- El problema del Agua en Bolivia
- Hidrografía de Bolivia
- Las Relaciones Bolivia-Chile
- Cronología de Sucesos
- Situación Actual del Conflicto
- Defensa Jurídica de las Aguas del Silala
- Metodología, Conceptos y Marco Teórico
- Antecedentes Históricos y Jurídicos del Silala
- Compensación por el uso ilegal de las aguas del Silala
- Conclusiones
I. INTRODUCCIÓN
A. El Problema del Agua en el Mundo
El agua es uno de los cuerpos más complejos desde el punto de vista físico químico, ya que es muy complicado obtenerlo en estado puro y además es el que presenta un mayor número de anomalías en sus constantes físicas.
El agua es la fuente misma de toda la vida, sin agua no hay vida; ya que es la bebida elemental y fuente de energía, además de ser una necesidad para el desarrollo de la agricultura y la industria.
El 71% de la superficie de nuestro planeta está cubierto por océanos; existen aproximadamente 1,4 millones de kilómetros cúbicos de agua de los cuales el 97,4% es agua de mar o salobre. De la cantidad restante aproximadamente el 75% está encerrado en casquetes polares y glaciares. El agua dulce representa aproximadamente 9000 kilómetros cúbicos al año, cantidad suficiente para cubrir las necesidades fundamentales de toda la población humana pero lamentablemente la distribución de este recurso no es uniforme ya que existen regiones áridas y semi áridas en las cuales existe un marcado déficit de este elemento.
A través del tiempo se ha percibido una creciente escasez de este elemento debido al crecimiento poblacional y a la contaminación ambiental, según datos del Banco Mundial, aproximadamente 1000 millones de personas en el mundo no tienen ningún acceso a fuentes de agua aptas para consumo y aproximadamente 1700 millones de habitantes no tienen saneamiento adecuado. La solución a esos problemas en estos tiempos exige inversiones 5 veces mayores a las actuales debido a los altos costos de regeneración y retratamiento de las aguas[1]
En un futuro cercano, la escasez de agua podría ser la causa de nuevos conflictos internacionales, basados en experiencias de países del Medio Oriente en los cuales se tienen grandes cantidades de recursos energéticos (petróleo) y bajas cantidades de recursos hídricos (agua).
B. El problema del Agua en Bolivia
Uno de los problemas mas graves que enfrenta el país es la disponibilidad de aguas y la contaminación de las disponibles para consumo. A raíz de esta situación se estima que el 80% de las enfermedades en Bolivia tienen origen en el consumo de aguas contaminadas. El elevado índice de mortalidad infantil es el resultado del consumo de aguas insalubres.
En los próximos años, el país deberá encarar una serie de rigurosos proyectos para abastecer de agua a las poblaciones, a la agricultura y a las industrias nacionales, para esto deberá tener la capacidad técnica y económica de explotar todas sus reservas, fijando siempre la viabilidad operativa de los mismos.
Bolivia no está libre de involucrarse en problemas binacionales a causa del agua, debido a que el país posee elevadas cordilleras de las cuales se generan los causes fluviales, convirtiéndose estas en áreas estratégicas y de gran importancia geopolítica.
En el caso particular con Chile, existe un riesgo de conflicto por el aprovechamiento de las aguas del Silala, cuyo origen y control está en manos de Bolivia pero los mayores intereses de uso residen en el país chileno, que en determinado momento podría ver que sus intereses estén siendo afectados y tomar actitudes de fuerza destinadas a lograr el control total de esta agua, tanto en su origen como en su uso final.
Chile necesita urgentemente mantener abastecidas de agua todas sus ciudades ubicadas en el desierto de atacama y tiene focalizada su atención en el aprovechamiento de las aguas del Silala ya que esta tiene la característica de ser limpia y potable, por lo que prácticamente no precisa tratamientos químicos ni microbiológicos importantes.
En la actualidad las aguas del Silala no tienen un costo establecido ni un caudal de uso determinado y que estén bajo control de las autoridades departamentales del departamento de Potosí, lo que de hecho constituye una pérdida de divisas importante para la zona y para la población del lugar, cuyas condiciones de pobreza son comunes en todo el departamento.
De igual manera, el desarrollo de la región potosina depende mucho de esta agua, como es el caso de las Pampas de Agua de Perdiz, que está ubicada muy cerca de las aguas del Silala con cuya vertiente podría desarrollar importantes proyectos agrícolas, ganaderos, turísticos y eventualmente algunas industrias regionales.
Hidrografía de Bolivia
En Bolivia hay tres cuencas o vertientes hidrográficas bien definidas, la Cuenca Amazónica que es la mas importante y ocupa casi el 50% del territorio; la Cuenca del Plata y la Cuenca Altiplánica o de los Lagos.
La Cuenca Amazónica va desde la Cordillera Real a todo el oriente, siendo sus ríos principales el Madre de Dios, Beni, Mamoré y el Itenez; todos ellos desembocan en el Madera que es uno de los afluentes del Amazonas.
La Cuenca del Plata ocupa el sureste del país desde el departamento de Chuquisaca siendo sus ríos principales el Paraguay y el Pilcomayo.
La Cuenca Altiplánica es una cuenca cerrada que forma un eje entre los dos grandes lagos del país; el Titicaca y el Poopó, el río que los une es el Desaguadero. Forman parte de este sector los grandes salares, el de Uyuni y el de Coipasa.
Las Relaciones Bolivia-Chile
Históricamente la política Chilena ha estado dirigida a aprovecharse de los recursos naturales y geográficos de Bolivia. Como ejemplos tenemos la usurpación del Litoral Boliviano en un conflicto originado por la ambición Chilena de los recursos de Guano y Salitre; el Tratado de Paz de 1904 con claros vicios del derecho internacional; el desvío de las aguas de los ríos Lauca y Mauri, el aprovechamiento de las aguas del Silala y mas actualmente la remoción de hitos fronterizos y las incursiones no autorizadas a territorio nacional por parte de grupos de exploración Chilenos en la intención de verificar recursos naturales que puedan ser explotados para su beneficio.
Recientemente, un General del Ejercito Chileno declaró que las potencias intermedias (incluso sudamericanas) podían identificar intereses vitales fuera de sus fronteras, no necesariamente en ultramar, si no en sus países vecinos, lo cual revela la arraigada política expansionista chilena hacia Bolivia, Perú y Argentina desde el inicio mismo de la república lo que le permitió prácticamente duplicar su territorio original. Este tipo de declaraciones ponen de manifiesto los alcances de la Geopolítica Chilena, que no mide las consecuencias de los conflictos en su afán de cumplir sus dictados.
A través de los años se ha notado un permanente desinterés de parte del Estado Chileno por resolver el centenario problema marítimo que sostiene con Bolivia, aspecto que es muy notorio en los foros y congresos internacionales en los cuales Chile evita tratar el tema y cuando lo hace sostiene que se trata de un problema binacional, cuyo alcance debe ser resuelto de forma particular entre los dos países.
A nivel de intercambio comercial se observa un marcado desequilibrio a favor de Chile, ya que el nivel de desarrollo tecnológico de sus industrias y el nivel económico de su población les permite convertirse en uno de los países exportadores mas importantes de la región, cuyos productos alcanzan mercados muy importantes como ser Estados Unidos y Europa, mientras que las exportaciones Bolivianas son principalmente materias primas con bajo valor agregado y productos de baja tecnología cuyo ingreso a los mercados de consumo Chilenos está restringido y sujeto a ciertos aranceles, barreras comerciales y sanitarias que dificultan su libre comercialización.
II. DESARROLLO.
A. Ubicación de las Aguas del Silala[2]
Las fuentes de las aguas del Silala están ubicadas en el Cantón Quetena, provincia Sur Lipez del departamento de Potosí, entre los puntos de límite del tratado de Paz y Amistad firmado en 1904: el Cerro Norte (Volcán Apagado) Nº 15, cerrito del Silala Nº 16 y el cerro de Inacaliri o del Cajón Nº 17.
Esta es una cuenca volcánica de 41 km2, despoblada y cubierta con manantiales o bofedales que forman a su alrededor áreas húmedas cubiertas de pasto.
Estas áreas húmedas están esparcidas desde la parte superior de las mesetas (5300 msnm) hasta la parte inferior (4300 msnm). Las fuentes de las aguas del Silala están en una hoyada y las vertientes se encuentran ubicadas a 5 kilómetros de la frontera con Chile, existiendo por lo menos unas 1000 vertientes que fluyen en dirección de Este a Oeste llegando a concentrarse todo el volumen de agua en un cañadón donde se tienen obras civiles hidráulicas ejecutadas entre 1908 y 1914 por grupos chilenos.
Las mesetas donde se sitúan las vertientes del Silala están rodeados por macizos volcánicos (ubicación entre 22º8" de latitud sur y 68º30" de longitud oeste del meridiano de Greenwich). Los cerros volcánicos que conforman la cuenca son: Al Norte el Cerro Silala Grande y Cerro Negro; al Sureste el Cerro Nacaliri y el Volcán Apagado; Al Suroeste el Cerro Cahuana.
Orografía: Los macizos volcánicos tienen alturas superiores a 5000 msnm, la altitud del terreno donde se encuentra la laguna colorada es 4288 msnm; Las pampas con bofedales, donde se encuentran mas de 90 manantiales o vertientes están dispuestos en terrenos de poca pendiente con alturas de entre 4300 y 4800 msnm.
Precipitación anual: El promedio anual es de 40 mm/año.
Temperatura: Menor a 5ºC
Evotranspiración: 100 a 200 mm
Fisiografía: Existen fuentes termales con presencia de fuentes geotérmicas cerca de laguna colorada. La región es inhóspita. La diferencia de temperatura entre el día y la noche es de 50ºC.
Hidrografía: No existen trazos de cursos de aguas naturales, es decir no existe un cauce natural de un río nacional o internacional. Estudios mas rigurosas han demostrado que no existe la posibilidad de formación de un curso de agua permanente o río.
Simplemente existen áreas húmedas o bofedales aislados unos de otros de las cuales brotan aguas subterráneas conocidas como vertientes.
El afloramiento de las aguas subterráneas (manantiales) forman los vertientes con un caudal de 5 a 9 litros/seg.; entre estos bofedales no hay intercomunicación debido a la diferencia de nivel y a la baja pendiente del terreno que impide el escurrimiento de los pocos litros de agua que emanan del subsuelo que por otro lado debido a su permeabilidad impide la formación de un riachuelo.
En los Anexos "A" y "B" se observa la relación de acequias o canales de recolección de aguas construidos por la compañía Inglesa "The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited" para transportar las aguas recolectas hasta el territorio chileno.
Para la recolección de las aguas se tienen numerosas bocatomas y acequias; 27 Km. de canales revestidos con mampostería; 2,5 Km. de canales revestidos con mampostería y hormigón; 17 Km. tubería de 25 cm. de diámetro y 46 Km. de tendido de tubería de 30 cm. de diámetro.
El agua es tratada en el cañadón para posteriormente ser transportada desde un pequeño estanque por medio de un canal y dos cañerías (una enterrada y la otra al aire libre) para luego desembocar en un estanque ubicado a 20 metros en territorio chileno donde todo el agua es concentrada y tratada.
Mas abajo, a 8 kilómetros de la frontera existe una represa en la cual los chilenos cuidan y almacenan las aguas del Silala para luego ser llevada mediante cañerías a las ciudades de Calama, Chuquicamata, Antofogasta, Mejillones, Tocopilla, Cobija y otras poblaciones menores del norte chileno en la región del desierto de Atacama.
B. Antecedentes del Problema
El 14 de febrero de 1879 el Ejercito chileno invadió Antofagasta y se dio inicio a la guerra del Pacífico que enfrentó a los países de Perú y Bolivia que firmaron una alianza para enfrentarse a Chile.
Como resultado de la guerra se tuvieron desmembraciones territoriales de parte de Perú y Bolivia, que fue el mas afectado ya que perdió su zona Litoral y por consiguiente su espacio de salida al mar.
El pacto de tregua entre Bolivia y Chile fue firmado el 4 de Abril de 1884 y a partir de esta fecha se crearon una serie de comisiones bilaterales destinadas a determinar los nuevos límites y los alcances de las compensaciones. En el tiempo estos acuerdos fueron sistemáticamente diferidos, modificados y replanteados por la hábil diplomacia chilena, contando además con la inefectiva y reactiva diplomacia boliviana que en muchas situaciones por falta de una adecuada coordinación a nivel de gobierno no consiguieron obtener mayores compensaciones y beneficios de parte de Chile, consiguientemente la mayoría de los tratados resultaron enteramente favorable a los invasores.
Durante la fase de demarcación final de límites participaron comisionados ingleses, bolivianos y chilenos, y ya entonces se pudo percibir la importancia que iba a tener el agua en la economía y el desarrollo del norte chileno. En uno de los recorridos al sector del Silala ya se realizaron algunas excavaciones que permitieron identificar la riqueza acuífera del sector.
Las locomotoras de la época utilizaban grandes cantidades de vapor para generar la energía la fuerza de locomoción, en ese entonces las aguas del río San Pedro estaban quedando insuficientes para abastecer semejante cantidad de energía requerida.
En 1900 el Ingles Josias Harding emite un informe a la compañía inglesa The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited, en sentido que en el sector boliviano del Silala existían reservas de agua cuya cantidad era suficiente para abastecer por completo las necesidades de la empresa. Este informe dio lugar al inicio de los estudios de explotación, uso, aprovechamiento de las aguas en el sector de la estación ferroviaria de San Pedro.
En 1908 la compañía inglesa The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited se adjudicó el uso, aprovechamiento y explotación de las aguas del Silala. Esta adjudicación estuvo basada en la ley del 28 de Noviembre de 1906 en la cual se elevó a rango de ley el "Reglamento de Aguas" promulgado por decreto del 8 de septiembre de 1879.
El artículo 204 de esta ley señala que "En concesión del aprovechamiento de aguas públicas se observará el siguiente orden de preferencia":
1. Abastecimiento de Poblaciones
2. Abastecimiento de Ferrocarriles
3. Riegos
4. Canales de Navegación
5. Molinos y otras fábricas; Barcas de paso y puentes flotantes
6. Estanque para viveros o criaderos de peces
Dentro de esta clase, se dará preferencia a las empresas de mayor importancia y utilidad, y en igualdad de circunstancias a las que antes hubiesen solicitado el aprovechamiento de las aguas.
C. Cronología de Sucesos[3]
Año 1889 La compañía Huanchaca forma una sociedad anónima con una compañía inglesa denominada "The Antofagasta (Chili) and Bolivian railway Company Lmt." Que contiene capitales ingleses y chilenos.
Esta compañía pasa a controlar toda la red de ferrocarriles de Antofagasta a Bolivia incluyendo ramales y desvíos, además de monopolizar el uso y aprovechamiento de las aguas en el departamento de Antofagasta y la concesión de las aguas del Cebollar y Polapi.
Posteriormente se les otorga los derechos de usos y aprovechamiento de las aguas del río San Pedro (Afluente del río Loa), cuyas aguas nacen en las faldas del volcán San Pedro (50 kilómetros de la frontera con Bolivia).
Año 1904 La firma inglesa "The Antofagasta (Chili) and Bolivian railway Company Lmt." Se hace cargo de la explotación y administración de la compañía ferrocarrilera FCAB y de los derechos de exploración, uso y explotación de las fuentes de agua en Antofagasta incluyendo los manantiales de Palpana, Ujira, Ujira Grande y Puquios.
En la época, por la utilización de las aguas de los ríos Loa y San Pedro, la empresa era obligada a dar gratuitamente el 5% del agua distribuida a la población y el 10% a las poblaciones
Asentadas a lo largo de la ruta. Todos los demás usuarios estaban obligados a pagar 1,4 pesos chilenos por metro cúbico comercializado.
Año 1906-1907 El gerente de FCAB, Hosias Harding es autorizado por el gobierno chileno a incursionar en territorio boliviano a objeto de aprovechar los numerosos manantiales de donde brotaban de forma natural el agua de los acuíferos subterráneos.
Año 1908 La FCAB solicita a la sub-prefectura de Potosí la concesión del uso de las aguas subterráneas de las pampas del Siloli o Silole. La autoridad boliviana autoriza el 30 de septiembre de 1908. El objetivo de la concesión es dotar de agua a las locomotoras de vapor y destinar una tercera parte del agua al consumo de la población boliviana.
Año 1940 El Sr. Pablo Baudain establece el 24 de junio, una demanda en La Paz en sentido que la FCAB estaba utilizando las aguas concesionadas de las vertientes del Silala para la venta de agua potable a la población de Antofagasta y para uso industrial de la región; que de hecho resultaba contrario a los objetivos iniciales de la concesión.
Ese mismo año el Cónsul Boliviano en Chile confirma la distorsión en el uso de las aguas, resaltando además el importante volumen de reservas de la región.
Año 1962 Una comisión oficial del gobierno Boliviano presidida por el Ing. Augusto Valdivia Altamirano viaja a la región del silala y comprueba que las aguas de los manantiales y vertientes han sido colectadas mediante la construcción de canales. En esta oportunidad el Ing. Valdivia indica que se trata de un río por basarse en un mapa del IGM en el cual se lee "Río Silala" canalizado.
Año 1965 Se realiza una nueva inspección a la región a cargo de funcionarios y técnicos de la Dirección General de Límites quienes en su recorrido confunden las aguas con un río de curso sucesivo (al ver correr las aguas por medio de un canal colector general), estableciendo también el volumen de agua traspasada a territorio chileno (0,45 Mt3/seg).
Año 1997 El periódico "Presencia" publica un artículo del Ing. Antonio Bazoberry titulado "En la región del Silala no hay ningún río", lo cual causa una sorpresa general en todos los que sostenían que existía un desvío de las Aguas del "río" Silala.
Año 1997 La Cancillería contrata a la firma consultora Gómez García, en cuyo informe final se establece que no se ha encontrado ningún río en la zona, sino mas bien se tienen construcciones y obras civiles para la recolección de sus aguas y para su transporte a territorio chileno.
D. Situación Actual del Conflicto[4]
El tema de las aguas del Silala comenzó a tomar un nuevo curso luego de una denuncia realizada en 1996 obligaba al estado boliviano a prestar atención a un asunto olvidado durante 90 años.
Mediante Decreto Supremo Nº 24660 del 20 de Junio de 1997, se estableció la revocación del uso y aprovechamiento de las aguas manantiales del Silala que fuese otorgada mediante escritura pública Nº 48 del 23 de septiembre de 1908, quedando los señores ministros de Relaciones Exteriores, de la Presidencia y de Gobierno, encargados de la ejecución y cumplimiento de este Decreto Supremo.
La posición chilena es que las aguas del silala provienen de un río de curso internacional, cuyo nombre aparece inclusive en el tratado de paz y amistad firmado en 1904 y que sería un error de parte de Bolivia el tocar esas aguas o licitarlas, pues significaría afectar el normal aprovisionamiento de agua en las regiones del norte chileno.
En concepto de Chile, la ley internacional establece que un curso natural de agua que baña a dos países no puede ser dispuesto de forma unilateral por uno de ellos y que este sería un asunto que debería ser tocado en tribunales internacionales.
La concesión inicial de 1908 establecía la utilización de las aguas del Silala por parte de la empresa The Antofagasta and Bolivian Railway Company, por medio de la cual se autorizaba a canalizar sus vertientes a objeto de transportarlas a territorio chileno para ser utilizadas en el uso de las locomotoras a vapor del ferrocarril Antofagasta-La Paz.
Bolivia jamás obtuvo un retorno por dichos contratos, que tampoco establecían los montos que debían ser pagados y luego que las locomotoras a vapor dejaron de funcionar, las aguas fueron utilizadas para abastecer el consumo privado de la ciudad de Antofagasta y otras ciudades norteñas.
El primer trimestre de 1999 se inició una serie de análisis y consideraciones sobre el uso y explotación que debería darse a las aguas del Silala, sin embargo no se tenía una estrategia clara al respecto.
En marzo de 1999 tanto el Canciller Javier Murillo y el Ministro de la presidencia Carlos Iturralde confirmaron que Bolivia no tenía una estrategia definida sobre las aguas del Silala y que se estaba arrastrando un problema de mas de 90 años de duración durante los cuales existió un total desinterés de parte de las autoridades bolivianas para lograr una solución a este problema. Se estima que Chile se beneficia con mas 6,3 millones de metros cúbicos de agua al año y que Bolivia deja de percibir mas de 2 millones de dolares anuales por concepto de utilización de las aguas.
En Septiembre de 1999 el Vicecanciller de Relaciones Exteriores de Bolivia, Fernando Messmer reiteraba que el Silala no es un río Internacional, tal como lo afirmaban las autoridades chilenas, siendo mas bien un manantial que nace y está en Bolivia, sin embargo ninguno de los países terminó cediendo posiciones. La posición Boliviana está sustentada por datos históricos, de justicia y derecho internacional.
La mayoría de las autoridades bolivianas sostienen que el problema es un asunto centenario, por lo tanto no es posible exigir soluciones inmediatas; el tema de las aguas del Silala ha comprometido a muchos gobiernos y muchas gestiones de cancillería y los temas de política internacional deben ser tratados con gran ponderación y no con apresuramiento o intereses que posibiliten salir a la palestra política.
En Agosto de 1999 se promulgó el Decreto Supremo 25500 que encomendaba a la Superintendencia de Aguas a licitar las aguas del Tunari, destinada solamente a empresas nacionales.
El 5 de Septiembre de 1999 fue aprobado el Decreto Supremo 25500 que autorizaba a la Superintendencia de Aguas a realizar la licitación pública nacional para la utilización de las vertientes del Silala para fines de comercialización y/o exportación. Por la ubicación de los manantiales, esta licitación estaría ajustada al artículo 25 de la Constitución Política del Estado que señala:" Dentro de los 50 Km. de las fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer, por ningún título, suelo ni subsuelo, directa o indirectamente, individualmente o en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio del estado, la propiedad adquirida, excepto en caso de necesidad nacional declarada por el estado"
Los ingresos estarían destinados en su totalidad a favorecer el desarrollo socio-económico del departamento de Potosí.
El 10 de Septiembre de 1999 se realizó la convocatoria y la venta de pliegos de especificación para la licitación de las aguas de las vertientes del Silala. Este pliego constó de 8 capítulos y 4 anexos, siendo la concesión de las aguas basadas en el proyecto SIRESE (Ley 1600 del 28 de Octubre de 1994).
La licitación tomaba en consideración las condiciones legales, administrativas, técnicas, económicas y recomendaciones para la adjudicación; siendo el objeto de la licitación: " el otorgamiento de la concesión para el uso y el aprovechamiento de las aguas de los manantiales del Silala, en la industrialización, comercialización interna y/o externa y su transporte mediante tuberías, canales o envasada en botellones y la dotación de agua potable".
Los sobres con las propuestas fueron abiertos el 16 de diciembre de 1999, habiendo existido 15 ofertas, sin embargo el Comité Cívico Potosino (COMCIPO) mostró desde un inicio su oposición a esta licitación por considerarla amañada y corrupta considerando que todo el proceso estaba dirigido a favorecer los intereses chilenos y que previamente debía realizarse el pago de mas de 90 años de utilización de las aguas sin ningún tipo de retorno para el departamento. El Comité Cívico sostenía además que entre las empresas licitantes existían capitales extranjeros con lo cual se estaba violando el artículo 25 de la Constitución Política del Estado además de violar la reglamentación de las licitaciones
La posición potosina estaba referida a que previo, a cualquier licitación internacional, la ex empresa Anglo-Chilena The Bolivian Railway Company, debería proceder al pago de más de 100 años de utilización de las mencionadas aguas sin haber percibido ningún tipo de compensación en el tiempo.
La propuesta potosina estaba orientada a la administración de las vertientes del Silala por parte del estado Boliviano, a través del departamento de Potosí, sugiriendo además que cada región chilena beneficiada merezca un tratamiento diferenciado.
En este escenario surgió la figura pública de Milton Lérida (Asesor cívico de las cinco provincias del sudeste potosino: Daniel Campos; Antonio Quijarro; Enrique Valdivieso; Nor Lipez; Sur Lipez) quien comenzó a tomar protagonismo debido a sus numerosas intervenciones en el parlamento, a los artículos publicados y a representaciones publicas que realizó en diferentes medios de comunicación del país. Según sus estimaciones, el estado perdía anualmente una suma aproximada de 10 millones de dolares, debido principalmente a la falta de interés del estado boliviano como resultado de la falta de una estrategia geopolítica clara.
El 15 de septiembre de 1999 el departamento de Potosí realizó un paro cívico demandando entre otros aspectos el resarcimiento por la utilización de las aguas del Silala y rechazando la nueva propuesta de licitación.
En la fase de la aprobación de la licitación, aparecieron una serie de diferencias entre los gobiernos de Bolivia y Chile, que obligó a la participación del propio presidente Banzer, quien tomó parte en el problema declarando que Bolivia no cedería ante las presiones de Chile de llevar el problema ante un tribunal internacional ya que el país tiene todos los respaldos jurídicos que establecen su soberanía sobre esas vertientes y tiene la suficiente capacidad para encarar el problema ante tribunales internacionales. La reacción del presidente Banzer fue inmediata, comprometiendo su participación directa y firme en caso de progresar el reclamo chileno.
El gobierno chileno pretendía que el tema del Silala esté incluido en la agenda de negociaciones bilaterales, ya que consideraban un tema dificultoso de las relaciones entre ambos países que se sumaba al reducido avance en los acuerdos comerciales. Chile sostenía que se mantiene vigentes los derechos que la empresa del ferrocarril de Antofagasta a Bolivia tiene como sucesora de los títulos que le fueron otorgados en 1906, el ministro de relaciones exteriores chileno Juan Gabriel Valdez manifestaba que su país recurriría inmediatamente a un tribunal internacional de mantenerse la controversia que vulnera los derechos de concesión de las aguas suscrito en 1908.
A criterio del experto Antonio Bazoberry, consultor en asuntos internacionales, Bolivia no debería ingresar en un juicio internacional debido a que sería prestarse al juego chileno en un conflicto de muchos años, del que no saldría nada claro, mientras que Chile seguiría usufructuando las aguas.
Entre todas las empresas interesadas solo DUCTEC y Aguas del Illimani confirmaron su voluntad de continuar en la licitación; habiendo existido una serie de observaciones de parte de sectores políticos y cívicos que refutaban el curso de la licitación debido a que el proceso había pasado por alto las normas legales de adjudicación considerando además que ninguna de las empresas había realizado una oferta mayor a la exigida por la Superintendencia de Aguas que consistía en 1,2 millones de dolares anuales. Ambas propuestas fueron analizadas en detalle, DUCTEC ofertó 46,8 millones de dolares por 40 años de concesión, mientras que Aguas del Illimani ofertó simplemente 6,6 millones de dolares por el mismo tiempo de adjudicación.
El 19 de marzo del 2000 se suscribió el acuerdo definitivo con la empresa DUCTEC (Resolución Nº SSSB15/2000 de la Superintendencia de Saneamiento Básico), acordándose que todos los recursos económicos obtenidos estarían íntegramente dirigidos al desarrollo de la provincia Sur Lipez en Potosí. A los pocos días la empresa adjudicada advirtió sobre el riesgo de que Chile no quiera comprar las mencionadas aguas movidos por una interferencia del gobierno chileno debido principalmente a las diferencias históricas que dividen a Bolivia y Chile.
Según informes oficiales, Chile dio inicio a un proyecto de desanilización de las aguas marinas para poder de esta forma prescindir de las aguas del Silala, pese a que en la fase previa de la adjudicación se había observado mucho interés de las empresas privadas del norte chileno pero ahora se observaba una interferencia de parte del gobierno de Chile.
Varias empresas multinacionales que operan con la explotación de minas de cobre en el norte chileno iniciaron un proyecto destinado a la construcción de plantas desanilizadoras del agua del mar debido, a que desean evitar el riesgo político y la falta de interés del gobierno boliviano por vender el recurso a un precio razonable. Este proyecto está favorecido por la sobreoferta de energía eléctrica en el norte chileno proveniente de plantas termoeléctricas que utilizan gas natural argentino y que facilitan la construcción de las plantas desanilizadoras.
Paralelamente a la adjudicación, se estableció una comisión para trabajar en el calculo científico y jurídico del cobro por la utilización de las aguas por parte de la empresa anglo-chilena; este "Cobro Histórico" estaría a cargo de una comisión interministerial que fue conformada por el presidente de la república Gral. Hugo Banzer Suárez y que quedo a cargo del Ministro de Justicia Juan Antonio Chain. El trabajo de la comisión está orientado a la ejecución de un estudio jurídico internacional de forma de poder presentar un proyecto de reclamo.
A disposición de la comisión están los órganos técnicos como ser la Superintendencia de Aguas; La Superintendencia de Minería y el Instituto Geográfico Militar que son los encargados de dar los datos elementos técnicos del proceso que deberán establecer las fechas desde las cuales la empresa Anglo-Chilena comenzó a utilizar indebidamente las aguas del Silala teniendo en cuenta que en 1908 se concedió el uso limitado de esa vertiente. Desde el momento que las locomotoras dejaron de utilizar el agua de las vertientes, se puede establecer un plazo para verificar el porque del uso de las aguas para otros fines. También se establecerá un calculo técnico sobre el precio del agua en los años en que sucedió tal uso indebido.
El 20 de Abril del 2000, el superintendente de Aguas Luis Uzín anunciaba oficialmente la suscripción del contrato para la explotación de las vertientes del Silala con la empresa DUCTEC S.R.L., por este concepto el departamento de Potosí pasará a recibir 1,9 millones de dólares anuales durante los próximos 40 años, montos que estarán destinados íntegramente al desarrollo regional de uno de los departamentos mas pobres de Bolivia. Con la adjudicación de esos manantiales, la Superintendencia de Aguas da por concluido su trabajo en el mencionado tema.
El 27 de Abril del 2000, Chile anunciaba oficialmente su desconocimiento al contrato de concesión de las aguas del Silala, por entender que el mencionado recurso hídrico debería ser compartido por ambas naciones, en una declaración oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores se manifiesta que el contrato desconoce los derechos de Chile sobre las aguas del Silala y por ese motivo cualquier contrato afecta el derecho de su país. La posición chilena fue expresada en notas dirigidas al gobierno boliviano en fechas 20 de mayo, 15 de septiembre, 14 de octubre, 3 de diciembre de 1999 y es la misma posición que se mantiene ahora.
A raíz de este problema se emitió oficialmente una invitación al gobierno boliviano para entablar un dialogo. El Presidente Chileno Ricardo Lagos expresó que cree firmemente en la posibilidad de reanudar relaciones diplomáticas con Bolivia antes de la culminación de su periodo constitucional el año 2006. El gobierno del Chile analizará el tema de las relaciones diplomáticas con Bolivia en el marco del consejo asesor de política exterior, que es un organismo integrado por ex cancilleres, ex embajadores, académicos y expertos en el área.
La ministra chilena de Relaciones Exteriores Soledad Alvear manifestaba que las discrepancias con Bolivia significaban una dificultad importante para el dialogo que su país pretende impulsar con Bolivia.
Como respuesta el 28 de Abril, el Canciller boliviano Javier Murillo rechazaba las objeciones de Chile al contrato del Silala y manifestaba su pleno respaldo al superintendente Luis Uzin en su defensa del derecho boliviano a explotar sus aguas por encima de cualquier reclamo chileno, ya que la concesión de las aguas a la empresa The Antofagasta Chile and Bolivian Railway Ltd. Fue revocada el 15 de mayo de 1997 y se dio paso a la última licitación ganada por DUCTEC.
Ambos gobiernos expresan sus deseos de que las relaciones binacionales no se vean afectadas por estos sucesos tomando en cuenta las agendas de dialogo que existen entre ambos países.
E. Defensa Jurídica de las Aguas del Silala[5]
En toda su historia republicana, Bolivia ha demostrado siempre poco interés en la importancia y en la protección de sus recursos hídricos, ya que en el tiempo no han existido políticas de estado dirigidas a preservar las aguas de las vertientes, lagos, ríos y cuencas que nacen en los sistemas de las montañas en el territorio boliviano.
Por el contrario, Chile siempre ha demostrado interés en la riqueza hídrica boliviana debido a la escasez de agua en sus territorios desérticos del norte, por lo que de manera sigilosa e ilegal ha venido usufructuando nuestras aguas como acontece en el caso de las vertientes del Silala que merced a una serie de obras realizadas dentro del territorio boliviano, sirven para abastecer de agua a varias poblaciones del norte chileno, sin recibir a cambio ninguna retribución económica que permita compensar en parte la explotación del recurso y favorezca a desarrollar la región proveedora.
El tema de la explotación de las aguas del Silala tiene un descuido de mas de 90 años, ya que no existe ningún convenio legal para que Chile recoja las aguas de los bofedales, por este motivo surge la necesidad de establecer bases jurídicas nacionales e internacionales que permitan internacionalizar la defensa legal de los mencionados recursos ya que por una parte la concesión otorgada por el Prefecto de Potosí en 1908 a la empresa de Ferrocarriles es nula de todo derecho ya que no existe un contrato avalado de parte del gobierno central que avale la utilización de las aguas tal cual establecen los procedimientos cuando se trata de aguas internacionales, y por otro lado, nunca existió convenio bilateral de gobierno a gobierno.
1. Metodología, Conceptos y Marco Teórico
En 1908 se suscribió el acuerdo entre el prefecto de Potosí y la empresa inglesa The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited para el aprovechamiento de las aguas del Silala para el aprovisionamiento de las locomotoras a vapor.
De manera unilateral, Chile procedió a la construcción de depósitos de agua con hormigón armado dentro de territorio boliviano para desviar el curso natural de las aguas a través de canales construidos para tal fin, que en la actualidad abastecen varias poblaciones del norte chileno como ser Antofagasta, Mejillones, Tocopilla, Calama y Chuquicamata.
Existen varios ejemplos de usurpación de aguas bolivianas por parte de Chile, como ya aconteció con el desvió de las aguas de los ríos Lauca y Mauri y el actual tema en conflicto, de las aguas del Silala cuya importancia radica principalmente en que estas son aguas dulces y potables.
En la actualidad Chile usufructúa el 100% de las aguas del Silala, que de hecho ya contravienen las normas internacionales y está fuera de todo marco legal por lo que resulta imperioso actualizar las políticas de protección de los recursos nacionales y la propia protección de la soberanía.
Como base de defensa se plantea la siguiente hipótesis: " El Estado Boliviano debe adoptar políticas, medios jurídicos y diplomáticos con el objeto de resguardar la soberanía nacional y efectivizar la compensación real por el uso y aprovechamiento ilegal de las aguas del Silala, en beneficio de las poblaciones de la región de Sur Lipez. Puesto que actualmente el Silala abastece de agua potable a varias poblaciones del norte chileno, mientras que los pobladores de la región boliviana del silala atraviesan una crisis económica y social debido a la carencia de agua".
A Bolivia le asiste la potestad de disponer y aprovechar sus recursos naturales dentro de su territorio.
El agua es muy importante y vital para la vida de las personas y el desarrollo de los pueblos; antiguamente las guerras se originaban por el dominio del oro, plata y petróleo, se prevé que las próximas guerras ocurrirán por el dominio de las reservas de agua.
Según la definición jurídica, río es toda corriente de agua que desemboca en otro rió o en el mar, siendo nacionales si se encuentran integralmente en el territorio de un solo estado, perteneciendo jurídicamente al mismo, en completa soberanía y propiedad; su uso está restringido por la ley interna del estado y está fuera del derecho internacional.
Los ríos internacionales son aquellos que separan o atraviesan el territorio de uno o mas estados. Las cuencas se definen como el territorio cuyas aguas fluyen todas a un mismo rió, lago o mar. Desde el punto de vista jurídico implica los elementos constituidos por un rió, sus afluentes y las aguas subterráneas del sistema.
Cuando los ríos son considerados internacionales se presentan tres problemas jurídicos que son los referidos a la Soberanía, la Navegación y la Utilización de sus aguas para generar energía, riego y otros usos domésticos e industriales.
Bolivia, por su posición geográfica posee muchas cuencas internacionales, por lo que el manejo jurídico de su explotación debe ser conducido con mucho criterio.
Los Estados que comparten aguas internacionales contiguas tienen entre sí, una dependencia física que implica no ejercer el derecho exclusivo por ningún lado. En la declaración de Asunción (1971) aprobada por los Cancilleres de los países de la Cuenca del Plata se establece que en los ríos internacionales de curso sucesivo, no siendo la soberanía compartida, cada estado puede aprovechar las aguas en razón de sus necesidades siempre y cuando no cause perjuicio sensible al otro estado de la cuenca.
El concepto de perjuicio sensible se centra que los daños producidos por una obra de ingeniería hidráulica sean graves. El derecho prohíbe la modificación del curso del rió, de su caudal, del volumen de aguas o de su calidad en la medida que se cause perjuicio sensible.
En el caso de las aguas del Silala, se ha causado un perjuicio sensible dado que se ha desviado el curso natural de su agua, cual era el de sumergirse en el bofedal creando condiciones de humedad para mantener la flora de la zona. El perjuicio es que ha disminuido considerablemente la flora y la fauna de la zona y no existe agua para implementar proyectos de desarrollo en la zona y llevar adelante asentamientos humanos.
2. Recursos Naturales de la Región de los Lípez y del Silala
Página siguiente |