como decía, el calor golpeaba con fuerza y los pensamientos empezaban a confundirse con la ilusión óptica que produce en el cemento el sol al estrellarse, era la canícula que había llegado para bienes y para males. El sudor caía a chorros por el cuerpo y los olores empezaban a dominar los encuentros. El agua de la botella que llevaba recorrió mi cuerpo de arriba a bajo y sentí el refresco que produce ese encuentro mágico entre la brisa y el agua fría. Una vez más habría de descubrir que el cuerpo ya adaptado al calor produce sus propias defensas y caminar se convierte en un goce.

    Caminamos en medio de una inmensa oferta de camisetas, libros, artesanías, todo tipo de souvenir del foro y puestos de gentes de todo el mundo. Nos detuvimos en el puesto de una pareja del Movimiento dos Sem-Terra, ella una mujer rubia de unos treinta años, el un hombre rubio un poco menor. En el piso había algunos carteles del movimiento, diversas artesanías y las fotos de Sebastiao Salgado, que habían recorrido el mundo como testimonio de la pobreza del país mas rico de América latina y décima potencia económica del mundo, de lo que se enorgullecen muchos brasileños y se sorprenden muchos más. La distribución de la riqueza es el resultado de un modelo económico que parece no encontrar la fuerza política para transformar esa realidad. Con los Sem-Terra hablamos un poco sobre Lula y notamos algo de inconformidad por como se conduce la política económica pero sobre todo creo que en el fondo existía para los dos una especie de decepción por el tipo de relación que el gobierno mantiene con la clase empresarial cuya responsabilidad en el problema de la distribución es bastante.

    Las fotos de Salgado trajeron de los recuerdos el disco de Chico Buarque Terra que me había llevado un amigo en su descubrimiento del Brasil, y de este, una composición de Buarque con Milton Nacimiento. El ritmo de la canción es el que debe acompañar al nómada desposeído y su letra un himno: Como entao? Desgarrados da terra? Como assim? Levantados do chao? Como embaixo dos pes uma terra?Como agua escorrendo da mao? Compramos dos fotos de Salgado y nos trajimos en la memoria la inconformidad de esa pareja con el gobierno de Lula y los organizadores del Foro.

    La razones para sus críticas al Foro estaban en su percepción de que a este estaban llegando más turistas de los necesarios y que lo hacía correr el peligro de perder el carácter de movimiento de lucha y resistencia. Hablamos con Ana y Delfina sobre este asunto y pensamos que deberíamos estar atentos a que eso no suceda, pero conscientes de que la imperfección de la idea de la democracia que ronda en todas partes limita la participación y la intervención de todos y todas en las decisiones. A esta altura éramos unos defensores radicales del foro como espacio de posibilidades y de creación o construcción de alternativas.

    La importancia de los del Movimiento Sem-Terra en todo este proceso que vive Brasil es fundamental aunque algunos digan que si y otros que no. Eso es el resultado de estar cerca o lejos de lo que sucede. Quedó en nuestra memoria la idea de que el Foro debe ser un modelo de nueva democracia en su organización y que el futuro de este podría estar sometido a una decisión colectiva. ¿Como hacerlo? Allí esta el dilema de la representación y el colectivo.

    Llegamos al área G del foro y a la carpa en donde se llevaría a cabo un diálogo sobre las campañas anti armas y anteguerra. Una joven francesa que había aprendido su español en Argentina y le daba ese tono sureño nos invitó a hacer parte de una campaña en la cada uno de los participantes se tomaba una foto con un letrero en el que expresaba su repudio a las armas. Hablamos un rato sobre esto y nos tomamos las fotos. Compartíamos la idea antia armas y teníamos en la mente hacer una campaña desde Colombia que ya habíamos nombrado como adiós a las armas en la que niños de todos las razas y orígenes son fotografiados con armas de juguete y con un mensaje de rechazo no solo al uso de las armas, sino del niño en la guerra. El diálogo estuvo bastante interesante, amigos de distintas partes de mundo fueron mostrando experiencias sobre este tipo de campañas en sus países. Nos interesó mucho una experiencia de Amnistía Internacional en Paraguay en la que se hace una invitación a niños a intercambiar sus juguetes bélicos por otro tipo de juguetes. Dejar las armas y dejar la idea de que ellas son un juguete son dos desafíos que la cultura occidental debe imponerse. Divagué otro rato por mi pasado y la infancia de millones de niños en Colombia. Nuestros héroes estaban todos armados, los regalos de navidad o cumpleaños fueron en gran parte armas y disfraces de vaqueros: Roy Rogers, Cisco Kid, el Llanero Solitario ocupan un buen lugar en la aceptación de las armas como salida a los conflictos. Cuantas veces en medio del fragor del juego deseamos con la mayor de las fuerzas matar al enemigo que no era otra cosa que el mejor amigo camuflado en otro disfraz. Pero ¿cómo luchar contra todo esto si el presupuesto para la guerra es tan grande que con su utilización para erradicar la pobreza esta sería una cosa del pasado en cuestión de meses o días? Acordamos con los amigos del Paraguay que estaríamos en contacto para intentar llevar esa campaña a Bogotá.

    Era tarde y el agotamiento nos invitaba al descanso. La noche fue de relajamiento y algo de rumba. El Bar Do Nito y la música brasileña nos arrullaron hasta que a las tres de la mañana el sueño nos obligo a retirarnos a Hollywood.

    Al día siguiente volveríamos a la zona G, era nuestra primera presentación. Habíamos llevado un material de divulgación y algunas camisetas de Pacifistas Sin Fronteras. Llegamos a la carpa con el número 601 con las expectativas aumentadas por el desconocimiento. Un auditorio para 600 personas y menos gente de la que pensamos. Diez de la mañana y el calor era especialmente fuerte. Afuera Ana Delia y Delfina promocionaban con plegables y camisetas la reunión.

    Porqué una cumbre mundial de paz, porqué en Colombia y cual era nuestra posición frente al conflicto y la guerrilla en Colombia fueron las cuestiones que se plantearon. Había amigos de Francia, Brasil, Argentina, Vieques en Puerto Rico, Estados Unidos, Pakistán, Colombia y Vietnam y el diálogo nos permitió avanzar en al idea de la cumbre.

    Fue una sesión interesante para nuestro proyecto y salimos para la carpa de solidaridad Cuba Venezuela. Tenía curiosidad por conocer la actitud de los venezolanos con nosotros después del conflicto generado por el caso Granda. Supieron que éramos colombianos y fueron especialmente amables. Tenemos tanto en común que cualquier conflicto, aún los generados por la insensatez política, se disuelven en esos lazos ocultos que unen los dos pueblos. Las diferencias parecen acercarnos. Estuvimos conversando largo rato con un amigo venezolano de la red de emisoras comunitarias que, si no estoy mal informado, es una bella idea de montar una red en América Latina. Nos entrevistaron a los tres así que seremos parte de la promoción de esa idea. Como nosotros estábamos haciendo nuestro documental la imagen del amigo venezolano y sus respuestas quedaron filmadas como una muestra de trueque de afectos.

    Hay un problema que quisiera destacar a estas alturas del Foro. Un problema ambiental de especial significancia no solo por ser extremo sino porque estaba en medio de este espacio de propuestas: el olor especialmente fuerte del Arroio Diluvio que muestra altos niveles de putrefacción. Los olores aumentaban con el calor y muchas de las carpas o mejor de los asistentes a ellas nos vimos afectados por la situación. En algunos momentos fue insoportable. Recomendación especial a los amigos de Porto Alegre y a su gobierno: descontaminar ese río sería un buen desafío para próximos foros.

    El entusiasmo creado y promovido desde la carpa habría de mostrar sus efectos en la inmensa cola que se hizo para ver y oír un día después la presentación de Chávez. Quisimos asistir pero fue imposible, después en los periódicos locales habría de reseñarse como un éxito del presidente venezolano ante un Gigantinho lleno. Zero Hora titulo Chávez conquista o Forum. No es posible abstraerse a lo que Chávez provoca y mirando la cola pensé, que la política corría el riesgo de volverse espectáculo y con ello ilusión o promesa. No se trata de ser prudente en momentos en que es imposible serlo, se trataría más bien de medir con precisión los alcances que puede tener para un movimiento el exceso de caudillismo. Como dice una canción de Pink Floyd, Skating on the Thin Ice. Es un riesgo. La cuerda floja o el filo de la navaja son peligrosos, para no caer uno podría cogerse de cualquier cosa.

    Caminamos acompañados de un inti ardiente hacia la carpa de información en donde nos habíamos quedado de encontrar con mi amigo Héctor Arenas. Le había traído unos libros que habían publicado sobre el movimento sem-terra. Una manifestación de coreanos y japoneses nos recibió con gritos en contra de Bush y su actitud bélica e imperial. El grupo era de unos cincuenta orientales. Coreanos en su mayoría. Los carteles, algunos del Democratic Labour Party de Corea fijaban su posición: Korean troops out of Irak, Stop the war, no to Korea_Japan FTA, Bush e o malor terrorista. La marcha iba a iniciarse y las consignas en contra del imperio y la guerra nos despertaron del sopor del calor. Hicimos tomas para nuestro documental y contactamos a los amigos del Grito de los Excluidos. Héctor no estaba y hablé con un amigo panameño, que se comprometió a entregarle los libros, así lo hizo ese mismo día.

    Salimos hacia el centro de la ciudad era la tercera noche en Portoalegre. Nuestro Hotel no ofrecía el servicio de teléfono así que fuimos al Plaza Sao Rafael. El azar que produce encuentros maravillosos nos ofreció la presentación del documental que sobre la película del Che Diarios de Motocicleta de Walter Selez, había realizado Gianni Mina. La noche estuvo llena de sorpresas. Primero un encuentro fugaz con Manuel Castells en el ascensor y su negativa a ser entrevistado, después la presencia de Frei Betto, Ignacio Ramonet y Pérez Esquivel premio Nóbel de Paz. Ellos presentarían el documental y un perfil de Ernesto Guevara.

    Fue durante la filmacion cuando sentí que era como la resurrección del Che. Las imágenes de Alberto Granados con unos 80 años, compañero de viaje de Guevara en la travesía por América, obligaban a imaginar que hubiese pasado si el legendario revolucionario estuviese vivo. Las palabras de Pérez Esquivel resaltando la pertinencia de la propuesta ética de Guevara son una buena forma de rescatar aquella hermosa voluntad de cambio que llevaba el argentino en su corazón. Permanece el mito y sus ideas? Acaba el tiempo con el mito o lo diluye entre banderines, camisetas, pancartas, plazas o como en este caso un almacén de ropa en Londres con un gran aviso luminoso: CHE.

    La idea de que todo se perdió no puede aceptarse, como tampoco, que los errores que se cometieron en aquella época, también fueron responsables de la postergación. Un ejercicio ético será reconocer que hubo gran responsabilidad de parte de aquellos que soñamos un cambio y que no supimos como hacerlo. Las imágenes de la película se confundían con las vividas en aquella época. Alberto Granados era un testimonio de que los sueños terminan no siempre en pesadillas pero muchas veces en frustración o decepciones. Allí sentado en esa sala de un hotel de cinco estrellas y mirando por el espejo retrovisor, intenté razonar sobre mi oposición a la lucha armada y a cualquier tipo de violencia. Sin embargo acababa de escuchar las palabras de Pérez Esquivel, premio Nóbel de Paz, que rescataba el proyecto ético de un revolucionario que participaba en esa lucha armada. Los seres humanos somos contradicción y de esa contradicción en no muy pocas ocasiones salen las respuestas a las angustias que nos agobian. Ni todo tiempo pasado fue mejor ni todo tiempo futuro será de progreso.

    La manifestación del primer día vino a la memoria como una marcha pacifista que cuestionaba una vez más la belicosidad del poder y la idea de que el estado tiene que ser un estado militar para que la democracia funcione. 150.000 o 200.000 personas caminaron una vez más con la esperanza y la seguridad de que si no se producen giros sustanciales en la política de las potencias del mundo el planeta corre un riesgo fuerte de convertirse en un planeta en guerra permanente. El comienzo de este siglo anuncian, sin no nos oponemos colectivamente, cien años de guerra. Tendremos que apoyar las distintas manifestaciones que habrá por la paz en el mes de marzo.

    Esa noche discutimos sobre lo que entendí como una resurrección de las ideas de izquierda y con esto la condena que nacerá de ello. Abrir la mente en un momento de globalización tan potente es una obligación política. La mañana siguiente nos recibió con una marcha del movimento Sem-Terra, brasileña, por lo alegre y musical, que recorrió el lugar en medio de la música y pasó por nuestro lado como un fantasma culpable de los giros positivos que ha dado la política en Brasil. Lula, es una esperanza y el primer papel de los medios y los poderes de derecha es acabar con esta. La estrategia sigue siendo la misma: la propaganda. Ojalá no me equivoque. Éste fue intenso en filmación y testimonios. Intentamos ir a la reunión de ATTAC pero no alcanzamos a llegar. Queríamos hacerlo y compartir con ellos la idea de la cumbre mundial de Paz. No fue posible.

    Cerramos nuestra estadía en Portoalgre con un bar en donde la música volvió a ser la reina: Grito de Alerta cantada por Maria Bethania quedo en la memoria. Planeábamos ir a Rio. Sabíamos que acabábamos de vivir una de las más bellas experiencias de este momento.

    Guillermo Solarte Lindo